Un mal espíritu del más allá Todo empezó en la primera película de esta saga y ahora sigue con Josh Lambert (Patrick Wilson) y Renai Lambert (Rose Byrne), los padres de los chicos, que trataron de volver a traer al mundo a uno de sus hijos, Dalton (Ty Simpkins) y su regreso resultó complicado. Claro, el padre se metió en una misión astral y logró rescatar a su hijo del más allá, que se muestra como trastornado y encima regresa a la Tierra, acompañado por una extraña y maléfica presencia. El chico Dalton tiene poderes paranormales y siempre está viendo algo o imaginando cosas. Como el espíritu malo que vino del más allá parece no gustarle a Dalton, comienza a hacerle un poco la vida imposible. El caso es que todos se van a vivir a la casa de la abuela, donde pasa de todo, muebles que se mueven, ancianas misteriosas que deambulan por la casa, sonidos extraños. JUEGO DE DADOS Lorraine Lambert (Barbara Hershey), la joven abuela, trata con un tal Carl (Steve Coulter), que en un momento intentaba solucionar problemas parapsicológicos usando dados a la manera de la temible tabla Ouija. El hombre fue compañero de una médium, cuya muerte se le atribuyó a Josh Lambert. El caso es que todo se muestra cada vez más complicado y pleno de reiteraciones y sucesos inverosímiles, más las alusiones a películas como "Psicosis" y "El resplandor". Los contratiempos se suceden y el filme, atractivo y con buen ritmo, comienza a desbarrancarse en su segunda parte. El relato se vuelve confuso, los personajes asumen actitudes poco serias y se intensifican las complicaciones. Lo que en el comienzo se mostraba como ingenuo y de suspenso, luego se transforma en reiterativo y muy violento. Y el final no resulta tan atractivo como se suponía. Actores correctos, entre ellos Renai (Rose Byrne), Lorraine (Barbara Hershey), la abuela sumergida en este aquelarre de transformaciones clase B, niños travestidos y miedos varios, traídos de la mano del malayo James Wan, el mismo de "El juego del miedo". En síntesis, un filme con interesante efectos sonoros y un buen acompañamiento musical.
Como una travesía iniciática Historia de viajes, "Cassandra" muestra la ida de una joven universitaria homónima hacia las tierras del Impenetrable chaqueño con el propósito de hacer una nota. Antes, la redacción del diario para el que trabaja y en ella, su jefe (Alan Pauls), le muestra cómo no asumir determinadas formas de escritura y la invita a leer un libro de Clarise Lispector, una autora a la que él admira. Cassandra (Agustina Muñoz), le responde que no puede imitar esa escritura, porque su nota se desbarrancaría. Un amigo -papel a cargo de Edgardo Cozarinsky-, la hace reflexionar sobre lo perecedero de los diarios en papel y sus desplazamientos de atención hacia una realidad que un día estalla y al otro día se desvanece. El caso es que esta Cassandra parte desorientada hacia la provincia de Chaco y a partir de ese momento, la historia que propone Inés de Oliveira Cézar, comienza a fluctuar entre una suerte de "neblina" intelectual, que puede pasar por cierta filosofía sobre la sociedad, los medios periodísticos, o la situación lamentable de los indígenas, la que es mostrada a través de una serie de imágenes y reflexiones al comienzo del filme. MULTIDIRECCION Viaje iniciático al menos para Cassandra, pero distante para el espectador que no logra ajustar la atención a ese discurso magmático que termina por volverse denso y tedioso. Voces diferentes lanzando conceptos, ecos vanos de lo que sabemos y permanece inmutable en el tiempo. Maltrato del indio, destrucción de su ambiente, indiferencia general y la posibilidad, o no de ser identificados en un tiempo efímero, a través de diarios o revistas, para caer luego en el olvido, vaya a saber hasta qué tiempo innombrable, son parte de esta producción de la cineasta argentina. "Cassandra", de la que se destaca su fotografía, es una docuficción sin la suficiente fuerza para imponerse como documento, o como ficción. La historia que intenta contar Inés de Oliveira Cézar pierde fuerza luego del comienzo y se transforma en una suerte de fluir de la conciencia, casi onírica, que no logra estructurar un discurso y se desvanece como granos de tierra en el viento.
Los terráqueos pauperizados Nuevamente Neil Blomkamp (Johannesburgo, 1979) dirigiendo una producción, como ya lo hiciera con la recordada "Districto 9". A pesar de su juventud, este sudafricano educado en Canadá olfatea el asunto social con una nueva mirada, aún en el caso de producciones multimillonarias, que parecerían alejarlo un tanto de la imaginación y audacia de su anterior producción. Así como en "Districto 9" los pobres alienígenas eran explotados y transportados como manada, ahora la ciudad de Los Angeles, del año 2154 es un caos de miseria, violencia y excesos, poblada de latinos. Ninguna piedad existe para ellos, manejados por la Corporación Armadyne, cuyo capo es una suerte de nazi de impoluto traje y crispado rostro momificado por impensables cirugías. Ni la salud se les permite y sus hospitales son campos de concentración sobresaturados. GRUPO DE ELITE Pero allá en el espacio, la elite vive en Elysium, una estación espacial tipo country a la que todos desean llegar, con césped verde impecable, piletas de variado diseño y un artefacto increíble, que cura todo tipo de enfermedad en menos que canta un gallo. Por supuesto, los de Los Angeles que hablan en general un buen español, no se ven muy contentos que digamos y el bueno de Max (Matt Damon), que pudo ser un santo por la educación que recibió, se convirtió en un facineroso por el ambiente que no lo ayudó y se rebela y desafía a los de Elysium, presionado por una enfermedad laboral que no puede curar y las tribulaciones de su amiga de la niñez. Lo cierto es que Max tendrá que enfrentarse a locos como Kruger (Sharlto Copley) y Jessica Delacourt (Jodie Foster), una secretaria de Defensa, muy mala, que trama un posible golpe de Estado para quedarse con todo. LOCA VIOLENCIA El filme de Neil Blomkamp es interesante. Pero las interesantes ideas iniciales con su cuota informática aplicada al cerebro son lentamente opacadas por la violencia, los efectos especiales y una tónica que sigue la línea de la recordada película "Armaggedon". Todo se vuelve blanco y negro en cuanto a los caracteres de los personajes y ciertas ingenuidades adolescentes de democracia y redistribución de la riqueza suenan adolescentes y muy ingenuas. Sí es de destacar que los efectos especiales son de primera y que Sharlto Copley haciendo del loco Kruger tiene una actuación admirable. Matt Damon se gana sus laureles con esta especie de "Robocop" del subdesarrollo y todos los odios le llegan a Jodie Foster, vestida con cierto estilo Valentino, dirigiendo a varios personajes tan mal intencionados como el papel que le tocó encarar en esta historia. A pesar de las objeciones, "Elysium" es entretenida, plantea observaciones sobre la xenofobia, el autoritarismo y las exageradas diferencias entre dos mundos, a lo mencionado se suma un diseño de producción que merece más de un aplauso.
El milagro permanente de la vida Una mujer en estado vegetativo durante diecisiete años, luego de un accidente, la decisión de su padre de dejarla morir en paz, desconectando todo artificio médico, provocaron una convulsión en la sociedad italiana cuatro años atrás. El caso real de Eluana Englaro en Italia, es el detonante elegido por Marco Bellocchio para desarrollar una serie de historias paralelas sobre el valor de la vida, la libertad y la relatividad de las leyes. Distintos personajes frente a circunstancias límites, obligados a actuar, muestran la complejidad de las actitudes del hombre ante la vida y la muerte. Allí está el político ante la encrucijada de votar por el partido (favoreciendo la eutanasia), cuando sus convicciones eligen lo contrario. Su hija, una fervorosa católica, en contra de esa forma asistida de muerte, una madre que reitera rituales de fe de la que está dudando, ante el largo coma de su hija adolescente y un médico que, fiel a su compromiso hipocrático, se niega a permitir el suicidio de una drogadicta. VALIOSO CRITICO Marco Bellocchio ("Vincere", "En el nombre del padre"), valioso crítico de la sociedad italiana, reitera su mirada cuestionadora para visualizar la sociedad en tiempos de Berlusconi. Desde la hipocresía de la política, capaz de variar los conceptos de un partido por convenientes pactos anteriores (el partido del senador Beffardi pacta con el Vaticano), hasta la doble cara de una aparente feligresa resignada -papel interpretado por Isabelle Huppert-, que está perdiendo la fe y cuestiona el designio divino. Filme con algunos problemas formales, en que la solidificación del aspecto melodramático remeda visiones pasadas de neorrealismo, hasta llegar a un tenebrismo un tanto demodé, "Bella addormentata", resiste como expresión de un genio con lúcidas ideas siempre en movimiento. Grandes actuaciones del napolitano Toni Servillo, mitico fundador del teatro Studio de Caserta, una casi imperial Isabelle Huppert, la vital Maya Samsa y junto a ellos se luce Alba Rohrwacher.
Inquietudes de una generación En este momento, el problema de Juan (Walter Cornás) es su separación. Tiene unos treinta años, un trabajo en una agencia de publicidad con no demasiadas inquietudes, aunque él tampoco parece tenerlas y hace un tiempo que vive con su amigo Goldstein (Gastón Pauls). La vuelta a su vida anterior, el reencuentro con los amigos que lo ayudarán a mudarse a un nuevo departamento, lo están distrayendo de esta nueva experiencia en su vida. Y entonces aparecerá Luciana (Carla Quevedo), la "imbancable" chica de la oficina, que al principio no aguantaba y el tiempo está haciéndola más tolerable. La comedia de Sebastián De Caro está actuada por muchachos de alrededor de treinta años que interpretan gente de su edad. Ellos tienen sus códigos, su amor por los animés, sus héroes y heroínas cinematográficos y sus películas favoritas. Cuando están juntos, se llevan bien, hablan un mismo lenguaje, se ríen de las mismas cosas y aluden a las mismas figuras de la cultura popular, ya sea del rock o del cine. PASEAR DE NOCHE A todos les gusta el stand-up y son capaces de casi morir de amor y reponerse con facilidad. De enojarse por nada o ponerse, como Juan, sus rollers y salir a pasear de noche. Son integrantes de una misma generación y no parecen haber madurado. Son los que se independizan tarde de sus padres. El director Sebastián De Caro pinta un momento en la vida de jóvenes de la misma época en esa circunstancia de reasumir la adultez, o asumirla definitivamente, con dudas, pero con la seguridad de hacerlo como se quiera o se pueda. "20.000 besos" es una historia sentimental, que muestra frescura y tiene el valor de lo auténtico en lo que cuenta, en sus pequeñas anécdotas, en algunas bromas tontas, fuertemente celebradas y momentos poco atractivos, pero que que forman parte de la vida en común de ese grupo de amigos. Walter Cornás es el protagonista con Carla Quevedo que hace de Luciana, la chica "imbancable". También están muy bien en sus papeles, Eduardo Blanco como el jefe, Laura Cymer, Clemente Cancela y Alan Sabbagh, Gastón Pauls y Luciano Leyrado.
En busca del Vellocino de Oro El cine de Hollywood vuelve a revisitar la mitología y eso permite memorizar nombres olímpicos y luego ver de que se ocupan cada uno de sus héroes. En este caso Percy es un adolescente, hijo de Poseidón (dios griego del mar), que habitualmente se dedica a proezas que le permiten salvar a otros semidioses, como él. Esta vez la tarea de salvataje también está relacionada con el Vellocino de Oro, que deberá tener implicaciones ambientales salvando al árbol de Thalia, la semidiosa que se sacrificó por sus compañeros y fue muerta por los habituales enemigos. El lugar donde todo se inicia es el Campamento Mestizo, en el que habitan los Semidioses, ahora protegido por la Muralla invisible que el Dios Mayor creó para premiar el salvataje por el que Thalia se inmoló. Por ahí anda Clarisse (Leven Rambin), descendiente de Marte, siempre disputándole protagonismo y el hermanastro, que Percy conoce en esta película, un simpático cíclope, capaz de mutar y ponerse un ojo más para no asustar tanto. EL TORO GIGANTE La película es ideal para los adolescentes. Es divertida, invita a vivir una aventura en la que sus personajes parecen arriesgar sus vidas, tiene muy buenos efectos especiales, como la aparición del toro gigante que expele fuego al comienzo, o del bello hipocampo que va a ayudar a los chicos en el viaje al Mar de los Monstruos (algo así como el Triángulo de las Bermudas) Por ahí aparece el mentor del campus, Quirón, un elegante centauro, siempre dispuesto a dar consejos y el habitual y simpático sátiro Grover (Brandon T. Jackson). También la encantadora Annabeth, interpretada por Alexandra Daddario. Logan Lerman es el insípido Percy, Jake Abel hace de Luke, el malo de la película, que quiere revivir a Cronos y como uno de los momentos más originales está el taxi arqueológico con tres brujas muy divertidas. "Percy Jackson y el mar de los monstruos" es un entretenimiento juvenil, está contada con buen ritmo y el atractivo visual de un imaginativo diseño de producción.
El amor está con vacaciones Gonzalo (Santi Millán) y Valentina (Martina Gusmán) tienen diez años de casados y descubren que algo está pasando en su relación. Valentina es la que está más desilusionada, porque cree que Gonzalo perdió la pasión. Y eso que los dos debieran estar muy motivados. Administran un bellísimo hotel ""para parejas"" en la Isla Margarita, Venezuela. Ellos mismos se conocieron allí. El asunto es que llega el nuevo contingente de turistas y aparece un muchacho solo, Mitch (Nicolás Cabré) que dice que su novia lo abandonó en la luna de miel. Luego de algunos inconvenientes los gerentes del hotel aceptan que se quede, pero Valentina, que ya notó su condición de don Juan, dice que lo va a vigilar de cerca para que no deje sin compañera a algún otro turista. Claro que lo hace tan de cerca que Gonzalo sospecha y en algún momento la engaña con una linda mulata, que trabaja en el resort. Y que desde hace rato lo miraba con simpatía. EQUIVOCOS Y CELOS Todo desemboca en una serie de equívocos y en una epidemia de celos, no hay que olvidar que hay un cantante de moda que, a pesar de estar acompañado, despierta los deseos de admiradoras a las que no les importa demasiado estar acompañadas. Pasa de todo mientras las palmeras se agitan y la sensualidad del trópico, se apodera de los anfitriones y los nuevos turistas. "Sólo para dos" es una liviana comedia romántica, abundante en enredos, clásicas aventuras sentimentales de teleteatro, típicos personajes de tiempo de vacaciones y estereotipos de este tipo de género, algo así como una isla de la fantasía de viejas épocas. Los actores cumplen su papel desde Santi Millán (Gonzalo), pasando por esa excelente actriz que es Martina Gusmán y Nicolás Cabré, el galán y Don Juan de turno.
"Spaghetti western" oriental Ambientado en la China del siglo XIX y el mundo del kung fu, este nuevo filme de acción, muestra a siete clanes en disputa, un traidor y un herrero, capaz de proveer las más sofisticadas armas de matar, para los que guerrean en la zona. Otros personajes son un oficial inglés, Cuchilla Jack (Russell Crowe), con el gobernador como aliado, León de Plata (Cung Le), un poderoso matón, capaz de cualquier cosa. A ellos se suma Cuerpo de latón (Dave Bautista), el malo y un grupo de hombres de nombres insólitos. Todos quieren el poder y el oro y como dice Madama Flor (Lucy Liu), ""el poder no pertenece a nadie, hasta que es tomado por el sexo y la violencia"". Claro que ella tiene un cabaret cinco estrellas y es como todos los que la rodean, dueña de las mejores habilidades del kung fu. TODO ES POSIBLE También está la chica más linda, lady Seda (Jamie Chung), presa fácil de forajidos, e ideal para negociar en momentos difíciles. Presentados los protagonistas, se desencadena esta suerte de "spaghetti western" oriental, en el que la desmesura, lo inverosímil y la belleza coreográfica de los adagios bélicos, son las vedettes del filme. "Pueblo Selva" es el lugar en el que todo va a ser posible, cuya ambientación y lo que sucede es tan disparatado y atrapante, como sangriento y estéticamente bello. El espectador sólo tiene que imaginar lo que puede salir de un director y protagonista, que cultiva como música el hip-hop. Su nombre verdadero es Robert Fitzgerald Diggs, pero todos lo conocen como RZA y es un aliado de la neo-violencia de Quentin Tarantino, mientras el coguionista del filme es Eli Roth, él que tiene entre sus créditos películas como "Hostel 1" y "Hostel 2". PIEL DE METAL Como es de prever en un filme de estas características todo puede suceder. Que los guerreros vuelen, que transformen su piel en metal, que las sandalias de las damas muten en garras de hierro, ideales para cortar más de una tira de carne, o que las coreografías de kung fu se conviertan en una especie de danza fascinante. "El hombre con los puños de hierro" tiene un estupendo montaje, ritmo efervescente y una deslumbrante fotografía. Russell Crowe se muestra implacable en su papel de Cuchilla Jack y Lucy Liu, impecable en su papel de Madame Flor, capaz de degollar cabezudos a golpe de abanico. Para los que aman las artes marciales, el horror y la desmesura, esta es la película ideal. Además: ayudará a descargar tensiones. Calificación: Muy buena
Una familia más que extraña A diferencia de aquellos invitados a la mansión Owen del clásico de Agatha Christie, "Diez indiecitos" (1939), los protagonistas de este filme de horror son todos parte de una misma familia. Hijos que llegan con sus novias, invitados por sus padres, los Davison, para celebrar su aniversario de bodas y el retiro paterno. Como en la película basada en la novela de Christie, irán muriendo uno a uno, mientras avanza la proyección y en vez de la conocida canción de los diez indiecitos, se escuchará "Looking for the magic". En cuanto a la manera de matarlos será bastante original, a puro flechazo. El comienzo resulta prometedor, con la presentación de las distintas parejas y sobre todo la terrible escena de la casa vecina, donde su dueño parece estar dormido y no escuchar el llamado desesperado de ayuda, de una de las invitadas a la casa de los Davison, que aterrada llega en busca de ayuda. SUSPENSO Y HORROR Pero a medida que avanza la historia se va perdiendo sentido de la realidad y llega un momento en que la risa suplanta al suspenso y el horror. Más aún cuando aparece la famosa escena de la licuadora, que no develamos para mantener la sorpresa . Película de género sin demasiadas alternativas, ni actores conocidos, el joven director nacido en Alabama, Adam Wingard, continúa con este tipo de filmes de horror, que han sido comercialmente exitosos. "Cacería macabra" entretiene hasta cierto momento con elementos válidos, desbarrancándose al final. Entre los poco conocidos y jóvenes actores, hay una chica que se destaca como una suerte de heroína capaz de superar a los asesinos con astucia y valor. Es la australiana Sharni Vinson, en el papel de Erin, la que finalmente será la encargada de revelar la sorpresa final.
La ruta de la reivindicación Un hombre que arriesga su vida para salvar a otro, es lo que pone de manifiesto este nuevo filme de trepidante acción del veterano Roland Emmerich, del que se admiró "Día de la Independencia". La responsabilidad del agente secreto John Cale (Channing Tatum), es gigantesca si se la tiene que definir en palabras. Cuando una imprevista patrulla toma como rehén al presidente de los Estados Unidos en la misma Casa Blanca y la vida del primer mandatario parece estar en las manos de Cale, el ex agente de policía del Congreso de la Nación, que justo estaba de visita en el bunker presidencial, la historia que cuenta Roland Emmerich cobra una relevancia inusitada. EL CUSTODIO Todo comienza cuando Cale es rechazado para formar parte de los agentes especiales que custodian al presidente. El hombre que viene de un fracaso matrimonial y tiene una hija adolescente que lo admira tanto como padre, que casi lo considera un héroe, su vida parece derrumbarse. Pero Cale que ha sido entrenado en el ejército, no es de rendirse fácilmente y decide ir con Emily (Joey King), su hija, de visita a la Casa Blanca para que ella conozca algunas de las salas que se permite ver al público, que no son las privadas del presidente. Reina la calma, padre e hija se encuentran entusiasmados visitando ese emblemático edificio de Washington. Pero de repente todo se modifica, se escuchan gritos y la sensación es que el lugar va a estallar. El presidente fue secuestrado por un grupo terrorista, la Casa Blanca se desaloja de inmediato, pero Cale y su hija deciden esconderse y ahí permanecen hasta que toda la atención se centra en el rehén; el presidente. UN ESTALLIDO En ese momento Cale se da cuenta que tendrá que convertirse en un héroe. De él depende cuidar y salvar al presidente James Sawyer (Jamie Foxx), al menos hasta que el ejército y la policía encuentren la manera de filtrarse en el interior de la Casa Blanca. A partir de esto el tiempo parece convertirse en algo eterno y Cale finalmente ubica al primer magistrado, con el que emprende una loca carrera de escape, mientras la Casa Blanca parece volar en pedazos. Con escenas de una acción apabullantes, muy bien resueltas por Roland Emmerich, en las que las fuerzas aliadas y los terroristas parecen no querer rendirse ni unos, ni otros, el filme resulta entretenido, en su descripción de esa especie de viaje del héroe, que realiza el agente John Cale. Channing Tatum logra una valiosa actuación en el papel de Cale. A su lado tiene un sobrio desempeño Jamie Foxx, en el personaje del presidente James Sawyer.