El público está acostumbrado a las historias tiernas y queribles de Disney, siempre signadas por los valores valores familiares y algunas pinceladas de música. Dirigida por Ron Clements y John Musker, Moana, un mar de aventuras (2016) sigue esa línea de forma eficaz y efectiva. Moana (voz de Auli´i Cravalho) es una joven que vive en la Polinesia y quiere conocer el mundo. Pero los mandatos familiares, en especial el hecho de que es hija del jefe de un largo linaje de navegantes, le prohiben atravesar el mar más allá de las barreras de coral. Sin embargo, su sabia abuela le encarga una misión que le permitirá a la familia volver a expandir los límites hacia el océano. Y para conseguirlo, primero debe encontrar al semidios Maui (Dwayne Johnson). La travesía está colmada de diversión y enredos que entretienen a grandes y chicos. Además de presentar momentos especiales, como los protagonizados por Moana y su abuela, que harán emocionar a más de un adulto. La animación está muy bien lograda. Desde los colores del mar y la vegetación de la isla, hasta las expresiones de los ojos de Maui y la encantadora adolescente, son verosímiles. Disney es una marca registrada que no decepciona. Y con Moana, un mar de aventuras moviliza a los espectadores a través de lo más esencial: los lazos familiares y la amistad.
El director Xavier Dolan lleva a la pantalla grande una historia tan pequeña como universal, basada en la obra de teatro de Jean-Luc Lagarce. Es sólo el fin del mundo (Juste la fin du monde, 2016) es una película compleja y tensa de principio a fin. Tras 12 años de permanecer lejos, Loui (Gaspar Ulliel) regresa a su casa para comunicarle a su familia que le queda poco tiempo de vida. La visita toma por sorpresa a su madre (Nathalie Baye), a sus hermanos (Vincent Cassel y Léa Seydoux) y a su cuñada (Marion Cotillard). Pero principalmente, genera que reaparezcan todas las asperezas que provocó la distancia. Tensión, poco diálogo y la necesidad que aparecerá en el público de que se aclaren las situaciones, hacen de Es sólo el fin del mundo una película interesante y realista. Las emociones están a flor de piel y algunas escenas son claustrofóbicas. Tanto, que los personajes parecen cegados por lo que sienten y prefieren optar por la negación. Quizás porque es menos dolorosa que enfrentar lo que sucede. Las actuaciones son excelentes. En todo momento se traslada la tensión que existe entre los protagonistas a través de las miradas y las eternas pausas en los diálogos. Dolan elige conmover con sensaciones de una manera formidable. Lo logra, pero el espectador puede llegar a involucrarse tanto que el resultado no termina siendo el mejor.
Basada en el libro La cena, de Herman Hosch, la película italiana dirigida por Ivano De Matteo detiene su mirada en la vida de dos hermanos que tienen que tomar una decisión a raíz de un hecho protagonizado por sus respectivos hijos. Gassman y Lo Cascio logran interpretaciones que traspasan la pantalla. Massimo (Alessandro Gassman) es un abogado de carácter con pocos escrúpulos, está casado con Sofía (Barbora Bobulova) y es padre de Bonny (Rosabell Laurenti Sellers) y María. Mientras que su hermano Paolo (Luigi Lo Cascio) es médico pediatra de un hospital, y su familia está compuesta por su mujer (Giovanna Mezzogiorno) y su hijo Michele (Jacopo Olmo Antinori). Las diferencias laborales y de personalidad generan que sus escasos encuentros finalicen en discusiones sobre ética y moral. Conceptos que deben poner en práctica cuando se enteran que Bonny y Michele generaron una situación que puede llevarlos a la cárcel. Nuestros hijos (I Nostri Ragazzi, 2014) llega al espectador sin mediaciones. Porque desde el comienzo genera la necesidad de saber qué va a suceder con una historia pequeña que extiende sus aristas con el correr de los minutos. Los cuatro protagonistas, al igual que los dos jóvenes, realizan interpretaciones sobresalientes que logran trasladar al público los numerosos sentimientos que emergen. Sus actuaciones acompañan un guión realista y contemporáneo. De Matteo lleva a la pantalla grande un drama que muestra cómo el ser humano puede cambiar -o no- cuando tiene que enfrentar una situación inesperada. Las distintas formas de resolverla son retratadas a través de los personajes, dado que cada uno reacciona de forma diferente. Algo que bien podría ser analizado psicológicamente. Nuestros hijos plantea un dilema ético que el espectador evaluará durante la película. Y más aún después de ver el final.
Las series y películas con temática zombie son un fenómeno que tiene fervientes seguidores en todo el mundo. Y aunque pareciera que la serie The Walking Dead puede ser insuperable, la película coreana dirigida por Yeon Sang-ho es una excelente representante del género. El atareado empresario Seok-woo (Yoo Gong) acompaña a su pequeña hija Su-an (Kim Su-An) a la ciudad de Busan para que se encuentre con su madre, el día de su cumpleaños. El inicio del viaje es tranquilo, pero cambia cuando sube al tren una mujer que presenta una extraña enfermedad que asecha a varias ciudades del país. Y tras morder a una de las tripulantes se desencadena un contagio incontrolable de la patología, que dá como resultado que gran parte de los pasajeros se convierta en zombie. Invasión Zombie (Busanhaeng / Train to Busan, 2016) se distingue por los efectos técnicos y la velocidad de sus imágenes. A través de ellas mantiene un ritmo constante de tensión que le da escasos segundos de respiro al espectador, dado que los acontecimientos de peligro y acción se sucedan de forma tanto encadenada como sorpresiva. El film de Yeon Sang-ho, reconocido por realizar las películas de animación The Fake y The King of Pigs, ya se convirtió en un fenómeno cinematográfico en Corea por batir récords de espectadores. Probablemente, porque a la particular y efectiva forma de narrar la temática se le suma el protagónico de Yoo Gong, quien se convirtió en uno de los actores más prometedores de su país. Además de la acción y el peligro, la película se reserva algunos espacios para que el público se emocione. Esa mixtura de sentimientos es la que convierte a Invasión Zombie en una película lograda y efectiva.
El antihéroe Dirigida por Alejandro Chomski, Maldito seas Waterfall (2016) es una película que no termina de convencer, aunque la idea no es mala. Martín Piroyansky interpreta a un protagonista con pocas aristas y aspiraciones que se contrapone al ritmo vertiginoso de la sociedad actual. Roque Waterfall (Martín Piroyansky) es un joven treintañero que ocupa su vida en casi nada, literalmente. No trabaja ni estudia: vive de la renta de un departamento heredado de sus padres. Lo único que hace regularmente es mirar videos de los partidos de Atlanta y juntarse a charlar con su amigo. Pero su vida cambia cuando conoce a una mujer (Juana Schindler), y un intelectual alemán (Rafael Spregelburd) le propone hacer un documental sobre su tranquila vida. Chomski propone una historia que tiene como protagonista a un antihéroe. Porque tiene todo lo que considera necesario para sobrevivir y eso no le provoca motivación alguna para desarrollar actividades. Lo más atractivo es observar esa realidad en contraposición a la ansiedad de la sociedad actual, que parece “avanzar” al servicio del consumismo y los adelantos tecnológicos. Precisamente, ese ritmo al que el espectador suele estar acostumbrado no se condice con el de la película. Maldito seas Waterfall también parodia el proceso de creación y filmación de documentales. Y a la tranquila vida de Roque, el director alemán le encuentra un atractivo particular que se materializa en una mirada más intelectual, a la que elige retratar en blanco y negro. Con un Piroyansky que logra una gran interpretación y vuelve a demostrar que es uno de los actores jóvenes con mayor proyección, la película de Chomski es bastante lenta y puede parecer sencilla. Pero invita a reflexionar sobre la condición humana y las influencias que puede tener, o no, el exterior en una persona. Y eso no es poco.
Al servicio de los demás Estrenado en la semana de la canonización efectuada por el Papa Francisco, Cura Brochero, la película (2016) repasa la historia del sacerdote que llevó adelante una gran obra de evangelización y ayuda en el oeste cordobés. Santiago (Ricardo Pinelle) y su equipo de producción deciden realizar un documental sobre José Gabriel Brochero, antes de su beatificación en 2013. Para ello, investigan sobre las acciones solidarias que desarrolló el sacerdote nacido en 1840, y eligen para que lo interprete en su edad adulta a Luciano (Pablo Tolosa), un actor con una vida conflictiva, signada por debilidades y excesos, que no volverá a ser la misma después de la filmación. El film dirigido por Lorena Cuschoff tiene la particularidad de mostrar una película adentro de otra, que permite ver la transformación que el Cura Brochero lograba en la gente a través del papel de Luciano. Pero también le da la posibilidad al público de conocer la vida del recientemente nombrado Santo. Escenas de época bien recreadas en los paisajes de Córdoba y momentos en los que se muestra un detrás de cámara ficcionado en la actualidad, se intercalan en un film efectivo en el que se destaca la intención de no ser un documental más. Quizás lo que hace falta es explicar en profundidad el milagro de Brochero, ya que no se dan demasiados datos. La dirección de Cuschoff, las actuaciones de los protagonistas y la correcta ambientación conforman una película llevadera, que invita a conocer a un hombre sencillo oriundo de Argentina que logró predicar con su ejemplo. Y ahora trascendió todas las fronteras.
El mejor lenguaje El documental Orquesta El Tambo (2014) muestra los entretelones de la primera agrupación del Programa Andrés Chazarreta, destinado a acercar a niños y a jóvenes al aprendizaje musical. Que la música transforma la vida de las personas no es ninguna novedad. Pero la posibilidad de verlo en un caso concreto que atraviesa muchas realidades no es tan usual. Precisamente, el film dirigido por Líber José Menghini y Jorge Menghini Meny se centra en la labor cotidiana de los docentes y alumnos del barrio El Tambo, ubicado en el partido de La Matanza. La mayoría de los integrantes de la orquesta tuvo la oportunidad de conocer la música desde otro lugar gracias al Programa Andrés Chazarreta, ya que las clases y los instrumentos son proporcionados por la escuela. Y como se especializa en música latinoamericana, también les permitió ampliar su escucha y percepción. A través de entrevistas e imágenes de los ensayos y actuaciones, el documental refleja la importancia del arte en la vida de los jóvenes. Porque el hecho de conformar un grupo y cumplir un rol funcional al resto le da sentido de pertenencia a los adolescentes. Cabe destacar el interés de los chicos al momento de ejecutar los instrumentos, señal de que, además de contención, encuentran una inspiración profesional para desarrollar en el futuro. Líber José Menghini y Jorge Menghini Meny detienen su mirada en la primera orquesta escuela que se formó. Y que consiguió excelentes resultados que después se repitieron en otras localidades del Gran Buenos Aires, que habitualmente presentan escenarios socioeconómicos difíciles signados por la drogadicción y la delincuencia. Acompañada por música interpretada por los jóvenes, Orquesta El Tambo invita al espectador a conectarse con la sensibilidad y la expresión. Con los sueños, el anhelo de cumplirlos y la certeza de que con esfuerzo todo es posible.
De romance y enredos Basada en la novela "Lady Susan" de Jane Austen, Amor & Amistad (Love & Friendship, 2016) es un film característico de la autora, que sigue la línea de Sensatez y sentimientos y Orgullo y prejuicio. Y no decepcionará a los amantes del género. Con una mala fama conseguida gracias a su carácter y belleza, Lady Susan Vernon (Kate Beckinsale) es una joven viuda que sólo piensa e su bienestar económico. La necesidad de mantener el estilo de vida que tenía con su marido hace que se traslade a la casa de su cuñado, donde conoce a Reginald (Xavier Samuel), un hombre apuesto y millonario con el que se relaciona. Mientras, intenta convencer a su hija Frederica (Morfydd Clark) de que se case con un adinerado conocido al que la joven no ama. La película de Whit Stillman no desentona con las otras historias de Austen llevadas a la pantalla grande. Por ejemplo, son infaltables los magníficos escenarios al aire libre y las grandes casonas inglesas. Sin embargo, se diferencia de ellas porque tiene diálogos más distendidos, y en la forma en que el director elige presentar a los personajes: primeros planos en los que el público lee sus nombres y la relación que tienen con "Lady Susan". Kate Beckinsale es una excelente protagonista. En general las actuaciones son correctas y medidas porque el mayor desarrollo de los personajes está dado a través del texto. El film de Whit Stillman es estilizado y acorde a lo que el público espera, tanto desde la estética como desde el argumento y la música (vale destacar las piezas del período Barroco que complementan las escenas). Romance y enredos conforman una fórmula más que efectiva.
La nueva película de Woody Allen pone a los sentimientos en el centro de la escena a través de una historia protagonizada por Jesse Eisenberg y Kristen Stewart. Década del ´30. Bobby (Jesse Eisenberg) es un joven que se muda a Hollywood con la intención de trabajar en la industria cinematográfica. Allí consigue empleo en la empresa de su tío (Steve Carell) y conoce a Vonnie (Kristen Stewart), de quien se enamora perdidamente. Ese lazo afectivo se mantendrá a lo largo del film, pero tendrá que sobreponerse a la madurez, a los intereses personales, a los privilegios que les ofrece ese ambiente y al "animarse a dejarlo todo por amor". El sello de Allen está presente en Café Society: música de jazz, un narrador que le da continuidad al relato, momentos de distensión y comicidad. Como es habitual, el director consigue que el espectador reflexione sobre lo que ve en pantalla: el pasado y presente de dos personajes cuyas vidas fueron transformadas por sus decisiones. Y es en ese aspecto en el que surge la identificación por parte del público. Eisenberg es un actor carismático que logra transmitir las emociones a través de su interpretación; Stewart y Blake Lively lo acompañan correctamente, pero tampoco descollan. Mientras que Carell tiene la posibilidad de mostrar una faceta distinta. Café Society atrapa desde el inicio, aunque presenta una historia sin demasiadas pretensiones. Y deja un final que puede ser cerrado o abierto, según se mire. Porque permite que el espectador se conforme o se atreva a imaginar el suyo. Puntuación: 8