Seis historias, seis clímax, seis epílogos. Llevar a la gran pantalla una historia tan enorme como la de Cloud Atlas, la novela del autor británico David Mitchell, es uno de los proyectos más ambiciosos que ha brindado el cine en los últimos tiempos. Es por eso que se necesitaba de directores de peso para poder contrapesar tamaño riesgo: tanto Andy y Lana Wachowski (Matrix, Meteoro) como Tom Tykwer (Corre, Lola, Corre y Perfume, Historia de un Asesino) saben lo que es manejar grandes películas. Y sin embargo, la producción de este filme fue absolutamente caótica, con grandes dificultades para conseguir financiamiento, que terminó viniendo de diversas fuentes no ligadas a la industria, lo cual la llevó a convertirse en la “película independiente” más cara de la historia...
Cinco jóvenes (una pareja, una chica y dos chicos) deciden alejarse de la ciudad a la cabaña que el primo de uno de ellos acaba de comprar en medio del bosque, en el medio de la nada. Ese viaje de placer terminará de la peor manera. No hay nada en esa sinopsis que no hayamos visto antes en cualquier propuesta de terror. Sin embargo, una subtrama intercala a unos señores de traje en unas oficinas de altísima tecnología que pueden ver, monitorear y hasta intervenir en las aventuras de los jóvenes en la cabaña...
En una época en la que Hollywood se ha quedado sin ideas y no hace más que refritar historias viejas (hace una semana leí que para los próximos años ya hay ¡50 remakes en carpeta!), se ha hecho costumbre también contar historias originales o adaptadas buscando hacer un homenaje a otras historias, películas, épocas, cuentos, programas, mitos o lo que sea. Este año que termina ha tenido películas muy importantes en este registro, como La Invención de Hugo Cabret o El Artista, dos homenajes claros a diferentes épocas del cine. El maestro Rich Moore también decidió hacer un tributo con Ralph, El Demoledor, en este caso, a los videojuegos...
Son como niños La Delicadeza es una propuesta francesa protagonizada por Audrey “Amelie” Tautou, pero también es una adaptación de una de las novelas boom de ese país en los últimos años. El autor, David Fonenkinos y su hermano Stephane (que estaba ligado de antemano al mundo del cine, aunque nunca había dirigido) se ponen tras las cámaras para contar esta exótica comedia romántica, entre sobria y absurda, por momentos dramática, por momentos sorpresivamente disparatada...
Es difícil quitarse los prejuicios al ver una película dirigida por Madonna. No es porque se dedique a la música y se haya pasado al asiento del director. Convengamos que la gran mayoría de los realizadores que plagan la cartelera jueves a jueves no los conocemos demasiado, así que no hay razón para pensar que un artista de la música (que también es actriz, recordemos) no puede dirigir una película. Hace algunos años que la rubia cantante se está dedicando a la dirección. En 2008 realizó una comedia romántica que no cosechó ni buenas críticas ni demasiado dinero en las taquillas llamada Filth and Wisdom y también escribió ese mismo año el guión de un documental sobre niños huérfanos en Malawi. Sin embargo, es común asociar a Madonna con la debacle de su -en aquel tiempo- esposo y afamado director Guy Ritchie, ya que juntos trabajaron en aquel insalvable bodrio llamado Swept Away (2002), tercera película del inglés después de las sobresalientes Juegos, Trampas y Dos Armas Humeantes y Snatch, Cerdos y Diamantes. Swept Away, protagonizado por Madonna y Bruce Greenwood, no solamente fue una ingrata sorpresa para los admiradores de Ritchie, sino que significó un estrepitoso fracaso comercial. De ahí los prejuicios con la actriz y cantante que aquí vuelve a sentarse tras las cámaras...
Politizado a la fuerza Andrew Dominik, director y guionista de Mátalos suavemente, es un talentoso realizador que ha tenido suerte con la crítica especializada aunque el público general no le haya mostrado tanto apoyo. Empezó con Chopper, en 2000, un filme sobre un legendario criminal basado en su propia autobiografía que escribió mientras estaba en prisión. Siete años después, adaptó otra novela para llevarla al cine: El Asesinato de Jesse James por el Cobarde Robert Ford, otra película halagada por la crítica, pero que curiosamente fue un rotundo fracaso en la taquilla. Los 15 millones que recaudó contra un presupuesto que doblaba esa cifra se transformó en uno de las decepciones más grandes para los productores de Hollywood en la última década. Su historia, de más de dos horas y media de duración, pero con un elenco estelar liderado por Brad Pitt y Casey Affleck y secundado por Jeremy Renner, Sam Rockwell, Sam Sheppard y Marie Louise-Parker llego incluso a ser nominada para numerosos premios, entre los que se encontraban dos Oscar, pero nada pudo hacer repuntar su magra recaudación...
Todos los fuegos, el fuego. Una historia interesante es un buen comienzo para un filme, aunque eso no necesariamente nos lleve al mejor puerto una vez que llegamos al producto final. Mempo Giardinelli, escritor chaqueño ganador de varios premios a lo largo de su carrera, dirige aquí junto con el director colombiano Juan Pablo Méndez Restrepo una película basada en su propia novela de nombre homónimo, que ambos adaptaron. Alfredo (Patricio Contreras) y Griselda (Aymará Rovera) son amantes. Ninguno de los se siente culpable: ni ella por engañar a su marido, ni él por traicionar a su socio y mejor amigo, Antonio, el esposo de Griselda. Una voz en off nos insinúa que el calor del norte del país te puede volver loco. Y así, sin demasiados prolegómenos, Alfredo y Griselda se proponen matar a Antonio y escapar. Pero a pesar de que el asesinato sucede con cierta naturalidad, el escape se va tornando complejo a medida que avanza el relato...
La boda de mi peor amiga Tres amigas acuden a la despedida de soltera de una vieja amiga de la secundaria (a la que solían molestar desde adolescentes) esperando irse de juerga, pero cuando la novia decide hacer un festejo discreto y medido, ellas buscarán divertirse a su modo, lo que pondrá en peligro la boda...
Rise of the Guardians, la nueva propuesta de animación de Dreamworks es un relato basado en una serie de novelas de William Joyce llamadas “The Guardians of Childhood”, dirigida aquí por Peter Ramsey, realizador de Monsters vs. Aliens y de larga trayectoria como colaborador en la parte artística de grandes filmes (Minority Report, Día de la Independencia, El Club de la Pelea, entre muchas otras). Se cuenta la historia de la gran mayoría de los mitos que mantienen la ilusión en nuestra infancia (Papá Noel, El Hada de los dientes, Conejo de Pascuas) que deben unirse y trabajar juntos para mantener la esperanza en los niños del mundo cuando Pitch Black (también conocido como El Cuco) intente desplazarlos para imponer el miedo y la oscuridad. Como parece que Pitch ataca con todas sus fuerzas, El Hombre de la Luna (una especie de oráculo) les pedirá que busquen un nuevo guardián para que los ayude en la tarea: Jack Frost, un jovencito irresponsable que vaga por la eternidad sin saber por qué....
Problemas con la curva... dramática El día que Clint Eastwood no haga de recio, cabezadura y cascarrabias, vamos a estar ante un hito cinematografico. Sería como pedirle a Woody Allen que no personifique a un neurótico o a Michael Bay que haga cine arte. En Curvas de la vida, Eastwood vuelve a ser un viejo malhumorado enojado con el mundo, que tras una coraza de mohines y gestos de desprecio esconde a un hombre sensible y dolido. En este caso su vida gira en torno a la búsqueda de nuevos talentos para el béisbol aunque su larga carrera parece estar cerca de su ocaso, empujado por la sangre nueva de los estadistas y tecnófilos analistas tras las computadoras...