El último disparo Las películas de acción, desde hace varios años, son una más parecida a la otra y sobre todo cuando se trata del director de En defensa propia, Steven C. Miller, donde el secuestro es moneda común y Bruce Willis aparece en pantalla. En defensa propia cuenta la historia de un padre que lleva a su hijo a cazar venados y son testigos de un asesinato. La película tiene todos los clichés necesarios del género: un padre común que de repente se convierte en un hombre con habilidades de un agente de la CIA, una mala relación con su hijo, un sheriff corrupto y a Bruce Willis. Todo en la película está muy forzado, desde las performances de Hayden Christensen (todavía no descifro si este pibe es bueno o no), hasta las conversaciones entre el “villano” y el hijo del protagonista, que resultan demasiados amables para alguien que está secuestrando una persona.
La influencia de Marcel Duchamp Dirigida a dúo por Roman Podolsky y Mariano Galperin, Todo lo que veo es mío cuenta la historia de Marcel Duchamp, famoso artista francés, durante su paso por Buenos Aires entre 1919 y 1920. Rodada en blanco negro, lo cual acompaña a la actitud de Michel Noher, protagonista del film, la película muestra lo cotidiano de la estancia del artista en Buenos Aires: se lo puede ver jugando al ajedrez (obsesión real de Duchamp) o intentando sacarle lo quemado a una tostada. Eso sí, por momentos este tipo de escenas tornan algo lento el film. A través de una voz en off que lee cartas o conversaciones con la co-protagonista, Malena Sánchez, quien interpreta a la musa de Duchamp, Yvonne Chastel, se intenta agregar al ritmo al largometraje, pero no termina de funcionar, todo queda como si estuviese de más. Algo que sí se puede decir que estuvo muy bien, es la reconstrucción de la época a partir de las locaciones, como el pequeño departamento de Duchamp o el pequeño palacio que visita, todo esto a pesar del notorio bajo presupuesto que se debe haber manejado.
Héroe sin capa Lo primero que sabemos con esta película es que los niños, de primaria sobre todo, pueden ser muy crueles, pero muy crueles. Extraordinario, dirigida por Stephen Chbosky y basada en la novela de Steve Conrad, cuenta la historia de Auggie Pullman (Jacob Tremblay) un chico que nació con una deformidad facial y que afronta su primer año de escuela después de varios años de haber sido educado en casa. Como se podía esperar de un film así, la historia apela a la emoción, a sentir empatía por Auggie y los amigos que hace a lo largo de su travesía, pero la película peca de inocente, no sé si será que nosotros los argentinos tenemos pocas pulgas y a la primera que no hubiesen dicho algo estaríamos reaccionando, pero esto sucede en la mayoría de las películas estadounidense donde hay una situación de bullying, el acosado nunca se defiende por sí solo, siempre suele necesitar ayuda. Mas allá de esto, la emoción que trasmite la historia, con una gran actuación del joven maravilla Tremblay y elenco, sobre todo Mandy Patinkin, hace llevadera la película y logra llegar al corazón. Algo que me pareció interesante como recurso fue la separación de las historias por personaje, siempre centrándose en el problema de Auggie claramente. Ah, una cosa más, cortémosla con las referencias de Star Wars en las películas de Tremblay, el pibe anda por todos lados con eso, si lo va a llevar también a todas sus películas va a aburrir. Gracias, nada más.
Me pareció ver un lindo gatito Basada en un comic turco creado por Bulent Ustun, Bad Cat cuenta la historia de un gato que es echado de su casa por mal comportamiento y enfrenta diversas situaciones que se le presentan a lo largo de la película: desde la aparición de un hijo hasta luchar con caricaturista zombie. Mal hablada e innecesariamente insistente con los chistes fáciles, Bad Cat vuelve siempre sobre lo mismo, sobre el mismo chiste sexual o alcohólico, queriendo hacer honor al gran mundo de la animación adulta, el cual está en alza actualmente,. Pero se equivoca creyendo que por hacer cosas zafadas y sin sentido dan en el blanco que, por ejemplo, la serie Rick y Morty sí ha logrado. Incluso para los adultos que asistan a las salas de cine, Bad Cat puede resultar impactante por la insistencia de contenido sexual e insultos de los personajes.
Match Point Situémonos en tiempo y espacio antes de empezar: Wimbledon, Londres, año 1980, una de las finales más importantes de la historia del tenis tiene acción en la cancha central. El hombre de hielo contra el mocoso yankee. La seriedad contra la rebeldía, esto es Borg vs McEnroe. Un duelo de titanes. Mas allá de que ya se conozca la historia de estos dos fabulosos personajes del deporte, esta película, por suerte, se hace diferenciar con un guion bien logrado y entretenido, sin demasiadas fisuras, mas allá de no dale el mismo protagonismo a los dos y centrarse más en Borg. Con un soundtrack correctamente elegido y escenas de tenis bien logradas, se obtuvo un film bien hecho y que no aburre. Otro detalle a destacar es lo bien que están los dos protagonistas: Sverrir Gudnason y Shia LaBeouf. Ambos lograron captar bien las personalidades de los dos tenistas y pudieron imitar correctamente el estilo de juego de ambos. Un film con mucho ritmo, buena música, buenas actuaciones que no se esperaban y una historia conocida pero siempre interesante.
Hombre de negro Desde el principio ya La torre oscura es rara. Como que los personajes no encajan o los actores (Idris Elba como Roland Deschain y Matthew McConaughey como Walter Padick) no parecen estar cómodos en sus papeles. Desde el inicio hay olor a feo. Después de un desastroso proceso de producción, La torre oscura llega a nuestros cines de la mano de Sony. Es difícil poder elogiar a esta película cuando se aleja tanto de lo que el genio de Stephen King escribió. Llena de efectos especiales a medio terminar, actores que sabemos buenos, pero no terminan de funcionar, un guion plena y llanamente malo, pedazos de historia que no cierran. Como digo, un film muy difícil de elogiar. A pesar de ser una historia fantástica en los libros, en esta adaptación se queda muy corta de imaginación y no le hace honores a la obra maestra de King, que parece que todo lo que elogia termina mal.
Vuelta por el universo Luc Besson y su retorcida mente nos traen una nueva película de ciencia-ficción que con unos efectos de p@$a madre, unos vestuarios de locura y un maquillaje que la rompe, pinta para ser uno de los grandes estrenos del año, y ya venía siendo esperado por varios en el mundo entero. Besson que con El quinto elemento (Le cinquième élément, 1997) ya había incursionado en la ciencia-ficción, vuelve al género con la tecnología de efectos especiales que le permitiesen hacer un sueño personal en realidad. Valerian y la ciudad de los mil planetas cuenta una historia basada en la serie de historieta francesa de ciencia ficción "Valérian y Laureline", escrita por Pierre Christin e ilustrada por Jean-Claude Mézières. En el primer párrafo se da a entender que lo mejor del film es lo visual, llena de efectos de calidad inmejorable, vestuarios que la rompen... pero había una gran duda con esta película: ¿qué onda con Cara Delevigne? Bueno, por suerte les puedo decir que no decepciona como sucedió en Escuadrón Suicida (Suicide Squad, 2016). Cara, que interpreta a Laureline, una agente espacial, con su hermosura sorprende; con sus dotes actorales, pero sí puedo decir que sorprende que está muy bien o mucho mejor que antes, por lo menos. Con ella, en pantalla están Dane DeHaan como Valerian, Clive Owen, Rihanna, Ethan Hawke. De la historia no se puede decir mucho, es lo esperable, tal vez se queda a mitad de camino y pierde algo de drama, pero es sostenible. Eso sí, demasiado larga para este género. En resumen, si te gusta la ciencia ficción, Valerian te va a gustar, y si te gustan los efectos especiales bien hechos, más aún.
Enséñame a soñar En los últimos años, las películas que evocan al amor adolescente son muchas, pero varias comparten un factor común: las enfermedades incurables o casi incurables que los separan o dificultan el poder sentir el amor de otra persona. Por ejemplo en Bajo la misma estrella, la protagonista principal tiene cáncer y está cercana a la muerte por lo tanto le queda poco tiempo para estar con su amor; en El espacio entre nosotros podemos ver a un joven marciano humano que no tiene un sistema de defensa para resistir el aire de la Tierra. Pero en Todo, todo dirigida por Stella Meghie, recurrieron a una enfermedad que no deja al personaje salir de su casa: la Inmunodeficiencia Combinada Grave. Sí, la misma de ese joven Jake Gyllenhall en El niño burbuja (2001). ¿Qué podemos decir de esta peli? No mucho, no es nada que no se haya visto antes. Está basada en una de las novelas para jóvenes más exitosas del 2015, escrita por Nicola Yoon y no es algo que podamos decir que vale la pena ir a ver. Eso sí, si sos un joven de entre 14 y 18 años, te va a encantar, está hecha para un público así. Algo interesante que muestra, pero no bien hecho, es la relación entre los personajes principales, donde el teléfono, durante la mayor parte del largometraje, es la única manera de comunicarse entre ellos. Lo que más falla durante el film es que la trama no es creíble, nadie con un dedo de frente puede creer que una joven de 18 años puede permanecer encerrada en una casa herméticamente clausurada. El argumento falla en ese punto y debilita todo lo demás. Por último, los protagonistas, que seguramente los conoces a pesar de su corta edad: Amandla Stenberg, Rue en Los juegos del hambre, se esfuerza porque su personaje interese y sea completo, pero se queda a medio camino, al igual que Nick Robinson, que empieza bien pero el guion lo va debilitando por dejar historias interesantes atrás, como la de su mamá.
Acerca de la ausencia Se pueden decir muchas cosas del cine francés: que es aburrido, que solo le gusta a ciertas personas o que es solo para cinéfilos bien exquisitos. Pero hay algo que no se puede negar, y es su calidad. Frantz de Francois Ozon, es un film francés del 2016 que cuenta la historia de Anna, una viuda de la Primera Guerra Mundial que todos los días deja flores en la tumba de su marido Frantz, y Adrien, un misterioso hombre francés que un día es descubierto por Anna dejando un ramo en la tumba de Frantz. A partir de ahí se desarrolla una historia de misterio y amor con ciertos tintes eróticos y una fotografía de gran eficacia, donde en los momentos de tristeza del presente la ausencia de color es evidente, pero cuando el pasado es recordado el color vuelve al mundo, algo que por lo menos yo, no he visto en el cine. Algo que me gustó de Frantz, más allá de las performances de Paula Beer y Pierre Niney, es el contraste idiomático que logran al compartir un guion hablándolo en un francés sumamente dulce cuando los protagonistas hablan entre ellos, y en alemán cuando la interacción pasa por otros personajes. Eso sí, queres ir a verla, ármate de paciencia porque puede ser un poco lenta, pero absolutamente disfrutable.
Vida inteligente Como se puede ver en los últimos tiempos en el cine norteamericano, el espacio exterior ha ganado mucho terreno en la pantalla grande. Desde Interestelar o Gravedad hasta El espacio entre nosotros, la incógnita de qué hay más allá del cielo es un tema recurrente. Dirigida por Daniel Espinosa, el film está protagonizado por Jake Gyllenhaal, Ryan Reynolds y Rebecca Ferguson. La trama gira alrededor de seis miembros de la Estación Espacial Internacional que están a punto de lograr uno de los descubrimientos más importantes de la humanidad: obtener la primera evidencia de vida en Marte. Life: vida inteligente no se queda atrás respecto a otras películas del género y a pesar de no ser una historia que sorprenda, la manera en que está contada, el gran uso de los movimientos de cámara y la tecnología junto con un suspenso bien logrado consiguen una película entretenida. A ver, claramente no es la primera vez que vemos esta historia. La similitud con Alien es evidente y el planteo es exactamente el mismo: astronautas quedan atrapados en una base espacial con un peligroso extraterrestre que solamente quiere matarlos. Pero es una película digna de ver.