Las historias de supervivencia contra la naturaleza suelen ser una constante en el cine. Aquí y allá pululan, desde la icónica ¡Viven! hasta All Is Lost, pasando por Náufrago con Tom Hanks o la más reciente The Revenant con Leo DiCaprio. Son pocos los elementos necesarios para llevar a cabo una hazaña del estilo, pero la combinación de los mismos debe ser precisa, como un reloj suizo. Por eso el debut cinematográfico de Joe Penna con Arctic es un proyecto más que auspicioso, ya que se vale de una historia simple que se vuelve una odisea y tiene al frente a un actor de la talla de Mads Mikkelsen que entrega una de las interpretaciones más humanas de su carrera.
La maternidad es una hija de su madre, y es el tópico elegido por la actriz, dramaturga y ahora directora Romina Paula para conducir su opera prima, De nuevo otra vez. Una cruza entre no ficción y dramatización personal, el mismo es un docudrama que pellizca la susodicha maternidad de la protagonista y apunta a un realismo absoluto pero se pierde entre líneas al no percibirse totalmente honesta y real, aún cuando se vea así.
En un momento actual del cine donde todo se siente digitalizado y apurado para llegar a las salas comerciales y reventar la taquilla en épocas de estío, una película tan encantadora como Mi mascota es un león demuestra fehacientemente que el arduo trabajo de filmar una historia como se debe se traduce en una magnífica y entrañable fábula de amistad entre humano y animal.
La finalización de una etapa cúlmine dentro del estudio Marvel hace escasas semanas ha permitido que el espectador respire, recargue energías y enfoque su atención en otros universos, puntualmente en el MonsterVerse creado por Warner Bros. Por más tumbos que siga dando con el malogrado universo interconectado de superhéroes de DC, en tan sólo tres películas los habitantes originales de la Tierra han demostrado su dominio por sobre la raza humana con las espectaculares Godzilla en 2014 y Kong: Skull Island en 2017. Pero nada nos podía preparar para el festín de titanes que les depara en Godzilla: King of the Monsters, un fabuloso monster mash no exento de falencias, que subsana con un espectáculo visual que sobresale en un 2019 repleto de blockbusters.
El director turco Nuri Bilge Ceylan, uno de los mimados de Cannes -quien en 2014 se coronó con el premio máximo con su Sueño de invierno-, regresó al Festival con un drama cotidiano intergeneracional que definitivamente no es para todos los gustos. La gente saliva por su cine y puedo ver lo que genera en su platea, pero El árbol de peras silvestre es todo un examen de paciencia para con el espectador casual, quien podrá apreciar el desarrollo de una buena historia que no parece dejar una mella emocional a futuro en la platea.
La noción de disfrute teatral siempre me escapó, incluso con obras mas acequibles que la aplaudida La lección de anatomía, un hito al momento de su estreno cuyo mensaje sigue vigente hoy en día, casi llegando a su 50º aniversario. El teatro tiene un código particular al cual no consigo descifrarlo, por más que intente, y eso que he visto unas cuantas en mi vida. Pero viendo el detrás de escenas al revival de la reverenciada hija del dramaturgo Carlos Mathus que proponen los directores Agustín Kazah y Pablo Arévalo, dan muchas ganas de dar una chance renovada a este estilo de arte tan particular y especial para muchos.
El segundo largometraje de Paula Markovitch, luego de recoger elogios por su opera prima El Premio, toca una fibra personal en la cineasta, quien basa su Cuadros en la oscuridad en su padre, un hombre que nunca pudo exponer su obra. Con el insilio como precepto fundamental para desarrollar su historia, Markovitch narra un cuento mínimo que lucha constantemente con lo que tiene que decir y cómo lo dice.
Una biografía sobre la creación de lo que hoy conocemos como el diccionario Oxford no resulta estimulante para una película de viernes o sábado a la noche. Es cuestionable hasta para un domingo lluvioso, pero increíblemente The Professor and the Madman es una llevadera biopic con una dupla protagónica aplastante, que eleva una propuesta que de otra manera podría resultar pretenciosa a rabiar.
Como si fuese una Training Day más dramática y menos barriobajera, Ben is Back aborda la subrayada temática de la drogadicción desde una óptica casera y minimalista, que es empujada por las fabulosas actuaciones de Julia Roberts y Lucas Hedges, hijo del director Peter Hedges.