La peli bien podría ser En busca de Mercedes Sosa. Su hijo, Fabián Matús, realiza un recorrido por la vida de La Negra desde sus comienzos en Tucumán y luego por todos los periplos atravesados desde los cincuenta hasta su fallecimiento. La vida no es una sóla. Co-dirigida por Rodrigo Vila y Fabián, el documental va buscando a Mercedes Sosa a través de los testimonios que su hijo recoge por Argentina, Brasil, Francia y Estados Unidos. Esa reconstrucción de esas típicas que vemos en Citizen Kane y así. Contar la vida de Mercedes es contar la historia de un país. Esta idea que arroja una de las entrevistadas, no quiero decir que Teresa Parodi, pero ponele, es una buena guía para la película en donde se trazan paralelismos entre la vida política de Argentina y la situación en Latinoamérica con la vida artística de Mercedes Sosa. Esta línea que se sigue nos va encontrando con momentos y aspectos distintos de la cantante pero no siempre en orden cronológico estricto. No se está yendo a ningún lugar en particular sino que se tiran pincelazos de una persona que por su vida e historia es imposible de resumir en dos horas de peli. Otra que un mito Desde Charly hasta Víctor Heredia, aparecen distintas personalidades de la música argentina y extranjera que dan cuenta de la importancia que tenía La Negra para ellos y el lugar que le dan en la historia de la música y política. También aparecen amigas y la mucama que trabajó en su casa hasta el final. Pero nada de esto termina siendo meramente solemne. Estos recuerdos están cargados de amor y anécdotas muy graciosas además de los entreveros que su vida tuvo. Hay un crisol que se ve a lo largo de la peli y eso está muy bien porque no quieren venderle al espectador un mito, (como hay tantos chantas por ahí que sí lo hacen). Sino que buscan, desde su lugar, mostrar a una artista que se hizo mito pero que también fue humana, mujer, madre, cantante, amante, esposa y exiliada. El proyecto Fabián Matús comenzó con esta idea en la época en que Mercedes Sosa fallecía allá por el 2009. Él pretendía transmitir un legado, pero quizá el legado está en la música que la gente por todas partes reconoce y no haga falta un largometraje para ello. Fabián Matús dijo que para él, todo el proceso de investigación fue más un aprender, re-econtrar y reconstruir la vida de su madre. Cómo la entrevistaban en otros países del mundo y la imagen que dejaba. Así comenzó a trabajar con Rodrigo Vila. A investigar y elegir qué parte de la vida de su madre mostrar y cuál no. Estaban obligados a resumir en esas dos horas demasiadas experiencias. El propio reconoció que la época que vivieron en Uruguay con Mercedes Sosa fue muy importante pero que no pudieron incluirla en la película y así varias cosas más, como siempre sucede. Conclusión La película es un lindo acercamiento a la vida de Mercedes Sosa, quizá esta ayude a que aquellos que no tengan muy presente la puedan re encontrar desde otro lugar, quizá más humano. El subtítulo de la peli es La voz de Latinoamerica, frase que asumo, sale de las palabras de Teresa Parodi mientras es entrevistada por Fabián Matús, Si pensás en una voz de latinoamérica, pensás en Mercedes… Nada mal.
Grandes tragedias han sacudido a México durante el siglo XX, la mía fue ir a ver esta peli. Contexto Entre los años 1926 y 1929 el presidente mexicano, Elías Calles, llevó adelante con fuerza lo que la constitución del ’17 promulgaba que era la “nulidad jurídica de las iglesias, prohibición la participación del clero en política, privación a las iglesias del derecho a poseer bienes raíces e impedía el culto público fuera de los templos”. Amigos ateos y agnósticos antes de saludar todos estos puntos -excepto el último- sepa que en esos años se sucedieron matanzas terribles en el país a raíz de estas leyes. La respuesta a estas leyes fue la de una resistencia férrea de norte a sur de aquellos quienes defendían su derecho a la libertad de credo. Primero se dio en forma pacífica para luego pasar a la clandestinidad al declarar una guerra armada contra Calles. Estos hombres y mujeres que lucharon por su libertad se los conoció como Cristeros. -Convengamos en que no fue una medida muy inteligente la de Calles. Es como si quisieran imponer el socialismo en USA… o Argentina- La película toma como base este contexto para contar la historia de una lucha por la libertad, en este caso de credo. Hasta ahí es atractiva la propuesta siendo que el protagonista -¿Hay protagonista?- es un ateo militar quien decide luchar por los Cristeros. Le film -long story short- Las primeras escenas describen la situación con Calles (un mexicano haciendo de mexicano que habla en inglés mexicano frente a sus políticos mexicanos -wtf!), y los religiosos cristianos dando vueltas para ver cómo le hacen para contrarrestar esta situación. Existen tres personajes centrales, quienes llevan adelante la acción, estos son: el General Gorostieta, Andy García, José, un niño que se reforma y decide luchar por los cristeros al ver como matan a su cura favorito, protagonizado por Peter O’Toole, y Calles, el presidente malo que mata gente porque creen en un hombre invisible que está en el cielo. Estalla el quilombo y Andy García se une a los Cristeros para organizarlos y derrocar a Calles, a quien conoce de la Revolución Zapatista. Estados Unidos interviene en el diome porque tiene intereses en los yacimientos de petróleo, y bueno, necesitan que sus vecinos del sur se comporten para seguir explotando. Así es que manda a un emisario para que haga entrar en razón a Calles para que cese la matanza. Se encuentran Calles y el Sr. Emisario y este le dice algo así como: “Mirá, Streets, nosotros quisimos parar el consumo de alcohol y nos fue para el traste, así que dejate de jorobar y pará esto, amigate con el Vatican y listo”. Pero Calles no quiere entrar en razón y le termina comprando aviones para ganar la guerra. La revolución Cristera avanza y a Streets se le agotan las ideas, no sabe que hacer. Se encuentra con Gorostieta y le dice: “¿Dale que paremos esto?. Te doy este papelito en el que hacemos las pases y nada de esto pasó, copate, por los viejos tiempos con Emiliano“. Gorostieta, que quiere seguir jugando a la guerra, le dice que no y avanza con su súper ejército de cruzados mexicanos. Lo curioso es que Gorostieta no sabe que Asuntos internos le tendía una trampa y… Perdón, entonces después pasa algo así como que al pibe, José, lo raptan los del otro bando y le dicen que si renuncia a Cristo Rey lo dejan ir, el pibe se niega, que sí, que no, el chafirete, long story short, lo matan. Andy García se quiere matar porque era como un hijo para él y después lo terminan matando a él en un episodio confuso: El tipo sale al descampado y le dispara a dos flacos que están a varios metros, fundido a blanco. Mi cara luego fue esto. Algo pasa en el medio y resulta que la libertad de credo retorna a Villa México. No describe con acierto los sexos, los dos sexos, el éxodo, de dicho pueblo La peli dura algo así como dos horitas veinte. Lo cual está genial si se trata de DKR, ponele, para no ponernos exquisitos. Pero, y cómo me pasó el pero por encima, Cristiada no tiene una línea clara de la que te puedas agarrar. De repente pasa tal cosa y de repente tal otra y así estamos. Personajes que aparecen dos tres veces en la peli a los que se les busca dar una preponderancia mayor pero por peso propio no tienen. El guión y el montaje hacen que se te fría el cerebro intentando atar cabos inútiles que en nada hacen a la película. Conclusión Por supuesto que podría enumerar las cosas que no me gustaron pero sería contarles dos horas y veinte de peli. No me parece que sea buena ¡Ni cerca! Es innecesariamente larga y termina yéndose por las ramas. Si hubiese pagado para ir a verla me hubiera sentido estafado. No me gusta bardear las pelis, la verdad es que cuesta mucho trabajo lograr terminarlas pero esto me pareció pésimo.
El gran Gatsby volvió a la pantalla grande y en 3D. Una historia sensible, quizá un poco más larga de lo que la tensión admite con puntos muy buenos a rescatar. De la época y el hip-hop El Gran Gatsby comienza con una demostración de técnica y producción únicas. Algo muy interesante son los rápidos cortes que hay en todo el primer acto. A Nick Carraway le están pasando demasiadas cosas sin que pueda procesarlas y el montaje acompaña esta sensación. Hasta llegar a a ese famoso punto de giro esperamos un buen rato entre cócteles, fiestas, minas, (no salgamos de este primer acto por favor), y un suspenso en torno a la identidad del misterioso caballero, Mr. Gatsby. Las fiestas en la mansión Gatsby dan lugar a un despliegue con pompa y boato como no vi en cortes nuestras. Lo más llamativo de eso, cayendo la relevancia del 3D allí, es el uso de la música. Vemos gente vestida con tecnología de los años veinte pero de fondo suena Love is Blindness, de U2 tocado por Jack White. No voy a tirar misiles en este asunto aunque sí es cierto que sabe raro tener música de otra época en estas escenas en donde se baila charleston y foxtrot. Búsqueda, poesía y 3D A ver, por que acá nos podemos pelear un ratito. La película vale en 3D, se las recomiendo para que la vean con los anteojos puestos. No les voy a decir que toda la peli es un Pina 3D o Hugo, pero se ve una búsqueda en esa nueva profundidad de campo que otorga la tecnología, una corporeidad, si se quiere, que el director utiliza en algunos momentos para sumar otra capa de sentido en todo lo que se ve en la pantalla. No sé si le salió bien o no, no me pregunten sólo soy un blogger, pero la intención detrás de eso ya ofrece una búsqueda y por lo tanto transforma la película de 3D en una excusa para vender más entradas a algo más que se puede disfrutar y no sentirse estafado. Di Caprio no te deja a pata en el Titanic Las actuaciones de Di Caprio y Joel Edgerton hacen que uno, en esos momento chiclosos que tiene la peli ya promediando la hora y media, te salven las papas y sigas adelante. De hecho, son estos dos caballeros quienes llevados por una correcta dirección en el clímax hacen que nos atornillemos al asiento mordiéndonos las uñas, (bueno, si no les entró la peli no les va a pasar, pero al menos van a coincidir en que la actuación de estos dos es formidable). Conclusión Atenti, quienes conozcan a Fitzgerald, no vayan a buscarlo en una trasposición del 2013 en 3D. Como ya dije, me parece un poco larga, innecesariamente, como algunas películas de la última época de Hollywood que parecieran volver a esa epicidad de los ’60 (porfa, dale que no), como pasó como Anna Karenina y Les Misérables. Técnicamente es impecable y no se le puede cuestionar nada, el 3D tienes buenos momentos que hacen la pena pagar ese extra. Además de las actuaciones de Di Caprio y Edgerton, el resto del reparto está muy bien también. Creo que la peli tiene sus buenos momentos que invitan a verla en una tarde pochoclera, pero como dije, no busquen a la generación perdida noventa años después.
Últimos cuatro días de una familia que parece que lo tiene todo menos lo esencial que necesita para mantenerse unida. El último viaje Desde un plano fijo a través de la ventana del cuarto de los niños vemos como el padre prepara el auto para partir, no sabemos si la madre se unirá ni a donde van pero el final sabemos que está cerca. El viaje es una excusa, una razón más para mostrar la incapacidad que tienen para mantenerse unidos por motivos que de manera sutil y no tanto que van apareciendo mientras se cose la trama de la película. Es el final y el último viaje como si de alguna manera quisieran tener el último recuerdo feliz antes de enfrentar la verdad y separarse definitivamente. De ahí que recorren en auto la longitud de Chile mientras se desvían y encuentran con amigos y desconocidos. Nadie puede cuestionar el amor de los padres por sus hijos, pero ellos no están bien, algo falla y entonces todo cae. A lo largo de la película uno puede ir preguntándose cosas como qué es la familia por ejemplo mientras aparecen distintos ejemplos que se contraponen con el de la familia protagonista. Conclusión Dominga Sotomayor presentó está película en 2012 en el BAFICI [14] en la competencia de Cine del Futuro, dejándome feliz con esta opera prima. La película ocurre esencialmente dentro del auto en donde viajan. Allí, en espacio cargado y denso se puede ver todo sobre una familia como si uno fuese parte de esta y viviese bajo el mismo techo. La importancia está en que todo esto está visto a través de los ojos de una jovencita de doce años que se acerca a la adolescencia y debe afrontar entre muchos cambios, la ruptura de su propia familia.
Con la actuación estelar de Martín Caparrós en su debut protagónico, la película de Julián Morcillo y Alejandro Rath de basada en el libro de Diego Rojas no viene a ser simplemente una bandera política en repudio al asesinato de Ferreyra ni una exposición de la izquierda promoviéndose. Se trata de un film que busca encontrar las causas de un asesinato. La reconstrucción Entre Walsh y Rojas, la película traza una línea ficticia en la investigación del caso de Ferreyra. Un periodista, Caparrós, comienza a buscar las causas del asesinato ya no de un quién sino de un qué. Es esta búsqueda la que lo lleva a repasar testigos, acuerdos sostenidos por la política defectuoso de nuestro país, desnudar a funcionarios y empresarios ultra corruptos cuya única motivación es la de generarse mayores ingresos a cuesta de un pueblo. Caparrós es un periodista que se rebela frente al sistema editorial de la revista para la que escribe para ir a fondo con la cuestión del asesinato, las patotas sindicalistas y las pésimas condiciones laborales. Para esto, en medio de la ficción, Caparrós, (olvidemos por un rato el nombre del personaje), se entrevista con personas reales implicadas y relacionadas con la gran burbuja de corrupción en torno a los trenes. Estas entrevistas que fueron realizadas en medio de la ficción pero cuyo testimonio creemos son interrumpidas solamente para encontrarnos con familiares y amigos de Ferreyra que nos cuentan por medio de entrevistas quién era Mariano, (este quizá sea el único quién real de la película frente a un qué asesino). Herencia de Walsh y el non-fiction El título de la película nos recuerda inmediatamente al libro de Rodolfo Walsh Quién mató a Rosendo, un líder sindical pesado de la UOM asesinado en medio de un tiroteo en La Real en Avellaneda. Hacia el final se demuestra la consciencia que la película tiene sobre sí misma al poner sobre la mesa el mismo libro en busca de una ayuda a comprender la situación que vivimos ahora en torno a este asesinato. La película no es un documental y no es una ficción sino que se trata de un Non-fiction con todas las letras como los tres libros de Walsh (Operación masacre, Quién mató a Rosendo, Caso Satanowsky), Los traidores de Gleyzer, que aparece en el film y que si no vieron corran a hacerlo, y Whisky Romeo Zulu del gran Enrique Piñeyro, quién actúa también como el jefe de Caparrós. Este tipo de género tiene un peso particular, especialmente cuando se trata un caso de importantes magnitudes como el asesinato de Rucci o la caída del avión de Lapa. El porqué se llega a eso es importante entenderlo y créanme que ¿Quién mató a Mariano Ferreyra? ofrece un abanico de razones. El que no leyó este libro de Walsh, está perdiendo. Conclusión Debo un espinazo sobre la peli porque da mucho para hablar, pero no querría abrumarlos con ideas demasiado aburridas cuando están un viernes a las ocho de la noche buscando en donde depositar sus cien mangos en entradas de cine. ¿Quién mató a Mariano Ferreyra? es una película exquisita capaz de conmover a cualquiera, sea parte o no de la sociedad argentina. Es un film con muchos huevos, cosa que hacía tiempo no veía, salvo por las joyas que Piñeyro nos ha obsequiado como El rati horror show. Si quieren ver una excelente película, tienen que aprovechar y ver ¿Quién mató a Mariano Ferreyra? .
La venganza de los Cobra se viene pesada pesada contra los Joe en la secuela de esta película que poquito y nada tiene que ver con la serie de los ’80. Ghost Protocol Si vieron la última de Misión Imposible, el argumento de esta, Retaliation, les recordará mucho. A los Joe les tienden una trampa y sólo quedan tres sobrevivientes con poco equipo, incomunicados y buscados por traidores mientras Cobra con su poder en ascenso piensa ponérsela de lo lindo al resto del mundo. –(¿Pueden decir “ponérsela”? En este blog, sí).- Los tres Joe que sobreviven a la emboscada en Medio Oriente buscan volver a USA, reorganizarse y armar un plan de ataque contra su enigmático enemigo. Como ya vieron en los avances, tendrán la ayuda del viejito piola de General Joe Colton, Bruce Willis, quien está armado hasta las boinas y además trae a sus otros amigos viejitos piolas para combatir a una de las mayores organizaciones del mundo. Hollywood lo ha hecho de nuevo, hoorray. Lo que importa es la acción Disparos, explosiones, diálogos graciosos, intriga internacional (ñic), y destrucción por todos lados. Todos esos ingredientes estuvieron en la cocina de G.I. Joe: Retaliation, (me pasé con la metafóra). No van a ver nada nuevo ni mejorado de lo que ya conocen. El 3D suma por momentos en situaciones cruciales pero nada que los vaya a levantar de la silla en un repentino ataque y asombro por la pericia e ingenio de la ingeniería FX de la peli mientras tienen a un espectador en estado de emoción violenta gritándoles que se sienten de una so pena de sopapearlos motivados por la jurisprudencia establecida en estos días desde Córdoba. Algo que puede preocuparnos mucho en este tipo de películas es el guión y que los productores y director no se hayan dejado llevar por las maravillas de los efectos y terminen tijeretando escenas claves que nos permiten entender porqué exploto justo ese autito. Bueno, eso no pasa acá. El guión está bien como para seguirlo tranqui y disfrutar, (sí, dije “tranqui” ¿Cuál hay?). Conclusión A pesar de las bondades de 3D-G.I. Joe: Retaliation siento que le faltó punch por momentos y generar mayor suspenso en ciertas situaciones que podrían haber dado para más. Aún así, les puede pasar que sientan ese nudo en el estómago mientras se preguntan “¡En cinco segundos se pudre todo y no llegan…!”. Los diálogos tienen una cuota de humor que toda peli de acción necesita y están muy bien como la relación entre The Rock y Channing Tatum y luego Bruce Willis con Adrianne Palicki. Si les gustó la primera esta no los va a defraudar, a mí me dejó con ganas de ver una tercera secuela. Well done, Hollywood.
Culebrón ruso en pleno siglo XXI. La tercera colaboración de Keira Knightley con Joe Wright trae otra obra de época, la segunda basada en una obra del siglo XIX (Atonement es del todavía vivito y colean Ian McEwan). Queda claro que cualquier obra de este estilo de Wright traerá a la actriz inglesa junto con él y esa relación entre ambos se nota y de muy buena forma. La figura de Knightley en las tres películas sigue siempre una misma línea: la mujer fuerte y decidida que enfrenta a su coyuntura y la desafía hasta las últimas consecuencias. Así llegamos a Anna Karenina, una historia de amor prohibido en la Rusia zarista. Para quienes gusten de estos idilios tienen desde el jueves 14 una razón para ir al cine. La actriz sólida del reparto principal nos pone lleno en el drama que se desata a lo largo de la película. En 1874, la joven y aristocrática Anna Karenina viaja de San Petesburgo a Moscú para salvar el matrimonio de su hermano, el Príncipe Oblonsky, quien tuvo un affair con la mucama (guiño guiño). Durante su visita conoce al oficial Vronsky quien la hace olvidar en seguida de su aburrido marido e hijo, pero Vronsky se le va a declarar a Kitty, la hermana menor de su cuñada quien invita a la Anna a quedarse para el baile y en medio de la pista con Vronsky la sociedad se escandaliza por la obvia atracción entre ambos. El affair de Vronsky con Anna Karenina sólo les traerá problemas. Teatralidad e intimidad Lo más atractivo de la película, quizá sea la teatralidad con la que está representada la película combinando escenarios de distinta clase que crea en conjunto una atmósfera especial por la que los personajes se mueven y los vemos relacionarse y actuar. Dentro de esa puesta en escena especial, la cámara juega un papel muy importante como si fuera una espía invisible dentro de toda esa fantasía que Vronsky y Anna viven bajo la sombra de lo prohibido. Esta cámara va descubriendo los momentos de intimidad más particulares y sensuales basados en una simpleza muy fuerte. Música El papel de la música nunca es menor por lo que destacarlo en una película es muy importante ya que tiene una presencia importantísima. En el caso de Anna Karenina lo es. Sin su música, esta sería cualquier otra película porque no sólo realza los momentos más álgidos de la trama sino que también decora el ambiente y permite al espectador introducirse aún más en esta historia de amor que va más allá de todo. Conclusión La película es una adaptación como le gusta decir a los críticos, correcta. Pero lo que lo vuelve atractiva es su puesta en escena y la manera en cómo muestra este clásico tantas veces traspuesto en la historia del cine. Tanto el vestuario, como la actuación, la música y la puesta en escena vuelven de este clásico uno particular dentro de las trasposiciones hechas anteriormente y merece la pena ser visto, difícilmente se defrauden.
La transposición del musical de Broadway cuenta con todos los elementos para ser una gran película aunque flaquea horrible en la elección de ciertos cantores. De Víctor Hugo en el siglo XIX pasamos a los 80’s con el musical de Broadway de Claude-Michel Schönberg y Alain Boublil para llegar a la versión fílmica en 2012/13. Otras películas de Los Miserables han precedido a esta como la de 1935 con la actuación de Charles Laughton como Javert, 1952 de Lewis Milestone, (All Quiet in The Western Front) y la de 1998 con Liam Neeson, Geoffrey Rush y Uma Thurman sobre la que Leonore Fleischer escribió un libro (sí, escribió un libro sobre una película sobre un libro). Todas estas versiones toman como base el texto de Víctor Hugo. Esta es la primera vez que tenemos el musical en versión fílmica. Entonces, cuando vayan a ver la peli, y se las recomiendo, se van a encontrar con el soundtrack de Broadway. La historia es bastante sencilla, (es un musical, ta-dah), Jean Valjean, (Hugh Jackman), robó un cacho de pan –que luego lo metió en el bolsillo- y le dieron 20 años. Luego de ese extenso período, es liberado bajo libertad condicional, la cual al violarla será encarcelado nuevamente. No me lo van a creer, pero el tipo se escapa y no cumple con lo tratado. Lo que se sucede aquí es por un lado la búsqueda implacable del Inspector de hierro, Javert (Russell Crowe) durante años y años en los que Valjean demuestra que el amor siempre va a generar más cosas buenas que malas. La película dura unas 2 horas y 40 min. Vayan pensando en el musical y una aventura que no se termina a la vuelta de la esquina. Posee varios momentos en donde modula y dosifica las tensiones con números cómicos también de la mano de Sacha Baron Cohen y Helena Bonham Carter. Es un viaje que vale la pena siempre que se esté dispuesto a subirse y andar. La música, loco. ‘E así, nomá’, Los Miserables de Tom Hooper elige para sus protagonistas y actores de reparto más destacados a un elenco ecléctico en cuanto a sus posibilidades cantoriles, digámosle así. Hugh Jackman protagoniza al querido Jean Valjean siendo el que lleva adelante toda la historia demostrando una vez más que es uno de los mejores actores de nuestra época y está en su mejor momento. A nivel canto no le podemos reprochar nada, lo hace bien y se pueden disfrutar sus números, a no olvidar su comienzo temprano como actor en musicales tales como La bella y la bestia. Luego aparecen fiascos totales como Russell Crowe y Helena Bonham Carter quienes no cantan bien y no están a la altura, musicalmente hablando, de la puesta que se buscó en el film. Durante la primera hora de la peli yo me preguntaba cuál era la gracia de hacer un musical a toda pompa si los protagonistas, salvo Hugh, no pueden cantar. No tengo respuesta aún, creo que se buscó adornar el espectáculo con figuras importantes pero que no dan la talla para un musical. Se puede hablar entonces de traición al espectador ya que por más que actores como Crowe sean fantásticos no poseen una voz como para competir en las grandes ligas y lo peor es que se nota la diferencia a leguas de distancia. El nivel musical no es mediocre, sino todo lo contrario, la orquesta es formidable, los coros y algunos actores de reparto como el niño Daniel Huttlestone, que interpreta a Gavroche, Aaron Tveit (Enjolras) y Eddie Redmayne (Marius), están muy bien y son capaces de formar una unidad pero los principales que deberían estar geniales, destacan por su bajo nivel. Es una lástima que se haya tomado esa dirección, quizá más propia de una mesa de directivos de la querida Universal que del propio director Tom Hooper. Esta innecesaria subestimación del público le resta calidad a un trabajo que a nivel general resulta formidable e incluso para los no amantes del musical, como este pelandrún que escribe, llegando a ser una bellísima película sobre el amor y el triunfo del bien sobre el mal a pesar de todo lo que lo rodea. Hay un detalle sobre cómo se filmó la película que resulta atractivo. Tom Hooper decidió no hacer playback, o sea, que lo que vemos en pantalla son a los actores cantar en el momento de la toma. Una decisión del director que le da un plus a la actuación y a la situación en pantalla. Lo visual La peli no es sólo número atrás de número. Tiene varios momentos de actuación sólida muy bien logrados además de unas puestas de cámara que no desilusionan a nadie. Cada cuadro lleva una potencia particular acompañado por unos movimientos de cámara que hacen que esta película de casi tres horas se disfrute aún más. Uno de los peligros de hacer un musical en cine es mucha veces caer en la técnica video clip y restarle importancia a la trama para suspenderla en un momento meramente musical. Esta salida fácil se usa muchas veces de lo que podrían creer. Pero este musical no es uno más ni se basa en centenares de millones de dólares en pantalla, (de hecho costó 60 Millones, lo cual uno puede esperar que sea una suma menor en esta clase de producciones). Sino que apuesta a la música, la actuación y la cámara en una gran labor. Conclusión Los Miserables demuestra desde un nivel humano la potencia que las buenas acciones tienen. Más allá del mundo en el que se inscribe, no cae en el golpe bajo, y cada vez que te matan a uno no vas a derrochando lágrimas, -bueno, quizá un poco-. Al principio temía que la duración fuese exagerada, pero el tiempo tiene sus razones y están bien justificadas a lo largo de la película sostenida por la gran actuación de Hugh Jackman la cual se merece la nominación a los 85º Oscars y aún más, al menos así lo veo yo. El único punto flaco de la película es el de Russell Crowe y Helena Bonham Carter como cantantes, ya conocemos sus dotes actorales. Si es un musical entonces eso es lo importante y no quien está en pantalla pavoneándose. Es una lástima que se haya recaído sobre tres muy buenos actores pero que lejos están de poder interpretar un musical. Más allá de ello y si pueden abstraerse de cuanto cantan, su actuación es muy buena y especialmente el papel de Crowe como Javert está muy bien logrado.
Una película argentina que pasó por el 25º Festival de Cine Jove en Valencia. Una propuesta interesante para un público determinado. La ficción documentalizada La película comienza con una secuencia de planos detalle con cámara fija en una línea de ensamblado. Parece un documental desde que comienza hasta que termina. Los títulos al minuto siete, más o menos, vienen a dar cuenta de las personas que trabajaron en el artificio. Directores, guionistas, arte, foto, montaje, en fin, si creías a este punto que estabas viendo un documental te equivocaste. Pero no tendría porqué ser tan así tampoco. La estética de la película juega con el documental, especialmente ese al que unos llaman “de Observación”, y busca recrearlo en toda dimensión. Hay planos interesantes y bien encontrados que le aportan mucho a la película. La cámara fija y la situación que sucede permitiéndonos a los espectadores, jugar con el fuera de campo. Hay algo de oculto en todo este tratamiento que a uno le permite sospechar diferentes cuestiones. Y mientras parece que se está en un tiempo muerto en realidad se nos está dando ese lugar para elucubrar. El no actor también suma enormemente a esta estética documental. Todos los personajes son interpretados por los propios pobladores de Carlos Keen. El lugar La zona en donde se desarrolla es una localidad de la Provincia de Buenos Aires llamada Carlos Keen de cuatrocientos habitantes. De esto, uno no se entera al comienzo por lo que puede ser un pueblo cualquiera de llanura pampeana. Este lugar pareciera disparar la historia y contribuir enormemente en la narración. Quizá allí radique la decisión de ubicar la cámara fija y que la acción suceda a partir de lo que el pueblo ofrece. Un público determinado Algunas películas pecan por ser un tanto snobs y subestimar a su público al sostener esa estúpida idea de que “no lo van a entender”. Este no es el caso con El Fruto, pero sí creo que si tus últimas tres películas que fuiste a ver al cine fueron Brave, Skyfall y Expendables entonces quizá esta peli no llegue a interesarte mucho. Conclusión El Fruto tiene cositas interesantes que se van rescatando por su pericia y por la búsqueda que detrás de ellas se evidencia. Se nota que es una peli bien festivalera la que por suerte, ha logrado trascender y estrenarse comercialmente en nuestro país. Dura tan sólo una hora y no creo que le falte nada. Si son de los que disfrutan de estos films la van a pasar bien y los que no, bueno, quizá quieran darle una chance y la terminan apreciando.
El joven director Nicholas Jarecki se lanza con su opera prima a gran escala con un reparto de lujo. No promete demasiado y por lo tanto no decepciona. MENTIRAS, PURAS MENTIRAS. Robert Miller es un hombre de negocios muy importante y respetado por la comunidad, su familia, su entorno, sus socios. En este momento se encuentra bajo mucha presión buscando la venta de su compañía a un cliente que toca y se va y casi nunca aparece. Pero Robert Miller tiene poco tiempo porque hizo una maniobra sucia para tapar un agujero enorme frente a una auditoría. De a poco la fábula va cediendo y la fuerza de sus mentiras caen una a una. Es curioso cómo a pesar de ser un personaje de una moral completamente cuestionable, me sentí de su lado esperando que saliera airoso. Robert Miller, está hasta las manos con la compañía y sangran dinero, un amigo le prestó varios cientos de millones de dólares para que cubrir el agujero pero los quiere cuanto antes. Para colmo la hija comienza a sospechar e investiga las maniobras de su viejo hasta encontrarse con una realidad que no puede manejar. El protagonista no es el único mentiroso, es una cuestión muy buena sobre la película. Resulta difícil, a medida que avanza la peli, encontrarse con alguien que no esté mintiendo, que no esté faltando a sus principios o lo que considere verdad. UN PECADO Y UN CRIMEN. Robert Miller tiene una amante joven y francesa que quiere ser artista, (está bonarda, bonarda), y no le importa abandonar a su familia en el medio de su cumpleaños para recibir el postre en su casa -if you know what I’m saying. -Joey, we always know what you are saying-. Forma parte de la pintura de un hombre inescrupuloso que no repara en nadie salvo él. Es un hombre de negocios, por lo tanto cada persona es un asset para él, un bien, una acción. Todo bien hasta acá, la amante sabe de su esposa y familia y no piensa hacer nada, se la banca estoicamente en su lugar de la otra. Pero… Pero… (con algunos cambios esto es un culebrón), una noche, Robert Miller tomó de más, volcó y la piba murió. El tipo se escapa, llama a Jimmy (el hijo de su anterior conductor) para que lo rescate. Con la muerte aparece el queridísimo Tim Roth interpretando al Detective Bryer de la policía de Nueva York, these are their stories, quien comienza a investigar y buscar a quién fuera el que manejaba el auto y porqué se dio a la fuga. La cuestión sobre la mentira se refuerza aún más acá ya que si consideramos que una investigación policial o judicial traerá luz al asunto, esto no podría verse más comprometido en la película. Bryer falsifica evidencia para apretar Jimmy, que llevó a Robert Miller devuelta a su casa luego de haber volcado. ¿Pero quién se da cuenta de esto? El mentiroso experto, Mr. Robert Miller. Así es como le presenta las pruebas al juez y lo salva de un juicio que podría haberlo condenado. Pero Jimmy es un chico especial a quien Miller no puede sobornar, se banca todo esto únicamente por el lazo que lo une, (luego de que su padre murió, Miller los ayudó). UN FINAL PARADÓJICO E INTERESANTE -Sí, no me estoy matando con los títulos, ya lo sé.- Hacia el final se dan bien los tres desenlaces de las tres tramas más importantes, la venta de la compañía, la investigación policial, y la relación de Robert Miller con su familia. En la trama de la venta, el comprador descubre la treta de Robert Miller con la auditoría, pero no le importa, por lo que la verdad resulta intransigente. En la trama de la investigación policial, cuando la manipulación de la evidencia por parte de Bryer es expuesta, el juez termina el caso, por lo tanto acá la verdad, o una al menos, lo salva al protagonista. En el caso de la familia hay una cuestión doble. La esposa, Ellen Miller, interpretado por la hermosa y más aún gran actriz, Susan Sarandon, sabe de los amoríos y demases de su esposo. Cosa que no le importa, sabe como es este juego y va para adelante igual porque para ella son otras las cosas que están en juego. Pero cuando la hija de ellos se entera de todo esto termina por quebrar todo el sistema. Así es como Ellen Miller le ofrece un trato en donde Robert Miller se queda sin un sope pero ella le miente a policía sobre el caso para que se cierre de una buena vez. Uno podría pensar que si va a ver una película que trate esta temática, finalmente encontraría una bajada moralista y absolutista sobre eso, casi dogmática, como No mentirás. Pero este no es el caso y eso hace que esta sea una buena película, además de otras cuestiones relevantes. La mentira forma parte del juego, no es buena ni mala, está ahí y está lo que se hace con ella, puede traer resultados positivos como devastadores. Si Robert Miller nunca hubiese hecho la maniobra que hizo en su empresa, su hija nunca lo hubiera descubierto y no hubiera terminado así, porque tampoco hubiera sabido sobre la amante y tanto más porque una mentira se puede cubrir con otra. El final resume muy bien todo esto. En una gala a toda pompa y boato, se celebra la gran persona que es Robert Miller. ¿Y quién más que su hija es quien lo presenta frente a todo el mundo como un gran humanitario, filántropo, amigo, mentor y padre? Una jugarreta del guión muy bien puesta en el final. Robert Miller saluda a su esposa y al llegar al escenario su hija difícilmente puede ocultar su desprecio. Todo esto ha sido una gran puesta en escena a la que hemos asistido y no ha estado mal. CRÍMENES Y PECADOS Pedazo de film del groso de Woody Allen. Robert Miller recuerda a uno de los protagonistas de aquella historia, el Dr. Judah Rosenthal quien se encuentra en una situación muy similar. Hay rasgos a lo largo del film con aquella película y esas tragedias silentes de alguno de los personajes de Woody Allen. UNA CURIOSIDAD VULGAR Ya se asentó la cuestión de la mentira como tema elemental en la película. En ella actúan Bryer (el policía) y la novia del pibe al que quiere apretar no es nada menos que Monica Raymund, Ria Torres, en la serie ya terminada de Lie to Me, donde el doctor Lightman buscaba traer a la luz las mentiras vertidas por criminales. CONCLUSIÓN La película está muy bien a rasgos generales, no es una obra maestra ni genial, pero está bien en todos los aspectos, especialmente las actuaciones (obviamente, garantizadas por estos tres capos y Nate Parker-agradable sorpresa-) y me quedo con el guión que está muy bien construido en una peli que en la sumatoria de cosas se podría haber descarrilado, pero no lo hizo. Tomen nota, eso pasa cuando se tiene claro sobre qué se está escribiendo. Luego de ver esta peli me quedan ganas de ver la próxima película de Nicholas Jarecki, y eso, para quien escribe, es una buena señal.