En el 2013 el movimiento estudiantil brasilero copó las calles de Sao Pablo protestando contra la suba de la tarifa del boleto. Fueron reprimidos, perseguidos, pero nunca declinaron. Los jóvenes comenzaron a sentir el poder colectivo que tenían y se fueron multiplicando. Las imágenes revelan los seis días de resistencia, tras lo cual el gobierno reculó con su medida. Aquella (re)vuelta sentó un precedente: unirse para salir a las calles en defensa de los derechos civiles y humanos. El estreno del nuevo documental de la realizadora brasilera Elisa Capai, demuestra su compromiso con las temáticas sociales como hizo anteriormente en Tão longe é aqui(2013), No devagar depressa dos tempos (2014), O jabuti e a anta (2016) y #Resistência (2017). Es precisamente, bajo esa orientación, que indaga en formas narrativas y estilísticas más creativas que revelen y transmitan al espectador la escencia de los hechos que muestra. Espero tu (re)vuelta está narrada por tres estudiantes de origen humilde y de clase trabajadora que viven con la disyuntiva de tener que elegir “entre comer o tener un techo”. Ellos son Koka; Nayara y Marcela, quienes representan los puntos centrales de la militancia estudiantil que surge, fuertemente, entre el 2015 y el 2017 como respuesta al cierre de las escuelas públicas, a la que concurren la clase baja de Brasil, al traslado de sus alumnos y ante la intención política de reducir el presupuesto educativo. En sus revueltas, desafiaron al poder gubernamental y toleraron el abuso de las fuerzas de seguridad, ganado una nueva batalla que impidió dichas medidas. La cámara de Capai se inserta en el núcleo del conflicto para tomar en directo la gesta de los cambios sociales en el campo estudiantil. Esa urgencia no espera, y se vuelve un grito de resistencia, que se muestra a través su organización interna, de las tomas a los colegios y en las peleas frente a la policía que intenta invisibilizarlos. También se intercalan imágenes de archivo, que van dando forma a un relato dramático e intenso. “Ya veremos qué pasa cuando los niños se despierten y usen sus juguetes para revolucionar” rapea Lucas “Koka” Penteado, frente a muchos estudiantes a quienes los representa. El rap durante todo el documental se intercala como la voz colectiva de los que menos tienen, un ritmo que acompaña la vorágine de las calles y los años más duros, desde de la dictadura militar, que terminaron en la destitución del gobierno de Dilma Rousseff y el ascenco de Bolsonaro. Desde lo formal, el documental se muestra construyéndose a sí mismo de manera autorreferencial. Sus protagonistas intercambian opionines -en off- sobre lo que van a mostrarle al espectador, otras veces dan su testimoio a cámara. Un recurso, que le imprime cierto carácter didáctico o pedagógico, que está en consonancia con el tema. Las imágenes redundan en mostrar la violencia constante, la presión psicológica y el desinterés de cierta dirigencia de derecha que intenta mantenerlos en la ignorancia para manipularlos o encarcelarlos sin motivo. Basta ver el crecimiento de la población carcelaria que se cuadruplicó entre 1998 y 2015. En su paso por los Festivales Internacionales, recibió el Premio Internacional de Amnistía y el Premio de la paz en Berlinale (2019); salió galardonada como Mejor Documental brasilero en Olhar de Cinema, FICIP. También fue premiada con el “Best young feature film”, en Cinema in sneakers y seleccionada para la Competencia oficial de Derechos Humanos en el Buenos Aires Festival Internacional de Cine Indeopendiente -BAFICI. Elisa Capai reproduce el lenguaje estudiantil, habla y se mueve como y junto a ellos. No toma distancia de los hechos, más bien se suma a las demandas que acompaña desde un registro cercano y apelativo. Cada plano toma distintos aspectos de su lucha, visibilizando un cambio de paradigma en los movimientos sociales que surgen ante la falta de libertad y violación de sus derechos. ESPERO TU (RE) VUELTA Espero tu revuelta. Brasil, 2019. Directora y guionista: Eliza Capai. Intérpretes: Nayara Souza, Lukas “Koka” Penteado, Marcela Jesus. Productor: Mariana Genescá. Dirección de fotografía: Bruno Miranda, Eliza Capai. Edición: Eliza Capai, Yuri Amaral. Sonido: Confraria de Sons & Charutos.Música: Décio 7. Duración: 93 minutos.
El estreno por streaming de la película rusa Sumergidos, dirigida por Nikita Argunov, quien debuta en la realización luego de producir Guardians (Zashchitniki, 2017) y supervisar los efectos especiales en Proyect (2018), combina el thriller y la ciencia ficción con un gran despliegue de efectos especiales, que le permiten crear una nueva realidad, que sólo es percibida en el estado de coma. A partir de un accidente automovilístico, un joven arquitecto despierta en un mundo que no reconoce. Un lugar donde las leyes de la física no cuentan y todo es posible. Allí, descubre que todo lo que percibe se basa en la memoria de lo que conoció y que él, como quienes los rodean, están internados en coma. El grupo que lo recibe es un escuadrón de resistencia comandado por un líder junto a sus soldados, que luchan contra unas criaturas llamadas Readers. Víctor tiene la posibilidad de elegir quien desea ser e intentar buscar una salida que le permita regresar al mundo real. Bajo una estética onírica y oscura, se despliega un escenario pos-apocalíptico, donde todos luchan por sobrevivir. Hay ciudades boca abajo, o inclinadas, glaciares en el aire, puentes que no llegan a ningún lado, y personas incompletas. Sueños dentro de sueños. Todas las imágenes evocan lo vivido o conocido en el estado consciente, pero allí no se rigen por la ley de gravedad ni por normas que guíen la conducta, todos tienen la posibilidad de realizarse, y de lograr lo que no pudieron en la vida real. Ellos forma parte de un experimento que desconocen, una suerte de segunda oportunidad, en manos de la ciencia. Sumergidos recuerda muchos aspectos visuales de El origen (Christopher Nolan) en su constante deformación de la realidad, como de cierto estado de confusión en la construcción del relato, y de los personajes que no terminan de entender que sucede a su alrededor. Un rasgo propio de los relatos omniscientes, que evoca también la saga de Matrix (Hnas. Wachosvsky) donde escapar de la realidad hacia otra virtual, es fruto de una manipulación cerebral que genera manipulación, dependencia, dominio y lucha de poder. En relación al guion, la historia no escapa de las fórmulas del cine de género, en cuanto a los conflicto internos dentro del escuadrón, las disputas de poder, el aspecto de megalomanía de los ensayos científicos, como el triángulo amoroso entre los personajes principales. Si bien Sumergidos no presenta una propuesta totalmente original, logra impactar y destacarse desde lo visual, a partir de un gran trabajo digital en los efectos especiales. Y, no si menos ambición, la propuesta de Nikita Argunov, manipula la temporalidad narrativa lejos de la linealidad formal, para funcionar como metáfora de un mundo en decadencia, donde cada vez es más difícil ser feliz, alcanzar un lugar o llegar a ser quien nos proponemos. SUMERGIDOS Coma/Koma. Rusia,2020. Dirección: Nikita Argunov. Guion: Nikita Argunov, Timofei Dekin, Aleksey Gravitskiy. Intérpretes:Milos Bikovic; Anton Pampushnyy; Lyubov Novikova, Rinal Mukhametov, Aleksey Serebryakov, Vilen Babichev, Albert Kobrovsky, Polina Kuzminskaya. Edición: Sergey Dyshuk. Fotografía: Sergey Dyshuk. Música: Ilia Andrus. Duración: 111 minutos.
El nuevo thriller del realizador Gabriel Grieco, le permite tratar una problemática social que se desarrolla bajo los tópicos del género, como hiciera con Naturaleza muerta (2015) e Hipersomnia (2017), más cercanas al terror y lo fantástico. En Respira, su tercer largometraje, orienta su mirada a la temática ambiental, más precisamente, al daño que provoca el uso de los agrotóxicos en la población. Rodada en las afueras de la provincia de Buenos Aires, el paisaje pueblerino es el escenario ideal para desarrollar la historia de una familia que llegará en busca de una oportunidad a un lugar que deviene en pesadilla. Leonardo (Lautaro Delgado) es piloto comercial y está casado con una traductora (Sofía Gala) con quien tiene un hijo de 11 años. Al conseguir un trabajo como piloto fumigador en plantaciones de soja, deciden mudarse al campo y probar suerte allí. El capataz de lugar (Daniel Valenzuela) le niega la peligrosidad de los productos que utilizará, pero los pobladores le dicen lo contrario, y lo harán dudar. Entre ellos, Leticia Bredice y Nicolás Pauls, le advierten del peligro y el daño que están causando en la población, para que se aleje del lugar. La práctica de fumigación cuenta con la impunidad y la connivencia de las autoridades locales, como el comisario (Gerardo Romano), financiado por los terratenientes de la zona. Si en sus películas anteriores, abordó el veganismo y la prostitución, ahora se mete con la violencia del hombre hacia la naturaleza y contra la vida de las personas que la habitan. Esa amenaza tóxica está afuera, en el aire, la expande el viento y se inhala constantemente. Respira funciona como metáfora de la falta de concientización ambiental, del abuso de poder y la explotación. Sin embargo, la película denuncia poco sin profundizar sobre el tema, ni desarrollarlo. Al igual que en sus películas anteriores, hay citas y referencias cinéfilas que recuerdan, entre otras, a la escena de Cary Grant escapando de la avioneta en Con la muerte en los talones de Hitchcock; o Señales de M. Night Shyamalan cuando los protagonistas son perseguidos y tratan de escapar entre los pastizales. También se acerca a dos producciones nacionales de ficción que abordaron el tema ambiental: La tierra roja de Diego Martínez Vignatti y la serie “Cromo” de Lucía Puenzo. Grieco convocó a un gran elenco de actores, que se ponen la película al hombro, y colaboran en la construcción de un clima opresivo y agobiante; las locaciones y la estética turbia de los ambientes funcionan para alimentar la peligrosidad que subyace en el aire, logrando momentos de suspenso y sobresaltos musicales que mantienen la tensión. A pesar de esos aciertos, el ritmo es desparejo y el guion no termina de definir su orientación, ni elegir que prioridad se desea trabajar. Respira tuvo su premier mundial en el (BIFAN) Bucheon Internacional Fantastic Film Festival de Corea del Sur y recibió el premio a la Mejor Fotografía en el reciente (BRAS) Buenos Aire Rojo Sangre. Lejos de una reescritura sobre el género, o de responder al actual cine ambiental, los 77 minutos de duración no fueron suficientes para definir el rumbo de la acción, jugarse por algo, ni potenciar su buena intención concientizadora. RESPIRA Respira. Argentina, 2019. Dirección y guion: Gabriel Grieco. Intérpretes: Lautaro Delgado; Sofía Gala; Daniel Valenzuela; Leticia Brédice; Gerardo Romano; Nicolás Pauls.Fotografía: Diego Poleri. Sonido: Jésica Suarez. Arte: Juan Zavalía. Duración: 77 minutos.
La edad jubilatoria ha despertado el interés temático de películas que reflexionan sobre una etapa de cambios futuros. En ésta comedia francesa, el realizador Fabrice Bracq habla sobre la oportunidad que depara ese espacio de “libertad” que se goza al dejar de trabajar, y cómo influye el entorno familiar en la decisiones que se desean tomar con respecto a los deseos individuales. Marilou (Michèle Laroque) y Philippe (Thierry Lhermitte) son un clásico matrimonio burgués, que viven en una bella casona de estilo y que están a punto de jubilarse y de realizar el sueño que comparten: irse a vivir a Portugal. Ambos sienten que deben aprovechar esa libertad al llegar a cierta edad y después de años de trabajo sostenido. Cuando en una reunión familiar, convocan a sus hijos y nietos para darles la noticia que están planeando; uno de ellos les gana de mano, confesando que espera un hijo. El nuevo plan de transformarlos en futuros “cuidadores de nietos”, los llevarán a hacer lo imposible para evitarlo. La historia, protagonizada por dos grandes actores del cine francés, se desarrolla como una típica comedia de enredos con distintas situaciones que van acumulando malos entendidos, secretos, complicidades y cierto manejo del absurdo. También tiene una alta dosis de arrogancia y cinismo de parte de Marilou y Philippe dada su condición de clase y desapego a la simbiosis familiar, más habitual en la comunidad latina. Basada en la obra de Guillaume Clicquot, Frabrice Bracq autor de películas sobre temática familiar (A Whole World For A Little World -2017; Dad in Mum -2014); vuelve a metenerse de lleno con las relaciones vinculares contrastando a las distintas generaciones que forman parte de la familia; y cómo se han modificado, o no tanto, ciertos roles y mandatos sociales: ser hija/o-profesional- esposa/o- madre/padre- abuela/o, como si ninguno de esos eslabones podría saltearse o no cumplirse como se espera. Uno de los problemas de la película, es el uso reiterado de ciertos chistes y del sarcasmo como remate (algo muy típico en las comedias francesas), cayendo en ciertos clishes a la hora de resolver las escenas cómicas. Si bien el ritmo se sostiene de forma dinámica, hay cierto descuido en las transiciones de los cortes. Por fin solos! es una propuesta entretenida, y no hay que pedirle mucho más que eso. Ofrece buenas interpretaciones, una linda ambientación, y aborda una temática de la que todos en nuestro seno familiar, de alguna u otra manera, podemos sentirnos reflejados. ¡POR FIN SOLOS! Joyeuse retraite! Francia, 2019. Dirección: Fabrice Bracq. Guion: Fabrice Bracq. Intérpretes: Thierry Lhermitte, Michèle Laroque, Judith Magre, Alain Doutey, Arielle Sémenoff, Constance Labbé, Gérémy Crédeville, Loup-Denis Elion, Nicole Ferroni, Amélie Etasse, Michel Cymès, Isaline Ponroy, Omar Mebrouk, Nicolas Martinez. Montaje: Fabrice Bracq, Sarah Perrain. Fotografía: Philippe Brelot. Música: Adrien Bekerman. Duración: 97 minutos.
La ópera prima del cineasta chileno Sebastián Muñóz aborda la intolerancia y opresión que se ejercía contra la homosexualidad, antes del ascenso de Salvador Allende en 1970. Basada en un libro de Mario Cruz y ambientada durante la campaña política de la Unidad Popular que llevaría a la presidencia al lider socialista, El Príncipe narra la historia de Jaime (Juan Carlos Maldonado), un joven veinteañero que una noche mata a su mejor amigo tras un ataque de celos. Ni bien ingresa a prisión, comparte el hacinamiento en una celda con un grupo de reclusos homosexuales. El lugar es liderado por “El Potro” (Alfredo Castro), un hombre curtido y respetado quien lo proteje y le enseña, desde el amor, a sobrevivir en un submundo donde se cumplen ciertos códigos. Allí, Jaime será apadrinado como “El Príncipe” y comenzará a ganarse su lugar. También conocerá a otro líder, un preso argentino, interpretado por Gastón Pauls, que peleará la disputa de poder con el Potro, su eterno rival. Enmarcada dentro del subgénero carcelario, donde transcurre la mayor parte del relato, la película intenta acercarse a las causas que llevaron al protagonista a cometer el crimen, teniendo en cuenta el contexto político y social. A través de flasbacks y la voz en off se recrea su infancia, la adolescencia pueblerina, el despertar sexual, y la noche del asesinato. Jaime es un personaje muy instrospectivo que carga una gran represión sexual y falencias emocionales. A medida que atraviesa el proceso de encierro, es testigo de las vejaciones y los malos tratos de los guardiacárceles hacia los homosexuales. Las vivencias del lugar lo ayudarán a reafirmar su identidad. El realizador construye una ambientación realista bien sórdida y deplorable de la típica cárcel sudamericana, como hemos visto tantas veces. En ese contexto, registra la violencia y el sexo con escenas explícitas entre reclusos que, más allá de la carga de erotismo que subyace, se muestran cómo un vínculo necesario para tolerar la soledad, el abandono y el desamor. La homosexualidad también forma parte del ejercicio del deseo y de la libertad, que no podían disfrutar plenamente afuera, y que se manifiesta en la protección de unos a otros, en este caso, del Potro hacia Jaime. “Por azar encontré este libro en una tienda de libros usados (“El Príncipe” de Mario Cruz), comenta su director, y no esperaba que detrás de la imagen de un libro barato de novela erótica, encontraría un fantástico retrato de la sociedad chilena de aquellos años, a través de una historia de violencia, amor y sexo entre prisioneros. Una homoherótica y cautivadora historia”. Coproducida entre Chile, Argentina y Bélgica, la película se presentó en el marco del 76°Festival Internacional de Cine de Venecia (2019), donde ganó el Queer Lion Award – Mejor película de temática LGBT -, siendo la primera película chilena en triunfar en esta categoría.También obtuvo el Premio Coral a la Contribución Artística – Sección Ópera Prima – en el 41° Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano – La Habana – (2019), y el 2ºClasificado PREMIO TCM de la Juventud en el 67° Festival Internacional de Cine de San Sebastián – Horizontes Latinos – (2019). El Principe sostiene a través de un formato clásico, un clima de tensión constante y de agobio, al que acompañan las buenas interpretaciones del elenco. La reconstrucción de época logra recrear un período conservador y represivo que funciona como una metáfora de aquellos tiempos. Sin embargo, la película no escapa de reiterar ciertos tópicos crudos y violentos del subgénero carcelario, ni intenta matizar el drama y el sexo con mayores sutilezas. Lo predecible del final, tuvo como guiño dejar de fondo el discurso esperanzador y libertario de Salvador Allende. EL PRINCIPE El Príncipe. Chile/Argentina/Bélgica, 2019. Dirección: Sebastián Muñoz. Guion: Sebastián Muñoz y Luis Barraies. Intérpretes: Alfredo Castro, Juan Carlos Maldonado, Gastón Pauls, Ceasare Sierra, Sebastián Ayala, Paola Volpato, Lucas Balmaceda. Montaje: Danielle Fillios. Fotografía: Enrique Stindt. Sonido: Guido Deniro. Duración: 96 minutos.
El cuarto largometraje de la documentalista Andrea Schellemberg (Palabras pendientes, Santa Lucía, Puente La Noria) investiga cómo los distintos gobiernos autoritarios que hemos tenido, silenciaron parte de nuestra historia prohibiendo libros que forman parte de la Sección Libros especiales de la Biblioteca del Congreso de la Nación. El documental parte del contexto político macrista, en el que fue realizado, el cual resulta desfavorable para revertir ciertas medidas con respecto a la difusión del pasado. Y en consonancia con esa idea, inicia con un discurso del presidente Macri denunciando el crecimiento desmesurado de empelados que tuvo la Biblioteca del Congreso. Ese énfasis en el número (cantidad de gente), invisibiliza a las personas que ejercen el trabajo diario y resta importancia al rol que cumple cada uno en relación a la conservación del patrimonio histórico. Esa omisión y ninguneo, juega como metáfora de silenciar y dejar de ver, como sucedió con los libros; una decisión política que, a lo largo del relato, se asocia y responde al modelo de país. Un modelo en crisis que se muestra a través de manifestaciones, reclamos, debates en Diputados, etc. Las imágenes de ese afuera intenso se intercalan con la historia de Silvana Castro, una mujer que trabaja en la Biblioteca del Congreso de la Nación, ocupándose del área de Colecciones Especiales. Allí, se guardan los libros prohibidos durante los gobiernos inconstitucionales, los cuales se exhibían al público en una muestra que fue suspendida en el año 2016. Silvana junto a sus compañeras de trabajo intentarán reeditar la muestra en el Palacio Legislativo, mientras observamos su trabajo diario. Una tarea comprometida con la libertad de saber y con la generosidad de ofrecer un servicio especializado a quienes desean investigar y comprender la historia argentina. El documental dialoga con espacios ficcionalizados, principalmente en el seguimiento de la vida personal de Silvana, en los diálogos con sus colegas, o con las personas que ingresan para investigar determinado tema, mientras las imágenes de archivo funcionan como marco contextual, aunque por momentos se disipe el tema central y se abran demasiados frentes que, sin bien están en concordancia, le quitan el foco. Los prohibidos, que fue exhibida durante el mes de noviembre en el Malba y recorrió de diversos Festivales Internacionales, tiene su merecido estreno en la cartelera comercial. Andrea Schellemberg construye un documental que no sólo da luz a períodos oscuros de nuestra historia donde la intolerancia enterró, silenció, quemó o escondió nuestro acervo cultural, sino que rescata a quienes trabajan a diario manteniendo la memoria frente al olvido. LOS PROHIBIDOS Los prohibidos. Argentina, 2018. Dirección, guion y producción: Andrea Schellemberg. Intérpretes: Silvana Castro, María Julia Rillo, Diana Campi. Dirección de cámara y fotografía: Diego Gachassín. Sonido directo: Alejandra Casal, Carlos Torres, Agustín Pereyra, Gino Gelsi. Montaje: Fernando Vega/Cámara: Juan García Lewin/Posproducción de sonido: Fernando Vega, Gino Gelsi/ Posproducción de imagen: Javier Hick. Duración: 65 minutos.
Cuando una circunstancia le permite a una joven treintañera disfrutar de sus cinco minutos de fama, luego nada parece emular el reconocimiento que tanto anhelaba frente a otros y hacia ella misma. A partir de esehecho que funciona como disparador de la historia, la realizadora Clara Picasso (El pasante, 2010) construye una comedia dramática que reflexiona sobre las aspiraciones personales, el deseo, las propias trabas y valor sobre el exitismo en el ambiente teatral. Paula (muy buena interpretación de Rosario Varela) es actriz, pero dicta clases de español a extranjeros en un bar. Una tarde sufre un asalto mientras conversaba con su alumno. Cuando el ladrón se aproxima, ella, sin querer, le pone la traba con su pierna, él cae al piso yqueda inconsciente. La cobertura de la noticia en los diarios y frente a las cámaras de televisión, la exponen frente a todos. A Paula le cambia el semblante, disfruta a pleno de esa instancia que le otorga sentido a la vida anodina y rutinaria que lleva, aprovechando a decir que es actriz. La directora hace un seguimiento continuo de Paula mientras deambula por castings, fiestas y reuniones con amigos, buscando algo que la aleje de su inconformismo y soledad, pero también se acerca con largos planos fijosdestacando el trabajo compositivo de Rosario Varela, al interpretar un personaje cambiante e introspectivo en plena crisis con ella misma. La protagonista fue seleccionada en el Laboratorio de Guiones Cinefilia en Santa Fe de Antioquia, Colombia y ha obtenido una Beca del Fondo Nacional de Las Artes para su desarrollo. Resultó ganadora del Concurso de Largometrajes Nacionales 2017 del Instituto de Cine y Artes Audiovisuales y participó del WIP del Festival de Mar del Plata 2018. Si bien la película aborda cierta presión social, el snobismo y el grado de competencia dentro del mundo de los actores a una determinada edad, Picasso le otorga esperanza al relato, a través de un personaje que aún puede cambiar el rumbo de las cosas y redescubrirse. LA PROTAGONISTA La Protagonista. Argentina, 2019. Dirección y guion: Clara Picasso. Intérpretes: Rosario Varela, Macarena Suárez Dagliano, Ignacio Rogers, Jimena del Pozo Peñalva, Facundo Aquinos. Edición: Manuel Ferrari. Fotografía: Lucas Gaynor Dirección de Arte: María Eugenia Fermani. Diseño de sonido: Francisco Pedemonte. Música: Cheba Massolo y El mató a un policía motorizado. Duración en minutos: 65 minutos.
Los cambios de paradigmas en materia sexual y de género, permite que Los amores de Charlotte, segunda película de la actriz y directora franco canadiense Sophie Lorain, aborde el tema con libertad y naturalismo, a través de una comedia donde tres amigas, en plena adolescencia, desafían y exploran las relaciones con sus pares y los conflictos de roles. La historia protagonizada por la extrovertida y curiosa Charlotte (Marguerite Bouchard) junto a sus dos amigas Mégane (Romane Denis) quien descree del amor, y Aube (Rose Adam), por el contrario, romántica y reservada, transcurre durante sus vacaciones, cuando descubren una gran juguetería que tiene atractivos empleados. Las tres se postulan, y comienzan a trabajar allí. Charlotte, que atraviesa una gran desilusión amorosa, para poder superarlo decide experimentar libremente su sexualidad con sus nuevos compañeros. Las vivencias cambiarán de rumbo cuando se dé cuenta de que forma parte de un juego. Desde una mirada femenina sobre los vínculos, el deseo y el cuerpo, la realizadora intenta revertir la visión dominante masculina para llenar de frescura situaciones cotidianas que hemos atravesado en algún momento. Rodada íntegramente en blanco y negro, la elección estética del director de fotografía, si bien embellece y carga de nostalgia ciertos pasajes, no condice con la vitalidad contemporánea que propone éste relato dinámico, desestructurado y juvenil, donde el color hubiera resaltado mejor la propuesta. Con miradas a cámara, una equilibrada puesta en escena, ajustada a las necesidades del guion, se destacan las interpretaciones de sus protagonistas que manejan muy bien los matices de su problemática juvenil, mientras se intercala un video musical que acompaña los conflictos del amor. Presentada en el Festival de cine francés de Málaga, por su actriz principal, Marguerite Brouchard, la joven resaltó que “un aspecto importante de la película es que no trata la sexualidad femenina echándole la culpa a los hombres, sino que aboga por la igualdad a la hora de vivir las relaciones en armonía y de forma divertida”. Los amores de Charlotte, es una película pequeña, sencilla, destinada a jóvenes espectadores, con quienes se generará mayor empatía en temas convocantes como el amor, la amistad, los tabúes sexuales, y la reafirmación de la identidad. LOS AMORES DE CHARLOTTE Charlotte a du fun. Canadá, 2018. Director: Sophie Lorain. Guion: Catherine Léger. Intérpretes: Marguerite Bouchard, Romane Denis, Rose Adam, Alex Godbout;Marguerite Bouchard Marylou Belugou, Vassili Schneider, Claudia Bouvette, Audrey Roger, Anthony Therrien, Nicolás Fontaine. Música: Dazmo, Sari Dijani, Pierre-Luc Rioux, Marc-André Sauvageau, Rudy Toussaint. Fotografía: Alexis Durand-Brault. Duración: 89 minutos.
El reconocido actor paraguayo Arnaldo André, que cautivó al público argentino durante décadas, en reconocidas telenovelas y obras de teatro, cumplió el sueño de dirigir su primera película Lectura según Justino, basada en su infancia y rodada en su pueblo natal, San Bernardino, durante la dictadura del general Stroessner a comienzos de los cincuenta. En aquel pueblo apasible, fundado por colonos alemanes, Justino de 11 años (Diego González)- el alter ego del director-, vive con sus padres y hermanas. La pérdida repentina de su padre, cambia la vida de todos e interrumpe el paso hacia la adolescencia. Justino queda como el hombre de la casa y comienza a trabajar de cartero, mientras estudia en la escuela alemana. Allí, conocerá a una bella y solitaria profesora de alemán llamada Ulla (Julieta Cardinali). Paralelamente, le lleva correspondencia a Joschka (Mike Amigorena) un ermitaño oficial nazi que, según los habitantes del pueblo, esconde un pasado turbio durante la guerra. En pleno despertar adolescente, el joven quedará en medio de un confuso vínculo entre su profesora y el ex oficial, que está en la mira de todos. Entre el coming of age, el melodrama biográfico, la reconstrucción histórica donde convivían colorados y liberales, los lazos entre Argentina y Paraguay -a través de la Fundación Evita- y cierta intriga detrás de los alemanes y de un crimen en el lugar, se desarrolla una película donde se fusionan todos los elementos característicos de las telenovelas. Lectura según Justino opta por un relato que, desde lo formal, se acerca más a lo televisivo, con una puesta en escena que tropieza en varios sentidos. El tiempo narrativo fluye con algunos cambios de registro repentinos, que dificultan la continuidad; recurre al efectismo de ciertos planos pictóricos, y cae en el subrayado musical para enmarcar las imágenes. El elenco acompaña el desarrollo de la historia, sujetos a un guion que se desvía hacia subtramas, restándole solidez y direccionalidad al núcleo principal. Luego de varios años de su estreno en Paraguay, Arnaldo André ofrece una mirada nostálgica y romántica sobre sus recuerdos de infancia y adolescencia, para hablar, entre otras cosas, sobre la superación personal, la importancia en la educación y la contención familiar. LECTURA SEGÚN JUSTINO Lectura según Justino. Argentina/Paraguay, 2013. Dirección: Arnaldo André. Guión: Arnaldo André, Gustavo Cabaña. Intérpretes: Julieta Cardinali, Mike Amigorena, María Laura Cali, Edgardo Moreira, Diego González. Fotografía: Hugo Colace. Música: Derlis Gonzalez. Montaje: César D`Angeolillo. Producción: Arnaldo André, Ignacio Echegoyen. Duración: 94 minutos.
Bajo el título comercial ¿Dónde está ella?, interrogante que se orienta más a un thriller, se presenta Nos batailles (su nombre original) que significa “Nuestras batallas”, dirigida por el belga Guillaume Senez (9 meses, 2016). Su segunda película, es un sólido drama familiar que aborda la inestabilidad de lo que damos por seguro cuando algo se quiebra, y la búsqueda del equilibrio entre lo que somos y deberíamos ser. Olivier (Romain Duris) tiene 39 años y trabaja en una fábrica de embalaje como jefe de un área, sin descuidar el apoyo sindical a sus compañeros. Son tiempos de inestabilidad laboral, y todos son fusibles de cambio. Está casado con Laura (Lucie Deaby) y tienen dos hijos pequeños (Basile Grunberger y Lena Girard Voss) en etapa escolar. Los cuatro forman un hogar armonioso y parecen felices, hasta que repentinamente Laura desaparece. Desconcertado por la sorpresa, Olivier se hace cargo de sus hijos, de seguir buscándola, de mantener el trabajo y vincularse desde otro lugar como padre. Ayudado por las mujeres de su entorno, la hermana (Laetitia Dosch), la madre (Dominique Valadié), y la compañera de trabajo (Laure Calamy), Olivier y sus hijos buscan la armonía de la vida que perdieron, manteniendo la esperanza de que Laura regrese. Si en su película anterior, Senez abordó las consecuencias del embarazo no deseado en una pareja de adolescentes, desde el punto de vista de un padre muy joven; en ésta ocasión, el conflicto familiar se desarrolla en una etapa de madurez familiar, donde no sólo Olivier está presionado por la precariedad del sistema laboral, sino también por la ausencia repentina de su mujer, que afecta directamente su estabilidad emocional y la de sus hijos. Los tres juntos deben aprender a conocerse y ejercer nuevos roles dentro de la casa, y con ellos mismos ante la angustia. Un proceso de adaptación que veremos evolucionar a lo largo del relato. Con gran fluidez narrativa, y una mirada cercana a sus personajes, la historia nunca abandona la tensión de los trabajadores de la fábrica, quienes luchan por sus derechos en una sociedad cada vez más hostil. Ante esa fragilidad e inestabilidad amenazante sobre el protagonista, se suma el quiebre personal e íntimo que atraviesa con su familia. La puesta en escena, conjuga ambas situaciones en un espacio de diálogo, pero también de un vacío latente cargado de preguntas frente a lo efímero. El clima que se va generando, sostiene, casi de forma justificada, la decisión de un abandono imprevisto. En ese punto, el rol de las mujeres tiene un peso importante dentro de la historia. Presentada en la Semana de la Crítica del 71º Festival de Cannes, Dónde está ella? Muestra la madurez de su realizador ante una película en la que dosifica la información, no juzga la toma de decisión de una madre al irse (porque no pone en duda el amor) y, de esa manera, evita caer en lugares comunes frente a la ausencia. Senez logra sacar lo mejor de Romain Duris y de las actrices con las que trabaja, generando empatía en el espectador. Vale mencionar el debut de los más pequeños, que se muestran con gran naturalidad. Volviendo al título, las luchas que enfrentan los personajes son las luchas diarias, las laborales, las íntimas, las afectivas, las ideológicas que, a pesar de todo, sostienen con esperanza. ¿DÓNDE ESTÁ ELLA? Nos batailles, Bélgica-Francia (2018). Dirección: Guillaume Senez. Guion: Guillaume Senez, Raphaëlle Valbrune-Desplechin. Intérpretes: Romain Duris, Lucie Debay, Basile Grunberger, Léna Girard Voss, Laetitia Dosch, Laure Calamy, Dominique Valadié, Sarah Lepicard. Fotografía: Elin Kirschfink. Duración: 98 minutos.