UN MUSICAL CON POCAS LUCES Un gran elenco puede ayudar a que una historia logre cautivar el interés del espectador, también puede ser el complemento perfecto para que una narración se entienda y la misma cobre otro sentido, puede que gracias a las actuaciones a un film se lo designe como recomendable y hasta un actor puede quedar encasillado en un rol y con el paso de los años le cueste desprenderse del mismo. En “Nine” sucede algo muy curioso, el film tiene un elenco deslumbrante pero solamente dos de ellos logran destacarse, desnivelando totalmente las otras figuras y dejando una insatisfacción al terminar la función. Un famoso director de cine está por empezar el rodaje de su última película titulada “Italia”, pero lamentablemente no ha terminado, ni empezado, con la escritura del guión. La prensa lo persigue y seis mujeres lo van a arrinconar en un dilema por el verdadero amor y la vocación. Si bien hay dos actores que se lucen en todas las escenas en las que están presentes, hay otros que dejan un sabor amargo por su inexpresión y sus cortas apariciones. Daniel Day-Lewis, como el inquieto Guido, está muy correcto en todas sus apariciones. Su personaje está muy bien desarrollado y las emociones que el mismo presenta están muy bien interpretadas. Esto mismo sucede con la mejor actuación de la película, por parte de Marion Cotillard, en el rol más complicado, fuerte y emocional de la misma, que no solo presenta los mejores diálogos, sino que es la protagonista de las más interesantes piezas musicales de todo el relato, gracias a su increíble postura frente a la cámara y el realismo que libera con cada movimiento. Pero mientras los minutos van pasando y los fotogramas van corriendo, las regulares interpretaciones aparecen de la mano de: Nicole Kidman, a quien se le debía un poco más de protagonismo y una canción un poco más fuerte en presencia; Fergie, totalmente desalineada del centro de la historia; Sophia Loren; Kate Hudson, protagonista de un interesante musical, pero que no tiene conclusión ni introducción; Judi Dench, que hace lo posible por hacer de su personaje destacable y Penélope Cruz, que lamentablemente no logra salir del personaje sufrido y esquizofrénico que tan bien interpreta en las cintas de Almodovar. Buenas actrices pero muy descuidadas y desaprovechadas. La historia, que dura casi dos horas, se puede resumir en muy pocas lineas, por lo que lo que justifica la duración es el implemento de escenas largas, sin sonido, que en cierta manera descolocan al espectador del género y aburren. La cronología de los hechos es básicamente lo más interesante de toda la cinta. Cada uno de los problemas que Guido debe superar y principalmente la estética visual que estos momentos, presentan un despliegue narrativo que no complementa cada uno de los musicales. Aquí las canciones no forman parte de este desarrollo, sino que se ubican en sueños y pensamientos de los protagonistas, logrando así que cada una de estas pierdan interés e importancia. Hay tres canciones que son muy interesantes, por un lado “My Husband Makes Movies” y “Take It All”, las dos interpretadas por Marion Cotillard, la única que le pone el hombro a la situación, y por otro lado “Cinema Italiano”, el momento de Kate Hudson, que es muy divertido pero que no presenta conclusión alguna respecto al hilo narrativo central. Por el lado técnico el vestuario y el maquillaje son las dos características que más se destacan, el diseño artístico y cada una de las puestas en escenas son muy buenas. Lamentablemente esta no es la película que el elenco y principalmente el famoso musical de Broadway se merecían. Canciones poco interesantes, una historia aburrida y demasiado larga para su intensidad y un cast que en su mayoría no actua son los condimentos que hacen de este film un musical desaprovechado e insatisfactorio. Rob Marshall incursionó muchísimo mejor en el género en el film del 2002 titulado “Chicago”. UNA ESCENA A DESTACAR: “Take It All” y el desarrollo de toda la escena, el mejor momento de la película, con la actuación perfecta de Marion Cotillard.
LAS REGLAS PARA PODER SOBREVIVIR Y REIR En el 2004 “Shaun of the Dead” fue la única película moderna en quebrar exitosamente el esquema “serio” y de terror de los muertos vivos y como si se le estuviese rindiendo homenaje a George Romero o a Peter Jackson, el humor desarrollado complementó perfectamente a los zombies. Ahora bien, aunque es inevitable la comparación con el film de Edgar Wright, “Zombieland” posee características que la definen por sí sola y la convierten en uno de los mejores entretenimientos oscuros de los últimos años. La Tierra fue apoderada por zombies y Columbus, un adolescente solo y perdido en el camino, junto con sus reglas de supervivencia va a tratar de poder llegar a su hogar. En el camino se va a encontrar con tres personas, que juntos van a intentar seguir vivos, aunque los problemas aparezcan y sean interminables. Uno de los tratamientos más llamativos de esta cinta es, mediante un excelente e innovador guión, el contraste entre los personajes. Jesse Eisenberg interpreta a Columbus, un chico solitario, tímido, miedoso, vergonzoso y que mete la pata en todo momento; Woody Harrelson es Tallahassee, una especie de cowboy moderno con el alma dispuesta a destrozar de la peor manera a los muertos vivos que lo enfrenten; Emma Stone y Abigail Breslin son Wichita y Little Rock respectivamente, dos hermanas dispuestas a hacer todo lo posible por controlar la situación y chantajear a los muchachos. Todas son personalidades opuestas y ese toque diferente hace de la película una experiencia en la que no se sabe qué puede suceder en la escena siguiente. Otra de las características que hacen de esta película muy llamativa es que todos los retos que se permite explorar salen exitosos, ya sean por su edición, locura o por sus sorpresivos remates. Es así como situaciones como: la introducción en cámara lenta, la intromisión en el supermercado, la obsesión por los famosos pastelitos, la continua aparición de las reglas en pantalla, el pasado de columbus, la llegada a la mansión de un genio del humor y ese ambicioso pero excelente final en el parque de diversiones, nunca desentonan con el sentido de la película y demuestran que con un poco de imaginación y dedicación, una temática ya gastada, como lo son los zombies, puede convertirse en una experiencia muy gratificante y divertida. El humor se basa en la palabra, en las técnicas de supervivencia y en el gore que correa por su exceso en diferentes oportunidades. La edición acompaña muy bien el relato, tratando de involucrar en el mismo diferentes acciones y situaciones que no se pueden ver, así como las cámaras lentas y rápidas, los juegos con los tiempos y el recordatorio de las reglas inventadas por el fóbico muchacho. La música es correcta y los efectos especiales muy convincentes. “Zombieland” es una experiencia muy divertida y, aunque no se la pueda dejar de referenciar con “Shaun of the Dead”, posee una trama original, diferente y propia. Un film bien actuado, con un guión perfecto y un tratamiento visual bellisimo. Una grata sorpresa que vale la pena ver, disfrutar y dejarse llevar. LO BUENO: actuaciones, guión, dirección, parte técnica, originalidad, sorpresas argumentales, introducción, escena después de los créditos LO MALO: en todo momento tiene a “Shaun…” por detrás y algunas cuestiones, casi al final de la cinta, pudieron haber sido rematadas de una manera más creíble UNA ESCENA A DESTACAR: llegada a la mansión de BM
LA SENCILLEZ DE LA CINEMATOGRAFÍA Contar lo sucedido en el primer semestre de la presidencia de Nelson Mandela con tanta profundidad y delicadeza es simplemente una forma de dar reconocimiento a una de las figuras políticas más importantes de Sudáfrica y el mundo. No solo sacó adelante un país, sino que lo dotó de identidad y futuro y eso en este film se ve demostrado arduamente. La historia se centra en los primeros meses de la llegada al poder de Mandela al gobierno sudafricano y como él decide centrar parte de su política en el deporte y en el tratar de ganar la copa mundial de Rugby que se jugaba en ese año en su país. Los primeros minutos, narrados visual y auditivamente como si se tratase de un documental televisivo, se centran en introducir la figura de Mandela al espectador, mostrando escenas de su excarcelación y de cómo él fue nombrado presidente del país. Luego la cinta va explorando poco a poco los diferentes estados de esta figura, sus relaciones, ambiciones, deseos, dolores y prioridades, mezclando muy correctamente los hechos concretos de su política con la ardua crítica del periodismo. Sin duda alguna lo que hace de este film una experiencia destacable es la labor de Clint Eastwood en la dirección, quien no solo captó el mensaje del protagonista y lo plasmó directamente en escena dándole una fuerza espectacular, sino que pudo crear con una sencillez abrumadora una historia que posee una introducción, un desarrollo y un final, sin recurrir a los flashbacks ni a las idas y vueltas en el tiempo. Toda la narración es muy lineal, simple y muy correcta, y esa decisión fue acertada. El trabajo realizado por Morgan Freeman es excelente, una demostración de talento y predisposición fenomenal. Los momentos en los que su personaje logra explicar con el corazón sus intenciones son increíbles y gracias a la profundidad y al tiempo tomado al decir cada palabra, los mensajes de dichas conversaciones valen la pena volver a oírlas porque son un gran ejemplo de vida y esperanza. Matt Damon está correcto, Francois Pienaar no le dictaba de un trabajo actoral complicado, pero esta bien desarrollado. Además de contar los momentos políticos de Sudáfrica, el film se da lugar en muchas oportunidades a jugar con el humor expresivo, que le da un toque diferente a la película. Por el lado técnico vale la pena destacar la banda sonora, la cual logra mimetizar la emoción e importancia de cada momento. El trabajo direccional de Eastwood es excelente, el foco siempre está centrado en lo que se quiere decir y no en lo que hay en escena, se juega con los movimientos de cámara, las tomas aéreas y principalmente, en la final de la copa mundial, con el espíritu de ser sudafricano, a sentir esos momentos como un hincha más de la inmensa tribuna. “Invictus” es un film que tarda en salir de su introducción, pero que se destaca por sus actuaciones, sus increíbles destellos artísticos y una dirección por parte de Clint Eastwood que da escalofríos en muchas oportunidades. Un reconocimiento a Mandela, una cinta para no perderse. LO BUENO: actuaciones, guión, adaptación, dirección, parte técnica, historia, final LO MALO: tarda en salir de su introducción UNA ESCENA A DESTACAR: la charla entre Mandela y el capitán
"5 Días sin Nora" es un excelente comienzo para Mariana Chenillo en la dirección, un film que logra mezclar con total soltura y efectividad el drama, la comedia y la tragedia, donde cada una de las situaciones introducidas presentan una identidad muy característica. La narración se centra en los acontecimientos posteriores al suicidio de Nora y como sus familiares deben lidiar con su cuerpo y su identidad. Problemas entre los familiares, apariciones de personajes secundarios, cuestiones religiosas y una tragedia que poco a poco se va intensificando, son las características que poco a poco van apareciendo en la historia.
DOS ACTORES… MEDIO PERSONAJE ¿Qué sucede cuando se mezcla sobreactuación, poca originalidad, un humor tonto, un guión regular y mucha previsibilidad? El resultado… una película sin sorpresas, tonta, pasajera y sin la chispa necesaria como para intentar volver a verla. Dos amigos inseparables están por cumplir su cometido de tantos años de trabajo. Pero sin previo aviso una mujer aparece y les da la noticia de que uno de ellos es padre de mellizos de 7 años. Ellos van a tener que lidiar con los niños y con el tratar de poder llevar a cabo la transacción laboral que tanto esperaron cumplir. El film se introduce con una seguidilla de flashbacks que son uno de los fuertes que minutos después sustentarán el humor del guión (tatuaje). Es allí, desde un principio, donde la situación empieza a esclarecerse y donde los problemas comienzan a aparecer. Robin Williams y John Travolta están bien, pero sus diálogos poseen tan poca expresión y fluidez que ellos hacen un gran esfuerzo por hacer de sus personajes algo más creativos de lo que el guión expresa, lamentablemente no lo logran. El único personaje que domina una labor diferente y destacable es Seth Green, quien con sus gritos y momentos de locura logra sacar unas pocas sonrisas justificadas. La historia es sencilla, poco original y previsible y más allá de eso, el guión se condimenta de un humor tonto, basado en los golpes, caídas y repeticiones, que aburren y expresan la poca originalidad de los guionistas y las ganas de seguir estancados en la gran laguna de la vergüenza ajena. Por el lado técnico el film comienza regularmente, la edición es simple, el montaje muy dudoso y los efectos especiales correctos pero para nada llamativos. Pero, como en un gran porcentaje de las cintas cinematográficas, esta posee algunos momentos divertidos, ya sean los del zoológico o los malentendidos con la edad de los protagonistas, que, aunque se hayan visto en los trailers promocionales, son de los mejor de la película y las únicas escenas diferentes. “Old Dogs” es un film previsible, mal guionado, regularmente dirigido y con actuaciones que no logran destacarse pese a que sean de gran talento. Una cinta con un humor tonto, básico, poco inteligente y con un mensaje muy superficial. Una película divertida pero de las peores de Travolta y Williams. LO BUENO: unas pocas escenas de humor LO MALO: actuaciones, guión, dirección, humor, música, historia, previsibilidad, final, mensajes UNA ESCENA A DESTACAR: zoo
IRONÍA DE UN DESPIDO Simples, organizadas, directas, originales y muy bien llevadas son las ideas que minuto a minuto se van apoderando de esta película, que no da vueltas sobre si misma y que va firmemente hacia su objetivo sin entretenerse en situaciones paralelas. Basada en la obra homónima escrita por Walter Kirn, la historia se centra en un hombre cuyo trabajo es el de despedir empleados de su empresa en diferentes localidades de los Estados Unidos, por lo que pasa gran parte de su vida dentro de un avión. Un día su jefe contrata a una nueva empleada para que ejerza su mismo trabajo y le ordena que le enseñe, en un viaje de unos meses, cómo es la labor y cómo debe enfrentar las diferentes reacciones de los afectados. Presentando un guión perfecto desde su introducción hasta cada uno de los matices que se van desarrollando, ya sean guiños al humor o ironías fuertes con doble sentido, este es un film en el que las actuaciones toman un protagonismo muy importante y primordial, ya que sin la calidad expuesta de las mismas el relato se volvería monótono, aburrido y sin la chispa de personalidad que los tres roles principales le dan a la narración. Goerge Clooney está muy bien en su personaje, lo dota de expresión, de profundidad, de sentimiento y, en muchas oportunidades, de un humor muy bien logrado. Vera Farmiga, en el rol de Alex, una mujer que provoca rechazo en el espectador ni bien aparece, pero que poco a poco se va mimetizando en la historia y se va entendiendo su propio “mensaje”, muy bien interpretada. Y Anna Kendrick, como Natalie, que mientras va descubriendo el verdadero sentido de su supuesta vocación, se va soltando y va mostrando una segunda cara, su verdadera identidad. En la historia hay humor (la charla entre los tres personajes en el hotel es delirante), hay drama, hay mensajes, pero en lo que se centra esta cinta es en mostrar otra perspectiva, distorsionada, exagerada y muy crítica por cierto, de la realidad empresarial. Es aquí donde la ironía y el sarcasmo forman parte de las riquezas más exquisitas del guión, de las actuaciones y de la edición, ya que algunos cortes y desenfoques juegan con dicho cuestionamiento. A su vez, el personaje llamado Ryan Bingham, el protagonista, está elaborado de tal manera para que en ningún momento se lo juzgue por lo que hace, “eso está bien, es su trabajo. Él decidió llevar adelante esa forma de vida”. Es por eso que cuando aparece Alex y luego Natalie uno como espectador logra crear mentalmente un circulo de relaciones, de idas y vueltas, de cosas que no se cierran y de una realidad, que es explicada al final, que es fenomenal y que gracias al tratamiento de los tiempos se entiende y se potencia. La música acompaña muy bien la narración, especialmente los momentos en los que los ritmos son el centro principal de la escena. La banda sonora es muy buena, los sonidos muy correctos. La edición muy bien lograda, la dirección astuta y cada una de las técnicas visuales y cinematográficas que se utilizaron, así sea la voz en off o las escenas cortas y concretas en el aeropuerto, complementan el increíble guión del film. “Up in the Air” es un film distinto, original, muy bien logrado desde lo actoral visual y direccional. Con un mensaje y una crítica social importante, esta película es una experiencia que homogeiniza el humor y el drama. Una muy buena propuesta, que puede confundir si no se logra captar desde un principio el sentido y la intención de la cinta. LO BUENO: actuaciones, guión, dirección, música, mensajes, parte técnica LO MALO: puede confundir si no se logra captar desde un principio el sentido y la intención de la cinta UNA ESCENA A DESTACAR: “mi novio me dejó”
REINVENTANDO UNA FIGURA “Sherlock Holmes” fue, es y será uno de los investigadores más importantes y enigmáticos de la literatura inglesa. Protagonista de numerosas aventuras, el mítico personaje cobra vida en esta nueva película, con cambios importantes, pero con su esencia intacta. Luego de la sentencia y muerte de Lord Blackwood, mago que trataba de cambiar el futuro con un invento desastroso para la humanidad, Holmes y su inseparable compañero Watson, deben tratar de lidiar con lo que parece ser el renacer de este asesino y sus ganas por hacer posible su descubrimiento. La historia va viajando por diferentes matices. Se invocan escenas de suspenso, drama y misterio, pero a la vez hay muchas alusiones al humor (las peleas en cámara lenta y cada uno de los pensamientos del detective), que no solo le aportan un toque más llamativo a la cinta, sino que la dotan de una fluidez y entretenimiento muy bien logrado. El nuevo Sherlock tiene más movimiento, es más ágil, más rudo, es sucio, desarrolla un espíritu mucho más fortalecido y un físico más musculoso al que los escritos originales describían. Pero, pese a los cambios realizados en la persona física y mental del protagonista y cada uno de sus acompañantes, el nuevo Holmes presenta muchas similitudes con el que Arthur Conan Doyle creó en 1887. Su inteligencia es inmejorable y su poder de observación muy detallista y certero y gracias a este respeto, el film triunfa, divierte y sorprende. Por lo que se podría decir que es una visión diferente de las historias originales, una informal adaptación de Guy Ritchie. Las actuaciones son excelentes. La interpretación de Robert Downey Jr. como el Sr. Sherlock Holmes es increíble, y gracias a cada una de sus inminentes y sorpresivas expresiones faciales y corporales, el film ronda entre el humor y el suspenso en todo momento. Un gran virtuosismo, una labor espectacular. A su vez, Jude Law, quien interpreta un muy correcto Dr. Watson, está perfecto en su papel. La esencia de su personaje se refleja en su actuación y, como si se estuviese leyendo uno de los capítulos de la novela, su amistad e inseparable fidelidad se expresan perfectamente en la cinta. El villano, interpretado por Mark Strong, también está muy bien, tiene momentos muy bien logrados, se juega mucho con los efectos de sonido y movimientos de cámara para darle mucho más suspenso y verasidad a su personaje. Rachel McAdams, como Irene Adler, muy seductora y carismática, mantiene una linea de misterio y desconfianza en el espectador constante. Por el lado técnico la película se destaca por su labor en los efectos especiales, los cuales crean atmósferas excelentes de suspenso y drama y elaboran el ambiente perfecto de la ciudad de Londres de 1891, además de dotarle de entretenimiento y vértigo en muchas escenas de acción. El manejo de las cámaras es sorprendente en muchas oportunidades, así como los ángulos con los que se decidieron introducir diferentes situaciones, muy originales y diferentes en toda la narración. La música es un complemento perfecto para la historia, los temas elegidos y la composición de Zimmer, mezclando violines, pianos, banjos y diferentes sonidos orquestales, son espectaculares. La edición es muy correcta y la dirección muy bien encaminada y convincente en todo momento. “Sherlock Holmes” es una mirada diferente del mítico personaje literario, que mezcla el suspenso propio de los escritos con humor, drama y un virtuosismo e inteligencia por parte de Robert Downey, Jr. al encarnar al detective. Un film largo, lento en algunas ocasiones, pero muy bien logrado desde lo visual y lo narrativo, con una dirección correcta y muy medida. Una cinta para disfrutar y dejarse llevar. Una versión informal del Sherlock Holmes de Conan Doyle. LO BUENO: actuaciones, dirección, guión, final, humor, explicaciones, ambientación, efectos especiales, música LO MALO: lenta en diferentes oportunidades y algo larga UNA ESCENA A DESTACAR: la explicación final
"Eden Lake" es una película que si se hubiese estancado en el terror y la crueldad que sucedió antes de la escena final, hubiese sido una de las grandes decepciones del genero. Una película que presenta una conclusión excelente, pero que sus 75 minutos anteriores y todos los errores que estos conllevan, no pueden ser olvidados.
Con un despliegue inmesurado de efectos especiales y un trasfondo político que se hace presente en los últimos minutos de este film, "2012" es la quinta película en la que Emmerich le dedica toda su labor al deslumbramiento visual y al olvido de una historia que pueda sostenerse por más de dos horas y media. Según el calendario maya a fines de diciembre del 2012 el fin del mundo acoplará las mentes de los habitantes de la Tierra. Paralelamente a un movimiento secreto para resguardar la humanidad, Jackson y su familia van a hacer todo lo posible por sobrevivir y contar en un futuro esta terrible experiencia.
Las películas de vampiros pueden convertirse en clásicos, así como "Dracula", pueden convertirse en películas de terror de puro entretenimiento, por ejemplo "30 days of night" o pueden convertirse en películas sin sentido como "Underworld". "Let the right one in" cruza esta costumbre, innovando en este subgénero, con una historia única y muy original.