Tres amigos cuarentones, aburridos de sus vidas de yankys gordos, descubren la fuente de la felicidad en un jacuzzi que también funciona ¡como una máquina del tiempo que los lleva de vuelta a los 80s! Comedia guasa y bien pavota que mezcla “Volver al futuro” con “¿Qué pasó ayer?” con temas de Poison, INXS y New Order de fondo. Divertida a full.
Tom Cruise es Miller, un agente encubierto del FBI en una misión secreta, que se cruza con Cameron Diaz, a quien termina involucrando en una serie de persecuciones, tiroteos y explosiones con cero onda. O sea: es otra de amor, pero con formato de superproducción de acción. Solo para fans de Cruise, así que Maxim sigue de largo.
La rubia Sarah Michelle Gellar, en otra peli pedorra, empieza a enloquecer cuando su marido y el hermano de este, quedan en coma tras un accidente de auto. La cosa es que el cuñado despierta diciendo que es, en realidad, su esposo. Hagámosla breve: parece de terror, pero es de amor. Sacá tus propias conclusiones.
Cuidado con la picadura En un futuro bien cercano, Cobb (Leonardo Di Caprio) es un espía industrial de alta gama. El tipo consigue infiltrarse en los sueños de los demás, tanto para robar una idea como para implantar una. Con la ayuda de un equipo de nerds, que “diseña” sueños para programar en las mentes de otros, y usando un micro dispositivo que inyecta en sus víctimas sin que lo noten, logra sus objetivos. Pero, como sabemos todos, meterse en la mente ajenas, trae problemas. Cobb vive fugitivo de la ley, y la aparición de un chantajista le complica la vida y después un yuppie inescrupuloso que quiere tomar el control de la mega corporación que contrata sus servicios también lo empieza a molestar. Todo se termina de complicar cuando, inesperadamente, lo acusan de asesinar a su esposa. Una buena peli de ciencia ficción y acción, con el formato de “Matrix” y “Dark city”, que alterna escenas en el mundo real con segmentos muy psicodélicos cuando Cobb ingresa en los sueños de los demás. La dirigió Christopher Nolan, el mismo cráneo detrás de “Memento” y las nuevas “Batman”. No te duermas y andá.
Versión siglo XXI de la pedorrísima serie de los 80s. (Si, no vamos quedar bien diciendo que fue una época bárbara. Fue una mierda, lo lamentamos por los que afirman que fue una gran década). Un grupo de veteranos de Irak, encanados por un crimen que, ¡oh!, no cometieron, escapan de prisión para formar un comando de mercenarios copados que ayudan a los “buenos” y poder redimirse. Algunos chistes y los FX están buenos, pero que se la banque otro. El papel de Hannibal, el capo de la banda, lo hace Liam Neeson que se debe haber comprado una linda casa después de filmar este bodrio infumable. ¡Buh!.
Un virus letal se esparce por todo el mundo y fisura casi toda la humanidad. Cuatro amigos deciden huir de la ciudad hacía Méjico, pero en el medio de la ruta se rompe el auto y….. Un argumento ya hecho, la diferencia es que no es la típica peli de terror. Acá no hay zombies ni monstruos, sino que el horror está dentro de los sobrevivientes, que enloquecen en pos de una improbable salvación. Un film yanky, escrito por dos españoles, que , como ya dijimos, es una fórmula hecha mil veces. Si te gusta mucho el género, andá, porque se banca bien..
Un nerd fanático de los comics decide convertirse en Kick Ass, un superhéroe que no tiene ningún superpoder. Al principio la cosa sale bien y, gracias a la web, se hace conocido al toque y se desata una fiebre en la que todos quieren ponerse un traje y combatir a los villanos. Así conoce a Hit Girl y Big Daddy, padre e hija, con quienes forma una alianza para pelear contra dealers y mafiosos. A pesar del clima y toques de hiperviolencia absurda, la peli, que está basada en un comic, nunca termina de ser una comedia o una de acción o una sátira. Lástima.
Resulta que Dios se hincha las bolas de los hombres y decide destruir a la humanidad. Para ello, envía a sus ángeles en plan exterminio total, pero Miguel, uno de ellos, se rebela contra el Barba y decide ayudar a los humanos a resistir. En una estación de servicio en una ruta perdida se desarrolla una batalla desigual, en la mejor escena de la peli, entre una viejita endemoniada y los sorprendidos comensales. La peli es absurda y los FX muy truchos. Una mezcla de “Terminator” con “El exorcista” que no se banca ni diez minutos, salvo por la susodicha escena. Olvídala.
Un marine (Matt Damon) destinado en Irak durante la invasión para derrocar a Sadam Hussein y reemplazarlo por un gobernante títere, trata de descubrir las armas de destrucción masiva que justificaron la intervención militar americana. Obviamente no las encuentra y como está dispuesto a revelar el asunto, los más pesados del gobierno de Bush lo quieren boletear. Por increíble que parezca, esta es una peli de acción, tiros, patadas y piñas muy crítica con la política exterior yanky. Está basada en un libro llamado “Vida imperial de la Ciudad Esmeralda”, que documentó las ridículas imposiciones culturales y de forma de vida que los ocupadores quisieron establecer sin éxito en Bagdad. La peli también muestra esto, pero se tira más para la trama de espionaje y acción lógicamente. La dirigió Paul Greengrass, el mismo que hizo con Damon “La supremacía Bourne”, un experto en este tipo de pelis: por más obvio que el asunto nos parezca a los que no somos yankys, el film está muy bueno y vale la pena.
Una pareja despareja de canas de Nueva York (Bruce Willis y Tracy Morgan) decide investigar a fondo el robo de una antigua y valiosa figurita de baseball. El asunto los lleva a enfrentarse al mafioso mas pesado de la Gran Manzana. Previsible comedia yanqui donde abundan explosiones, piñas y chistes sobre hispanos y orientales. Andá, pero solo si estás muy, pero muy aburrido y todos tus planes fallaron.