Buenos Aires, año 2025. Una gran corporación domina el agua y somete a toda la población a pagar por el vital elemento. En los baños de Constitución, un recolector de residuos que acaba de perder el trabajo descubre que tiene superpoderes y se convierte en un superhéroe. Claro que el pibe, Zenitram, es un bardo que tiene miedo de volar, empieza a falopearse, se estrella contra el Obelisco y se deja utilizar por un inescrupuloso periodista. Absurda comedia argenta a la que, curiosamente, la falta de ritmo y de punch en los gags le juegan en contra y la transforman en algo más gracioso de contar que de ver. Los FX son muy buenos. Por ahí anda Steven Bauer, el recordado Manny del “Scarface” de Pacino/De Palma, pero solo dura en pantalla pocos minutos. Interesante, pero fallida.
Tres canas de Nueva York, que no se conocen entre sí (uno curda y corrupto, otro que trabaja encubierto y otro a punto de retirarse), tienen la mala suerte de cruzar sus vidas en un aguantadero re pesado, al que llegan por distintos motivos. ¿La verdad? una excelente peli policial, pero tan dramática que tarda una hora en arrancar. Paciencia.
El jarrón de Guillote Ya sabemos adonde fue a parar el canuto de Cóppola ¡¡¡Lo tiene John Travolta!!! Leé, leé. James (Johnatan Rhys Myer) es un joven asistente del embajador yanqui en Paris. Tiene una buena vida, una linda novia y un buen laburo. Pero, le gusta la acción. Por eso, hace lo imposible para entrar a trabajar para la CIA. Además de plantar micrófonos y hacer seguimientos, la Agencia le pone como última prueba de ingreso que le sirva de apoyo a un agente especial en una misión secreta de 48 horas. El tipo resulta ser Charlie Wax (Travolta), un lunático que está detrás de una célula terrorista que prepara un magnicidio. En la primera escena nomás, y porque no le cabió la salsa agridulce, boletea a todo el personal de un tenedor libre chino a balazos. Wax y James investigan a su manera; en un procedimiento secuestran un jarrón lleno de merca y así se van los dos de gira por Paris, mas duros que una piedra. En fin, imagínense el resto: asesinatos de todo tipo, patadas, explosiones y varias decenas de cadáveres. Hasta hay tiempo para un chiste homenaje a Vincent Vega, el mafioso que se reía de los parisinos interpretado por el inoxidable Travolta en “Pulp fiction”. ¡Va a estar bueno Paris!
La psicóloga de una pequeña ciudad yanqui descubre que todos los habitantes sueñan lo mismo: un búho blanco los visita por la noche y después algo horrible pasa. Decide filmar las sesiones y todo se va bien al carajo. Se supone que está basado en hechos “reales”. No les creemos, pero igual tiene un par de sustos muy efectivos.
Extraña y hermética peli alemana. 1913: en un pueblito comienza una serie de extraños accidentes y la repentina e inexplicable locura de los niños toma por sorpresa a los adultos. Está filmada en blanco y negro, lo que la hace más lúgubre e internante. La dirige Michael Haneke, especialista en pelis enfermas y mala onda, que acá se despacha con esta metáfora sobre el advenimiento del nazismo. No la dejes pasar, es uno de los estrenos del año.
Delirante y absurda comedia antibélica (que estuvieron tan de moda en los 70’s) sobre una unidad especial del ejército yanqui en Irak dirigida por un mentalista (George Clooney), una especie de Tu Sam que está convencido que se pueden ganar las guerras volviéndote invisible, atravesando paredes y con la intuición. No sabemos que se fumaron los que hicieron esta peli, pero debe ser muy fuerte. A pesar de sonar interesante, algunos gags se zarpan de bobos.
¡No toca botón! ¿Qué pasaría si te toca el timbre un desconocido medio siniestro con la cara deformada y te deja una caja de madera con un botón que, si lo apretás, te ganás un millón de dólares? ¡Lo apretás al toque, obvio! Claro que el tema es que al poner en marcha el aparatito, en algún lugar, alguien a quién no conocés va a morir asesinado. Eso es lo que les pasa en esta peli a Cameron Diaz y a su marido que labura en la NASA. La rubia no se hace mucho drama y pulsa el aparato y se pudre todo muy mal. La pareja se ve involucrada en un extraño y paranoico complot de una organización muy pesada de la cual no tenemos muchos datos, pero que parece estar en todas partes y a toda hora: no se sabe si son mafiosos, marcianos o brujos. Contar más arruinaría la gracia, así que mandate al cine en patota con amigos: es de esas peli que termina y te quedás una hora discutiendo que catzo es lo que pasó. Basada en un relato corto del gran escritor de ciencia ficción Richard Matheson.
La adaptación del clásico de Lewis Carroll hecha por Tim Burton con Johnny Depp como el sombrerero loco prometía mucho, mucho más. Nos van a odiar, pero….no nos gustó ni ahí. Los aspectos ambiguos y el doble sentido del relato original desaparecen por completo y el alucinante diseño visual, que mezcla a actores e imágenes generadas por computadora, no la salvan del naufragio total. Cuando llega el bailecito de Johnny Depp es cuando te das cuenta del error que cometiste al entrar al cine. Huyamos.
Otra con onda se pudrió todo: Eli (Denzel Washington) es un superviviente tras el fin de la civilización. El mundo se ha convertido en un baldío donde pululan patotas de gente muy mala que te mata por nada. Pero Eli, que es re paz y amor, se la re banca. Es el guardián del susodicho libro, que esconde el secreto para salvar a la humanidad y que es codiciado por el más malo de todos (Gary Oldman en otra lunática interpretación). Muchos tiros, patadas y piñas aunque al final se ponga medio cursi y pretenciosa.
Bajoneante drama apocalíptico: Viggo Mortensen sobrevive a un inexplicado pero terrible holocausto ambiental con su hijo y deambula sin rumbo por el mundo devastado, donde los sobrevivientes se comen entre sí y de verdad no hay futuro. Perseguido por el recuerdo de su esposa muerta de manera trágica, el tipo trata de salvar lo único que le queda: su hijo. Mas triste que las últimas campañas de River.