Ya se nos hizo costumbre despertarnos una mañana y enterarnos que Hollywood revivirá alguna franquicia de películas que haya tenido gran éxito, o cualquier película que haya sido exitosa en su época y sepan que puede generar plata. Hay en ocasiones que revivir una gran historia puede salir bien cosa pasó con las nuevas entregas del “Planeta de los simios” y “Terminator Génesis” podría funcionar. En esta nueva entrega, esta vez de la mano de Alan Taylor, que demuestra que como en “Thor:The Dark World” puede manejar la acción sin ningún tipo de problema y junto a su equipo de trabajo logra adaptar esta nueva versión al tono y a la mano de James Cameron. Durante toda la película Alan Taylor se encargó de mostrar guiños a las primeras dos películas que los fans de la saga reconocerán fácilmente.
Hugh Grant, Marisa Tomei, Chris Elliott, J.K. Simmos y Allison Janney forman parte de “Escribiendo de amor” (“The Rewrite”) la nueva película del director y guionista Marc Lawrence (“Music and Lyrics”- “Two Weeks Notice”), que se mete otra vez en una mezcla de road movie con comedia romántica, que se mete otra vez a dirigir Hugh Grant y en líneas generales está muy bien. Hugh Grant le da vida a Keith Michaels, un guionista que tuvo su momento de gloria, recompensado con un Globo de Oro, esposa e hijo. Todo se perdió, su familia ya no está con él, su película pasó y no logra conseguir ningún trabajo en la industria que tanto le dio. Por suerte, su agente tiene un trabajo para él, pero para esto debe alejarse Hollywood para ir a dar clases de guión a Binghamto, una ciudad oscura, en la que siempre está nublado, en el norte de Nueva York, nuestro protagonista no puede decir que no, así que acepta el trabajo. En esa ciudad deberá darse cuenta qué es lo que quiere de su vida, deberá decidir entre seguir siendo ese hombre soltero, mujeriego y borracho que vino de Hollywood o madurar en Binghamton. Además conoce a la bella y optimista Holly (Marisa Tomei) una madre soltera que tiene dos trabajos para poder mantener a su familia y al mismo tiempo estudiar en la universidad. Holly es totalmente lo opuesto a Keith y es uno de las principales atracciones para él. Nuestro protagonista se encontrará con un grupo de universitarios que quieren escribir, que tienen muchos sueños y él deberá instruirlos. La película está bien, Marc Lawrence toma buenas decisiones, como usar la voz en off en un momento, o en vez de usar un falsh-back para contar cómo llegó a ser el hombre que era decide mostrar un video de Youtube de cuando recibe su premio y deja todo bien claro. También acierta a la hora de elegir el tono en el que se va contar la historia, con actores grosos, que pueden hacer reír, pero siempre tratando de contar algo serio lo más real posible. No es una película que aburra, está bien contada, en un género en el cual es difícil encontrar alguna historia interesante que no se vuelva un enorme cliché. Pero creo que la clave de “Escribiendo de amor” es el tono que elige: Serio, gracioso y real.
Muchas personas supieron enternecerse con “UP, una aventura de altura”, otros dijeron que “Monsters Inc” era una de las mejores películas de Pixar. Resulta que éstas dos películas tienen en común una cosa, el mismo director. Pete Docter, ( también formó parte de “Wall-e” y “Toy Story”) con “Intensa-mente” nos trae la ternura de “UP” con la capacidad de traer algo novedoso de “Monsters Inc”. “Intensa-mente” es película que los niños sin dudas disfrutarán, porque tienen elementos y personajes que visualmente van a llamarles la atención, pero el público adulto es el que la va a disfrutar al cien por ciento porque además de entender todos los chistes, hay en escenas que muestran cómo funciona nuestro cerebro al incorporar nuevas tecnologías y también nos deja entender de manera linda y divertida qué nos pasó durante nuestra etapa de crecimiento, ya que todos pasamos por ahí. Estanislao Bachrach, Doctor en Biología Molecular y escritor de los Best Sellers “Agilmente” y “En cambio” dice que el cerebro cuenta con cinco emociones principales y éstas emociones hacen lo que somos. Ésto es lo que muestra la película, las cinco emociones principales de Riley: Alegría, líder del grupo, hace que la niña sea principalmente alegre por sobre todo, también está Tristeza (lo mejor de la película) que es bastante alejada del grupo ya que no forma parte de las características principales de Riley. El grupo lo completan, Temor, encargado de la seguridad, Desagrado, que impide que la niña se intoxique y Furia, que quiere hacer que todo sea justo sin importar qué debe hacer para lograrlo. Los cinco están encargados de la vida de ella y todo está bastante bien hasta que a los 11 años Riley se tiene que mudar de ciudad y por un accidente en la mente de la niña Alegría y Tristeza son alejadas de “Cuartel General” y se llevan con ellas una cantidad de recuerdos felices que hacen la esencia de Riley. Ahí comienza la verdadera historia, una aventura que hace que Alegría y Tristeza tengan que volver al cuartel general para recuperar a la Riley que tan bien la pasaba, mientras que a cargo de las emociones de la niña se quedaron Furia, Temor y Desagrado, ellos no sabrán cómo hacer para que ella sea la niña alegre que siempre fue y eso pondrá en peligro los pilares principales que hacen que ella fuese como era. “Intensa-mente” es una aventura graciosa, llena de colores, con personajes perfectos, que generan risas constantemente, recurre bastante a los golpes bajos, así que prepárense para soltar alguna lágrima sin vergüenza y te hace entender perfectamente cómo funciona nuestra mente y por qué somos cómo somos.
La “Dama de oro” es un film basado en la vida de Maria Altmann, una mujer que tuvo que escapar de Viena con su marido perseguida por los Nazis y llegó a Estados Unidos buscando paz. El relato está principalmente situado en el presente (1998), pero también el film funciona como una especie de biopic de la protagonista y vemos muchos flashbacks de su niñez y su vida durante el comienzo y parte del desarrollo del Nazismo. En 1998 Maria Altmann se comunica con Randy Schoenberg (nieto del compositor vienés Arnold Schoenberg) para decirle que quiere recuperar unos cuadros que fueron apropiados por los Nazis y que les corresponden a la familia. Randy y Maria tienen que volver a Viena para empezar un juicio que durará unos años para ver si pueden recuperar lo que le corresponde a ella por derecho. María en éste viaje deberá enfrentarse a su pasado y a los austriacos que apoyaron al Nazismo en su momento y que no se quieren hacer cargo de lo que hicieron. La película del director Simon Curtis (Fives Days, My week with Marilyn) está bien contada, al tomar la decisión de contar todo el juicio, tuvo la necesidad de elipsar muchos meses en el medio, mostrando pequeñas porciones de tiempo de determinados años, dejando sólo lo necesario y haciéndolo más llevadero. Los flashbacks ayudan a comprender los dos momentos de la época de manera correcta, generando esa tensión, odio y humillación que sufrían los judíos en el pasado, criticando todo lo que fue el Nazismo y lo que quedó de eso. Lo más destacado de la película es la actuación de la gran Helen Mirren, que le da vida a la Maria Altmann del presente, que durante toda la película cambia de estado y hace de la típica abuela que todos queremos abrazar y junto con Ryan Reynolds llevan bien la trama y las emociones de la película. Lo que más se le puede criticar al film es la bajada de línea que hace, no al momento de criticar los Nazis, sino a la hora de hablar y mostrar lo perfecto que Estados Unidos.
“Castores. Invasión del fin del mundo” es un documental que cuenta cómo empezó el gran problema de Tierra del Fuego: La superpoblación de castores. Con mucho material fotográfico y en vídeo de archivo de la década del cuarenta, empieza narración. Veinte castores son traídos desde Canadá en 1946 por la Marina argentina, algunos dicen que era por el pelaje y otros porque querían que Tierra del Fuego se transforme en el país del norte del continente. No importa mucho el por qué, lo que importa es que hoy, casi setenta años después, hay 150000 castores. Los animales se transformaron en una plaga que destruye el ecosistema y día a día ocupan más espacio. En los noventas los castores empezaron a aparecer en Chile y forma parte del paisaje chileno. A lo largo de los años hubo muchas ganas de terminar con ésta plaga, pero nunca se pudo llevar nada a cabo. Se trató de incentivar la caza por la piel del roedor, también, el gobierno empezó a pagar subsidios a los cazadores. Se incentivó a la gente para que coma al animal, así que también se empezó a vender la carne. Pero nada de lo que se hizo funcionó. Los castores se siguen reproduciendo y siguen destruyendo los paisajes del sur de Argentina y Chile. También está la otra realidad: Los castores traen turistas, la gente los ama, compra sus muñequitos y no quieren que los maten. Así que nadie sabe qué hacer. Hay un entrevistado que dice “Los castores en 25 años van a llegar a Bariloche”. El documental de Pablo Chehebar y Nicolás Iacouzzi está bien, tiene lindas imágenes, vemos paisajes interesantes y hay algunas tomas con la cámara puesta en objetos, bastante copadas. También cuenta con buenos datos y además cuenta con muchas escenas animadas, que hacen que los jóvenes se descompriman un poco luego de tanta información nueva. “Castores. Invasión del fin del mundo” es un documental que cualquier maestra de Ciencias Naturales quisiera mostrarle a sus alumnos.
El director de cine francés, Oliver Assayas, conocido por “Irma Vep” (1996), “Los destinos sentimentales” (2000), “Las horas del verano (2008)” y “Carlos” (2010) entre otras, que juntas hacen más de treinta años de carrera, nos trae en ésta oportunidad a un tridente de actrices femeninas, de tres generaciones diferentes y las pone trabajar juntas, para mostrar la diferencia que hay a la hora de trabajar e interpretar el mundo. Juliette Binoche, con cincuenta años y más de cincuenta películas en su carrera, Kristen Stewart, con veinticuatro años y casi cuarenta proyectos en su espalda, son las principales caras de éste film. Juliette le da vida a María Enders, una actriz reconocida, en el medio de un divorcio, que se había alejado de sus raíces para poder seguir creciendo, debe volver a Suiza, en donde le ofrecen hacer, veinte años más tarde, la misma obra de teatro que la hizo famosa pero en el personaje opuesto al de ella. Cuando tenía dieciocho años María interpretó a Sigrid, una joven trepadora, seductora, que logró entrar en el mundo de Helena, una empresaria dura y respetada, haciendo que ésta se enamore ella, la haga ascender en el mundo empresarial y llevándola al suicidio luego de abandonarla. María Enders está acompañada por su joven asistente, Valentine (Kristen Stewart). Valentine, ama el arte y ama Hollywood, pero tiene una interpretación del mundo totalmente diferente a la de su jefa y eso hace que choquen muchas veces. Pero eso sólo hace que siga siendo una gran compañera en éste viaje. Para interpretar a Sigrid, llaman a una joven adolescente, que vive rodeada de escándalos y problemas de todo tipo. Jo-Ann Ellis (Chloë Grace Moretz) es además una típica actriz “teen” que en su última película interpreta a una mutante en una parodia a X-Men. Oliver Assayas, trata de mostrar el paso del tiempo, las nuevas costumbres y las diferencias generacionales. Deja todo muy bien ordenado, crea una relación muy linda y natural entre María y Valentine que casi refleja todo lo que María no quiere de su vida. “El otro lado del éxito” es una película que busca hacerte entender que llega un momento de la vida en el que hay que aceptar que el mundo cambió, pero éste cambio puede o no cambiarte a vos también. El film cuenta con grandes actuaciones por parte de las tres mujeres y de todos los hombres que aparecen. También hay muchos paisajes hermosos, que junto a la gran capacidad de Oliver Assayas para mostrar imágenes, hacen que la película sea algo que se disfrute.
Muchos guionistas de cine o televisión a la hora de crear una historia, piensan en distintas alternativas para la misma. ¿Qué pasaría si metemos un extraterrestre tierno que quiere volver a casa? O como dijo Amando Bo, guionista de Birdman: “Alejandro (Iñárritu) nos dijo que tenía a un hombre levitando en calzoncillos y tenía que luchar contra su ego”. Las historias pueden salir de cualquier lado y Neil Blomkamp (Elysium, Distrito 9) nos lo deja bien en claro con “Chappie” Dev Patel (Skins) le da vida a Deon Wilson, un científico que creó robots policías, pero es ambicioso, así que decide ir más lejos y luego de mucho intentarlo logra crear “inteligencia artificial”, fascinado por haber creado ésto va a comentarle a su jefa lo qué había hecho “podemos educar a robots, hacerlos pintar, pueden sentir”. Signourney Weaver le da vida Michelle Bradley, una empresaria que se dedica a vender armas y la dueña de todos los robots policías. En la charla con Deon le deja bien en claro que no haga pruebas en ningún robot. Obviamente él no le hace caso y se roba uno que está por ser destruido para probarlo en su casa, pero cuando sale de la empresa es secuestrado por un trío de delincuentes estúpidos que quieren apagar a los robots para hacer un gran robo y creen que él es la solución. Resulta que éstos no se pueden apagar, pero el les ofrece activar el suyo y si les funciona lo tienen que educar. Ahí nace Chappie, un robot con la mentalidad de un bebe que aprende todo mucho más rápido que un niño, pero también tiene sentimientos, curiosidad y la inocencia característica de ésta etapa de nuestras vidas. Así comienza lo más entretenido de la historia, la educación de éste robot por parte de ladrones, con onda rapera, que lo meten en el mundo de la delincuencia. Chappie conoce el amor en una madre, también ladrona, que se encariña con el “pequeño” y también lo tiene a Deon, que se opone a la educación que le están dando los “malhechores”. Y ésto no es todo, además, actúa Hugh Jackman, un ex-militar, que había creado un robot enorme que podía bajar un avión, pero no sirve porque los que había creado Deon era más baratos y efectivos. Así que él va querer destruir a Deon y a sus creaciones para poder demostrar lo que su robot puede hacer. Neil Blomkamp logra mostrar una realidad que estéticamente no parece muy lejana, logra poner a Chappie en situaciones límites, mostrando todo lo malo que tiene la sociedad y las pequeñas cosas que se les puede rescatar. Además, gracias a que tenemos un niño robot que quiere aprender y un grupo de ladrones con muy poca inteligencia, Neil puede explicar todo lo que estás viendo sin que quede mal. Sin dudas, lo mejor de la película es Chappie y su entorno, lo peor es Hugh Jackman haciendo de ex-militar-loco. Es casi innecesario en la historia, ya que hay suficiente con los problemas que tiene el robot con su “familia”. La película no aburre, tiene momentos muy graciosos y hace que te asustes por lo cerca que parecen estar los robots de nuestro futuro.
Luego de haber sido presentada en el BAFICI, ahora sale a los cines comerciales “El incendio” de Juan Schnitman, que nos trae en su debut en solitario, a una joven pareja a la que se le retrasa la compra de un departamento un día y los dos tienen que convivir esas veinticuatro horas con miedo y paranoia. Lo primero que hay que destacar de “El incendio” es la gran actuación de Pilar Gamboa -actriz que pudimos ver en muchas tiras diarias de Polka- que demuestra puede llevar una película por sí sola y que puede llorar constantemente. Además cuenta con un correcto Juan Barbieri. Durante todo el film vemos como la pareja que en principio parecía segura de todo, empieza a caerse a pedazos hora tras hora, ya que Juan Schnitman y Agustina Liendo, van sacando a la luz muchos problemas que ellos creían tener resueltos. Problemas que las mujeres suponen que el hombre tiene y problemas que los hombres creen que las mujeres no tienen, algo que con una charla tranquila se puede solucionar, pero no, nadie habla de más. La idea de la película es crear una especie de “thriller psicológico”, con un trabajo de dirección que se concentra en representar suspenso y mucha tensión, manejando muy bien el ritmo y explotando al máximo los problemas internos de los personajes, haciéndolos salir de ésta especie de olla a presión en el climax de la película. Climax que tarda en llegar, porque Schnitman quiere llevar esos problemas lo más lejos posible, poniendo todos los conflictos que puedan entrar en veinticuatro horas. Lo bueno de “El incendio” es que cualquiera podría sentirse identificado, ya que la situación es real, es algo que nos puede pasar o nos pasó, los personajes son el estereotipo de hombre y mujer que a cualquiera que le pregunten describía. También hay que destacar el manejo de la trasformación de los personajes, como cambian hora tras hora, como los vemos caer a cada uno por separado, cómo maneja esa situación y cómo repercute el afuera en su relación, además de la obvia tensión que crea tener una gran cantidad de dolares escondidos en una pequeña caja.
A lo largo de los años, muchos grandes actores decidieron ponerse detrás de cámara, para así poder empezar una carrera como director de cine. En ésta oportunidad le tocó a Russell Crowe -ganador del Oscar por su papel en “Gladiador”- que se mete en un film basado en una historia real y además se pone el traje del protagonista de ésta película. Rusell Crowe le da vida a Connor, un hombre australiano, casado y padre de familia, que dejó ir a sus tres hijos a la guerra con Turquía, hijos que jamás volvieron. Cuatro años después de la batalla comienza el relato, mostrándonos a Connor, que tras el suicidio de su esposa, una mujer que no pudo superar la muerte de sus hijos y lo culpa a él de ésto, decide ir a Gallipoli, Turquía, en busca de los restos de sus hijos caídos en combate. “Camino a Estambul” está bien contada, Crowe, sabe bien lo que quiere contar y cómo. Usando recursos como los flash-backs, para recrear de manera muy correcta la guerra, la voz en off, el montaje del sonido de la escena anterior apagándose de a poco en la siguiente, escenas silenciadas en la que solo vemos la actuaciones y la mirada de los actores o planos destalle para destacar lugares, momentos de éste “mundo desconocido”. El film toma un poco del genero de las “road movies”, haciendo que Connor, nuestro protagonista, salga de su mundo para ir a otro país, en el cual ni siquiera se puede comunicar porque no conoce el idioma, haciéndole conocer gente nueva que lo va ayudar, algunos rivales que lo van a querer parar y hacer volver. Pero él no se rinde, sigue buscando el perdón que su mujer nunca le dio y los cuerpos de sus tres hijos. La película está bien dirigida, aunque tiene algunos baches, los recursos que señalaba antes cumplen bien su función, las elecciones por parte del director son correctas, la representación de la época está muy bien, los paisajes son imponentes y el guión cuida mucho temas delicados como lo son la guerra y las distintas religiones. “Camino a Estambul” es una película entretenida, no te vas a reír porque vas a ver un drama histórico y además las actuaciones de Rusell Crowe, Olga Kurylenko (Olga) y Yilmaz Erdogan (Major Hasan) son muy buenas.
Brad Bird (Los Increíbles, Up, Toy Story 3) y Damon Lindelof (Lost, The Leftovers) junto a Disney nos traen en esta oportunidad una nueva manera de imaginar cómo será el futuro, nos muestran un mundo paralelo en el que todo es posible pero esta dimensión solo está habitado por gente capaz de crear cosas. “Tomorrowland” está escondida de la realidad y la gente que vive allí hace todo lo que sea necesario para que siga así. Por un lado tenemos la historia de Frank Walker de niño, yendo solo a la feria mundial de 1964, con un “jet pack” pero como teóricamente no funcionaba, así que el juez que lo evaluó (Hugh Laurie) le dijo que vuelva cuando funcione, Athena, una niña a la que le llama la atención la actitud de Frank, le da un pin y lo guía hacia “Tomorrowland” una tierra futurista muy parecida estéticamente a la que nos mostraban “Los Supersónicos”. Luego conocemos a Casey Newton (sí, Newton), una adolescente que se autodenomina optimista, con una inteligencia incomparable y con una capacidad para entender todo que ni ella sabe cómo funciona. Athena, la niña que vimos en la primer secuencia, es la encargada de darle el pin a Casey que hace que cuanto lo toque se trasporte a este mundo paralelo. Pero resulta que este mundo no es lo que ella pensaba y al encontrase con la versión adulta de Frank Walker (George Clooney) debe volver a este mundo y salvarlo. La película arranca con un tono de comedía y a medida que se va metiendo en la historia se va haciendo más y más dramática, algo que la historia pedía, ya que si quisiesen hacer una gran saga no podrían vivir de chistes. “Tomorrowland” tiene un mundo muy interesante, un mundo al cual se le puede sacar historia de cualquier lado y además cuenta con un trío de actores fantásticos. Locoxelcine_tomorrowland George Clooney (Frank), un científico amargado que perdió la fe, Britt Robertson (Casey), todo lo contrario a él y Raffey Cassidy (Athena), un robot. Los tres tienen escenas geniales ya que los son en principio muy diferentes y no quieren estar al lado del otro. Además hay que destacar la actuación de la pequeña Raffey, ya que tiene que hacer un personaje difícil, frío, sin sentimientos y muy madura. En conclusión, “Tomorrowland” trata de mostrar una posibilidad de futuro en el que todo es posible y todos son felices, también quiere mostrarte lo mal que está la humanidad, diciéndote que tarde o temprano nos vamos a destruir entre nosotros y la única solución para parar todo esto es que la destrucción pase. La película tiene algunos muy buenos momentos y otros no tan buenos, pero se deja ver y no se hace larga, es una buena posibilidad para entretenerse el fin de semana.