Vee (Emma Roberts), al igual que sus amigos, es una nativa digital. Su tiempo se reparte entre decidir qué va a hacer a futuro, stalkear al chico que le gusta y hablar con su amiga por Skype. Cuando Sydney (Emily Meade) le muestra lo tibia que es su vida -sin grandes decisiones- la joven decide unirse a Nerve, para demostrar-se lo osada que puede llegar a ser. ¿Qué es Nerve? Un juego secreto de prendas donde uno puede ser observador o participante, y el cual se rige por tres reglas: todos los desafíos deben ser filmados desde el celular del jugador; las formas de ser eliminado es fallar o huir; los soplones son expulsados. Al aceptar ser parte de estos retos, toda la información personal guardada en los dispositivos, queda cedida al juego, a cambio de una contraprestación económica cada vez que se supera una nueva prenda.
La primavera es la estación preferida de gran cantidad de personas. Será por eso que se dice “Felíz Primavera”, pero nunca lo mismo del verano, otoño o invierno. Quizás porque todo renace, el calor vuelve y las plantas florecen. Dentro de este grupo de admiradores está José (Nahuel Mutti), un director teatral que tiene como tradición festejar su cumpleaños y el comienzo de la estación. Su hijo Leopoldo (Angelo Mutti Spinetta), es el pequeño narrador de la historia, quien presenta a su familia poco tradicional. Su madre es Greta (Catarina Spinetta), una embarazada a punto de parir que comparte techo con su ex pareja (Mike Amigorena como Ramiro) sólo para salvar las apariencias. Mientras que José vive junto a su novio, quien le acaba de pedir casamiento.
Gonzalo Tamayo (Álvaro Ogalla) va a buscar el certificado de bautismo a la parroquia. Su misión: apostatarse, es decir, abandonar la religión con la que ha sido criado. Adjudicando que la educación católica no le dio un buen resultado, oponiéndose a sus dogmas, a la riqueza de la Iglesia y a su modo antinatural de concebir el mundo, este treinteañero intenta salirse con la suya, mientras un cura trata de persuadirlo de su mala decisión. La película española, dirigida por el uruguayo Federico Veiroj (Acné, La vida útil), narra la historia de un joven inmaduro al extremo, sin grandes ambiciones, que no puede comprometerse con nada, excepto darse de baja de la religión Católica Apostólica Romana heredada. Pero algo que parece ser tan simple como conseguir un papel y mandar una carta, se complica. Sobre todo cuando su madre (Vicky Peña) le carga con el peso de la culpa -palabra ya conocida frente a los ojos de Dios. De a ratos absurda, de a ratos surrealista, El Apóstata es difícil de encasillar, y quizás ese sea su mayor atractivo. La película toma de punto de partida el caso real de su protagonista, Álvaro Ogaya -quien optó por dejar de ser parte de las filas del catolicismo-, relatando el día a día de un hombre que ha decidido matar a su Dios: despojarse de las creencias religiosas y rechazar esa moral que, claramente, no lo representaba.
La hermana de Mike (Adam DeVine) y Dave (Zac Efron) se va a casar. Los padres llegan hasta la casa de ellos para pedirles -rogarles- que encarrilen sus vidas y no arruinen la fiesta. Entonces los jóvenes, muy obedientes, se ponen en campaña para conseguir sus parejas. En una racha de escasez de chicas dignas de ser presentadas a su familia, los hermanos no tienen mejor idea que poner un aviso en las redes, en el cual explican que las elegidas se irán de viaje con ellos a Hawaii. Y si de internet hablamos, entendemos por qué esa solicitada se viraliza y empiezan a llegarles cientos de mensajes, pero cuando conocen a las mujeres, copas de por medio, ninguna da con el perfil necesario -y están bastante lejos de eso. Ya desesperanzados, Mike y Dave se van del bar y, por algo que simula ser una obra del destino, conocen a Alice (Anna Kendrick) y Tatiana (Aubrey Plaza), quienes terminarán siendo sus compañeras de viaje.
War Dogs arranca el 1° de enero de 2008, en plena invasión estadounidense a Irak -con Bush hijo al frente. A través de una serie de frases sobre placas negras, a modo de capítulos, se relata la vida de David Packouz (Miles Teller): un hombre que pasa de ser un masajista de millonarios en Miami Beach a convertirse en uno de ellos. ¿Cómo se produjo el salto? bueno, mal que le pese a su madre, gracias al reencuentro con Efraim Diveroli (Jonah Hill), su compañero de aventuras de la infancia. Como ya lo dice su protagonista, la guerra es una economía. Mientras nosotros nos apenamos por sus muertos y las atrocidades producidas en ellas, están quienes se preocupan por las armas y las piensan en clave de dólares. Ese es el caso de Diveroli quien, luego de “ser estafado” por su tío, sale adelante metiéndose en un negocio bastante peligroso.
Un narrador omnisciente abre la historia cuyo personaje principal es una verdadera pesadilla. Philip Lewis Friedman (Jason Schwartzman) es un escritor con un complejo de superioridad notable y un apartamiento social consecuente a este sentimiento. Las personas aparecen en su vida como un decorado, apenas para tener una excusa más para hablar de Obidant, su novela a punto de publicarse. Esa que seguramente no le de los resultados esperados, pero que lo posiciona como parte de la lista de 35 escritores menores de 35, y le permitirá conocer a su ídolo Ike Zimmerman (Jonathan Pryce), un novelista que acaba de terminar de leer su último material. Entre monologueos, Friedman aprovecha los minutos de atención de su entorno para hacer una catarsis continua sobre su vida y resaltarles a los demás sus defectos. Las mujeres -sus ex parejas, las posibles, su actual novia- son mal-tratadas, al igual que al resto de las personas: con una apatía y arrogancia descomunal donde el amor propio parece ser de tal magnitud que no le queda margen para querer a nadie más.
La historia de Corina Fernández se hizo conocida por ser el primer caso que llegó a juicio por tentativa de femicidio en Argentina. En el año 2010, se pudo ver a la mujer en diferentes noticieros, diarios y programas de prime time, contando su caso: luego de una larga temporada de violencia y amenazas, su ex pareja Javier Weber le disparó seis veces, tres de esas balas impactaron en su cuerpo y dos continúan alojadas en su pulmón. La película dirigida por Gabriel Arbós intercala los testimonios frente a cámara de su protagonista –desde que conoció a Weber– junto a escenas dramatizadas por parte de Ana Celentano y Alejo García Pintos. “Es muy triste haber estado diecisiete años con alguien y no poder recordar un minuto feliz”, dice la sobreviviente, quien evoca ese período como un verdadero calvario. Mientras su pareja -adicto al paco- estaba tirado en un sillón haciéndole escenas de celos, Fernández tenía tres empleos para poder mantener a sus dos hijas y a él. Inserta en un círculo de violencia, limitada por ciertos comportamientos controladores y aislada de sus seres queridos-características que se repiten en casos como éste- el maltrato por parte del hombre se fue naturalizando hasta llegar a un punto extremo: primero fueron golpes, y finalmente, los impactos de un calibre treinta y dos.
Lampedusa es una isla de pescadores al sur de Italia. A esa extensión de veinte kilómetros han arribado 400.000 inmigrantes en los últimos veinte años y 15.000 más fallecieron tratando de llegar a ella. La historia de los habitantes de esta isla se opone a la de los refugiados que van allí luego de pasar por muchas odiseas en sus países, en desiertos y en alta mar. Fuocoammare se nutre de los contrastes que Lampedusa alberga y los expone tanto en su tema como en su estética. Su iluminación va y viene, pasando de claros a oscuros bien marcados, mientras que los relatos intercalan la paz del lugar, con la desesperación de los recién llegados. Uno de los personajes en los que el documental recae es Samuele, de doce años, nacido y criado en este sitio. Él niño tira con una gomera, hace los deberes de la escuela, escucha las historias de su padre pescador, va al médico por un “ojo perezoso” y juega junto a su amigo. Paulatinamente, su cuerpo comienza a prepararse para aceptar la vida de mar, mientras que los refugiados se largan allí aprendiendo sobre la marcha el modo de sobrevivir.
Una primera advertencia antes de empezar la reseña: ésta no es una típica película francesa. Sacándonos este tema de encima – y aceptando que es así- uno puede disponerse a pasar un buen rato con Belles Familles, una comedia que no deja nada a la libre interpretación del espectador pero lo entretiene por un rato. Jérôme Varenne (Mathieu Amalric) hace una escala en París para presentarle su prometida a la familia, antes de ir a una reunión en Londres. Algo que parece tan sencillo como una visita sorpresa y fugaz se complica cuando, cenando con su madre (Nicole Garcia) y su hermano Jean-Michel (Guillaume de Tonquédec) se entera de que la casa de su infancia está en medio de un litigio: Gregoire (Gilles Lellouche), un viejo amigo devenido en millonario, la disputa con un alcalde cuyo plan es derribarla para hacer un complejo de casas en el extenso terreno. Jérôme viaja de forma express hasta Ambray para poner en orden los c
Monumento, La Humanidad Detrás del Concreto plantea dos historias que van a la par: la creación del Monumento Nacional a las Víctimas del Holocausto, en la Plaza de la Shoá (Avenida Bullrich y Libertador, CABA) y la conformación de un grupo (el Proyecto Aprendiz) donde testigos del Holocausto le transmiten sus recuerdos a los más jóvenes, a través de varios encuentros. Así como en esa figura de hormigón de bloques sobre bloques, el documental se construye con diferentes voces complementadas de modo armónico con el fin de formar un todo. Una de ellas es la de Diana Wang, presidenta de Generaciones de la Shoá en la Argentina, quien, junto con la de otros participantes del grupo y los arquitectos del proyecto, explica la importancia de la memoria. La cámara recorre varios monumentos característicos de Buenos Aires para contarnos la historia de uno en particular, sancionado por el Congreso en el año 1996 (Ley 24.636) , pero que recién en el 2009, Gustavo Nielsen y Sebastian Marsiglia ganaron el concurso público para su construcción. Veinte años tuvieron que pasar para que el Monumento Nacional a las Víctimas del Holocausto por fin se concrete.