Los piratas siguen saqueando la taquilla, cada vez con menos ideas La gente está ávida de aventuras. El cine es un lugar ideal para disfrutar esas historias que a todos sus gustaría vivir por lo fantástico del género en sí, y los grandes estudios lo saben. Una vez que los productores encuentran un éxito, deciden prolongar la historia y seguir en esa dirección hasta ir agotando lo bueno que cada saga tiene. Se necesitan excelentes guionistas para llegar a una cuarta parte y hacerla bien. No todo es juntar el mismo elenco, potenciar los efectos especiales y sentarse a esperar que funcione "per se". No debería ser así. Digamos que un trabajo responsable es dedicar mucho presupuesto a generar buenas historias para que los sucesivos films tengan un atractivo argumental, y eso, no es algo que se pueda dejar atrás. El ejemplo es "Shrek", película que nos deslumbró en su momento y no pudo sostener su intensidad y humor en sus entregas posteriores. Hoy nos llega "Pirates of the Caribbean: on stranger tides" y sentimos que las ideas pueden haberse acabado, pero los piratas siguen saqueando la taquilla. Ya decididos a sostener a cualquier precio la franquicia (Disney ya anunció quinta y sexta parte, compartiendo unidad argumental), sólo nos resta describirles como viene la marea para ver si estos piratas pudieron mantenerse a flote en esta cuarta parte. .Lo primero que hay que ver, es que en la dirección está Rob Marshall (quien viene haciendo otro tipo de cine - léase "Chicago", "Nine"...) y vamos a extrañar a Gore Verbinsky quien luego de hacer las 3 primeras le dejó su lugar para hacer "Rango". No es que Verbinsky fuera un genio, pero al menos entendía el espíritu de la historia y fogueaba su trabajo en esa dirección. El cambio no ayuda al film porque lejos de aportarle riqueza al timón (que suponemos es lo que se buscaba), Marshall parece muy preocupado en entender de qué va la historia y no logra hacer una buena dirección, hecho reflejado en secundarios que lucen pobres y fuera de contexto (y nombro a Penélope Cruz, San Claffin y Astrid Berges-Frisbey, una protagonista y dos laderos que naufragan sin remedio durante toda la película), lo cual genera mucho desnivel en ciertas escenas del film y le quita intensidad a ciertos momentos importantes en la trama. Está bien, no se asusten, sigue Jerry Bruckheimer en la producción, o sea que pueden traer sus baldes de pochoclo a la sala, porque espectacularidad, no le va a faltar. Lo que es cierto es que hay un camino ya trillado para navegar y que gran parte de la tripulación está. Johhny Depp hace un habitual y relajado Jack Sparrow, quien luce un poco monótono y sin contrafiguras con quien dialogar en este film, vaya a saber uno porqué...Esto sucede porque se extraña mucho a Keira Knightley y a Orlando Bloom, quienes a la luz de los hechos, eran un gran soporte para Depp, el héroe en cuestión, se quedó solo... Ellos eran personajes sanguíneos, estaban genial en sus roles y le daban ese aire de película clásica a la saga que desgraciadamente los nuevos no pudieron darle. Y no es por caerle a Cruz, pero es cierto que tenía una gran responsabilidad por delante y quizás el idioma, quizás sus líneas (no me queda claro) el porqué, pero algo pasó, que no encontró el rumbo de su personaje. Y es una figura importante en la historia, lo cual hace que a veces Depp se quede parloteando solo (actoralmente hablando) en ciertos momentos porque Penélope se hunde en su sombrero de pirata y de allí no sale... Afortunadamente para esta entrega, están Geoffrey Rush (una garantía) e Ian McShane, quienes le dan la fuerza a sus personajes para que la historia se sostenga, al menos, desde los antagonistas. O sea, mezcladito el cast, pero tirando para abajo. ¿De qué va la historia? Bueno, hay un lugar, que se presume que es la fuente de la juventud. Los ingleses y los españoles lo buscan con desesperación, cada uno por sus propias razones (que no vamos a adelantar). El tema es que quien también lo busca es el misterioso y oscuro pirata Barba Negra (McShane), quien necesita dar con ella porque una profecía anticipa su muerte en poco tiempo. Junto con su hija Angélica (Cruz), organizará una tripulación que zarpará de Londres, lugar donde Jack Sparrow se encuentra haciendo de las suyas. Sus destinos se cruzarán y todos, por caminos distintos, pondrán proa hacia el extraño sitio donde está el mágico elixir en una larga travesía de más de dos horas de navegación (perdón, digo, narración). La saga trae lo que ya conocemos, escenas de acción, un poco de humor, el carisma de Depp y la solvencia de la reconstrucción de época. Y está bien. No puedo decir que es una película mala, sino es mi deber anticiparles que no me sorprendió y que, si me apuran, la siento por debajo de las otras tres anteriores. El público la va a disfrutar igual. Si les gusta la aventura o tienen simpatía por Depp, se deja ver. En 3D es más interesante y desde ya que recomiendo la versión subtitulada para los adolescentes y adultos porque tiene mucha más riqueza verbal que la doblada. Hay mucha diferencia. "Piratas del Caribe: navegando por aguas misteriosas" es una típica cuarta entrega de cualquier film, llega para sus fans, principalmente (que son millones), señala cierta falta de renovación y profundización argumental y nos deleita con lo que ya compramos en las tres anteriores. Está en ustedes subirse al barco o no...
Florero francés en clave despareja Francois Ozon es un cineasta francés bastante resistido por la crítica. Es decir, todos le reconocemos mucha capacidad para cierto tipo de cine (la comedia liviana con toques sociales o thrillers donde las mujeres están en el centro de la escena), pero lo cierto es que algunos trabajos (en especial "Ricky", que a mi me gustó pero a la gran comunidad cinéfila no) terminan siendo anodinos o sin la fuerza necesaria para generar conmoción en el espectador. Lo cierto es que su gusto va desde el drama más fuerte, "Tiempo de vivir" por ejemplo, hasta los films de intriga corales como "Ocho mujeres". Y en todos sus resultados son variables. Lo cierto es que en su país es muy querido por los artistas pero la relación con la prensa no es de la mejor. Ahora nos llega a las salas "Potiche", que en francés significa "jarrón", del tipo de decoración, término habitual en el país galo para definir a ciertas mujeres que cumplen una función fija en su hogar, sin ningún relieve y que están, pero que no sirven para nada (o si, son "mujeres objeto"). Ya el nombre anticipa lo que vendrá: una película levemente divertida que vira hacia la reflexión social y el problema de la lucha de géneros, desde una óptica serena y amena, que se deja ver sin mayores pretenciones. "Mujeres al poder" es la historia de Suzanne (Catherine Deneueve, bella y magnética aún a su edad). Corren los últimos años de la década del 70 y está casada con Robert Pujol (Fabrice Luccini), cabeza de una fábrica de paraguas, empresa familiar que lleva adelante y que fue creada por el parde de su esposa. Ella pasa una vida tranquila y apacible. Es el "florero" de una elegante casa y está prácticamente sola todo el tiempo, sus hijos están grandes, hacen su vida y su marido dirige la empresa. Siempre está afuera y como ya suponemos, la engaña con su secretaria y no la tiene en cuenta para ninguna decisión importante. Pero a pesar de poder llevar la fábrica donde quiere, Robert tiene problemas con los líderes sindicales que quieren mejoras sociales en su lugar de trabajo. El, déspota y tirano, se niega a toda negociación hasta que los obreros terminan secuestrándolo. Luego de un incidente grave como este, su salud se deteriora y el médico le recomienda dejar el trabajo. Es entonces cuando Suzanne, por descarte (los hijos se niegan a aceptar), toma la dirección de la empresa. Un ex amante suyo, (de una breve historia hace mucho tiempo), Maurice Babin (Gerard Depardieu, cada día más voluminoso, tanto que temo por su salud) es diputado por la izquierda y se ofrece de nexo entre ella y los delegados sindicales. Juntos, verán de sacar a la empresa adelante y encauzar la situación en un marco distinto (la lucha de mercados naciente para su producto) al de su creación. La película está basada, así como otras de Ozon, en una obra de teatro. Y se nota, por el ritmo y la manera en que se van jugando las situaciones, no hubo intención de modificar el espíritu de la misma, ya que los cambios no parecen significativos (el libro original es de Pierre Barillet y Jean Pierre Gredy, quienes curiosamente son responsables de la versión original -francesa- de "Just go with it", estreno de hace dos semanas en cartelera) y sólo se buscó aprovechar el carisma de los protagonistas y que jueguen a partir de su química sus líneas para montar la escena y volverla creíble. En sí, y con el cariño que uno tiene por el cine francés, siempre es interesante ver a dos monstruos como Denueve y Depardieu. Son dos actores con décadas de experiencia y dan cátedra con cualquier rol que elijan, dado el peso de su talento y la versatilidad que tienen. En esta oportunidad, da toda la impresión de que el elenco se ensambló apoyándose en ellos, lo cual hizo que los secundarios se soltaran y dieran lo mejor para acompañar la atmósfera en que se da el relato en cuestión. El problema es que el corazón del film, está basado en dos cuestiones importantes. Por un lado, se instala en la necesidad de entender el reclamo social de los obreros, fuertemente influenciados por las ideas de ese momento histórico (la patronal está caracterizada como el enemigo y desarmar ese preconcepto cuesta y la película lo pincela sólo levemente) y por el otro plantea el rol de las mujeres "florero", que en apariencia están en un rol pasivo y sometidas por el hombre hasta que cierto día, la oportunidad de salir e intentar algo nuevo puebla de ideas nuevas a quien no se tenía en cuenta hasta este momento y le ofrece un renacimiento, donde las mujeres, tomarán indefectiblemente el poder... El relato es simpático, está bien contado y es agradable de ver. Pero no conmueve y de no tener el cast que tiene, seguramente no convocaría mucho interés del público. Pero nadie que le guste el cine francés dejará de ver "Potiche" viendo los pesos pesados que hay en el elenco. Y Ozon se aprovecha de eso, dejandolos fluir, encuadrando con oficio y subrayando lo mínimo, de manera que lo que él piensa, sea visible desde una óptica curiosa y no sea estridente o recargado. Me inclino a pensar que no es uno de sus mejores trabajos, pero es de obligada visión para quienes siguen a estos próceres del cine galo y para quienes buscan un film liviano para pasar el rato, si el cine europeo es lo suyo.
Larry David juega a ser Allen por un rato Hace unos doce años, cuando era cinéfilo ocasional y no tenía la tarea de ver tanto cine casi diariamente, recuerdo esperar los estrenos de Woody Allen como si fueran días de fiesta. Era así, si bien yo no soy de la generación setentosa que lo siguió y consagró con "Bananas", "Annie Hall", "Manhattan" y "Love & death" (aclaro que las vi todas, pero en video); si soy de los noventosos que amamos "Husbands and wives", "Mighty Aphrodite" y "Deconstructing Harry". Mis recuerdos con su trabajo siempre están rodeados de amigos, debates y tertulias donde nos reíamos mucho de cómo este director presentaba muchas de nuestras inquietudes y contradicciones en la vida desde un costado humorístico e ingenioso. Sus relatos parecían girar sobre lo mismo (el hombre intelectual conflictuado -muchas veces, judío- que vive quejándose del mundo que le toca vivir y las personas que lo rodean), situaciones que tenían, de extraña manera, conexión con la vida real (todos somos un poco neuróticos no?) y sobre todo, mucho psicoanalisis. Sabemos que Allen disfruta mucho estar inmerso en desarmar y bucear en los conflictos interpersonales de sus sujetos y mirarlos con fina ironía y cruda perspectiva. Es un cine particular, donde si no aceptás los estereotipos que el director te presenta, no vas a pasar un buen momento. Por el contrario, si sintonizás a este neurótico obsesivo y querés reirte a su lado de sus miedos y visiones... Siempre Allen va a tener algo que ofrecerte. Es un tipo realmente talentoso para lo que hace, aunque su audiencia siempre fue reducida. En los lejanos setenta tuvo títulos taquilleros pero luego, sus propuestas en los 80 pasaron a integrar la lista de "prestigio" de los cines, pequeña en distribución y mucho más aún en presupuesto. Pero claro, Woody tiene tanto carisma que todos quieren filmar con él, y todos (y cuando digo todos, digo todos eh!) los actores de porte de este tiempo, han sido dirigidos por él. El problema es que, excepto "Match point", sus últimos trabajos se repiten demasiado, ofrecen relatos fríos y extremadamente cerebrales y no son films que a uno lo dejan satisfecho. Mucho más a quienes conocemos el potencial de semejante director. Lo cierto es que en un momento a Woody Allen se le fueron cerrando las puertas para filmar en su país y Europa lo sedujo con dinero fresco para producir en otras tierras. Así es que hubo una serie de películas de este neoyorkino en el Viejo Continente, desparejas (aunque "Vicky Cristina Barcelona" fue muy premiada - en mi opinión, sobrevalorada) y la que lo encuentra de vuelta por un rato en su terruño es "Whatever works". Cinta que data del 2009 (extrañamente estrenada aquí después de "You will meet a tall dark stranger", que es del año pasado) y que nos llega justo cuando Allen presenta nuevo trabajo en Cannes (y la crítica allí lo está aclamando en este mismo momento)... "Que la cosa funcione" es su regreso a New York. Regreso sin gloria, diría yo. Para este reencuentro con su ciudad, él se consigue al sujeto más parecido a él en el universo actoral americano: Larry David. Para quienes no lo conocen, es el creador de "Seinfield" (serie de televisión que se ve por Sony en Argentina, serie de culto de la que han corrido ríos de tinta y jamás pudo ser imitada) y protagonista de "Curb your enthusiam" (que va por HBO y ya está en su octava temporada): un tipo que hace un humor sutil, desconcertante y que se rie bastante de sus propias acciones. Tiene un estilo único. En lo personal, va en gustos, a mi me pasa ver "Curb..." y descostillarme de risa y a mi esposa no se le mueve un rulo. Bueno, creo que la escena es gráfica para ver que es un personaje que tiene distinta llegada al público. El es el elegido para encarnar al alter ego de Allen: comparten mucho y la gente lo sabe. Así que el guión es una excusa para que Woody nos cuente un poco más de su vida, en forma de tragicomedia urbana neoyorkina. A veces, le sale bien. Esta vez, no. La trama nos presenta a un hombre de inteligencia extraordinaria, Boris (David). El estuvo a punto de recibir el Premio Nobel de Física y cree que todos los que lo rodean son tontos, simples y que no entienden su talento. O sea, se lleva mal con todo el mundo. Cierto día conocerá a una mujer muy joven que llega a su vida por accidente, Melody (Evan Rachel Wood), que es como el resto del mundo... Pero es joven y bella. Y eso afectará radicalmente su visión de las cosas, al menos por un tiempo. "Whatever works" es un film sobre la experiencia y la dolorosa tarea de aprender de los errores. Larry David hace un rol idéntico al de su "Curb..." y fuerza la situación a la cuestión primaria: si te gusta este tipo de cine, (neurótico-intelectual diría yo), te va a gustar. De lo contrario, el efecto es negativo. Es cierto que hay algunos buenos gags, sobre todo porque Boris se presta para que le pase lo peor, siempre, pero nada está tomado muy en serio (los amigos de Boris ni siquiera son llamados por su nombre en el film) y hasta parece que por momentos, la película fue una excusa para que viejos amigos se reencuentren y rueden algo y no mucho más. Más allá de eso, es Woody Allen. Tiene sus cositas y a los fans incondicionales les va a gustar. En ese sentido, yo estoy un poco desencantado con su actualidad. Esta es la película más floja que ví de él en varios años y estoy empezando a perder el entusiasmo ante cada estreno suyo...Veremos que sucederá cuando conozcamos "Midnight in Paris" (de vuelta en Europa, con Owen Wilson y Rachel McAdams), por el momento, lo dejo "Stand by" y le saqué "me gusta" a su perfil público en Facebook. Tiene que volver a ganárselo. Ir advertidos que no es de lo mejor de este cineasta y que es probable que salgan con un sabor amargo de la sala... Habrá que volver a apostar en que su talento reecontrará el camino en poco tiempo...
Las guerras de Irak siempre dan tela para cortar Cuando miraba en cartelera que se estrenaba "Fair Game", pensaba que era un momento interesante para que eso suceda, teniendo en cuenta que los medios están a pleno enfocados en analizar las políticas antiterroristas de los Estados Unidos, merced a la supuesta muerte de Osama Bin Laden. Los cineastas norteamericanos vienen reflexionando bastante sobre las razones políticas de las invasiones a Irak, en particular se me viene a la cabeza la última película de Peter Greengrass llegada a la Argentina hace un tiempo, "Green Zone" (La ciudad de las tormentas), la cual es bastante gráfica en relación al tema sobre el que gira "Fair game": ¿había armas nucleares en Irak que amenazaran la seguridad de los Estados Unidos? Las dos son films que se complementan y permiten, para quienes no siguen los vaivenes políticos de la visión norteamericana sobre Medio Oriente, en particular con Irak, que es el caso más fuerte de invasión para apropiarse de los recursos económicos de una nación débil. En esta ocasión, como en la nombrada anteriormente, hay material documentado y real de estas conspiraciones que merece ser visto, si el tema te interesa... "Poder que mata" es un thriller político basado en la vida real de un matrimonio muy particular donde uno de sus miembros es agente de alto rango de la CIA y el otro, diplomático americano con amplia experiencia en la zona en cuestión. Valerie Plame (Naomi Watts) es una destacada funcionaria encargada del espionaje en Medio Oriente y su esposo, Joe Wilson (Sean Penn) ha transitado varios destinos como diplomático en diferentes misiones a lo largo de su carrera. El relato encuentra a la pareja en los meses previos a la gran declaración de guerra de 2003 contra Irak. Como la CIA sabe que Wilson conoce bastante bien el terreno que desean investigar, le piden a Plame que interceda para que su esposo vaya como espía a Nigeria a averiguar si en ese país se trafica a pedido de Saddam Hussein plutonio apto para preparar bombas nucleares. El diplomático acepta y al regresar de la misión, da su veredicto negativo. Ese, y otros elementos que va descubriendo Plame en su trabajo, la llevan a pensar que no hay real amenaza atómica sobre Estados Unidos. Que en realidad, es toda una causa armada, ya que Hussein no tiene los recursos humanos y materiales para lastimar a América. Sin embargo, el presidente Bush piensa distinto. Conduce a su país a la guerra, basado en informes de inteligencia que dice tener entre los que se encuentra los supuestos de Joe Wilson, donde él confirma que Irak adquiría material para un programa nuclear. El marido de Plame reacciona con una nota en el New York Times, desmitiendo eso y clarificando la situación, y el gobierno responde también por los medios, revelando la identidad de Valerie, y atacando la credibilidad de los dichos de la pareja en relación a la causa. Eso resquebraja la relación matrimonial y abre una verdadera guerra de nervios donde las declaraciones cruzadas caracterizan un conflicto de gran impacto mediático. "Fair game" tiene su guión armado con elementos de los libros que escribieron ambos miembros de la pareja ("The Politics of truth" y el que da nombre al film) y su montaje es muy bueno. Hay mucho material de televisión, discursos políticos de diversos funcionarios, análisis de artículos de la época. La documentación es un punto de apoyo de la historia y si el tema te interesa, la película crece en su desarrollo a medida que la crisis avanza. Por el contrario, si te gustan los films de acción, o buscás una historia simple que no te llene de datos e información, esta no es tu película. Watts y Penn hacen lo suyo bien y el film se deja ver. Es importante y saludable que haya cineastas que quieran revisar las acciones de la política exterior americana y lo hagan de esta manera, con buenas armas, relatos verídicos y miradas contradictorias que aporten a una visión más crítica de los hechos en cuestión. Desde lo estrictamente fílmico, "Fair game" es correcta pero que no depara ni grandes emociones ni tampoco mucha sorpresa. Es casi un documental, en relación a la información que circula. De todas maneras, a mi me pareció que no es de las cintas que despierta grandes pasiones y si es de aquellas, que termina en los anaqueles olvidados de los videoclubes. Una pena, porque es bueno conocer como funciona la política exterior americana, desde adentro.
Furioso retorno de la franquicia en territorio carioca La primera "Fast & Furious" sorprendió. Era una película chiquita pero decente, una buena idea llevada a la práctica con un presupuesto medido pero interesante donde veíamos a una banda de ladrones pilotos que eran capaces de hacer arriesgadas maniobras para llegar a cumplir sus arriesgadas misiones. Lo bueno de aquel inicio era el universo que mostraba, ese escenario de carreras nocturnas, autos preparados con nitro, maniobras increíbles... Allí nacieron a la fama, Vin Diesel y Paul Walker... Como funcionó, se hizo una segunda, de menor valía y la saga pareció extinguirse con la tercera: "Reto en Tokio". Esta en particular, está contada en el futuro, porque es una línea paralela del guión general y extrañamente, es posterior en términos temporales, a la cuarta y a esta quinta parte. Importa? Poco. No esperamos de "Fast five" nada más que lo que ella ofrece: veloces persecusiones, cuerpos musculosos, escenas de acción urbana de diversa índole y adoración por los autos. Bueno, si esa es la línea, esta es la mejor. Contando con todo el presupuesto y después de haber enderezado la saga en la última entrega, en esta se ponen a disposición de la historia, actores más taquilleros (The Rock está presente y encabeza), los originales personajes de todas las versiones anteriores (Han, por ejemplo de la ambientada en Oriente) y villanos de jerarquía (Joaquín de Almeida se encarga de ponerle la piel al enemigo de todos). A eso sumarle gran cantidad de carreras y persecusiones, muchas explosiones y un estilo que se asemeja, de alguna manera, a "Ocean Eleven". Ustedes me dirán: Cómo??? Sí, es la historia de una venganza. Y para concretarla, el equipo comandado por nuestros viejos conocidos deberá hacer un trabajo imposible para conseguirla. O sea que el guión se enriquece con un planteo más amplio donde se permite jugar con otros elementos, más interesantes y novedosos. Uno de ellos es sin dudas la ciudad de Río. Hay muchas tomas panormámicas, batallas en las favelas, corridas en los morros y picadas en sus calles. Es también, la más larga y la más violenta de la saga: hay mucho para ofrecer y Justin Lin, su director, quiere que salgan del cine absolutamente satisfechos con la franquicia. Y lo logra. No es que "Fast five" sea una gran película. Para nada. Pero su objetivo es claro, entrener con armas nobles y garantizar espectáculo. Y a decir verdad, la cinta no da respiro desde el minuto 1. Retomamos la historia justo donde la dejamos, Don (Diesel) está condenado a prisión perpetua y enviado a una cárcel de máxima seguridad pero... como ya recordabamos, no llegará a la misma. Brian (Walker) y Mia (Jordana Brewster) atacarán el convoy y lo liberarán en una acción rápida y afortunada. Como la policía los sigue, la banda decide escapar a Rio donde tendrá que hacer una serie de trabajos para conseguir el dinero para desaparecer. En el primero que realizan, un asalto al tren para robar unos autos, descubrirán que son traicionados y querrán saber el porqué. Un jefe mafioso los condenará a muerte porque han robado algo suyo y el grupo tendrá que dar un golpe para equilibrar la situación. Encima, desde Estados Unidos llega Hobbs (Dwayne Johnson, como ya sabemos "The Rock"), oficial especializado en delicuentes de este tipo, dispuesto a poner a Toretto y sus amigos entre rejas. Y no podemos anticipar más. Hay mucho bueno para ver y el film, a pesar de no tener una gran estructura lógica-narrativa, logra mantener el interés y da los suficientes golpes de efecto necesarios para que la acción no decaiga un segundo. Críticas, podemos hacerle muchas (la manera en que caracteriza a los hermanos brasileños, el problema temporal que hace que un piloto que muere en la tercera entrega esté en la quinta, la exageración de los combates urbanos y la facilidad con que Don y Brian logran escapar siempre, etc, etc) pero... vamos al cine a ver espectáculo. Y "Fast five" nos lo ofrece. Ya sabemos también que habrá sexta parte y está bien. Se la ganaron en buena ley. Cine de acción, veloz y adictivo. Buena opción para los amantes de este género.
Inmigración y desempleo 'a la carte' con el sello de Fatih Akin Para quienes no conocen el cine de Fatih Akin, debemos decir que es un cineasta alemán de los más talentosos de su generación. Su ascendencia turca lo ha atravesado de manera que sus films giran en relación a la inmigración que recibe Europa del este, en especial, el país germano. Su bien ganado prestigio lo ha conseguido con dos enormes trabajos ("Heads on" y "The edge of heaven") que parecen difíciles de repetir, en cuanto a profunidad y complejidad emocional. Digamos que sus películas son en general, fuertes, emotivas (sus personajes sufren situaciones extremas y están atravesados por esta cuestión cultural que funciona como obstáculo y a la vez como desafío) y han ganado muchos premios a lo largo de la última década. Nos llega su último trabajo a la cartelera, "Soul Kitchen", cinta interesante, divertida y amigable (León de Plata en Venecia 2009, Premio especial del Jurado) que, sin ser de los puntos altos de la carrera de este director, cumple en su objetivo de entretener y mostrar una visión actual de cierto sector de la sociedad alemana, el que sufre el drama de la inmigración y el desempleo. Para quienes amamos el mundo de la gastronomía, "Soul kitchen" tiene un sabor distinto, debo decir. Y eso se debe al enorme trabajo de Akin para decodificar un mundo que no es el que él domina (en su making of reconoce no ser un conocedor del tema) y mostrarlo con clara y meridiana precisión. Hay una visión en él para mostrarnos en otro ambiente, su leiv motiv habitual (ser inmigrante y estar enfrentado a fuerzas superiores a tus posibilidades a la hora de arraigarte en una tierra) y no dotarlo del dramatismo de anteriores trabajos, sino conectarnos con la situación desde la actitud positiva para hacerle frente. En ese sentido, "Soul kitchen" se parece mucho a la vida misma y esa faceta es exclusivo mérito de un guión que escribió en compañía de Adam Bousdoukos, nada menos que el actor principal de la cinta. El espíritu del libro no deja de lado el habitual tema de la inmigración en esta nueva Alemania integrada y multirracial pero lo presenta de una manera cercana y cristalina, donde reconocemos en los rostros de cada protagonista, algo de nosotros mismos, en aquellos momentos donde damos lucha para conseguir nuestros sueños a cualquier precio. O sea, no crean que esta "cocina del alma" es una película sobre restaurantes, porque no lo es. Al menos, no en su esencia. Digamos que la acción tiene como eje este tema del establecimiento y la transformación de un comedero barato en un lugar exótico y exclusivo, pero las diferentes subtramas que se juegan por debajo, tienen buen sabor y no son inocentes, cada una aporta a que el film no sea "No reservations" sino algo genuino y lógico, dentro de una línea que no desborda en ningún momento (lo cual hubiese sido delicioso, pero no se da) pero tampoco nos deja vacíos. Es probable que si no han visto el cine de Akin hasta esta película, cuando salgan del cine buscarán las anteriores para conocerlo en profundidad. Y eso, es definitivamente, una buena idea Eso si, no se dejen guiar mucho por el trailer, porque parece en su versión americana, un avance de "Kitchen Nightmares" de Gordon Ramsay. A ver, tenemos a un inmigrante griego de nombre Zinos (Bousdoukos), quien tiene un galpón en el que sirve comida, llamado "Soul kitchen". No sabemos muy bien como logró comprarlo, está entre una vía férrea y un río, en Hamburgo, pero es su lugar en el mundo. El es el cocinero del lugar, y sus habilidades no son de lo mejor. Su clientela no es adicta a las excentricidades y él solo se dedica a fogonear lo básico, sin ninguna sofisticación. Cuando arranca la cinta, está en crisis con su pareja, ya que su novia, Nadine (Pheline Roggan) parte a China a seguir su carrera de periodista. Ella es una chica de clase alta y trata de convencer a Zinos que viaje con ella y abandone su restaurant. Nuestro amigo se niega y la fortuna lo pone de cara a un genial chef desocupado (la escena donde renuncia a su trabajo con el incidente del gazpacho caliente es imperdible!), Shayn (Birol Unel en una composición fantástica) quien pasará a ser su empleado de la noche a la mañana. Obviamente, su óptica sobre la comida es diamentralmente distinta a la de Zinos, así que por ese lado tendremos espectáculo garantizado. Pero eso no es todo, el hermano del dueño de "Soul kitchen" es un convicto que sale en libertad condicionada y desea incorporarse al staff, para poder gozar de ese beneficio en forma permanente con lo que el personal del lugar se modificará dando lugar a situaciones interesantes... Hay muchas historias pequeñas que se cruzan y todas se degustan con calma, como un buen plato se merece. En ese sentido, la comida dispara muchas líneas donde Akin volverá a los temas que lo atraviesan pero presentados desde una atmósfera más positiva, lo cual es otra faceta de su cine. Podría escribir mucho más sobre "Soul kitchen", su cuidada y escénica banda de sonido y el tratamiento visual para encuadrar lo que pasa en el restaurant, pero sería innecesario. Es una buena película. Nada del otro mundo, no es de las comedias en las que las butacas tiemblan y las carcajadas estallan a cada instante, no, no es su marca distintiva, pero es un producto noble y atractivo, a la luz de las 10 películas que renueva la cartelera esta semana... Diez estrenos, no será mucho?
Un vampiro perdido en el circo La verdad es que uno siempre tiene curiosidad (bah, al menos yo), si Robert Pattinson puede despegarse del rol emblema que juega en "Twlight" (inexpresividad y belleza gélida) para mostrar sangre en las venas y aprovechar los proyectos interesantes que le ofrecen en busca de reconocimiento actoral. Es increíble que tengamos que empezar hablando de él en una cinta donde están Christopher Waltz y Resse Witherspoon, dos actores de renombre y prestigio en la industria, pero lo cierto es que la película dura 120 minutos y en todo momento esperamos que Pattinson le ponga carnadura a su personaje, cosa que no sucede y empuja al film a una mediocridad exasperante que nos hace lamentar el tiempo que estuvimos en la sala. ¿Por qué? "Water for elephants" es una historia de amor. Y es un drama de época, a la vez. Pero cuando ya nos encuadramos con la belleza visual de la reconstrucción de los Estados Unidos de los 30' y nos adaptamos al ambiente de este circo ambulante y sus secundarios menores, esperamos fuerza, pasión, ternura, peligro, muerte y resurrección de los amantes, en términos actorales. Es decir, no sólo química (que pueden tenerla o no, aunque la edad de Resse se trasluce y se profundiza por la inexpresividad de Robert) sino conexión interpretativa. Una unidad que transmita desde la pantalla todo lo que buscamos en un drama romántico: amor y dificultades, y la actitud para sobreponerse a ellas. Bueno, ahí, hacemos agua. Y no va para los elefantes. Hicimos agua y se nos quedó el tren (en términos del film). Francis Lawrence (de "I'm legend" y "Constantine"), se las arregla bastante bien con su equipo técnico para recrear aquellos duros años económicos en el gran país del norte. Tiene experiencia en video clips y entiende las convenciones del montaje, eso no se lo puede negar. Pero a pesar de la buena adaptación de la novela de Sara Gruen del mismo nombre, falla en lo que otros directores han fallado: intentar que Robert Pattinson haga algo más que posar en cámara. Esta garantía de taquilla que tiene el nombre lo hace ser requerido para proyectos que hubiesen ido mejor con otra gente. Eso siento con "Water for elephants". Encima de todo, el villano de turno es Waltz, quien viene de hacer algo parecido en "Inglourious bastards", así que en cada escena le da cátedra de cine. Y no se la cobra. No fue un buen cast y a pesar de que Resse está magnífica en su rol (despliega belleza y conmueve en las tomas con los animales y en la arena del circo), nunca hay que perder de vista que esta historia, es una película de amor. Y en eso, es fría como los torpes movimientos de su actor principal... Ya viendo el afiche sabemos un poco de que va la historia... Pattinson es Jacob, y sus primeras imágenes son el anticipo de lo que vendrá...Es el día en que está a punto de recibirse de veterinario y mientras rinde ese exámen recibe la noticia de que sus padres han muerto en un accidente. De más está decir que no termina el mismo y va a reconocer sus cuerpos a la morgue, con lo cual, su carrera queda inconclusa. Encima, su padre (médico él) tenia muchas deudas y los abogados le informan que debe dejar la casa para pagarlas, así que a Jacob no le queda otra opción que irse de ese lugar (es hijo único) y salir a la vida a ver si la mano cambia. Se sube a un tren, que curiosamente, es de una de las compañías más prestigiosas de la época, donde tendrá que hacer de varios roles para poder subsistir. El mandamás de la compañía es August (Christopher Waltz, quien debe analizar no estratificarse siempre en roles de villano), un tipo cambiante, seductor, carismático y muy cínico cuya emotividad cambia a cada instante en la película. Podemos decir que es el antagonista de Pattinson, aunque hay que reconocer que si no tenías ese perfil era difícil manejar un circo como él lo hacía en esos años... En fin. Está casado con Marlena (Witherspoon), una artista maravillosa, plástica y dueña de una belleza única y la cuida con toda sus fuerzas. En ese triángulo se sostiene la trama: Jacob está deslumbrado por Marlena y busca la forma de acercarse a ella, sus conocimientos sobre animales lo ayudarán a hacerlo, bajo la controladora y obsesiva mirada de August. Cuando la troupe incorpore un elefante a sus estrellas, nuestros dos protagonistas se relacionarán para adaptarlo a la tarea y en ese devenir, bueno, lo esperable... Quiero decir, que la cinta me aburrió mucho. Doy por sentado que es por la falta de intensidad dramática, porque el film está bien hecho. Es cuidado en sus rubros técnicos y todo, salvo la casi inexistente banda de sonido me pareció bien. Pero no me conmovió ni me pareció que merezca el precio de una entrada en estos días. Otra vez seguimos esperando que el vampiro aprenda a actuar y de muestras de su valía, si es que la tiene, a la hora de jugar en las grandes ligas. Su corte de adolescentes en llamas pide siempre por él, los espectadores estamos aún intentando saber cuál es su real dimensión, y por lo visto hasta ahora...
Clásica e innovadora entrega que revitaliza la saga Lo primero que tengo que decirles es que tengo debilidad por esta saga. Es bueno ser honesto, y para no pecar de subjetivo en exceso, es interesante poder aportar el conocimiento de la triología previa para poder evaluar este regreso de Wes Craven y los actores que nos asustaron en serio, en aquellos dorados 90. Y digo dorados, porque siento que el cine de terror está estancado y estratificado con pocos matices y escasos buenos libros en este nuevo siglo. Me gustó "Saw", más allá de la carnicería que propuso en cada entrega, porque (al menos varias de sus entregas) proponían un análisis moral sobre el personaje principal, y elegían un camino determinado (el gore) para cumplir su objetivo: impactar a la audiencia. Después, hay miles de películas clase B que podría nombrarles en las que nada se destaca en particular y que son todas carne de videoclub o cable directo. Dentro de la pobreza que aparece en este género, el regreso de "Scream" era esperado. Wes Craven es un director de aquellos. Lo interesante es que en los 80 se destacó por cierto cine más proclive al misterio y lo onírico (como "Nightmare on Elm Street" o "The serpent and the rainbow") y en los 90 tomó una dirección más moderna con "Scream" donde volvía al espíritu clásico de las películas de suspenso y lo ensamblaba con una búsqueda policial inquietante dentro de una atmósfera que permitía algo de humor y mucho sarcasmo a cada fotograma. Esta cinta, recordemos, se tomaba en broma a sí misma y parafaseaba sobre los clásicos argumentos que en esos años desfilaban por el cine de terror de moda. O sea, había un guiño inteligente para el espectador y para el fan del género. Además, claro, estaba la aparición de "Ghostface", figura icónica de los 90 porque era una de las primeras que salía herida atacando a sus víctimas y distaba mucho de ser un asesino prolijo o cuidadoso. Tenía su estilo, digamos... Este criminal en serie siempre traía una sorpresa, y los sufridos protagonistas tardaban mucho en descubrirla... Y terminaban bajo tierra. Pero bien, esos años han pasado, y Craven logró juntar a su cast original para encarar un relanzamiento de su franquicia... El resultado?.... Esperable. Digo, un director con oficio sabe que hacer cuando tiene el desafío de reinventar un saga que tiene más de diez años desde su última aparición. Adapta el lenguaje, toma los códigos de los jóvenes y adolescentes (el uso de internet y los celulares aquí es central), enriquece el cast con actores nuevos que dan el perfil para la masacre en ciernes y se dedica a homenajear a los históricos (Neve Campbell, Courtney Cox y David Arquette) dandoles un lugar no central, pero presente a la hora de las definiciones. Lo rico de Craven es que toma nota del tiempo transcurrido en cuanto a que se burla, en palabras (faltaba nombre y apellido) de todas las tendencias actuales en películas de terror. La secuencia inicial es absolutamente brillante, cuando las chicas debaten sobre el género, él les pone palabras a su pensamiento, grafica y presenta su concepto; se puede asustar con humor y giros del guión, atendiendo a las convenciones más primitivas del género, es decir, efectos de audio, planos de giro para descubrir al asesino, etc... Lo importante no es (pareciera decir) cuanta sangre manchará las butacas de la sala, sino la emoción y la curiosidad por ver como evoluciona el camino de búsqueda hacia la resolución del caso. En ese sentido, los amantes del género estarán satisfechos por partida doble, verán asesinatos (un poco más subidos de tono que los de las primeras entregas) pero seguirán las pistas con atención para tratar de descubrir quien es "Ghostface" esta vez. En líneas generales es un muy buen retorno y si bien los fans podemos sentir que esperabamos más (se dice que el metraje original del director es de diez minutos más, que esperemos estén en su versión DVD), no defrauda esta nueva entrega de "Scream", más si tenemos en cuenta que una generación entera accederá a ella por primera vez... La historia ya la imaginamos. Transcurre en Woodsboro, donde fueron todas las matanzas de "Ghostface". Sidney (Campbell) es ahora una escritora famosa en gira que visita la ciudad para promocionar su último libro de autoayuda. Da la casualidad (que extraño no?), que justo llega al pueblo un día después de los aniversarios de las muertes del criminal ya mencionado, diez años atrás. Los jóvenes locales se emocionan con la llegada de tan macabra celebridad, Sidney es admirada y odiada, por ser la única sobreviviente de la feroz matanza producida años atrás. A poco de arribar a la ciudad, comienzan las muertes, con el mismo modus operandi de los tiempos pasados: la llamada, la máscara, las corridas, etc... Dewey (Arquette) es ahora sheriff de la ciudad, está casado con Gale (Cox) y estará a cargo de la investigación. Su esposa, ex escritora y reportera estrella de la televisión, ahora es una ama de casa frustrada porque dejó el periodismo por estar junto a quien amaba y no logra generar nuevos proyectos para su carrera. Cuando comiencen los asesinatos, Gale activará toda su vieja astucia para rastrear al culpable, haciendo una peligrosa búsqueda paralela a la de la ley, curiosamente representada por su marido en el otro bando... Sidney tiene familia en Woodsboro, su tía y su sobrina, al desatarse la tragedia, ellas serán potenciales víctimas de un asesino que emula los derroteros de sangre de los predecedores, el espiral de muertes irá en ascenso mientras todas las fuerzas en cuestión se enfrentan buscando respuestas a los enigmas que cada crimen deja a su paso. Y no quiero anticiparles más. Si son fanáticos del género o de la saga, es un producto digno que hay que ver. En cambio, si solo son espectadores casuales que no han visto las anteriores, les recomendaría ir preparados a verla, habiendo visto, por lo menos, la anterior, de manera de no perderse los guiños de la trama. Los 90 que parecían lejanos, cobran vida y nos tenían reservada esta sorpresa, "Scream" está de vuelta con nosotros. Da miedo no?!
Kenneth Branagh lleva a Marvel a Asgard (sin escalas en la ruta) En general, siempre tengo mis reservas con el universo Marvel. No todas sus producciones, o mejor dicho, sus adaptaciones, me terminan convenciendo cuando llegan a la pantalla grande. Algunas sí, otras no. Me pasa que no soy una persona que ame los comics, y es natural que prefiera juzgar al producto por lo que veo y no tanto por el halo que trae la historia detrás. No pasa esto con mis colegas, especialmente con los más jóvenes que son ávidos fans de este tipo de historietas y se conocen las mil y una vueltas de cada personaje. No, no es mi caso. Sin embargo uno tiene que saber, de antemano, que Stan Lee en su idea original había logrado una interesante mezcla entre la mitología y el mundo de los héroes terrenales con Thor. Aquí, después de muchos años de peregrinar por los estudios buscando quien la produzca, Paramount la tomó en 2006 y desde allí partimos nosotros. Introducción que les cuenta que quien escribe, ha quedado impresionado por la cinta, entendiendo que es de aquellas películas que atraviesa la barrera del público que adhiere a este género y se instala en el gusto colectivo de quienes disfrutan el cine de entretenimiento. O sea, Thor, es una maza. Lo primero que llama la atención es encontrar a Kenneth Branagh en la dirección de esta película. Un actor y cineasta británico de muchísima experiencia en clásicos trabajando para Marvel... Parece raro, pero saben...? Funciona!!! Y cómo funciona! Mucha gente del cast no estaba acostumbrada a jugar en las grandes ligas y Kenneth hace un gran trabajo dirigiendolos. En especial, moldea junto a su actor principal, Chris Hemsworth un perfil singular para su protagonista...y transforma ese duro héroe de leyenda, en un sujeto de carnadura divina, fuerte, terco, pero inmensamente cercano. Y es más, la transformación de Thor a lo largo de la cinta es un trabajo admirable del novato (en una producción de esta envergadura donde en otras oportunidades esto es un detalle menor) acompañado magistralmente por su director. Encima, están Anthony Hopkins y Natalie Portman... Algo más? Señores, el plato está servido y esta vez no querrán perderse este suculento banquete. La cinta arranca cuando Thor (Hemsworth), arrogante y obstinado, va junto a otros dioses de Ashgard a meterse en problemas con una raza de otro planeta. Allì, luego de una tumultuosa batalla, Odín (Hopkins), su padre aparecerá para reprender los anhelos de batalla de Thor y enojarse mucho por haber roto una tregua con dicha especie. Su hermano, Loki (Tom Hiddleston), el más débil de los dos hijos de Odín, colabora con socavar la confianza que el padre tiene sobre su hermano y a poco de volver de esa misión, Thor es desterrado a la Tierra. Allí, no tendrá poderes. Será un simple mortal (con cierta fuerza física, pero sin sus habilidades especiales) y aterrizará en un desierto, donde una científica,J ane (Portman), está intentando investiga el cielo y trata de descubrir el portal que une los mundos analizando la radioactividad que emana de ciertas caídas que se van produciendo de manera extraña a intervalos regulares. Allí llegará Thor y de inmediato todo se convulsionará... El gobierno norteamericano se enterará de lo que pasa e intervendrá secuestrando cierto artefacto caído del cielo junto a la llegada del protagonista y de ahì en màs, Jane, su hermana Darcy (Kat Dennings), Thor y el profesor Erik Selvig (el genial Stellan Skarsgard) intentarán recuperar el objeto que devuelva a Thor su poder y entender que sucede en Asgard, donde Loki, está intentando derrocar a su padre Odín y va acumulando fuerzas para apoderarse del universo. La historia se da paralelamente, en la Tierra y en la patria de los dioses. No hay que contar más, hay que decir sin vueltas que la película es excelente. Es más, es dinamita pura. Muy entretenida, bien actuada y hasta apta para todo público! Buenas actuaciones, 3D de primera, duración exacta, que más se puede pedir? Pidamos más de Marvel, ahora sabemos que pueden acercarse con productos de alta calidad a quienes no somos fanáticos del gènero ni conspicuos seguidores. Que se repita! Y pronto! Imperdible.
Perrault y Grimm al estilo "Twilight" (?) Siempre es bueno ver nuevas versiones de clásicos. No es este exactamente el caso, pero casi. El antiquísimo cuento de tradición oral traído por Charles Perrault y luego reversionado por los hermanos Grimm llega a cartelera, en nueva y extraña versión. Hace un tiempo, los grandes estudios están atraídos hacia la búsqueda de volver a revisar algunos productos tradicionales y aggiornarlos a nuestros días. Lo cual, a priori, no parece nada mal. El tema es cuál es la dirección que se le imprime a esa búsqueda y cual es el resultado final. En este caso, se buscó a la directora de la saga "Twilight", justamente para hacer una película donde hay: lobos, una relación triangular, un bosque, ambiente sobrenatural y mucha sensualidad contenida. Todo para que Catherine Hardwicke se sintiera cómoda: los mismos elementos que utiliza en "Crepúsculo"!!! Esta bien, entendamos que esta "Little red riding hood", está pensada para el público adolescente, por la similitud de los escenarios y conflictos, quienes siguen la saga ya mencionada, sentirán a esta película muy cercana ya que la atmósfera que se genera la hace parecida en espíritu, al trabajo insignia de Hardwicke.... Más allá de eso, lo importante es saber si (solo por curiosidad), se respeta la historia clásica de Caperucita Roja o esto es un pastiche donde libremente se recrea aquello que le parece al guionista, sin ningún tipo de control o freno inhibitorio... Debo decir que lo que Perrault dejaba entrever (y pueden consultar los estudios psicológicos de su obra, sus implicancias ocultas), el tema del deseo de las doncellas jóvenes de adentrarse en el bosque y descubrir allí aquello que es prohibido (el lobo, o...), está presente. La connotación de este cuento tradicional, cuyo destinatario primero no eran los chicos, sino las jóvenes de aquella época, está clara en este trabajo: sabemos que este rojo que ostenta Valerie (Amanda Seyfried) tiene que ver con algo primario y visceral, su desarrollo como mujer y sus sentimientos hacia lo desconocido, lo no dicho, la transgresión en estado puro, en una sociedad que condena este tipo de manifestaciones. "Red riding hood" hace carne este espíritu y lleva agua para su molino, en lugar de reversionar lo tradicional, toma el elemento más visible en aquel clásico relato y lo encuadra dentro de una fórmula que lleva dando mucho resultado a su directora: la de los corazones jóvenes que se alteran y perturban ante el desarrollo de su sexualidad. Esta Caperucita está pensada para un público en particular y es difícil que fuera de este target, otras edades le presten atención. Es cierto también que tiene muchas similitudes con "El lobo", aquel film con Anthony Hopkins del año pasado. Pero muchas más, como dijimos, tiene con la trilogía "Twilight". Tiene, las que la definen, por analogía. La historia nos presenta, como ya dijimos, a Valerie, una adolescente que está enamorada de su amigo y compañero de juegos de la infancia, Peter (Shiloh Fernandez). Viven en un poblado cercano a un frondoso y peligroso bosque, donde mora, en apariencia, un lobo muy feroz. Los aldeanos dicen que están en paz con él, ya que hace varios años que no ataca a la población, pero la amenza, latente, sugiere respeto y observación en el inicio. La madre de Valerie, Suzette (Virginia Madsen) junto a su padre, Cesaire (Billy Burke) han arreglado su boda con Henry (Max Irons), pero la joven se resiste a la idea. Ella está enamorada de Peter, pero como él no tiene dote y Henry es el hijo del herrero, el resultado está claro: sus progenitores han decidido garantizar el futuro económico de la familia. A poco de conocer la noticia, aparece el cadaver de la hermana de Valerie con claras heridas de lobo en su cuerpo. El lugar se conmociona y los habitantes de la aldea debaten cómo enfrentar esta realidad justo en el momento en que un Padre sanguinario y cruel, Solomon (Gary Oldman) llega al poblado. Entre todos, deberán enfrentar el desafío de dar batalla a la amenaza que los acosa y poner fin al reinado del terror. Entretanto (y con el mismo nivel de intensidad), Valerie vivirá su triángulo amoroso con furia y enojo, mientras intenta oponerse a la orden paternal... A favor de la película, hay que decir que está muy bien fotografiada y que no me pareció, particularmente aburrida ni nada por el estilo. "Red riding hood" se deja ver, es un producto comercial que luce ajustado y tiene claro sus limitaciones, no hay que pedirle lecturas profundas: tiene aspecto de cuentito de terror, pero es un thriller al estilo "Crepúsculo", con mucha tensión reprimida, mucho rostro exasperado y respiración entrecortada ... La ambientación está lograda y la banda de sonido subraya sin mayores complicaciones. Amanda Seyfried está bien, pero ella ya es una actriz consolidada y eso no debería sorprender. Por lo demás, no me termina cerrar el registro con el que cuentan la historia ni las pobres actuaciones del resto del cast. Si están con amigos menores de 20, tienen curiosidad por el film y ya les gustó "Twilight", es una película aceptable que sirve como aperitivo para esperar la tercera parte. Eso es indudable. Si son románticas o sentimentales empedernidas, también están invitadas. Pero...si son espectadores críticos, esta no es su película. Aunque como ya dije, es una propuesta, que no molesta, que no incomoda, pero no aporta la recomendada buena dosis de cine semanal que necesitamos.