El cine giallo es un subgénero cinematográfico de origen italiano que tuvo mucha presencia durante los años 70. Fue un derivado del thriller y del cine de terror y uno de los principales precursores del slasher. Dentro de este género se enmarca “Francesca”, la nueva película de Luciano Onetti, cuya ópera prima también fue un giallo titulado “Sonno profundo”, por lo que trae consigo una vasta experiencia en el tema. La película se sitúa quince años después de la desaparición de Francesca, la hija del reconocido artista Vittorio Visconti, cuando un asesino serial está empeñado en limpiar almas impuras y condenadas. Moretti y Succo son los detectives encargados de investigar estos crímenes que tienen un sello especial: monedas en los ojos del cuerpo y cartas con frases de Dante Alighieri. “Francesca” plasma a la perfección todas las características del giallo. Es un film íntegramente hablado (doblado) en italiano, el cual se rodó como lo hacían en dicha época (sin audio para luego grabar el sonido y las voces en un cuarto cerrado). Los aspectos técnicos son impecables. La fotografía se destaca por sus colores saturados con una mezcla de sepia para acentuarse en los años ’70, acompañados de algunos momentos en blanco y negro con un fin narrativo particular. También la utilización de planos cerrados para centrarse en los detalles y los movimientos de cámara son propios de esta época; al igual que la ambientación. No cabe duda que la película se desarrolla en ese período temporal. En cuanto a la música, si bien no está presente en todo momento, comparte esa peculiaridad del género, de tener un tratamiento especial, con sonidos fuertes y chillones. De todas maneras, se usa simplemente para generar un estado de tensión e impacto. El film presenta un alto grado de violencia explícita que roza lo morboso, algo que podrá alejar a los sensibles e impresionables. En síntesis, Luciano Onetti plasma en “Francesca” un giallo italiano con todos los recursos necesarios para que el espectador amante de este género se transporte a dicha época y se interiorice en un caso de asesinato con un clima tenso y de suspenso.
En 2014 Lego y Warner Bros. unieron fuerzas para llevar a la pantalla grande una historia sobre los juguetes más famosos de encastre. El resultado fue una sorprendente película, que se destacó por la calidad de su animación, el encantador elenco de voces, conformado por actores de renombre como Chris Pratt, Elizabeth Banks, Will Ferrell, Morgan Freeman, Will Arnett, Alison Brie, entre otros; sus gags graciosos y efectivos y una historia que no solo proporcionaba diversión, sino también momentos reflexivos. Este año volvieron a repetir la fórmula con “Batman Lego: La Película”, donde el superhéroe que había aparecido en el primer film regresó para protagonizar su propia historia. Nuevamente arrasó en la taquilla por su divertida trama y sus chistes efectivos. Y meses después llega a la cartelera un nuevo spin-off (antes del estreno de la secuela de “The Lego Movie” en 2018), titulado “Lego Ninjago” para contar la historia basada en la serie de televisión sobre un grupo de ninjas que tiene que salvar a la ciudad de las manos del villano Garmadon, quien además resulta ser el padre del líder ninja. Antes de comenzar a ver el film uno se pregunta ciertamente hasta qué punto es bueno y necesario explorar y explotar tanto una franquicia (sobre todo con tan poco tiempo de diferencia entre los estrenos, porque entre el primer y segundo film pasaron 4 años y en un período de uno tendremos tres cintas de las mismas características). A fines económicos, seguro es redituable, pero en cuanto al impacto y a la calidad del producto probablemente no tanto. En “Lego Ninjago” nos encontramos con una cinta que cumple y funciona a partir de los elementos ya vistos en sus antecesoras (buenos y efectivos chistes, que incluso se ríen de sí mismos y las limitaciones que presentan los juguetes, la buena animación, el elenco de voces y las aventuras, además de una historia emotiva, en este caso, sobre la relación entre un padre e hijo), pero que no le aporta algo novedoso a la franquicia. A diferencia de lo ya visto, acá nos enfrentamos a personajes no muy conocidos (salvo por los seguidores de la serie), algo que puede ser tanto positivo (es original porque no fue explorado previamente) como negativo (porque no tenemos personajes populares y ya queridos por el público), según desde donde se lo mire. Con respecto al elenco de voces hay que hacer especial hincapié en las personalidades de renombre que se sumaron como Jackie Chan, Dave Franco (que hizo un pequeño cameo en el film de 2014), Michael Peña y Justin Theroux, entre otros. Sería conveniente, para quienes puedan, ver la cinta en su idioma original, siempre es un plus. En síntesis, si bien “Lego Ninjago” repite los mismos patrones vistos en sus películas anteriores, y puede volverse algo predecible con el correr del relato, cumple con el objetivo de entretener a la familia (tanto a grandes como a chicos) a partir de sus chistes efectivos, buenas voces detrás, una animación que mezcla el mundo Lego con el real y una grata aventura.
Alanis es madre de Dante y se desempeña como prostituta en un departamento privado que comparte con Gisela, amiga, compañera y niñera de su hijo cuando está trabajando. Un día, haciéndose pasar por clientes, llegan dos inspectores que le clausuran el lugar y Alanis deberá no solo conseguir un trabajo, sino un sitio para vivir. Podríamos definir a “Alanis” como una propuesta transgresora y necesaria dentro del cine argentino, porque no es una historia que se aborde con frecuencia en la pantalla grande ni tampoco es algo que se hable sin tapujos en la sociedad. La directora Anahí Berneri (“Aire Libre”) pone foco en mostrar un trabajo como cualquier otro, siendo una elección de vida y no una única opción. A pesar de exponer las dificultades diarias de la protagonista, como colegas que cuidan su territorio, clientes pretenciosos, complicaciones con las autoridades, no se lo hace desde una mirada crítica o prejuiciosa, sino que la cámara se convierte en una mera observadora de su cotidianeidad. En cuanto a la parte técnica, si bien el film resulta ser bastante sencillo, existen algunos planos dignos de destacar, que hacen a la narración de la historia. La película presenta incomodidad, realismo y humor, mezclados de una forma bastante equilibrada para generar cierta presencia y que su historia valga, sea polémica y debatible fuera del cine y no quede únicamente dentro de la sala. No tienen miedo de exponer el cuerpo, aunque eso pueda generar incomodidad en la audiencia, porque justamente buscan generar ese sentimiento, al mismo tiempo que provocar cierta naturalidad, que no siempre es tomado así en el cine (o nuevamente dentro de la sociedad, aunque se trate solamente de una madre amamantando a su hijo). Esto recae sobre todo en la gran actuación de Sofía Gala Castiglione, quien sabe llevar muy bien a cabo su protagónico. Exhibe su cuerpo, sus sentimientos y comprende a su personaje de tal manera que logra traspasar la pantalla. Algunos de los mejores momentos están dados cuando comparte escenas con su hijo verdadero, Dante, quien se roba la mirada del público. Con tan solo un año y medio tiene un gran carisma. En síntesis, “Alanis” es una película que se anima a mostrar una historia más allá de los límites establecidos convencionalmente en el cine nacional. Son tramas que no se suelen exponer y es por eso que se convierten en esenciales. Con sentimientos de incomodidad justificada, realismo crudo y humor, una hermosa química entre Sofía y Dante, la nueva producción de Berneri cumple con su objetivo.
“51%” retrata la final de la Copa Intercontinental entre Boca Juniors y el Real Madrid en el año 2000, en el cual el equipo argentino logró dar la vuelta en Japón luego de superar a su rival por 2 a 1. El documental está dirigido claramente a un público particular, ya que por más de que los amantes del fútbol en general puedan ver cualquier partido, tanto nacional como internacional, y este acontecimiento haya sido universal, solamente le interesará, de una forma más profunda, al fanático de Boca, el cual transitará por una hora y media de emoción, recordando las vivencias de aquella época. Tanto si tuvieron la suerte de haber asistido al evento como si lo vieron por televisión, “51%” es un gran acercamiento desde adentro, con una riqueza de fuentes de primera mano. Justamente el punto más efectivo del film es el acceso a los distintos testimonios que vivieron, de diversas maneras, este acontecimiento. Pudieron entrevistar a jugadores que fueron una pata fundamental para la victoria, como Martín Palermo, hacedor de los dos goles, o Aníbal Matellán o Mauricio Serna; además del equipo técnico, periodistas como Horacio Pagani, y a fanáticos, algunos de ellos lograron ver el partido en directo y otros simplemente siguen al equipo fervientemente. Pero sobre todo se destacan las imágenes propias del viaje a Japón, con las cuales se alternan estas entrevistas, ya que se puede ver desde adentro lo que vivieron los hinchas de Boca desde el comienzo de la travesía hasta el fin, con la vuelta olímpica. Se intercaló también material de archivo del partido, con el objetivo de tener una imagen más nítida de los goles, por ejemplo. En síntesis, “51%” es un correcto documental sobre uno de los momentos más importantes del club Boca Juniors, que seguramente todo fanático del equipo disfrutará y se emocionará al recordarlo, al mismo tiempo que compartirá la experiencia de quienes estuvieron presente (tanto jugadores como seguidores). Si bien no propone demasiadas novedades en cuanto a la estructura narrativa de un documental, la riqueza de la cinta se sustenta en la calidad de su testimonio audiovisual.
De la mano de Dreamworks, casa de “Shrek”, “Kung Fu Panda”, “Cómo Entrenar a Tu Dragón” y otras grandes películas animadas, llega esta semana “Las Aventuras del Capitán Calzoncillos” a nuestras salas. La misma cuenta la historia de dos mejores amigos, Jorge y Berto, quienes sobreviven en la escuela gracias a su creatividad inventando cómics. El director será su máximo enemigo, hasta que los chicos aprendan a dominarlo y controlarlo, convirtiéndolo en el protagonista de sus historietas: El Capitán Calzoncillos. Pero una amenaza mucho mayor los terminará poniendo a prueba. A diferencia de lo que nos podríamos imaginar si solo nos quedamos en el título de la película y no ahondamos en su sinopsis, es que el protagonista del film es el Capitán Calzoncillos, sin embargo, se pone en primer plano a la amistad entre Jorge y Berto, cuya química traspasa la pantalla (sí, aunque sean animados). Uno de los puntos más interesantes del film es la creatividad impuesta a la hora de narrar la historia. Se observa una ruptura de la cuarta pared, en la cual los protagonistas interactúan constantemente con el público. Además, utilizan ciertos recursos, como las historietas que los mismos personajes crean, para contar partes de acción o flashbacks; algo original dentro del mundo del cine animado. Otro de los recursos a los cuales se apela es el humor, que roza constantemente lo escatológico, pero no de un modo desagradable que genere un efecto negativo, sino de una manera picaresca, rebelde, que funcionará para sacar varias sonrisas y risas en los espectadores. La mayoría de los gags son efectivos, tanto para los chicos como para los grandes, incluso con un doblaje de por medio. A simple vista parece una película únicamente para los niños, con énfasis en la aventura, las bromas y los chistes chabacanos, pero cuando uno reflexiona después de haberla visualizado, se da cuenta de que en realidad se realiza una crítica hacia el sistema educativo, ya que se pone hincapié solo en el aprendizaje fáctico y no en la creatividad; lo comparan como una cárcel donde se adoctrinan mentes y no como un lugar de formación. Además analiza ciertos conceptos como la amistad, la rebeldía, la soledad, la importancia de la risa, el trabajo en equipo y la imaginación. En síntesis, “Las Aventuras del Capitán Calzoncillos” es una buena película animada que nos trae Dreamworks, que funcionará no solo para los chicos sino también para los adultos. Basada en un cómic homónimo, proporciona alrededor de una hora y media de divertimento, a través de sus gags efectivos y la forma creativa en la que se narra el argumento. Una historia que parecería centrarse en la aventura, pero que deja entrever una crítica social y un análisis más profundo, otorgando una bocanada de aire fresco dentro de la animación.
“Una mujer, una vida”, la nueva película de Stéphane Brizé (el último film suyo que pudimos ver en nuestro país fue “El precio de un hombre”, 2015) está basada en “Une vie”, la primera novela escrita por Guy de Maupassant. Situándose en Normandía en 1819, la historia se centra en Jeanne, una chica joven, inocente y llena de sueños infantiles que se reflejan en la vuelta a casa luego de pasar años estudiando en un convento. Pero rápidamente se ve envuelta en un matrimonio con un hombre del pueblo y su vida pegará un giro, rompiendo sus ilusiones. “Una mujer, una vida” retrata la posición de la mujer en una época en particular, en la cual debía tener que soportar ciertas situaciones solamente por su condición de género y ocupar el lugar que le correspondía en ese entonces. Es interesante que se muestre este rol enmarcado dentro de la aristocracia y que no solamente era una cuestión de clase, sino que se daba de forma transversal a todas ellas. La fotografía acompaña al argumento con un trabajo impecable. Tanto los momentos como los recuerdos felices están caracterizados por tener colores fuertes y vívidos, mientras que el presente o las situaciones dificultosas están empañadas de tonos oscuros. Al ser una película de época la ambientación y la vestimenta también están confeccionadas acorde con el siglo tratado. Judith Chemla es quien se pone al hombro la película, interpretando a Jeanne, a través de sus gestos, miradas y diálogos intensos. “Una mujer, una vida” no le proporciona toda la información servida al espectador, sino que el mismo debe estar atento durante todo el film, ya que existen varias idas y vueltas en el tiempo (de momentos felices del pasado a instantes desventurados en el presente); tendrá que seguir el hilo del argumento. El ritmo que presenta la cinta es pausado y punzante, lleno de dramatismo, aunque finalmente deja un mensaje esperanzador. En síntesis, “Una mujer, una vida” es una película correcta por su historia y parte técnica, sobresaliendo la interpretación de su protagonista. Un film que atrapará a los amantes del cine francés, ya que presenta un ritmo y una construcción del relato particular que puede no ser para todos los gustos.
“Hermia & Helena” cuenta la historia de Camila, una joven directora de teatro de Buenos Aires que viaja a Nueva York debido a que ganó una beca artística para trabajar en un nuevo proyecto: la traducción al español de “Sueño de una noche de verano” de William Shakespeare. Pero este será el puntapié inicial para transitar otro tipo de viaje. Nos encontramos ante una película intimista y humana que retrata la vida de una persona que está buscando su lugar en el mundo; es una historia de autodescubrimiento, un viaje exterior que sirve como excusa para realizar un viaje interior. Sin embargo, este autodescubrimiento se vuelve bastante monótono durante el desarrollo del film, ya que no existe un conflicto latente que altere las situaciones o que genere una reacción que atrape al espectador. Da la sensación de que la cinta podría durar poco o mucho tiempo, porque finalmente la historia no se dirige hacia ningún rumbo, no es que hay un claro esquema de principio, nudo y desenlace. Tal vez esto tiene que ver un poco con un conflicto interior de la protagonista, esa falta de compromiso con su trabajo, con su novio, con sus amistades, pero llega un punto en el cual el público necesita algún detonante fuerte para ver y estar intrigado. Esta carencia de conflicto e introducción de subtramas hace que la película dure más de lo necesario, haciendo que el ritmo y la atención del espectador pueda caer a medida que transcurra el argumento. Por otro lado, la falta compromiso de Camila para con el resto se puede ver reflejado en la sensación que deja en el público; no es un personaje que genere empatía desde un principio, aunque sí puede llegar a servir de ejemplo de una generación que no tiene en claro sus próximos pasos a seguir. En síntesis, “Hermia & Helena” se destaca por ser una película intimista y que aborda la problemática de una generación que tiene un futuro incierto, con una buena fotografía y distintos escenarios. Sin embargo, la carencia de un conflicto en particular hace que la narración se vuelva algo monótona, perdiendo un poco la atención del espectador.
En 2011 comenzó una de las mejores trilogías del último tiempo, la cual mantuvo siempre una gran calidad, tanto de la historia como de los efectos especiales, de la mano primero del director Rupert Wyatt y luego de Matt Reeves. Este jueves los simios y los humanos se vuelven a enfrentar en “El Planeta de los Simios: La Guerra” para cerrar esta etapa de una muy buena manera. Recapitulando las dos entregas anteriores, los simios se ven obligados a continuar una guerra que comenzó con su misma especie, con Koba, que no pudo controlar su odio contra los humanos. Es así como se deberán enfrentar a un ejército liderado por un despiadado Coronel que querrá eliminar a los simios de la Tierra de una vez por todas. Si bien es la culminación de una historia particular y que es ideal haber visto las dos películas anteriores para entender muchas acciones y motivaciones de los personajes, “El Planeta de los Simios: La Guerra” funciona también para aquellos que no hayan visualizados los otros films y que tengan intenciones de ver este por primera vez, ya que al principio del mismo se resume el argumento pasado y se recuerdan a los distintos personajes que están y no están presentes en la actualidad. Al igual que en las otras cintas, en esta oportunidad nos encontramos con un muy buen equilibrio entre la calidad del argumento y los efectos especiales; los enfrentamientos de gran despliegue audiovisual tienen un sustento en la historia y todas las acciones están justificadas (no es como otros films donde la trama no importa, solo se busca entretener a partir de explosiones). A pesar de que lo visual se destaca por sobre lo sonoro, ya que en la mayor parte de la película existen muy pocos diálogos (en general los simios se comunican a través de señas, no son muchos los que aprendieron a transmitir la voz, y la interacción con los humanos no es muy frecuente), también se debe destacar la banda sonora que acompaña de muy buena manera a la historia. El film aborda temáticas muy humanas como la búsqueda de venganza, la misericordia, la moral y las consecuencias de las acciones, al mismo tiempo que presenta una narración con un ritmo dramático e intenso que se mantiene constantemente. Tal vez la sorpresa no está presente en todo momento y en varias oportunidades nos enfrentamos a situaciones previsibles, que le quitan un poco de impacto al argumento, porque efectivamente lo que el espectador cree que va a ocurrir, ocurre. Nuevamente la personificación de Andy Serkis como Caesar y la realización del resto de los simios a partir de la motion capture (captura de movimiento) es maravillosa, plasmando en la pantalla los distintos rasgos, gestos y expresiones de estos animales inteligentes: el dolor, la preocupación, el miedo, la emoción. También Woody Harrelson como el Coronel hace un muy buen papel, interpretando a este despiadado pero complejo hombre. En síntesis, “El Planeta de los Simios: La Guerra” viene a cerrar la trilogía de la mejor manera, manteniendo la buena calidad durante las tres películas. La historia atrapará y emocionará al espectador a partir de esta gran combinación entre el argumento interesante y los aspectos técnicos impecables.
En 1942, una aristocrática rusa y miembro de la resistencia francesa es detenida en París debido a que les dio asilo a dos niños judíos. Negada a confesar, y luego de un giro inesperado, es enviada a un campo de concentración para trabajar. Así comienza “Paradise”, película dirigida por Andrzej Konchalovsky. El nazismo es un tema elegido constantemente como argumento de un film; una época oscura no solo para Alemania, sino para toda Europa y el mundo. Es por eso que muchos cineastas buscan retratar este hecho histórico, con el objetivo de hacer reflexionar al público y mantenerlo en la memoria para que no se vuelva a repetir. “Paradise” busca contar esta época a partir de una mezcla entre ficción y material de archivo, centrándose en la historia de tres personajes muy distintos, cuyas historias se irán entrelazando poco a poco. La actriz Julia Vysotskaya quien interpreta a Olga, realiza una labor impecable, digna de ser destacada. La cinta nos propone una historia dura y fuerte, filmada íntegramente en blanco y negro para darle una intención más dramática. Asimismo, el intercalado de imágenes propias del argumento con confesiones de los personajes a modo de entrevista, le asigna un valor más importante al film, cuyo resultado final termina siendo el adecuado. “Paradise” es un film que despliega los hechos ocurridos durante la Segunda Guerra Mundial de una manera conmovedora e informativa. El espectador se verá inmerso en esa realidad durante alrededor de dos horas de duración, transitando por sensaciones y sentimientos variados hacia los personajes principales. Una manera de tener presente esta época oscura, aprender sobre de los hechos históricos ocurridos y reflexionar acerca de las acciones de los personajes y las consecuencias que generan cada una de ellas, tanto en esta vida como en el más allá.
Con cinco películas en su haber, Ariel Winograd se posicionó como uno de los mejores directores argentinos de comedia de la actualidad, tratando diferentes temáticas como el hecho de que un matrimonio no quiera hijos o la infidelidad aceptada en la pareja. En esta oportunidad, y en su sexto film, se centra en el aprendizaje de un hombre en su rol de padre. “Mamá se fue de Viaje” cuenta la historia de una familia compuesta por Vera (Carla Peterson) y Víctor (Diego Peretti) y cuatro hijos con diversas edades, desde un adolescente hasta un bebé. Mientras que el padre de familia trabaja compulsivamente como Gerente de Recursos Humanos, la madre dedica su tiempo completo a las tareas del hogar. Desbordada por la cotidianeidad, Vera decide tomarse unas vacaciones y será Víctor quien se tenga que ocupar de los asuntos familiares. A simple vista nos encontramos con una trama bastante conocida, sobre todo para aquellos consumidores de films estadounidenses, como tranquilamente puede ser una mezcla entre ambas películas de “Más Barato por Docena”. Y una vez vista esta historia no nos queda ninguna duda: de principio a fin podemos saber cómo será la transformación de los personajes y los sucesos que ocurrirán. Pero a pesar de su previsibilidad y aspecto norteamericano, “Mamá se fue de Viaje” traslada las costumbres argentinas a esta historia, acentuando la época moderna por la que transitamos en la actualidad (muchas de las películas familiares vistas se realizaron antes del boom de los Smartphones y las redes sociales). Asimismo, no solo se aborda la temática del padre ausente por cuestiones laborales, sino que también queda en evidencia la cultura machista de que la mujer inherentemente debe ocuparse de sus hijos sin tener el reconocimiento que eso merece y lo simple que es la vida para el hombre cuando eso sucede. En cuanto el elenco, Diego Peretti se maneja en el género de comedia como pez en el agua, y los personajes secundarios acompañan de una buena manera, encarnados por Pilar Gamboa, Martín Piroyansky, entre otros. Se destaca sobre todo el pequeño Lorenzo Winograd, que presenta una actitud muy natural y gran carisma. Con respecto al tono, podemos decir que si bien es una comedia, no busca provocar risas en todo momento, sino que a lo largo del film nos encontramos con algunos pasajes graciosos en los cuales el protagonista desconoce la situación o se siente incómodo en ella. En síntesis, “Mamá se fue de Viaje” es una historia que ya vimos internacionalmente, pero que resultará divertida para el público familiar, debido a su adaptación a la vida moderna y la solidez de su elenco.