El Insulto El insulto, del director de origen libanés Ziad Doueiri, fue una de las nominadas al Oscar en la última entrega como mejor película extranjera, aunque la estatuilla terminó en manos de la chilena Una mujer fantástica. Es el cuarto largometraje de Doueiri, y al igual que sus anteriores films recibió el reconocimiento en importantes festivales. Su ópera prima, West Beirut, fue galardonada con el Premio FIPRESCI del Festival de Toronto, mientras que su siguiente largometraje, El atentado, estrenado en 2012, consiguió la Mención Especial del Jurado en el Festival de San Sebastián. El insulto estuvo también nominada al León de Oro a Mejor Película en el Festival de Venecia 2017, donde Kamel El Basha se alzó con la Copa Volpi (premio que el jurado concede al mejor actor y a la mejor actriz) por su actuación como Yasser Abdallah Salameh. Según Ziad Doueiri, la idea de realizar la película se originó “de una manera muy tonta”, a través de una situación real hace algunos años cuando el director vivía en Beirut en el lado pro-palestino. Toni (Adel Karam), es un mecánico de autos cristiano de cuarenta y tantos años que vive en Beirut junto a su mujer embarazada. Un día mientras, está regando las plantas, tocan a su puerta: es Yasser (Kamel El Basha), el capataz palestino de un equipo de construcción que trabaja en la calle. Yasser solicita a Toni que arregle una tubería de desagüe en su balcón, pero el mecánico le cierra la puerta en la cara. Los días pasan y la disputa que comenzó con el tubo de desagüe solo empeorará. Yasser llama a Toni “maldito idiota” (el insulto que da título a la película). Pero esto no termina aquí ya que existe un segundo insulto, esta vez de Toni a Yasser: “Ojalá Ariel Sharón los hubiera aniquilado a todos“. Ello lleva a que en poco tiempo ambos estén en la corte; Toni, con un par de costillas rotas, demanda a Yasser por daños y solicita una disculpa formal. Ambos hombres están tan convencidos de tener la razón, que en principio parece imposible se llegue a algún acuerdo. Choque cultural El insulto revela la tensión con la que conviven los habitantes del Líbano y de todo Medio Oriente. Aquí Palestina estará representada por Yasser, y El Líbano por el cristiano Toni. Se trata de un choque entre diferentes culturas y religiones al que solo la tolerancia podrá resolver. Ahora bien, ¿qué sabemos de los habitantes del Líbano y su situación política, social, económica y religiosa? Siendo sinceros, muy poco. Durante 15 años, de 1975 a 1990, han atravesado una cruenta guerra civil en la que intervinieron también Siria e Israel, y se terminó por destruir la convivencia que durante décadas habían alcanzado tanto la población musulmana (mayoritaria) como la cristiana y maronita. Este es el marco en el que hay que situar El insulto: un pueblo malherido, colmado de amargura, que trata de salir adelante tras los estragos causados tanto por tropas extranjeras como por milicias nacionales. Quizás por momentos no terminemos de comprender a que público se está dirigiendo Doueiri. Puede estar tratando de hablar directamente con los fanáticos de la población cristiana de su pequeña y diversa nación, o bien intentar hacer visible la situación en Beirut al resto del mundo. Lo cierto es que, desde aquí, por momentos se siente exagerado. El objetivo de El insulto, según el propio director, no es crear polémica ni promover un debate político, sino simplemente “quería escribir sobre dos personas sumamente agresivas y enfrentadas entre sí, que al final resulta que tienen cosas en común“. Porque llegando al final los dos hombres coinciden más de lo que ellos mismos creen (sobre todo en referencia a la calidad de los productos hechos en China y los de Alemania). Lo que sí queda claro desde el comienzo es que el punto de vista del realizador puede no coincidir con el del gobierno actual de su país, ya que se indica: “Los puntos de vista expresados en esta película no reflejan la posición del Gobierno Libanés”. Filmada con ritmo y tensión aunque con un uso abusivo de fundidos a negro, tanto que por momentos parece una película pensada para televisión (pautando las pausas comerciales). Los actores hacen un buen trabajo, destacando a Kamel El Basha, aunque en lo general las actuaciones resultan algo teatrales. A lo largo de la película hay algunos giros de guion innecesarios, y quizás le sobren algunos minutos. Lo llamativo es que el director tenía disponible un final más abierto pero igual de esperanzador, decidiendo continuar. Allí residen los minutos que sentimos de más. No ofrece una resolución ordenada, solo nos quedamos con un montón de preguntas que igual vale la pena considerar. Conclusión Un thriller judicial (si disfrutás las películas de juicios esta debería ser tu elección) narrando un debate que estalla entre musulmanes y cristianos en Beirut, detonando en una brecha más amplia que termina por resaltar las fallas en la sociedad libanesa actual. El insulto es algo así como una guerra librada en un tribunal. Una pelea mínima que poco a poco va aumentando y acaba siendo un debate nacional. Un insulto como pretexto utilizado para plantear el conflicto entre palestinos y cristianos libaneses: la guerra terminó en 1990, tal vez ya sea hora de pasar la página.
Dirigida por Wes Ball, el mismo detrás de sus dos predecesoras, y basada en la novela de James Dashner, la llegada de Maze Runner 3: La Cura Mortal se hizo esperar debido a la lesión de Dylan O’Brien (Thomas) durante el rodaje. La fecha de lanzamiento de la película originalmente estaba programada para febrero de 2017, debiéndose posponer hasta enero de 2018, regalándonos una extendida espera de más de dos años en la que el interés indefectiblemente va menguando. Empezamos unos meses después de donde nos había dejado Maze Runner: Prueba de Fuego: Thomas junto a Vince más la gente del Brazo Derecho, y Minho en poder de CRUEL. No nos olvidemos además que la película anterior terminó con Teresa traicionando a todos sus amigos y partiendo con la Doctora Ava Paige. Antes siquiera de que aparezca en pantalla el título, ya comenzamos a pura acción y emoción con una persecución de un tren en movimiento, unos autos al estilo Mad Max, y el posterior rescate de un vagón lleno de inmunes. Thomas, Newt y Sartén emprenderán un viaje lejos de la protección del Brazo Derecho, con el objetivo principal de salvar a su amigo Minho. Están dispuestos a hacer todo por él, incluso poner en riesgo sus vidas. Vince, el líder de esa organización enemiga de CRUEL, intenta persuadir a Thomas de que no vaya, pues por salvar la vida de uno pone en riesgo la protección de todos los inmunes y jóvenes que han rescatado. Obviamente, nuestro héroe hará el viaje igual, y en el camino hacia la legendaria Última Ciudad encontrará varios problemas: cranks (zombies), agentes de CRUEL y viejos conocidos. Una plaga mortal. Unos pocos inmunes. La búsqueda desesperada de una cura milagrosa. En esas tres simples frases se resume Maze Runner 3: La Cura Mortal. Constantemente se le dirá a nuestro protagonista que deje de intentar retrasar lo inevitable. En una escena, Brenda le dirá: “No puedes salvar a todos Thomas”, y él responderá como todo gran héroe: “Puedo intentarlo”. A medida que avanza la trama nos comenzamos a preguntar si está última película podrá resolver todos los misterios planteados en la saga, y descubriremos con tristeza que algunas finalmente no tendrán respuesta, porque es ahí justamente donde falla La Cura Mortal:en el guión. Además de que vamos adivinando todo lo que va a ocurrir, sucede algo bastante odioso: cada vez que un personaje sale de escena por un tiempo, volverá en el momento indicado, JUSTO para salvar una situación que parecía no tener escapatoria. Pero a no confundirse, Maze Runner 3: La Cura Mortal no es tan mala como su predecesora, quien pecaba de larga y tediosa, pero nunca será tan brillante como la primera entrega. Pareciera que este es el fin de la moda de las adaptaciones de novelas Young-adult, esas con mundos post apocalípticos y toda la esperanza depositada en un adolescente diferente a los demás. Ya lo vimos en Los Juegos del Hambre, la saga Divergente o La Quinta Ola, pero Maze Runner había intentado algo distinto, se destacaba y planteaba muchísimos interrogantes: ahora, al mirarla como un todo, resulta débil y la emoción decrece en lugar de aumentar. Agradecemos que no hayan querido dividir la última entrega en dos partes (como se acostumbró en otros casos). Quizás el fantasma de no poder terminar la saga (o tener que terminarla en versión televisiva como Divergente) sumado al hecho de que los protagonistas no serán jóvenes adultos por siempre (O’Brien ya tiene 26 años), apartó esa ridícula idea de las posibilidades. Conclusión Un guión flojo, con varios cabos sueltos y una tibia conclusión. Un apartado visual correcto, con mucho uso de chroma, y gran despliegue para mostrarnos ese mundo desastroso y devastado. Se nota que Wes Ball se dedicaba -antes de sentarse en la silla de director- a supervisar efectos especiales. Actores con buena química, algo esperable luego de tres películas, aunque Kaya Scodelario, quien interpreta a Teresa, no termina de convencer o por lo menos no genera empatía al no lograr transmitir emociones. Maze Runner 3: La Cura Mortal es una sucesión de escenas de acción inquietantes llenas de acrobacias, persecuciones y explosiones, un espectáculo decente aunque no llega a ser épico. Los fans de la saga la van a disfrutar, el resto deseará que no dure 142 minutos.
La película vuelve a reunir al director Martin Campbell con Pierce Brosnan después de trabajar juntos en la decimoséptima película de la saga James Bond, GoldenEye (1995). El Implacable es también la primera película dirigida por Campbell luego de seis años de inactividad en el mundo del cine, su película anterior fue, para desdicha de todos, Linterna Verde (2011). El Implacable cuenta la historia de Quan Minh (Chan), un humilde inmigrante chino en Londres, dueño de un restaurante, que busca venganza al perder en un ataque terrorista de la “IRA auténtica” a la única persona de su familia que le quedaba, su hija adolescente. Quan intentará dar con los nombres de los responsables, recurriendo en primera instancia a la policía, para luego terminar pidiendo respuestas al viceministro irlandés, Liam Hennessy (Pierce Brosnan), un ineficiente funcionario del gobierno que se verá afectado por su propio pasado turbio. Hennessy está visiblemente basado en el político irlandés Gerry Adams. Se dice que Adams participó activamente en el movimiento republicano irlandés, aunque niega haber sido miembro del IRA. Más tarde se convirtió en el líder de Sinn Féin, la rama política del IRA, y estuvo muy involucrado en el establecimiento de un acuerdo de paz duradero en Irlanda del Norte. El Implacable está planteada, incluso desde su trailer, como un thriller de venganza, aunque a medida que se va desarrollando la acción la trama se va abriendo en nuevas sub-tramas que distraen nuestra atención. En definitiva, no brinda lo que promete; estamos todo el tiempo esperando más luchas cuerpo a cuerpo de Jackie Chan y termina por resultar una película de intriga internacional centrada en el terrorismo y los problemas entre Inglaterra e Irlanda. A pesar de que los slogans son: “Nunca empujes a un hombre bueno demasiado lejos” y ““La IRA le arrebató a su familia. La policía miró hacia otro lado. Y ahora, obtendrá su venganza”, El implacable parece haber perdido su verdadero rumbo. Para empezar, Jackie Chan, una estrella de acción que lucha por encontrar papeles apropiados para su edad, apenas se halla en El implacable, y esto no es nada de lo que uno espera al ver que la compañía de producción Sparkle Roll Media ocupa un lugar destacado en los créditos iniciales. Por otra parte, Chan resulta poco convincente en su desempeño como el afligido ex militar de 61 años. Quan se define por su edad y su necesidad obsesiva de obtener justicia por mano propia desde que su hija murió en una explosión bancaria producida por una organización que se hacía llamar “la IRA Auténtica”, allí es donde el pasado del protagonista en Saigon y su entrenamiento en fuerzas especiales vuelven a aparecer y justifica de alguna manera que este hombre, ya mayor, pueda hacer estallar un recinto con productos que compró en el supermercado. Por otro lado, gran parte de El implacable gira en torno a los tratos clandestinos del diplomático irlandés Liam Hennessy, este ex miembro del IRA que ahora está empeñado en proteger su legado de diplomacia de décadas con los británicos. Así que hace lo que hace cualquier político de estilo Bourne: reúne a su grupo de muchachos en una sala de reuniones y les grita que quiere saber quiénes son el IRA auténtico, quiere nombres, fechas, quiere saber de quién es el Semtex (¿?), etc. Hennessy, es un antihéroe definido por su falta de escrúpulos, por engañar a su mujer, además de por pasar mucho tiempo hablando por teléfono y bebiendo whisky. Y no olvidemos la cantidad de veces que también maldice: repite la despectiva frase “maldito chino” varias veces a lo largo del metraje. Con un presupuesto de 35 millones de dólares formalmente la película es correcta. Campbell filma las escenas de acción adecuadamente, aunque en ciertas coreografías en las que Chan finalmente entra en acción, se enfatiza demasiado la edad de su personaje y un poco falta coordinación. El Implacable tiene el defecto de ser muy seria a pesar de cumplir con la fórmula de los thrillers de acción con veteranos protagonistas. Al repasar las secuencias de El implacable no podemos imaginar jamás que pueda resultar aburrida, imaginen esto: Quan es acosado en el bosque por el sobrino soldado de Hennessy, mientras Hennessy habla con la policía británica que lo está vigilando con drones, mientras él está torturando a uno de sus propios amigos para dar con la verdad; a la vez una mujer que no habíamos visto antes seduce a un periodista en un bar. Con todo esto pasando a la vez, ¿cómo es que se siente tan aburrida? Es simple, demasiadas sub tramas que nos desvían de la historia principal. Es curioso pensar que durante el rodaje en Londres de una escena, que involucró la explosión de un autobús en el Puente Lambeth (aquel que cruza el Támesis en la zona céntrica), se generó una gran alarma entre los transeúntes, ya que la gente no estaba consciente de que era una filmación y creyó que estaba ocurriendo un verdadero ataque terrorista. Conclusión: Podríamos afirmar que lo que Jackie Chan busca con El Implacable es su momento Taken/ Búsqueda Implacable, película que en su momento dio un giro inesperado en la carrera de Liam Nesson y lo convirtió de hombre con apariencia bondadosa y edad avanzada en un implacable héroe de acción. Pero aquí no tenemos toda la adrenalina que uno espera encontrarse, y por ello resulta decepcionante. Sabemos que Chan ya está mayor, no le estamos pidiendo algo inverosímil, solo rogamos menos charla y más acción.
El hijo de Piegrande. Co-dirigida por Ben Stassen y Jeremy Degruson, la película está muy en línea con la presentación previa de nWave, Las locuras de Robinson Crusoe, que trató de ofrecer una nueva visión del clásico cuento. Ahora la reversión es sobre Piegrande (o Sasquatch), esa mitólogica criatura con apariencia de primate que se dice habita en la región del noroeste del Pacífico en América del Norte. El hijo de Piegrande, como su título bien lo anticipa, se centrará en contar la historia del hijo de esta peluda criatura. Adam es un pre-adolescente que soporta a diario bullying en la escuela. Un día emprende una misión épica y audaz para descubrir el misterio que esconde la desaparición de su padre, solo para terminar descubriendo que es el descendiente del legendario Piegrande. El joven rápidamente se da cuenta que en sus genes corre ADN Neanderthal, y que tiene unos superpoderes que jamás hubiese imaginado, tales como crecimiento de cabello y pies, super audición, y el toque de cura (si, es en serio). Al conflicto de enterarse que tu padre es Piegrande y que vos podrías convertirte en uno, hay que sumarle al villano: Wallace Eastman, un señor rubio vestido como Don Johnson que dirige la nefasta empresa Pelucas Copete (que odioso este doblaje, en realidad se llama HairCo). Eastman quiere conseguir a toda costa el ADN de Piegrande para crear una cura real para la calvicie que lo convertirá en millonario (más aún). El hijo de Piegrande resulta medianamente entretenida, aunque en varios momentos se siente forzada la evolución de la trama y sus personajes. Además de los ya presentados, cuando lleguemos al bosque con Piegrande nos vamos a encontrar con animalitos: un oso, dos mapaches, una ardilla y un pájaro carpintero, que otorgarán la cuota cómica de la historia. Y por si se lo estaban preguntando, en esta película los animales hablan pero no con cualquiera: con quienes tienen el poder de la super audición. el hijo de piegrandeA lo largo de sus correctos 90 minutos de duración encontraremos algunos pocos guiños para los adultos, uno a la serie Better Call Saul, otro al mundo de Disney, y otro a una subtrama relacionada al pelo, el poder y Donald Trump. También encontraremos ciertos refuerzos a habituales estereotipos, como que los orientales son amantes de sacar fotos y los habitantes de la India se dedican al soporte técnico telefónico. Dejando a un lado eso, El hijo de Piegrande nos regala algunas escenas graciosas, destacándose por sobre las demás la escena de los cazadores en el bosque. En el rubro técnico, la animación es correcta, con maravillosas texturas como el efecto pelo mojado. El trabajo de voces en la versión doblada es realmente horrible, se aleja del español neutro y utiliza palabras como lunch y cool con frecuencia. Conclusión: Del estilo de La familia Monster, tanto en sus aciertos como en sus errores, El hijo de Piegrande resulta inofensiva, demasiado cursi en ciertos momentos. Una excursión medianamente entretenida y muuuy familiar que funcionará mejor con los niños más pequeños que aún no están listos para películas más sofisticadas del estilo Pixar o DreamWorks.
Este nuevo film del director de Alta Fidelidad, inicia con tal aclaración. Es que a lo largo de los 112 minutos de duración de Victoria y Abdul nos adentraremos en la relación de más de una década entre la Reina y el joven de origen Indio, considerada tan controvertida y escandalosa por los miembros de la familia real que, tras la muerte de la monarca en 1901, se borró por completo la existencia de ella. Abdul Karim fue el único sirviente en ascender al círculo de personas más allegadas a la Reina desde la muerte de su confidente escocés John Brown, quien ayudó a llenar un vacío en la vida de Victoria tras la muerte de su amado marido, Albert. Shrabani Basu fue la periodista que descubrió esta amistad tras una visita a la casa de verano de la Reina en el año 2003, luego plasmó su hallazgo en el libro Victoria & Abdul: The True Story of the Queen’s Closest Confidant, en el que se basó el guionista Lee Hall para escribir esta película. Esta es la “bien intencionada” historia sobre esa curiosa amistad intergeneracional (queda latente la duda de si solo fue una amistad). Abdul es “el hombre más alto en Agra” y es enviado a Inglaterra para presentar a Su Majestad una moneda ceremonial en celebración del aniversario número 50 de su reinado. Al llegar al palacio se le indica que por favor no mire a la reina a los ojos, cosa que obviamente hará. La Reina terminará por confesar a su corte: “Pensé que el alto era terriblemente guapo“, y así es como Abdul se convertirá en su sirviente personal, su maestro de urdu y, finalmente, su “munshi” o guía espiritual . Abdul le enseñará sobre mangos y sobre la importancia de las alfombras. “La vida es como una alfombra, entramos y salimos de ella para formar un patrón”, la Reina le permitirá a cambio privilegios como viajar con ella por Europa y le concederá títulos y honores. Judi Dench es la encargada de llevar la película adelante encarnando magistralmente a la malhumorada y poderosa Reina a sus 81 años. Ali Fazal, el joven hindú que debutó en Hollywood en Rápidos y Furiosos 7, le imprimirá al personaje de Abdul la cuota justa y necesaria de carisma con una correcta actuación. El resto de los personajes secundarios está a la altura de las circunstancias, destacando Adeel Akhtar como Mohammed, en su rol de personaje cómico (aunque la Reina también tendrá sus momentos). Es curioso descubrir que Dench ya había encarnado a Victoria en la adaptación cinematográfica de aquella relación de la que hablaban las malas lenguas en el palacio real. Su majestad, Sra. Brown de 1997, le valió a la actriz su primera nominación al premio Oscar, logrando alzarse con la estatuilla al año siguiente por su papel de Isabel I en Shakespeare apasionado (¿será que Dench está predestinada a encarnar siempre a una reina de Inglaterra?). En los rubros técnicos Victoria y Abdul no se queda atrás, está magníficamente montada, siendo tanto el maquillaje como el vestuario de primera categoría. La ambientación nos transporta a la época victoriana y nos lleva de paseo por los palacios británicos, por Agra y por Florencia. Quedan a la vista los grandes esfuerzos que hace la película por absolver a Victoria de la responsabilidad colonial (no olvidemos que esta reina se convirtió en Emperatriz de la India) mostrándola como comprensiva y tolerante, e incluso describiéndose a sí misma como una “anciana gorda, coja, tonta e impotente”. Licencias poéticas que se tomó el director, dependerá de los historiadores evaluar cuán preciso es el film como biografía de los últimos años de la Reina Victoria. Conclusión: Este drama biográfico logra entretener, aunque podría ser leído por algunos como una parodia. Victoria y Abdul resulta una divertida y encantadora fantasía real (de realeza, no de realidad) sobre la inesperada amistad entre dos personas que nada tenían en común, la Reina del país que explotaba a la cuarta parte de la humanidad y un sencillo servidor de la India.
No es amor, lo que tu sientes se llama obsesión. Julia Banks (Rosario Dawson) se muda y comienza a sentirse cómoda en su nuevo papel de esposa y madrastra. Cree por fin haber encontrado al hombre de sus sueños, David (Geoff Stukts), con quien podrá dejar atrás su problemático y oscuro pasado. En su nuevo hogar le espera Lily (Isabella Rice), la hija de su prometido, pero también Tessa Connover (Katherine Heigl), la madre de la niña y ex esposa de David. Julia es morocha de cabellos revueltos, con una belleza innata. Tessa es rubia, de cabellos lacios, siempre exagerada, vestida por demás de arreglada, buscando la perfección mientras hace equitación. La presentación de estas mujeres, enfrentadas hasta por su color de pelo, puede parece algo desmesurada y hasta trillada, pero no se asusten, no es sólo esta presentación, todo es exagerado y trillado en Mio o de nadie. Los posters promocionales de este supuesto thriller erótico vendían la película con la frase: “Cuando el amor se termina, empieza la locura”. A medida que comienza a desarrollarse la trama, vamos viendo como Tessa ingresa en ese circulo de locura, celos y posesión, en el cual su única meta es arruinarle la existencia a Julia y quizás así recuperar la vida perfecta que alguna vez creyó tener. Personajes secundarios apodan a Tessa como Cruella Chanel o Barbie Psicótica, graficando a la perfección el estado mental de este personaje. El problema surge con los perversos planes de la rubia para arruinar la vida de la morocha. Todo es inverosímil, poco creíble y se empieza a tornar predecible a medida que avanza la acción (¿es tan fácil adivinar una clave de celular? ¿guardás copias de todos tus documentos importantes en tu teléfono?). Dejando de lado toda esta situación, hay otros problemas mayores en Mío o de nadie. No queda muy claro que es lo que querían contarnos los guionistas Christina Hodson y David Leslie Johnson, quienes buscan abarcar demasiado y terminan fallando allí donde se proponen cautivarnos. La ópera prima de Denise Di Novi quiere tratar un tema complejo y muy en boga en estos días: la violencia de género y relaciones abusivas. Sin embargo, el tratamiento es tan vago y superficial que quedan en evidencia su uso como mera excusa. Pareciera que a la hora de plantear la historia no se consultaron a profesionales en el tema, ya que mientras ves la película es imposible no sentir que todo el conflicto se podría resolver hablando. Hay algo que queda claro, la premisa de la que partieron era contar una historia en la que se entrecrucen temas actuales, además de la violencia de género, el uso de las redes sociales y los microemprendimientos de cerveza artesanal (si, aunque no lo crea). A todo esto súmenle un intento de subirse al tren de 50 Sombras de Grey, incorporando escenas eróticas que poco aportan o transgredan, incluyendo autosatisfacción frente a la pantalla de una computadora. Las dos mujeres protagonistas están bastante bien en los papeles de Tessa y Julia, aunque a Heigl cuesta verla en este tipo de interpretaciones más comprometidas. Ellas cumplen y la parte técnica del film también, a excepción de la música, usada como golpe de efecto para remarcar y acentuar los momentos en los cuales deberías asustarte, perdiendo todo tipo de seriedad. Y ese es el problema con este thriller, ya que está repleto de momentos en que te encontrás riendo por lo ridículo de ciertas situaciones, que sólo irán in crescendo a medida que avanzan los minutos. Conclusión: Mío o de nadie, cuya traducción literal del ingles sería Inolvidable, es un thriller erótico que se desluce a medida que avanzan los minutos y se vuelve, ciertamente, olvidable.
Recargados y furiosos. La serie original de los años 70 y 80 protagonizada por Erik Estrada y Larry Wilcox fue un suceso en la pantalla chica, e incluso en aquel momento lanzó a la fama a Estrada, el policía latino del dúo (aunque su certificado de nacimiento diga que su ciudad natal es Nueva York). En esta nueva versión los protagonistas son Michael Peña, haciendo de el latino (aunque su certificado también dice nacido en USA) y Dax Shepard (quien también oficia de director y guionista). Por si se lo preguntaba, el nombre de la película (y la serie) es producto de las siglas de la California Highway Patrols, aunque en realidad la sigla que idenfica a esta institución es CHP, pero esta agencia del estado posee derechos de autor, con lo cual debieron agregarle una i y una s en el nombre de la serie.Cuando comienza la película ya leemos un “chiste”, la CHP, la de verdad, no esta de acuerdo con los hechos descritos a continuación, con ninguno. Y claro, porque a lo largo de los 100 minutos que se desarrolla la trama, descubriremos, en tono de comedia pero sin llegar a la sátira, una red de corrupción dentro de dicha agencia policial. Michael Peña, quien ha ganando visibilidad gracias a sus últimos papeles en The Martian y Ant-Man (siempre haciendo del latino gracioso), interpreta a un engreído agente federal (FBI), llamado Francis Llewellyn ‘Ponch’ Poncherello, que en realidad es el agente Castillo, pero este es uno de los guiños para los seguidores de la serie. ´Ponch´ es el encargado de viajar a Los Ángeles y, de encubierto, investigar un robo multimillonario que podría haber sido provocado por algún oficial de la patrulla. Dax Shepard será su compañero, Jon Baker, un motociclista profesional retirado y estropeado que trata de mejorar su vida e impulsar su matrimonio. Personalmente, sólo recuerdo de la vieja serie CHIPS las motos y Erik Estrada, con lo cual esta cinta no apelará en lo más mínimo a mi pasado. Particularmente en esta nueva versión, al cambiar el tono y el sentido de las cosas, será difícil que se logre tocar lo profundo del corazón de algún adulto que haya visto y crecido con la serie original, mucho más encasillada en el drama y la acción. Los personajes viven en un mundo real, sí, en Los Ángeles, California, pero las situaciones que atraviesan son exageradas y en algunos casos inverosímiles. Las persecuciones, excesos de velocidad, autos de alta gama y motos Ducati están a la orden del día. ¿Quieren explosiones? Pues hay muchísimas, más de las que son necesarias. Pero no se confundan, no es Rápido y Furioso versión motos, es una comedia con un poco de acción. Quizás podríamos considerarla como una mezcla, algo burda, de Bad Boys con 21 Jump Street (otra reboot de la épca con agregado de comedia). En definitiva, es la típica historia de la pareja dispareja, remarcada desde los primeros minutos del metraje. Uno no sabe andar en moto, el otro no sabe disparar, así que luego de aprender a aceptarse como compañeros, podrán complementarse. CHIPS está llena de clichés como ese y chistes obvios, algunos un tanto escatológicos. Quiere ser inclusiva pero termina estereotipando a todos los personajes. Entre la variedad de figuras que desfilarán a lo largo de la trama tendremos: la chica sexy, el gay, los latinos, el personaje tonto pero de buen corazón, el malo pero preocupado por su familia, etc. Quizás se olvidaron de incorporar entre sus personajes principales al hombre sexy para cautivar la atención de algún espectador aburrido. Kristen Bell (esposa de Dax Shepard), a quien conocemos mejor como Veronica Mars, será la esposa infiel de Jon Baker, la rubia que eventualmente deberá ser rescatada. Vincent D’Onofrio, el mejor Kingpin que Marvel nos podía regalar, será el villano. Jane Kaczmarek, la mamá del Malcolm en la serie de TV, será la jefa de la patrulla y mostrará bastante más de lo que muchos quisieran ver. En los rubros técnicos la cinta es correcta y las persecuciones están filmadas con precisión. Una de esas persecuciones nos regalará un acertado momento musicalizado con Paranoid de Black Sabbath. El presupuesto estimado asciende a 25 millones de dólares, gastados obviamente en explosiones y en rodajes en el exterior, lo que sí desconocemos si serán recuperados. El poster promocional en su idioma original incluía el subtexto Chip Happens, haciendo clara alusión a la conocida frase Shit Happens, en nuestras tierras se dejó afuera para agregar “Patrulla motorizada recargada”, como si esa aclaración funcionara para darte más ganas de ver la película. Ojalá no haya segunda parte. Conclusión: CHIPS: Patrulla Motorizada Recargada es comedia simple y básica que quizás robe alguna que otra sonrisa, pero que pasará al olvido en unas pocas semanas. La vieja serie es sólo una excusa para atraer público a una película plagada de chistes obvios, explosiones, un cameo de Erik Estrada y escenas de desnudez. Parece ser que la corrupción policial es moneda corriente en todas las latitudes.