Muchos recordaran otras comedias relacionadas con el casamiento como: "Mi noche de bodas, 1961" de Tulio Demicheli; ¡Qué noche de casamiento! (1969) con Darío Víttori, Gilda Lousek, Fernando Siro; entre otras, pero ahora llega “Mi primera boda” llena de enredos, gags, un buen elenco y un buen pasamiento. Acá todo gira en torno a la ceremonia de casamiento de Leonora (Natalia Oreiro) y Adrián (Daniel Hendler), con una fiesta pensada y organizada hace más de un año, con un vestido impecable, torta de cuatro pisos y en un lugar soñado la majestuosa estancia Villa María, situada en Máximo Paz, Provincia de Buenos Aires, (que combina la arquitectura de principios de siglo pasado, de Bustillo, con los jardines de Thais, un lago y una vista maravillosa, Villa María. Ella es católica y él judío, por lo tanto pensaron realizar una ceremonia “mixta” (no es lo más importante de la trama), acá intervienen la dupla del cura Patricio (Marcos Mundstock) y el rabino Mendl (Daniel Rabinovich) a quienes los espectadores conocemos por sus cualidades humorísticas de Les Luthiers, tienen a su cargo situaciones y diálogos muy cómicos estableciendo un abierto contrapunto católico-judío. Pero Adrián comete un pequeño error: decide ocultar a su novia para evitar problemas; todo se complica y se termina poniendo en riesgo la fiesta y el futuro matrimonio; él cuenta con la cooperación de Fede, el primo (Martín Piroyansky) y sus amigos; y Ella está un poco contenida por Inés (Muriel Santa Ana) su mejor amiga; y Marta la madre (Soledad Silveyra) egoísta, entrada en copas y competitiva. Como en toda boda se suman incidentes, familia, caos, amigos, traspiés, personajes como el que interpretan Pepe Soriano y Chela Cardalda (los abuelos del novio), y la presencia de un antiguo amor de Leonora, Miguel Ángel (Imanol Arias) donde no faltará un toque de seducción y de cinismo. Es una comedia liviana bien contada, con ritmo, jugada, podes pasar una buena tarde, llena de personajes todos tienen sus tiempos, como: Raquel y Raúl (Gabriela Acher y Gino Renni-los padres del novio); Delia, su tía abuela (Pochi Ducasse); Lala (María Alché) - una invitada que vino con Miguel Ángel; la mesa de amigos: Alan Sabbagh, Clemente Cancela, Sebastián De Caro, Guillermina García Satur y Sofía Wilhelmi; organizadora de la boda María (Luz Palazón); Iair Said, el disk jockey; entre otros. Quienes se lucen como es lógico son los novios, ellos dialogan frente a la cámara, Natalia Oreiro brilla frente a la misma, tiene ángel, carisma y sabe lo que es la comedia; Daniel Hendler en un personaje diferente, lleno de matices y con un gran dominio para el gag. Además contiene una buena dirección de arte y vestuario; excelente fotografía de Félix “Chango” Monti; está bien musicalizada; estándares de jazz e interpretaciones que aportan en la construcción de los climas y al desarrollo de la narración en armonía con las imágenes; con el tema “When You'reSmiling” (Cuando Ríes), el clásico compuesto por Larry Shay, Mark Fisher y Joe Goodwin, y se la puede escuchar “Cuando Ríes” interpretada por Natalia Oreiro y Daniel Hendler, y después de los créditos hay yapa (y quien te dice tal vez se viene una segunda parte).
Mucho se habló durante años de la militancia política en la Universidad de Buenos Aires, entre otras Universidades, Roque Espinosa (Esteban Lamothe), un joven del interior (de Ameghino), viene a Buenos Aires a estudiar en la universidad y cuando parece que sólo le interesa conocer chicas. Su primer contacto es con Valeria (Valeria Correa), compañera de facultad, con quien mantiene una relación pasional en la pensión, y luego comenzara a vincularse intensamente con la política y a ascender como dirigente estudiantil. Vemos un edificio enorme, plagado de carteles, pintadas, consignas políticas, asambleas, y está siempre presente el debate, es “entrador”, seductor, características que lo llevarán a una joven profesora militante Paula (Romina Paula), un operador político Acevedo (Ricardo Felix) quien es amante de esta última; donde Roque se va transformando en su puntero y termina abandonado sus estudios como en otras ocasiones, aquí cada uno tiene su objetivo, pero también se irá vinculando con Paula, se mezcla en un triángulo amoroso y político. El estudiante ,con un sólido guión, es una película argentina, que habla mucho de nosotros, el mate, el frío de las aulas, el café, los amores fugaces, la pasión, refleja a un estudiante que debe hacer concesiones dentro del escenario de la dirigencia estudiantil, su ritmo es pausado y posee una limitada dicción actoral. Este es el debut del guionista Santiago Mitre (uno de los directores de El amor (primera parte) y guionista de Carancho y Leonera junto a Pablo Trapero); esta producida en forma independiente, filmada en HD digital; el film tuvo un exitoso recorrido por diferentes festivales internacionales como Locarno, inclusive en el último BAFICI, ahora se estrena en un limitado circuito cinematográfico Malba y la Sala Lugones durante el mes de septiembre.
Llegan las vacaciones de invierno en distintas partes del mundo, con la idea de entretener y divertir comienzan a aparecer distintas películas para los adolescente y los más chicos; en este caso los adultos que vean estos nombres en pantalla Topa y Muni seguramente son dos desconocidos, pero no es asi para sus seguidores, Diego Topa es un conductor, actor y cantante, participó en numerosas obras teatrales y programas televisivos para los niños, actualmente cuenta con su propio espectáculo: “El show de Topa”; y Mariana "Muni" Seligmann, participo en programas de Cris Morena y en algunos largometrajes; ambos son los conductores carismáticos de La casa de Disney Junior en dicha señal. La historia es muy sencilla Pato (Diego Topa) es el profesor de música, Pirucha (Muni) la cocinera y la Directora (Elizabeth Killian), en un hogar de chicos huérfanos, algo parecido al hogar de Chiquititas (a diferencia que este tenía contenidos y se la comparamos esta es Mary Poppins) pero situado en un lugar increíble en Ushuaia (Tierra del Fuego), la locación es maravillosa, bellísima; se muestra El trencito, planos de la Ciudad pero se podía mostrar un poco más, fue algo poco desaprovechado. El problema que tiene este “Hogar del Fin del Mundo” es que pronto será vendido y los chicos se quedarán sin él, como la unión hace la fuerza, todos harán lo imposible para conservar su vivienda, para esto son ayudados por “La Pandilla de Sol” (como si fueran los Casi Ángeles o TeenAngels) ellos son: Sol (Florencia Midú), Teo (Facundo Estévez), Colo (Margarita Velilla), Maxi (Esteban Masturini), Migue (Rodrigo Velilla) y otros colaboradores La profesora Perkins (Mimi Ardú), Choinquite (Oscar Alegre) y el empresario Sergio Piedrabuena (Gabriel Corrado), y los malos de la historia: Hércules (Tony Amallo), Pascual (Fabio Aste) y Malva Dalton (Norma Pons) tan mala como una Cruela De Vil, (acá en vez de maltratar a perritos lo hace con niños) una buena interpretación, maquillaje y un vestuario increíble. El guión es terriblemente pobre, sin matices, están bien marcados quienes son los buenos y los malos, pone en primer plano los valores de la amistad y los sueños (Miss Tacuarembó), flojas actuaciones, lleno de canciones atractivas, coreografías emotivas, mucho color, tiende a ser un formato mas televisivo que cinematográfico, y hasta por momentos se va al videoclip.
Está basada en el cuento del mendocino Antonio Di Benedetto, lleva el nombre de Aballay, con la dirección de Fernando Spiner (53), (La sonámbula, 1998 y Adiós, querida luna, 2003); cuenta con las actuaciones de Pablo Cedrón, Nazareno Casero, Lautaro Delgado, Moro Anghileri, Horacio Fontova, Gabriel Goity, Luis Ziembrowski y Claudio Rissi, entre otros. Muchos cuando comiencen a ver este film, recordaran rápidamente "La Guerra Gaucha" (1942) de Lucas Demare, “Pampa bárbara” (1945), de Lucas Demare y Hugo Fregonese, “Juan Moreira” (1973), de Leonardo Favio, entre otras. Narra cómo se va desarrollando la vida de un niño Julián Larralde (Gaspar Suárez/ Nazareno Casero de adulto) quien lleva grabado en su mente la cara del asesino de su padre (Lautaro Delgado), y de todos los que robaron la diligencia con oro donde ellos viajaban. Este gaucho Aballay (Pablo Cedrón), ladrón, malhumorado y asesino, vive con la mirada penetrante de aquel niño asustado y a la vez lleno de odio; pero él después de haberlo matado, le queda grabado aquellos ojos horrorizados de esa pequeña víctima, a partir de ahí se da cuenta de su brutalidad y salvajismo, y lo hace aterrarse de sí mismo. Entre tanto desconcierto es que oye hablar de los estilitas, gente que para acercarse a Dios se suben a una columna y no pisan más el suelo, como penitencia; pero en la pampa argentina del 1900 no existen, Aballay decide no volver a bajar de su caballo. Pasan diez años, Julián busca venganza, quiere encontrar aquellos hombres para asesinarlos, pero entre tanto rencor llega a un rancho y conoce a Juana (Moro Anghileri), esta es la encargada de darle un poco de paz, pero lamentablemente a esta chinita su padre la vendió a "El muerto" (Claudio Rissi), un salvaje, sanguinario y cruel caudillo que mete miedo y ahora Julián debe enfrentarse no solo para salvar el amor, sino por la muerte de su padre. Mientras tanto han pasado los años y Aballay sigue firme a su promesa, no volvió a pisar el suelo, no robó, ni asesinó y la gente lo reconoce como el pobre hombre a caballo y asi muchos lo reconocen como un santo. La película está bien construida, es un western bien criollo, con todos sus matices, en lo geográfico, social, donde están las regiones no conquistadas, la ley ausente, el duelo, la venganza, la riña de gallos, buena fotografía, también le da un lugar al romance, su relato consigue atrapar al espectador, con un gran elenco, aunque es una lástima no está muy aprovechado el personaje del cura (Gabriel Goity).
Este se le primer largometraje de Pablo Solarz, pero cabe destacar que fue el guionista de: “Historias mínimas” de Carlos Sorín y “¿Quién dice que es fácil?” y “Un novio para mi mujer” ambas de Juan Taratuto, entre otras películas nacionales, además dirigió varios cortos y también teatro. La trama gira en torno a Javier Gross (Peto Menahem) un guionista, adicto a su trabajo, se pasa todo su tiempo escribiendo y pensando historias, estas luego se transformarán en films, no se ocupa de nada, no le presta atención a nadie; para colmo se encuentra rodeado de mujeres que requieren de su atención constante. Su esposa es Lucía (Malena Solda), siente que él no le presta atención, ni si quiera cuando le confiesa que tuvo relaciones con su vecino Gerardo (Sergio Boris), como si nada sigue aislado de todo y lo abandona. La única mujer que lo escucha es su terapeuta (Marta Lubos); por otro lado esta su madre (Mirtha Bunselli), reclama su atención, lo va a visitar a su casa, este casi siempre la atiende en la puerta, ella vive medicada y es algo neurótica; al tiempo conoce a Laura (Florencia Peña) es disciplinada, sumisa, y hasta tolera que confunda su nombre con el de su ex y pronto conviven. Los espectadores también vivimos las historias creadas por Gross, la vamos viendo fragmentada sus historias y hasta el desenlace de la película, quien forma parte de esto es un personaje como un padre (Luis Luque) lleno de odio y al borde de la locura, que traslada con su esposa Sofía (Silvia Kutica) y sus hijos, hacia Mar del Plata pero todos terminan en otro lugar y frente a diferentes conflictos; y seguramente tiene algo del narrador. El film comienza como una comedia romántica con enredos, con una buena presentación que está relacionada con la historia, luego tiene algo de comedia negra, la mezcla de realidad y ficción, una buena utilización de flashbacks y por momentos tiene un ritmo lento en lo narrativo; toca el ego del cineasta, como el mismo Woody Allen, Peto Menahem construye un buen personaje; Malena Solda esta mas contenida y acompaña muy bien; Florencia Peña en una buena composición de personaje, para divertirse con dos historias en una película, con todas sus desventuras, conflictos y para reflexionar.
Esta es la ópera prima de Nacho Garassino, su narración se base en hechos reales, cuando siete presos se fugan del penal de Villa Devoto en diciembre de 1991; donde surgieron desconcierto y dudas policiales, el seguimiento periodístico y un vecino que noto el escape. Para narrar esta historia, Vulcano (Raúl Taibo), este tiene unos 45 años y Toro (Daniel Valenzuela), se reúnen con Ricardo (Jorge Sesan), un periodista de criminales, intenta escribir una nota sobre lo que ocurrió, cómo fue y por qué; le va describiendo la fuga, junto a otros reclusos y el escalofriante secreto que encontraron mientras cavaban el túnel para escapar. La acción se va desarrollando entre rondas nocturnas, cigarrillos, peleas, desconfianzas, carceleros, un médico que mira para otro lado y las venganzas entre los prisioneros. Es Vulcano el que descubre una habitación con archivos abandonados de la época de la última dictadura militar; a partir de este hallazgo, comienza la limadura de barrotes, cavar el túnel, con todas las dificultadas que esto implica; allí abajo se enfrentan a lo desconocido, por eso el título del film, como surgen ciertas supersticiones nace un pacto con los muertos, a través de un ritual, estos restos humanos se darán a conocer al resto de la sociedad. El film recurre constantemente al recurso del flashback, sus diálogos son pausados, tiene un ritmo lento, un poco de suspenso en la primera parte que luego se va diluyendo, contiene algunos errores de época, se muestra cómo funciona el sistema carcelario, algo que muchos suponemos, (aunque este no sea el tema principal), los protagonistas son: Raúl Taibo con colita y barba da vida al líder de la banda, (pero no se nota mucho el paso del tiempo, durante sus dos relatos), Daniel Valenzuela se destaca bastante en la composición de su personaje, el resto del elenco solo acompaña, algunas actuaciones no son creíbles, lamentablemente la historia no logra mantener el interés y el espectador no logra sentir esa claustrofobia. Por lo demás deja varios interrogantes sin resolver. Este jueves se proyectó para el público chino este film, en el marco del XIV Festival de Cine de Shanghai; además participa de la competencia oficial por el Golden Goblet, premio máximo del Festival, junto con otros films de Portugal, Italia, Turquía, Tailandia, Japón, India, Alemania, Albania, Rusia, China y los Estados Unidos.
Los realizadores son: Alejo Hoijman, Marcos Loayza, Josué Mendez, Carolina Navas, Paola Vieira, Alejandra Szeplaki y Jorge Coria; es un documental sobre la comida de diversos países iberoamericanos, desde el momento en que sus sustancias son extraídas de la tierra hasta su venta en mercados. La idea nació del productor Hugo Castro Fau, se convocó a realizadores de 7 países para hacer una gran coproducción y dar a conocer cómo pueden llegar los alimentos a los consumidores casi sin intermediarios, por afuera del sistema estandarizado de las grandes ciudades. Los mercados populares como alternativa a los supermercados. Vemos en una de las secuencias la historia de un matrimonio de campesinos mayores descendientes de inmigrantes europeos, en la provincia de Misiones y el funcionamiento de la feria. También se va deteniendo la cámara en el mercado boliviano, donde los que compran, eligen, también cada uno da su opinión, su testimonio, y a medida que corre la cinta nos dan su apreciación, los directores de: Perú; Brasil, Colombia, Venezuela y España. De esta forma podemos apreciar las tradiciones, el descubrir y las tradiciones de cada país; conocer sus comidas y sus estilos de vida; según el lugar o la región que producto pueden comer más que otro, conocemos y vemos a los pequeños productores, feriantes y a los consumidores. El documental tiene buenas imágenes, llenas de color, escuchamos un tema musical que hace en parte al film “La hierba de los caminos”, (la Guerra Civil Española), tema más conocido como Qué culpa tiene el tomate, como sabemos tiene un contenido de protesta política y social, se encuentra interpretada por el Grupo Chileno Quilapayun. Al ver esta proyección nos damos cuenta que se ha hecho un gran esfuerzo de producción, donde se debe aplicar un buen montaje para poder unir estas historias de siete destacados directores, aunque por momentos resulta monótona y aburrida.
Este film se encuentra dirigido por Alex Tossenberger (Gigantes de Valdés, 2007) con las actuaciones de Fernán Mirás y Manuel Callau, entre otros actores; es un drama inspirado en hechos reales que transcurrieron a fines de la década de 1980. Esta historia comienza en una noche de tormenta fuerte, donde vemos un interno corriendo por el parque del hospital para llegar a un teléfono público, intentando no ser visto por nadie, otro espía, se nota que esta angustiado, asustado y en su rosto notamos un gran terror, luego realiza un llamado enigmático, pero cuando está hablando es descubierto por dos enfermeros, estos lo muelen a palos, y como esta atemorizado no puede hablar, solo tiembla, la persona al otro lado de la línea le pide desesperadamente que le informe que está pasando. A través de este film vamos conociendo el intenso trabajo de un grupo de psicólogos: Iván (Joven: Julián Doregger), Marcos (Joven: Carlos Echevarría), Darío (Nacho Ciatti) y luego una doctora Anna (Marina Artigas); ellos formaron parte de este proyecto y organizaron un taller de escritura en el Borda, todos juntos le dieron un nombre a la revista “Desbordar”; esta publicación, se vendió en los kioscos de diarios, con mucho éxito, el contenido de la misma es elaborados por los propios pacientes, médicos y personalidades de la cultura. Ellos tuvieron que luchar contra el Director del establecimiento, un enfermero Monzón (Daniel Valenzuela) mal intencionado y lucha constante para sacar a flote a enfermos como: José Cadrela (Jorge Noya); Martin Tayal (Miguel Dedovich); Germán Oldaro (César Gustavo Covi); Julián Pasende (Omar Fanucci); Alfredo Criso (Nicolás D´Agostino); entre otros. Todos fueron protagonistas de la creación de ese taller y de una revista muy reconocida y polémica y generó efectos terapéuticos, institucionales y sociales. Surgen muchísimos inconvenientes en las vidas de Darío, Iván y Marcos. Estos dos últimos se reencuentran en el 2009 (pasaron casi veinte años), por la noticia anónima de la muerte de Martín Tayal, miembro del Taller de Periodismo y Escritura del Neuropsiquiátrico; los motiva a averiguar que paso con el cuerpo, develar la verdad y darle la sepultura que merecía. La intención de este film es empujar el interés, reflexión y la conciencia, aborda la problemática de la salud mental, hasta el tráfico de órganos, que la mayor parte de la gente ignora o prefiere no ver y sobre esto debemos tomarlo seriamente. Unos del los problemas de la historia son las actuaciones muy desparejas, le falta ritmo, la narración pierde fuerza en la mitad, hay escenas innecesarias para ser mostradas, se promociona mucho el film por las actuaciones de Fernán Miras como Marcos adulto y Manuel Callau como Iván Adulto, que solo aparecen los últimos diez minutos de la historia.
En este documental vamos conociendo en profundidad a Alfredo Li Gotti uno de los más importantes coleccionistas de cine de la Argentina; gracias a su esfuerzo consiguió el sueño que tienen aquellos que amamos al cine, tener en su casa su propia sala cinematográfica, ubicada en la calle Catamarca, levantada por sus propias manos, llena de afiches colgados, proyectores de distintos formatos (unos treinta) y latas de cine; la sala lleva el nombre "Felix Giuliodori desde 1988, en homenaje a su amigo (coleccionista de cine mudo), tardó tres años para armarla, con la idea de compartir y exhibir su material. En este espacio se proyectan películas gratuitas todos los domingos, desde hace más de veinte años, esto lo logró sin duda con mucho esfuerzo y proyecta films increíblemente maravillosos. Quienes nos ofrecen sus testimonios: Fernando Martín Peña, Enrique Bouchard, el hijo de Félix Luis Giuliodori, el nieto de Li Gotti (quien parece que va a seguir su mismo camino), Luciano Monteagudo; estos son coleccionistas, cinéfilos, críticos, y familiares. Nos permiten conocer en profundidad la vida de Alfredo Li Gotti, vamos haciendo un recorrido por las viejas y desaparecidas salas de barrio, donde se proyectaban hasta 3 películas en continuado, algo muy similar como vimos hace un tiempo en el film “Cine, Dioses y Billetes” (estrenada en mayo de 2010) de Lucas Brunetto; donde relataba como los cines iban desapareciendo y transformándose esos espacios en templos evangélicos o centros comerciales. Notamos a medida que vemos esta cinta, la misma emoción, con su testimonio y el eterno amor por el cine al igual que el documental que mencioné anteriormente. Para quienes amamos la magia del cine entendemos a Alfredo Li Gotti, que a sus 85 años, un ser que merece ser conocido, mantiene viva su pasión y necesitamos muchos Li Gotti más. El realizador, guionista y productor Roberto Ángel Gómez, a través de este estupendo documental, que se encuentra lleno de anécdotas y de humor, hace un gran tributo; y podemos decir que es una suerte que existan pasiones que duran toda la vida.
Este documental a través de la narración va revelando los últimos años de vida del periodista internacionalista Jorge Ricardo Masetti, nacido en 1929 en Avellaneda, fue el único periodista argentino que cubrió la guerra de liberación de Cuba, en la que realizó unas entrevistas y obtuvo buenos testimonios, enviado especial por Radio El Mundo que en 1958, logro reportear a Fidel Castro y El Che Guevara en la Sierra Maestra y fue transmitido para Sudamérica. Luego fundó y dirigió en Cuba la agencia de noticias “Prensa Latina”, proyecto de resistencia frente a los monopolios de la información del que participaron, entre otros, Gabriel García Márquez, Rodolfo Walsh, Carlos Medina de Rebolledo y Rogelio García Lupo (compañero en la Alianza Libertadora Nacionalista); y no mucho después, "sacrificó al periodista" para volcarse a la intervención directa en la lucha armada, colaborando primero en la guerra de liberación de Argelia y luego quedando al frente de la avanzada del Che Guevara en la argentina bajo el alias "Comandante Segundo". Apoyado en material de archivo y abundantes testimonios de Gabriel García Márquez, de Alejandro Doria, o de Ciro Bustos entre muchos otros, en este documental se hilvana una biografía posible de este hombre que vivió varias vidas antes de desaparecer en la selva de Salta en 1964, llevaba una bolsa con dólares, que nunca se supo que paso con esta, (tenía 34 años), honrando hasta el último momento, "su palabra empeñada con el Che: hacer la revolución". El encargado de este documental es su nieto Martín Masetti, en conjunto con Juan Pablo Ruiz, fue presentado en el Festival de Cine de Mar del Plata. Es un documental recomendable para aquellos estudiosos del tema, como asi también a quienes investigan la historia en Latinoamérica y Argentina, podríamos decir que se encuentra más inclinado para aquellos que conocen el tema.