Su desarrollo se sitúa en los setenta de la Argentina, unos meses antes del golpe de Estado de mil novecientos setenta y seis. Dentro de las primeras imágenes podemos prestar atención a distintas personas saqueando libremente el interior de una casa sin inquietar a los vecinos. El relato podríamos decir se divide en dos partes: Claudio Morán (Darío Grandinetti), un abogado respetado espera a su mujer en un restaurant, pero termina discutiendo con un desconocido, algo así como un forastero (Diego Cremonesi, “Un gallo para esculapio”), por la posesión de una mesa, y aquella situación que el personaje de Grandinetti trata de manejar a través de los buenos modales, tiempo más tarde termina de la peor manera. En la segunda parte y tiempo más tarde Claudio Morán, se va mezclando en una investigación del hermano de una amiga de su esposa y luego ayuda al marido de Mabel a obtener ilegalmente el título de propiedad de una casa abandonada. El desarrollo se encuentra lleno de metáforas, símbolos y diálogos relacionados con hechos de la época, abuso del poder, violencia, mentiras y secretos, todo acompañada por la estupenda fotografía de Pedro Sotero, (Aquarius, 2016), con es llanura desértica, llena de moscas, para ser colmada de sangre y de muertes ante una sociedad miserable y corrupta. La trama contiene algunos bajones y algunas situaciones que no terminan de cerrar del todo, pero cuenta con la destacada dirección de Benjamín Naishtat (“El movimiento”), con la actuación soberbia de Darío Grandinetti en una clase magistral de actuación, además todo el elenco se destaca, acompañados por una buena reconstrucción de época y una banda musical que acompaña en forma inmejorable.
La trama del film no resulta novedosa en ningún momento, cuenta con la buena fotografía de Sol Lopatin (“Casi leyendas”; “El hilo rojo”), pero tiene como protagonistas a: Yamila Saud y Franco Masini, que poseen buena química, ellos tienen muchos seguidores, además cuenta con las canciones que interpreta Masini, que son del gusto de las adolescentes. Intenta alcanzar alguna similitud a “Diario de una pasión” con el beso de amor bajo la lluvia y casualmente el nombre del personaje es Noah (interpretado por Ryan Gosling) pero a través de situaciones que no terminan de parecerse a la película anteriormente citada. Dentro del elenco se encuentran dos actores que intentan sacarla a flote desde la manager de la banda Maia Levin (Andrea Frigerio) con un estilo similar a una Cruela de Vil, habla un poco en inglés y un poco en castellano y un padre (Gerardo Romano, desaprovechado ante un pobre guion) que desea lo mejor para su hija y el resto del elenco es bastante pobre. Su desarrollo cae en lugares comunes y está llena de clichés, con diálogos pobres en un relato que resulta convencional, previsible y con algunas escenas melodramáticas. Este film tiene como pretensión entretener a cierto público adolescente.
Las dos protagonistas que tienen buena química Anna Kendrick (“Amor sin escala”) y Blake Lively (serie televisiva Gossip Girl), se lucen en este thriller, con tintes de policial oscuro, con momentos perturbadores, su relato le otorga mayor dinamismo y ciertas trampas. Se mezcla bien el terror psicológico, la sátira y el drama, se van insertando flashbacks mostrando el pasado de los personajes, las distintas situaciones le otorga buenos matices todo acompañando con una buena banda de sonido, iluminación y una interesante paleta de colores, tiene mucho glamour (vestuario, joyas, casas, automóviles, entre otros elementos). Dos actores bastante desaprovechados Bashir Salahuddin como el Detective Summervile y el actor inglés Rupert Friend (“Hitman: Agent 47”). Una buena propuesta adulta que entretiene, con toques de humor negro, aunque tiene un final forzado y le sobran algunos minutos.
Dirigida por Jon M. Chu (“Step Up 2 y 3 “; “GI Joe: La venganza”), está basada en la exitosa novela de Kevin Kwan (2013, que le da lugar a un trilogía. Esta una comedia romántica, es como un cuento de Cenicienta moderna. Una joven neoyorkina Rachel Chu (Constance Wu, “Recién llegados” serie de televisión), inteligente, sencilla, profesora en economía, conoce a Nick Young (Henry Golding) guapo, simpático, seductor, cariñoso, ellos se enamoran y viven momentos increíbles. Él le pide que lo acompañe a la boda de su amigo Colin Khoo (Chris Pang) y Araminta Lee ( Sonoya Mizuno) y cuando llega a Singapur se entera que Nick es un codiciado multimillonario y tendrá de enemiga a Eleanor, su futura suegra (Michelle Yeoh, “La fuerza del amor”, “ La Momia 3: La tumba del emperador dragón”), entre otras mujeres. Algo similar le pasaba a Jennifer Lopez en “Una suegra de cuidado” bajo otro contexto. Nos encontramos con la Cenicienta del siglo XXI, contiene una gran producción, con locaciones dotadas de hermosura, las joyas, el vestuario, automóviles, comidas y las tradiciones de Singapur. Además se tocan temas como el amor, frivolidad, la envidia, la intolerancia, la discriminación, el apego a las tradiciones, entre otros contenidos.
El jefe de la tribu es Tau (Jóhannes Haukur Jóhannesson, “Atómica”) y su único hijo varón es Keda (Kodi Smit-McPhee, “X-Men: Apocalypse”, “Déjame entrar”) a quien lo instruye en todo momento, le cuenta sobre sus ancestros, porque con el tiempo será su sucesor. Toda la tribu se va lejos a cazar búfalos pero algo sale mal y Keda tiene un accidente y es dado por muerto. Keda despierta y luchará para sobrevivir ante un ambiente inhóspito, rodeado de distintos riesgos, después de la lucha por la supervivencia, termina teniendo una gran aventura con un lobo, primero fueron enemigos pero luego lograron una amistad entrañable, de ayuda mutua, con un claro mensaje de solidaridad, donde fluye lo emocional y la aceptación entre diferentes. Visualmente es estupenda, la cámara realiza buenos planos, resaltando distintos momentos y transmite la relación de amor entre el animal y el humano; para ello un instante el ritmo narrativo se detiene unos minutos, con algunos clichés y contiene la bella fotografía de Martin Gschlacht.
Se le rinde un buen homenaje a John Carpenter, quien fue el que le dio inicio a aquel asesino serial, lleno de maldad y cuyo rostro cubre con una máscara que aterra, siendo bien terrorífica, ahora en una segunda parte de su original, llega después de 40 años de aquel estreno (te sugiero que vuelvas a ver “La noche de Halloween”, 1978) y en esta oportunidad se le dan buenos encuadres. Además en la producción están John Carpenter y Jamie Lee Curtis (está fantástica, interpreta muy bien) quien es parte de elenco, ahora es abuela y también trabajo en la primera. Se encuentra bien narrada y como ayuda te ofrecen flashback en su justa medida. A lo largo de la narración se va creando una atmósfera silenciosa, de tensión y hasta claustrofóbica, visualmente resulta imponente, hay un plano secuencia muy logrado, bajo un buen ritmo con buenos guiños (ingeniosos y emotivos) y matices y con una interesante presentación de los personajes, no abusan de los clichés y aporta buenos sobresaltos. Dentro de la historia y sin apartarse de lo planteado tiene buenos toques de humor, que la hace además divertida y se mezcla bien aunque sea un film de terror. En cuanto a la banda sonora hay que destacar siempre que se ve la mano de John Carpenter, en este caso junto a su hijo. En conclusión resulta entretenida, cumple con el objetivo, ideal para que se conecten con este film una nueva generación de adolescentes, al igual que sus seguidores, aunque contiene algunos momentos flojos y giros dentro del guión que no sorprenden.
El protagonista Charley (Charlie Plummer), le va dando buenos toques a sus personajes, lleno de matices, con un buen manejo de su físico en distintas situaciones que le tocan vivir, todo se desarrolla bajo un buen guion y gira en torno a él, aunque dentro del elenco secundario se destacan: Travis Fimmel, Amy Seimetz, Steve Buscemi, Chloë Sevigny, entre otros. Tiene momentos conmovedores, habla del amor, de la aceptación, de la esperanza, de la soledad, del abandono, de un ser que busca su identidad, de los sueños, de las segundas oportunidades, de la lucha, todo bajo la sublime fotografía de Magnus Nordenhof Jønck, pero uno de sus problemas es su desenlace que resulta algo convencional.
El desarrollo en los primeros minutos resulta bastante interesante y se encuentra llena de suspenso e intriga resultando inquietante, donde vemos a la hermosa y tierna Anna (Bel Powley, logra una interesante interpretación), que por alguna razón se encuentra encerrada en una cabaña por un hombre (Brad Dourif, se aprovecho poco su participación) que la alimenta, le inyecta una medicación y por protección la tiene cautiva. Pero el tiempo pasa y un día algo sucede en esa casa, interviene el alguacil Ellen Cooper (Liv Tyler, “Los extraños”) que decide liberarla y que tenga una vida normal. A partir de ese momento conviven juntas bajo el mismo techo y se transforma en una tierna relación maternal. Comienzan a suceder una serie de situaciones donde participan otros personajes: Ray Cooper (Collin Kelly-Sordelet), y Lawrence (Mike Faist), entre otros Se va mezclando el terror, la fábula y la fantasía. Contiene mucha acción, una buena construcción de personajes sólidos, visualmente brinda una buena paleta de colores y fotografía, no asusta, pero mantiene la tensión, por momentos decae un poco y lamentablemente no logra mantener el ritmo, aunque seguramente será del interés de los seguidores del género y nos deja un final abierto. Tiene algún hilo conductor con el film “As boas maneiras” (2017) de Marco Dutra y Juliana Rojas.
Este thriller trágico transcurre en dos tiempos: se van entremezclando el presente y el pasado, el relato se encuentra lleno de secretos, mentiras, infidelidades, drogas y se van generando distintas tensiones. Con actuaciones flojas, a la trama se le intenta dar una vuelta de tuerca que queda solo en eso y un ritmo que decae. Tal vez se pueda destacar como importante uno de los mensajes que postula que hay que cuidarse en las relaciones sexuales. Para destacar las locaciones que resaltan debido a una buena fotografía. La película fue presentada oficialmente durante la última edición del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata en 2017.
En esta oportunidad nos encontramos con un biopic sobre el gran pintor, escritor y escultor Paul Gauguin (excelente interpretación de Vincent Cassel), ambientada en 1891. En un principio nos encontramos frente a una terrible crisis artística y personal de este prestigioso artista que deja a su esposa la danesa Mette-Sophie Gad y a sus cinco hijos y se marcha a la Polinesia francesa. Una vez allí se encuentra con un paisaje paradisiaco, vive en la miseria y se vuelve a conectar con su arte, logrando increíbles pinturas junto a su musa inspiradora una bella joven nativa llamada Tehura de quien se enamora. A partir de esta situación renace en sus pinturas, pero la felicidad le da la espalda ya que la joven mujer es seducida por un muchacho más joven y él pierde todo, vive en la miseria y la soledad, además su salud no lo ayuda. Un film recomendable, con la fotografía de Pierre Cottereau (“Relaciones peligrosas”) y la música de Warren Ellis (“Sin nada que perder”), para conocer la vida de este artista aunque en algunos momentos del film resulta algo monótono.