Esta es una divertida aventura animada, de ciencia ficción para niños y adultos, entretenida y con lindos colores. Bajo la dirección de Wolfgang y Christoph Lauenstein (también guionistas), hacemos un estupendo recorrido con el niño Luis (víctima de bullying), que vive solo con su padre y como se relaciona con sus pares, pero va a encontrar a unos simpáticos amigos alienígenas con quienes vivirá momentos increíbles.
Este film es una coproducción entre Argentina y Palestina, que algunos tuvimos la posibilidad de disfrutar en el BAFICI 2017. El entusiasmo por el fútbol es mundial, el amor a los colores de una camiseta y su institución, por eso se dice pasión de multitudes. Pero en este documental particularmente se habla sobre el fútbol palestino (jugadores, directores técnicos, etcétera) y como se relaciona con la política. Se encuentra muy bien narrada, lo cotidiano es muy inestable, muestra dificultades de todo tipo, como hacen para sobrevivir y jugar a este deporte, entre otras actividades. Cuenta con buenos planos, una fotografía impecable, imágenes impactantes y a los espectadores los lleva a la reflexión.
Su narración tiene bastante actualidad y se encuentra basada en hechos reales, sucedió en Quilmes en el 2014, a raíz de un corte energético de varios días, varias personas de todas las edades, quedan a la deriva sin luz y por lo tanto sin agua. A partir de esto van surgiendo distintos problemas y quedan al descubierto los comportamientos humanos. Se suma la falta de productos en los comercios, los abusos, el desamparo, una parte de la población que se encuentra sin respuesta de las empresas y autoridades, temperaturas agobiantes, crece la angustia, la impotencia, la desconfianza y la desprotección, también los saqueos y el miedo constante. Acompaña una buena música y fotografía. Las imágenes hablan por sí solas y las actuaciones resultan efectivas.
Este film tiene todo el talento y la estética del gran cineasta Wes Anderson “El gran hotel Budapest” y “Un reino bajo la luna”, entre otras. Vale aclarar que esta historia es para mayores de 13 años. Muestra una civilización dividida: una parte era amante de los gatos y la otra amaba a los perros. Los que logran triunfar son los perros y son los dominantes, por un tiempo los gatos quedan excluidos. Pero un día el alcalde Kobayashi (Ken Watanabe) al que no le gustan los perros, a quienes acusa de contagiar enfermedades, los deporta y estos se instalan en un lugar denominado “isla de perros”. Todos los humanos deciden que es lo correcto y dejan a sus perritos en ese lugar. Comienza una gran aventura cuando un niño japonés Atari Kobayashi (Koyu Rankin) de unos 12 años, dice que hay una cura y decide ir a buscar a su perrito Spots, cuando llega al lugar se encuentra con cinco perros que lo ayudarán a buscarlo. Cuando se entera de esto el Alcalde intentará convencer a la población que esta especie no es confiable. Es una historia amena, maravillosa, tierna, simpática, esos perritos te dan ganas de mimarlos, hay de todo tipo y raza, estos hablan frente a cámara, hay varios guiños en los diálogos y gags, algunos momentos violentos y situaciones que te tocan el corazón cuando hablan sobre los perros callejeros. Para deleitarse con la animación en stop-motion, visual y técnicamente deslumbrante, impecable, llena de mensajes, con situaciones que pasan en la sociedad, la corrupción, la desigualdad, el diferente y varias metáforas, para reflexionar. Cuenta con alguna vuelta de tuerca, muy buena la paleta de colores, fotografía, banda sonora de Alexander Desplat y contiene algunas referencias de Kurosawa. Gracias por este maravilloso film que nos insta a que tengamos valores como seres humanos. En la versión original podemos escuchar las voces de: Bryan Cranston (voz de Chief), Edward Norton (voz de Rex), Bill Murray (voz de Boss), Jeff Goldblum (voz de Duke), Bob Balaban (voz de King), Liev Schreiber (voz de Spots), F. Murray Abraham (voz de Júpiter), Scarlett Johansson (voz de Nutmeg) y Greta Gerwig (voz de Tracy Walker).
Está ambientada antes que Rogue One. Han Solo ahora se encuentra representado por Alden Ehrenreich (personaje que lo hizo Harrison Ford), este joven tiene mucho carisma, es simpático y tiene estilo, infaltables Chewbacca (Joonas Suotamo), muestra como se conocen, se roba todas las escenas, otros personajes que se destacan: Donald Glover (como Lando Calrissian), Emilia Clarke (como Qi’Ra), Woody Harrelson (Beckett), entre otros. Esta es una gran historia de aventuras y ciencia ficción, con toques de western pero galáctico, estupendos efectos especiales, grandes batallas, persecuciones, estupendas secuencias de acción, dinámica, visualmente deslumbra, la frescura de sus personajes, varias sorpresas, entretiene y con el gran talento del cineasta Ron Howard, el ganador del Premio Oscar por “Una mente brillante” (2001). Por supuesto hay villano, bandoleros galácticos, tiene muchos guiños, contrastes de humor, hay nostalgia, es divertida, muy bueno el casting, cumple con una buena fotografía (Bradford Young, “Selma”, “La llegada”) para un premio junto a su banda sonora (John Powell, “Shrek”, “Rio”), aunque su guión es algo flojo y algunos momentos se extienden demasiado. Atentos a un cameo cerca del final.
Filmada en Mar del Plata y Buenos Aires. Los protagonistas en apariencia son una familia perfecta, todo es armonía, tranquilidad, amor, una linda casa y una posición acomodada, pero todo se trastorna cuando vemos a Antonio (Guillermo Francella) que después de un desmayo, comienza a hacerse diálisis, él ve como otros pacientes van quedando en el camino, se encuentra en lista de espera para un trasplante de riñón y esto se ve difícil. La tensión y la desesperación comienzan a crecer, se van planteando varios temas e interrogantes: sobre lo material, ¿el dinero todo lo puede?, las relaciones humanas, las clases sociales, el poder, el miedo, cuando un ser intenta sobrevivir, estaría dispuesto a atravesar cualquier obstáculo sin importarle nada, quién es más animal el pobre o el rico y hasta donde está dispuesto a llegar para salvarse y quien es más marginal. Las actuaciones son de vital importancia: Guillermo Francella (“Los que aman, odian”, “El clan”) vuelve a crear un personaje, desde sus miradas, sus posturas, cada gesto, increíbles sus cambios emocionales desde la bondad hasta la bajeza; Carla Peterson (“Inseparables”, “Una noche de amor”), es la esposa, madre y ama de casa, serena, luego la vemos demacrada, sus sueños desaparecen y su vida se derrumba. Se destaca el actor, cantante y bailarín argentino de teatro y televisión Federico Salles (Teatro: “Tango Feroz”, “Franciscus”) en un papel muy jugado, espléndido y Mercedes De Santis (Teatro: “Los torcidos”) ambos serían la pareja salvadora, que logran intranquilizar al espectador. Su desarrollo tiene mucho de thriller psicológico, además mezcla otros géneros, hay humor e ironía, acompaña una estupenda paleta de colores para definir los distintos estados que recorren las situaciones y los personajes, la sangre, la carne y el color rojo, que se ve permanentemente, con varias metáforas. La música y la dirección de fotografía son elementos muy importantes porque ayudan a crear climas y atmósfera.
Tiene un vestuario extravagante, algunos muy coloridos y cuenta con un buen elenco, se intenta mezclar la ciencia ficción, la aventura y la comedia pero su desarrollo ante un guión tan flojo resulta fallido, absurda, no causa gracia, algunos integrantes del elenco no tienen química, personajes que no resultan llamativos, hacer una referencia a la película “Cementerio de animales” tampoco sirve. Dentro de los créditos tenes varios gags de filmación.
La protagonista es Natacha (Antonia Brill) una niña de 8 años, comunicativa, curiosa, sus padres (Julieta Cardinali y Joaquín Berthold), son quienes le ponen ciertos límites, en cambio su abuela Marta (Ana María Picchio) le da todos los gusto y es cómplice de sus travesuras. Sus vidas tienen ciertos cambios cuando llega Rafles, un perro vivaracho y juguetón, junto a su amiga Pati y a otros amigos educarán a esta mascota y vivirán una serie de aventuras increíbles. Un film de aventuras que tiene un corte familiar, es sencillo, tiene frescura, es divertido, entretenido y para nada pretencioso, aunque tiene un flojo guión.
Se encuentra basada en Lady Macbeth de Mtsensk, un relato que el escritor ruso Nikolai Leskov publicó en 1865, la trama se sitúa en la Inglaterra rural de mediados del siglo XIX. Katherine (Florence Pugh, “El pasajero”. Muy bien interpretada te conmueve, la podes amar y odiar) es bella, joven, vive sometida a una serie de humillaciones y desprecio por parte de su esposo. Se encuentra en una enorme casona llena de empleados, un día su marido se va por un largo tiempo como es lógico sin dar ningún tipo de explicaciones. Ella está sola y abandonada, rodeada de un gran bosque, con el personal de limpieza y de mantenimiento, se aburre, pero sus días cambian cuando conoce a su sirviente Sebastián (Cosmo Jarvis), comienza a tener una relación tormentosa y se libera de todo. Su doncella Anna (Naomi Ackie) ante tal situación se queda muda de miedo. Katherine ya no tiene escrúpulos ante nadie, desconoce a su suegro Boris Lester (Christopher Fairbank), y a su marido Alexander (Paul Hilton). Su transformación impacta, Katherine, ya no tiene la misma mirada, es un ser perverso, egoísta, siniestro y malvado, está dispuesta a vengarse de quienes la trataron como un objeto y es capaz de cometer cualquier crueldad. Esta es la opera prima del director británico William Oldroyd y la guionista Alice Birch, quienes nos dan buenos planos generales, fijos, frontales, hasta por momentos se utiliza la cámara en mano, su iluminación de otorga cierta sobriedad y exalta ciertas situaciones. Lo que resulta más impactante son las acciones, las miradas, las imágenes más que los diálogos y cuenta con una buena dirección de actores. Podemos observar la destacada fotografía de Ari Wegner. Tiene algunos elementos de la tragedia de corte shakespeariano (“Lady Macbeth capaz de matar por el poder).
La historia gira en torno a Marlo (Charlize Theron, “Rápidos y furiosos 8, “Atómica”), madre de dos hijos: Sarah (Lia Frankland) y Jonah (Asher Miles Fallica), en la actualidad se encuentra con licencia por maternidad y pronto llegará su tercer hijo. Por su lado, Drew (Ron Livingston, “La quinta ola”), su marido, trabaja y la ayuda un poco, por las noches se recuesta y juega a los videojuegos. Ellos perdieron la magia, la pasión quedó en el olvido y están al borde del colapso emocional, tal vez mas ella, las hormonas femeninas se revolucionan un poco más. Cuando nace la bebe Mia, ella termina aceptando el regalo ofrecido por su hermano, una niñera nocturna para que pueda dormir mejor, es aquí cuando aparece Tully (Mackenzie Davis, “Marte”) una joven encantadora, libre, dulce, alegre, de tan solo 26 años que le va a cambiar la vida al grupo familiar. Su desarrollo tiene cierto toque psicológico, el criar a los hijos, cuidar a un bebé que es el centro de atención y ser esposa. Nos habla de la maternidad, de las relaciones conyugales y maternales. Resultan muy interesantes las charlas que mantienen Tully y Marlo, bien intimista, donde desnudan ciertas situaciones, como lo que tuvo que dejar para ser madre, entre otros temas, pero Tully la va llevando a que se sienta más libre y varios pasajes te va llevando a la reflexión. Este film cuenta con la tremenda actuación de la gran actriz Charlize Theron, quien para esta interpretación aumento más de 20 kilos y no se ve para nada atractiva. Anteriormente se la pudo ver en Monster: Asesina en serie” (2003), otra actuación en la que no lució tan bella y que le permitió ganar su primer Oscar. El elenco secundario acompaña muy bien, tiene buenos climas, una buena paleta de colores, tonos melancólicos, un humor sutil y con una vuelta de tuerca al final. Se encuentra dirigido por Reitman el mismo de: “Gracias por fumar”, “La joven vida de Juno”, “Amor sin escalas”, entre otras.