EL CONJURO QUE NO NOS HECHIZA Esta segunda entrega no atrapa ni perturba como la primera, ya que no tiene un caso paranormal que erice nuestro alma, que nos lleve al mismísimo infierno, ese infierno que los Warren describen. En esta oportunidad Ed y Lorraine Warren viajarán al norte de Londres, en los años 70, para ayudar a una madre que tiene a su cargo cuatro hijos y que vive sola con ellos en una ominosa casa que por supuesto tiene una gran presencia demoníaca La primer media hora resulta lenta y predecible. Y solo el “susto” llega con muñecos que se mueven o puertas que se cierran. Cabe destacar los detalles de la época, que están muy bien logrados. Y ver “homenajes” de James Wan para el film “El Exorcista”. Subo dos puntos por las actuaciones de todos, Vera Farmiga (Lorraine), Patrick Wilson (Ed), logran grandes interpretaciones, en la piel de los verdaderos y extraños Warren. Y especialmente una gran actuación de la pequeña poseída, Madison Wolfe.
ROCKY FOREVER Luego de seis años regresa a la pantalla otra entrega de Rocky, “Creed”. En esta oportunidad se cuenta la historia de Adonis Johnson quien no llegó a conocer a su padre, campeón del mundo de los pesos pesados, el gran Apollo Creed. Adonis lleva en la sangre el boxeo, y deja sus millones y la comodidad de su hogar para ir a Filadelfia, el lugar en el que se celebró el legendario combate entre su padre y Rocky Balboa. Una vez allí, Adonis busca a Rocky y le pide que sea su entrenador. Por supuesto que al comienzo se niega, pero luego son amigos y todo sale bien. Es una película que satisface a los fans, ver a Sylvester Stallone en pantalla grande emociona. Esta película reivindica a Stallone y logra una de sus mejores actuaciones. Por su parte, Michael B. Jordan (Adonis) es una nueva estrella de cine que se luce con una gran actuación que le augura un gran futuro. Hay otra “Adrián”, novia de Adonis, que estará a su lado siempre. Por supuesto que hay algunas escenas predecibles, pero no podía ser de otra manera. El film tiene una hermosa fotografía, y muestra una Filadelfia cálida y gris.
Una película de terror con un muñeco “maldito”… ¿Ya está todo dicho? ¿Sigue causando terror ver a un perturbador muñeco que a veces cambia de locación para aterrarnos? ¿Qué más puede inventarse? Siempre hay algo. El niño, es una película de terror que comienza cuando Greta (Lauren Cohan, a quien recordarán como Maggie en The Walking Dead), acepta un empleo de niñera en un bello pueblo alejado de Inglaterra, una mansión de cuentos de hadas. Cuando llega descubre que el niño es en realidad un muñeco al que tendrá que cuidar como si tuviera vida. Durante 97 minutos habrá sueños en los que la protagonista se despierta sobresaltada, habrá dudas sobre si en realidad tiene vida el pequeño muñeco llamado “Brahms“, sentiremos algo de suspenso, será entretenida, y claro que habrá un vecino lejano que la ayudará, hasta que por fin, llegue el inesperado twist, que hace que la película suba unos puntos. ¿Suficientemente perturbadora? ¿Deja contentos a los fans del género? Tal vez. Pero no es tan aterradora como uno esperaba. No es Chucky, por suerte tampoco es Anabelle, y no todo siempre tiene que ser sobrenatural.
El amor entre dos mujeres, en los años 50 era algo impensado, y con diferencia de edad, aún más. El amor tenía que ser oculto, reprimido, vivirlo en secreto, y hasta como una desgracia. Una historia simple, un guión sencillo pero poderoso, con muy poco diálogo, pero con muchas miradas intensas, que todo lo dicen. Delicada y pasional historia. Therese Belivet (Rooney Mara) es una joven empleada de una tienda de Manhattan que sueña con una vida mejor, mientra toma hermosas fotografías. Un día conoce a Carol Aird (Cate Blanchett), una mujer elegante y sofisticada que se encuentra atrapada en un matrimonio infeliz. Entre ellas nacerá algo más que una conexión inexplicable, bastó solo una mirada. Con una fotografía exquisita, muy estética, y un vestuario que transporta al público a esa bella época, en donde sin celulares, todo era distinto… Se esperaba una carta, un llamado, se revelaban las fotos y la inmediatez no existía. Ahora la poesía se vive en pantalla grande. Cate es una maravillosa actriz que todo puede hacerlo, y todo lo hace supera ampliamente las expectativas. Y por supuesto también es el mejor papel de Mara. Esto es cine.
“Room” es un drama conmovedor, sensible y envolvente. Una pequeña película pero poderosa e intensa. Para Jack, un niño de cinco años, la habitación es el mundo entero: su mundo. Es todo lo que conoce. Nació allí. Su madre fue secuestrada, privada de total libertad. Secuestrada desde los diecinueve años, pero en esa habitación, de alguna manera sobrevivió, y luego llegó Jack, producto de las violaciones de su secuestrador. Basada en el libro de Emma Donoghue, quien también hace el guión y eso por suerte se nota. La película comienza allí, en ese cuarto, y Jack no conoce que hay fuera, pero imagina, sueña, piensa, habla y habla. Solo tiene a su madre. En ese diminuto lugar hay un pequeño televisor y una claraboya que le muestra un poco de cielo, y él no alcanza a comprenderlo. La película se muestra de manera sensible e inteligente, porque a la mitad del film, ellos escapan, una escena de mucha tensión que se traspasa al público, y cuando llega finalmente la libertad, no es nada fácil ni feliz. Muestran como es la vida fuera de ese cuarto, de esa caja, que lo era todo y era nada. Tratan de entender cómo es posible volver a vivir, especialmente para ella, para la joven madre que perdió su adolescencia y juventud. Y es fuerte ver como lo toman sus padres el regreso. Una escena conmovedora también es que el abuelo del niño, no pueden mirar a los ojos al pequeño Jack. Tantas historias de este estilo existen en la vida real, que erizan la piel. “Room” llega al corazón de cada persona. Cabe resaltar varios momentos de la película, como un monólogo de la madre, cuando es entrevistada, y explica que Jack es su hijo, solo es parte de ella, parte de su cordón umbilical, conexión solo con ella, no hay padre, no existe. Es su hijo. Es puro amor. Brillante actuación de Jack (Jacob Tremblay) hace tiempo no se ve a un niño así en pantalla grande, estremece, gran futuro. Y también excelente Brie Larson, en el papel de la madre, que no puede salir adelante, que trata de quitarse la vida, pero que finalmente puede lograrlo gracias a su hijo.
Tres horas que no se sienten. “Los 8 más odiados” es una película muy violenta, fiel a su estilo, Tarantino se supera a sí mismo. Lo que los fans esperaban. Al comienzo los paisajes llenan la pantalla grande, filmada en 70mm, un deleite visual. Puro Western. Doble mérito del director que escribe y dirige esta nueva película que comienza pocos años después de la Guerra de Secesión, en donde se ve que una diligencia avanza a toda velocidad por el nevado paisaje de Wyoming. Los pasajeros, el cazarrecompensas John Ruth (Kurt Russell) y su fugitiva Daisy Domergue (Jennifer Jason Leigh), intentan llegar rápidamente al pueblo de Red Rock, donde Ruth entregará a Domergue a la justicia. Por el camino, se encuentran con dos desconocidos: el mayor Marquis Warren (Samuel L. Jackson), un antiguo soldado de la Unión convertido en cazarrecompensas de mala reputación, y Chris Mannix (Walton Goggins), un renegado sureño que afirma ser el nuevo sheriff del pueblo. Cuando llegan se refugian en la Mercería de Minnie, una parada para diligencias de un puerto de montaña y se topan con cuatro rostros desconocidos: Bob (Demian Bichir), que se encuentra allí refugiado junto con Oswaldo Mobray (Tim Roth), verdugo de Red Rock, el vaquero Joe Gage (Michael Madsen) y el general confederado Sanford Smithers (Bruce Dern). Puertas adentro podría ser una obra de teatro increíble, con mucha sangre. Hay escenas memorables con grandes diálogos, y mucho humor, gags, ironías e indirectas sobre el pasado, presente y futuro. La violencia extrema es la protagonista, muy buen manejo del suspenso durante tres horas. Resulta un poco molesto cuando golpean y maltratan (una y otra vez) a Jennifer Jason Leigh, (una actriz que perturba en escena, personalmente no me gustaba verla en ese papel…) Sobresaliente actuación de Samuel L Jackson, también un placer ver a Kurt Russell, Tim Roth y Channing Tatum que se lucen en sus increíbles personajes (cualquier actor mataría por esos papeles)
Joy Mangano (Jennifer Lawrence) es una humilde trabajadora de Long Island y madre de tres hijos, pero con muchas ideas… solo su abuela fue quién creyó en ella en esa disfuncional familia. Tener una idea es fácil, llevarla a cabo, complejo. Joy inventa un sistema para hacer más eficiente el trapeado del piso (el famoso lampazo), lo patenta, pero la estafan, y nada es justo (la vida no es justa)… Encima todo esto sucede en medio del furor de las ventas telefónicas, en la década del 80. El momento ideal para comprar y comprar sin moverse de casa (Llame YA!) Recuerda al film “Holy Man” (1988), con Jeff goldblum y Eddie murphy (que no envejece), que trata sobre ese mundo y la manera de cómo se debe vender. Podemos decir que luego de 30 minutos “empieza” la película, todo lo que muestran antes, cansa , más allá de que sea para ponernos en contexto de la vida de Joy. Porque todo el film se trata sobre ella, Joy, esta joven muchacha que consigue fundar una dinastía de negocios y se convierte en la matriarca familiar, más allá de la figura de Rudy (Robert De Niro), que no siempre la apoya y contiene. Más tarde aparece el ejecutivo del canal de las ventas telefónicas (Bradley Cooper), con un personaje al cual no le sacaron el jugo, una real pena, podrían haber marcado más características de ese personaje tan interesante, sin que Joy quede opacada. Por supuesto que el film trata de dejar un mensaje: todo puede ser posible y todo requiere de mucho esfuerzo, y también a veces no todo es justo.
NO SOY FAN No soy fan, nunca lo fui. No es mi universo Star Wars, tampoco mi vida, pero desde chica vi pasión, obsesión y emoción en torno a ese inmenso universo creado por George Lucas. Recuerdo a William Shatner decir en un sketxh de SNL “Get a life” y me reí mucho. No hay límites cuando una persona es fan… El cine es pasión. Esta séptima entrega superó las expectativas, no solo de los fans, sino de una persona común, que ve cine, que ama el cine, y que ama la fantasía, la ciencia ficción, y ver en pantalla grande una aventura galáctica única, es emocionante. Esta entrega está repleta de efectos especiales durante los 135 minutos, en donde hay adrenalina, no hay baches, hay humor, peleas bien ensayadas. Hay todo lo que se puede pedirse en este género. Hay guiños para los fanáticos y emoción para las viejas generaciones, en especial al ver a Harrison Ford y a Carrie Fisher, otra vez. (¿Qué habrá pasado que no se vieron por 30 años…?) Y fue así que treinta años después de la victoria de la Alianza Rebelde sobre la segunda Estrella de la Muerte (hechos narrados en el episodio 6: El retorno del Jedi), la galaxia está todavía en guerra y una nueva República se ha constituido, pero una siniestra organización, la Primera Orden, ha resurgido de las cenizas del Imperio Galáctico. La Princesa Leia, con otro peinado (más de abuela) es ahora una General y sigue siendo la reina guerrera de la resistencia. Y Han Solo ha estado por todos lados con su inseparable y fiel amigo Chewie. En esta oportunidad Star Wars, El Despertar de la Fuerza, nos muestra y recuerda a la idea original, la esencia de la saga. Nos encontramos con los héroes de siempre, que luchan ahora en la Resistencia, y se suman nuevos: Poe Dameron, un piloto de caza, Finn un desertor de la Primera Orden y una cuota de humor, Rey, una joven chatarrera que cambiará todo (muy buena actuación en esta joven que promete), y también un BB-8, androide rodante (la cuota de diversión y “ternura”). También se aprecia una excelente actuación de Adam Driver, como Kylo Ren, el nuevo Señor Oscuro, cruel y rencoroso. No analizaré todo técnicamente sobre el film, ya está todo dicho (casi). Lo real es que J.J. Abrams cuidó el universo de su único creador, y brindó al público lo que ellos esperaban… y un poco más.
Nicanor Loreti se atreve a llevar “Kryptonita” a pantalla grande. Ya solo por llevar una película de género, y de ese estilo, es todo un logro, y es una muy buena adaptación del libro best seller de Leonardo Oyola. La historia: la extraña banda de “malandras” de Nafta Súper (Juan Palomino) ingresa a la guardia de un hospital público para que el médico (un tanto perturbado) lo reviva, al poco tiempo son rodeados por las fuerzas policiales que están dispuestas a entrar al lugar. Antes de eso hay historias y diálogos de lo que realmente es Nafta Súperu banda… y así van conociéndose todos los fuertes héroes, con sus grandes y sensibles corazones. Las excelentes e intensas actuaciones hacen que cada personaje sea increíblemente real y serio, e inmediatamente trasladan al espectador a ese ominoso hospital, a esa guardia en donde esa noche todo cambiará. “Cuéntenla como quieran. Que somos dioses, que somos hombres, que somos buenos, que somos malos, pero que quede claro que somos reales”, dice el personaje de Nico Vázquez. Todos están muy bien en su papel, pero hay una brillante actuación de la travesti Lady Di, interpretada por Lautaro Delgado, y también en Diego Cremonesi se ve pasión. Y por supuesto Capusotto, lookeado de Guasón, hace un monólogo justo para él, con niveles de oscuridad diabólica y divertida. Durante 80 minutos “Kryptonita” quiere contar algo y dejará un mensaje. “Kryptonita” podría ser en un futuro una obra de teatro, para deleitarse con las actuaciones. No siempre los superhéroes caen en el primer mundo donde todo está “solucionado”, donde hay que salvar a la humanidad por las grandes amenazas. Estamos rodeados de pequeñas historias con grandes héroes todo el tiempo.
Llegó el final de la trilogía más esperada. Y este es el film más oscuro de todos. Luego de que el Distrito 13 consigue rescatar a Peeta Mellark y ver que ya no es el mismo, comienza de manera contundente el desenlace que pasará por distintas etapas, dando un breve respiro y mostrando muchos detalles que son fieles a los libros. Esta fábula distópica, escrita por la estadounidense Suzanne Collins, cumple las expectativas de los fans, de los verdaderos fans que leyeron los libros. También mucho hay que agradecerle al libro Battle Royale, de Takami, por inspirar todo y a todos, el gran origen (y el libro llegó al cine en el año 2000, siendo la favorita de Tarantino). Jennifer Lawrence, amada en Hollywood (y por todos) logra que Katniss sea una verdadera heroína, y sea inspiración de lucha constante, en cualquier aspecto de la vida, no necesariamente estar dentro de un ominoso reality de guerra y ver morir a los seres queridos. Julianne Moore y Woody Harrelson son grandes personajes y siempre es un placer verlos actuar en el papel que sea, llegando así a los jóvenes también, a las nuevas generaciones. Ver a Philip Seymour Hoffman en pantalla grande, emociona. La historia de amor sigue costando concretarse y además no se siente del todo real el “amor” entre Katniss Everdeen y Peeta Mellark, queda extraña la situación de ellos, pese al final. Siempre se percibe el incómodo triángulo amoroso entre Katniss, Peeta y Gale. Una trilogía que inspiró en la vida real a muchos adolescentes y también luego de estos films apareció Divergente y Maze Runner. Esta última entrega de Los Juegos del Hambre es la de mayor presupuesto y se estima que recaudará más que todas. Tal vez sobran 20 minutos de película o esos minutos son un regalo para los fanáticos. Las tensas secuencias de acción son un deleite, para verlas una y otra vez. Los juegos del hambre parte final, es la más emotiva de todas y resulta ser un poco más reflexiva en sus observaciones de la sociedad, ya que lo que sucede puede trasladarse a realidades inminentes. Un final que no es feliz, que no es color de rosas, pero eso fue permitido por Hollywood y es bienvenido.