Este jueves y sábado (14 y 16 de mayo) llega a Cine.Ar TV la película El Maestro, dirigida por Cristina Tamagnini y Julian Dabien. A partir del viernes 15 estará disponible a través de Cine.Ar Play. Inspirada en la historia de Eric Sattler, la trama se centra en Natalio (Diego Velázquez), quien trabaja como maestro en una escuela ubicada en un pueblo del noroeste argentino. Sus días transitan con normalidad, a simple vista, hasta que un día reaparece Juani, un amigo de su pasado. El pueblo, automáticamente, comienza a mirar con malos ojos la llegada de este extraño. Los rumores y molestias con respecto a la sexualidad del docente comienzan a acentuarse, sobre todo cuando éste decide dejar la vivienda de su madre e irse a vivir con el susodicho. Es así que todos comienzan, poco a poco, a alejarse de Natalio y a juzgarlo por su “estilo de vida”. La trama no se centra en la sexualidad en sí de Natalio, sino que pone especial énfasis en la discriminación que sufre él por esto. “Pueblo chico, infierno grande” es un refrán por demás conocido y que resume en gran parte esta película. Todos, incluso sus personas más cercanas, deciden darle la espalda al docente cuando “sale a la luz” su sexualidad. Es así que El maestro apunta también hacia el silencio de las demás personas, sus más allegados, frente a los actos de injusticia contra Natalio. El maestro es una historia sencilla que logra hablar sobre la homosexualidad y la homofobia sin caer en golpes bajos. La trama no cuenta con grandes sobresaltos, desde un principio se logra anticipar que ocurrirá en cada escena. Tampoco se busca impactar al espectador con un morbo innecesario, muchas veces visto en estos tópicos, simplemente se enfoca en contar la historia sin más. Es por esta sencillez que El maestro resulta una historia emotiva, sin esforzarse en serlo. Cristina Tamagnini y Julián Dabien tampoco pasan por alto otras situaciones de violencia que resultan moneda corriente en una sociedad patriarcal. Si bien se hace poco énfasis (porque la trama apunta a la historia de Natalio), la violencia de género también es un tema presente dentro de esta historia, aunque sea casi ínfimo, pero no menos importante, el espacio que se le da. Sin caer en los típicos golpes bajos, muy presentes en este estilo de tramas, El maestro nos muestra, sin exagerar ni minimizar el tema general, una realidad que aún está presente en la Argentina, y en el mundo, donde las personas continúan siendo discriminadas por su orientación sexual.
Este jueves llega a la plataforma de streaming Cine.Ar Play y a Cine.Ar TV Las furias, una película dirigida por Tamae Garateguy. Se trata de una adaptación de su corto homónimo. La trama se centra en Leónidas, un joven huarpe destinado convertirse en el jefe de su comunidad, y Lourdes, una joven que sufre constantemente de maltratos, tanto físicos como psicológicos, por parte de su padre. Por obra del destino, los caminos de ambos terminan cruzándose. Dándoles la espalda a todos los mandatos impuestos por sus respectivas familias, los jóvenes, con todos los pronósticos en su contra, deciden comenzar una relación, al mejor estilo Bonnie y Clyde. La historia fluctúa todo el tiempo entre el presente y el pasado de ambos protagonistas. ¿Cómo llegaron adonde están hoy? ¿Cuál es la historia real de cada uno de ellos? Las incógnitas que van surgiendo a lo largo de la trama son muchas, y, desgraciadamente, las respuestas que se obtienen son pocas. Recién hacia el final de la película se logran comprender, realmente, todos los puntos que unen a los distintos personajes. El resultado, sin embargo, resulta forzado y poco verosímil. La mayoría de las situaciones (aunque podemos exceptuar el drama romántico en un sentido general) resultan no sólo exageradas sino que carentes de sentido. Por momentos, la trama se percibe como una especie de conjunto de escenas sueltas, sin contexto alguno, que están unidas entre sí sólo por obra de la edición. En un comienzo Las furias se siente una suerte de policial con aires de western. Con el correr de los minutos parece que estamos frente a un drama romántico. Hacia el final, la historia se vuelca hacia una suerte de terror. Finalmente, la trama no termina de acentuarse en ningún lado. Vacila innecesariamente entre los distintos géneros, sin un sentido en concreto. Nada parece justificar esta elección. Desde las situaciones generales, hasta, incluso, las actuaciones, cada punto en Las furias se siente extremadamente exagerado y forzado, quitándole casi por completo la veracidad al relato.
Llega a Cine.Ar Homeless, una comedia negra animada, coproducida por Chile y Argentina. Está dirigida por José Ignacio Navarro Cox, Jorge Campusano y Santiago O'Ryan. Antes de comenzar, Homeless nos advierte que es una película que “ofende a todos por igual”. Y es así, a lo largo de toda la trama, la película explota al máximo el humor negro: provoca a casi todos los colectivos por igual. Si bien, mayormente, consigue hacerlo de una manera ácida, pero inteligente, por momentos abusa del uso de estereotipos. Estereotipos que parecen sacados de una sitcom de finales de los 90, inicios del 2000. Por ende nos encontramos con personajes como el nerd “gordo, con anteojos y repleto de granos”. La película nos presenta a un grupo de nerds (en realidad sólo podemos ver a uno) que buscan liberar a las personas de los grandes bancos y corporaciones. Es así que organizan un ataque ciberterrorista para robar todo el dinero de las cuentas bancarias a nivel mundial y terminan desatando la peor crisis económica de la historia y un fuerte estallido social. Al finalizar el plan, son traicionados por un malvado ratón que pretende apoderarse del pendrive en el cual almacenaron todo el dinero y los datos. Para restablecer el viejo sistema capitalista que regía hasta entonces, un grupo de homeless (que previamente luchaba por derrocar dicho sistema) trabajará en conjunto con un niño “blanco y rico”, quien terminó, por casualidades de la vida, con el mágico pendrive en sus manos. A lo largo de su aventura deberán hacerle frente al malvado ratón, quien controla al “Escuadrón de la felicidad”, una suerte de stormtroopers con simbologías nazis que atacan a quienes se interpongan en su camino. Poco a poco, se nos irá mostrando quién es realmente este malvado ratón y a quién responde. Si bien desde un comienzo son obvias las referencias, una vez develada la identidad del verdadero villano, todas las cartas quedan expuestas sobre la mesa. Si bien la mayor parte del tiempo se nos presenta un humor ácido manejado de una manera bastante inteligente, el peso de los chistes decae a causa de la sobreexplicación a la hora de los remates. No sólo aclaran de qué va el chiste en cuestión, sino que, además, en algunos momentos, lo exageran al máximo. Finalmente, la propuesta termina subestimando la inteligencia del espectador. Homeless es una comedia ácida bastante inteligente y con buenos momentos. Sin embargo, su humor se ve opacado por la sobreexplicación y la exageración en la gran mayoría de sus chistes. Los estereotipos que reproduce atrasan al menos 10 años.
En medio de la pandemia del coronavirus y el cierre de cines como consecuencia, Cine.Ar dispuso su plataforma para que las productoras puedan estrenar ahí sus películas. Es así que, a partir de este jueves, se podrá conseguir on demand Lo habrás imaginado, la nueva película de Victoria Chaya Miranda. Lo habrás imaginado es un policial focalizado en la trata de niños, protagonizado por Carlos Portaluppi, Mario Pasik y Diana Lamas. Este policial con tintes políticos nos presenta a Abril (Lamas), cuya vida comienza a desmoronarse con la aparición repentina de Ángel (Pasik), su tío, y Guillermo (Portaluppi), un compañero de facultad con quien mantenía una relación muy cercana. Poco a poco se nos irán revelando los secretos que se esconden detrás de estos personajes y las verdaderas intenciones de cada uno de ellos. Guillermo, quien cuenta con un puesto muy alto en el Estado, está investigando a Ángel, dueño de una fundación que promete ayudar a las personas más vulnerables de cualquier rango etario. Dicha fundación parece tener múltiples verdades ocultas que amenazan con salir a la luz: la trata de niños, el abuso a estos y el narcotráfico (aunque este último punto se pasa completamente por alto). Si bien la película pretende ser un policial respecto a la trata de menores, la realidad es que, justamente, la parte “policial” es la que termina haciendo agua por donde se la mire. Su costado político tampoco resulta muy eficaz: deja más dudas que certezas. Lo habrás imaginado se esfuerza tanto en tocar múltiples temas (y al mismo tiempo unir cada uno de ellos) que las ideas no se terminan de cerrar. Finalmente quedan decenas de cabos sueltos. El fuerte de Lo habrás imaginado está puesto en el abuso a menores, sobre todo en los abusos que se dan en el seno familiar. Es ese punto en donde más se remarca la tensión y el drama en la película y donde más se logra captar la atención del público. Lo habrás imaginado cuenta con buenas ideas que finalmente no logran ser llevadas a cabo de una manera eficaz. Intenta abordar tantos temas que se queda a mitad de camino en cada uno. Aun así deja un importante mensaje sobre los abusos intrafamiliares y cómo son usualmente invisibilizados.
Disney y Pixar presentan Unidos (Dan Scanlon, director de Monsters University), una nueva aventura animada que nos emocionará, nos hará reír y, por supuesto, nos dejará un mensaje hacia el final. Tom Holland y Chris Pratt son los encargados de darle voz a la dupla protagónica. Hace mucho tiempo atrás el mundo estaba repleto de criaturas mágicas: elfos, unicornios, hadas, centauros, magos, etc. Cada una de ellas aportaba lo necesario para poder vivir sin problema alguno. Claro que el tiempo lo cambia todo. El avance de la tecnología hizo que sus poderes especiales ya no fueran necesarios para la vida cotidiana. Ahora, en un mundo repleto de aparatos que básicamente hacen todo por nosotros, pasaron a ser simples criaturas semejantes a los seres humanos. Es en este mundo mágico pero a la vez mundano que nos encontramos con Ian (Tom Holland), un adolescente inseguro, y su hermano mayor, Barley (Chris Pratt), un rebelde sin miedo a nada. En el cumpleaños del menor, la madre les hace un regalo muy especial: su padre, antes de fallecer, les dejó un bastón de mago. Dicho artefacto permitirá que sus hijos lo traigan nuevamente a la vida por un día. El hechizo finalmente no sale de acuerdo a lo planeado: sólo consiguen traer la mitad del cuerpo de su padre. Es así que estos elfos se embarcarán en una aventura semejante a una partida de Calabozos y Dragones, con el objetivo de conseguir una gema especial y así poder finalizar el encantamiento de una manera eficaz. La dupla protagonista es el corazón de la película. Ambos personajes, completamente opuestos en todos los aspectos, se complementan a la perfección. Es fácil ponerse en lugar de ambos, por más que los dos tengan ideas contrarias. En ningún momento se da a la posibilidad de juzgar a ninguno de ellos por sus acciones/decisiones. Los personajes secundarios, por su parte, otorgan dinamismo a la historia y funcionan como puntapié para las situaciones cómicas. Como siempre ocurre en las producciones realizadas por Disney-Pixar, Unidos (al igual que sus antecesoras) busca dejar un mensaje para toda la familia. En esta ocasión apunta a la importancia de la unidad, el compañerismo, la hermandad, los lazos familiares, a la resiliencia. A nunca darse por vencido aun cuando todo parezca estar perdido. Es así que nuevamente estamos frente a una historia “para chicos”, pero con guiños que llegarán al corazón de los más grandes. Aunque pueda verse algo floja si la comparamos con otras de las producciones de Disney-Pixar (tengamos en cuenta que sus últimas entregas fueron Los Increíbles 2, Toy Story 4 y Coco), Unidos es una aventura entretenida con un equilibro perfecto entre la comedia y la emotividad. Unidos es una película entretenida y emotiva, con un importante mensaje respecto a la unidad, el compañerismo y los lazos familiares. PD: ¡No se olviden de tener pañuelos a mano!
Harrison Ford protagoniza El llamado salvaje, la nueva película dirigida por Chris Sanders (Cómo entrenar a tu dragón). Es una historia basada en la novela homónima de Jack London. La película nos ubica en la época de la fiebre del oro en 1890. Buck (una especie de San Bernardo gigante) vive una tranquila vida en California junto a una familia adinerada. Una noche, tras ser obligado a dormir afuera luego de arruinar un importante almuerzo, es raptado y llevado a un lugar muy lejano: Yukón, Alaska. Allí, tras vivir múltiples situaciones de maltrato, es comprado por unos carteros para tirar de un trineo y trasladar la correspondencia. Luego de una serie de eventos desafortunados, Buck finalmente pasa a manos de John Thornton (Harrison Ford), un ermitaño con problemas de alcoholismo, con quien conecta de inmediato. Ambos iniciarán una aventura que los ayudará a dejar atrás el pasado y sacar lo mejor de ellos mismos. Claro que no todo es color de rosas, la historia cuenta con un particular villano (encarnado por Dan Stevens) que buscará constantemente vengarse de la dupla protagonista. Como la mayoría de los relatos que nuclean animales (en especial cuando lo hacen con perros), la trama constantemente cae en golpes bajos. El llamado salvaje busca, básicamente, en cada escena, la lágrima fácil del espectador. El problema es que las escenas en donde se apoyan para esto presentan una fórmula tantas veces vistas que hace que se vuelva fácil anticipar lo que va a ocurrir (y por ende estar “preparado psicológicamente” para ese impacto dramático). Si bien el trabajo realizado con CGI respecto a Buck (el can está hecho completamente por computadora) es excesivamente minucioso, la realidad es que es este punto el que, justamente, le quita casi por completo la verosimilitud al relato. Al igual que ocurrió con la nueva adaptación de El rey león, por mejor que estén realizados los animales a simple vista, estos carecen completamente de algún tipo de emoción. Sus expresiones, por mucho que se adaptan a las reales, resultan, en casi todo momento, exageradas y artificiales, siendo así difícil creer en lo que vemos. El llamado salvaje no logra explotar ni en el drama ni en la comedia. Es una aventura que se queda a mitad de camino. El trabajo en CGI, por más minucioso que sea, le quita casi por completo la verosimilitud al relato. Ni la presencia de Harrison Ford ayuda a mejorar la experiencia.
William Eubank (Love, The Signal) continúa enfocado en los thrillers orientados a la ciencia ficción. Esta vez nos presenta Amenaza en lo profundo, una película protagonizada por Kristen Stewart, T.J. Miller y Vincent Cassel. Ya es moneda corriente el fanatismo de Hollywood hacia las (mega)producciones que se encaprichan con extrañas criaturas que amenazan con acabar con la vida de pobres e indefensas personas. Existiendo tanta oferta en este aspecto es inevitable no caer en las, muchas veces odiosas, comparaciones. En esta ocasión el paralelismo entre esta película y Alien es más que evidente. Claro está que ésta última supo sobrevivir al paso del tiempo y consagrarse como un clásico. Luego de que un extraño terremoto destruyera casi por completo una estación ubicada en lo más profundo del océano, un grupo de investigadores de Indutrias Trian deberá utilizar toda su fuerza (tanto física como mental) para poder llegar a otra instalación subacuática, la cual cuenta con unas cápsulas especiales que los enviarán de retorno a la superficie. A los pocos minutos de ¿aventura?, este grupo liderado por la mecánica Noah (Kristen Stewart), pese a que el capitán del equipo es Lucien (Vincent Cassel), descubrirá que no está sólo. Es por demás sabida la frase de que “el ser humano conoce sólo un 5% del océano”, entonces ¿qué criatura extraña y desconocida estará acechando y amenazando la vida de estos investigadores? Amenaza en lo profundo intenta abarcar múltiples géneros, desde ciencia ficción y suspenso hasta acción y terror, pero finalmente no logra enfocarse en ninguno específico. Por unos segundos la trama también intenta realizar una crítica hacia cómo los seres humanos destruyen todo lo natural que está a su alcance. Este punto finalmente queda más como un comentario (completamente forzado) al pasar que como algo en lo que realmente se quiera ahondar. La trama es completamente previsible y cae en cada clisé habido y por haber. Desde la explosión, que ocurre en los primeros minutos, es fácil anticipar qué pasara a cada segundo (inclusive qué personajes nos acompañarán hasta el final y cuáles se quedarán a mitad de camino). El hecho de que todo lo que se muestra sea tan obvio hace que la historia en sí se vuelva completamente tediosa. Ni siquiera el hecho de que la película dure sólo 95 minutos hace que no se sienta larga .
Luego de su paso por diversos festivales internacionales, como el de San Sebastián, llega a los cines El príncipe. La ópera prima de Sebastián Muñoz está basada en la novela homónima del escritor chileno Mario Cruz. El relato nos ubica en Chile en 1970, poco antes de que Allende asuma la presidencia. Inmediatamente conocemos a Jaime, un veinteañero, que ingresa a prisión tras acuchillar a su mejor amigo (y enamorado). En la cárcel conoce a El Potro, un hombre mayor, con quien inicia automáticamente una relación sexoafectiva. Las cosas, claramente, no serán sencillas. La vida dentro de la cárcel es hostil. “El príncipe”, como lo apodan apenas entra al penal, deberá entender los códigos de este lugar para poder sobrevivir y, de paso, mantener a salvo a sus más allegados. Si bien Muñoz hace hincapié en la vida dentro de la cárcel y la crudeza de la misma, el verdadero eje de El príncipe está puesto, principalmente, en el amor y las relaciones interpersonales que se generan entre los reclusos. La lealtad, la identidad y la venganza también serán temas en los que se detendrá la trama. Sebastián Muñoz no se queda sólo en lo superficial de la prisión, como las riñas, la violencia, el abuso (tanto por parte de los mismos reos como de las autoridades), sino que nos lleva a un viaje sobre el autodescubrimiento tanto sexual como romántico. La fotografía de El príncipe nos sumerge de lleno en el mundo de la cárcel, nos hace sentir parte, como si fuésemos nosotros los que estuviésemos ahí adentro. Los planos generan un ambiente de encierro, un clima asfixiante, claustrofóbico. Es este mismo clima el que nos mantendrá tensos y expectantes desde el primero hasta el último segundo. El único momento en el que “salimos” de la prisión es cuando la trama nos lleva, mediante flashbacks, a la vida del protagonista antes de ser detenido. Sebastián Muñoz construye un relato eficaz, sólido. Logra tocar diversos temas en cuestión de minutos y desarrollar cada uno de ellos sin dejar cabos sueltos. Las actuaciones son sobrias. Los actores conectan inmediatamente entre ellos, convenciéndonos de la veracidad de todo lo que se muestra. El príncipe es un relato crudo, realista, que nos invita a conocer la vida dentro de la cárcel, más allá de lo que muestran las producciones más comerciales.
En su debut como directores, los cineastas Nick Bruno y Troy Quane presentan Espías a escondidas, la nueva comedia animada de Fox- Disney, que cuenta con las voces de Will Smith y Tom Holland. Lance Sterling (Will Smith) es el mejor espía del mundo. En una de sus tantas misiones, las cosas no salen de acuerdo a lo planeado. El villano Killian (un temible traficante de armas) suplanta su rostro para inculparlo en el robo del arma más letal de todas, un artefacto que puede acabar con cualquier cosa (o persona) que se le cruce por el camino. Es así que este reconocido agente termina dándose a la fuga de las autoridades en procura de demostrar su inocencia y de detener a este malvado que pretende acabar con la vida de todos los agentes de seguridad de los Estados Unidos. Claro está que las cosas no serán tan sencillas. Sterling acude inmediatamente a Walter (Tom Holland), un joven “freak” fanático de los inventos extravagantes (como bombas de glitter que recrean la figura de gatos), al cual acababa de despedir. Luego de un pequeño incidente con uno de los experimentos de este científico, el aclamado agente termina convirtiéndose en una paloma. El hecho de que ambos personajes pertenezcan a dos mundos/estilos completamente opuestos (adulto/joven, extravagante/introvertido, aclamado/ignorado), los llevará a las situaciones más estrafalarias y bizarras. La dupla Lance-Walter es más que efectiva. Pese a que, a simple vista, tienen una relación de “amor-odio” que los hace ver incompatibles, aprenderán constantemente el uno del otro. La diferencia marcada entre ambos personajes es el punto clave para explotar al máximo el humor de la película. Espías a escondidas es una película dirigida (principalmente) al público infantil. Nick Bruno y Troy Quane parecen tener bien en claro este punto. Es así que construyen un relato en base a simples gags, chistes sencillos como algunos un poco más elaborados, fuertes colores y detalles bien cuidados en cuanto a la animación. También tienen en cuenta colocar una banda sonora potente (que sabe explotar en momentos determinados) y escenas de acción dinámicas. Espías a escondidas no es una película que resalte por sobre las demás animadas infantiles. Cae en la mayoría de los lugares comunes de éstas (desde sus personajes, hasta las diversas situaciones a las que se enfrentan nuestros protagonistas). El final además resulta más que previsible. Aun así, es una película que cumple con su objetivo: entretener. Y es ahí donde está su fuerte. No sólo tiene gags que atraparán a los más pequeños, sino que también le sacará múltiples carcajadas a los más grandes.
Es incontable la cantidad de mujeres que, en algún momento de su vida, fueron víctimas de alguna situación de acoso/abuso. Uno de los lugares más comunes en donde sucede esta vulneración sobre el cuerpo de la mujer es en el ámbito laboral. Michal Aviad, que previamente dirigió Invisible (film en el que habla sobre una violación), eligió la ficción para retratar esta situación. Orna, mujer casada y con tres hijos, consigue un nuevo trabajo como asistente de un importante empresario del rubro de bienes raíces. No sólo este nuevo empleo la ayuda a salir de su zona de confort (algo que deseaba), sino que además cuenta con una remuneración lo suficientemente alta como para ayudar a resolver la crisis económica de su familia. Todo parece ir sobre ruedas hasta que su jefe, Benny, comienza a mostrar otras intenciones con ella. En un comienzo son sólo “pequeños” comentarios acerca de su vestimenta, pero, poco a poco, las intenciones de este hombre dejarán de ser tan sutiles. Claro está que Orna vive en una sociedad (mundo) completamente machista. Por mucho que le explique a su jefe que se siente incómoda con sus actitudes completamente fuera de lugar, éste hace oídos sordos y se lo toma como si de un juego se tratase. El acoso es un drama que refleja la situación de vulnerabilidad a la que miles de mujeres deben enfrentarse en su día a día. Y no sólo pone el foco en la situación del acoso en sí (llamarlo sólo acoso es minimizar realmente lo que vive la protagonista), sino todo lo que rodea ese hecho, como el descreer (o ningunear) siempre de la palabra de la víctima. Una vez más, la mujer deja de ser la víctima para pasar a ser la victimaria. Michal Aviad evita caer en golpes bajos a la hora de relatar la historia. No necesita convertir la trama en un melodrama, la historia en sí es tan real y tan “moneda corriente” que con eso basta y sobra para poner la piel de gallina y generar impotencia frente a lo que se ve. Sin caer en golpes bajos, El acoso es un drama que logra mostrar de una manera sencilla pero eficaz una de las tantas situaciones a las que las mujeres deben enfrentarse en su día a día. No sólo muestra cómo son vulneradas en ambientes que deberían ser seguros, como el laboral, sino también cómo para la sociedad siempre son ellas las culpables.