El realizador Jean-Francois Richet tiene una prolífica carrera en el cine de acción y ha llegado a dirigir la remake de Asalto en el precinto 13, el clásico de John Carpenter. Como buen conocedor del género, sabe cuáles son las convenciones y los estereotipos con los que se debe trabajar para lograr, claro, el impacto en el público. Algo que logra efectivamente en Alerta Extrema, Plane, en el original, una propuesta que tiene en rol protagónico a Gerard Butler. Lo interesante de la película, independientemente que podemos luego hablar de cómo se apropia de cuestiones políticas y las dibuja con trazo grueso, muy grueso, es ver cómo se detiene el guión, de Charles Cumming y J.P. Davis, para presentar a su héroe y a todos los personajes que se subirán al avión que piloteará Butler. En una primera instancia, y dialogando con el espíritu de época, Richet nos sumerge en el universo de Brodie Torrance (Butler) capitán de vuelo que llega algo tarde a subirse a lo que significaría su último viaje antes de tomarse unas vacaciones con su hija Daniela (Haleigh Hekking) con quien no comparte tiempo hace mucho rato. Es fin de año y se supone que en un vuelo de esa época nadie viajaría, o sí, tal vez aquellos que aprovechan lo barato de los vuelos por, justamente, las festividades que terminan y comienzan un nuevo año. Pocos pasajeros suben, pero, como esto es una película de género, un presidiario (Mike Colter) custodiado es parte de los viajeros a pesar de la reticencia de Torrance de que se suba a su idílico viaje. Como toda película de género, a los pocos minutos de iniciado el vuelo todo se desmadra y el avión, que debía llegar a Japón termina llegando a una isla de las filipinas llamada Jolo, en donde la milicia disidente tiene el control. A partir de allí la travesía de Torrance y los suyos por lograr llegar a destino mientras lucha a capa y espada con los lugareños. Lo interesante de la propuesta, independientemente de todos los lugares comunes y escenas trilladas que utiliza, es su capacidad para generar tensión y suspenso desde lo ya conocido, y es en gran parte al carisma de Butler y compañía, pero principalmente del escocés, a quien ya vimos salvar de terroristas al Capitolio, la Casa Blanca y ahora, una tripulación completa de una avión. Alerta Extrema tiene todo lo que uno espera de una película de Butler, sumando buenas actuaciones secundarias y sorpresas en el cast como Tony Goldwyn, un rostro recurrente de Hollywood de los noventa a quien odiamos desde su papel en Ghost, como aquel que entregó a Patrick Swayze al más allá. Para pasar una jornada intensa en el cine y ver a Butler convertirse, una vez más, en nuestro héroe preferido de acción.
Aterrizaje forzoso. Alerta extrema (2023) es una película de acción, dirigida por el realizador francés Jean-François Richet y protagonizada por Gerard Butler, Mike Colter, Tony Goldwin, Daniella Pineda y elenco. Su estreno es este jueves 26 de enero en salas de cines argentinos. La trama nos cuenta acerca del experto piloto Brodie Torrance (un convincente Gerard Butler en modo action hero), quien debe realizar un complicado aterrizaje cuando al avión que maneja lo alcanza un rayo. Obviamente, con los pasajeros del mismo en estado de shock y con miedo, la nave termina varada en una isla en el archipiélago de Sulu, una zona de Filipinas donde la ley no rige y que casualmente se encuentra en un estado de sitio y destruida tras una guerra. Es entonces cuando Brodie deberá tratar de sobrevivir en un destino ignoto y peligroso, y también salvar, en su calidad de piloto, al grupo de 14 pasajeros. El responsable de Alerta extrema, Jean-François Richet, es un todo un especialista en un tipo de cine de acción, contundente y sin medias tintas. Suya es Masacre en la cárcel 13 (2005), acertadísima remake del clásico setentoso de John Carpenter, con Ethan Hawke y Laurence Fishburne. También la épica francesa criminal Mesrine: instinto de muerte (2008), con Vincent Cassel. Sus realizaciones están llenas de estilo, ritmo frenético y carismáticos personajes, más que nada en la figura de antihéroes o simples mortales en situaciones complejas e inesperadas. Volviendo a Alerta extrema, la película que nos compete, se la puede ubicar dentro del género de acción, pero también en los subgéneros de cine catástrofe y su posterior supervivencia. Confiado por su amplia experiencia en la aviación, Torrance se cree capaz de poder pilotear sin problemas, a pesar de que el pronóstico meteorológico anuncia que una gran tormenta eléctrica se avecina en la ruta de viaje. Luego nos enteraremos que sus ganas son consecuencia directa de su pasado: expulsado de una importante línea aérea tras golpear a un pasajero, su camino profesional quedó prácticamente sentenciado al fracaso o con pocas expectativas de crecimiento. El duro percance que le toca vivir lo pondrá en un lugar de salvador que no esperaba a esta altura de su vida. Lo ayudará en su difícil tarea uno de los pasajeros, Louis Gaspare (Mike Colter, el actor protagonista de Luke Cage, la serie de Marvel), quien está siendo extraditado hacía Estados Unidos tras cometer un asesinato y quien posee bastante experiencia con armas y cargamentos. Alerta extrema es un verdadero y noble entretenimiento. De justa duración, solo 107 minutos sin respiro, nos ofrece una historia interesante, violenta por momentos, humana por otros y con un gran protagonista, el británico Gerard Butler. Un auténtico aterrizaje forzoso y con bastante rigor.
Que se puede esperar de un filme cuyo titulo es “Alerta Extrema”, en idioma original es “Plane” (Avion) cuyo protagonista es Gerard Butler, que no sea una de acción en que los buenos deben ganar. Todo transcurre en la víspera de navidad, por lo cual el avión va con solo 12 pasajeros, antes nuestro héroe por teléfono habla con su hija y le promete que llegará a tiempo para los festejos. El director Jean-Francois Richet, constituye el caos violento con una capacidad sorprendente, proveyendo a las escenas de acción una coherencia en relación al espacio y al tiempo de ejecución, que las hace auténticamente excitantes, especialmente una escena de lucha cuerpo a cuerpo filmada en una sola toma en la que Brodie y un terrorista luchan a muerte durante varios minutos, que sirve además para saber quien es quien. El filme se va construyendo a partir de una estructura narrativa
Alerta extrema: la catástrofe después de la tormenta La película protagonizada por Gerard Butler satura tanto los niveles de irrealidad que la gracia acaba por colarse de manera tan inevitable como bienvenida. ¡Ah, el cine catástrofe! Terremotos por acá, desastres climáticos por allá. Edificios que se incendian, aviones (muchos aviones) haciendo equilibrio entre “me caigo” y “no me caigo”. El actor escocés Gerard Butler ya había atravesado anteriormente varias de estas contingencias, pero hasta ahora nunca había estado en un avión que se cae. Bueno, dicen que para todo hay una primera vez. Y es que de eso se trata, al menos al principio, Alerta extrema. Acá Butler es el capitán Torrance, piloto de una aerolínea para la que realiza vuelos por las rutas del sudeste asiático y el Pacífico. Es la víspera de año nuevo y el capitán le promete a su hija, que vive en California, llegar a tiempo para brindar. Pero primero debe hacer un viajecito a Hawai que lo llevará a sobrevolar una tormenta, obligado por la compañía, para quienes un desvío equivaldría a un sobrecosto de varios miles de dólares. Como corresponde, la cosa no tarda en salir mal. Igual que otras películas de accidentes aéreos, como El vuelo (2012) o Sully (2016), dicha contingencia es apenas un aperitivo para los problemas que se desatarán luego de la misma. A diferencia de los trabajos de Robert Zemeckis y Clint Eastwood, respectivamente, donde todo derivaba en entuertos legales tan insensatos como graves para sus protagonistas, acá el capitán Torrence, su tripulación y los pasajeros deberán enfrentarse a cuestiones más prosaicas. Porque quienes sobrevivan al impacto en una isla perdida en el inmenso mapa del océano, pronto descubrirán que ahí tampoco están a salvo. Aunque Alerta extrema parte de presupuestos cuya sumatoria potencia el carácter absurdo del conjunto, debe decirse que la experiencia resulta aceptablemente divertida. La clave para explicar ese moderado éxito reside en que sus responsables manejan el crescendo de sinsentido de manera lúdica. Así, el capitán y sus laderos avanzan sobre la historia que el destino del guión les ha deparado como los personajes de un juego de video, superando niveles de dificultad creciente de manera gradual. Sin embargo, la película nunca llega al saludable extremo de poner en escena detalles que revelen la presencia del humor autoconsciente, que hubiera resultado un buen aporte. Aún así, Alerta extrema por momentos satura tanto los niveles de irrealidad que la gracia acaba por colarse de manera tan inevitable como bienvenida. Además logra que cada segmento funcione bastante bien de forma unitaria. Es decir, Alerta extrema maneja el momento de la catástrofe con buen pulso, dosificando la tensión hasta explotar. Lo mismo ocurre cuando la cosa se convierte en un relato de pura acción. Se trata, en resumen, de una película que logra mantener vivo el querido espíritu de la clase B y, por lo tanto, pedirle originalidad equivaldría a un vanidoso exceso de purismo.
Hay algo del cumplimiento de la promesa empeñada que hace a la satisfacción del espectador. Que el imaginario que la persona se crea a partir de anuncios publicitarios se vea reflejado en la pantalla o que, en el mejor de los casos, el resultado incluso lo supere. Si es así, la propuesta verdaderamente se disfruta. Algo de eso sucede con `Alerta extrema', que ofrece lo que anticipa y no deja margen para el pataleo. Cine pochoclero, ideal para un plan vacacional en familia. Muchos tiros, algo de suspenso, nada de escarceos amorosos. Tensión bien llevada que por momentos -muy pocos, es cierto- lleva a contener el aliento y que dibuja una sonrisa de alivio en el público con el aterrizaje final. Porque la trama gira en torno a un avión, con dos escenarios bien marcados: el del aire, cuando un vuelo comercial de Fin de Año entra en emergencia, y el de la tierra, ya que la nave termina aterrizando en una isla del Pacífico dominada por sicarios que sueñan con conseguir unos cuantos fajos de dólares a cambio de los recién llegados. Gerard Butler, como el piloto, y Mike Colter, como un pasajero indeseado que en la tragedia cobra protagonismo, suplen con su entrega algunos deslices del guion. Que no impiden, por cierto, pasar un rato agradable.
Atento a que no hubo recambio en el segmento “héroe de acción maduro” desde que Harrison Ford perdió la pelea contra su peor enemigo, la osteoporosis, hace un tiempo Gerard Butler decidió tomar la antorcha y recuperar aquellas viejas historias de acción inverosímiles pero disfrutables. En Alerta extrema, el irlandés es Brodie Torrance, un experto piloto capaz de ponerse al frente de una avión de pasajeros aun cuando los radares de clima muestran una terrible tormenta que puede poner en jaque a la aeronave. Si el exterior no pinta bien, el interior mucho menos: entre los pasajeros se encuentra un hombre condenado por homicidio que está siendo extraditado. Con semejante punto de partida, está de más decir que todo lo que puede salir mal, sale mal. Un rayo destruye los sistemas de navegación y comunicación, el criminal queda sin custodia, y un aterrizaje de emergencia deja a tripulación y pasajeros a su suerte en una isla repleta de terroristas, a los que Torrance enfrentará prácticamente solo porque, como bien dice en más de una ocasión: “Son mis pasajeros, o sea mi responsabilidad”. Todo muy lógico y probable. Sin embargo, en este sinsentido radica también la honestidad de la propuesta, que en ningún momento intenta mostrar algo que no es. No habrá conflicto, ni dudas existenciales, ni metáforas sobre el camino del héroe: se trata de sentarse y disfrutar de un vibrante despropósito muy logrado. Jean-François Richet se luce en las escenas de acción, filmadas prácticamente sin cortes (un mal habitual del cine contemporáneo), como también en la tensión que le imprime a las secuencias de catástrofe en el aire. Esto, sumado al carisma del protagonista da como resultante es un film parejo, sin picos que ovacionar pero tampoco momentos para bostezar.
Gerard Butler no es pariente de Liam Neeson, pero bien podrían formar parte del mismo gremio cinematográfico: héroes hasta contra su voluntad. Cuando interpretan a esos personajes que, sin miramiento alguno, ni preocupación por su propia vida, pelean mano a mano, o a balazo limpio contra gente mala, muy mala. En Alerta extrema, Butler es, también, duro de matar. Al margen de entender o no por qué Plane (Avión) en Latinoamérica se tradujo como Alerta extrema, la trama tiene a un piloto de avión comercial, en una aerolínea no de low cost, pero casi, al que cuando debe despegar y se avecina una tormenta en la ruta no le permiten bordearla, porque gastaría demasiado combustible para tan pocos pasajeros. Brodie Torrance -sí, tiene el mismo apellido que el personaje de Jack Nicholson en El resplandor- es de esos comandantes de vuelo amables, que hasta se permite hacer chistes con los pasajeros en situaciones incómodas. Como, por ejemplo, cuando un rayo alcance al avión y deba intentar aterrizar a ciegas, sin ayuda de ningún mecanismo, sea donde sea. ¿El mar? No todo es catastrófico y Torrance y su copiloto Dele (Yoson An, que estuvo en la Mulán con actores), que es padre de familia como él, y que tiene esa típica foto con la familia en un bolsillo, y aunque con riesgos, logran aterrizar. Pero lo hacen en una isla de las Filipinas en la que los rebeldes en contra del gobierno tienen una fuente de recursos inagotable: pedir rescate por cientos de miles de dólares a extranjeros. Ah, lo que no estábamos contando es que entre los pasajeros hay un prisionero, al que llevan a extraditar, esposado. Antes de aterrizar, quien lo custodiaba muere, y veremos si Louis Gaspare (Mike Colter, de la serie de terror Evil) es violento, peligroso o hasta puede ser de ayuda a Torrance, cuando caigan en manos de los rebeldes. Alerta extrema no es una película original por ningún costado desde el que se la mire (los diálogos son, tal vez, quizá, en una de ésas, lo más flojo del guion). Un guion que tiene un poco de cine catástrofe, otro de terroristas rebeldes, y algo de la pareja que debe formarse a la fuerza para poder salir victoriosa, o al menos, no morir en el intento. La acción es trepidante, los combates cuerpo a cuerpo tienen una coreografía precisa. El director francés Jean-François Richet no se volvió loco a la hora de sentarse a editar la película, y no apela a cortes extraños para acelerar el vértigo de las peleas, que por lo general están rodadas cámara en mano y en una misma toma, casi sin cortes. Bueno, es una manera de abaratar costos, como también no rodar en Filipinas, sino enteramente en Puerto Rico. Pero lo que hace que la película cumpla con lo que promete, sin sobrarle absolutamente nada, es el carisma con el que -siempre- el actor de 300 arremete con sus personajes. Le creemos, no queremos que sufra o muera. Piensen con cuántos actores de acción les pasa lo mismo, hagan las cuentas y después me dicen.
Leí en alguna revista americana, la preocupación de los estudios para este fin de año. Muchos de los títulos fuertes de la temporada están programados para más adelante y los dramas fuertemente dominan la cartelera global en vísperas de la entrega de los premios de la Academia. En ese escenario, llegó a salas hacia fin de año (en el norte) y aquí, hace horas, «Plane», el nuevo trabajo del galo Jean-François Richet con los protagónicos de Gerard Butler y Mike Colter (Luke Cage, para los amigos/as!), con miras a ocupar ese espacio transicional en estos días, y concentrar el interés del público adulto. Butler, acordemos, tiene un carrera despareja. Ha irrumpido muy bien en la industria con «300» y a partir de ahí, fue alternando malas y buenas decisiones, pero buscando un posicionamiento propio dentro del rubro «actores masculinos maduros para género de acción». El rey de esa categoría, es, sin dudas, Liam Neeson. Pero hay lugar en el top 3, y ahí Butler la pelea. A veces lo vemos mejor, a veces no tanto. En «Plane», nos encontramos con algunas contradicciones en el guión (basado en una propuesta armada por Charles Cumming -que sabe del tema espías mucho- y J.P.Davis) generadas en virtud del sentido de la propuesta. ¿»Alerta máxima» es un drama (teniendo en cuenta todo lo que sucede en el accidente aéreo), una peli de acción (viendo las secuencias de enfrentamiento con los terroristas) o una de suspenso (la incertidumbre del rescate)? Bueno, ese es el tema aquí. No logro determinarlo. Siento que es un mix de varios géneros y eso le baja el precio al resultado final. Por defecto, Butler hace muy bien de héroe de acción. Pero no es un negado actuando, entonces el film le ofrece un resquicio para mostrar eso, y es así que tenemos algunas escenas donde conocemos más de ese capitán de ese avión que interpreta y ahí es cuando la historia se vuelve menos intensa, y pierde tensión. Porque no hay tiempo, realmente para desarrollar la veta dramática (la peli transcurre a lo largo de medio día) y tampoco se dibujan bien los personajes, dado que en poco más de hora y media, todo tiene que estar resuelto. La trama presenta un vuelo en víspera de Año Nuevo, en Asia, desde Singapur a Hawaii. Es un viaje de unas 6 horas, con pocos pasajeros. Pero al preparar la salida, se le suma a ese grupo, un convicto con su guardia, que es trasladado con escalas, a Canadá. Todo parece normal hasta que el capitán (Butler) mira el estado del tiempo y ve con preocupación seguir esa ruta para llegar a destino. Pero la aerolínea le dice que para ahorrar combustible, (hay pocos pasajeros) debe volar dentro de la tormenta. Los pilotos asumen la tarea y en un toque, todo se complica, reciben el impacto de un rayo y deben aterrizar en una isla, de las Filipinas, dominada por terroristas. Ahí la tripulación deberá organizar a su pasaje para aguardar hasta la llegada de la ayuda, cosa que sucederá, más tarde que temprano. En ese punto, el drama de la caída del avión es reemplazado por la acción de los enfrentamientos con los díscolos de la isla. Los protagonistas se volverán aliados para rescatar a los rehenes mientras otro grupo se prepara para sacarlos de la zona de peligro. Sin anticipar mucho más, para mí, lo más destacable de la película viene por acá. Colter juega con pocas líneas en su libreto y el resto de los pasajeros y crew aportan lo mínimo y menos también. Butler se toma en serio su rol y pone lo mejor para llevar adelante el film. Y si no fuera porque esta no es una cinta de acción pura, lo lleva bien y hace lo suyo, aceptablemente. Sin luces, y desde ya, exclusivamente como pasatiempo de vacaciones. No es «Plane» un producto de alto voltaje. Aunque podría haberlo sido. Quizás con menos drama, más supervivencia y violencia, sería una hija posible a «Die Hard», sin dudas. Pero no. Elige otro camino y… está bien. Los resultados no son lo esperado pero cumple, si tu intención es tomarte un respiro de los dramas en carteleras y mirar algo entretenido para variar.
Alerta extrema (Plane), presenta un vuelo particular de solo 14 pasajeros que al traspasar una tormenta debe aterrizar de emergencia en una isla del Archipiélago de Zulú, una zona sin ley de Filipinas gobernada por criminales. El largometraje está dirigido por el francés Jean-François Richet, quien cuenta con un puñado de buenas películas de acción, como la remake de Asalto al distrito 13, protagonizada por Laurence Fishburne y Ethan Hawke. El presente film está condimentado con muchas escenas violentas, peleas, decapitaciones, apuñalamientos y hasta cabezas aplastadas con martillos gigantes. Todo cuenta para mantener vivos a estos pasajeros por sus dos héroes protagonistas.
2X1 CON GERARD BUTLER Gerard Butler es uno de esos intérpretes que comenzó un camino que parece no tener vuelta atrás, es el camino de los que filman cualquier proyecto que les acercan y van edificando una carrera repleta de malas decisiones. O al menos si no filman todo lo que les acercan, pareciera que así fuera porque todo lo que filman está muy por debajo de lo deseable. Que siempre hay excepciones, claro, y esta Alerta extrema es una de ellas. No es que Alerta extrema sea una gran película, ni mucho menos un proyecto que en los papeles hubiera resultado muy atractivo. Es otra película de acción de las tantas que ha filmado el bueno de Butler, pero que por diversas características y -fundamentalmente- por la mano de su director, se vuelve digna de ver. En verdad aquí tenemos dos películas en una, o si no dos películas, sí al menos dos tramas que hubieran dado material para dos relatos diferentes. Por un lado, un piloto de una aerolínea comercial al que obligan a volar a través de una tormenta para ahorrar unos dólares, y una historia con toda la tensión de los relatos de accidentes aéreos. Por el otro, una vez que el avión se accidenta y terminan aterrizando de emergencia en una isla, Alerta extrema se convierte en un relato de supervivencia con un grupo terrorista malo-malo a lo Tropic Thunder, que ve un negocio ahí en el posible pedido de rescate de la tripulación. Lo interesante de la película es que estas dos subtramas no solo funcionan perfectamente, sino que ambas están narradas con la solidez que aporta el oficio cinematográfico, cada una con sus herramientas expresivas bien claras. La primera parte es el perfecto retrato del caos de un vuelo condenado al fracaso y la segunda, un film de acción en la vieja escuela, sin demasiados pruritos a la hora de construir villanos unidimensionales. La primera parte, por lo tanto, está rodada haciendo eje en el suspenso y la tensión contenida del espacio cerrado, mientras que la segunda ya es más abierta, en tierra y con el miedo a lo desconocido operando como termómetro. Pero lo más interesante de todo, es que la película está atravesada por un filtro que permite verla con la distancia perfecta como para que nos riamos un poco del disparate que pasa ante nuestros ojos, pero sin que ello signifique un ejercicio cínico de autoconciencia cinematográfica. El artífice de todo esto es, como decíamos, su director, el experimentado Jean-François Richet, quien tiene el logro de haber sorteado con holgura el reto de hacer una remake de un film de culto como Asalto al precinto 13. Richet es un artesano, esa figura necesaria dentro de la industria del cine. Y es básicamente su pericia la que saca agua de las piedras y la que vuelve interesante este cuento, pero básicamente la que logra también una actuación contenida de Butler, quien interpreta al típico profesional experimentado, pero de vuelta de la vida, capaz de cualquier cosa para cumplir con su tarea. Es eso, cine directo, una antigualla, pero muy divertida.
Gerard Butler continúa gestando producciones independientes dentro del cine clase B de acción que hasta el momento ofrecieron propuestas muy irregulares en materia de realización. Emergencia extrema es por lejos la mejor película que ofreció en los últimos años gracias a que pudo reunir un equipo de colaboradores más sólido. Hay dos factores que permitieron que este film sobresaliera con un espectáculo superior a lo que vimos en sus últimos fiascos. En esta oportunidad la dirección quedó a cargo del francés Jean Francois-Richet, responsable de la excelente remake de Masacre en el precinto 13, Blood Father (Mel Gibson) y El emperador de París, protagonizada con su clásico colaborador Vincent Cassel. Otra gran obra de esta dupla que siempre recomiendo es la miniserie Mesrine que narra la biografía de una famoso gánster europeo. Richet a menudo presenta un gran dominio del suspenso y sabe elaborar secuencias de tiroteo y persecuciones emocionantes que contribuyen a ofrecer un espectáculo entretenido. En esta producción se destaca especialmente una secuencia de pelea que parece haber sido desarrollada a través de un plano secuencia que tal vez contó con algún truco de edición. El director tiene claro que esta película no será relevante en la historia del género pero lo ayudó a Butler a ofrecer un producto bien realizado que cumple en entretener al público. El otro acierto fue el casting de Michael Cutler (el Luke Cage del Universo Marvel) quien conforma una excelente dupla con Gerard, cuya química evoca las buddy movie de los años ´90. Un elemento que está muy presente en este film. La última película de Butler, Last Seen Alive, me pareció una bazofia que no se podía recomendar. Con Emergencia extrema se redimió y si les gusta el género en su faceta clase B la van a disfrutar.
Gerard Butler ya se ha entregado al cine de acción y aunque es difícil que alguna vez haga un clásico del género, cada nueva película es un título más que va construyendo una filmografía coherente. Sus películas varían de presupuesto y no hay nunca una pretensión de cine importante. En Alerta extrema, una traducción local para el original Plane que nos lleva al menos treinta años atrás en el tiempo, encuentra el tono y el estilo adecuados que la colocan en la lista de aciertos del actor. Aquí interpreta al piloto Brodie Torrance, un piloto de avión escocés con una carrera previa en la fuerza aérea y un carácter fuerte y decidido que lo ha dejado un poco al margen de las principales rutas. Es un vuelo de rutina con pocos pasajeros, pero a último momento suben a un hombre arrestado por asesinato llamado Louis Gaspare (Mike Colter) que viaja esposado junto al policía que lo custodia. El vuelo debe atravesar una tormenta porque la aerolínea no quiere gastar combustible de más para un vuelo con tan poco pasaje. Todo saldrá mal, claro, y ese será el comienzo de la aventura. Qué los dos protagonistas sean el piloto y el preso ya le da una pista al espectador de lo que vendrá, y sin embargo, y con todas sus situaciones previsibles, la película se abre paso con acción, vueltas de tuerca divertidas y Butler en un papel que le queda perfecto. Tampoco alarga ni una sola de las situaciones, todo se resuelve sin perder ritmo ni agregar situaciones inútiles. Si no tienen al héroe de acción del momento, al menos siempre lo tendrán a él. No sólo sirve como explicación de la película, sino de su carrera actual. Cuando la película tiene que atrapar lo hace. Parece uno de esos films europeos de los setentas y ochentas, cargados de acción inverosímil y estrellas en decadencia. La diferencia es que la acción está bien filmada y Butler está dispuesto a seguir dando batalla.
Gerard Butler es The Last Action Hero. El género es para él lo que el cristianismo para Mel Gibson: dos mesías con una conmovedora fe en el lado más bizarro de la violencia. Pero donde Gibson es un policía moralizador en busca de conversos, Butler es un artesano del cine clase B en busca del escenario donde el cuerpo y el espacio se asimilen y se potencien en una coreografía excesiva y absurda. Plane (Alerta Extrema) es puro realismo sucio hecho de selva, tierra, balas y transpiración, que destila cierta nostalgia retro por una manera de hacer películas antes de que murieran por sobredosis de CGI.
La película del avión con Gerard Butler La película comienza como un relato de tragedias aéreas para rápidamente convertirse en el clásico film de acción protagonizado por el actor de “Agente bajo fuego”. El actor de 300 (2006) y Londres bajo fuego (London Has Fallen, 2016) cada vez se parece más a los astros de acción de la década del ‘80 y ‘90. Historias muy elementales de héroes solitarios contra un grupo de insurgentes (cuyos motivos políticos e ideológicos se desconocen por completo) quienes solitos con sus valores conservadores y reaccionarios deben hacerles frente. Le pasó a Chuck Norris, a Sylvester Stallone, a Bruce Willis…y ahora a Gerard Butler. Las ideas de los guionistas (J.P. Davis y Charles Cumming en este caso, autor de la novela “The Plane”) varían hasta cierto punto, porque la cuestión no es poner al emblemático héroe de acción en otro género sino, darle una vuelta de tuerca al argumento para contar la misma historia de siempre. Eso mismo sucede en Alerta extrema (Plane, 2023), film dirigido por el francés Jean-François Richet, que pone a Gerard Butler en el papel del Capitán de una aeronave que debe transportar a un puñado de pasajeros y a un fugitivo esposado (Mike Colter), quien experimenta una redención personal. Todo parece indicar que, luego de los desperfectos del avión, la historia giraría hacia el relato de catástrofes aéreas (estilo Turbulencia) o secuestros de avión en el aire (Pasajero 57). Pero no, una vez el avión en tierra, el personaje de Butler se calza el arma al hombro y sale a impartir justicia en territorio desconocido. La cosa toma rumbos conocidos con todos los clichés del género. Hay un poco más de producción en las escenas de acción que en los últimos films de Butler que ni siquiera pasaron por salas de cine, pero no mucho más, para una película que será recordada como “la del avión con Gerard Butler”.
Casi podríamos decir que las películas sobre accidentes aéreos, aterrizajes forzosos y cualquier otra situación que pueda ocurrir dentro de un avión son una especie de género en sí mismo. Sin embargo, «Alerta Extrema» (o «Plane» en su idioma original) es una cinta que logra no caer en lugares comunes de este estilo de films y brindarnos un momento de puro entretenimiento y acción. «Alerta Extrema» se centra en Brodie Torrance (Gerard Butler), un piloto de avión que frente a condiciones climáticas extremas se ve forzado a aterrizar la aeronave. Pero esto no será lo peor. Lo que los pasajeros ignoran es que la isla donde terminaron está gobernada por un grupo de rebeldes peligrosos que verán en su llegada una oportunidad para su negocio. Para sobrevivir y ayudar al resto de la gente, el piloto deberá aliarse con un preso (Mike Colter) que va arriba del avión. La película nos propone buenas escenas de acción que se dan constantemente y que se resuelven de manera creativa, mezcladas con un clima de tensión y misterio. En todo momento los personajes están en peligro, sin saber qué va a ocurrir con ellos. Tal vez en su contra podríamos decir que no se profundiza en la vida de cada integrante ni se desarrolla a todos por igual, por lo que algunos secundarios que caen como consecuencia de los enfrentamientos no llegan a importarnos demasiado, generando una desconexión con los mismos. Pero sí tenemos un mayor acercamiento a los protagonistas, conociendo su pasado, la razón por la que toman las distintas decisiones y parte de su personalidad. Pueden haber algunos momentos un poco predecibles, pero esto no impide el disfrute del film. Gerard Butler encontró en el cine de acción una buena veta y una vez más nos regala una buena y creíble interpretación con un hombre dispuesto a todo por sus pasajeros y el deseo de reencontrarse con su familia. Mark Colter hace lo suyo a la hora de ponerse en el papel de aliado de Butler y tomar las armas para cumplir con el objetivo de sobrevivir. A ellos se le suma un grupo variopinto de secundarios, algunos que sobresalen más que otros. Los aspectos técnicos también están logrados, tanto los efectos especiales durante la turbulencia y el aterrizaje forzado al que tienen que recurrir como también la ambientación de esta isla misteriosa y apabullante, donde los protagonistas no saben con qué se encontrarán. Para los que disfrutan de películas sobre aviones, historias de acción y viajes hacia lo incierto, «Alerta Extrema» cumple con los prometido. Un film lleno de suspenso, buenos combates y creativas resoluciones que hacen que esta cinta sea digna de ver.
Lo bueno de las fórmulas, cuando sirven para que se realice una película con el solo objeto de emocionar sin pausa al espectador, es que ese terreno conocido permite que nos relajemos (respecto de la pretensión de la película) y nos tensemos con la aventura. No estamos ante una película de esas que cambia la historia, pero sí de una manifestación noble de lo que llamamos entretenimiento. Hay un avión que lleva a un convicto peligroso. El avión es alcanzado por un rayo. Cae en una isla llena de terroristas y gente muy mala. El Capitán de la nave (Butler, de profesión “pego y tiro”) y el convicto son los únicos que pueden rescatar a la gente, subirla al avión y dejar el infierno mientras los malos deciden ir haciendo puré a cada rehén. Imagine todo lo demás: acertará. Pero eso es menos un defecto que una ventaja: ver, como quien mira una pintura abstracta, el diseño y dejarnos llevar por la tensión, que es efectiva. Un buen ejercicio de estilo aunque no se note.