Intouchables fue una película francesa del año 2011 que nos presentaba la historia de un hombre cuadripléjico que entabla una amistad con alguien socialmente marginado. Se ha tratado de un film por demás conmovedor, que también ha tenido su versión Argentina protagonizada por Oscar Martínez y Rodrigo de la Serna. Si bien esta nueva versión no viene a traer nada nuevo , el carisma de Bryan Cranston hace que está nueva mirada nos llame la atención. Un hombre rico y tetrapléjico (Bryan Cranston), quien también es una persona culta y respetada , no anda en sus mejores momentos. El necesita buscar a un asistente para que le ayude en las tareas básicas, como la alimentación ,el aseo, etc. Si bien esta persona no está interesada de entablar una relación con nadie, ni siquiera con ganas de seguir viviendo, decide contratar al peor candidato que se ha presentado para el puesto que buscaba. Ahí nos presentan al personaje de Kevin Hart, un ex convicto que entró en la solicitud del puesto solo para conseguir las firmas que necesitaba para su agente de libertad condicional, y que de manera increíble, obtiene el empleo. Así empieza una amistad y una historia conmovedora que se apoya más en la comedia que en los golpes bajos , aunque implícitamente se encuentren presentes. Es una comedia acertada, y novedosa para aquellos que no vieron ninguna de las otras versiones del film, para los demás no aporta nada nuevo, pero al menos resulta agradable. Es cierto que se hicieron pequeños cambios en la trama, y que el film busca mostrar su toque norteamericano, sobre todo en las escenas humorísticas. Aún así , por a química entre Cranston y Hart, el film funciona de manera efectiva, manteniendo el equilibrio entre la comedia y su costado dramático. También toca destacar la participación de Nicole Kidman, que aunque tenga un rol secundario, mantiene una presencia notable dentro del metraje. El director Neil Burger (Divergente) ha filmado una historia que mantiene la estructura del film original, pero que logra dejar su estilo a través del correcto desarrollo de personajes y la química entre los actores. Es un trabajo notable para tratarse de una remake con una ambientación distinta, un tipo de humor que se aleja al de las típicas comedias norteamericanas. Amigos por siempre es una remake de la conmovedora comedia francesa Intouchables. Se trata de una versión correcta y entretenida, que se apoya en sus buenas actuaciones y el desarrollo ocurrente de los personajes. Para los que vieron las versiones anteriores (incluyendo la Argentina) no aporta nada nuevo, pero aún así, mantiene el encanto de aquella amistad. Calificación 7/10
Las segundas oportunidades bien utilizadas Intouchables, la película original de esta adaptación hollywoodense, fue un fenómeno mundial en el cine. En Francia, lugar donde se realizó, llego a marcar un récord en taquilla convirtiéndose en la segunda película más exitosa de toda la historia de ese país, ya que la química que lograron tener los protagonistas François Cluzet y Omar Sy fue increíble y lograba vender bien la historia que se quería contar. Muchos cuando oímos que se venía otra remake de este film nos preguntamos “¿Para qué?”. Y digo otra porque en nuestro país en el año 2016 tuvimos nuestra propia remake de la película, llamada Inseparables. Una propuesta que era un calco en planos, guion y situaciones a la original, nada más que adaptada con el lunfardo argentino; una mala decisión y una mala película, dirigida por Marcos Carnevale y protagonizada por Oscar Martínez y Rodrigo de la Serna. Pero Amigos inseparables (The Upside) se deja ver y disfrutar mucho debido a que fue una adaptación de la película original y la novela con otro estilo y tono en varios matices. Kevin Hart logra uno de sus mejores trabajos hasta ahora en su filmografía porque transita el género donde se siente cómodo que es la comedia y uno que no le es tan habitual que es el drama, e igualmente logra una gran actuación en las situaciones cruciales. Bryan Cranston nos entrega otro gran trabajo y lo mejor fue que pudo acoplarse muy bien al humor de Hart y crear así la tan esperada química entre ambos en pantalla. Repito, lo más atinado en esta remake fue que decidieron respetar la original pero bajo sus propias reglas y no ser una copia exacta de la fórmula ganadora. Por ejemplo una decisión acertada fue la de resaltar la ciudad de New York, ya que en la original el personaje de Phillip era un hombre rico viviendo en grandes casas lujosas estilo castillos europeos y en esta versión vive en un pent house de un lujoso edificio, bien del estilo de los millonarios estadounidenses. Lo que sí se debe señalar es que por momentos al querer cambiar o adentrarse más en algunos aspectos que la original no hacía, se va haciendo más ambiciosa y la duración se va extendiendo demasiado. Por momentos tal vez la sentirás un poco extensa y es entendible, pero al menos quisieron atar todos los cabos del guion. Amigos por siempre logra convertirse en un producto bueno, donde los que vieron la original podrán presenciar una propuesta renovada y los que no, disfrutarán de una película con buenas actuaciones y situaciones cómicas para pasar un rato agradable pero nada más. El mejor trabajo de Kevin Hart hasta la fecha. Su química con Cranston logra ser muy buena, en una remake renovada pero con el espíritu de la original.
Hace unos años un bodrio sensiblero, de esos que se hacen para la tribuna, llegó de Francia, donde había sido un gigantesco éxito de taquilla. Amigos intocables (Intouchables, 2015). Pero aunque gustó en otros países, en muchos de ellos no pudo igualar su triunfo local. Tal vez por eso, y a la moda actual, se hicieron versiones en otros países. La India con Oopiri (2016), Argentina con Inseparables (2016) y ahora Estados Unidos con Amigos por siempre (The Upside, 2017). Muchas veces se hacen remakes de grandes películas, de obras maestras, y todos discutimos y las comparamos y perdemos el tiempo en enojos y reclamos. Cuando la remake es buena, no pasa nada, cuando es mala, suele pasar al olvido. Pero más curiosa es esta costumbre de filmar una y otra vez una película pésima, un guión sensiblero, una catarata de lugares comunes y situaciones tan prefabricadas como obvias. En favor de las remakes es que ninguna pudo ser peor que la original, hay un mérito ahí. La norteamericana, como era de esperarse, es la más profesional y tiene el mejor ritmo, pero con eso sólo no hacemos nada. Kevin Hart consigue buenos momentos de comedia en su rol de atorrante, y Bryan Cranston no se queda atrás en el sencillo y a la vez complicado rol de cuadripléjico, pero no hay mucho más para hacer. Incluso ambos actores, en una historia original, podrían haber sido mejor aprovechamos. También está Nicole Kidman, un lujo excesivo para una película irrelevante. Tantas películas que no vemos, tanto buen cine sin conocer, y ahora tenemos que ver tres veces las peores películas.
Cuando se trata de remakes, la vara suele estar elevada y aún más si la película original es de primera calidad. Este es el caso del film francés “Amigos Intocables”, lanzado en 2011, que ya tuvo su versión argentina titulada “Inseparables” en el 2016. En cuanto a “Amigos por siempre”, Neil Burger nos trae una visión sumamente hollywoodense de aquel producto europeo, con un cast de alto vuelo: Bryan Cranston, Nicole Kidman y Kevin Hart. A su vez, fue escrito por John Hartmere. Phillip (Cranston) es un hombre de negocios multimillonario que sufrió un accidente al andar en parapente. Como consecuencia, quedó cuadripléjico, pudiendo sólo mover desde el cuello para arriba. Entonces, con ayuda de su asistente personal Yvonne (Kidman), buscan contratar a un auxiliar médico que lo ayudase al hombre en sus tareas cotidianas. Así es como llegan a conocer a Dell (Hart), una persona antagónica en relación con el nivel de vida que mantiene Phillip y su entorno. Al conocer la cinta original, es difícil evaluar sus remakes, ya que está lograda con tal nivel que alcanzarlo suena como una misión imposible. Ahí es donde falla esta película: si bien tiene partes nuevas en la trama, quizás no consigue el mismo efecto que genera la primera. A su vez, da la sensación de que la historia está apurada porque no se detiene para desarrollar ninguna relación periférica a la de Phillip y Dell, aspecto bien atacado en la francesa. Sin embargo, un punto a favor es la modernización de la escenografía, pero no se podía esperar menos. Las actuaciones hacen que este film valga la pena. Aunque la química generada entre Cranston y Hart es notoria, no logra cautivar como la dupla original. A pesar de esto, ambos se desempeñan muy bien en sus roles, siendo Hart el que nos da los momentos de comedia (y qué esperar de un actor con trayectoria humorística, ¿no?). Es Nicole Kidman quien descolla, pero no alcanza. Su personaje serio y anticuado crece y evoluciona a medida que la película avanza. “Amigos por siempre” es un buen film de Neil Burger y no pasa de eso. Hay cuestiones en la trama que, en comparación con la película original, no convencen, pero no sólo las actuaciones están aprobadas, sino que la dirección de Burger también. Sin embargo, el intento de modernización de la idea francesa es el error que comete porque, sin dudas, eso le trajo más complicaciones que aciertos. Este es un remake que no está a la altura de las circunstancias.
La misma película Tercera versión estrenada en Argentina de la historia del millonario cuadripléjico que entabla amistad con su pobre y descarriado asistente. La primera es la francesa Amigos intocables (Intouchables, 2011), la segunda la remake nacional Inseparables (2016) y ahora llega la norteamericana con Bryan Cranston y Kevin Hart. A grandes rasgos el cuento de superación personal es el mismo: dos personas de estratos sociales opuestos, una con problemas motrices, la otra con dificultades económicas y sociales, crean una sólida amistad que les enseña a ser felices a pesar de su situación. ¿Qué agrega entonces esta versión además del idioma en inglés? La respuesta la da el género, ya que en toda película norteamericana el relato de superación personal va de la mano del sueño americano. Superarse a sí mismo implica sortear las dificultades sociales y lograr “el éxito” en el sistema (capitalista, por supuesto). Aquí no es la excepción, el personaje carenciado económicamente adquiere la sabiduría para emprender un negocio y salir adelante financieramente y recuperar el respeto de su familia. Claro que lo hace con la ayuda de su nuevo amigo que, en esta versión, se dedica a reconocer y levantar empresas con dificultades financieras. Mientras que la otra parte, se "contagia" del modo descontracturado e impulsivo con que su ayudante transita la vida. La fábula entra en fusión con las reglas del género en Hollywood. Fuera de esta particularidad, todas las versiones incluso la francesa –la original- son conservadoras. El género lo es y nunca intenta problematizar la desigualdad social que representan los personajes, fundamentando sus carencias emocionales en las malas decisiones tomadas por cada uno de ellos en el pasado. Se trata de encontrar la vitalidad e inteligencia para salir adelante desde la propia condición, sin cuestionar los motivos sociales por los cuales se llegó ella. La última pregunta que surge es si Amigos por siempre (The Upside, 2018) es más graciosa y emotiva que las otras películas. La respuesta es imaginable: Nunca como la primera pero tiene sus momentos, apoyándose en las buenas interpretaciones de los actores y con algunos chistes efectivos que hacen que, más allá de conocer previamente la historia, el film fluya y brinde una agradable sensación por más que los caminos elegidos sean previsibles.
Una cumplidora remake norteamericana de la comedia francesa Intouchables, que también tuvo la versión local, Inseparables, protagonizada por Oscar Martínez y Rodrigo de la Serna. Amigos por siempre lleva adelante la fórmula de las "parejas desparejas" que vienen de realidades opuestas y tiene como objetivo plasmar una historia de amor, amistad y de segundas oportunidades. Con dirección de Neil Burger -Divergente, El ilusionista- el relato reúne a Phillip -Bryan Cranston-, un millonario cuadripléjico de Manhattan y a Dell -Kevin Hart-, el desempleado afroamericano que arrastra antecedentes penales y que, a pesar de resultar el peor candidato para convertirse en su asistente personal, consigue el trabajo, bajo la atenta mirada de Yvonne -Nicole Kidman-, la mano derecha de Phillip. Manteniendo la estructura cíclica del filme original y agregando situaciones, la película funciona gracias a la química generada por la dupla actoral: tanto Cranston -Breaking Bad- como Hart, quien viene del terreno de la comedia, atraviesan con versatilidad las diferentes escenas dramáticas. Paseos nocturnos, momentos de aseo personal, visita al teatro, lectura de correspondencia privada y las subtramas con personajes secundarios que aparecen para ¿acomodar? un presente caótico son algunos de los obstáculos que deberán sortear los personajes en esta propuesta que si bien no sorprende, sobrevuela la amistad con humor y emoción, entre la opera y Aretha Franklin.
El cuento del criado En base a un premisa esquemática que planteaba la amistad inesperada entre dos seres de mundos distintos, Amigos intocables se convirtió en 2012 en uno de los films franceses más taquilleros de la historia, no solo dentro del país sino a nivel mundial en el que explotó como un verdadero suceso. Su propuesta claramente for export de producción cuidada y estructura prototípica, inmediatamente hizo que el mundo posara los ojos en ella, no solo para llevar audiencia, sino para intentar repetir la fórmula. 2016 vio llegar las dos primeras adaptaciones de la misma historia, la hindú Oopiri (que se despacha con unas dos horas cuarenta minutos que deben desafíar a dejar nuestras extremidades en condiciones similares a las del protagonista), y la argentina Inseparables, lógicamente la más recordada en estas tierras en las que tuvo muchísimo éxito. Ahora es turno del país al cual no le gustan los subtítulos. Hollywood no podía dejar escapar la chance y la traslada a su idiosincrasia bajo el título Amigos por siempre. Más allá de los variados cambios respecto al original, la base se mantiene. Bienvenidos otra vez a la historia del millonario que le enseña al pobre cómo refinarse, mientras que el pobre le retribuye ofreciéndole un poco de humanidad… o algo así. Tu serás mis piernas, yo seré tu conducta Lo primero que hay que resaltar de Amigos por siempre, es que presenta varios cambios respecto al original, y más aún respecto a Inseparables (no tuve el placer de perder casi tres horas en ver la versión de la India). Y algo positivo: la mayoría de los cambios son para bien. Será cierto que a medida que se va puliendo una idea se la va mejorando. La secuencia de inicio es siempre la misma, la de la supuesta emergencia médica arriba de una autopista. Hasta pareciera que por contrato siempre debe ser filmada igual, con los reflejos de luces y la misma música de piano de fondo. Eso sí, en este punto, la original sigue siendo la mejor pensada porque guarda un poco el misterio. De ahí, volvemos hacia atrás. Dell Scott (Kevin Hart) sale de prisión y lo único que busca son empleadores que le llenen su tarjeta de referencias para hacer notar en asistencia social que está buscando trabajo; cuando en realidad, está pasando el momento. Su pareja ya no lo espera cuando sale de prisión, y lo único que desea es que pueda cumplir con la cuota alimentaria y eventuales visitas para el hijo que tuvieron. Dell quiere enmendarse con el niño y su ex mujer, pero no hay caso, las cosas no le salen bien, o no hace las cosas bien. En una de esas búsquedas “de trabajo”, Dell termina en el penthouse de un empresario y escritor de libros sobre emprendedurismo, Phillip Lacasse (Bryan Cranston), que luego de un accidente durante unas vacaciones quedó postrado de por vida y solo mueve su cabeza. Su secretaria Yvonne (Nicole Kidman) es la que toma las pruebas para el empleo de asistente terapeútico de Phillip, y por supuesto rechaza de plano a Dell. Pero Phillip quiere que sea él, porque no lo trata con misericordia por su estado físico. Lo que sigue es Dell tratando de adaptarse al lugar, y empleador y empleado desarrollando un vínculo de amistad en el cual, supuestamente, ambos aprenden algo del otro. Cambio de filtro y aceite Sí, en líneas generales estamos hablando de lo mismo. Pero nótese las pequeñas pero significativas diferencias: la mansión fue remplazada por un penthouse, y la historia de los dos protagonistas es diferente. Un dato particular: los que hayan visto alguna de las versiones anteriores se preguntarán por qué un papel tan chico y sin peso como el de la secretaria, es interpretado por una estrella de primer nivel como Nicole Kidman. Aquí está quizás el cambio más importante, si bien sigue siendo un secundario, Yvonne gana una importancia en la historia que antes no tenía y se genera algo así como una nueva arista bastante cumplidora. La historia y los hechos fundamentales siguen siendo los mismos. De hecho, conviene no analizarla ni un poco ideológicamente si se la quiere disfrutar. Pero digamos que en esta adaptación de Hollywood se aplica una fórmula básica de las adaptaciones mainstream de productos extranjeros: hacer la cosa mucho más liviana. Lo que en otras situaciones resulta molesto porque pierde peso y trasfondo, acá lo favorece, porque la convierte en una película menos odiosa que las anteriores. Amigos intocables era manipuladora, forzaba todo para caer en golpes bajos y hacernos llorar, todo encajaba como en un inverosímil cuentito de hadas bien pensante. De Inseparables mejor ni hablar, ideológicamente aberrante, torpe narrativamente, maliciosa en cuanto a la construcción de personajes. Por suerte, de la versión de Carnevale es de la que más se aleja. Bryan Cranston vuelve a demostrar que es buen actor y no exagera con la gesticulación de su difícil personaje. No es la mejor actuación de su carrera, pero aprueba holgadamente el desafío. Kevin Hart se desprende de muchos de sus mohines, logrando balancear bien el drama con la comedia, su actuación es quizás la más satisfactoria. Nicole Kidman sabe ubicarse en un secundario, cumple, se la ve natural, y también sabe que su personaje tendrá peso en la historia. En el apartado negativo hay demasiadas cosas dadas por hecho, como si presupusieran que sus espectadores conocen la historia previamente de los otros films. Hay tramos en los que se apura o arroja más datos de los que debió a la ligera. No es un film que busque trascender. Neil Burger demostró que está para cosas mayores, y esto es claramente una propuesta por encargo en la que apenas hace algo correcto. Amigos por siempre no sorprende, se disfruta el rato que dura (eso que es bastante larga), y es menos molesta de lo que pudo ser. Esta vez la ecuación de ir a menos y presentar una simple propuesta pasatista mejora el resultado.
Reencuentro esperado. La grandeza del existir se encuentra en la simpleza que nos rodea. Pequeñas historias, enormes adversidades a transitar y cuando nos damos vencidos por el cansancio que da la batalla, la sabia vida nos regala otra oportunidad, una genuina amistad es un bello y eterno ejemplo. El realizador Neil Burger (El ilusionista, Sin límites, Divergente) dirige el remake estadounidense de la exitosa comedia dramática francesa Amigos intocables (Intouchables, 2011), en la que aborda el desarrollo de la amistad entre un millonario que quedó parapléjico después de un accidente, Phillip (Bryan Cranston) y Dell (Kevin Hart) un desempleado con antecedentes criminales que es contratado como enfermero auxiliar. La asistente ejecutiva de Phillip, Yvonne (Nicole Kidman), no considera que esté calificado para el puesto. Estos dos personajes muy diferentes en apariencia, pero cercanos en lo más íntimo, se volverán amigos y cada uno sacará la mejor parte del otro que hasta ese momento, estaba escondida bajo las barreras del enojo, la incomprensión y la frustración, -funcionando como perfecto espejo el uno para el otro-, para observarse a uno mismo, aceptarse y volver a ser feliz, a pesar de las circunstancias dadas. Amigos por siempre (The Upside, 2017), en verdad funciona porque el encuentro de los protagonistas se da en un momento muy particular y vulnerable de sus vidas. Ambos se sienten víctimas de una realidad injusta y se reconocen como luchadores, dato que no es menor, puesto que ambos tienen una alta resistencia a la entrega y confianza de su corazón, ya que fueron muy golpeados por la vida, de diferentes maneras y parados desde un lugar completamente opuesto –de ahí el nombre original del film-, sólo ellos pueden ayudarse, siendo Dell el indicado para Phillip y viceversa, desde el momento en que Dell no espera su turno para ser atendido -desestructurando todo- y le saca una sonrisa a Phillip, sabemos que nacerá este amor en forma de amistad entre ellos, que los sanará del enojo antiguo que arrastran, del sentimiento de impotencia e injusticia por tener una vida que no creen merecer, porque les gustan la adrenalina y excentricidades, pero sobre todo porque son auténticos. Las actuaciones son impecables y acompañan de manera extraordinaria al excelente trabajo del director y de los guionistas, que se aventuraron con esta remake de la original francesa adaptada de un caso real, dado que se necesita de gran conocimiento y claridad con respecto a lo que se quiere contar y la manera, ya que coexisten aquí un gran drama con comedia, perfectamente balanceados y que fluyen como la amistad de estos diferentes y no tan distintos personajes. Es una fuerte y divertida historia que se recomienda ver a corazón abierto y quizás, al tratar con humor, realidades fuertes de una enfermedad que solo conoce el convaleciente o la cruda injusticia de un hombre que ama a su hijo y lucha porque no lo puede ver, nos demos un permiso para reflexionar sobre cómo nos encontramos aquí y ahora y aprendamos la lección: todo se puede superar, el camino se allana y se hace más liviano si pedimos ayuda y estamos acompañados por personas que nos aman como somos. Un mensaje importante y poderoso para todos -que vale la pena repetir- y comenzar el año de manera positiva.
Sí, parece la exitosa película francesa “Intouchables” (2011) con Omar Sy y Francois Cluzet por la imagen, y luego “Inseparables”, la versión argentina con Oscar Martínez y Rodrigo de la Serna y de hecho, es la misma película pero en versión norteamericana. Esta vez con el plus de tener a un gran actor como Bryan Cranston y al comediante Kevin Hart en un rol diferente. La historia es conocida, pero la resumo por si alguno de ustedes no la conoce. Dell Scott (Hart) necesita un trabajo para justificar ante la Justicia por ser un ex-presidiario y se le presenta la oportunidad de tener una entrevista para ser el cuidador/enfermero de un millonario cuadripléjico llamado Phillip Lacasse, interpretado por Cranston. A Dell no le hace mucha gracia atender al enfermo en cuestiones higiénicas, pero a Phillip le cae tan bien por lo “diferente” que lo termina queriendo para el puesto. El guión desarrolla la amistad, encuentros y desencuentros de ésta pareja despareja que aprende a convivir en el devenir de los días. La asistente es Yvonne (Nicole Kidman, algo desaprovechada, pero todo lo hace bien), y lo mejor que tiene el film dirigido por Neil Burger son las actuaciones del trío principal y el bello mensaje de la profunda amistad entre hombres tan dispares. Tiene el plus de haber sido filmada en New York, aunque con dos versiones conocidas en el país más otra versión India de 2016, no valía la pena. Algunos detalles se cambiaron, pero las secuencias de aseo, paseos y aprendizaje mutuo siguen intactas. De todas maneras, es un buen guión, basado en hechos reales, para los que no la vieron. ---> https://www.youtube.com/watch?v=5uI85X65OA4 ---> TITULO: Amigos por siempre TITULO ORIGINAL: The Upside DIRECCIÓN: Neil Burger. ACTORES: Bryan Cranston, Kevin Hart, Nicole Kidman. ACTORES SECUNDARIOS: Julianna Margulies. GUION: Paul Feig. FOTOGRAFIA: Stuart Dryburgh. MÚSICA: Rob Simonsen. GENERO: Drama , Comedia . ORIGEN: Estados Unidos. DURACION: 126 Minutos CALIFICACION: Apta mayores de 13 años DISTRIBUIDORA: Energía entusiasta FORMATOS: 2D. ESTRENO: 31 de Enero de 2019 ESTRENO EN USA: 11 de Enero de 2019
Choque de clases en silla de ruedas. La industria de cine norteamericana tiene un berretín importante a propósito de hacer remakes de películas extranjeras exitosas. Parece tener necesidad de ajustar a sus propios parámetros aquellas historias en celuloide de otras culturas, celebradas por el resto del mundo. Es así como Amigos por siempre adapta el éxito francés del 2011 llamado Intouchables para el público masivo local, ese público que no termina de acostumbrarse a ver films en otro idioma que no sea el inglés. La nueva versión estuvo “cajoneada” durante casi dos años. Pertenecía a la recientemente quebrada The Weinstein Company, conducida por Harvey Weinstein, aquella que casualmente se fue al tacho cuando empezaron a salir a la superficie las acusaciones de abuso contra su fundador. Afortunadamente para todos los involucrados, otra compañía compró la película y se encargó de encauzarla dentro del circuito comercial. El poco destacado director Neil Burger (El ilusionista, Sin límites, Divergente) se puso detrás de cámara para reimaginar la historia basada en hechos reales de Phillip Lacasse, un escritor millonario que queda cuadriplégico tras un accidente de parapente y contrata contra su voluntad a Dell Scott -un exconvicto con necesidad de reinsertarse laboralmente- para que lo cuide en el día a día. Bryan Cranston (el Walter White de Breaking Bad) interpreta a Lacasse con su oficio habitual, el de un laburante de la pantalla tanto chica como grande que parece ajustarse sin esfuerzo a cualquier personaje… y hacerlo de manera lo suficientemente convincente. Kevin Hart (Un espía y medio) también sorprende gracias a que logra bajarle un par de dicebeles a su estilo cómico sin acaparar cada una de las escenas con gritos agudos e histrionismo exagerado… bueno, al menos durante gran parte del tiempo. Como seguramente podrán imaginar, esta relación entre opuestos que arranca con el pie izquierdo deriva en una relación de amistad inesperada entre dos personas que (tal como nos sugiere el guión escena tras escena) tienen mucho para enseñar al otro a propósito de los mundos diametralmente opuestos en que viven: el rico que disfruta la música clásica versus el pobre del ghetto que canta Aretha Franklin a todo pulmón, el rico que goza en la opera y el pobre que se ríe sin entender, y toda una concatenación de manual respecto de aquello que los guionistas consideran los lugares comunes y tropos harto transitados del estereotipado choque de clases. El mayor problema del film es que intenta copiar prácticamente escena por escena el material original, sin la más mínima intención aparente de resignificarlo para ofrecer una nueva mirada. Aquel que no haya visto la película original tal vez no encuentre esta versión tan vacua y poco inspirada, pero incluso sin ese conocimiento previo se advierte a las claras la intención de ir a lo seguro y no jugársela con nada, entregando un final que dos horas más tarde intenta despabilarnos en nuestra butaca. Ojo, nosotros también tenemos un esqueleto en el closet en forma de remake criolla bajo el nombre Inseparables (2016), protagonizada por Oscar Martínez y Rodrigo de la Serna. A cada cual lo que le toca.
Primero fue la francesa Amigos intocables (Intouchables, 2011), de Olivier Nakache y Eric Toledano; luego llegó la versión argentina titulada Inseparables (2016), de Marcos Carnevale, con Oscar Martínez y Rodrigo De la Serna. Ahora es el turno de la remake estadounidense con Bryan “Breaking Bad” Cranston y el popular cómico negro Kevin Hart (sí, el que estuvo a punto de conducir la entrega de los premios Oscar). No es que las entregas anteriores -cuyo punto de partida fue una novela y luego incluyeron también diversas transposiciones teatrales en todo el mundo- fuesen particularmente brillantes, pero el resultado de esta nueva propuesta no es demasiado estimulante. Más (o, mejor, menos) de lo mismo. La industria del cine se ha convertido en muchos casos en una una factoría de productos en serie: una película chilena como Sin filtro, una italiana como Perfectos desconocidos o una argentina como Sin hijos pueden derivar en films muy similares en todo el mundo con el simple cambio de intérpretes y una mínima adaptación al contexto local. En este sentido, si uno ya vio alguna versión anterior lo que queda es “el juego de las diferencias”; es decir, ver qué mínimas modificaciones se han introducido. La tarea sería similar a la de comer la misma hamburguesa de una cadena de comidas rápidas y apreciar si en España le ponen pepino; en México, tomate; y en la Argentina, lechuga. En Amigos por siempre Cranston es Phillip Lacasse, un multimillonario de Filadelfia que ha quedado tetrapléjico. Hombre culto y refinado, no logra superar las fobias, los traumas y el resentimiento por la realidad que le toca en suerte. La contraparte (y contracara) es Dell Scott (Hart), un afroamericano de clase baja, desempleado y con antecedentes penales, pero sin las inhibiciones ni represiones de Phillip, quien lo terminará contratando como su cuidador para desesperación de su asistenta Yvonne Pendleton (una Nicole Kidman totalmente deslucida y desaprovechada). Con la idea de que los extremos se atraen, cada uno le terminará dándole al otro aquello que no tiene en una mirada si se quiere con impronta humanista y políticamente correcta, pero en el fondo demagógica y tranquilizadora, sobre las diferencias de clase. Aquel director que admiramos en El ilusionista (2006) se limita aquí a hacer una comedia prolija, convencional, previsible y solo en algunos pasajes medianamente llevadera. Demasiado poco para una reversión de una fórmula / concepto que, si bien ya ha demostrado su eficacia, a esta altura cansa un poco.
La trama no es nueva, porque ya la hemos visto en dos oportunidades: la primera y la original fue la francesa Amigos intocables (2011), con Francois Cluzet y Omar Sy, luego llegó la versión argentina, dirigida por Marcos Carnevale, con Oscar Martínez y Rodrigo de la Serna (Inseparables, 2016), y ahora se estrena la hollywoodense, que tiene al protagonista de Breaking Bad (Bryan Cranston como el millonario cuadrapléjico, y a Kevin Hart como su ayudante/enfermero. Podrán cambiar los rostros, las locaciones y ciudades, pero la historia sigue siendo más o menos la misma. Y lo cierto es que en las tres ocasiones, el objetivo de entretener y divertir, se cumple. Phillip, que fue Philippe y Felipe en las otras versiones, necesita quién lo atienda en casi todo momento. Sólo pude mover su cuerpo del cuello para arriba. En esta remake, quien se quedará con el puesto sin tener las condiciones profesionales, pro un gran corazón y un sentido del humor con el que suple aquellas falencias es Dell, un ex convicto en busca de trabajo, O al menos, de que le firmen un papelito para demostrar que lo está buscando. Confusiones mediante -iba a un edificio a buscar labor de limpieza-, termina en el penthouse del rico Philip y siendo a la larga, como su mano derecha. Las condiciones sociales diferentes, el vocabulario que maneja uno y otro, y cómo ven la vida puede ser diferente, pero hay algo que une a estos dos personajes y eso es lo que explota el guión, y el director Neil Burger, el mismo de El ilusionista, con Edward Norton. Como frutilla del postre está Nicole Kidman, como Yvonne, la mujer que asiste al protagonista en su parte empresarial. ¿Si hay diferencias con las otras dos películas? Claro que las hay, más que nada a partir de ciertas situaciones y diálogos, y no hay por qué adelantarlas, para que el espectador pase más que un rato amable.
Existe un tipo de películas, muchas veces definidas con frases como "es un canto a la vida", que pretende enseñar lecciones sobre cómo vivir, presentando una historia con una buena dosis de tragedia, pero mirada a través de una lente positiva que celebra la existencia, más allá del dolor. A esta especie de subgénero más preocupado por lo didácticoterapéutico que por lo cinematográfico pertenece Amigos por siempre. Como sucede con los libros de autoayuda, este cine tiene su público, tal como lo demuestra el éxito del film francés original, basado en una historia real, que derivó en esta remake y en una argentina. Amigos para siempre, siguiendo la receta de este tipo de películas, recurre a golpes bajos que buscan la empatía inmediata y sufre de una falta total de sutileza, tanto en las situaciones humorísticas como en las representaciones de sus personajes: un hombre millonario cuadripléjico que ya no quiere vivir y uno que acaba de salir de la cárcel, que terminan aprendiendo el uno del otro y haciéndose grandes amigos. Lo mejor de la película de Neil Burger es el placer de ver actuar juntos a un intérprete brillante como Bryan Cranston y a un muy buen comediante como Kevin Hart. Es casi imposible no imaginar una película en la que pudieran aprovechar mejor esa química perfecta. A Nicole Kidman le toca un personaje con poca gracia que no le da espacio para desplegar su ya probado talento actoral.
No es fácil la tarea de encarar una remake, y mucho menos cuando: la original permanece muy arriba en el imaginario de los espectadores, y las nuevas versiones han sabido potenciar, en cada país en donde se realizaron, una particularidad que las han impulsado de una manera exponencial ante sus predecesoras. “Amigos por siempre”, o “The Upside” es la versión americana de “Intouchables”, conocida por estos lados como “Amigos Intocables” y que además tuvo una versión local llamada “Inseparables” con Rodrigo De la Serna y Oscar Martínez en sus roles principales. Antes esta proliferación de versiones, y la necesidad de posicionar el producto desde otro lugar, Neil Burger (“El Ilusionista”, “Divergente”) asume el desafío y posiciona su relectura con algunas variantes de la original, pero potenciando su costado más fresco, con humor, y evitando la moraleja más sensiblera que otras tuvieron. El cuadripléjico que necesita ayuda es Bryan Cranston, una figura que aún permanece vigente en el imaginario popular gracias a la solvente participación en “Breaking Bad”, que lo catapultó de pequeñas participaciones secundarias en series y películas menores, a un lugar privilegiado en la industria, eligiendo y seleccionando cuidadosamente cada rol que luego encararía. Lo acompaña Kevin Hart, de dudosa fama por estos días por desafortunadas expresiones para con el colectivo LGBT que lo han expulsado, por ejemplo, de la conducción de la próxima ceremonia de premiación de la Academia de Artes y Ciencias de Hollywood, y Nicole Kidman, quien se une al dúo como aquella inquebrantable asistente todo terreno de la que se sospechan algunas cosas y hacia el final algunas sorpresas confirmarán esas dudas. Las mismas escenas, la música popular presente con Aretha Franklin dando cátedra en cada dispositivo que se reproducen sus canciones, los museos, los grandes restaurantes, el lujo, las diferencias de clases, y no mucho más. Pero en algunas claves que “Amigos por siempre” va dejando en la narración, y que fundamentan una vez más el visionado de una historia ya conocida, es en donde radica su fuerza, al igual que en las interpretaciones que van de 0 a 100 en poco tiempo y que permiten a los protagonistas mostrar otros colores en personajes de manual que necesitan encarnarse en sus intérpretes para evitar caer en ridículo o trazos gruesos. “Amigos por siempre” habla de la necesidad de vínculos a pesar de tener todo o no tener nada, de creer que aún en la multilplicidad de recursos, la palabra, el abrazo, la caricia, exigen una interpelación de cuerpo presente. Cuando “Amigos por siempre” deja de lado la sensiblería (en muy pocos momentos) y evita caer en la repetición de imágenes simil publicidad de tarjeta de crédito, es cuando su relato se diferencia de propuestas que han leído de manera literal el original, calcando estructura, personajes, y evitando en el acto creativo vuelo, dedicación y pasión.
Un vínculo enriquecedor. Esta comedia dramática retrata la peculiar relación –basada en una historia real– entre Phillip (Bryan Cranston), un tetrapléjico millonario, culto y serio, con su cuidador, Dell (Kevin Hart), un hombre de clase baja, con antecedentes penales, divertido, atrevido, quien está en libertad condicional y debe encontrar un trabajo si no quiere volver a la cárcel. Además, mientras siga desempleado tampoco podrá ver a su pequeño hijo. Se trata de la versión norteamericana –que transcurre en Nueva York– del famoso y exitoso filme francés Les Intouchables (2011). Recordemos que en 2016 se estrenó la versión argentina llamada Inseparables, dirigida por Marcos Carnevale y protagonizada por Oscar Martínez y Rodrigo de la Serna. Volviendo a Amigos por siempre, Phillip contrata a Dell a pesar de ser el candidato peor calificado de entre los tantos que se presentaron para ocupar el puesto de auxiliar de enfermería. Sin embargo, en el mismo instante en que lo conoce algo le atrae de ese ser descarado y alegre, algo que no encontró en ninguno de los otros postulantes altamente preparados. Al principio, Dell tiene un vínculo problemático con Yvonne (Nicole Kidman), una especie de ama de llaves y secretaria de Phillip, quien rige todos los movimientos de la casa y rechaza de plano la contratación de Dell porque descree de su capacidad para el trabajo asignado. Pero después ella prioriza el bienestar de Phillip y comprende que él está más feliz desde que Dell llegó a su vida. A pesar de ser absolutamente opuestos y de provenir de entornos diferentes, el lazo entre Phillip y Dell de a poco va fluyendo: ambos se van enriqueciendo mutuamente, se van encontrando al compartir sus respectivos mundos. Por ejemplo, cuando van a ver ópera –de la cual Phillip es un apasionado– o cuando Dell muestra su fanatismo por Aretha Franklin. Una película de estas características podría prestarse fácilmente para el golpe bajo; sin embargo, el guion no apela a eso sino a construir un lazo complejo, con tintes divertidos y dramáticos al mismo tiempo, en la cual ambos personajes van creciendo como personas y van descubriendo las claves de la vida. Bryan Cranston se luce como ese ser desencantado que vuelve a tener ganas de vivir. En tanto, Kevin Hart muestra una vez más sus dotes de comediante sin caer en la sobreactuación, uno de los riesgos que entrañaba su papel. Ambos están bien acompañados por Nicole Kidman, quien encarna a una mujer estructurada que luego suelta sus sentimientos. En una palabra, estamos hablando de un filme que entretiene y emociona –sin golpes bajos– con un guion bien trabajado y unas actuaciones descollantes. Si bien puede sonar reiterativo por ser la tercera versión de una historia ya conocida, vale la pena ver la película dada la buena construcción de los personajes y del vínculo entre los protagonistas.
Segunda remake de la película francesa Intouchables (2012), donde Phillip Lacasse (interpretado por Bryan Cranston – Breaking Bad) un hombre adinerado y cuadriplegico recurre a la asistencia de un nuevo empleado, un hombre con antecedentes criminales llamado Dell Scott (interpretado por Kevin Hart). A veces tantas remakes en un lapso tan corto suelen ser “empalagosas”, en este caso Amigos por Siempre (The Upside ,2019) es la versión yankee muy bien lograda dirigida por Neil Burguer y escrita por Jon Hartmere. Protagonizada por Bryan Cranston, Nicole Kidman y Kevin Hart, entre otros. Phillip Lacasse es un empresario sumamente importante y respetado que luego de un accidente queda cuadriplejico. Lamentablemente necesita un enfermero/asistente para tareas como la alimentación ,el aseo, etc, ya que Yvonne (Kidman) debe atender los temas empresariales. Dell es un ex convicto que entró por la ventana, por así decirlo, siendo el menos capacitado para el puesto que solo necesitaba una oportunidad. Luego de un periodo de adaptación tanto para Dell como para Phillip, logran entablar una conmovedora amistad que le devolverá un poco de alegría y responsabilidad a la vida de ambos. El director se apoya en la comedia más que en el drama , como la mayoría de las re-adaptaciones norteamericanas, donde sabe aprovechar a Kevin Hart pero tambien a Bryan Cranston. Cabe destacar también a Nicole Kidman quien a pesar de cumplir un papel secundario destaca en cada escena. Así que Amigos por siempre es una linda comedia dramática que se toma algunas libertades en cuanto a la original pero funciona bastante bien.
Es la tercera vez que vemos esta película. La francesa original. La versión argentina con Oscar Martínez y Rodrigo de la Serna. Y ahora esta traslación americana que tiene algunas innovaciones en la trama conocida pero que mas o menos posee el corazón de la historia que vuelve a tener interés. Dos grandes actores como lo son Brian Cranston, con la medida justa y sobria de su personaje, con una actuación intensa y admirable. Y su coequiper Kevin Hart que se luce y provoca las risas con su encanto. El director y el guionista pasaron la acción de Paris a Manhattan, incluyeron unos nuevos chistes y después confiaron con lo que tenían entre manos. La eficacia de una relación entre un supermillonario tetrapléjico que emplea al peor asistente posible, un ex convicto desempleado, y se ríe de todo lo dramático que podría tener el conflicto. Hay un agiornamiento en el estilo cinematográfico, un estiramiento en situaciones límites reideras, y no mucho más. El personaje de Nicole Kidman crece porque se trata de tenerla en el elenco y que se luzca.
Un exitazo que avanza sobre ruedas Después de la argentina, llega la versión angloparlante de la historia de una improbable amistad entre un tetrapléjico millonario y cascarrabias y un negro pobretón e irreverente. Dos opuestos que, como ocurre casi siempre en el cine, terminarán atrayéndose. Los norteamericanos llaman sleepers a las películas que revientan la taquilla cuando nadie esperaba demasiado de ellas. Pocos casos más ilustrativos de sleeper que Intouchables, que entre 2011 y 2012 se convirtió en una de los títulos franceses más vistos en ese país, con más de 20 millones de espectadores sobre un total de 67 millones de habitantes: como si, para trazar un paralelismo local, a la próxima de Darín la vieran 12 millones de argentinos. A ellos se sumaron otros 20 en el resto del mundo, entre ellos ocho millones de alemanes y casi dos de surcoreanos. Como no podía ser de otra forma, al exitazo le siguieron anuncios de remakes en países tan disímiles como Argentina (Inseparables, 2016), India (Oopiri, 2016) y, of course, Estados Unidos. Después de años de idas y vueltas que incluyeron varios cambios en el elenco y en la silla del director, finalmente llega la versión angloparlante de la historia de una improbable amistad entre un tetrapléjico millonario y cascarrabias y un negro pobretón e irreverente. Dos opuestos que, como ocurre casi siempre en el cine, terminarán atrayéndose. Basada, ay, en “una historia real”, la película de Neil Burger (El ilusionista, Sin límites) replica de toooodas sus antecesoras una estructura narrativa cuyo primer acto arranca con Phillip Lacasse (Bryan Cranston, rol que en la versión argenta desempeñó Oscar Martínez), postrado en una silla de ruedas desde un accidente en parapente, en plena convocatoria para elegir un nuevo cuidador. Hasta su lujoso piso en Nueva York llegan candidatos atentos, otros chupamedias y varios de currículum intachable, pero el hombre elige al menos pensado, para descontento de su secretaria (Nicole Kidman, a quien en estos días se la ve hasta en la sopa). Un negro recién salido de la cárcel, bravucón y puteador llamado Dell (Kevin Hart, Rodrigo de la Serna aquí) que, por esas arbitrariedades de guión sin las cuales no habría película, cautiva a su futuro empleador. Y entonces arranca esta buddy movie hecha con partes iguales de melodrama y humanismo en la cada uno se retroalimentará de los saberes y formas de ver y pensar el mundo del otro. Phillip, por ejemplo, se fumará algún que otro porrito para reírse un rato y recuperará cierto ánimo vital y un deseo de goce sexual, en tanto Dell descubrirá los placeres de la música clásica y cierta sapiencia a la hora de vincularse con su familia. Amigos por siempre tiene la anómala virtud de ser una remake superior a la original. Ojo, tampoco hacía falta demasiado, en tanto Intouchables era básica en todos los aspectos posibles: en su paternalismo pueril, en la falta de tapujos a la hora de golpear bajo el cinturón, en el descaro a la hora de aleccionar a través de la parábola emocional de sus protagonistas, en la apelación a todos los clichés raciales y clasistas. Más allá de que algo de todo eso se mantiene, debe agradecerse que esos clichés aparezcan como disparadores humorísticos y no tanto como arquetipos negativos. Lo mismo que con las temidas moralejas sobre la importancia de las segundas oportunidades y otros tópicos similares (no por nada su título original, The Upside, podría traducirse como “Lo positivo”). Esas moralejas, si bien abundan, se desprenden de las acciones -obvias y deliberadamente metafóricas, pero acciones al fin- y no de los parlamentos de un personaje. La última razón por la que Amigos por siempre se deja ver mide apenas 1,63 y se llama Kevin Hart. Ilustre desconocido en estas tierras pero de amplio recorrido en el terreno cómico estadounidense, el actor tiene una lengua velocísima, por momentos imparable, y una voz aguda que coquetea con el falsete. Sus pequeñas explosiones son bienvenidos desvíos en una película que no se caracteriza precisamente por salirse de lo esperable.
La comedia dramática del 2011 Amigos intocables logró convertirse en un indiscutido fenómeno popular del cine francés alrededor del mundo. El film producido por Harvey Weistein antes de su caída en Hollywood recaudó más de 400 millones de dólares y funcionó muy bien en todos los países donde se estrenó. En Argentina se hizo la remake dirigida por Marcos Carnevale, con Oscar Martínez y Rodrigo De La Serna y ahora le tocó el turnó a la innecesaria versión norteamericana. En Estados Unidos la obra original de los directores Olivier Nakache y Éric Toledano resultó la producción francesa más popular en los últimos 30 años y tuvo una muy buena recepción del público. La nueva versión realizada por Neil Burger (El ilusionista)no es para nada una mala película pero resulta intrascendente si ya viste la original, debido que se limitaron a copiar la obra francesa. Para quienes no llegaron a descubrir todavía el film del 2011 la mejor recomendación es que disfruten primero la interpretación europea que es la que vale la pena. Bryan Cranston forma una buena dupla con el comediante Kevin Hart que resulta eficiente, mientras que Nicole Kidman no aporta demasiado en un rol secundario. El tema con el film de Burger es que al tratarse de un calco prácticamente de la película francesa los protagonistas no tuvieron ningún margen para explorar estos personajes desde una visión diferente y los artistas resultan muy desaprovechados. Para el público que ya conocía la historia la nueva remake es una propuesta aburrida de ver porque no tiene ningún atractivo especial. La cuestión con este conflicto es que la versión original ofrecía un relato muy humano que trascendía las fronteras culturales. Por esa razón resultó un suceso internacional La idea de refritar el mismo argumento una y otra vez en un contexto diferente no tiene mucho sentido y solo aporta una película olvidable que no merece mayor atención.
El nuevo filme de Neil Burger (El ilusionista, Sin límites, Divergente), propone una versión adaptada de la exitosa comedia francesa “The Intouchables“, una producción que recibió el premio a Mejor película en el Festival de Tokyo y el Goya a Mejor película europea, además de ser candidata a ganar en la categoría de Mejor película de habla no inglesa en los Globos de Oro y BAFTA. El film francés, a su vez, fue la adaptación de una novela original de Philippe Pozzo di Borgo llamada Le Second Souffle. La película original francesa, luego tuvo su versión argentina, protagonizada por Rodrigo de la Serna y Oscar Martinez, bajo la dirección de Marcos Carnevale, y este año llegó a los cines la cinta de Burger, con los protagónicos de Kevin Hart (“The Wedding Ringer”), Bryan Cranston (“Breaking Bad”, “Last flag flying“) y Nicole Kidman (“Destroyed“). La trama narra la historia de Dell Scott (Hart), quien luego de salir de prisión, se topa con la posibilidad de ser el asistente de Phillip Lacasse (Cranston), un acaudalado hombre con cuadriplejia. Esto no solo significa para Dell conseguir el empleo que necesita para obtener su libertad, si no también para poder ayudar su hijo y ex mujer. La película desarrolla el vínculo que se crea entre estos personajes totalmente diferentes entre sí: la soledad, el dinero, el pasado, la no aceptación del otro, son algunas de las temáticas que el filme de Burger se encarga de exponer con humor y sensibilidad. En esta versión, claramente podemos ver puntos similares a las anteriores ya realizadas, sin embargo, el director logra crear una película muy bien construida, con un guión, que al igual que la versión original, no tiene desperdicio (Jon Hartmere, Eric Toledano, Olivier Nakache) El punto más fuerte de la película es sin duda el trabajo que llevan adelante Cranston y Hart, quienes logran crear el vinculo entre los personajes desde las primeras escenas, además, con el papel de Kidman, la película suma en calidad: ver en escena a la dupla Cranston – Kidman es un lujo, a quienes la vean, sabrán el porque (no voy a spoilear). “Amigos por siempre” es un homenaje a las amistades mas allá de cualquier tipo de diferencias: una opción que además de entretener, emociona.
MODELO A REPETICIÓN El mercado del cine mundial permite que no solo se hagan múltiples versiones de una misma película, sino que encima sus moldes narrativos y estéticos sean prácticamente idénticos, a tal punto que las diferencias son mínimas, solo dadas por cuestiones idiomáticas, de desempeño actoral o algún retoque en la puesta en escena. Ya tuvimos, por ejemplo, esa horrible obra teatral italiana que se hace pasar por cine llamada Perfectos desconocidos –con su también horripilante reversión española-; y ahora nos encontramos con que la superficial película francesa Amigos intocables tuvo una pobre remake argentina con Inseparables y ahora una discreta adaptación estadounidense llamada Amigos por siempre. Al igual que en la versión argentina, lo que salva –en algunos pasajes- a la remake estadounidense es su elenco, que muestra una química apropiada y cierta efectividad en el abordaje de sus respectivos personajes. Tanto Bryan Cranston como Kevin Hart encuentran naturalidad, fluidez y carisma para construir desde la interpretación el vínculo entre un hombre acaudalado con cuadriplejia y un convicto que casi por casualidad es contratado para cuidarlo. A eso hay que sumarle lo aportado por Nicole Kidman como la secretaria del personaje de Cranston, trabajando desde el puro profesionalismo y poniéndose cuidadosamente en un rol de reparto. Sin embargo, estamos hablando de componentes puramente técnicos y decididamente predecibles, ya que conocemos la calidad de los tres actores. Lo que no hay es una historia verdaderamente arriesgada y potente: en Amigos por siempre todo va por los carriles habituales de la corrección política –esa que suele explicitar un cierto grado de conflictividad para luego negarlo-, sin tomar aunque sea un mínimo riesgo. Lo mismo aplica para la puesta en escena: la dirección de Neil Burger apenas si se emparenta con lo cinematográfico y a lo sumo quiere demostrar algo de personalidad en una secuencia donde aparece Julianna Margulies que bordea el golpe bajo pero que aunque sea se anima a generar algo de incomodidad. Y si bien esa impersonalidad la aleja de algunas manipulaciones y subrayados que se imponían en la versión original francesa y la adaptación argentina, también la condena a una medianía absoluta. Lo peor de Amigos por siempre es que si bien conseguía plantear sus conflictos personales y sociales con algo de efectividad, rápidamente llega a un punto muerto, girando en el vacío y acumulando situaciones inconexas, para luego querer reavivar los conflictos apresuradamente. El resultado es obvio: no se genera una verdadera empatía con los protagonistas (más allá del carisma de los actores), los vínculos no son aceitados y hay un constante forzamiento tanto de lo dramático como de lo cómico. Amigos por siempre es una película prolija y construida para agradar, pero al mismo tiempo trivial y olvidable, que repite y jamás se atreve a innovar.
Esta historia ya tiene varias remake, se originó en Francia donde fue récord de taquilla como Intouchables, 2015; en la India como Oopiri en marzo 2016, Argentina Inseparables en agosto de 2016 dirigida por Marcos Carnevale, protagonizada por Oscar Martínez y Rodrigo de la Serna y ahora Estados Unidos con Amigos por siempre, 2017. Cuenta con un buen elenco Phillip Lacasse (Bryan Cranston) es el millonario cuadripléjico que después de una serie de evoluciones finalmente quien se queda con el empleo como asistente es el atorrante Dell Scott (Kevin Hart), juntos tienen muy buena química y además esta Yvonne Pendleton (Nicole Kidman) que aunque tenga un rol secundario se destaca. Casi siempre los films norteamericanos ofrecen ese toque diferente, suelen elegir, esas bandas sonoras impecables que le dan bastante ritmo, estupendas locaciones, joyas, autos, vestuario, entre otros elementos, los cuales también sirven para financiar parte de la película. Esta versión resulta entretenida, emotiva y divertida, a pesar que hay escenas que se alargan demasiado y le sobran algunos minutos.
La remake americana de “inseparables” con Oscar Martínez y Rodrigo de la Serna. Ya la vio en francés (la muy exitosa “Amigos intocables”) y en castellano argentino (“Inseparables”, con Oscar Martínez y Rodrigo de la Serna). Ahora llega el turno de la remake americana: tipo rico cuadripléjico tiene como ayudante un tipo pobre y –en este caso como en francés–, negro. Y todo bien, eh… y Cranston y Hart son buenos comediantes, así que uno no la pasa mal. Después se olvida o se confunde una escena de una versión con la otra… Qué decirles: traduttore, tradittore.