Su historia hará que muchos piensen que está inspirada en Avatar, pero esta película a pesar que se estrena en Argentina en el 2010, es del 2007, así que salvo que hayan espiado el proyecto de Cameron, podemos decir que para ser un film de animación es...
La guerra de las galaxias Una sorprendente fábula animada en tres dimensiones llega a las salas y resulta ideal para compartirla en familia. Con varios elementos visuales y temáticos de exitosos títulos como AVATAR (ésta es anterior al film de Cameron) y de La guerra de las galaxias, Batalla por Terra llega con el mejor cuño del director canadiense Aristomenis Tsirbas. Y sin el respaldo de grandes estudios como Pixar o Dreamworks. Enmarcada por la envolvente partitura musical de Abel Korzeniowski, el relato comienza con bellísimas secuencias de vuelo que emprenden estas criaturas indefensas que habitan el tranquilo planeta Terra: flotan (se deslizan como Patrick Duffy en El hombre de la Atlántida), manejan planeadores y nada parece quebrar la paz que reina en ese lugar. Claro...hasta la llegada del hombre. Los últimos habitantes de la Tierra invaden ese frágil mundo porque en el suyo se han agotado los recursos y buscan un nuevo hogar. Mala (con voz de Evan Rachel Wood), una adolescente de Terra, hará lo imposible por proteger su hogar de los invasores e incluso deberá buscar a su padre que ha sido raptado por los extraños. Y como se trata de un film con intención integracionista que se da a partir del choque de culturas entre ambas civilizaciones, Mala ayuda a un soldado humano que estrelló su nave durante una misión de reconocimiento. Técnicamente irreprochable y con menos recursos que otras superproducciones, el relato tiene escenas de acción logradas y emociona con su tono pacifista y ecologista (las secuencias de las ballenas). Batalla por Terra llega con tres años de retraso y la experiencia bien vale la pena.
Al fin una película de animación occidental distinta! Batalla por Terra es por lejos la mejor producción independiente que llegó a los cines dentro del género de animación en los últimos años. La verdad que no va a ser una sorpresa si en el futuro el director Aristomenis Tsirbas termina dirigiendo alguna película para Pixar o Dreamworks porque el trabajo que hizo con su ópera prima es buenísimo. De hecho, Brad Bird, responsable de Los Increíbles y Ratatouille, arrancó así. Es imposible no pensar en Avatar cuando uno se pone a ver este film, ya que la historia es muy parecida y el mundo de alienígenas que creó Tsirbas remite bastante al Pandora de James Cameron. Aunque los personajes son físicamente distintos tienen muchas cosas en común y enfrentan al mismo enemigo, que son los humanos. Vale destacar que esta producción se hizo antes que se conociera el proyecto de Avatar. Batalla por Terra es una película de aventuras que no fue concebida para vender productos en la cajita feliz de McDonalds. Es una película familiar que puede ser disfrutada por chicos de siete años en adelante, especialmente los varones que son los que más se pueden enganchar con la historia. No hay mucho humor ni tenés personajes comediantes. Es una historia con un mensaje interesante sobre la guerra y el racismo. Es loco porque en este caso los alienígenas son super pacíficos y tiene armamentos mucho menos desarrollados que los seres humanos por la sencilla razón que no están acostumbrados a pelear. Viven en su mundo y no joden a nadie. Esto cambia cuando los terrestres invaden el Planeta para apoderarse de sus recursos y no les queda otra que defenderse. La verdad que para ser un film que se hizo con 8 millones de dólares las secuencias de acción y toda la ambientación de la historia es realmente espectacular. Las producciones animadas de los grandes estudios en el último tiempo no bajan de los 150 millones de dólares algo que en este género marca una diferencia importante en lo que después vemos en la pantalla. Con un presupuesto muy moderado el director Tsibas no sólo presentó un producto super digno, sino que además superó claramente a otras películas independientes que pasaron por los cines como Astro Boy, Planeta 51 o Vamos a la luna. En Estados Unidos le pegaron bastante varios medios por el tema de la violencia y el hecho que los aliens resuelvan las cosas peleando, algo que me parece una reverenda boludés. El film se llama Batalla por Terra no Plaza Sesamo en el espacio. Que hubiera sido de Star Wars si Luke Skywalker y Darth Vader hubieran resuelto sus diferencias hablando pacíficamente. Un bodrio!! Es una historia de fantasía y si sos chico esperás ver esas batallas espaciales que ofrece la película y son fabulosas. La verdad que resultó una sorpresa porque no tenemos muchos estrenos de animación por año en los cines que ofrezcan algo distinto de las típicas comedias de Dreamwoks y los melodramas de Disney. Acá tenemos una producción chiquita de aventuras espaciales que se disfruta y está para ver.
Para adolescentes y niños varones Como en "Avatar", los humanos buscan un planeta para apoderarse de su energía. Nadie puede arrogarse ser el dueño, no ya de la verdad, sino de la originalidad en el cine. Típica historia de ciencia ficción, con un planeta siendo atemorizado por una invasión extranjera, Batalla por Terra 3D es, en su base y su fondo, lo mismo que en Avatar cuenta James Cameron: los humanos aniquilaron sus fuentes de energía y marchan hacia el espacio en búsqueda de conquistar algún planeta donde poder obtener lo que destruyeron en el suyo. Como los Na'vis imaginados por Cameron, los habitantes de Terra son pacíficos y no molestan a nadie. Hasta que los molestan. Si los humanos vencen, será a costa de los habitantes de Terra, ya que para obtener el oxígeno deberán realizar cierto dispositivo que terminará envenenando a los locales. La protagonista es Mala, que no es mala sino todo lo contrario. Ama surcar el aire con su máquina, y como es algo rebelde, llegar hasta un túnel de viento y hasta ahí nomás, porque los líderes no permiten ir a zonas prohibidas. Cuando el ataque, su padre es apresado con otros cientos, y ella rescata a un piloto humano herido. Claro, Mala quiere recuperar a su papá, y con la ayuda del buenazo de Jim elaborarán un plan para salvar a la raza humana y al planeta Terra. Proyectada en 3D, la película del canadiense Aristomenis Tsirbas gana algo en la profundidad. Es un relato de aventuras, con algunas escenas que no ahorran crudeza -cuando los buenos se quedan sin poder respirar-, con generales malos y el pueblo siempre bueno, personajes corajudos, desafiantes y rebeldes. El público de Batalla por Terra 3D son los niños varones y algunos adolescentes. El estilo visual de las batallas también remite, en parte, a Star Wars: la guerra de los clones. En síntesis, un entretenimiento, un pasatiempo para seguir alimentando la fiebre del 3D en el público infantil.
Relato futurista con moraleja y sólo en 3D Explícitos mensajes ecológicos en Batalla por Terra Tres años antes del estreno de Avatar , Batalla por Terra planteó un punto de partida argumental con más de un elemento en común con la revolucionaria obra de James Cameron. Aquí también los seres humanos se ven en un futuro impreciso ante la necesidad de conseguir recursos elementales para garantizarse la supervivencia. En este caso, el planeta se quedó sin oxígeno y permanece en órbita como una masa oscura y esférica de hierros retorcidos. El vital elemento abunda en Terra, un astro rebosante de nubes en el que hay delfines surcando los cielos y cuyos habitantes son vivaces alienígenas de ojos saltones y sin extremidades inferiores, que disfrutan de una convivencia en perpetua armonía. Todo se desvanece ante el inevitable choque con los humanos, ejecutado con espíritu de campaña militar. Pero Terra no es Pandora y el canadiense Aristomenis Tsirbas está muy lejos de alcanzar el virtuosismo y la inspiración de Cameron para valerse de la tecnología 3D en la creación de nuevos universos visuales y cinematográficos. No se percibe en el realizador vocación por trabajar el detalle y enriquecer a los personajes de este mundo nuevo más allá de una descripción básica y convencional. Pero Tsirbas, al menos, muestra sensibilidad plástica para aprovechar el cuadro y poner a su favor algunas de las posibilidades visuales ofrecidas por la imagen tridimensional. El humor, ausente Con estas herramientas, el film entrega sin demasiadas sutilezas -y con una falta absoluta de humor que extrañarán los más chicos- un explícito mensaje ecológico que subraya la responsabilidad de los humanos en la destrucción del medio ambiente. El vehículo para dejar en claro este planteo pasa por el acercamiento en medio de la batalla entre dos prototipos de sus respectivos mundos: Mala, la alienígena que comprende antes que sus pares las necesidades de los humanos, y Jim Stanton, un militar que con el tiempo no dudará en enfrentarse a sus superiores y poner en cuestionamiento el cruento plan que tienen entre manos. El mensaje resulta más preciso que el retrato de los personajes, desfavorecido -sobre todo en el caso de los humanos- por la exagerada rigidez de sus rasgos. El brío narrativo y la espectacularidad de algunas secuencias disimulan en parte estos condicionamientos y, de paso, también dejan al descubierto las múltiples influencias que inspiraron este relato, de La guerra de las galaxias a los videojuegos inspirados por Final Fantasy.
Invasores vs. Invadidos El hombre invade y destruye un terreno que le es ajeno y amenaza a alienígenas que conviven en tolerancia, paz y armonía. Así se da inicio a la aventura de acción que es Batalla por terra (3D) (Terra, 2007), un film de animación computarizada de producción independiente. La idea de mostrar al hombre como un ser de naturaleza conquistadora, militarizado en su conducta, con ansias de dominación capaz de manipular un plan de ataque sin importar sus consecuencias con tal de sobrevivir. El hombre busca asentarse en planetas vecinos ante la imposibilidad de la Tierra para continuar albergando vida producto de la contaminación que la llevaron a un estado de no retorno. Una guerra interplanetaria por la disputa de quien mantendrá la vida humana, deja a la pequeña y desconocida Terra como la única esperanza de una raza humana que busca sostener su existencia. De todas formas, en la guerra siempre hay dos que combaten, y los dos bandos tienen sus intenciones y motivaciones bien marcadas, los dos atacan, los dos se defiendan, se repliegan y contraatacan. Los seres extraños de otra raza también encierran en su accionar razones y verdad opinables, lo cual permite al film establecer un debate moral tan sorprendente como bienvenido que tiñe al film de un aura polémica y necesaria en estos tiempos de conformismo. Como gran espectáculo visual que es apreciado gracias a las virtudes del cada vez mas preponderante 3D, la película cumple con destreza narrativa y un acabado desarrollo de personajes. Sin ser parte de los estudios top de Hollywood como Dreamworks, Pixar o Diseney, el acabado visual que lleva a cabo Aristomenis Tsirbas es meritorio de destacar. Pero como dicho en el párrafo anterior, el 3D es un vehículo para contar la historia y no éste un pretexto para hacer gala de la innovación tecnológica. Con algunos puntos en común con Star Wars (las naves espaciales) y con reminiscencias de Avatar (el choque de culturas, el otro mundo) el film va creando su atmósfera en un mundo de ficción intentando crear conciencia a través de un mensaje social que indefectiblemente nos alerta sobre los peligros del planeta por su constante descuido ambiental. La violencia humana y la comprensión alienígena se confundirán a medida que avance el conflicto generando una disyuntiva ideológica que habla sobre la subsistencia de la especie, no como en Avatar donde se escondía detrás un interés monetario. La toma de partido, en principio, no es de fácil resolución y las líneas éticas posibles de desplegar son ambiguas, lo que de por si nos plantea un film de ficción de impacto y con la consistencia necesaria como para ser inteligente en sus conceptualidades. Batalla por terra (3D) llega a su desenlace con cierta irregularidad narrativa simplificando la visión del espectador por medio de la identificación con uno de los personajes, sin dejarnos margen alguno de duda. Sin embargo teniendo en cuenta los menores recursos –en comparación con los tanques hollywodenses- con los que ha afrontado esta compleja historia, su resultado es más que alentador. El hombre a lo largo de su historia se ha recostado en su ambición para atravesar mares y conquistar territorios, tal cual es plasmado en el relato. El film carece de la condición ambiciosa, que tenía por ejemplo Avatar. Sus limitaciones lo reducen a una maqueta simple y medida. A fin de cuentas, no es poco decir.
Terra es un planeta habitado por unas civilizadas y pacíficas criaturas. Todo cambia cuando los humanos, buscando un nuevo hogar luego de que la Tierra fue destruida, llegan para hacer de este planeta, su nuevo hogar. Para evitar una guerra, un soldado humano llamado Jim (Wilson) y una Terrana llamada Mala (Wood) deciden unir fuerzas. Una vez más nos encontramos con un cortometraje que a llegó a manos de algún productor y decidieron hacer una película sobre la misma historia. El antecesor de Batalla por Terra es un corto del 2003, del mismo directo, de tan solo siete minutos que se llama, al igual que el título original del film, Terra. Con virtudes y defectos similares al estreno de hace unos meses, Número 9, el debut cinematográfico de Tsirbas trata de hacerse un lugar en el plano de la animación por computadora. Sin embargo, no es lo mismo desarrollar una historia para un corto que para un largometraje. Primero lo primero, la animación no está a la altura de lo que se puede encontrar últimamente en las salas de cine. Si bien es un film que tiene ya 3 años de antigüedad, desde hace largo rato los muchachos de Pixar han sabido deleitarnos con lo mejor en animación, y en los últimos años DreamWorks se le ha acercado bastante, hubo algunos films de otros estudios que han ofrecido algunas alternativas interesantes, al menos hablando en la calidad de la animación. Lamentablemente, este no es el caso. De todos modos, esta un par de escalones arriba de la película que viene a reemplazar en la cartelera 3D Garfield y el Escuadrón de Mascotas. Por otro lado, una de las cosas más atractivas de los filmes de este tipo es el diseño de los personajes y paisajes, y no es algo que uno pueda resaltar realmente. Pero permítanme decir que eso es algo por lo cual, realmente no se puede culpar a la película. Repasemos "Película 3D, humanos buscando un nuevo planeta, choque de civilizaciones, un militar humano y una extraterrestre", si señores, ya lo vimos, se llama Avatar. Aunque no todo es tan sencillo, el corto es de 2003, y el largo tiene como fecha de producción 2007, hablamos de que ambas producciones anteceden al film de James Cameron, sin embargo, ha llegado a nuestros ojos más tarde que este, y eso hace que uno se vuelva más exigente, es inevitable. Y es muy difícil, por no decir imposible, hoy por hoy, competir contra eso. Hay años de producción y un par de cientos de millones de dólares en presupuesto de diferencia. Todo esto sin mencionar el equipo creativo que se necesita. Volviendo al planeta Terra, como puntos a favor podemos resaltar que la historia esta bien. Si bien podamos pensar en Titan A.E. o la ya mencionada película con los Na'vi, la obra de Tsirbas, encuentra identidad propia, y logra entretener a lo largo de sus poco más de ochenta minutos. Hay emoción, hay un planteo moral un poco más interesante que en las películas de este tipo. No hay malos tan malos, ni buenos tan buenos, hay grises, y si bien termina como se espera, le suma un poco de tensión a la narración. Esto mismo la lleva a no ser, tal vez, ideal para ver con los más chiquititos. Hay guerra, hay drama. Pero también da la posibilidad de mostrarle a los no tan chiquitos otra forma de resolver los conflictos donde no siempre alguien tiene que perder para que el otro gane. Para resumir, Batalla por Terra si bien tiene sus aspectos positivos, no aporta nada nuevo a una trama ya vista este año en cines. Es una alternativa más disfrutable en 3D que su antecesora, pero tampoco es algo que la haga muy atractiva. Y no es lo más recomendable para ver con los más chicos. Entretiene, pero se queda a mitad de camino en más de un sentido.
Belicosidad pacifista El contexto y el presupuesto suelen ser dos factores decisivos al momento del estreno de una película, en especial si consideramos las demoras propias de la distribución mundial y las enormes diferencias entre los recursos de los productos mainstream y los llamados “independientes” (concepto amplio si los hay…). Batalla por Terra 3D (Battle for Terra, 2007) sufre muchísimo debido a sus similitudes con Avatar (2009): tres años después de haber sido completada, un año luego de su fracaso absoluto en la taquilla estadounidense y cinco meses después del tanque de James Cameron, el film está predestinado al olvido. La historia es tan antigua como la injusticia: un pueblo con un pasado turbio alcanza un presente de relativa tranquilidad hasta que por enésima vez aparece un invasor extranjero con hambre de pillaje y destrucción. Los protagonistas en este caso son las víctimas, una raza alienígena que habita el planeta del título, y no extraña que los victimarios sean los seres humanos, unos homeless espaciales fruto de guerras eternas. Mala (Evan Rachel Wood) ve cómo los susodichos secuestran a su padre Roven (Dennis Quaid) y aún así ofrece refugio al piloto Jim Stanton (Luke Wilson) cuando su nave cae sobre la superficie. El director Aristomenis Tsirbas contó con apenas ocho millones de dólares y en general supo construir una animación bastante digna aunque poco imaginativa, en ocasiones bordeando el plagio: encontramos demasiadas “referencias” a los diseños de La Guerra de las Galaxias (Star Wars, 1977). Más allá de las comparaciones, la propuesta carece de un desarrollo de personajes en verdad sustentable, capaz de movilizar al espectador y sumergirlo de cabeza en la trama. El guión de Evan Spiliotopoulos, basado a su vez en un corto del 2003 del mismo Tsirbas, pronto queda prisionero de una infinidad de estereotipos. Lamentablemente ni siquiera podemos disfrutar de las voces originales porque sólo nos llega doblada al castellano (además de los citados, el frondoso elenco incluye participaciones de James Garner, Brian Cox, Danny Glover, Mark Hamill, Rosanna Arquette, Beverly D''Angelo, Amanda Peet, Chris Evans, Ron Perlman y Danny Trejo). Se agradecen las buenas intenciones ideológicas y resulta meritorio el realismo oscuro de algunos pasajes pero el convite defrauda en términos narrativos y apenas si funciona como un alegato a favor de la belicosidad pacifista y/ o el resurgimiento de la violencia contenida.
Invasores del universo En un planeta llamado Terra vive en total armonía con la naturaleza una comunidad de seres que en lugar de caminar flotan en el aire. Tienen escuelas, casas, organización política y paz. Hasta que un día llegan naves de otro planeta, que intentan destruir y colonizar Terra. Las naves salen de un arca, lo único que quedó en pie después de que el planeta Tierra agotara sus recursos naturales. Así, los extraterrestres, esta vez, son los humanos. Uno de ellos, un soldado, conoce en Terra a una joven nativa, que le permite ver cómo viven los "flotantes", sentirse cerca de ellos y, eventualmente, hasta dudar en pasarse a su bando. ¿Suena familiar? Las similitudes entre este filme y Avatar no sólo están en la trama y personajes, también en la metáfora anticolonialista, antibélica y ecologista. ¿Alguien copió la idea de alguien? Difícil saberlo. Cameron dijo que hace 15 años empezó a trabajar en el guión de Avatar, y Batalla por Terra está basada en un corto de 2003 del mismo director, Aristomenis Tsirbas (experimentado en efectos especiales en grandes películas, incluida Titanic), que realizó finalmente el filme en 2007 y recién ahora llega en 3D. Pero si de buscar similitudes se trata, entonces hay que recordar que tanto este filme como el de Cameron deben mucho, en primer lugar, a las imágenes e ideas de Hayao Miyazaki. La animación del filme escapa al realismo tanto en el trazo de sus personajes, como en sus paisajes casi oníricos de líneas suaves y armoniosas, o en sus escenas bélicas dignas de un videogame. El 3D está usado en justa medida, poniendo relieve ahí donde es necesario y evitando el abuso. Tras una breve presentación de los personajes (a quienes no hubiera venido mal añadir algunos rasgos más), la acción es simple y va al grano, en una vaivén de defensa y ataque entre los dos bandos: unos protegiéndose del invasor humano; los otros, conquistando por la fuerza su última esperanza de supervivencia. En su versión original el filme tiene el plus de contar con voces famosas como las de Evan Rachel Wood, Luke Wilson, Danny Glover o Dennis Quaid, pero la versión que llegó a las salas de Córdoba está doblada al español. La película es apta para todo público y sólo algunas escenas bélicas pueden no ser apropiadas para los muy niños.
Mensajes en el Espacio Terra, es un planeta en donde viven unas pequeñas criaturas flotantes, ellos conviven en paz y armonía con la naturaleza y celebran lo que les da la vida. Viven en un paraíso, con simpáticos pajarillos y ballenas voladoras., donde Mala y Senn los dos jóvenes protagonistas, disfrutan volando en rudimentarias avionetas. Hasta que un día, llega el hombre, si el humano, con su invasión y todo cambia, la guerra y la destrucción se hacen presentes en el hasta entonces pacífico lugar. Pero un humano, el Teniente Jim Stanton, es derribado con su nave por un fuerte viento y es rescatado por Mala, entonces ella lo lleva a su hogar, sin saber a que se expone. Pero gracias a la ayuda de Giddy, un pequeño robot ayudante superinteligente, los dos seres tan diferentes, logran comunicarse y llegar a un acuerdo, en el que Mala, que es una inventora innata, ayudará a Jim a reparar su nave, y éste le devolverá a Mala su padre, que fue secuestrado por los militares humanos. A partir de esto, se suceden varios conflictos provocados, de un lado por las fuerzas militares, que buscan rescatar al soldado perdido y por el otro por los nativos terráneos que no se quedarán atrás y se defenderán con honor. Los humanos, buscan conquistar este planeta en busca de un lugar para establecerse, ya que tanto la Tierra como Marte y Venus, fueron destruidas cuando se originó una guerra entre estos tres planetas a causa de los dos últimos, por entonces colonia terrícolas, reclamaran su independencia. Entonces los pocos humanos que sobrevivieron, fueron reclutados en un “arca” espacial y entrenados, en busca de un planeta que pudiera albergar vida más allá de nuestro sistema solar, viviendo en una especie de estación espacial flotante con forma de anillos, al mejor estilo de “la estrella de la muerte” de Star Wars. Todo se agrava cuando el General Hammer, decide hacer una especie de “golpe de estado” interno, y no acata el plan de rescate pacífico, ni quiere esperar que se “estudie” a la raza nativa, y emplea a sus soldados para iniciar un ataque armado, que incluye la instalación de una especie de talador gigante con chimeneas que generan oxígeno para que los humanos pueda respirar, pero que obviamente, esto mata a los nativos. Con una temática bastante parecida a “Avatar” (aunque es del 2007), y también algunos parecidos, salvando las distancias, con “Día de la independencia”. Batalla por Terra busca dejar un mensaje de paz, hermandad y de amor por la naturaleza.
La batalla por Terra es un producto arriesgado, diferente a lo que hoy se conoce como cine infantil. Se ha hablado de las similitudes con Avatar, aunque hay que aclarar que La batalla por Terra data de 2007. Lo único que queda claro, entonces, es que la originalidad no sólo es algo en desuso, sino que es muy difícil de hallar en el arte audiovisual. Por eso, las películas deben ser analizadas por lo que quieren ser y por lo que logran ser, a partir de cómo son. Lo demás, el contexto, en ocasiones se puede dejar de lado: salvadas las similitudes no sólo con Avatar, sino también con Star Wars, el film animado de Aristomenis Tsirbas resulta una interesante fábula sobre la supervivencia. Las cosas son bien claras: por un lado, tenemos al planeta Terra, donde habitan una serie de criaturas sin maldad aparente, gobernados por un consejo de ancianos; y por el otro a los humanos, a bordo de infernales naves, buscando qué lugar colonizar luego de haber perdido todos los hábitats que ha ocupado. Al igual que Avatar, será el vínculo que mantenga una de estas criaturas con un invasor humano, lo que revierta la situación. Claro está que a diferencia del film de James Cameron, aquí el punto de vista es el del extraterrestre (por decir de alguna manera). Mientras Avatar contaba el devenir de una invasión desde el que invadía, aquí lo que importa es la defensa contra esa invasión. Por eso, que aún pareciéndose, La batalla por Terra y Avatar difieren lo suficiente. El problema de la película animada (¿y Avatar no lo era también, acaso?) es que nos mete de lleno en el conflicto sin un trazado suficiente de los personajes: eso no estaría mal, si las acciones los definieran, pero los primeros minutos son de una fragmentación narrativa que atenta contra el interés en el relato. Una vez que los personajes se asientan y que se genera el desenlace, recién ahí Tsirbas logra que el film nos emocione y nos interese. Más allá de su excesivamente explícito y didáctico comentario ecologista, lo que sobresale es una mirada más que interesante sobre la forma de sobrevivir. Si bien Tsirbas elige el pacifismo o la autodefensa violenta, logra insertar en el recorrido algunas preguntas en forma de acción: la mejor es aquella en la que se somete al mejor soldado (nuestro héroe) a elegir entre la vida de su hermano o la de una alienígena. Momentos como estos son los que sacan a La batalla por Terra de la chatura expositiva y visual en la que se ve inmersa el resto del metraje. Lo que plantea el film es cómo ante la incertidumbre, el hilo de la vida y la muerte se torna más delgado, y lo que siempre termina perdiendo espacio es la comprensión y el raciocinio. Como en la reciente Cómo entrenar a tu dragón, el film de Tsirbas acepta la muerte como algo natural: no hay aquí negación ni simulacro. Y a veces hasta adquiere un gesto heroico. Si bien es cierto que muchas de estas decisiones clave que la película pone en el camino de sus personajes pueden convocar a la polémica, la falta de sentido del humor y la inexistente búsqueda de comicidad de La batalla por Terra la convierten en un producto arriesgado y diferente a lo que hoy se conoce como cine infantil. Es su independencia estética la que transforma al filme de Tsirbas (que no es ninguna maravilla), en una obra más que recomendable.
Nosotros o ellos Vamos por partes para evitar confusiones, derivaciones o comparaciones injustas. Avatar es de este año y Terra es de 2007. Las semejanzas entre una y otra son sospechosas cuando uno lee la sinopsis, pero el parentesco no es tan pronunciado como se cree. Sí, hay un subtexto relacionado con la ecología, pero la dinámica de ambas películas es distinta y los méritos y fallas de Batalla por Terra pueden verse, en primera instancia, de manera absolutamente aislada. Por empezar, la animación no es nada novedosa y carece de rasgos que le den una mayor dinámica a los personajes desde lo expresivo, algo que es vital cuando se trabaja desde lo digital, ya que de lo contrario la imagen aparece demasiado plástica o inexpresiva, como sucede en la mayoría del metraje, particularmente en personajes humanos. Por otro lado, a veces el guión sabe compensar estas falencias: en lugar de apelar a una expresión se queda con la acción, eligiendo tomar planos expresivos desde los cuales transmitir el estado de ánimo, además de contar con una banda sonora cargada de teclados que le dan un tono de ciencia ficción algo retro que va a la par de la película a la hora de generar climas. En otros apartados el film desborda creatividad cuando va desmenuzando esa cultura que son los seres que viven en Terra, desplegando un crisol de color y movimiento que aparece, previsiblemente, contrapuesto al universo de los seres humanos invasores, que aparecen encapsulados entre el gris y el acero de su “arca”. Sin embargo, lo interesante se plantea cuando vemos los matices: el diseño luminoso de Terra tiene oscuridad bajo su superficie y la nave humana se sale de la uniformidad cromática cuando nos acercamos a los momentos más tensos del relato. En cierto sentido, desde lo visual podríamos estar hablando de una película que se sale de cierta ordinariez cuando el encuadre acentúa la pequeñez de alguno de los protagonistas ante lo desconocido: la secuencia de la terriana (?) Mala y el terrícola Stewart Stanton en las ruinas grises, más allá de los “límites” impuestos, es interesante por el extrañamiento que provoca, tanto como esa especie de ballena que vuela por los cielos de Terra en el vértigo de la batalla o durante el pacifico paseo. Son esas pequeñas rupturas e imaginativos detalles los que suman a la hora de hacer un balance de la destreza del director Aristomenis Tsirbas en la animación. Pero centrémonos en el relato. En verdad el paralelismo con Avatar hace ruido aquí porque, leídas en un plan alegórico, la película de James Cameron se acerca más a la guerra en Medio Oriente, mientras que Batalla por Terra está más próxima a la conquista de los españoles de culturas como la Maya, Inca o Azteca. El hecho de que los denominen “dioses” a los invasores y la connotación religiosa de las naves en forma de cruz me resulta completamente contundente al respecto (aunque también hay un homenaje bastante consciente a La guerra de las galaxias). Por otro lado, en Avatar los invasores van por recursos que garantizarían la subsistencia de mega corporaciones, mientras que en Batalla por Terra es una batalla de dominación por la supervivencia. Es un escenario más cercano al “nosotros o ellos” que se plantea varias veces a lo largo de la película, sin la posibilidad de una convivencia pacífica como alternativa, dando un marco al antagonista para querer tomar acciones más “efectivas” antes que el diálogo. Por supuesto, el antagonista es un líder militar. Pero no hay un maniqueísmo tan remarcado. A mi entender el general Hemmer está mejor construido como antagonista que el coronel interpretado por Stephen Lang en Avatar ¿Mis razones para creer eso? Bueno, Hemmer es cínico pero su desesperación por sobrevivir es comprensible. En una secuencia explica lo mucho que significa pisar la tierra nuevamente y salirse de los espacios confinados de la nave y razona de acuerdo a como fue formado para actuar, viendo cómo los órganos burocráticos no resuelven nada. El personaje de Lang es mucho más superficial en el desarrollo de la obra de Cameron. Pero saliéndome un poco de las comparaciones, tampoco aparece tan idealizada la cultura de Terra: su historia guarda tanta violencia como la de los seres humanos retratados en el film pero está, precisamente, más allá de los “límites” (esta es quizá una de las metáforas más flojas del relato), vedada a quienes viven pacíficamente y administrada por un grupo de “sabios”. Finalmente, la película se resuelve a partir de la convivencia pacífica pero no sin héroes de guerra y sufrimiento. Finalmente, hay que destacar que no hay un romance entre los protagonistas. No sé por qué aparece en algunas sinopsis ya que dista de ser así. De hecho, la relación entre ambos es compleja y se mantiene en distancias donde prima la desconfianza a pesar de que hay un lazo emotivo innegable. Esta relación entre Mala y Stewart es lo que le da cierta dinámica novedosa al film, sin giros arbitrarios en sus actitudes y un desarrollo que en el clímax demuestra todas las facetas y contrariedades de esta relación. En fin, como dije, a pesar de los puntos de contacto no es Avatar. Y tiene desde su historia más de un mérito para ser una película que se sostenga por sí misma a pesar de que desde lo estético no sea tan interesante. No me interesa demasiado aclarar el target, pero las muertes no son algo que aparezca de manera tranquilizadora, además de que alguna secuencia puede ser perturbadora. Que el espectador sea quién elija si lo va a ver (me importa poco la edad, como se habrán dado cuenta).