Un retrato romántico de amor homosexual al borde de un exilio social. Crítica de “Los fuertes”. Reflejo de una pareja apasionada y libre de distinciones en un contexto hostil Florencia Fico El director Omar Zúñiga Hidalgo luego de la realización de su corto “San Cristobal” retoma la temática gay con tintes impresionistas, expresionistas y románticos. La osada interpretación de Samuel González y Antonio Altamirano sube la temperatura de la pantalla en fogosas escenas sexuales y emocionan con su tierno enamoramiento. Por. Florencia Fico. La imagen puede contener: una o varias personas, personas durmiendo, primer plano e interior El argumento de la película chilena “Los fuertes” se basa en el regreso de Lucas (Samuel González) quien se traslada a Chile para visitar a su hermana Catalina (Marcela Salinas). Se trata de una región alejada del sur chileno. Con vista al océano y la niebla. En aquel lugar conoce a Antonio(Antonio Altamirano); contramaestre de una embarcación de pesca local. En ese encuentro surge el romance entre ellos, su poder, independencia y madurez se tornan inquebrantables contra viento y marea. Omar Zúñiga, por su película Los fuertes, de amor homosexual ... El filme fue escrito y dirigido por Omar Zúñiga Hidalgo quien recreó una película dramática con grandes influencias artísticas como: el romanticismo, impresionismo y expresionismo. Cada cuadro desde la caracterización de la Toma de Valdivia hace recordar La libertad guiando al pueblo por Eugène Delacroix. Esboza el primer concepto o sentimiento de la película: la emancipación de la mirada del lugareño que rechaza el amor homosexual. En torno al impresionismo, se involucra en la grabación desde el paisajismo en superficies vaporosas, la combinación de amarillos y rojos intensos en iluminación, ya sea natural o artificial. Además sigue la premisa de la corriente plástica, capturar la luz en distintos momentos del día al mejor estilo Joseph Mallord William Turner. Sobre el expresionismo en la cinta está presente mediante la exposición de las emociones de los personajes ya sea amor, la sexualidad explícita, la soledad, el desencanto, la ira, el odio, la pasión. Asimismo el cuerpo como lienzo para mostrar situaciones de opresión y tensión de Antonio y Lucas. Omar Zúñiga y el cine chileno LGBTQ+ emergente - Homosensual El guión de Zúñiga Hidalgo visualiza los desaires a la comunidad homosexual en una región; ya sea desde su seno familiar: “Me acuerdo que yo tome su mano me acuerdo de sus ojos, estábamos en eso y llego ahí mi papa con mi mamá. Y mi papá me saco la mano de un tirón y me dijo que eso no se hacía y nos fuimos”, dice Lucas sobre un recuerdo que lo perturbó en su juventud; y sus primeros sentimientos a otro hombre. Mantente fuerte en esta cuarentena y ve «Los Fuertes» online – SACH El acoso laboral dentro de espacios con amplia mayoría masculina. La expulsión evidente a ellos. El destierro de Lucas de su lugar natal. Las diferencias económicas que hacen a algunos más libres o menos de elegir a quien amar y sostenerse financieramente. Se abarca una solapada infidelidad y negación a ser madre de la hermana Catalina quebrando el mandato patriarcal. “Parece que no soy el único pecador de la familia”, comenta Lucas a Catalina en tono de chiste conteniéndola. Película “Los fuertes”: una intensa historia de amor filmada en el ... El director de fotografía Nicolás Ibierta aprovechó toda la naturaleza disponible en la Región de Los Ríos en Chile, con capturas panorámicas a: las sierras, lagos, la bahía del Corral, ríos, bosques y alerces. El empleo de contrapicado en los protagonistas Antonio y Lucas. Tomas cenitales describen el ambiente. Los barridos y paneos aumentan la sensación de ese clima fugaz, sensual y espontáneo de las escenas sexuales y el enamoramiento. Se aplicaron grúas para las filmaciones cuando los barcos se desplazan. La musicalización de Roberto Espinoza trajo momentos de baile con cumbia, folclore con armónica e instrumentos autóctonos que dan el marco regional chileno, baladas con guitarra en tiempos de afecto y ternura y estilo pop dance que marcan los gustos personales los protagonistas. El elenco compuesto por el actor Samuel Gonzáles como Lucas, le brinda un carácter desafiante, introspectivo y en constante reflexión. Su pareja en la ficción Antonio Altamirano en la piel de Antonio le da un porte bravo, al choque y apasionado. En torno a Marcela Salinas como Catalina, hermana de Lucas, se destaca con un temple contestario, vigoroso y sensible. El artista Rafael Contreras como Martín, propone un matiz enigmático en su personaje, poco afectivo y aislado. La abuela Antonio “Adriana”(Gabriela Fernández) establece contacto con su nieto de forma conmovedora y maternal. Película “Los fuertes”: una intensa historia de amor filmada en el ... La dirección de arte en la cabeza Nicolás Oyarce y el montaje de Catalina Marín con Omar Zúñiga Hidalgo son, dignos de una gran factura. El desarrollo de actos teatrales con vestuario de las tropas realistas españolas y las chilenas con espadas y sables. Las navegaciones de Antonio cuando va de pesca. La producción de festivales y espacios de recreación. Película “Los Fuertes” de Omar Zúñiga en plataforma VOD - El Mostrador El posicionamiento en la plaza de Valdivia; lugar clave para la independencia chilena como anteúltimo paso para desvincularse del Virreinato del Perú. Lo lograron gracias a un operativo anfibio es decir marítimo y terrestre para romper con los fuertes que crearon los españoles; para detener otras colonizaciones extranjeras. Contemporáneamente en las ruinas de esas fortificaciones se hallan Lucas y Antonio jugando como adolescentes cariñosos; con una carta potente contra su pueblo que los segrega y margina de su amor. Lanzan plataforma para acceder a teatro chileno La película chilena es un sólido mensaje romántico contra las voces de rechazo y la homofobia existente. Con vigor, el realizador Omar Zúñiga Hidalgo compuso una poética y épica novela de amor gay. En la que los actores Samuel González y Antonio Altamirano dieron una entrega completa al soltarse y afianzar una pareja que resiste los prejuicios locales. Puntaje: 85 Dirección Música Reparto Guion Fotografía La película chilena es un sólido mensaje romántico contra las voces de rechazo y la homofobia existente. Con vigor, el realizador Omar Zúñiga Hidalgo compuso una poética y épica novela de amor gay. En la que los actores Samuel González y Antonio Altamirano dieron una entrega completa al soltarse y afianzar una pareja que resiste los prejuicios locales. User Rating: No Ratings Yet ! Editar FacebookTwitterGoogle+LinkedIn
Detrás del miedo se encuentra la felicidad Los fuertes (2019), film chileno escrito y dirigido por Omar Zúñiga Hidalgo que deja en evidencia cuáles son nuestras fortalezas y debilidades. Con la mirada de dos seres con vidas opuestas a modo de espejo. Se trata de una bonita, irresistible y contagiosa historia de amor, para vivirla con plenitud se necesitará de una fortaleza desconocida. Lucas (Samuel González) vive en Santiago de Chile, es becado como arquitecto para ir a Canadá, por lo que viaja a un pueblo cercano a Valdivia, para despedirse de su hermana Cata (Marcela Salinas). Pero conocerá a Antonio (Antonio Altamirano), quien trabaja en un barco pesquero de sardinas y creció en una isla cercana. Un intenso romance surge entre ambos, lo que cambia su realidad por completo y probablemente su futuro. Lo seguro es que su vida, será un antes y un después. La simpleza y la fluidez del film generan credibilidad. Así también las locaciones, paisajes, sonido ambiente, cabañas y vestuario lugareños, la presencia e importancia del mar, la música y la recreación de un pueblo en donde todos se conocen, generan una atmósfera poética y propicia para el nacimiento de un amor liberador. Los diálogos son impecables y espontáneos. Sin lugar a dudas Zúñiga Hidalgo tiene un estilo natural, sutil y con personalidad, relata la historia a su ritmo, brindando la información precisa sin ser condescendiente con el espectador, aunque lo incluye de manera permanente. Por ese motivo, el film realmente funciona, emociona, transmite el entusiasmo y las sensaciones del inicio del amor. Por otro lado, cabe destacar la excelente construcción de los personajes y sus justificaciones. Sin embargo no todo es mérito del director, las brillantes actuaciones de sus protagonistas, completan el logro de un film muy recomendable que nos hará reflexionar e identificarnos con los protagonistas y sus conflictos internos: el desarraigo, la conexión y sensación de pertenencia con nuestra tierra, la búsqueda de la felicidad, las creencias impuestas por nuestros padres, la censura, celos, miedos e inseguridades, los recuerdos y el valor que le damos a las cosas. "Por más capas de protección que nos pongamos para no sufrir, el amor logra desnudarnos y enfrentarnos al mundo con otra mirada al encontrar seguridad y fortaleza en nuestro interior. Para atreverse a amar hay que ser fuerte y para sufrir también. Intensas emociones que te cambian y determinan tu identidad, huir o elegir vivir una experiencia lejos, son dos cosas muy diferentes. Es la lección y el mensaje más importante de este film." Clasificación: 9/10
El realizador Omar Zuñiga propone una historia de amor con fecha de caducidad en un escenario difícil lleno de hombres marcando sus espacios y con tradiciones bien arraigadas. La dupla protagónica (Antonio Altamirano y Samuel González) se destacan en una película que trasciende su relato y se convierte en una declaración sobre valores y principios en medio de un territorio naturalmente hostil.
CHICO CONOCE CHICO ¿Cómo volver a contar una historia de amor y que parezca algo novedoso? ¿Cómo contar una historia de amor gay sin caer en los lugares comunes que tiene el cine para mostrar la discriminación y la violencia homofóbica? Estas preguntas no resultan explícitas en Los fuertes porque no se trata de una película que haga evidente su proceso ni su artificio. Sin embargo, parecen haber sido planteadas inconscientemente por el director Omar Zúñiga Hidalgo, quien adapta su corto San Cristóbal para contar la relación que nace entre un hombre que va a visitar a su hermana en un pueblo portuario del sur de Chile y el contramaestre de un barco de pesca. Los fuertes presenta algunos conceptos que construyen significado con el fin de jugar con las expectativas del espectador. Por un lado tenemos ese mundo de pescadores y hombres simples y rudos que cumplen un trabajo ancestral; por el otro un pueblo rodeado de edificaciones de tiempos coloniales donde se recrea una batalla histórica como atracción turística. Ambos espacios permiten vislumbrar una relación fuerte del entorno con las tradiciones y es donde uno supone que el director pondrá el peso del relato: en cómo esos hombres deberán ocultar su amor y su deseo, en cómo ese entorno conservador impondrá el peso de su ley. Sin embarco Lucas y Antonio (Samuel González y Antonio Altamirano, ambos excelentes) se irán descubriendo, se buscarán, se seducirán y vivirán su amor. No diremos que ese amor se vive con libertad absoluta, porque hay pequeños gestos y situaciones que dejan entrever la violencia a la que los personajes son sometidos, pero en verdad Lucas y Antonio expresan lo suyo con un sentido mucho menos trágico del que uno esperaría en términos narrativos. Y esa falta de conflicto no suena inverosímil porque el film se construyó sólidamente sobre el crecimiento de esa relación. Claro, uno descubre progresivamente que Los fuertes es una película totalmente diferente a la que la suma de sus partes parecía apuntar. En concreto la película de Omar Zúñiga Hidalgo es antes que un drama sobre la identidad, una historia de amor y una reflexión sobre el amor como algo difícil de acondicionar con la adultez. De manera inteligente, Los fuertes se va posicionando en otro lugar a medida que avanzan sus minutos. Y surgen otros conflictos que no son aquellos que pensábamos, pero que tampoco son menores: ¿qué lugar ocupan los deseos individuales una vez que se construye una pareja? ¿Se debe someter una decisión personal al deseo del otro? Lucas y Antonio tratarán de desentrañar el misterio; uno con su ánimo nómade y el otro aquerenciado al lugar. Posiblemente muchos se pregunten si la singularidad de tener protagonistas homosexuales alcanza para convertir a Los fuertes en un drama romántico por encima de sus propias limitaciones genéricas. Y si la ausencia de conflictos más espesos en relación a la identidad sexual de sus protagonistas no la vuelven un poco leve. Son dudas razonables en un sentido de relato tradicional, pero Los fuertes va más allá y termina resolviendo la ecuación en un sentido inverso: ¿cómo hacer más universal un historia de amor gay si no es mostrándola a partir del placer de dos cuerpos que se encuentran sin culpas? Omar Zúñiga Hidalgo logra una película simple y pequeña, pero de una gran inteligencia.
Una aventura vacacional, el amor y sus conflictos… «Los fuertes», un romance protagonizado por Samuel González y Antonio Altamirano, celebra la libertad del amor. Una cinta del director y guionista ganador de un Teddy Award Omar Zúñiga, que además cuenta con la producción ejecutiva de la cineasta Dominga Sotomayor. Lucas (Samuel González) viaja a visitar a su hermana Catalina (Marcela Salinas) a un pueblo remoto al sur de Chile. Frente al océano y la niebla, conoce a Antonio (Antonio Altamirano), contramaestre de un barco de pesca local. Cuando un intenso romance surge entre ambos, su fuerza, su independencia y su adultez se vuelven inamovibles ante la marea. La película se centra en un amorío que surge en la región de Valdivia cerca del mar, donde un joven arquitecto tranquilo y callado decide alejarse de sus padres tras el rechazo de los mismos por su condición sexual y buscar refugio en su hermana, que a su vez también debe lidiar con sus propios problemas, y un contramaestre marino de personalidad fuerte quien no oculta, pero en lo posible trata de omitir, su predilección por los hombres. Entre ambos de inmediato nace una atracción tan grande como la búsqueda de sí mismo en este mundo. Un romance pasional que solo resulta un amorío de vacaciones. Estas temáticas sobre la orientación sexual y la carga dramática que conlleva abordar estos relatos son un desafío para lograr dejar un mensaje sobre la aceptación de uno mismo y de terceros. En este intento de querer recrear un romance tan icónico como lo fue «Secreto en la montaña» (Ang Lee, 2005), «Los fuertes» se queda mucho más que a medio camino, donde la trama nunca termina de encontrar su identidad ni sello. Nos ofrece un romance que no se desenvuelve más allá de encuentros sexuales. Un drama romántico que podría haber sido ameno termina convirtiéndose en tedioso e indescifrable, con un guion con fisuras constantes que se enreda dejando un hilo narrativo con sabor a nada, y un ritmo que jamás encuentra su tiempo llevando al film a navegar en intentos continuos de un salvataje imposible. Hay que destacar las actuaciones correctas de Samuel González y Antonio Altamirano, donde la química entre ambos fluye de forma natural. Cuesta encontrar aquel mensaje que pretende dar en su totalidad, su fallida intencionalidad de crear un calado clima que sacuda al espectador, hace se vuelva superficial. En síntesis, «Los fuertes» es una historia con un propósito que no llega a su objetivo de ser un relato íntimo, romántico y conmovedor. Pero que sí puede verse claramente la conexión propia de dos personas que se gustan. Una historia sencilla que podría haberse explotado mejor y no se logró. Aunque sí podría decirse que al menos sirve en cuanto a la visibilidad sobre la condición homosexual. Nota importante: A partir de hoy se podrá ver la película en Puentes de Cine.
Amores como el nuestro Protagonizada por Samuel González y Antonio Altamirano, Los fuertes aborda un relato de amor entre dos hombres y contado no de la forma que posiblemente la temática nos tenga acostumbrados, donde la moral está en conflicto y los estereotipos son remarcados, sino a partir de una historia donde el placer es protagonista. La película filmada en el sur nos presenta a Lucas (González), quien viaja a ver a su hermana a un pueblo remoto al sur de Chile. Allí conoce a Antonio (Altamirano), contramaestre de un barco de pesca local. Surge el romance entre ellos y así se profundiza la sensibilidad de estos actores. Los fuertes se trata de la ópera prima del director chileno Omar Zúñiga Hidalgo, y se encarga de narrar con firmeza, desafiante y constante reflexión esta historia de amor en la que la exaltación de la pasión entre dos hombres se encuentra arrebatada por contradicciones propias de los personajes y la dominación del entorno: una zona hostil y un universo como el de los pescadores, donde todavía es posible encontrar agresiones y resistencias al amor homosexual. La película gana en mostrarnos paisajes asombrosos con niebla y vista al océano (gran trabajo del director de fotografía Nicolás Ibierta, quien aprovechó toda la naturaleza disponible en la Región de Los Ríos en Chile) y en contarnos un cuento con cierto espíritu y sin prejuicios, donde la fuerza y la adultez están presentes en la exposición de las emociones de los personajes, desde el amor, la sexualidad, la ira, el desencanto y la soledad.
Esta película seleccionada para la apertura oficial del Festival de Valdivia 2019 fue producida entre otros por Dominga Sotomayorl, filmada en los alrededores de esa ciudad del sur de Chile, e interpretada por algunos actores locales y otros no profesionales, entre los que se destacan Samuel González y Marcela Salinas. Se trata de una historia de amor entre dos hombres, poco frecuente hasta hace muy poco en el cine chileno y latinoamericano. Un joven arquitecto llega a la zona de Valdivia a visitar a su hermana, antes de viajar a Canadá con una beca. Huye del rechazo de sus padres a su condición sexual. En el sur chileno conoce a un hombre de la región, pescador, e inmediatamente nace entre ambos un amor pasional. La espectacular, imponente geografía de la Región de los Ríos, con sus bosques, ríos y mar es el marco ideal para esta historia de gran ternura entre hombres fuertes, de diferente formación y cultura. La sexualidad está vivida y retratada –en escenas eróticas bastante explícitas- como la celebración de los cuerpos. Si bien la narración se reitera en ciertos aspectos, quitándole algo de tensión dramática, es un valioso aporte en una misión que busca el reconocimiento y la visibilidad de la condición gay.
Este melodrama chileno se estrena para celebrar el Día Internacional del Orgullo LGBT. El protagonista es Lucas, un arquitecto que, antes de irse a vivir a Montreal, pasa unos días en la casa de su hermana en el sur de Chile como último contacto familiar antes de su viaje, ya que luego de una visita a la dentista el guión deja claro que el protagonista no quiere saber nada con sus padres por la intolerancia de ellos ante su elección de género. Pero una tarde, luego de asistir y tomar apuntes de un fuerte de la era de la guerra por la independencia, con una recreación de un combate en el que las tropas de Lord Cochrane vencieron a los realistas, Lucas se encuentra con Antonio, y nace un gran amor casi de inmediato. Él es un marinero y pescador que viene de una relación ya terminada a bordo del barco, y la película cuenta cómo este amor se consuma a pesar de estar destinado al fracaso. “Los fuertes” se queda en la superficie de las cosas, con actuaciones estereotipadas y no muy vividas, debilidades que trata de equilibrar con atractivas imágenes de los paisajes del sur de Chile. En el medio también hay una subtrama sobre la relación de la hermana del protagonista, pero aquí tampoco hay demasiada garra por parte del realizador.
Película de amor entre hombres, un amor tierno, un amor con fecha de vencimiento y un amor que debe ocultarse del entorno pueblerino donde se desarrolla. Los fuertes es una ópera prima y su director Omar Zúñiga demuestra que el cine chileno puede mostrar autores de buen pulso que pueden encarar un tema que hasta no hace mucho eran ríspidos. Lucas es un arquitecto que vieja por unos días al sur de Chile para pasar una temporada con su hermana y su cuñado antes de viajar a Canadá para pasar un tiempo en un curso de posgrado. A poco de llegar, se cruza con Antonio que es un marinero de un barco pesquero pero además hace otras changas como repartir lleña. De entrada queda clara la atracción entre ambos pero pasa a un tiempo hasta que empiezan a salir y a tener encuentros sexuales. Pero el arquitecto no va a suspender su viaje y para Antonio esa relación funciona como una bomba para su vida pueblerina. Hay amantes despechados y momentos de zozobra muy bien planteados. Lucas se ve dividido entre su atracción romántica hacia Antonio mientras que el marinero sabe que esa historia no tienen ningún futuro real, además que lo expone ante la conservadora sociedad en la que vive donde una relación abiertamente homosexual no es algo que pueda pasar inadvertido. Los fuertes cuenta con un elenco formado por actores de la zona y por gente común lo cual lo acerca a algunas de las películas de Pasolini. La película de Zúñiga es un buen exponente de cine LGTB y quizás por eso se estrena en la semana del Orgullo y cerca del Día internacional en que se celebra esta festividad. LOS FUERTES Los fuertes. Chile, 2019. Guion y dirección: Omar Zúñiga Hidalgo. Intérpretes: Samuel González, Antonio Altamirano, Marcela Salinas y Rafael Contreras. Fotografía: Nicolás Ibieta. Edición: Catalina Marín y Omar Zúñiga Hidalgo. Música: Sokio. Duración: 98 minutos.
Con una historia de amor entre dos jóvenes en un pequeño pueblo pesquero en el sur de Chile, Los fuertes cuenta una hermosa historia sobre el paso a la adultez. Se puede ver on demand en Puentes de Cine. Lucas es un joven arquitecto que vuelve a visitar a su hermana que vive en un pequeño pueblo marítimo en el sur de Chile. Ahí, inesperadamente, conoce a Antonio e inmediatamente conectan emocionalmente. Pero la floreciente relación entre ellos tiene que enfrentarse no sólo a los prejuicios de una sociedad que no se muestra abierta a aceptarlos, sino también a los propios planes que cada uno tiene para el resto de su vida. En un principio, Los fuertes cuenta una historia bastante habitual en el cine de temática LGTB. Un amor que empieza a surgir y un entorno hostil que toma forma en un par de pueblerinos que le tiran una piedra a Lucas, una pelea con sus padres que, si bien se trata de forma muy discreta en el film, puede vislumbrar su origen en su elección sexual e incluso los problemas laborales de Antonio, que marcan las formas de una sociedad que hace caso omiso de los comportamientos que consideran inmorales sí y sólo sí quien los comete se muestra discreto. Pero para la relación de Lucas y Antonio el entorno no es su mayor adversario, y eso distingue a Los fuertes de muchas otras películas. Su relación está signada por los sueños que cada uno tienen por separado. Antonio quiere seguir los pasos de su padre y transformarse en el mejor pescador del pueblo y Lucas quiere cursar una especialización en Canadá. Estos mismos sueños, que marcan el paso a la adultez de estos jóvenes, son al mismo tiempo la sentencia de su amor. Y en definitiva de eso también se trata el film, no sólo del romance entre ellos dos, sino del paso a la adultez y las duras decisiones que ello conlleva. Los fuertes se toma el tiempo de describir la idiosincrasia de Chile (que coincide en muchos aspectos con la del resto de Latinoamérica) reflejando la mirada prepotente que tienen las grandes ciudades sobre el estilo de vida de los pueblos del interior del país. Lucas se muestra reticente a aceptar que el deseo de Antonio de ser el mejor pescador posible es tan válido como el suyo de continuar sus estudios académicos. Sin dudas Los fuertes son Lucas y Antonio, ya sea por sobreponerse a los prejuicios de la sociedad para poder ser felices o por poder anteponer sus deseos más íntimos, aun a riesgo de no poder concretar su historia de amor. Pero también están los otros fuertes. Aquel en el que Antonio representa incansablemente para los ojos de los turistas la lucha por la independencia de Chile y aquel que descansa solitario en la isla de enfrente (donde él nació), separado de su doble continental por el devenir de acontecimientos históricos y sociales que lo dejaron casi abandonado, tal como ahora parece dejar de lado Santiago al pequeño pueblo en el sur del país. Los fuertes es una película sencilla, la historia de un amor apasionado que debe enfrentar las adversidades del entorno, pero que también enfrenta a sus protagonistas con sus propios deseos personales, los hace crecer y los acompaña en el camino de la juventud a la adultez.
No es habitual este tipo de acercamiento romántico a la historia de amor entre dos hombres. El sur de Chile es otro protagonista de este breve encuentro...
Su estreno se contextualiza en el marco del Día Internacional del Orgullo LGBT que se celebra el 28 de Junio, dado que es una película que aborda la homofobia en el Chile contemporáneo, retratando la relación de amor entre dos hombres que prima por sobre el entorno que suele influir. Aún incurriendo en ciertas reiteraciones narrativas, nos habla “Los Fuertes” de la valentía de un proceso de cambio que se abre a visibilizar problemáticas acalladas por años y generaciones. Un aspecto que deja ver el atraso ideológico de cierto sector más conservador del país, a la hora de asumir la homosexualidad sin tomar una postura discriminatoria. En medio de un entorno rural y bucólico, una cámara que sigue a sus personajes con planos medios y primeros planos inspecciona vínculos, deseos y obstáculos a sortear, insertos en una sociedad aún no despojada de tabúes, a fin de realizar un sólido aporte al pluralismo, la inclusión y la tolerancia.
“Los fuertes”, ópera prima de Omar Zuñiga, y protagonizada por Samuel González, Antonio Altamirano, Rafael Contreras, y Marcela Salinas, recorre el vínculo de dos hombres en un alejado paraje en el que la actividad primaria es la pesca. Se trata de un periplo secreto, tan dulce como hostil, en un espacio en el que todo lo que sucede se sabe, siempre. De alguna manera, el camino se vuelve un poco más incómodo, y quienes lo recorren lo hacen unidos en su encuentro romántico y atravesados por él, para así seguir a flote y sostenerse emocionalmente el uno al otro.
l amor vence al odio: De una manera concisa puede decirse que Los fuertes (2019), película del realizador chileno Omar Zuñiga, es la historia de un amor que tiene como protagonista a una pareja homosexual. Sin embargo, lo que a primera vista aparenta ser una ficción romántica sencilla y hasta clásica en su estructura y propuesta estética, se enriquece a partir de los detalles que dan cuenta del contexto en el cual se desarrolla, proponiendo una re-lectura de las ideas naturalizadas que se tienen acerca de la virilidad. El comienzo de la película nos presenta a los personajes protagonistas y establece un contrapunto respecto de la realidad familiar y económica de cada uno de ellos. Lucas (Samuel González) es un joven arquitecto que llega desde Santiago a Valdivia para pasar unos días de visita en la casa su hermana mayor. La hermosa y amplia construcción de la vivienda, así como las primeras conversaciones que mantiene con su hermana Catalina (Marcela Salinas), dan cuenta de su pertenencia a una familia acomodada y tradicional. La estadía de Lucas en Valdivia tiene fecha de vencimiento, ya que luego del carnaval partirá hacia Montreal para realizar un posgrado de arquitectura. Se plantea también que Lucas tiene una relación tensa con su padre, que el avance de la trama revela como producto de la dificultad para aceptar la homosexualidad del hijo. Por otro lado, Antonio (Antonio Altamirano) es un joven de extracción social humilde que, siguiendo la tradición de su padre, trabaja como contramaestre en un barco pesquero y también realiza recreaciones para turistas de la histórica batalla de 1820 en la lucha por la independencia de la corona española que tuvo lugar en El fuerte situado en Niebla. Antonio es un joven arraigado a su tierra, que está orgulloso de sus raíces identitarias, a diferencia del cosmopolitismo desarraigado del capitalino Lucas. Su abuela es empleada doméstica en la casa de Catalina y es nexo a través del cual los protagonistas se conocen. El director dedica un tiempo minucioso e importante del relato a la construcción del vínculo entre los protagonistas, que traduce con verosimilitud la química interpretativa de los actores. De esta manera, transitamos la historia de este amor en sus diversos momentos: el flechazo signado por la mirada deseante de Antonio hacia Lucas desde el espejo retrovisor de su camioneta la primera vez que se ven, el acercamiento a un primer diálogo que los encuentra casualmente en un puesto de comidas en El fuerte, el primer beso incontenible; los besos furtivos y robados a escondidas del entorno, el sexo apasionado pero tierno, los momentos compartidos al irse conociendo y también el desencuentro que anticipaban las diferencias establecidas entre ambos. La fotografía de la película es un elemento destacable, no solo por su belleza, sino porque opera como un elemento simbólico. A la vez que da cuenta de la majestuosidad y la calidez del sentimiento amoroso que viven los protagonistas, también funciona expresando la frialdad y la hostilidad del entorno en el cual viven su amor, signado por el conservadurismo y la hipocresía de la sociedad chilena. Estos aspectos están vinculados a la concepción tradicional y normativizada de la virilidad y se juegan en la relación de Lucas con su padre y en el acoso que sufre Antonio por parte de Roca (Nicolás Corales), un marinero de la tripulación a la que pertenece. La concepción de la virilidad como sinónimo estereotipado de superioridad, dominio y heterosexualidad no sólo deja muy limitada la experiencia de la masculinidad, sino que influye en el rechazo y la violencia que se ejerce hacia aquellos hombres que no responden a este modelo ideal. Zuñiga da cuenta entonces del efecto del patriarcado en los propios hombres, sea porque no pueden aceptar diversidades dentro de la virilidad (como el padre de Lucas), porque consideran al otro como objeto de su pertenencia y no toleran el límite que pueda venir de este o porque por presión social no pueden blanquear su homosexualidad, sosteniendo relaciones paralelas al ideal de familia tradicional (como es el caso del personaje de Roca). Desde esta perspectiva patriarcal, lo que no se ajusta al modelo de masculinidad es concebido como femenino de manera peyorativa. De ahí que Zuñiga no cae en la clásica representación del homosexual en términos de un amaneramiento grotesco y artificial, ya harto superada en el cine, como por ejemplo se puede ver en estas latitudes en la filmografía del realizador argentino Marco Berger. Otro punto interesante es el subtexto alegórico que aportan las luchas por la independencia como acontecimiento histórico. Desde este punto de vista, la película puede leerse como un coming of age. Ambos protagonistas obtienen un crecimiento al final del recorrido. Es la separación que efectúa cada uno respecto de los mandatos del patriarcado que los invade a su alrededor, lo que les permite vivir libremente la historia de ese amor. En última instancia, la película de Zuñiga encuentra toda su potencia en las resonancias simbólicas del titulo que apunta a cuestionar la idea más común y natural sobre la virilidad. Fuerte no es el que hace ostentación de su virilidad a través de la violencia o el que se presenta como patrón inconmovible y bajo control. Por el contrario, Los fuertes son aquellos que como Lucas y Antonio son capaces de jugarse la virilidad en la honestidad del deseo y el amor, más allá del qué dirán y de las imposturas sociales, asumiendo el riesgo de perder.
En el marco de lo que fue el día del orgullo Gay (28 de junio), se estrenó a través de la plataforma PUENTES DE CINE (http://www.puentesdecine.com/), la ópera prima del cineasta chileno Omar Zúñiga Hidalgo: “Los fuertes”, que narra una historia de amor homosexual. “Los fuertes” funciona como expansión/adaptación del mediometraje de Hidalgo, “San Cristóbal” (2015). Y al parecer, el argumento no varía demasiado. Presenciamos la historia de Lucas, un joven arquitecto que ha ganado una beca para ir a Montreal, Canadá. Pero antes de marcharse, decide visitar a su hermana, que vive en el sur de Chile. En su estadía, conoce a Antonio, contramaestre de un barco de pesca local. Rápidamente florece la tensión sexual y el amor entre ellos dos. Hidalgo no se demora demasiado en que el amor aparezca, y allí puede que este el principal problema. “Los fuertes” podría haber funcionado mejor (y digo podría, porque nunca hay certezas, solo suposiciones) si en todo caso, la cinta le dedicara unos cuantos minutos más a construir por un lado a Lucas, y por otro a Antonio, solos, en sus rutinas, en sus búsquedas. ¿Qué quieren estos personajes? ¿Cómo están? ¿Hacia dónde van? ¿Cuál es el arco que se construye? ¿Cómo empiezan y como terminan? Preguntas básicas que enriquecerían mucho más el relato. La temática gay en los últimos años se ha ido narrando de todas las formas posibles, y “Los fuertes” es una película bella, pero sencilla, no corre demasiados riesgos. A favor, Hidalgo nunca cae en la denuncia y el golpe bajo. Que la historia se desarrolle en un pueblo del Sur, alejado, en una zona pesquera, donde se conserva cierto prototipo de “masculinidad” es muy interesante, y le da una capa de complejidad para que esta historia de amor avance. “Los fuertes” es una más que bienvenida y bella historia de amor. Despreocupada en mostrar los cuerpos de sus protagonistas. Es cine libre, poético y valioso.
Lucas, un joven arquitecto, viaja a visitar a su hermana a un pueblo remoto en el sur de Chile, lo hace antes de viajar a Canadá, donde ha obtenido una beca. Sus padres lo rechazan por su condición sexual. Ya en el sur chileno conoce a un hombre de la región que trabaja de pescador y nace entre ambos un amor apasionado. La película se luce en su autenticidad y la manera en la que logra describir ese amor, consiguiendo que el espectador entienda los sentimientos y el deseo de los personajes. El paisaje del lugar es imponente y una particularmente inspirada utilización de la banda de sonido le da un marco luminoso a este film agridulce.
Dos a quererse En 2015 Omar Zúñiga Hidalgo presentó en la Berline San Cristóbal, film de 29 minutos que obtuvo el Teddy Award al mejor cortometraje LGBTQ. Dicho trabajo resulta la matriz sobre la que se erige Los fuertes (2019), película que cuatro años más tarde vuelve a trabajar sobre la genuina historia de amor entre dos hombres en un pueblo al sur de Chile. Es bastante común que a los films que retratan relaciones entre personas de un mismo sexo se les imprima la etiqueta de “temática gay”. Esta etiqueta resulta muchas veces injusta, pues el hecho de que uno o varios personajes respondan a cierta tendencia sexual no debe nunca eclipsar otros temas. Debe haber pocos ejemplos más precisos que Los fuertes para ilustrar esta cuestión. Lucas (Samuel González) es un arquitecto que viaja a Valdivia, al sur de Chile, para visitar a su hermana antes de emprender un viaje a Canadá. Antonio (Antonio Altamirano), que vive en el pueblo desde siempre, es contramaestre de un barco de pesca. La atracción entre ambos no tarda en materializarse y poco a poco presenciamos como el introvertido Lucas se abre a los sentimientos que le invaden, revolucionando lenta pero imparablemente su pasajera estadía. El conflicto no radica en que a ambos se atraigan entre sí, el problema más allá de la incapacidad de Antonio para proyectar más allá del día a día, es el desarraigo. Zuñiga trabaja con una sensibilidad notable una minuciosa puesta en escena que le presta atención a cada detalle con la virtud de contar una relación amorosa entre dos hombres en donde los personajes no se hacen cuestionamientos sexuales. La cámara se posa sobre los rostros y los cuerpos, observa el inquietante paisaje como si quisiera apropiarse de él y, de ese modo, conduce por el siempre hermoso y a la vez complicado proceso del enamoramiento. Entre ambos hay una atracción y un amor tan emocional como real que trasciende la pantalla. La entrega total de Samuel González y Antonio Altamirano a la tarea de dar vida a la pareja protagónica consigue que el espectador acabe totalmente implicado con los personajes, deseando el mejor de los futuros posibles a estos dos hombres enamorados. Los fuertes es una película que utiliza todos los recursos a su alcance para convertir una historia de amor como cualquier otra, que poco tiene de extraordinaria, en una experiencia emocional que atraviesa los sentidos.
Cine chileno de calidad. Del realizador Omar Zúñiga que en un lugar de ensueño filma una historia de amor entre hombres, en un ambiente donde todavía el rechazo y la extrañeza son evidentes, desde la incomodidad de los otros a la agresión abierta. La atracción y la pasión surgen espontáneas y poderosas entre un visitante y un local. Un arquitecto que llega para despedirse de su hermana antes de partir a Canadá por una beca. Y un contramaestre de buque de pesca y otras labores que siente con fuerza su lugar de pertenencia. Hay una fecha de terminación de la relación desde su comienzo, aunque la intensidad y la atracción sexual, muy mostrada, no sabe de convenciones de tiempos. Fresca y gozosa, la película muestra nada menos que la ley de deseo y el amor abriéndose paso entre tanto descubrimiento personal.