Los cazatalentos siempre fueron una figura difusa dentro del engranaje del fútbol argentino. Cual curadores, recorren clubes de barrio, ligas amateurs, potreros y demás espacios alejados de los radares en busca de algún "tapado" para llevarse a su club. Algunos de estos operadores cobran notoriedad al adjudicarse descubrimientos estelares. El caso más conocido fue el de Francis Cornejo, quien divisó antes que nadie un futuro lleno gloria para Diego Armando Maradona y se lo llevó a Argentinos Juniors.
Ilusiones en juego Los pibes (2015) es un documental de observación acerca de los chicos que intentan ingresar a probarse al Club Atlético Boca Juniors. La cámara se posa sobre unas diez personas, los “captadores” de talentos, los hombres que año tras año tienen la tarea de observar a los cuatro mil chicos que ingresan a la institución y seleccionar sólo a unos treinta con chances de ser fichados. Ellos son Horacio García, Norberto Madurga, Hugo Perotti, Ramón Maddoni, Diego Mazzilli, entre otros. En esa horrible tarea de filtrar gente de entre ocho y diez años, estos hombres son organizadores, psicólogos, consejeros, y hasta padres de chicos que ingresan llenos de expectativas y sueños al club de sus amores. El director Jorge Leandro Colás recibió el encargo de hacer unas entrevistas a estos particulares “cazatalentos” sin saber con qué se iba encontrar. Al llegar al lugar se topó con una realidad que superaba a la imaginación y decidió registrar con constancia la tarea de estos hombres y todo el universo que olía a futbol alrededor. La cámara se ubica a distancia y observa con asombro la magnitud de los hechos. Los hombres organizando a la multitud que empuja el enorme portón de Casa Amarilla queriendo entrar, dando consejos a los chicos y hablando con los padres. Pero también yendo a villas miserias a buscar chicos “aquí encontré un día a Carlitos Tévez” le dice uno de ellos a los entusiastas jóvenes. Y vemos también el otro lado, los chicos con sus esperanzas, ilusiones intactas tratando de dar lo mejor de sí en ese ratito en el que deben mostrar sus dotes futbolísticos para ser reconocidos. El otro personaje pasa a ser el mundo Boca, aquel visto solo como telón de fondo pero que impone su monstruosa grandilocuencia. El imperio del fútbol al que es muy difícil acceder “en Boca no tomamos chicos muy pequeños” dice uno de los personajes, pero que entrar supone uno de los mejores trabajos para lograr el ascenso social de una familia carenciada. El documental Los pibes que participa del 30 Festival Internacional de Cine de Mar del Plata en competencia no toma postura ni dirige la mirada del espectador pero, en ese abanico de situaciones napoleónicas, cuenta muchas cosas acerca del mundo del fútbol de uno y otro lado del alambrado.
El Club Atlético Boca Juniors despierta pasiones incomparables, al punto de trascender lo meramente futbolístico. Sin embargo, poco y nada se sabe de cómo funciona la institución, sobre todo a la hora de empezar a formar a las estrellas de los próximos años. Una tarea ardua a cargo de captadores, personas que se encargan de buscar y seleccionar a los chicos que formarán parte de las inferiores. El nuevo documental de Jorge Leandro Colás se sumerge en el día a día de estos especialistas en identificar diamantes en bruto a la espera de ser pulidos. La cámara muestra a los cientos de aspirantes que se acercan al club, permite ver las pruebas de los candidatos, se sumerge en la intimidad de los captadores y así podemos conocer la impronta, la experiencia de cada uno, y no pocas veces somos testigos de alguna insólita confesión. También hay un seguimiento de los viajes de los captadores a los barrios humildes y a ciudades del interior. En todos los casos, hay pequeños que sueñan con triunfar en uno de los equipos más importantes del país y padres con anhelos de que sus hijos sean cracks como Messi. Por supuesto, los captadores también tienen en cuenta estas situaciones. Estamos ante un muy interesante recorrido por uno de los trabajos fundamentales dentro de Boca Juniors y en todo el fútbol profesional.
El director de Parador Retiro nos abre las puertas del contradictorio y fascinante mundo del futbol juvenil de Boca. El universo del fútbol infantil es uno de los más despiadados y crueles que existen. Hay niños que sueñan con ser el futuro Messi (y, claro, terminarán frustrados), padres dispuestos a todo (presionar, manipular y hasta insultar) para que sus hijos se esfuercen más y consigan su objetivo, y una maquinaria montada para descubrir, seducir, formar y finalmente lanzar a esos pequeños al profesionalismo. En ese ambiente -y más precisamente dentro del Club Atlético Boca Juniors- transcurre Los pibes, un documental impecable en su factura y fascinante en su resultado que, para mi sorpresa, resultó bastante más amable y divertido de lo que esperaba. Uno puede intuir (y Colás lo desliza) que hay en ese mundillo múltiples intereses y miserias (como “robarle” pequeños cracks a la competencia apelando a artimañas poco éticas), pero el film pone el énfasis en otros aspectos menos sórdidos. Algún cínico podrá argumentar que el club y sus “captadores” (así se los llama) salen demasiado bien parados y esto puede verse como una concesión del realizador a quienes le permitieron un acceso libre a las instalaciones y las actividades xeneizes, pero Los pibes se sostiene sobre todo por el carisma de estos cazatalentos que hacen gala no sólo de su conocimiento futbolero sino también de un humor que los convierte en personajes irresistibles. Si bien la cámara de Colás está atenta a lo que ocurre con los chicos que juegan en clubes de barrio (incluso de barrios muy carenciados) de todo el país, a los pibes que se van a probar a la Bombonera o la Candela (de 40.000 que cada año ven los captadores con suerte el 0,1% ingresará a las inferiores de Boca) y a las ilusiones / frustraciones de los padres y las madres que depositan en sus hijos la esperanza de salvarse económicamente, el eje narrativo pasa por acompañar el día a día y los distintos viajes al interior de estos cazatalentos. Horacio García, Diego Mazzilli, el mítico Ramón Maddoni (descubridor de Riquelme, Gago, Cambiasso, Sorín y Tevez) y ex ídolos como Hugo “El Mono” Perotti, Norberto Madurga o Ernesto Mastrangelo son algunos de los protagonistas de esta película que sobre todo los amantes del fútbol (pero no sólo ellos) disfrutarán en todo su esplendor. Otro gran documental del realizador de Parador Retiro.
Leandro Colás estrena Los Pibes luego de su paso por la competencia argentina del festival de cine de Mar del Plata, acercandonos al mundo Boca Juniors. Existen muchos documentales de fútbol, de jugadores y de instituciones deportivas, la diferencia con Los Pibes es acercarnos ese maravilloso y cruel mundo que son las divisiones inferiores y la adjudicación de futuros talentos. Dentro del documental vemos como la mayoría quiere jugar de 9 goleador, pocos aspiran a ser defensores y la crueldad, a veces, de los padres proyectando en los pibes. Poco conocemos sobre cómo los clubes recorren el país o reciden en sus sedes chicos desde los 6 años hasta los 15 para sumar a sus filas. El documental se centra en Boca, uno de los equipos mas poderosos de la Argentina, a nivel institucional, deportivo y de infraestructura. Viajes al interior del país, encontrar el próximo Maradona dentro de algunas de las villas y charlas con “descubridores” de grandes jugadores como Maddoni lo hizo con Riquelme, Gago, Cambiasso, Sorín y Tevez. Los pibes es interesante y nos acerca algo desconocido, pero también es reiterativo en lo que expone. De 40.000 pibes que se prueban, solo 40 suelen llegar a quedar y ese dato se ve en las caras de los miles que quedan en las puertas de su ilusión.
La esperanza en los chicos Más allá de las aristas de color que pueda abarcar este documental de Jorge Leandro Colás, Los pibes (2016) de paso por el festival de Mar Del Plata y el BAFICI, no puede dejarse de lado la periferia que encierra todo el derrotero de miles de chicos, junto a sus padres, que sueñan con convertirse en el nuevo Lionel Messi. En la primera imagen de este documental de observación se sintetizan por un lado el concepto detrás de la búsqueda del salvataje económico, que se deposita en las piernas y el físico de los chicos que esperan entrar al predio de Boca Juniors, y por otro lado, todas esas ilusiones que se arrastran desde el potrero para terminar en un coro de hinchas que festejan un gol en la primera del club que sea.
La mirada indiscreta El semillero del fútbol argentino. Eterna cantera llena de alegrías y proyectos de cracks. Ni hablar cuando se menciona a Ramón Maddoni, son palabras mayores. Actualmente, el “descubridor” del famoso club Parque trabaja para Boca, junto a Horacio García, Diego Mazzilli, Hugo Perotti y Norberto Madurga. Para los que no lo conocen a Ramón, en su haber tiene cracks como Riquelme, Tévez, Sorín, Cambiasso, y un largo etcétera. Los actuales cazatalentos del club de la ribera son protagonistas del documental, “Los Pibes”, dirigida por Jorge Leandro Colás, que muestra en primera persona y de forma muy directa, la lucha de los jóvenes, los pibes, por llegar a la primera división y triunfar en el fútbol internacional. La elección de Colás fue muy acertada al exhibir los testimonios sin voz en off y sin intervención dentro de los planos. Esa forma de encarar la narración, directa por parte de los protagonistas, produjo diálogos muy honestos y reconocibles para cualquier futbolero. Muchas de las frases y los intercambios de los chicos o de los reclutadores de Boca, son puro sentido común del fútbol de inferiores, como también algunas internas y picas existentes que se pueden dar. El robo de jugadores, la ilusión de los padres, la disputa entre clubes, el agradecimiento de los consagrados con sus “descubridores”, la necesidad de continuar los estudios, la sobrepoblación de habilidosos y escasez de defensores son cuestiones que los futboleros intuimos, pero que aquí se ven con mucha honestidad y sin filtros. El sonido ambiente y los gritos de fondo, el verde que prima y los escenarios elegidos muestran las distintas facetas del scouting futbolero, que va desde la villa 1-11-14, a clubes del interior y la misma casa amarilla. No se trata de una reflexión sobre las histerias, las rivalidades, la esperanza de lograr la salvación económica y el caos del fútbol argentino, sino de un testimonio directo y simple. Por eso brilla, por mostrar la picardía futbolera fuera de la cancha. Por suerte, además, deja de lado los peores enemigos de los pibes que quieren jugar al fútbol, los padres. Tampoco se trata de presentar a los célebres cazatalentos de Boca exhibiendo su talento y sus amplios conocimientos del fútbol de inferiores. Es una lupa desde adentro del césped y dejando de lado las sobreexpuestas luces de primera. Por eso, el ritmo del film (no por casualidad) está lejos del dinámico y vertiginoso fútbol actual. Porque el fútbol de inferiores no deja de ser una jungla en la cual caen muchos y llegan pocos. Porque, como dos chicos discuten en un plano de la película, “Los Pibes” se mantienen lejos del resultado numérico y cerca de la calidad de los testimonios.
La vida para los reclutadores de Boca no es sencilla. Ya en los primeros minutos vemos los problemas que tienen y se repiten en cada lugar donde están: muchos quieren participar de las pruebas del club y todos se quejan por no cumplimentar los requisitos pedidos (anotarse vía web, por ejemplo)… Gritos, enojos… y luego, un feroz trabajo para armar los equipos, charlando con los chicos desde el minuto uno para mostrarles que complicado será respetar las posiciones que ellos traen… Porque es así, el fútbol es pasión y ser elegido para las inferiores de Boca es un camino que probablemente los lleve al éxito deportivo y económico. De hecho, muchos de los chicos que estos reclutadores eligen y los técnicos de inferiores forman, llegan cerca de la primera y son vendidos a otros mercados, incluso sin debutar. De eso habla “Los Pibes”, Jorge Leandro Colás (de quien les recomendamos “Grisel: un amor en tiempo de tango, también producida por Salananca Cine) muestra toda la actividad que involucra este movimiento (desde lo organizativo, la planificación, las gestiones por pases y búsqueda de locales, etc) y les cierto que logra transmitir de forma ordenanda el procedimiento. Hay mucha toma directa, sin acompañamiennto de periodistas ni la intervención (es un doc de observación), lo cual lo transforma en un registro demasiado cotidiano por momentos (parece que estamos viendo un entrenamiento por largo rato) y conspira contra el interés general de la cinta. Pero claro, si sos simpatizante de Boca, te interesará ver cómo Horacio García, Ramón Maddoni, Diego Mazzilli y los ex jugadores Hugo Perotti y Norberto Madurga, el grupo de caza talentos histórico xeneize hace su trabajo para que el club de la Ribera sea cada día, más grande. Una curiosidad que complementa otros registros sobre la trastienda del gran negocio que es en Argentina, el fúbtol.
El sueño futbolero de los pibes Los adolescentes apasionados por el fútbol tienen un sueño recurrente: ser como Maradona o como Messi. Para hallar a esos futuros cracks, varios ex jugadores conforman desde hace años un grupo de cazadores de talentos del Club Atlético Boca Juniors. Son quienes hacen las masivas pruebas en esa cancha y algunas especiales en el interior, a la par que recorren los clubes de ligas menores, las canchas de baby fútbol y los partidos amateurs para descubrir a las futuras estrellas del fútbol argentino. El director Jorge Leandro Colás (Parador Retiro, Gricel) descubre con su cámara esos aspectos casi ignorados del fútbol y logra construir un documental cálido y simpático que muestra en acción a esos experimentados seleccionadores de intuición futbolística, ojo afilado y sabiduría de barrio. También se ve en él a los pibes y su ilusión por jugar en el club que aman, así como la de los padres que sueñan con ver a sus hijos en la cima de la popularidad y de la posibilidad de restaurar sus situaciones económicas. Así desfilan por la pantalla tanto la espera nerviosa de los chicos frente a la pelota como las pruebas intensas a las que son sometidos.
CAZADORES DE TALENTO FUTBOLERO Un documental que a muchos les abrirá los ojos sobre un mundo desconocido. Se trata de los “cazadores de talento” para el fútbol, una especialidad de hombres experimentados en el deporte que recorren el país, parroquias, clubes chicos para descubrir entre preadolescentes y adolescentes a quienes integrar a los equipos del futbol profesional. Y la mirada de Jorge Leandro Colás permite hurgar en esa intimidad donde se generan ilusiones en chicos y principalmente en sus padres que quieren salvarse, los códigos, las reacciones, el humor, la tristeza del rechazo., los consejos, la complicidad entre lo que se habla y el verdadero significado. Mucha frescura, quizás un poco de confusión para aquellos ajenos al mundo futbolero, sin moralizar, dejando las conclusiones al espectador.
El título de la última película de Jorge Leandro Colás se toma la libertad de jugar con un equívoco voluntario: “los pibes” no parecen ser el verdadero centro del documental, sino más bien el principal insumo que manejan los entrenadores de Boca Juniors en su búsqueda de jugadores jóvenes, la materia prima que deben buscar y moldear a diario. Los hombres del club se las ven con un material sobreabundante: los chicos que llegan para probarse lo hacen de a multitudes, y solamente el transponer la puerta del club demanda una complicada ingeniería que puede prolongarse durante horas. Ya adentro, la película revela su obsesión por la administración, a la que le dedica una buena parte del metraje: el llenado a mano de datos y la organización de los chicos según la categoría y la posición en la que juegan consumen largos minutos que le permiten al director fijarse en los trabajadores que mantienen funcionando esa singular burocracia deportiva. En este sentido, Los pibes es una película única dentro de una cinematografía como la argentina, donde el fútbol suele ser un tema tanto festejado como vapuleado por sus manejos turbios (El crack, de José Martínez Suárez, conserva hoy una buena dosis de su virulencia original). Pero el proyecto de Colás apunta hacia otro lugar, bien lejos de esas dos zonas de confort en las que el cine local supo encapsular el fútbol. La propuesta deLos pibes podría resumirse así: registrar la selección y preparación de jugadores alterando lo menos posible esa labor, respetando la ambigüedad de los personajes y de su actividad. Esa mirada, que elige y matiza como cualquiera otra, fija su atención en la rutina profesional de los caza talentos de Boca mientras que el fútbol propiamente dicho queda a un costado: las escenas en las que los chicos efectivamente juegan son pocas, y las imágenes muchas veces se entretienen con elementos del partido que no hacen a su desarrollo. De a ratos, la película escucha también a los chicos: sus charlas antes de las pruebas, o después de haber terminado de jugar, se muestran naturales y auténticas, como si el director hubiera podido fabricar exitosamente el dispositivo fílmico justo para capturar esas palabras sin invadir la intimidad de los participantes.
Los Pibes es el tercer largometraje de Jorge Leandro Colás, integrante de la Competencia Argentina del 30° Festival Internacional de Cine de Mar del Plata (su ópera prima, Parador Retiro, ganó la Competencia Argentina en la edición de 2008), un documental donde el foco está puesto en los cazatalentos del Club Atlético Boca Juniors. Camino a la Gloria. Los PibesCada año, aproximadamente cuarenta mil chicos se prueban para jugar en las inferiores del Club Atlético Boca Juniors. Los “captadores” son los cazatalentos del club, se encargan de evaluar el juego de estos chicos y de decidir quiénes ingresan a las inferiores del club. Son hombres con años de oficio que saben detectar rápidamente el talento en los jóvenes jugadores, con unos pocos minutos ya advierten quiénes se destacan. Y si un chico es bueno con la pelota, los reclutadores no dudarán en hacer todo lo posible por ficharlo en Boca, aunque eso incluya “robárselo” a otro club más pequeño. En este documental, el punto de vista reside en los captadores, su trabajo y sus anécdotas en el mundo del fútbol, dejando de lado los casos particulares de los chicos y sus sueños de gloria. El registro del largometraje de Colás va desde el tedio de recibir a los cientos de chicos y sus padres agolpados en la entrada del predio de Boca, llenos de ansiedad y malestar, hasta el trabajo de oficina, los viajes a distintos pueblos y el trabajo en las canchas de los captadores. La cámara logra meterse en la intimidad de los captadores y también está atenta a los chicos, quienes mantienen breves conversaciones en los momentos de espera en sus pruebas. Los Pibes del título no son los pequeños aspirantes a jugadores de fútbol, son los captadores, a quienes vemos divertirse y bromear como chicos. Tampoco son santos, sus intereses los llevan a “robar” jugadores y no les tiembla el pulso a la hora de decirle a un joven que a sus 18 años ya está grande para probarse en Boca. Lo más valioso de este documental es poner el foco en un protagonista colectivo, y que sea en estos hombres y no en los chicos y sus sueños de triunfar, situación que ya está muy vista en cine y televisión. Conclusión. El director de Parador Retiro logra con Los Pibes un documental muy amable, que retrata con originalidad ese pequeño universo donde convergen el fútbol infantil y los cazatalentos. Con una fotografía impecable y una cámara que logra meterse de lleno en la rutina de los captadores, la película de Jorge Leandro Colás demuestra que tiene un registro muy preciso del método de trabajo de estos hombres.
De ilusión también se vive. “No soy extremadamente futbolero, no juego bien al fútbol, ni siquiera soy hincha de Boca”, afirma Jorge Leandro Colás en las notas de prensa de su tercer largometraje. Y así como no fue necesario ser dueño de ninguna de esas características para abordar un relato con olor a transpiración, a pasto recién cortado y a vestuario, tampoco hace falta ser futbolero o xeneize para apreciar sus virtudes. El procedimiento narrativo de Los pibes es similar al de su primer documental, Parador Retiro, y por su énfasis en la descripción de las operaciones cotidianas de una institución podría pensarse en las enseñanzas del cineasta Frederick Wiseman. Sin embargo, a Colás no le interesa registrar todas y cada una de las instancias de una entidad deportiva de la envergadura y complejidad de Boca Juniors; por el contario, su mirada es mucho más concentrada, por momentos microscópica. Y definitivamente ajena a las luminarias: lejos de la Primera División y los contratos multimillonarios, el film detalla los procedimientos por los cuales el club selecciona, tamiza y “ficha” a los jugadores de más corta edad. “No podemos probar mil chicos”, explica uno de los cazatalentos ante una multitud de jóvenes y padres enojados, detenidos por la frialdad de la reja de ingreso, enfrentados a la realidad: no hay lugar para todos. El film se regirá por esa tensión dialéctica entre la esperanza de muchos (“acá todos los papás se piensan que su pibe es el próximo Messi”) y la cruda materialidad de aquello apenas posible: de los aproximadamente 40.000 niños y adolescentes que son probados anualmente, sólo 40 ingresan al organismo. El veterano y legendario Ramón Maddoni —descubridor de Riquelme y Tévez, entre otros futbolistas de primer nivel— forma parte del equipo de seleccionadores que la cámara de Colás acompaña en diversos viajes por Buenos Aires y el interior del país, canteras de posibles talentos en edad de merecer una primera oportunidad. Tanto Maddoni —quien en alguna entrevista periodística se jactó de saber si un jugador es “distinto” a los seis o siete años de edad— como el resto del equipo fueron registrados en charlas cotidianas donde se impone el fraseo pícaro, el comentario ingenioso y el anecdotario futbolero de bambalinas. Pero más allá de esa simpatía de barrio, de padre putativo y buen consejero, existe la demanda de cumplir objetivos, de formar y nutrir a un grupo de futuros jugadores. Apoyado por un trabajo de cámara y de montaje preciso, el guión de Colás organiza el material de forma cronológica, de manera de cerrar el relato con la última prueba de ingreso de los mayores del grupo a las divisiones inferiores del club. En una típica situación motivacional, llega el comentario acerca de aquellos que ya lo lograron, los que pasaron por esa prueba y triunfaron. Luego, la medición de altura y peso, los chistes nerviosos de vestuario, la salida a la cancha, los pies en movimiento y la esperanza en los ojos. De allí puede salir la próxima estrella de Boca, parecen decir las últimas imágenes de Los pibes, mientras corren los títulos y el film cierra su aproximación a un universo desconocido cuyos resultados finales están a la vista de todo el mundo.
Este documental “Los pibes” participó del 30 Festival Internacional de Cine de Mar del Plata. Para conocer un poco más sobre los jóvenes que ingresan en el mundo del futbol, sus experiencias, sueños,carencias, desilusiones, en fin un abanico de situaciones.
Sobre el sueño de llegar a ser “cracks” Se llama "Los pibes". Pudo llamarse "Los captadores". Se trata de los chicos que sueñan con jugar profesionalmente al fútbol, y de los viejos jugadores que ahora se dedican a observar y probar posibles talentos, en La Candela o en los lugares más perdidos del país. Los pibes son incontables, todos llenos de ilusión, de miedo y de ganas. Sus padres son metidos, a veces agresivos. Hay empleados más que pacientes, pero más firmes que los padres, controlando las puertas. Y los viejos son expertos, graciosos, paternales. A ellos les había dedicado unas cápsulas televisivas el documentalista Jorge Leandro Colás, el de "Parador Retiro" y "Gricel", sobre la mujer que inspiró el tango de Mores y Contursi. Y ahora dedicó un año entero a seguir las actividades cotidianas de La Candela, donde se deciden las inferiores de Boca, y las recorridas de los cazatalentos por clubes de barrio y potreros perdidos de todas partes. Ahí están Norberto Madurga, el Mono Perotti, Ernesto Mastrangelo, todavía recordados, y Horacio García, Diego Mazzilli, y especialmente Ramón Maddoni, el descubridor de Riquelme, Gago, Sorín, Cambiasso y Tevez. La cámara los registra mirando picaditos, armando reuniones, intercambiando observaciones, aconsejando a padres y jugadores, riéndose entre ellos cuando recuerdan alguna picardía. Registra también las picardías de los chicos. Documental de observación, no explica nada. Todo queda explicado en los bordes de la cancha. Como la anécdota de aquel maleta pero buen observador que terminó trabajando de relator deportivo. O la advertencia que un experto le hace a uno de los chicos: "muchas veces, tu éxito es el fracaso de tu amigo". Fuerte, pero verdadero.
El proceso que implica entrar en un club de fútbol, para miles y miles de chicos y adolescentes argentinos al año, está muy bien retratado en este documental centrado en el trabajo de “scouting” que hacen en Boca Juniors varios veteranos ex jugadores que hoy se dedican a recibir a los chicos que llegan a probarse al club y a viajar a distintos lugares del país a descubrir promisorias “joyitas”. Si bien se trata de una película centrada en Boca –y con el evidente beneplácito y permiso de las autoridades del club– el filme relata esos procesos de una manera bastante honesta. Se observa lo complicado que es llegar para los chicos, lo duro y competitivo que puede volverse el proceso, cómo los clubes se roban jugadores entre sí y otros secretos del “negocio” que viejos zorros del club manejan a la perfección. Tal vez, sí, Boca quede como una especie de paraíso en lo que respecta al reclutamiento de jugadores –se habla todo el tiempo de lo bien que se los tratará allí, se les dice constantemente lo importante que es la educación y no se muestran cosas seguramente más oscuras que deben suceder en esos escenarios, como la soledad y angustia de muchos de estos pibes que no quedan o que sí quedan y deben dejar a sus familias–, pero por lo general es un retrato honesto de un mundo que se muestra y conoce poco. Particularmente interesantes son las charlas al pasar, anecdóticas (la centrada en el “Pollo” Vignolo es muy divertida) entre Madurga, Mastrángelo y otros ex jugadores que hoy se dedican a descubrir talentos, y los comentarios al pasar que hacen mientras analizan a los jugadores. Un documental sobre la cocina del fútbol que disfrutarán especialmente los que estén interesados en el tema, como es obvio. Y los hinchas de Boca, hoy, todavía más…
APUNTES SOBRE EL FUTURO Impacta ver un centenar de pibes adolescentes en la tribuna de La candela, el mítico reducto del Club Atlética Boca Juniors, pugnando por ser elegidos. Levantan los brazos, gritan y tratan de sobresalir. Impacta sobre todo si uno es futbolero y sabe que es una verdad de perogrullo que no hay nada más difícil que pasar de las inferiores de Boca a la primera división. Boca es el “deportivo ganar siempre” suelen decir las estrellas del club y eso implica escasa paciencia para esperar que un jugador del club se desarrolle. Los pibes es una película entradora por donde se la mire, Jorge Colás (aquí la entrevista) mete la cámara en la cancha de futbol y observa con ella a los proyectos de estrella que se vana a probar al club más popular de la Argentina. Todos saben que las posibilidades les juegan en contra, pero van y se exhiben, muestran sus habilidades, se esfuerzan por quedar. Pero si es fascinante ver a los futuros jugadores, no lo es menos escuchar lo que tienen para decir quienes los eligen y apuestan por ellos. Horacio García, Diego Mazzilli, Ramón Maddoni (una leyenda que fue el descubridor de Riquelme, Gago, Cambiasso, Sorín y Tevez) y antiguos líderes y estrellas del club como Hugo “Perotti, Norberto Madurga o Ernesto Heber Mastrangelo, que despliegan su gracia y sabiduría. El equipo que elige a los pibes del título sabe como va a ser un chico en la cancha con solo ver como se para, tiran verdades que para los futboleros son incómodas, como que está lleno de chicos que dicen ser número 8 o 10, es decir jugadores de creación, pero que los clubes necesitan defensores. Menos lirismo y más entrega. Pero no crean que todos los pibes quieren ser Riquelme, en el medio de una charla técnica uno le pregunta a uno de los profes si vana a hacer marca personal y por suerte, el profe le dice que espere para eso, que cuando llegue al club le van a hablar de tácticas y que por ahora disfruten. El documental de Colás tiene espacio para el apunte futbolero pero también para la mirada social. Los pibes es un documental que los futboleros disfrutaran a pleno, pero que también es un buen plan para aquellos que les gusta el cine. LOS PIBES Los pibes. Argentina, 2015. Dirección: Jorge Leandro Colás. Intérpretes: Horacio García, Norberto Madurga, Hugo Perotti, Ramón Maddoni, Diego Mazzilli. Guión: Jorge Leandro Colás. Fotografía: Martín Larrea. Edición: Karina Expósito. Sonido: Carlos Olmedo, Pablo Demarco, María Noel Romero. Duración: 78 minutos.
EL TALENTO Y LO HUMANO Los pibes, la nueva película de Jorge Leandro Colás (el director de la notable Parador Retiro) tiene la enorme virtud de hacer parecer simple lo complejo. Su método de observación, nunca intrusivo, transmite naturalidad, inteligencia y sensibilidad, además de buen cine. Con la mirada puesta en lo institucional (en este caso el funcionamiento de los captadores de talentos dentro del club Boca Juniors) hay una serie de decisiones que ponen por encima a este film de otros cuya pose y prefabricación están a la orden del día. La más importante se relaciona con la ética de la cámara. Si bien la cantidad de horas de material daba para múltiples organizaciones del relato, Colás elige una descripción de los pibes y de los caza talentos que nunca cae en el morbo televisivo de la lógica del reality. La competencia está, por supuesto; también existen ciertos mecanismos lógicos de exclusión cuando se eligen chicos y una desmedida ansiedad de los padres por salvarse económicamente. Lo más fácil y manipulable hubiera sido construir un punto de vista sensacionalista sobre eso. Sin embargo, Los pibes destaca noblemente la funcionalidad social que tiene el deporte para los sectores más carenciados y la escuela de vida que surge de las palabras de los ex jugadores. Colás muestra lo que los noticieros evaden. En un hermoso momento del film, conocemos un centro deportivo en una villa conducido por un joven cura. Los personajes van en busca de talentos pero nunca pierden de vista el vínculo humano. A diferencia de tanto documental donde se agrede a las personas con la excusa de una puesta en escena fronteriza con la ficción, acá se respeta a los pibes, se les da entidad, voz, de la misma manera que se los deja actuar (si quieren) o mirar a cámara. Por otro lado, están los mayores. Ellos también se lucen y hasta consiguen performances que nada le deben a las mejores comedias. En los apenas setenta minutos de Los pibes hay tiempo para todo, gracias a la sutileza del montaje que permite seguir un hilo narrativo y a la vez disfrutar de un trabajo fotográfico excelente.
El goleador es siempre es mejor poeta del año Pier Paolo Pasolini Los Pibes es un documental sobre todas las instancias previas por las que pasa un chico que quiere ser jugador de fútbol. Algo así como la cocina de la industria futbolera… del cuadro más popular de la Argentina: Boca Juniors. Se estrena el próximo 1° de setiembre El fútbol es, sin lugar a dudas, el deporte mas masivo del mundo. Es increíble pensar que su origen se remonte al 200 AC primero en China, y luego en Grecia y Roma. Pero fue Inglaterra, quien le puso reglas, y lo dio a conocer en 1863. No casualmente su nombre deriva del vocablo ingles football. Lo cierto es que en nuestra relación con Inglaterra los hinchas jamás podrán olvidar, ni a la frase histórica de Bilardo: La mano de Dios, ni menos aún al acontecimiento que le dio origen: cuando Diego Maradona le gana a Inglaterra en las cuartas de final en el mundial en México de 1986. Antecedente glorioso de nuestra historia futbolística de un jugador criado en un potrero de Fiorito llamado Las siete canchitas. Y de estas inferiores es que se ocupa este documental, que nos habla también, de algo que podemos percibir como la estructura de un sentimiento. Porque de eso se trata, de todas las ilusiones que tienen estos chicos, que se presentan desde pequeños, para ser evaluados, medidos, en todos los sentidos posibles desde su peso y su estatura, a sus habilidades… todo. Los Pibes no se queda en la observación, sino que penetra en esa estructura, siguiendo a este grupo de hombres… captadores de talentos, que de alguna manera, van a decidir miles de destinos, y por ende el de sus familias. Porque al año 40 mil chicos se anotan en las distintas divisiones, pero sólo el 1% es seleccionado. Y en este sentido la selección siempre tiene un costado cruel, que sus protagonistas (Horacio García, Diego Mazzilli, el mítico Ramón Maddoni (descubridor de Riquelme, Gago, Cambiasso, Sorín y Tevez) y ex ídolos como Hugo “El Mono” Perotti, Norberto Madurga o Ernesto Mastrangelo) intentan moderar con sus actitudes, sus comentarios, su experiencia, y muchas veces sus pálpitos. No siempre lo logran, sencillamente porque son hombres no dioses. Excelente montaje que hace 75 minutos de más de 100 horas de filmación. Un cuidado material de archivo, que va desde el peregrinar por la periferia del conurbano bonaerense, a los viajes al interior del país hacia la búsqueda de estos pibes, que desean con toda su alma ser jugadores profesionales de Boca, el cuadro que ha generado y genera los sentimientos más apasionados. Porque el fútbol no sólo es un sentimiento sino que es una pasión, que se transmite y se comparte. Sino que muchas veces como dijo Sacheri en La vida que pensamos. Cuentos de fútbol’: el fútbol es un tema más de la vida cotidiana, una puerta de entrada a esos mundos íntimos en los que se juegan asuntos mucho más definitivos. El fútbol es un escenario, o un telón de fondo, de las cosas esenciales que señalan y definen todas las vidas. Otro excelente trabajo de Jorge Leandro Colas, el director de Parador Retiro, esta vez, para ayudarnos a reflexionar sobre todo ese mundo que creemos conocer, pero que difícilmente dimensionemos en toda su magnitud.