Twiligth Sparkle (Tara Strong), la princesa de la amistad, se encuentra organizando un gran festival en el pueblo de Equestria. Está nerviosa y temerosa de que algo falle durante éste, pero junto a sus amigas, Rarity, Fluttershy, Pinkie Pie, Rainbow Dash y Apple Jack, logran poner todo en orden. Pero una fuerza oscura ataca la ciudad durante las festividades, la malvada Tempest Shadow (Emily Blunt), que ayuda a un ruin personaje llamado Storm King (Liev Schreiber) a obtener una poderosa magia. Las Ponys logran escapar de una Equestria que cae bajo el mando de los malhechores y así comenzará una gran aventura que las llevará más allá de su apacible y dulce pueblo. “Mi Pequeño Pony” es una franquicia creada por Hasbro durante los años 80. Empezó siendo una marca de muñecos que, al obtener demasiada popularidad, fue convertida en una serie animada que también derivó en varias películas durante ese tiempo. Hace un par de años se decidió revivir la franquicia bajo el nombre de “Mi Pequeño Pony: La Magia de la Amistad”, creando un nuevo fenómeno que encanta tanto a niños y grandes de todo el mundo. En esta oportunidad, las Ponys llegan con una aventura llena de magia, color y aventuras con personajes divertidos; una historia que es necesaria en esta época, que empodera la relación de la amistad y el compañerismo para derrotar las adversidades. Aunque puede ser muy larga para el público más pequeño, es una linda historia para compartir en familia. La animación está hecha de manera tradicional, casi nada está realizado con computadoras, lo que lo hace resaltar de otros films de este estilo. La participación de varias estrellas de Hollywood en las voces de los Ponys secundarios también la convierten en algo ameno para el público más adulto. En fin, “Mi Pequeño Pony” es un film que logra su cometido para el público al que apunta.
Sin dudas dedicada a los fanáticos de estos personajes, en su mayoría nenitas que adoran a estas ponies femeninas y aventureras, con sus coloridos característicos y la montaña de merchandising que se consume en todo el mundo. Pensadas para la tele, creadas con ese fin, ahora tienen en esta película una buena dosis de aventura. Es que el reino de Equestria esta en peligro y las pequeñas pony deciden salir a la aventura, combatir a sus enemigos y por sobre todas las cosas ser funcionales a la moraleja sobre el valor de la amistad por sobre todas las cosas. Con buenas canciones y despliegue de “moda” y colores brillantes, mas la coquetería de cada protagonista, es un producto pensado para las nenas mas chiquitas, consumidoras del fenómeno.
Cabalgata infantil Mantiene el mismo espíritu de la serie animada, pero en tamaño extra large. Todos aquellos padres que recurran seguido a los dibujitos de My Little Pony como antídoto contra berrinches, corridas, chillidos y el caos doméstico en general, pueden llevar con tranquilidad a sus hijas chiquitas al cine: la película no es ni más ni menos que lo mismo que un capítulo de la serie, pero tamaño extra large, con una duración -un tanto excesiva- de una hora y cuarenta minutos (que incluye, al principio, un corto protagonizado por Hanazuki, un nuevo personaje de Hasbro Studios). Si la serie suele hacer honor a su subtítulo -La magia de la amistad- y siempre destaca el valor de tener muchos y variados amigos, aquí la trama gira alrededor de un mensaje idéntico: en soledad, un individuo puede lograr mucho menos que con una pequeña ayudita de sus amigos (una premisa discutible o, en todo caso, una regla con excepciones). ¿Y qué es lo que hay que conseguir en esta historia? Justo en el día del Festival de la Amistad, Ecuestria es invadido por las tropas del Rey Tormenta al mando de su lugarteniente, la malvada pony Tempestad. Tres de las princesas son congeladas, pero Twilight logra escapar por un pelo y, junto con sus cinco amigas -Applejack, Rainbow Dash, Pinkie Pie, Fluttershy y Rarity- y su mascota, emprenden una travesía más allá de los límites del reino para conseguir ayuda. Desde ya, esta no es una película de Pixar: los dibujos de los personajes y los paisajes no se destacan por su belleza, las canciones son flojas y difícilmente la trama involucre a los padres tanto como a los chicos. Pero mientras ellos disfruten…
Las pequeñas ponys viven felices en Ecuestria, hasta que llega Tempest Shadow (la voz de Emily Blunt en la versión original) y sus fuerzas, decidida a someterlas y exigiendo rendición inmediata. La magia de la amistad, base de las historias de estos personajitos psicodélicos, será la base de las alianzas para resistir, en esta colorida aventura para los más chicos.
Al igual que la mayoría de las franquicias, la de los Ponys de colores ganadores de todos los premios a la Mejor Labor en Optimismo se fueron reinventando a la par del paso del tiempo, con el fin de adaptarse a las “exigencias” del momento. Estamos transitando una era en la que básicamente TODO vuelve, así que al igual que los Trolls y los Pitufos, otras de las criaturas míticas y coloridas que pertenecieron a otra época están disfrutando de su oportunidad de gustarle a las nuevas generaciones. My Little Pony llega a los cines con una propuesta muy colorida a nivel visual, pero con pocas novedades que ofrecer, además de algunos agujeros en los diálogos que realmente se sienten horribles; como era de esperarse, es una de esas películas animadas que se spoilea desde el primer minuto. No va más allá de lo que puede verse en televisión, a excepción de un excepcional casting de voces: Uzo Aduba, Emily Blunt, Kristin Chenoweth, Taye Diggs, Michael Peña, Zoe Saldana, Liev Schreiber, la cantante SIA (que básicamente hace de ella misma sólo que convertida en equino) y Tara Strong, entre otros. El conflicto de esta versión de Mi Pequeño Pony para la gran pantalla es que los personajes están organizando una fiesta para todo el pueblo ecuestre (o Ponyville) hasta que una fuerza maligna en forma de villana llega para aguarles a todos el plan, por lo que la protagonista y sus secuaces tendrán que embarcarse en una aventura para salvar a todos los ponys cuya amistad y magia está en peligro. Si me lo permiten, no sólo me quedo POR LEJOS con las versiones originales de cualquier personaje al que rehacen, salvando las distancias y entendiendo esa necesidad de encantar a los niños/millennials de hoy, sino que además prefiero a nuestro pony local por supremacía por encima de estos caballitos; estoy hablando, claro, de Ico el caballito valiente, la cual estrenó en 1983, algunos años antes incluso que la primera película que hubo de My Little Pony (1986). Todo muy retro y muy perteneciente a una generación que definitivamente no es la actual. Mucho arco iris, mucho brillo, mucha alegría y positivismo, seguramente más inclusión y diversidad pero a nadie se le cae una idea.
Recientemente se experimentó un revival de Mi Pequeño Pony, la conocida serie de dibujos animados basada en una línea de juguetesde los años ’80. Aunque la serie original gozó de una gran popularidad televisiva, su paso cinematográfico no fue lo que se dice exitoso, ni con la crítica o el público por lo que futuros largometrajes quedaron relegados al espectro televisivo. Ahora, y tras varias temporadas que incluyeron también películas para televisión, el revival consigue su oportunidad en la pantalla grande, a manos de Hasbro Studios, la rama cinematográfica del gigante juguetero. Esta produjo la vapuleada versión cinematográfica de Jem, un live action de nulo parecido con su original, que fracasó sonoramente con la crítica y el público. A pesar de estos antecedentes, ¿Podrán llegar estos caballitos a la línea de meta y tener éxito donde sus predecesores no lo tuvieron? A caballo regalado…: En el reino mágico de Equestria, la princesa Twilight está a cargo del Festival de la Amistad, pero dichos festejos son abruptamente interrumpidos por el Rey Tormenta que convierte en estatuas a todos los habitantes del reino. Twilight, junto a sus amigas Applejack, Rainbow Dash, Pinkie Pie, Fluttershy, Rarity, y el dragón Spike, deberán realizar una travesía en busca de un objeto que les permita revertir el hechizo. Allí conocerán nuevos amigos, sortearán obstáculos y pondrán a prueba el poder de su amistad. El guion de Mi Pequeño Pony es una narración estándar de acción y aventura que tiene bastante claro a que publico está apuntando. Toda la comedia, acción y aventura esta apuntada a la percepción infantil más que otra cosa. Una intención claramente manifestada por los sendos números musicales y las letras inocentes que estos utilizan. Los villanos son sólidos y los secundarios carismáticos. La tensión en las escenas de acción es apropiada; no convencerá mucho a los adultos que acompañen, pero los niños se lo creerán. En materia técnica, la animación es muy fluida, y a riesgo de mencionar lo obvio, muy colorida. Debe destacarse que utilizan una combinación de animación hecha a mano con animación computarizada (limitada más que nada a los fondos, naves y movimientos de cámara complejos); una argucia que no deslumbra pero que le saben sacar suficiente provecho. Por el apartado actoral, la versión en inglés cuenta con reconocidos actores en las voces como Liev Schreiber, como el villano principal, que no aparece mucho y Emily Blunt, cuyo personaje ocupa más terreno a nivel antagónico. También contribuyen Zoe Saldana en la voz de una perica antropomorfa pirata y Michael Peña como uno de los secuaces del villano de turno. La version doblada, por otro lado, cuenta con eficientes trabajos interpretativos. Conclusión: Mi Pequeño Pony muy seguramente cumplirá las expectativas de la platea infantil, pero no hay mucho para el disfrute de los adultos que los acompañen, más allá del valor nostálgico de ver una nueva versión de algo que disfrutaban en su niñez. No obstante, se trata de una propuesta que tiene claro lo que quiere y, si quieren llevar a los chicos al cine, pueden pasar un buen rato.
De caballos y colores Hace algunos años Jayson Thiessen fue el encargado de remozar a los pequeños pony de Hasbro en un programa de televisión que rápidamente escaló entre las preferencias de los niños y niñas de todo el mundo. Los pequeños ponys son un juguete/producto que acompañó a una infinidad de generaciones en sus horas de ocio y el realizador canadiense fue el encargado de aggiornarlos al siglo XXI tras varios intentos por revitalizarlos y llevarlos a la TV. Esa serie, además de hablar de cuestiones relacionadas a los tiempos que corren, no solo generó altos niveles de ratings en varias cadenas del mundo, sino que además impulsó una serie de spin offs, como esas niñas con rasgos de pony llamadas Equestria, que volvieron a ubicar a la franquicia en órbita y llenar de dinero a la famosa juguetera que los creó. En esta oportunidad el mismo Jayson Thiessen es el encargado de llevar a la pantalla grande a los caballitos en My Little Pony: La película (My Little Pony The Movie, 2017) que recupera el espíritu del programa, centrado en valores como la amistad, el amor y el trabajo en equipo, pero que apunta a explotar la clásica confrontación entre el bien y el mal, que tanto rédito y producciones ha generado en el cine. Así, y con muchas similitudes a la reciente Trolls (2016), curiosamente también otro juguete de Hasbro, My Little Pony: La película presenta las desventuras de Twiligth Sparkle, la pony violeta, tras sus intentos denodados por organizar una gran celebración en Equestria. Mientras lo hace, secundada de sus amigos, una siniestra figura llamada Temptest Shadow, junto con Storm King, acecharan el lugar tiñéndolo de oscuridad y hechizos que transformarán una tierra de colores y alegría a un lugar plagado de sombras. La historia termina allí, la anécdota de la película también, porque si bien luego desandará el camino de Twiligth Sparkle y compañía por huir de Equestria, para luego volver y deshacer los maleficios, la narración no aporta nada nuevo, y llena sus baches con música y colores. Estirando la idea inicial, la propuesta genera tedio y el contrato de lectura con los más pequeños se rompe, y así, un producto que podría haberse presentado como sólido y potente, termina por generar tedio y fastidio y la sensación de no terminar nunca ni para los más chicos ni los grandes. Si la idea de Jayson Thiessen era la de llevar tal cual el programa al cine (dibujos dos D, animación tradicional), ni siquiera sumando actores renombrados como Emily Blunt o Liev Schreiber a la propuesta, se supera la banalidad con la que se habla de valores y se extiende un episodio de quince minutos a otro interminable de cien. Tampoco esas voces permiten superar lo efímero de aquello que se narra, y menos aún con los infinitos lugares comunes en los que cae el guion como para superar su escaso poder de síntesis y relato. El negocio por encima de las ideas, la desmesura y exageración por arriba de la técnica, terminan por configurar a My Little Pony: La película en una propuesta débil, que además resiente aquel remozado logro de imponer nuevamente a los ponys con los que el director pudo empoderar a la saga anteriormente.
Mi pequeño pony es una especie en extinción y debería ser una visita obligada al cine para los niños menores de 9 años. En estos tiempos donde las películas de este género ofrecen el mismo estilo de comedia desarrolladas a través de la animación computada, aparece este film que evoca con cierto espíritu nostálgico la clase de producciones que eran comunes de encontrar en el cine en los años ´80 y ´90. En la actualidad los chicos más pequeños prácticamente no tienen contacto en la pantalla grande con la artesanía de la animación tradicional y este es uno de los principales motivos por el que recomiendo este film. Mi pequeño pony fue un ícono indiscutido de los dibujos animados y juguetes de los años ´80 que sobresalió entre las principales propuestas destinadas al público femenino. Al igual que He-Man, G.I.Joe y Transformers su popularidad generó que en 1986 también llegara a los cines con un largometraje. El relanzamiento de la franquicia que presentó Hasbro en el 2010 se convirtió en un curioso e inesperado fenómeno popular que también capturó la atención del público joven adulto. En la actualidad, después de las propuestas de Marvel y DC, Mi pequeño pony es uno de los cómics más vendidos de los Estados Unidos. La verdad que la nueva franquicia es digna de un estudio sociológico y no es casualidad que se hayan hecho documentales al respecto. En lo referido a esta película los realizadores apuntaron a entretener específicamente al público infantil y a diferencia de los que suele ocurrir con los estrenos de este género Mi pequeño pony no tiene guiños o chistes destinados a los adultos. Esto puede generar que algunos padres la sufran en el cine porque el tono de la historia se orienta a niños pequeños, pero eso no significa que sea un film menor. El director Jason Thiessen, quien viene trabajando con estos personajes desde hace rato en propuestas para dvd, en este caso brinda un colorido film que se enfoca en la animación tradicional para brindar un inocente cuento de fantasía. Los personajes son simpáticos y los números musicales no saturan y estuvieron muy bien insertados dentro de la trama. Mi pequeño pony no será recordada entre los grandes estrenos del género pero al menos tiene más corazón y neuronas que la idiotez de Emoji. Los espectadores más chicos en este caso no se quedarán dormidos en la sala con el tedio de la historia y los ponis brindan un entretenimiento decente.
Una entretenida aventura animada, colorida, con lindas canciones, es como ver la serie con capítulos más extensos, ideal para los mas chiquitos de la familia y tiene un buen merchandising. La trama y personajes son flojos.
En épocas de resurrección, provocadas por la falta de ideas, se puede encontrar de todo, incluso un revival como “My little pony. La película”, merced a una suerte de redescubrimiento popular ocurrido en el último año y medio. De repente los locales se llenaron de muñecos, revistas, remeras, y hasta útiles escolares, decorados con estos dibujos. Recordemos que este producto en realidad es consecuencia de un juguete lanzado en la década del ochenta. Estos caballitos, con expresión de animé, vendieron tanto que inmediatamente se puso en marcha una serie de TV. Luego hubo varios relanzamientos a lo largo de más de treinta años, y aquí estamos. Twilight Sparkle es una futura princesa del reino de Equestria (así, sin eufemismos), y pronto se celebrará la gran fiesta de la amistad, cosa que sabremos gracias a una canción con todos los elementos del pop moderno, a la cual la población completa está deseosa de asistir. Un mundo feliz en el cual todos están contentos. Hay tantos colores como en un kiosko lleno de golosinas. ¿El conflicto? Twilight tiene miedo de no estar a la altura de lo que se espera de ella como princesa. Mientras, los pony de siempre, Pinkie Pie, Rarity, Rainbow Dash, Fluttershy y Applejack viven en Villa Pony (segunda “sutileza”) esperando también el gran día. Pero aparece una villana mala, muy mala, a la que nada le gusta celebrar y mucho menos la amistad. Por supuesto todo se oscurece y ahora habrá que esperar noventa minutos más para que suceda lo que todos ya hemos anticipado, redención y lección a aprender incluidas. Como todo relanzamiento la historia se vuelve a contar, y si bien no se puede negar la intención de contener en un guión, demasiado estirado, algún tipo de mensaje, lo cierto es que esta realización no termina de convencer, a los adultos porque quedan totalmente afuera de la propuesta, y a las niñas de tres a seis años (tal vez siete), a las cuales apuntan los productores, puede que la duración les juegue en contra. Ni hablar si tienen que llevar a los hermanitos varones. Habrá problemas en la sala, pero seguramente ese conflicto es más interesante que el proyectado en la pantalla.