Esoterismo y mundos inmateriales. Históricamente una de las estrategias más populares de la industria cinematográfica norteamericana en materia de producción fue -y continúa siendo- la derivación de películas pretendidamente anodinas a determinados técnicos reconvertidos en directores, en un ejercicio que parece explicitar la necesidad de que el apartado formal esté muy por encima del contenido. Si bien no podemos afirmar que con este mecanismo Hollywood se asegure en un cien por ciento de los casos la obediencia de profesionales con un margen de maniobra bastante limitado en lo que respecta a la dimensión creativa, resulta indudable que este ardid corre de la mano de su adverso, el asignar proyectos a cineastas mediocres. Ya sea que hablemos del especialista tecnológico refritado o de realizadores paupérrimos y/ o carentes de una mínima valentía con vistas a exponer un par de objeciones para con el andamiaje narrativo conservador de siempre, si la obra eventual queda a la merced de alguno de estos asalariados del estudio es casi seguro que nos toparemos con un opus impersonal según una falsa dialéctica de impostación “progre” que pretende fagocitarse a los adolescentes y los adultos infantilizados (pensemos por ejemplo en los bodrios recientes de la factoría Marvel). Por suerte las tendencias generales del ámbito cultural habilitan filtraciones, en lo que suele ser una homogeneidad abierta a las excepciones esporádicas. El caso de Ouija (2014) se ubica precisamente en un terreno intermedio: estamos ante un film que -vaivenes del destino mediante- cayó bajo la responsabilidad de Stiles White, un encargado de efectos especiales que en un primer momento se pasó al gremio de los guionistas, aportando buenos trabajos como Cuenta Regresiva (Knowing, 2009) y Posesión Satánica (The Possession, 2012), y que hoy redondea su ópera prima como director. Con semejante título no hace falta aclarar demasiado y sólo diremos que la trama se inclina por la vieja premisa centrada en un grupo de jóvenes que contactan a un ente perverso, en esta ocasión luego de la muerte de una bella señorita que jugó con el tablero espiritista de turno. Ni lento ni perezoso, White baja la cabeza frente al productor Michael Bay, toma elementos de Witchboard (1986) y respeta el canon del mainstream actual en lo referido al bus effect y demás facilismos, no obstante demuestra una inusitada sapiencia en la construcción del suspenso y la dirección de actores (llaman la atención la paciencia narrativa, una estructura símil J-Horror y la ausencia de detalles pueriles en cuanto al desarrollo de personajes). Lamentablemente los remates de las escenas dejan mucho que desear y la propuesta no incorpora ninguna novedad significativa a la configuración típica del género, volcada al esoterismo y esos mundos inmateriales que desencadenan un dulce cúmulo de asesinatos…
Olvidable y genérica excusa para una película de terror. Luego de que Debbie muriera en extrañas circunstancias, su mejor amiga Laine y su novio Pete encuentran un viejo tablero ouija en su habitación. Junto a un grupo de amigos deciden usar el tablero para poder darle un último adiós a Debbie. Comienzan la sesión creyendo que hablan con el espíritu de su amiga desaparecida, pero rápidamente se darán cuenta que el espíritu con el que entablaron conexión no es quien realmente dice ser. Ahora romper esa conexión no será un trabajo fácil y, al igual que a Debbie, podría costarles la vida. Una ouija Cuando vas al cine a ver una de terror y terminás más asustado con el precio de la entrada que con la propia película, hay algo que no está funcionando. Ouija es una de esas cintas que parten de una idea intrigante -o por lo menos promisoria para una película de género- pero todo falla de manera estrepitosa. Ouija es el primer trabajo como director de Stiles White, quien fuera coordinador de efectos especiales en el estudio del mítico Stan Winston. El hombre también tiene algunos pocos guiones en su haber entre los cuales (no) se destacan Boogeyman y Posesión Satánica, mediocres esfuerzos producidos bajo la tutela de Sam Raimi. Al mismo tiempo, este film está producido por otro peso pesado del cine como es Michael Bay, con ayuda de la compañía de juguetes Hasbro (dueña del juego de mesa en que se basa la historia y responsable también de la saga Transformers). Con semejante prontuario, el resultado final no es para nada extraño. Decir que Ouija intenta y falla en entregar una película de terror decente es ser muy generoso, ya que ni siquiera lo intenta. Esta falta de esfuerzo por parte de los realizadores es verdaderamente irritante, ya que pareciera no existir ni una sola idea original en todo el relato. Todo lo que la película tiene para ofrecernos ya se hizo de igual o mejor manera. Desde sus predecibles personajes principales y secundarios hasta su estética. Incluso uno de los fantasmas que verán desfilar por la pantalla pareciera estar directamente robado de Insidious. Si bien las actuaciones no son tan desastrosas y con sus escasos 89 minutos el film se las rebusca para no aburrir, es todo tan genérico y olvidable que hasta les costará usar la película como tema de charla una vez que hayan salido del cine. Conclusión Ouija es el tipo de película por la cual el cine de terror recibe una mala reputación. Demuestra una falta de ideas e interés por parte de todos los involucrados que me sobrepasa y hasta me resulta sorprendente que alguien en Hollywood haya pensado que, por lo menos desde lo artístico, podía resultar un producto como mínimo decente.
Jason Blum (y su Blumhouse Productions) -el nuevo rey Midas del cine de terror hecho con dos mangos-, vuelve a unir fuerzas con Michael Bay, pero esta vez el resultado no es tan fructífero como en otras ocasiones. Franquicias como la de “Actividad Paranormal”, “La Noche del Demonio”, “Sinister” y “The Purge” cambiaron las reglas de producción en Hollywood y lograron generar unos cuantos sustos en la última década o, al menos, atraer el interés de los amantes de un género que no goza de las mejores ideas. La compañía Hasbro consigue colocar otro de sus juguetes entre los argumentos cinematográficos y convierte a la famosa tablita “contactadora” de espíritus en una excusa para contar una nueva (y trillada) historia sobre casas y artefactos embrujados. “Ouija” (2014) es el debut tras las cámaras de Stiles White, miembro estable de la compañía de efectos especiales de Stan Winston (Q.E.P.D.) y guionista de varios bodrios como “Posesión Satánica” (The Possession, 2012) o “Cuenta Regresiva” (Knowing, 2009). Junto a su eterna colaboradora Juliet Snowden, le dieron forma a esta aventura adolescente llena de lugares comunes, sustos predecibles y personajes tan inverosímiles que uno termina lamentando haber perdido noventa preciados minutos de su vida en una oscura sala de cine. Por más que lo pienso no hay nada que pueda rescatar de esta película donde sólo existen personajes haciendo cosas que no deben sin ningún adulto a la vista. Los padres están de viaje, los maestros ¿quién sabe dónde? y la policía ni siquiera investiga las horrendas y misteriosas muertes que le acontecen a este grupo de jovenzuelos. White no se molesta en agregar ningún recurso narrativo o visual significativo (ya no digo innovador). Sepán que el ajustado presupuesto de cinco millones de dólares no siempre es un obstáculo para la originalidad y el buen gusto. ¿Alguien dijo “The Babadook” (2014)? Tras el misterioso comportamiento y posterior “suicidio” de su amiga Debbie (Shelley Hennig), Laine (Olivia Cooke) está resuelta a encontrar las causas que la llevaron a tomar semejante decisión. Para ello arrastra a un grupo de compinches hacia la casa abandonada de la familia y así tratar de contactar con su espíritu a través del mismo juego que disfrutaban de chiquitas. Un poco escépticos y otro poco asustados, los jóvenes acceden a formar parte de este “ritual” con la Ouija que pertenecía a la muertita y tras varios intentos logran conectar con un alma en pena que, oh sorpresa, no es la que estaban esperando. Sin saberlo, los pibes despiertan el espíritu maligno de una madre asesina que ocupó la vivienda en décadas pasadas. De a poquito, van a ir pereciendo uno a uno porque con estas cosas no se jode y tienen que pagarlo de alguna manera. Laine y su hermana Sarah (Ana Coto) harán lo posible para detener esta locura mortífera antes de que les toque el turno a ellas, obviamente. Si todo esto les suena conocido y que ya lo vieron hasta el hartazgo en infinidad de films parecidos, no se equivocan. “Ouija” nos remite hasta la saga de “Destino Final”donde, una vez más, deseamos que nadie salga con vida. Consejo de amigos: no jueguen con cualquier porquería embrujada que se les cruce… ni vayan a ver películas como esta. El resultado, en ambos casos, es el mismo, una muerte segura.
El fallido nuevo comercial de Hasbro A pesar de lo famosa que es la práctica de las sesiones de espiritismo que se sostienen en el uso de la tabla ouija, no hay muchas películas que la hayan retratado de forma troncal. The Ouija Board (Max Fleischer) de 1920 es una de las más antiguas que tuve oportunidad de ver. Es un cortometraje que mezcla animación con acción real y maneja un concepto muy divertido sobre la tabla. Después, en todos los posteriores, la ouija va a ser sólo el detonante del film y nada más (por ejemplo The Uninvited de 1944, Witchboard de 1985 o incluso El Exorcista) La razón fundamental por la cual en casi ningún caso la narración se desarrolla completamente a través de esta extraña práctica pasando a ser sólo el impulso argumental es simple, ver a un grupo de personas sentadas en una mesa y hablando solas no es nada cinematográfico pero beneficia que se genere un interesante fuera de campo en la psiquis del espectador a la hora de construir el ambiente. Ahora la empresa Hasbro, después de transformar su juego de estrategias por excelencia (Batalla Naval) en una película con Rihanna, decidió que para vender su tabla ouija la mejor publicidad era hacer una película. El eslogan de venta “Con nuestra tabla vas a poder contactar con espíritus reales que van a matar a tus amigos de verdad” resulta… digamos… un tanto… audaz… pero parece que esta gente lo consideró una buena idea y acá estamos, frente al estreno de Ouija. La premisa es la siguiente: Una chica muere en circunstancias poco claras y sus amigos la convocan a través de la tabla para que les conteste algunas de sus dudas. El jueguito sale mal y despiertan un espíritu que empieza a perseguirlos. La ouija se convierte rápidamente en lo que Hitchcock denominaba el Mcguffin y la película se vuelca al estilo típico del terror moderno que se relaciona más al subgénero de casas embrujadas que a otra cosa. Un personaje o grupo ingresa a un lugar o realiza un acto que interrumpe el descanso de una entidad, lo sobrenatural irrumpe entonces en la cotidianidad de ese grupo y para vencer esta fuerza maligna el grupo debe desentrañar la historia de un objeto y/o lugar. A todo esto, la película suma muertes one by one para mantener el adolescentismo en la narración. Más o menos el tomo uno del manual del terror mainstream. En Ouija la tabla es sólo el Mcguffin. Ouija transita este simple camino argumental sin detenerse en la intensión de construir, ni siquiera esbozar, algo de ambiente que haga más fértil la aparición del suspenso o el terror. Entonces, esta característica de estar hecha en piloto automático y con manual abajo del brazo se transfiere al espectador que la ve de la misma manera. Sin empatía por los personajes, sin preocupaciones por el destino de los mismos y sin importar para nada lo que pretende contarnos. Finalmente la película opta por el ya desgastado recurso del doble final. Genera un cierre que se pretende épico faltando 15 o 20 minutos de metraje, distiende y luego da un giro que nos sumerge en otro final más. Ninguno de los dos intentos de desenlace funcionan dramáticamente en este film. El 2014 cerró muy mal para el género del terror y el 2015 empieza peor. La esperanza es que se sigan estrenando cintas independientes como Ausencia (Absentia), Oculus, The Babadook y Un Pasado Infernal (Haunter) para que con ellas siga creciendo ese híbrido entre el terror y el drama familiar que viene aportando muy buenas propuestas.
Jueguito de terror “Basada en el juego Ouija, de la compañía Hasbro”, reza la placa sobre las imágenes de cierre. Las tablas para comunicarse con los muertitos son tan viejas como la moda espiritista de fines del siglo XIX –versión sofisticada del conocido juego de la copa–, pero el nombre Ouija y sus patentes correspondientes son propiedad de esa empresa desde hace décadas, haciendo de la ópera prima de Stiles White un extraño caso de film de terror basado en un juego de mesa, que Hasbro vende en diferentes versiones (algunas, incluso, requieren de un par de pilas, quién sabe para qué). Algo habrá tenido que ver el productor Michael Bay, que viene dirigiendo las exitosas entregas de Transformers, otra de las propiedades de la mentada empresa de juguetes. Por lo demás, Ouija es otro exponente de lo más rancio del horror contemporáneo, donde el concepto es rey y el guión es apenas un rejunte de ideas y cosas ya vistas cuya función primordial es ordenar las escenas con cierto método. Fórmula probada que vende y bien vende, a juzgar por la catarata que inundó las salas en este 2014 que termina.En esta ocasión, una chica se suicida pero su mejor amiga lo duda, porque la conoce y porque sabe que anduvo tonteando con la tablita. Junto al novio, su hermana y algunos compañeros de escuela la atrevida joven intenta comunicarse con la difunta y, a partir de allí, comenzarán los más extraños fenómenos y las muertes, que ningún policía local investigará nunca jamás, a pesar de las particulares circunstancias que las rodean. Ouija es, entonces, relato de espíritus malvados, historia de casa embrujada y teen horror que reutiliza el concepto central de Destino final, aunque sin la imaginación e ingenio de sus mejores entregas. La sangre escasea –la película está pensada para un público púber y la ouija de la empresa es “recomendada para chicos de ocho años para arriba”– y es tan fuerte la sensación de déjà vu, tan aplastante la previsibilidad de cada uno de los pasos hacia el desenlace, tan malogrado el clima de amenaza inminente, que la película hace pensar que el ilustre pero nunca prestigioso género de terror difícilmente tenga una salida ante tamaña mediocridad (pero a no de-sesperar, siempre se sale).Lo más horripilante de Ouija es, de todas formas, la torpeza con la cual todas y cada una de las vueltas de tuerca fantásticas de la trama intentan explicarse con un riguroso exceso de lógica, una suerte de materialismo idiota que elimina de cuajo cualquier atisbo de ambigüedad y misterio. De horror inexplicable, poco y nada. Sobreviene entonces el efecto Scooby-Doo: una vez descubiertas las razones de la maldición (otra vez las fotos viejas, otra vez los recortes de periódicos, otra vez los cadáveres escondidos en el sótano) hay que hacer dos o tres cosas en el orden preciso y sanseacabó, fin de la cuestión. Suerte que está la criada latina, que por ser latina o por ser criada o por ser católica –o todo eso junto– parece saber bastante de conexiones con los espíritus y de cómo sacárselos de encima. 3-OUIJA Estados Unidos, 2014Dirección: Stiles White.Guión: Stiles White y Juliet Snowden.Fotografía: David Emmerichs.Montaje: Ken Blackwell.Música: Anton Sanko.Duración: 89 minutos.Intérpretes: Olivia Cooke, Ana Coto, Daren Kagasoff, Bianca Santos, Douglas Smith, Shelley Hennig.
A veces se vuelve muy difícil hacer crítica cinematográfica, sobre todo cuando uno va a ver una película que carece de todo concepto cinematográfico, lo cual es el caso de Ouija. Laine y Debbie son amigas desde la infancia. En la escena de apertura, vemos a la pequeña Debbie enseñándole a su amiga como se juega con la Ouija, versión Hasbro (empresa que llamativamente publicita su tabla Ouija en esta película) y luego de un sobresalto menor, la película pasa a la época actual, en la cual Debbie, muy asustada, aunque no tanto como para dejar las luces prendidas, vuelve a jugar desobedeciendo una de las reglas del juego “nunca juegues sola”. La premisa argumental es bien clásica, lo cual no es necesariamente un problema, ya que muchas películas lo han sabido aprovechar más que bien, el problema viene después. Por supuesto que todo termina mal y Debbie aparece muerta, lo cual va a movilizar a Laine, el novio de Debbie, dos amigos y la hermana de Laine (un personaje satélite que aporta muy poco durante la trama) a que utilicen la tabla de Ouija que se encuentra en la casa de la muerta, para poder contactarla, y de esa forma, poder despedirse. Una vez que utilizan la tabla, comienzan a ser victimas de las apariciones que estaban atosigando a Debbie, y los amigos comenzaran una lucha por la supervivencia, con más giros argumentales que buenas ideas. El punto fuerte de la película esta desaprovechado. Desde el principio, los fuera de focos, los ambientes semi iluminados y los ruidos de la casa, apunta a un film que puede asustar bastante, pero la estética queda rápidamente desaprovechada, entre clichés del genero, efectos especiales de muy baja calidad e intentos de sobresaltos fallidos. Por no nombrar las actuaciones mas bien decepcionantes de gran parte del elenco, incluyendo a la carismática Lin Shaye, a quien ya vimos en Insidious. Con un bajísimo conteo de UN sobresalto en una hora y media, Ouija pasa a ser una película olvidable, de esas que literalmente en medio año nadie se acordara, ni siquiera el público cautivo que tienen este tipo de films en nuestro país.
Hay oportunidades en las que se recurre a objetos viejos y clásicos que infunden miedo, o misterio, para generar historias de terror ya conocidas, pero que pueden sorprender a nuevas generaciones. 2014 será recordado como el año en que Hollywood buceó en el arcón de los recuerdos algunas ideas para poder construir historias de género, intensas y efectivas. Para el caso, un espejo poseído hacía de las suyas en "Oculus", una muñeca endemoniada acechaba a una familia en "Annabelle" y ahora le llega el turno a la tabla "Ouija" (USA, 2014) en la película del mismo nombre. La historia del filme es simple, una joven decide aparentemente quitarse la vida y sus amigos se comunican con, ¿ella? a través del juego que permite hablar con seres que se encuentran en el más allá. Olivia Cooke protagoniza la historia (en su primer protagónico post "Bates Motel"), dirigida por Stiles White, y enfocará la atención hacia cada uno de los personajes a los que la tabla les ira determinando su suerte. Una especie de "Diez negritos" de Agatha Christie, con un misterio por resolver (el que determinará con quién en verdad se comunican a través de la tabla) y la puesta al día de una narración que incluye la tecnología como apoyo de lo que se cuenta. Todos los protagonistas tienen redes sociales, celulares y herramientas que permiten comunicarse entre ellos, y claro está, el truco del filme es impedir que esas vías funcionen cuando más lo necesitan. Un mensaje en Whatsapp no visto, un mensaje en Facebook que nadie responde, la tensión que se puede generar a partir de un hecho simple y cotidiano y que en la vida real genera el mismo suspenso que en la película. También es curioso la elección del director por contraponer cada medio técnico con la tabla ancestral que permite comunicarse con el más allá, porque tampoco la conexión y el feedback será inmediato. En el fondo la película habla de la incomunicación entre los seres, el desconocer rasgos o características del otro a pesar de creer que sí, y principalmente del miedo a la soledad que se impone en una sociedad cada vez más aislada a pesar de los avances. No hay que esperar la gran obra maestra del cine de terror, pero si el espectador que se acerque al cine con la curiosidad de ver qué hay detrás de la tabla podrá disfrutar de un entretenimiento que otorga lo que promete. “Ouija” tiene muchos lugares comunes y escenas obvias y predecibles, pero justamente en esa “predecibilidad” es en donde encuentra su razón de ser, y más para un público joven que espera ansioso cada nueva entrega de cintas de terror dirigida a su grupo.
En la tradición de films como "Battleship" o "Clue", el dato “más interesante” de "Ouija" es que está producida por la juguetera Hasbro como una adaptación de su juego de mesa. No deja de ser llamativo, estamos acostumbrados a films basados en videojuegos, pero estos poseen una historia previa a ser adaptada (con excepción de cosas como Street Fighter, y así les fue), lo contrario a un juego de mesa que se reduce a un tablero y fichas – en este caso una lupa con rueditas utilizada como oráculo -, no hay un bagaje previo, ahí radica el desafío, crear un contexto. El director y guionista Stiles White y la guionista Juliet Snowden tomaron el camino fácil, narrar la primera historia que se nos vendría a la cabeza si hablamos de un tablero que sirve para supuestamente contactar fantasmas; es decir colocar a un grupo de personas que invocan un fantasma “equivocado”, malévolo, ¿el problema? Está película ya se contó muchísimas veces. Desde la ochentosa "Witchboard" hasta la subvalorada "Long Time Dead", el cine de terror se nutrió de los tableros de "Ouija" o el juego de la copa para mostrarnos a inocentes que terminan siendo perseguidos por espíritus vengativos," Ouija" es una más de ellas. Todo comienza con dos niñas amigas jugando con el mentado tablero en una suerte de pacto de hermandad. Inmediátamente nos trasladamos al presente, con las chicas ya adolescentes a punto de ingresar a la universidad, que han mantenido su amistad intacta. Pero una de ellas, Debbie (Shelley Henning) muere, aparentemente por suicidio; aunque la otra, Laine (Olivia Cooke) sospecha que hay algo más detrás. Mientras el grupo de amigas (y los novios de ellas) sigue conmocionado por el hecho, Laine descubre lo que el espectador ya sabía, Debbie estuvo jugando con el tablero de Ouija y en la noche en que murió intentó quemarlo en la chimenea infructuosamente. ¿Qué haría cualquier ser humano racional? Dejar las cosas como están ¿qué haría cualquier personaje de un film de terror amante de los clichés? Laine convence a los otros tres que la acompañen a una sesión con el tablero para poder invocar a Debbie y les cuente por qué se suicidó. Por supuesto, las cosas no saldrán exactamente bien. Primero los sustos falsos, luego comienzan las muertes. Estamos frente a un film que en su país de origen fue catalogado como PG-13, lo cual significa, no esperen hectolitros de sangre ni imágenes cruentas. Todo lo contrario, "Ouija" podría ser un capítulo d esas series de terror destinadas a los canales infantiles. Para enfatizar más esta circunstancia, los sustos falsos están mejor logrados que las muertes, sin ningún tipo de inspiración. "Ouija" resultará un film aburrido para quienes estén acostumbrados al terror duro, o a los films ingeniosos de terror que juegan con lo psicológico. Para quienes quieran pasar un rato viendo una historia cómoda y conocida, no les moleste la acumulación de clichés y lugares comunes, no busquen un susto fuerte, y también obvien los varios arcos argumentales abiertos sin resolver, pueden encontrar un producto aceptable.
Espíritus del más allá Otra producción de Hollywood para adolescentes, un inexplicable imán que Hollywood viene explotando con resultados dispares, pero con cierta garantía en la taquilla. Hay películas malas o regulares, como el caso de Ouija que, curiosamente, tienen el éxito asegurado. Por méritos propios, sí, pero la mayoría de ellos ajenos al engranaje cinematográfico y cada vez más intrínsecos a su desgastada industria. El suspenso, los juegos, los espíritus, un más allá insondable y la muerte espejada en la candidez adolescente, factores todos sustentados por una narración apenas discreta, son un curioso e inexplicable imán que Hollywood viene explotando con resultados dispares, pero con cierta garantía en la taquilla. ¿Apelación fantasmagórica al marketing? Algo de eso hay en este thriller sobrenatural, en el que un grupo de amigos, muy funcionales por cierto a la mega compañía de juguetes Hasbro y a su famoso tablero Ouija, el entretenimiento que permitiría entablar contacto con los espíritus de los muertos, despiertan a oscuros y antiguos fantasmas cuando rompen las reglas del juego (acá se conoce más el de la Copa). “No le pidas respuestas a los muertos”, aconsejará la abuela de Elaine (Olivia Cooke), la protagonista del filme, en una sentencia casi bíblica. Pero los jóvenes, por naturaleza, desafían. Todavía resulta curioso ver cómo el mundo paranormal más antiguo se cruza con las camaritas, los teléfonos y las redes tecnológicas de nuestros días. Cómo estas viejas y gastadas historias cautivan a un público que se renueva. Y miren que la lista es larga: De Poltergeist a Jumanji; de Actividad paranormal a Insidious. Clásicos y no tanto. ¿Esta es la forma en la que el cine convoca a sus propios espíritus? Hay cabos sueltos, un director debutante (Stiles White), personajes clave que surgen de la nada, y fórmulas de manual. Eso sí, muy acertada la convocatoria del actor Daren Kagasoff como Trevor, la argentinización lingüística del miedo. Después, las preguntas de siempre: ¿Creemos lo que queremos creer? ¿Vemos lo que queremos ver? Cuestionamientos para los que hay más de una respuesta. Incluso del cine, que necesita historias también para el terror.
Ouija propone una narración a la que llamar anodina, arbitraria, manipuladora, ripiosa y adocenada es apenas un escudo de palabras para evitar decir que estamos ante un producto descarado de explotación sin pasión, sin autoconciencia y sin ningún ángulo de acercamiento mínimamente atractivo. Actores y actrices imposibles dicen diálogos imposibles alrededor de una ouija, ese juego de mesa "convoca-espíritus" que vende Hasbro, gigantesca empresa de juguetes que coproduce esta película, que con su apariencia sobria y "bien iluminada" ni siquiera tiene las agallas -o la cinefilia- de jugarse por ser clase B. O, al menos, de vender juguetes con creatividad.
La famosa tabla de la Ouija no tiene suerte en el cine. En el 2007 ya se había hecho una película malísima con un tema similar y esta nueva producción no ofrece una situación distinta. El film fue producido por la compañía de Michael Bay, Platinum Dunes, y está basado en el juego de mesa de Hasbro, que incursionó en el cine de terror con este proyecto. Ouija podría resultar una buena propuesta para chicos de 11 años que recién empiezan a ver este tipo de historias en la pantalla grande. El resto de los espectadores encontrará una película horrenda y mediocre que en 89 minutos reúne todos los clichés posibles relacionados con historias de fantasmistas resentidos. Cualquiera que se te venga a la mente lo encontrás en una escena de Ouija. El chirrido de puertas, personas que son arrastradas por el piso por un ente maligno y efectos de sonidos trillados son algunos de los elementos que utiliza para "asustar" al público, Stiles White, un especialista en efectos especiales que debutó como director con este trabajo. Algo irritante de esta película es que no presenta ningún elemento original que permita otorgarle cierta identidad propia a la historia. El trabajo de White es mediocre y se limita a brindar un refrito burdo de otros filmes malos que se estrenaron en los últimos años. Cabe destacar que este corte que llega a los cines es una versión mejorada de la película original que era peor. Cuando los ejecutivos del estudio Universal vieron el trabajo terminado del director White le ordenaron a los productores que modificaran el guión y filmaran la mitad de la historia otra vez porque era un desastre. No sirvió demasiado. Ouija es lenta, aburrida, y no ofrece ningún momento de terror decente. Un bodrio completamente olvidable por el que no vale la pena pagar una entrada al cine. Esperemos que los estrenos de este género mejoren con el transcurso del año.
El terror más rutinario Como para recordarnos que el cine de terror de bajo presupuesto hecho en serie, reciclando elementos vistos ya millones de veces, seguirá llegando una y otra vez, el año cinematográfico en la Argentina arranca con un subproducto de esos que inundaron las pantallas durante 2014. Ouija no tiene una sola idea innovadora, un mÃnimo atractivo que la distinga de la avalancha de films con adolescentes en problemas y elementos sobrenaturales. Que la fotografÃa es cuidada, que hay algunos climas logrados… Puede ser, pero eso no alcanza a redimir a una historia inundada de lugares comunes. Rutinaria, bastante boba y sin escaparse jamás de la fórmula, Ouija tiene a dos hermanas (Olivia Cooke y Ana Coto), sus respectivos novios (Daren Kagasoff y Douglas Smith) y una amiga (Bianca Santos) jugando el juego que menos les gusta para ir “al más allá†y contactar a una joven que se ha suicidado en misteriosas circunstancias al comienzo de la pelÃcula. ¿Les suena conocido? Una auténtica berretada paranormal con visiones y efectos visuales que nunca puede trascender su estructura de clichés. Consejo: no pierdan el tiempo y vayan a (re)ver El exorcista o algún clásico del género.
La tabla que faltaba Múltiples embrujos han traído espíritus malignos al cine de terror norteamericano: libros, asesinatos, recitar palabras frente al espejo, VHS perdidos, o viejas grabaciones en cinta; pero los guionistas olvidaban la tabla de la Ouija, usada para invocar espíritus e ideal para armar una saga de miedo adolescente. ¿Quién no jugó alguna vez al juego de la copa? Versión amateur del juego de mesa creado por Hasbro, la Ouija, que se puede conseguir en cualquier santería del barrio, y es una forma –según dicen- de comunicarse con el más allá. Creer o reventar, la tabla es peligrosa según la leyenda. Puede atraer espíritus malignos difíciles de erradicar de tu casa y que luego te hagan la vida imposible. Con esa premisa comienza Ouija (2014), cuando vemos a una adolescente sola en una casona en la afueras de la ciudad (como de costumbre) jugar en soledad ante la ausencia de sus padres. Algo raro sucede y la chica termina suicidándose. Es el inicio de la historia que continuará con su mejor amiga Laine Morris (Olivia Cooke) que reunirá a sus amigos para “comunicarse” tabla mediante, con su compañera y descubrir los motivos de su muerte. El planteo es interesante aunque predecible, al igual que aquello que sigue en la película. Algunas escenas están bien desarrolladas (la del sótano) y otras no tanto (también la del sótano), porque el proyecto es bueno pero se queda a mitad de camino al transitar lugares comunes explotados hasta el hartazgo en el género (algo olvidado en el altillo, algo siniestro en el sótano, un crimen familiar en el pasado). La película de la tablita producida por Michael Bay es eso, “la película de la tabla para convocar espíritus”, y nada más. Se ve que los ideólogos del film pensaron más en vender el producto – ¿y por qué no la tablita?- que en contar una buena historia al respecto. En definitiva, terror adolescente con más merchandising que miedo.
Con la tabla entre las manos Con la producción de Michael Bay y la compañía de juguetes Hasbro (dueña del juego de mesa en el que se basa la historia), el director Stiles White debuta en el género de terror luego de su paso por el cine como encargado de efectos especiales y guionista de Cuenta Regresiva (2009) y Posesión Satánica (2012). Ouija explota los recursos ya conocidos de relatos como Witchboard (1986) y el famoso´juego de la copa`tal como se lo conoce por estas latitudes para despertar el miedo más profundo: el contacto con entidades del Más Allá. El film acierta en la construcciòn de atmósferas pero peca de ingenuo a la hora de concretar las muertes que se van sucediendo a lo largo de la trama. La joven Debbie (Shelley Hennig) muere en extrañas circunstancias (escucha ruidos y siente presencias pero deambula como si nada por la casa con las luces apagadas) y su mejor amiga Laine (Olivia Cooke), su novio Pete (Douglas Smith) y su hermana (Ana Coto) y otros persinajes deciden usar el tablero para invocarl a Debbie y despedirse de ella para siempre.Sin embargo, el espíritu con el que hacen contacto no es quien realmente dice ser. Más allá de lo inquietante que resulta una historia sobrenatural de fantasmas que claman por venganza o guían a los vivos para que se resuelva el misterio (al igual que en Ecos Mortales), la pelicula no ofrece nada nuevo, impactante ni sobrecogedor. A esto se suman clichés del género como las apariciones sorpresivas, la anciana recluida en un centro psiquiátrico que ayuda a la protagonista y una latina que predice el peligro que se avecina. Entre un funeral y un señalador enloquecido que construye respuestas, Stiles White invoca espíritus sin demasiada inspiraciòn y de una manera que hemos visto unas cuantas veces.
Otro tablero del miedo Cuando a fines de los años '80 el experto en efectos especiales Chris Walas realizó La mosca 2, destruyendo paso a paso a la obra maestra de David Cronenberg, aun no se pensaba que cualquier empleado de un estudio podía colocarse detrás de cámaras. Pero en los últimos años, especialmente en el género de terror, ya es moneda corriente que un especialista en el rubro (con las lejanas excepciones de Douglas Trumbull y Stan Winston) adquiera tal protagonismo. Los resultados, en general, son penosos y no van más allá de meros formularios de un cine para adolescentes en donde los estudios construyen una serie de materiales de olvido inmediato. Es el caso de Ouija, parida por el también guionista Stiles White, un nuevo desperdicio fílmico sobre el tablero genérico que reclama la presencia de fantasmas y gente que se fue y que es instada a volver. La desaparición de Debbie lleva a que Laine y su novio, junto a otros amigos que andan por ahí, aún sospechen de la triste ausencia. Oh casualidad, el grupito encuentra el tablero y desde la maderita intenta conectarse con el más allá, provocando el retorno de algunos individuos que andan con ganas de cortar cabezas y descuartizar miembros superiores e inferiores. Pobrísima aun en su aspecto artesanal, con un reparto actoral que pone cara de susto a cada minuto y medio, plagada de efectismos baratos que se apoyan en una ruidosa banda sonora, Ouija no hará historia dentro del género ni aun si se la compara con los repetidos asesinatos ochentosos de Freddy Krueger en Pesadilla y el Jason Voorhees de la saga Martes 13. Vaya manera de empezar el año con este casi nulo exponente del terror.
OUIJA nos presenta a un grupo de amigos intentando contactar con el espíritu de una compañera muerta tras la utilización de la terrorífica tabla espiritista. Tras una sesión de espiritismo en la casa en la que ocurrió la tragedia, despiertan algo horroroso que los acosara desde el más allá. Una vuelta de tuerca al clásico mito del "juego de la copa" en una película muy elemental, con un grupo de actores poco carismáticos en una trama que nunca logra generar ni suspenso ni horror. Pobres efectos de maquillaje, algunos sustos baratos y remanidos para una cinta que pasara sin pena ni gloria por la historia del género de terror. Sólo para espectadores asustadizos y poco exigentes.
La cuota de terror para comenzar el año con un público fiel y numeroso que ve todas las películas del género. Aquí, con la famosa tabla que convoca a los espíritus, que tiene la recomendación de no ser utilizada a solas, norma que se transgrede. En este caso, el suicidio de una chica joven, investigado por su amiga, compañera de convocar espíritus. Ahí se descubre que una mujer mala, muy mala llegó a la casa y hará de las suyas: arrastrar gente, matar de a uno. En fin, lo conocido. Sin innovaciones. Funcionará seguramente pero en realidad solo PUEDE ANDAR
Los sustos están sólo dentro de la película Hay docenas de películas olvidables y episodios de series de TV centradas en el juego espiritista al que por aquí lo podríamos recordar más como "de la copita" o algo así más casero. Y probablemente también más inocente (aunque todo hombre de fe recomienda ni pensar en usar este tipo de entretenimientos para convocar espíritus y finalmente abrir alguna imprevisible entrada al lado oscuro). En cambio, esto es menos inocente ya desde el momento en el que el guión, créase o no, está basado en un juego marquetineado para que bobos de todas las edades se dispongan a recibir mensajes del más allá. Lo más delirante es que dado que a los que juegan a este ouija (pronúnciese "huija" al mejor estilo gaucho) no les va nada pero nada bien, no se entiendo cuál podría ser el benefico a nivel publicitario del juego en relación al film. Como Michael Bay no suele perder mucho dinero, el problema del espectador es que la película es muy floja, con escasos momenos horripilantes,. Recién hacia la hora de proyección pasan cosas dignas de mención, aunque no dignas del precio de la entrada al cine. Y la verdad, es una lástima, porque no está mal filmada, sólo que el director no tiene noción alguna de cómo generar tensión o suspenso (y aunque no hay muchos espectros, a veces un poquito de gore alegra la experiencia al el fan del terror).
Una tabla de matar Se filmaron varias películas sobre el juego espiritista conocido como ouija (de origen desconocido y quizá remoto, patentado por dos norteamericanos recién en 1890 y que podría equivaler a lo que aquí llamamos "el juego de la copa"). Pero los autores de este filme aclaran que no es la secuela de ninguna de aquellas historias y además advierten que el argumento es de su cuño original. Ouija es la historia de dos viejas amigas, Laine y Debbie, que cuando son pequeñas inician un juego de ouija que vuelve a pasarles factura unos años más tarde, durante la adolescencia. Laine tendrá sobre sus hombros la responsabilidad de develar un misterio mortal y para hacerlo pedirá ayuda a su barra de amigos de la escuela -Trevor, Isabelle y Pete- y también a su díscola hermana Sarah. Se trata de un filme hecho en Hollywood para el gran público adolescente, con la idea de impactar rápidamente en la taquilla y, si es posible, iniciar una saga el estilo Halloween, Pesadilla, Martes 13, Sé lo que hicieron el verano pasado, Actividad paranormal, entre otras. Objetivo que los productores ya lograron en su primera mitad: con una inversión de cinco millones de dólares, en solamente dos meses a partir de su lanzamiento recaudaron 76 millones dentro y fuera de EE.UU.. Nada debería impedir que la continuación llegue muy pronto a las pantallas. Sin dudas, es una película bien contada. Se vale de elementos muy simples, usa los lugares comunes a su favor y avanza hasta el final con limpieza, casi sin utilizar efectos especiales. De esta manera logra instalar una atmósfera de naturalismo y, a su vez, de suspenso. El mundo de los personajes es el de jóvenes norteamericanos de clase media alta, allí la seducción pasa por el aspecto de los actores, su vestimenta, las costumbres, la tecnología y las casas donde habitan. Justamente, una de estas viviendas, la de Debbie -moderna, sofisticada y solitaria- es utilizada como escenario de las escenas más terroríficas del relato. Ouija tiene un terror blando apto para mayores de 13 años, en el que no aparecerán elementos pesados, como terror psicológico, violencia extrema o perversidad. Sí está presente el tema de la muerte autoinducida el cual es mostrado de manera lavada como, suelen hacerlo esta clase de productos que no quieren tener obstáculos a la hora de llenar los cines. Por ello es más probable que provoque grititos y abrazos románticos entre las parejas que ese otro escozor más realista que petrifica y aísla en la butaca. Ouija Terror. Fantástico. Calificación: Buena. ("Ouija", EE.UU., 2014). Dirección: Stiles White. Guion: Juliet Snowden. Con Olivia Cooke, Ana Coto, Daen Kagasoff, Bianca Santos, Douglas Smith. Música: Anton Sanco. Fotografía: David Emmerichs. Montaje: Ken Blackwell. Duración: 89 minutos. Para mayores de 13 años. Sexo: medio. Violencia: media. Complejidad: media.
ESPÍRITUS, VÁYANSE AHORA MISMO Casi todos la conocen, pero probablemente muy pocos se hayan animado a jugarla alguna vez. La güija (o como la patentó la compañía de juguetes Hasbro, Ouija), es un juego en el que los participantes pueden entablar contacto con espíritus del más allá. Esto que para algunos es un entretenimiento, funciona mediante un sistema prácticamente igual al del juego de “La Copa” y consta de un tablero lleno de letras y números que cuenta con las palabras “Sí” y “No” como accesos directos a respuestas rápidas. Hay que tratarlo con cuidado, ya que si el más mínimo detalle sale mal, el demonio puede escaparse y perseguirlo a uno como si fuera la muerte. De este tradicional pasatiempo, parte el núcleo de “Ouija”, la nueva película estadounidense de terror producida en parte por la misma empresa que le puso el nombre a su juego. Este film, que llega de la mano con la primera cartelera argentina de este nuevo año, fue estrenado en octubre pasado en Estados Unidos de cara a lo que fue la celebración de Halloween y es ahí donde puede encontrarse la excusa perfecta de su lanzamiento. El relato narra la historia de Laine (Olivia Cooke), una muchacha veinteañera que intenta comunicarse con su fallecida amiga de toda la vida, Debbie (Shelley Hennig), la cual supuestamente había cometido un suicidio tras estar varios días actuando de forma extraña. Luego, con la aparición misteriosa del tablero y junto a la ayuda de un grupo de amigos, la chica convoca sin querer a un alma oscura haciendo que el miedo se apodere de ellos. A partir de ahí, todo lo que harán será con el único objetivo de alejar al demonio de sus vidas habituales. Como suele suceder, detrás de todas estas terroríficas historias siempre se encuentra un caso pasado sin resolver, que particularmente termina siendo más interesante que la historia de la propia película. Pasa lo mismo en “La Llamada” (2002), en “El orfanato” (2007) y en el “El conjuro” (2013), como para citar algunos últimos casos típicos, pero jamás suceden en la vida real. ¿Entonces no sería más dramático y profundo partir directamente del caso pasado en cuestión, en vez de tener que retomarlo desde un futuro contemporáneo? De todas formas, “Ouija” es una correcta película de terror que tiene imágenes impactantes que hacen dar unos cuantos saltos de susto y que contiene escenas que dan ganas de cerrar los ojos o mirar hacia otro lado. Es raro que uno vaya hasta un sótano endemoniado por voluntad propia, seguramente uno se iría corriendo, pero estos protagonistas se animan a acercarse detenidamente con la iluminación del flash de su smartphone y con la única meta de generar suspenso e intentar asustar un poco más al espectador. ¿En fin, con los problemas que uno tiene actualmente en su día a día, resulta creativo u original hacer una película en torno al juego de la Ouija? ¿Alguien sigue creyendo en esas cosas? ¿Alguien piensa que jugarla es de valiente? Definitivamente, no. Miedo es que una persona real, pero loca, lo persiga a uno por todos lados; o quedarse solo en casa, sentir inseguridad, escuchar ruidos y que un ladrón esté entrando; o abrir la heladera y que este vacía. Todo eso seguramente pueda producir más terror que un demonio y, en conclusión, hay cosas más importantes por las que preocuparse que por los espíritus. La gente ya se cansó y olvidó de ellos, ya es hora de que se vayan del cine.
La misma de siempre (feliz 2015) VOLVER AL FUTURO El siguiente dato es conocido por todos -si hasta los súper intelectuales del suplemento Radar de Página/12 se hicieron eco de la noticia-, pero hay que mencionarlo: 2015 es el año al que va a parar Marty McFly en Volver al futuro 2, sin dudas un año fundamental para una generación como la mía (los que rondamos los 30) que crecimos con aquella maravillosa obra maestra de todos los tiempos. El comienzo de este año me alcanzó mirando Ouija… esperemos que vaya mejorando con el correr de los meses. IDEAS Nunca jamás jugar con la tabla Ouija, ni el más criollo juego de la copa ha sido una buena idea. Esto ya deberíamos saberlo tanto los espectadores como los protagonistas de las películas: no hay que joder con los espíritus, porque a pesar de que no existen existe la sugestión, y también los infartos. Me niego a repetir aquella frase superficial y arbitraria acerca de la “falta de ideas de Hollywood”. Sin embargo, no se puede negar que Ouija es la misma película de fantasmas de esas que se hacen varias por año. No hablo de la variación de una idea, ni de un subgénero, hablo de la misma maldita película, con el siguiente esquema: personaje se comunica con un espíritu que embruja su casa, se indaga en el oscuro pasado del espíritu y se resuelve el trauma que lo convirtió en fantasma: en un final abrupto nos damos cuenta que el fantasma no se ha ido y que volverá en futuras secuelas. BUUUIJA ¿Hay algo rescatable en la película de Stiles White? Bueno, sí, no es un desastre absoluto porque logra algún buen susto sin abusar de la trampa de agarrar desprevenido al actor. Además, no se detiene a explicar demasiado la tontería que es el guión y mantiene un ritmo aceptable y sostenido. El problema es que estos logros modestos no terminan de salvar a una película que no es autoconsciente, no tiene sentido del humor y ni una mínima pizca de originalidad como mencionábamos al comienzo del texto. Y aclaramos: no buscamos la originalidad como meta, sino más bien como algún valor agregado ínfimo que en algún momento nos haga recordar esta película de entre el confuso océano de las películas de fantasmas. Ouija no lo tiene y desaparecerá sin pena ni gloria, aunque seguramente luego de vender muchas entradas porque por alguna razón vamos mucho al cine a ver cualquier cosa de terror que se estrene. FANTASMAS Este es un año electoral, en el cual nos visitará el fantasma de la dictadura, el fantasma del kirchnerismo, la vieja decrépita que es la democracia, y fantasmas menores como Massa y demás. Dada la situación propongo que dejemos la conducción del país a espíritus invocados mediante la tabla Ouja (copyright Hasbro). Con probar no perdemos más de lo que ya perdimos.
Una vez más, la tabla que convoca espíritus y puede desatar terribles sucesos. El director de efectos especiales y guionista, Stiles White (“Cuenta Regresiva"; "Posesión Satánica") se pone a dirigir en esta oportunidad su ópera prima para contarnos una de las tantas leyendas urbanas, en este caso el conocido como “El juego de la copa” o “Ouija”. Muchas historias y misterios la rodean, existen una gran diversidad de escritos, películas, etcétera, se habla de supuestas posesiones, desgracias, espíritus que aparecen y se hacen contactos con el más allá, entre otros enigmas. Llega a nuestra cartelera “Ouija”, de los productores de “La Masacre de Texas” e “Insidious”. Unas niñas juegan con esta tabla, tiempo más tarde siendo adolescentes, una de ellas sola y en una enorme casa juega al “Juego”, luego suceden una sucesión de situaciones raras y Debbie Galardi (Shelley Hennig, "Teen wolf" serie de TV) termina suicidándose. Pasan algunos días y Laine Morris (Olivia Cooke, "The quiet ones"), extraña mucho a Debbie y convence a sus amigos y al novio de esta para comunicarse a través de esta tabla de “Ouija” (casualmente encontrada) para descubrir los motivos de su muerte. Entre algunas negativas finalmente se reúnen: su amiga Laine, el novio de Debbie, Pete (Douglas Smith), Sarah Morris hermana de Laine (Ana Coto), Isabelle (Bianca A. Santos) y Trevor (Daren Kagasoff) y como suele suceder el espíritu invocado no es el deseado. Se explotan todos los recursos conocidos dentro del género de terror: Corte de luz, muertes misteriosas, un sótano y altillo, pasadizos, pasillos, ruidos extraños, fantasmas y espíritus, entre otros. Ya se realizaron varios films que abordan este tema y el juego de la copa y sus consecuencias, no ofrece nada nuevo y no sorprende. Cuenta con muy buena fotografía, la buena música de Anton Sanko, ("El laberinto"), algunos pocos climas logrados y actuaciones flojas, al igual que su maquillaje. Tal vez resulte para aquel espectador poco exigente o aquellas nuevas generaciones que ingresan en este tipo de historias.
Se que dije que el 2015 iba a traer buenos augurios para el horror, pero lamentablemente, un resabio del género de 2014 se coló en los estrenos de Enero. Ouija fue estrenada con éxito comercial más no de crítica en Estados Unidos en Octubre. Lo único que resalta del film de Stiles White es que tuvo una mínima polémica al refilmar la mitad del film porque a los productores no les gustaba el producto a medio terminar. El producto terminado demuestra que las escenas extra no sirvieron de nada, ya que no hay estreno más blando y libre de sustos que el que es Ouija. Como dice el titulo de crédito, la pelicula está basada en el juego de mesa de Hasbro - a esta altura, hubiese preferido un basado en hechos realesTransformers, otro producto de Hasbro. La trama del film es terriblemente anodina y cliché, con sustos de cartón y música alta para asustar. No sé que más le hubiese pedido a los productores de Michael Bay, pero desde ya esperaba algo más del director y su co-guionista Juliet Snowden,quienes en el pasado han firmado films interesantes. Stiles, como director, tiene buen pulso y por lo menos lo atroz del resultado final se deja ver y no tiene grandes sacudones de cámara. Es un poco bastante antiséptica, no es nada sucia como otras colegas del género, pero White le saca un poco de jugo a sus hermosas pero sosas protagonistas. Olivia Cooke se carga la película al hombro y es creíble y convincente, así como también esa gran secundaria que es Lin Shaye que siempre trae su gravitas actoral a la mes y levanta hasta este muerto espiritual. Sé a ciencia cierta que hay gente que se verá atraída por la oferta de Ouija, pero el resto de los fanáticos acérrimos del género sabrán quedarse fuera del engendro que pretende asustar.
First and foremost, Ouija is yet another dull, impersonal creation by producer Michael Bay, who has managed to consistently make a long series of money-making blockbusters with no distinctive traits whatsoever. His first grandiose features, Armageddon and Pearl Harbor, as well as more recent ones like the Transformer series, The Purge, and Ninja Turtles, are safe and sound Hollywood products that are all about the spectacle and the fireworks — and nothing else. They bring nothing new to the scenario and are targeted to a very undemanding teen audience. However, as regards the horror features he’s produced, two exceptions stand out from the crowd: The Texas Chainsaw Massacre (the first remake), and its prequel, The Texas Chainsaw Massacre: The Beginning. Granted, they are also about the spectacle of chopping, dicing, mutilating and dismembering bodies, but in these cases said spectacle makes sense in the horror. And there’s more than just that. There’s considerable tension, a certain degree of suspense, some decent performances, a good understanding of the mechanics of the slasher subgenre, and a more than impressive use of gore. In short: you get the good scares you’re entitled to in a scary movie. Which is not the case in The Unborn, and the remakes of Friday the 13th and A Nightmare on Elm Street, which he also produced. So it’s no surprise that his new product, Ouija, written and directed by Stiles White, is a disappointment for many reasons. But first, the storyline: when a young and cute teenage commits suicide, her friends are devastated and yet feel there’s something weird about her taking her own life. The fact she had been using the Ouija board almost non-stop is another odd element. So when her best friend gathers some friends to get in touch with her via Ouija board, nobody is really that surprised. What’s surprising (is it really?), and quite disturbing, is that they don’t actually contact the dead girl’s spirit, but another spirit of malevolent temper. Now it’s time for the dying game to begin. Each and every single narrative device used in Ouija has been used countless times before. But had they all been executed with enough nervousness and intrigue, the result would have been more than passable. Since the execution is often lame — doors unsurprisingly open all of a sudden, faces and silhouettes come out of the blue, secrets in the attic are unveiled when they are no longer secrets, blasts of music and sounds that are only deafening and never frightening — then the end result is equally lame. On top of that, there’s not a hint of humour, or parody, or tongue in cheek. The filmmakers really want you to take Ouija seriously from beginning to end. That’s kind of impossible. The worst part is that this time Michael Bay has produced a horror film with no horror. Ouija has almost no gore at all, it’s talky and tedious, it offers no cinematic spectacle of any kind, and it lacks emotional impact. At times, you even feel as if you were watching not a PG-13 movie, but a censored one. So you could say this new outing brings the worst of Hollywood mainstream: impersonal formula targeted at a teen audience, without the spectacle, the flesh and the blood. Production notes Ouija (US, 2014). Directed by Stiles White. Written by Stiles Whites, Juliet Snowden. With Olivia Cooke, Daren Kagasoff, Ana Coto. Cinematography: David Emmerichs. Editing: Ken Blackwell. Produced by Michael Bay. Running time: 89 minutes.
Curiosidad que mata De chicas, el pasatiempo favorito de Debbie y Laine era hacerle preguntas a una tabla ouija. Ya adolescentes, Laine pasa a buscar a Debbie pero la chica prefiere quedar sola en su casa. A diferencia de su amiga, ella sigue con el viejo hobbie, que, obviamente, no es un hobbie y esto es una película de horror. De modo que a Debbie, la rubia, la que parecía protagonista, un estremecimiento le deja los ojos en blanco y acto seguido se cuelga con una cadena al cuello de la araña del comedor. Esto, en la primera escena. La protagonista de Ouija, entonces, es Laine (Olivia Cooke), la morocha, la escéptica, quien de a poco sospecha, luego cree, en algo sobrenatural, una presencia maligna que asediaba a su amiga. Era una picardía desaprovechar los encantos de la actriz Shelley Hennig, de manera que Debbie retorna como fantasma. Laine y sus amigos la invocan para saber si realmente se suicidó o si fue asesinada. Y entonces la trama cobra cierto interés. Ouija es una película que va a lo seguro, con un elenco de tempranos jóvenes al estilo Crepúsculo, un guión poco novedoso y los efectos digitales de rigor, pero provoca dos o tres sobresaltos que calan hondo. Para el público que aprecia el terror, eso es más que suficiente
A esta altura de las circunstancias con el sólo fin de poder analizar un filme, y sobre todo de género como éste, prima lo que presenta y cómo está representado, digamos aquellos elementos que configuran el lenguaje del cine, y no por la utilización de los elementos inherentes a éste tipo de producciones. Para ello uno debería poder abstraerse totalmente de su bagaje cinematográfico, claro que eso es tan difícil como conseguir el salariazo prometido por Carlos I de Añillaco, allá por 1989. Se sabe que el cine de terror es ya un valor agregado y en aumento dentro de la industria Hollywoodense actual, es lo que se conoce como de rápida recuperación de lo invertido, pues son de bajo presupuesto económico, acompañado de manera directamente proporcional a una ausencia total de ideas nuevas. Esta ocurrencia (de alguna forma hay que denominarla) devenida en película tiene su origen en el muy vendido juego de mesa de la empresa Hasbro (¿se le puede llamar best seller?), la Ouija, y la responsabilidad recayó en el ex director de efectos especiales Stiles White devenido en guionista con “The Possession, el origen del mal” (2012),y aquí en la doble función. La historia se centra en un grupo de adolescentes que terminan por enfrentarse a una aterradora realidad, instalándolos en una prueba de supervivencia. Inmediatamente después de que su amiga de la infancia Laine Morris (Olivia Cooke) se ha suicidado en circunstancias poco claras, Sarah Morris (Ana Coto) promueve e insta a sus amigos a investigar la muerte de su amiga del alma, lo que terminara por ser una carnicería (y no estoy haciendo alusión al apellido de la actriz). En una sesión de espiritismo con la famosa tableta descubren que con quien hicieron contacto no es Laine, sino un malvado ente, fantasma, un alma en busca de venganza, cualquiera le cabe, mire, oscuro por donde se lo mire, que al principio no se distingue, y eso es bueno, pero luego cuando se lo percibe mueve a risa. Así es todo en ésta producción audiovisual, en la que el sonido es la gran estrella encargada de producir sobresaltos en el espectador, más por los exabruptos sonoros que por el diseño de la banda de sonido. Estructurada de manera clásica, termina por ser un gran catalogo de lugares comunes ya vistos infinidad de veces, lo que lo instala como exageradamente predictible. Para colmo de males, un montaje acorde y un trabajo de fotografía que tienen menos apetencias que una marmota en invierno. Si bien no termina de aburrir, los 89 minutos de duración aportan lo suyo para que eso ocurra, lo que sucede es que al finalizar la proyección uno se siente hueco, pues fue atravesado por un sinfín de imágenes y sonidos de lo que nada es rescatable, posiblemente, y como excepción, la belleza y la actuación de los protagonistas, más por lo primero, todos jóvenes agraciados, salvo el personaje de tez oscura, pero ese muere rápidamente.
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Boba historia de espíritus malignos "Ouija" es la fallida película de terror de Stiles White apalancada por Hasbro, dueña de los derechos del juego, y el productor insufrible Michael Bay. La trama toma como objeto central el conocido juego de espiritismo, a través del cual unos espectros malignos aterrorizan a un grupo de jóvenes insulsos que funcionan con la lógica de "Destino Final", en la que uno a uno son perseguidos por el mal para eliminarlos, pero con una actuación más precaria. En "Ouija" todo se queda a mitad de camino, la historia, las secuencias de terror, las actuaciones... Más allá de una cuidada estética, en la que se nota pusieron empeño, el film prácticamente no logra asustar y se vale de artilugios super gastados que nos dan a pensar que le han puesto muy pocas ganas a la construcción del relato. White es un debutante en la dirección y, como suele suceder con este tipo de iniciación de alguien que viene del palo de los efectos visuales, se nota que el foco del tipo estuvo puesto en lo audiovisual y no en el trabajo de dirección y guionado. Sí, además de dirigir mal también escribió esta historia aburrida que de terror tiene poco y nada. El film cuenta la historia de dos amigas, Laine y Debbie, que desde chicas juegan Ouija. Uno de ellas, ya crecida, queda un tanto obsesionada con la tabla y vuelve a jugarlo pero sola, algo que según las reglas nunca debe hacerse. Misteriosamente (para los demás) Debbie se suicida y Laine junto con su hermana y amigos tratan de contactarla a través de la Ouija para saber qué fue lo que la llevó a esta drástica decisión. Lo que sigue son los clichés típicos. Se contactan supuestamente con Debbie que resulta ser finalmente un espíritu maligno, este espíritu comienza a cazarlos uno por uno mientras tratan de develar el misterio de cómo destruir a la fuerza demoníaca. Efectos de sonidos bruscos, gritos, puertas que se abren solas... todo ya lo hemos visto en pantalla miles de veces. Las subtramas como la relación conflictiva de Laine con su hermana Sarah o de Laine con su novio, son iguales de aburrida a la trama principal y no aportan nada más que relleno para una historia desabrida. Un exponente más del terror que le hace mala fama al género y lo sigue hundiendo en el pozo de la desazón y la incredulidad.