La Cooperativa Ar/Tv Trans es una cooperativa de teatro formada por travestis y trans y cuyo objetivo es sacar a las chicas de la prostitución. Ellas estudian teatro y producen espectáculos. La película muestra la vida de sus integrantes, sus sueños, su presente y también su pasado. La lucha por formar parte de la sociedad y realizarse como personas. El objetivo de Reina de corazones es claro y efectivo, las protagonistas muestran su humanidad, su sentido del humor, sus frustraciones y sus sufrimientos. La película consigue dar cuenta de lo difícil es que su vida pero también de la fuerza y la decisión para abrirse paso y seguir adelante. Sin bajadas de líneas políticas, pero sí profundamente humanistas, el film puede ser político pero no partidario, su discurso trasciende cualquier bandera y convence por su claridad y su variedad. Sus personajes son muy diferentes entre sí, en una muestra de diversidad que prueba de manera definitiva que todas las personas tienen derecho a buscar la felicidad.
“Reina de Corazones” es un documental argentino que cuenta la historia de diez chicas trans que pertenecen a la Cooperativa Ar/Tv Trans, un espacio que les permite desempeñarse como actrices para conseguir desligarse de la prostitución, profesión a la que suelen recurrir por ser rechazadas en otro tipo de trabajos o porque son marginadas. Es así como el objetivo de este film es conocer más profundamente el perfil de estas mujeres, sus sueños, su lucha diaria y su realidad dentro de una sociedad que poco a poco está cambiando pero que todavía le falta un largo camino por recorrer. Con varios premios en su haber, provenientes de distintas muestras y festivales como la 16º Muestra Internacional de Cine Lgbt Cinhomo, ANDELASGAI, Festival IOFF International Open Film Festival, entre otros, “Reina de Corazones” se presenta como un documental de corte clásico que sigue a estas diez chicas trans a través de entrevistas, intercalando material de archivo de actividades previas (ensayos, obras de teatro o su participación en la Marcha del Orgullo). También la cámara las acompaña durante distintos momentos rutinarios, como por ejemplo cuando recorren la ciudad dejando currículums en busca de trabajo o cuando estudian en la facultad. El documental indaga en las distintas vivencias de las protagonistas, sin dejar afuera ningún tópico por más fuerte que sea. Se habla sobre el significado de ser una chica trans, la prostitución, los cambios corporales (las cirugías legales e ilegales, la dificultad de acceder a ellas por motivos económicos), el momento en el que se dieron cuenta que eran trans o que no se sentían cómodas en su propio cuerpo, la relación con su familia, el tema de la maternidad (si les gustaría o no, adopción, alquiler de vientre), cuándo se empezaron a mostrar públicamente vestidas de mujer o incluso si les hubiera gustado nacer en un cuerpo femenino o si están conformes con la lucha que tuvieron que transitar para ser lo que hoy son. En este sentido, se nota que cada una de ellas estaba dispuesta a dar su testimonio sin problemas. Se sentían cómodas y con la necesidad de contar su historia por más dolorosa que podía llegar a ser, sobre todo a la hora de hablar de los vínculos familiares o el paso por la prostitución. En ningún instante tenemos diálogos forzados o golpes bajos, incluso parece que tienen asumidas sus historias, porque conversan desde la fortaleza y no desde la tristeza o la emoción. Es interesante, también, que en uno de los casos se incorpora a la figura de los padres de una de las chicas, que consiguen exteriorizar sus sensaciones desde el momento en que se enteraron de que su hijo se sentía una mujer hasta su aceptación; como también de compañeras y compañeros de facultad de otra de las protagonistas. No solo nos ofrecen los testimonios desde las propias voces de las chicas trans sino también de gente de su entorno. En cuanto a los aspectos técnicos, se destaca principalmente la música que acompaña al relato de estas mujeres, canciones de cumbia alegres, que siguen con el concepto de proporcionar un documental que se centra en la fortaleza y la potencia de la lucha. Lo mismo sucede con la fotografía, donde priman los colores cálidos y los tonos fuertes. En síntesis, “Reina de Corazones” es un documental que cuenta las vivencias de un grupo de chicas trans a través de testimonios de primera mano, donde se abordan todos los tópicos, desde los más superficiales hasta lo más íntimos y profundos, con el objetivo de conocer su punto de vista y lograr quitar ciertos prejuicios que suelen encontrarse a su alrededor. Una mirada positiva, de lucha, de superación, sin dejar de lado todos los obstáculos o traspiés por los que tuvieron que pasar, pero siempre con una perspectiva optimista y de fortaleza, tanto desde el enfoque que se le da al relato como la construcción de su imagen y música.
En tiempos en donde el género es cuestionado desde una derecha cada vez más radicalizada, la lucha de este grupo de chicas trans que han sabido dirigir sus destinos más allá de los límites y exclusiones que la sociedad les imponía, exige un atento visionado para comprender que aún hoy en día es difícil ser lo que el corazón y los sentimientos dictan. Un relato simple y directo que atrapa por el relato crudo, en primera persona, de las protagonistas.
InTRANSigentes Salir de la prostitución como medio de vida o la única salida laboral fue el activador para este grupo, que encontró un espacio y una identidad en una cooperativa creada por Daniela Ruíz (Foto de portada) para desarrollar obras de teatro propias. Reunidas en una causa común, se conocieron, escucharon sus historias, la prédica de Daniela y todas llegaban a la misma conclusión: mostrar una mirada propia sobre su realidad y así nació la cooperativa Ar/Tv Trans, se generaron proyectos con aspiraciones como la que cada una deja trascender en sus testimonios a cámara en este segundo largometraje del actor Guillermo Bergandi, Reina de corazones. En las diez protagonistas se encuentra una riqueza inusual: la franqueza y naturalidad con la que afrontan su transexualidad. Las reflexiones sesudas contra el estereotipo o la mirada convencional y cultural, que poco a poco erosiona durante estos últimos años a un pensamiento binario o de género para encontrar en la palabra “persona” algo mucho más importante que una manera de mostrarse ante los ojos del otro. Transigir es el ideario de no ceder ante lo que se considera injusto, de no ocultar bajo la fachada del decoro o el pensamiento políticamente correcto una forma de ser, de sentir y sentirse. Por eso, la intransigencia es lo que hace de esta cooperativa una verdadera usina de resistencia cultural que se nutre de las ganas de hacer; de ganas de transgredir y porqué no a partir de los monólogos, actos públicos, obras de teatro o cualquier expresión honesta, la chance de trascender para construir un nuevo camino. El de estas Reina de corazones ya está trazado y en este documental de Guillermo Bergandi el registro de esos pasos queda grabado en lo más hondo.
La lucha de cada día Reina de corazones es un documental urgente (a pesar de haberse hecho hace tres años) porque la complejidad de los problemas que vive a diario la comunidad trans no es algo que está suturado con la Ley de Identidad de Género o con la mínima apertura de la sociedad en lo cotidiano. Es así que en el comienzo de la película se escuchan las palabras del ya fallecido Monseñor Quarracino sobre los homesexuales, las travestis y demás minorías que no representan la “heteronormalidad”, y a pesar de todo esas palabras todavía tienen una reverberación hoy en el final de la segunda década del siglo XXI. Si bien un sacerdote podía ironizar con absoluta libertad en la televisión pública sobre cómo había que enviar a un isla a todas esas “personas” para que tuvieran su propio Estado, hoy las voces de esas minorías atacadas se erigen en primer plano porque las condiciones dadas para un cambio se presentan y sobre esto no hay marcha atrás. La lucha trans es colectiva, por eso no resulta sorpresiva la existencia de la Cooperativa Ar/TV Trans que es nada menos que una compañía teatral; dirigida y compuesta por mujeres trans y travestis. La disquisición de ambas etiquetas es uno de los temas que trata el documental sin querer ofrecer un corte didáctico, más bien la idea es mostrar que las distinciones son antes que nada creación del afuera y no una definición fundamentada. Cooperativa Ar/TV Trans está dirigida por Daniela Ruiz, quien como todas las chicas tiene otro trabajo; un eje que atraviesa todo el metraje porque si para algunas es algo que está fuera de la órbita de los problemas diarios, para la mayoría es una cuestión omnipresente por la falta de posibilidades debido a factores sociales (el presente ineludible de la situación argentina), pero más que nada por la transfobia reinante. No solo de los temas más urgentes se nutre Reina de corazones; también se presentan las particularidades de sus personajes, desde situaciones hilarantes hasta los sueños más personales, que están atravesados también por las diferencias generacionales de cada una. No es lo mismo lo vívido por una trans que lidió con la necesidad de cambiar su aspecto físico en la década del 80 que otra que lo hizo en los 90 o en los 2000. Bajo una estructura coral, el documental se extiende a tantos personajes que las diferencias permiten mostrar que, inlcuso bajo esa idea medieval de Quarracino, es imposible pensar la problemática trans como una uniformidad dentro de criterios; sería tan irriosorio como esbozar que todos los hombres o todas las mujeres son iguales o que responden a un patrón de conducta o de gustos. Por tal motivo es que un documental de estas características, que puede parecer básico en algunos de sus pasajes, es necesario para comprender aquellas cuestiones que se creen sabidas, o entendidas en el peor de los casos. El contexto de cada una también presenta una recurrencia que es la de cómo la familia acepta o lidia con el cambio, allí también encontramos singularidades. Así como hay que salir de la “heteronormalidad”, es preciso salir de las fronteras de Buenos Aires y pensar en el grado de tolerancia existente en provincias que bordean lo feudal en sus acciones, incluyendo no solo a sus dirigentes sino también a sus sociedades. Sin sorprender en sus formas y modos, la película de Bergandi se ocupa de los grandes temas pero además imprime un humor (virtud de sus protagonistas) propio de la autoconciencia que marida positivamente, lo que se puede pensar como consecuencia de una investigación pertinente dado lo que significa la lucha de este colectivo, un colectivo paradójicamente especial y extraordinario por la composición de sus integrantes. La sensibilidad de su director hace de este muestrario un interesante recorte para pensar, sentir y, por qué no, ponerse en los zapatos de estas chicas al menos por una hora y unos minutos.
En Reina de corazones (2016), el actor y director Guillermo Bergandi se introduce en el núcleo de la Cooperativa Ar/Tv Trans para reflejar, a través de una serie de entrevistas a diez de sus integrantes, no solo el detrás de escena de la misma sino las diferentes problemáticas que afectan a las chicas trans. A partir de su trabajo como docente en la Cooperativa Ar/Tv Trans, una cooperativa de teatro que busca rescatar a sus integrantes de la prostitución, es que Bergandi construye un documental simple, de personajes, donde cada una de las chicas entrevistadas desnudará su intimidad frente a una cámara que logra captar el alma más allá de las palabras. Desde lo formal Reina de corazones es un clásico documental de entrevistas donde a lo largo de 80 minutos vemos hablar a diez personajes frente a cámara pero donde lo atractivo está puesto más que en la forma en el contenido y como a través de un grupo reducido, homogéneo, el director abre un abanico heterogéneo con realidades, sueños y luchas muy diferentes entre sí. Los hijos, la familia, la educación, el trabajo, la educación, la prostitución, el rechazo y la aceptación…cada una de las entrevistadas tuvo que enfrentarse a situaciones disímiles con respecto a la de sus otras compañeras y esa variedad de personajes y testimonios dentro de un mismo grupo, que bien podría haber sido un popurrí sin cohesión alguna, termina dándole un sentido a Reina de corazones, un sentido diverso sobre la propia diversidad.
“Reina de corazones”, de Guillermo Bergandi Por Gustavo Castagna Entre el documental con cabezas parlantes, con sus respectivos testimonios e historias de vida, y el registro institucional sin contemplaciones, navega la hora y media de Reina de corazones, film inicial de Guillermo Bergandi. La referencia es clara y contundente desde los primeros minutos entre el contrapunto de las chicas trans y las imágenes televisivas (vía ATC) del abominable monseñor Quarracino. Pero Reina de corazones elige un camino más cálido menos de pelea y de combate contra los individuos de mente corta y verba inquisidora. Es ahí que el documental abre el abanico a diez historias, diez registros de vidas que son narradas desde los orígenes: el lugar natal, el cuerpo como interrogante y luego como decisión celebratoria, los escarnios acusatorios contra esos personajes, reales, en una sociedad acosadora y condenatoria. Varias de esas historias remiten a chicas procedentes del interior y algunas de ellas describen el ejercicio de la prostitución como necesidad imperiosa y de supervivencia frente al rechazo laboral y la falta de oportunidades. O, en todo caso, la oposición de la sociedad para aceptar a las chicas trans en un marco de trabajo legal y remunerado. Cuando el documental descansa en ese territorio individual que remite a la vida de cada una de las protagonistas – de diferentes generaciones, vale aclarar – el trabajo de Bergandi encuentra su centro de interés narrativo y conceptual. Sin demasiadas novedades estéticas, anclando su mirada en los sueños y perspectivas generales de las protagonistas, allí y en ese sector, Reina de corazones vale como material y testimonio de un estado de las cosas. Otras líneas temáticas y argumentales, por su parte, invitan a una zona rutinaria, de informe televisivo, de anclaje en el documental institucional. Zonas que abarcan las escenas que describen a la Cooperativa Ar / Tv Trans junto a las imágenes de alguna de las marchas por el Orgullo Gay, por momentos, empantanan la narración y la potencia de los testimonios de vida. Por eso, más allá de determinados hilos dramáticos que anexan estas cuestiones, Reina de corazones termina resultando un trabajo excesivamente partido en diferentes ejes, algunos más originales que otros. REINA DE CORAZONES Reina de corazones. Argentina, 2016. Dirección y producción integral: Guillermo Bergandi. Producción ejecutiva: Nadia Martínez. Cámara y fotografía: Ramiro Cornidez. Sonido: Daniel Celina. Dirección de arte: Mauro Savarino y Gilda Tesone. Montaje: Guillermo Bergandi. Música: Aqualáctica y Mariano Lemon, Martínez Bucas y Javier Sáenz. Con Daniela Ruiz, Emma Serna, Nicole Cagy, Camila Salvatierra, Lourdes Arias, Estefania Menzel, Alessandra Babino, Mar Morales, Valeria Pereira, Victoria Guadalupe Sánchez, Gisell Gali, Paola Agustina Silva, Rocío Rocha. Duración: 83 minutos.
Documental fruto de los tiempos que corren, "Reina de corazones", de Guillermo Bergandi, ofrece una mirada amplia sobre temas que, equivocadamente, a veces creemos superados. Primero fue el régimen de Unión Civil a partir de 2002, aunque seguía marcando la diferencia, y ni siquiera estaba aprobado en todo el país. Luego fue la modificación a la ley general de matrimonio, mediante la ley de reforma, con el popularmente llamado matrimonio igualitario en 2010; que también le abrió la puerta a la posibilidad de adoptar. Posteriormente, en 2012 llegaría la ley de identidad de género. En estos años, la comunidad LGBT+ en Argentina consiguió muchos de los derechos por los que históricamente habían reclamado. Aunque aún quedan otros reclamos, derechos que no se reconocen, y lo más importante, analizar hasta dónde la sociedad en su conjunto aceptó estos cambios; a veces anteponiéndose, y a veces – aunque cueste creerlo – todavía actuando como si nada hubiese sucedido. "Reina de corazones" es el primer largometraje documental del también actor Guillermo Bergandi (con varios cortos y el film de terror/drama "El marfil" como ópera prima), y es, sin dudas, un producto que se realiza a la luz de estos cambios. Porque su temática se desprende de esos acontecimientos, y porque otorga un análisis respecto a cómo la comunidad (específicamente travestis y trans) aún pelean por una aceptación que ya debería estar asumida. Luego del ya clásico segmento televisivo en que el Obispo de Morón, Monseñor Quarrachino expuso todo su odio a las personas que no responden a los códigos de la heteronormatividad, asistimos, mediante una serie de entrevistas al conocimiento de Ar/Tv Trans. Creada en 2010, Ar/Tv Trans es una cooperativa de trabajo, teatral, que alberga a chicas trans y travestis que necesitaban poder expresare a su modo, mostrar su palabra “sin intermediaries”, y también refugiarse como un medio de salida laboral o de vida. Muchas de ellas se vieron obligadas a ejercer la prostitución, y/o encontrar un medio de vida alternativo que les permita no depender de la “cartera laboral tradicional”. Esto será un disparador fundamental. Creada por Daniela Ruiz, quien también es la que las nuclea, ellas se juntaron, expusieron sus problemáticas y perspectivas, compartieron, se juntaron, y ahora lo comparten con nosotros. "Reina de corazones" no es un documental que busque destacar desde un distintivo técnico, o algo que lo hago llamativo desde una puesta artística. Es ese tipo de trabajos que, inteligentemente, saben ubicarse por detrás de las personas que tienen la palabra. Así, brota en diversidad, y aporta contundencia. Conoceremos sus historias, sus opiniones, y a la par, la historia de la cooperativa como el lazo que las unió. No es simplemente una propuesta que se limite a contar historias de vidas particulares, ni siquiera se frena en el “barrieron las adversidades”. "Reina de corazones" también habla de nuestra actualidad (pese a que su realización data de hace tres años), de cómo estamos hoy en día como sociedad. Esa casa de Art/Tv Trans funciona como la famosa Casa del Teatro que también alberga desamparades, trabajadorxs de la actuación que con el paso del tiempo fue lo único que les quedó. Producto de época en la cual, la profesión actoral no era bien vista. Los paralelos se trazan solos. En algo que escapa a la comunidad LGBT+, pero que en elles se acrecienta, la crisis (que en 2016 estaba empezando a sentirse) golpea, y más que nunca presenta un futuro incierto, y la necesidad de estar más unides que nunca. Ellas tuvieron que unirse para tener voz y para autosustentar sus propios proyectos. Eso también habla de cuánto espacio les da la sociedad, sobre todo a elles, les que le escapan al binarismo. En muchos aspectos la sociedad fue adelantada, y fue su clamor el que hizo que las leyes salieran.
Las protagonistas de este valioso documental, premiado en festivales de los Estados Unidos, España y Colombia, son diez integrantes de una cooperativa argentina que busca que personas trans tengan una alternativa laboral (relacionada con el teatro, en este caso). Sus testimonios dan cuenta de vivencias comunes, desafíos e historias de superación personal. La película no esquiva los temas más espinosos (represión policial, prostitución, conflictos familiares y cirugías complejas), pero el abordaje es serio y constructivo, alejado del enfoque banal o sensacionalista. Pero el gran tema de Reina de corazones quizá sea la libertad, el derecho a elegir una identidad.
Es un conmovedor documental trans como lo define su director Guillermo Begandi, que tuvo con su trabajo un amplio y premiado recorrido en muchos festivales del mundo. Aquí diez chicas trans pertenecientes a una cooperativa de teatro, que nació con el único objetivo de sacar a sus integrantes de la prostitución, nos cuentan sus historias de vida, de rechazo, de marginalidad y, por sobre todo, de superación. El gran desafío de la Cooperativa Ar/Tv Trans, es lograr la integración a la sociedad de estas mujeres. Porque aun con las luchas y los logros, siguen presentando curriculums en trabajos donde nunca las llaman, les hacen sentir que no las quieren ni las aceptan. Begandi las conoció dando clases de teatro y ellas confiaron en su sabiduría para mostrar de manera sencilla y sincera, contando absolutamente todo de sus mundos privados.
En este documental, escrito y dirigido por Guillermo Bergandi, se explora la historia de la primera cooperativa trans de América y lo que es ser mujer trans hoy. “El ser una misma es un proceso”. Y estas mujeres trans que hoy protagonizan Reina de corazones han pasado cada una por el suyo, procesos parecidos pero distintos porque cada viaje es personal. Por eso también uno de los momentos más bellos de la película es aquel en el que cada una da su definición de qué es ser trans, donde diferentes voces se encuentran conectadas. Bergandi va intercalando las historias de diez mujeres trans junto a la historia de la cooperativa de teatro a la que pertenecen, un lugar creado para sacar a estas chicas de la prostitución en un mundo que, como aclara una de sus protagonistas, avanza mucho a nivel tecnológico pero con la sociedad sigue atrasado. Para ellas, conseguir trabajo, estudiar, todo resulta más difícil y muchas veces la prostitución parece ser la única opción viable. Los testimonios van presentando quiénes son, qué hacen, cómo llegan a la cooperativa. Al mismo tiempo se cuelan imágenes sobre las obras de teatro que van produciendo, siempre realizadas a pulmón. Reina de corazones logra mostrar a estas mujeres trans de un modo muy honesto y fresco. Frente a cámara no temen abrirse, narrar sus miedos, sus sueños, sus proyectos. Bergandi las filma y las retrata de un modo convencional, hablando a cámara, siguiéndolas en algunos momentos de su vida o en su cotidianidad, y observándolas trabajar en la cooperativa, ya sea arriba del escenario o desde abajo. Y sin embargo son ellas las que le brindan una dimensión especial al film, con sus personalidades fuertes. Como detalle: cuando hablan de la educación y muestran la experiencia de alguna de ellas, el documental dialoga con otro de reciente estreno, Mocha. La banda sonora le termina de imprimir ese tono entre lo melancólico y lo optimista. Porque más allá de que muchas veces las historias que cuentan son difíciles, lo hacen con la frente alta y a veces con una sonrisa. Lucharon y superaron algunas de las adversidades a las que están expuestas por su condición. Y sin embargo saben que la expectativa de vida promedio para ellas es de 35 años o que hay trabajos que nunca van a poder conseguir porque nunca serían aceptadas. Más allá de ser muchas voces, de diferentes contextos y edades, el film no se pierde entre ellas sino que logra un equilibrio justo para lo que pretende retratar. Las experiencias son distintas porque vienen de distintos lugares y porque también el abanico de edades es amplio.
¡MIRÁ DE QUIÉN TE BURLASTE, VOS! Los documentales en el cine argentino, y aquí me planto con una subjetividad tan explicita porque me llena de orgullo argento, son una fuerte herramienta de contacto con la realidad social de nuestro país. Gracias a esta breve columna que escribo casi todas las semanas, he tenido el gusto de escribir sobre muchos documentales estrenados de hace tres o cuatro años para acá, y siempre me educan y me enriquecen tanto como ir a estudiar a alguna institución. Esta vez me toca tan de cerca porque el recientemente estrenado documental Reina de Corazones, de Guillermo Bergandi, nos trae la historia, no tan difundida mediáticamente, de la Cooperativa Art/Tv Trans, formada por un grupo de travestis que iremos conociendo a lo largo de la película. A través de los relatos de cada una de las protagonistas de esta historia de militancia, reivindicación de derechos, lucha por la equidad y el orgullo de la disidencia, el documental nos muestra una veta no tan difundida ni representada por los medios hegemónicos de comunicación, al travesti como un sujeto político, un sujeto preparado y conocedor de todos los derechos que le han sido vetados o por lo menos dificultados a lo largo de su vida. Acceder al sistema educativo, respetar la propia identidad, acceso a un trabajo digno y correctamente remunerado, son algunas de las problemáticas que más padecen los miembros de la comunidad trans, aún victimas de un sistema patriarcal regido por la censura, la heteronormatividad y la expulsión de todo aquel que escape a las normas y estereotipos sociales que rigen nuestras sociedades de consumo. Además de estos relatos personales de cada una de las travestis que aparecen en el film, el documental nos ofrece escenas de la bambalinas de las tomas y fragmentos de grabaciones caseras que ayudan a completar los relatos de la historia de cada personaje y de la cooperativa en sí. A pesar de todas estas problemáticas sociales y de la falta de políticas estatales que garanticen el acceso y la inversión de la comunidad trans a las ofertas laborales del mercado (la ley de cupo trans sólo se legisló en la provincia de Buenos Aires, y quedó como proyecto a nivel nacional), generalmente los estereotipos del trans que vemos en las producciones audiovisuales suelen ser más bien un personaje burlesco o sumergido en la marginalidad de la prostitución y el submundo de los excluidos. Esa imagen vende y ayuda a mantener el statu quo de un sistema social y económico desigual, porque escinde al trans de su configuración de sujeto político con derechos iguales a los de todos los ciudadanos que vivimos, como mínimo, en nuestro país. Pero Reina de corazones nos viene a traer la otra historia, tan verdadera y valedera como otras, que es la de las trans organizadas, informadas, militantes y llenas de energía que trabajan en pos de una equidad social y que utilizan el arte como forma de visibilización y de sustento para sus vidas. Esta es la historia de la Cooperativa Art/Tv Trans, una de las primeras cooperativas trans de Latinoamérica, que organiza el trabajo alrededor de la producción y puesta en escena de obras de teatro con temáticas travestis. Derribando estereotipos, visibilizando desigualdades, dando a conocer las problemáticas sociales de este colectivo, la cooperativa ha logrado notoria visibilidad, teniendo varias obras reconocidas en cartel y logrando ser reconocida como de interés para la promoción y defensa de los derechos humanos por la Legislatura Porteña. Es más que necesario que se sigan haciendo documentales de esta índole, que muestran los contra-discursos de aquello que socialmente se encuentra instalado y naturalizado. Que el arte ayude al Zeitgeist de nuestros tiempos: feminismo y disidencia en la denominada cuarta ola, quienes buscan dejar para las próximas generaciones un futuro mejor, sin desigualdades de género y con equidad de oportunidades. ¿Se está cayendo? Lo estamos tirando, sin dudas.
Gracias a las continuas luchas y peleas por una reivindicación social de parte del Estado, los travestis consiguieron muchas cosas cómo, por ejemplo, el cambio de género y nombre en el DNI. Pese a estos logros amparados por el gobierno, en la realidad, durante el día a día, insertarse en la sociedad como una más les sigue costando muchísimo. Para acompañarse y apoyarse mutuamente en 2010 fue creada la Cooperativa teatral arte-trans, con el objetivo de sacar a las travestis de las calles porque sufrían agresiones, hostigamiento policial y ejercían la prostitución. Guillermo Bergandi filmó éste documental entrevistando y siguiendo a varias de las chicas que integran la cooperativa. Ellas hablan a cámara y cuentan sus historias. De donde son, en qué lugares viven actualmente, a qué se dedican, cómo se enteraron sus familiares de la decisión que tomaron, cuáles son los proyectos que tienen, etc. La película fue realizada con una compaginación ágil y dinámica, para huirle al aburrimiento en el que se convierten generalmente este tipo de documentales en las que predominan las “cabezas parlantes”. Aquí, el director le imprime un concepto más moderno, renovado y adecuado a estos tiempos. Los momentos más importantes son cuando ellas declaran cómo y a qué edad se aceptaron como travestis, o cuando decidieron realizarse los cambios corporales. Como así también enfrentar la comprensión o incomprensión de la familia. Estas escenas son narradas con sobriedad, manteniendo el equilibrio en las situaciones emotivas. Ellas dentro del teatro tienen una cara visible, una guía llamada Daniela Ruiz, quien coordina al grupo, les acerca obras teatrales, proyectos, etc. Todas se muestran desenvueltas, cómodas frente a la cámara. Después de combatir durante tantos años para cambiar la mirada del otro no se amilanan ante un lente, porque ante las adversidades ellas lo toman siempre con optimismo y alegría. Están orgullosas de lo que son, lo que consiguieron, y conseguirán.