Rodencia y el diente de la Princesa es una propuesta sencilla para niños y para los que quieran disfrutar de buena animación latinoamericana. Los personajes son simpáticos pero les falta un poco de carisma como para que los niños se fascinen con ellos, sobre todo, con los protagonistas. La estética, si bien es prolija y tiene buenos fondos y paisajes, está más cercana a....
Un ratón del sur Rodencia y el diente de la princesa (2013) es una coproducción peruano-argentina de animación, realizada para ser proyectada en 3D. Su productor, el peruano Milton Guerrero con experiencia en publicidad, se embarca en la realización más cara del cine peruano, con cuatro millones dólares de presupuesto. El resultado es una simpática aventura para niños similar a los grandes films del género. Edam es un ratoncito aprendiz de mago cuyas inseguridades no le permiten realizar sus trucos. Un buen día se embarca en un viaje junto a su amiga Brie y dos soldados llamados Roquefort y Gruyere (también están los argentinos, Muzarella y Provolone), a buscar el diente de la princesa antes de que el villano Rotex lo obtenga para dominar con él la mágica ciudad de Rodencia. La historia situada en un lugar fantástico y atemporal, remite a las aventuras medievales de Tolkien: la epopeya en busca del objeto preciado articula hechizos, magia y seres especiales. La travesía sucede en un lugar similar a Lima, Perú. El particular bosque, las montañas con viviendas rústicas y personajes con el chullo en la cabeza entre caminos empedrados, son del tipo de Cuzco y remiten sin mencionar al Machu Pichu. Tales diseños de paisajes y personajes, remarcan la región pero evitando ser explícitos en la procedencia. Algo común en estas producciones que buscan la universalidad del argumento para apuntar a un público masivo. La película dirigida por el argentino David Bisbano y con guión de Raquel Faraoni (quien trabajó para Disney), tiene un cuidado trabajo en el diseño tanto de los paisajes como de los personajes. Además cuenta con un buen uso del 3D que se destaca en la utilización de luces y movimientos de cámara en sus vertiginosas secuencias de persecuciones. Pero la película adquiere frescura al transitar el mundo de los humanos (con partido de futbol incluido) cruzando la épica con una leyenda más local. Sin embargo, no deja de ser un film de buenos y malos peleando por un tesoro, denominador común de las producciones norteamericanas. Es que Rodencia y el diente de la princesa sigue ése canon, busca la similitud con los taquilleros tanques de Hollywood, y no lo regional en su propuesta. Así y todo, la película es sumamente entretenida, y logra traer una historia atractiva con un personaje carismático. Un producto que se enmarca con los mismos recursos, entre las películas del cine de animación actual.
Una aventura regional Coproducción argentino-peruana y ganadora del premio a la Mejor Película infantil en el BAFICI 2013, Rodencia y el diente de la princesa es una más que digna aproximación regional al cine de animación. Dignidad proveniente de su franqueza para definirse como una pequeña fábula infantil para chicos que evade guiños cancheros para adultos, además de una factura técnica correcta y consciente de sus limitaciones. La historia tiene como protagonista a Edam, un ratoncito inseguro de sus condiciones de mago que comienza un viaje con una ratoncita y un grupo de soldados con el fin de encontrar el diente del título. Si ellos no lo obtienen, caerá en manos de una malvada rata que aspira a dominar el reino de Rodencia. Con múltiples referencias a la cultura argentina y peruana, tanto desde su aspecto visual como desde los comportamientos de los personajes, la película de David Bisbano es un relato tan clásico como correcto en su elaboración, convirtiéndose en una buena alternativa a las producciones animadas norteamericanas.
La magia no está en los objetos, está en los corazones." Es una de las sencillas enseñanzas que se recogen de la colorida fábula que esta coproducción peruano-argentina ofrece al público infantil buscando dotar de matices andinos al clásico material del que suelen alimentarse los tradicionales cuentos para chicos y, por ende, buena parte del cine animado. Otra, que también parecen haber asimilado provechosamente los responsables del film, es que el secreto del éxito en cualquier actividad depende de la confianza en los propios dones y en la determinación de persistir en el esfuerzo y no desistir en la búsqueda de perfeccionamiento. Así lo hace por ejemplo el pobre Edam, el ratoncito que más allá de sus limitadas dotes naturales está empeñado en convertirse en mago y que afortunadamente cuenta con el apoyo de su amiga Brie, que no cesa de alentarlo por más que sus trucos fallen. Ya tendrán oportunidad de ponerse a prueba ellos dos y su grupo de amiguitos -por ejemplo los argentinos Muzzarella y Provolone, siempre menos preocupados por cumplir con sus obligaciones que atentos a las horas extras que llevan trabajadas, o los otros dos "soldados" locos por el queso: el gordinflón Gruyere y el no tan glotón Roquefort- cuando haya que salir a defender el reino de Rodencia de las malvadas ratas. Hay que impedir que las usurpadoras se apoderen del diente de la princesa, dueño de incalculables poderes. Héroes de una parte, malvados de otra, habrá batallas, combates cuerpo a cuerpo, hechizos. Y estarán los que a la fuerza oponen astucia e inteligencia. Que son, por supuesto, los que ganan. Entre los triunfadores también hay que anotar a los responsables de esta elaborada realización, que pone en evidencia cuántos progresos han premiado la frecuente práctica del lenguaje de animación. No sólo es muy destacable el tratamiento de los colores y el diseño de los personajes, sino la concepción de los fondos, que evocan al altiplano tanto en los ambientes como en el vestuario, con especial destaque para el chullo, ese gorro con orejeras tejido de lana de vicuña, llama o alpaca tan típico de los habitantes de la región andina.
Dos poderosos pequeños héroes El filme que puede verse en 3D se disfruta a partir del atractivo diseño de sus personajes, de un ritmo narrativo que invita a ser partícipes de una aventura ideal para los más chicos, en el que no faltan los típicos enfrentamientos entre gatos y ratones. Un pequeño ratón, llamado Edam, aprendiz de un viejo mago, es el protagonista de esta historia animada latinoamericana, en la que a través de sus humorísticos diálogos, por momentos escapa a su costado de fantasía, para dejar paso a un reclamo social, como es el que dos soldados ratones, se pregunten uno al otro, si le serán reconocidas sus horas extras. En esta saga épica y de aventuras, el reino de Rodencia está en peligro y el rey decide llamar a Edam, el aprendiz de mago, para que junto a dos de sus guerreros, traten de conseguir el diente de una niña humana, como trofeo y de ese modo puedan vencer al temible ejército de ratones, liderados por el feroz Rotex, él que se propone invadir y hacer suyo el reino de Rodencia. EL BIEN Y EL MAL A partir de ese momento se lleva a cabo una lucha entre el bien y el mal, en el que Adam, al que acompaña su valiente amiga Brie, pondrán en riesgo sus vidas al atravesar un bosque encantado, con peligrosos puentes, que de algún modo recuerda a la estética de la famosa saga de "El señor de los anillos", de J.R. Tolkien. En su travesía, Adam y Brie tendrán que luchar con algunas temibles presencias fantasmales como un gigantesco gato negro, o una poderosa serpiente que amenaza con devorárselos. Finalmente el pequeño Adam que aprenderá a confiar en los trucos que le enseñó su maestro, logrará vencer al enemigo con sus poderes mágicos, lo que le permitirá en el futuro ganarse el amor de la hija del rey de Rodencia. El filme que puede verse en 3D se disfruta a partir del atractivo diseño de sus personajes, de un ritmo narrativo que invita a ser partícipes de una aventura ideal para los más chicos, en el que no faltan los típicos enfrentamientos entre gatos y ratones. A la vez que tiene una buena fotografía que hace hincapié en colores suaves y se destaca la simpatía que comunican sus personajes.
Estados Unidos, con sus mega producciones encabezadas por Disney-Pixar, copa el mercado de la animación en el mundo. Su despliegue monumental ha dado grandes películas, con personajes que entraron rápidamente en el corazón de la gente, engrosando los bolsillos de sus creadores. Toy Story (la tercera de la saga se convirtió en la más taquillera), Monsters Inc., Buscando a Nemo, Wall-E y tantas otras, son algunos de los ejemplos. Pero no solo el emporio del ratón más famoso está en la escena, películas de otros estudios como Shrek, La Era de Hielo y Mi Villano Favorito, con sus respectivas secuelas, vieron que el negocio era jugoso y no se quedaron atrás. Rodencia y el Diente de la Princesa, película de animación en 3D y realizada en Latinoamérica (el film es una coproducción argentino/ peruana), encuentra sus mejores armas en una historia que habla del derrumbe de los prejuicios, la solidaridad y el coraje. La aventura como motor de la historia, en personajes -anti- heroicos y nobles, se combina con una impecable factura técnica y una animación que recrea hermosos paisajes naturales. Además, la película toma palabras y vestimentas de identidad incaica (“quipachí” es uno de los términos, utilizado por uno de los personajes, para hacer su magia). La historia, que comienza con cierta lentitud, va cobrando energía con el correr de los minutos. La aparición de Brie, ratoncita que se suma por decisión propia a la aventura, no solo sirve para auxiliar a sus atribulados compañeros de viaje, sino también para darle ánimos a un relato que va ganando en solidez. No es de extrañar que sea un personaje femenino quien tome las riendas de la acción y destaque por sobre el resto de sus congéneres. Es un signo de los tiempos y de muchas de las historias que se ven en pantalla desde los últimos años. La presencia, seguridad y firmeza de Brie contrasta con los miedos e incertidumbres de los demás personajes masculinos que la circundan. El cine de animación tiene una extensa trayectoria en el continente. Argentina fue pionera en el mundo y hay una larga historia, que parece consolidarse y crecer con la incorporación de nuevas tecnologías (Metegol, de Juan José Campanella, que acaba de obtener el Goya a la mejor película animada, tal vez marque un comienzo). Será cuestión de aguardar las nuevas propuestas y ver qué nos deparan…
Una técnicamente lograda co-producción entre Perú y Argentina que se limita a entretener a su pequeño público y no mucho mas. En un lejano lugar dentro de un salvaje bosque existe el reino mágico de Rodencia. Rodex, un malvado hechicero y Rey de las Ratas, amenaza con invadirlo. Por eso Adem (un joven y torpe aprendiz de mago) y su amiga Brie comenzarán un peligroso viaje acompañados de los mas grandes y feroces guerreros del reino para encontrar un legendario poder y así pode vencer a las fuerzas oscuras. Aventuras regionales de ayer y hoy Rodencia y el diente de la Princesa es una co-producción entre Perú y Argentina que llega a nuestras salas en formato 3D. Creo que sería justo aclarar que no soy un gran fanático de las aventuras animadas, pero eso no significa que no pueda apreciar una buena historia cuando la veo. A diferencia de los films de Pixar y (poco a poco) también los de Dreamworks, es difícil encontrar en la animación del resto del mundo un producto que esté destinado a todo el publico y no a un sector en particular (ya sea chicos o adultos). Si hay que darle la derecha a Pixar en algo, mas allá de la calidad de la animación, está en encontrar historias que fascinen a grandes y chicos por igual y en aplicarle suficientes capas para que nos identifiquemos y quedemos satisfecho mas allá de nuestra edad. Rodencia es un film destinado pura y exclusivamente a los mas chiquitos. Me resulta difícil imaginar a un chico/a mayor de 8 años no aburriéndose un poco en el cine. Esto no se debe a que Rodencia sea un mal film, sino mas bien a lo simple de su historia y desarrollo, los pocos conflictos que se generan y personajes, aunque adorables, sin mucha identidad. Rodencia hace un buen trabajo contando lo que quiere contar, aunque no sea mucho. La animación no es nada que no hayamos visto antes y no hay demasiado por rescatar mas allá de algún diseño de los personajes (sobre todo el del villano) y buenos ambientes generados por computadora. La película también cuenta con algunas buenas ideas visuales que podrían haber resultado mucho mas interesantes con un mayor presupuesto, pero aun así están muy bien logradas. Por otro lado la película hace un excelente uso de la tercera dimensión. A los típicos objetos lanzados hacia la pantalla y los otros que resaltan en perspectiva, se le suma un interesante y constante juego con la profundidad de campo que sin dudas dejará fascinado a su pequeño público. Conclusión Rodencia y el diente de la Princesa apunta a entretener solo a los mas chiquitos y lo hace con orgullo. Mientras que de ese desafío sale airosa, no puedo decir lo mismo de su impacto en el público mas adulto que deba acompañar a los niños. Lo que carece en calidad de animación logra compensarlo en buena ideas visuales y sobre todo en un divertido uso del 3D. Pero nuevamente advierto, si quieren entretener a sus hijos mayores de 8 años quizás esta no sea la mejor opción. - See more at: http://altapeli.com/review-rodencia-y-el-diente-de-la-princesa-3d/#sthash.aNUIxP9w.dpuf
A los quesos por su nombre Como si fuese un Harry Potter en una versión más inocente y hecho ratón, el pequeño Edam, un aprendiz de mago, protagoniza junto a sus amigos una road movie que recorre paisajes urbanos y naturales para hallar el diente de una princesa. ¿Una versión aventurera y animada del Ratón Pérez? Ese diente es la llave mágica para salvar Rodencia -el pueblo donde viven los ratones- del acoso del demoníaco Rotex, el rey de las ratas que cabalga a una serpiente. El, junto a su ejército del inframundo, buscará apoderarse del mundo de los ratones y, luego, dominar a la raza humana. Un importante condimento de este filme (que ganó el premio a la mejor película Infantil en el BAFICI 2013) es la magia, que no está en los objetos, “sino en los corazones, por eso la magia de Rotex es negra”, dice Blue, el mayor mago ratón de Rodencia. Otro rasgo peculiar del filme es que los protagonistas tienen nombres de diferentes tipos de quesos: el protagonista Edam, el valiente Roquefort, su aliado, el gordinflón Gruyere, y la celosa y corajuda Brie, fiel admiradora de Edam, quien guarda un gran secreto. Los diálogos y escenas (con una animación más que lograda, aunque sin profundizar en los rasgos y detalles) posee su toque criollo, como las tonadas de dos de los guardias. O cuando, en medio de la travesía, los ratones se preguntan: “¿Qué extraño fruto será éste?”, al ver una pelota de fútbol y estar “entre gigantes” (humanos) en medio de un “picadito”. El asombro es una constante en Rodencia y el diente de la princesa, que busca atrapar la atención de un público no mayor a los 10 años. Las situaciones de confusión y el humor infantil son los pilares. La acción es inmediata, el suspenso casi está ausente, y se peca de saltar muchas veces -de una situación a otra- sin coherencia temporal. Un montaje abrupto genera una forzada dinámica de acción. La lucha “luz versus oscuridad” y los hechizos, con disímiles resultados, engarzan una linda historia para comerla de un bocado.
Simpática aventura con linda moraleja El torpe ratoncito Edam quiere ser mago. Su amiguita Brie, hábil y segura de sí misma, le da ánimos. Juntos descubrirán los planes de las belicosas ratas para apoderarse del pacífico reino de los ratones. Ante el peligro, son enviados como acompañantes del noble Roquefort y el gordo Gruyere, en busca del arma secreta: un dientecito humano. Así más o menos empieza este dibujo animado. Que podría ambientarse en la cocina de una mansión, o los andurriales de una ciudad, pero transcurre en un lugar inhabitual de los dibujos para niños: la selva montañosa de los Andes. Tal es el paisaje. Por sus ancestrales caminos de piedra, una Rodencia que parece evocar el Cuzco, y alguna pirámide que, según dicen los conocedores, evoca las de Caral y Huaca Rajada, van nuestros héroes de ojitos aindiados, con sus alforjas, ropas medio incaicas y el típico chullo, el sombrero de lana con orejeras. Y como la historia está ambientada en un tiempo impreciso, tanto podemos ver algún chiste sobre la futura construcción y el destino de un lugar que reconocemos con la forma de Machu Picchu, como podemos disfrutar las andanzas de los ratones asustados entre humanos gigantes, de extrañas costumbres modernas. O considerar a las ratas ansiosas de tesoros como una forma alegórica de la invasión española, allá en tiempos de la Conquista. Con las licencias del caso, todo es posible. Y todo es entretenido, simpático, ingenioso y de buen nivel técnico, conceptual y narrativo, con animación standard y atinada mezcla de aventuras, fantasía, gracia y moraleja en ambientes inhabituales. Coproducción peruano-argentina, para lograr este resultado se juntaron Red Post, de Milton Guerrero, y Vista Sur ("Magazine for fai"), de Alvaro Urtizberea, y apelaron a cuatro que realmente saben. El primero, David Bisbano, que acá es director general, director de arte, coguionista y montajista. De formación fotógrafo, Bisbano se inició construyendo escenografías en Pol-Ka, hizo las maquetas de "Adiós, querida luna", realizó el experimental "B corta" (blanco y negro, con una Bolex 16 mm.) y el sencillo "Juan y María (no se conocen y simpatizan)", se fogueó en publicitarios, y se fue al Perú. Allí el cine de animación había hecho, con más empeño que gracia, "Piratas del Caribe" y "Dragones, destino de fuego", ambas de Alpamayo Entertainment. El completó la trilogía de dicha empresa haciendo "Valentino y el clan del can". Con mejores programas de animación computada, más chispa en todos los rubros, y una buena historia, podía hacer algo mejor y lo hizo. Luego, Raquel Faraoni, coguionista con experiencia en la Disney Television. A los otros dos imprescindibles podemos verlos en la pantalla, son los soldados argentinos Muzzarella y Provolone, frescos y divertidos en las voces de Mex Urtizberea y Marcelo Chirinos. Hablando en serio: los otros importantes son Williams Mantari y Piero Vallebuona, directores de animación, Leonardo Yabiku Terukina, Henry Palomino Rojas, Marco Antonio Salas, Heidi Schiller, Leoncio Albán. Gente que recién empieza, pero empieza pisando con pie derecho.
Muy menor, muy previsible En la sección BAFICITO del año pasado, Rodencia y el diente de la princesa terminó quedándose con el premio del público, lo cual no dejó de ser llamativo, teniendo en cuenta que tenía como compañeras de selección a películas como Moon Man y Jelly T, que sin ser maravillas eran notoriamente superiores. Esta coproducción entre Argentina y Perú tiene indudablemente buenas intenciones y le preocupa contar adecuadamente su historia plagada de ratones magos, hechizos y princesas. Pero a la vez, eso sólo le alcanza para ser apenas correcta tanto en su narrativa como en su desarrollo estético. En la mayor parte del relato no sale de los esquemas más previsibles del duelo entre buenos y malos, entre la luz y la oscuridad, con el típico camino del héroe, que comienza siendo un mero aprendiz para terminar enfrentándose de igual a igual con un malvado hechicero en su lucha para salvar a un reino en peligro. No está mal en sí que se partan de convencionalismos y tampoco le podemos pedir a Rodencia y el diente de la princesa que alcance la misma calidad que la factoría Pixar, pero lo cierto es que la historia apenas si tiene algunos personajes atractivos y casi nunca despega de lo previsible. En consecuencia, también termina perdiendo por goleada frente a la oferta actual de la cartelera: Frozen: una aventura congelada y La gran aventura Lego, que se dirigen al mismo público, no sólo son mucho mejores a nivel técnico, sino también en lo que refiere al desarrollo de sus relatos y personajes, y la complejidad temática que exhiben. Una obra muy menor, que vuelve a mostrar los problemas en el género animado que atraviesa a buena parte de la producción latinoamericana.
Todo por un diente Un acierto de esta nueva adaptación de la clásica historia del ratón Perez es su intento por mantener viva la cultura de su país de origen. En "Rodencia y el diente de la princesa"(Perú/Argentina, 2012) están presentes los valores y riqueza de la cultura inca desde los escenarios hasta las palabras que se utilizan para hacer trucos de magia. Edam es un aprendiz de mago, sin confianza en sí mismo, que de un día para otro se verá en una aventura mucho más grande de lo que se pueda imaginar cuando acompañará a dos candidatos a casarse con la princesa de Rodencia en la búsqueda del diente de una princesa humana para salvar a su pueblo de la malvada amenaza de Rotex (una rata oscura que dirige hordas de malvados). En esa búsqueda estará también Brie, una ratoncita que odia el pueblo y vive en en medio de la selva y en vez de magia utiliza su fuerza y piedras para salvarse y salvar a Edam de las amenazas naturales del lugar. Las ratas de Rotex avanzan hacia la fortaleza de Rodencia, pero la resistencia que conformará el Rey hasta que Edam vuelva con el diente humano que salvará su pueblo, permiten un tiempo de descanso al ejército. Las diferencias de clases, las diferencias entre especies (Ratas Vs. Ratones), la crítica hacia la conquista de las culturas distintas y el respeto hacia la ecología, son algunas de las temáticas que el realizador David Bisbano refleja en su película. Mención especial para la estereotipación de dos ratones con nacionalidad "argentina", que son mostrados como vagos y especulativos, curiosamente este dato debe haber sido pasado por alto cuando se decidió el apoyo por parte de la producción nacional. Un imaginario de la migración hiperbolizado y discriminatorio. "No tengo todas las respuestas, soy mago, no político" dice Azul, el viejo mago que ha enseñado sus trucos a Edam, dejando entrever una vez más una crítica hacia la sociedad en general. Escenarios atrapantes, personajes bien definidos, animación humilde pero realista, colocan a esta producción (que viene de ganar el premio a mejor filme infantil en el último BAFICI) en un lugar de privilegio dentro del panorama de animación latinoamericana. Es una lástima que su estreno comercial en Argentina coincida con la permanencia en pantalla de grandes blockbusters que están arrasando con la taquilla entre el público pequeño. PUNTAJE: 6/10
Esta producción comete el pecado de querer atrapar, en el buen sentido del término, con herramientas narrativas en desuso y perimidas. Queda en desigualdad de condiciones frente a las producciones de Pixar o Dream Works. Aunque correcta en su tratamiento, en la técnica, no así en el diseño de sonido, porque la música nunca esta puesta en función alguna sino sólo para llenar baches narrativos, pegados a la imagen del momento, a veces hasta a destiempo. En realidad esta coproducción argentino - peruana tiene como merito las buenas intenciones, pero con eso no alcanza pues parece que les preocupa mucho más el relatar apropiadamente la historia que poner en juego algo del orden de la creatividad, situación que parece haberse agotado en los nombres de los personajes, todos denominados según algún tipo de queso. Al mismo tiempo que pasa por ser sólo correcta desde su estructura narrativa como en su elección estética, a lo largo de todo el desarrollo no escapa de las representaciones más previsibles, entonces nos encontramos en permanente duelo entre buenos y malos, amontonando hechizos y princesas junto con el característico recorrido del que no debía ser y termina siendo el héroe, que se inicia como neófito para concluir oponiéndose al malvado hechicero con el sólo fin de casarse con la princesa, quien no es más que su mejor amiga camuflada, tan evidentemente construida como el resto de la historia. No es deplorable intentar sostenerse desde las formulas, pero cuando estas huelen a rancio, tipo Garcia Ferre (reconocido en su época), que instalados ya en segunda década del siglo XXI pierde toda efectividad. Tiene, eso sí, varios personajes seductores, pero nunca se despega de lo previsible y no hay en todo el metraje ningún guiño al publico adulto. La historia se refiere a una antigua leyenda que, dentro de un inmenso y salvaje bosque, presenta un fantástico reino, Rodencia, un lugar habitado por criaturas maravillosas y poderosos magos, narrada por una voz en off. El filme describe las aventuras del pequeño Edam, un torpe aprendiz de mago, junto a la bella y segura ratoncita Brie quienes, acompañados por los más grandes guerreros del reino, iniciarán un increíble viaje en cuya trayectoria enfrentarán los más sorprendentes peligros para obtener un mágico y legendario poder, y así derrotar a las oscuras fuerzas comandadas por el malvado hechicero Rotex, rey de las ratas, que amenaza con invadir ese lugar de ensueño. En el medio del bosque la magia de la luz y la oscuridad se enfrentaran Edam y Rotex en luchas sin tregua, en un duelo donde sólo uno podrá salir victorioso. El mejor parámetro fueron los niños que presenciaron la proyección: no hubo ni una risa, ni ninguna exclamación por parte de ellos, ni de nadie.
Luego de ser exhibida en nuestro país en el marco del BAFICI 2013, donde obtuvo el Premio del Público a Mejor Película Infantil, y tras haber girado con éxito por diversos festivales de cine del mundo, finalmente llega a los cines locales la película de animación 3D Rodencia y el diente de la princesa, una digna propuesta cinematográfica argentino-peruana, apta para todo público. Dirigida por el argentino David Bisbano, quien ya había presentado trabajos en anteriores ediciones del BAFICI, y con experiencia previa en el mundo de la animación 3D (dirigió la película peruana Valentino y el clan del can en 2008), el largometraje Rodencia y el diente de la princesa ha si exhibido en diversos festivales, donde obtuvo premios (el premio a la Mejor Película Animada en el Festival Internacional de Cine Santo Domingo 2013; los premios de la competencia oficial y del jurado de niños en el Festival Nueva Mirada, y resultó ganadora del premio a la Mejor Película de Animación en EXPOTOONS 2013) y fue parte de interesantes experiencias, como haber sido parte del Festival The Golden Elephant 2013 en Hyderabad, India, donde, en palabras del director- chicos de todo el país se acercaron a ver la película con mucho entusiasmo. Rodencia ya fue estrenada comercialmente en países como Rusia, España, Perú, Bolivia, Corea del Sur (donde estuvo en el Top Ten de recaudación), y está próxima a estrenarse en Medio Este, Irán, Australia y Estados Unidos, entre otros lugares. El film cuenta una historia de superación personal, aventuras y amistad en un mundo mágico de criaturas maravillosas y magos poderosos. El fantástico reino de Rodencia se ve amenazado por el malvado hechicero Rotex, quien tiene como objetivo tomar el poder con su ejército de fuerzas oscuras, para luego extender su dominio sobre el mundo entero. Pero los planes del Rey de las Ratas se verán alterados cuando se encuentren con el pequeño aprendiz de mago Edam y su equipo colaborador: su valiente y astuta amiga Brie, el noble Roquefort y el gordinflón guerrero Gruyere. Juntos, intentarán impedir el avance de Rotex y así salvar a Rodencia, pero deberán enfrentarse con peligros insospechados, en un viaje de aventuras - que incluye un paseo por el mundo de los humanos- para conseguir el “diente de la princesa” que los salvará. La historia tiene ecos del relato épico de la saga El Señor de los Anillos, de Tolkien, combinado con el mito del Ratón Pérez, y un mensaje de crecimiento personal, de unión para vencer adversidades en pos de un objetivo común, y de valorar la amistad. Si bien el abordaje es universal, tiene una impronta latinoamericana, desde el diseño de las locaciones escogidas para situar la historia (el reino de Rodencia tiene un aspecto claramente precolombino, cercano a ciertos lugares de Perú), hasta la caracterización de los personajes: el joven Edam lleva un chullo, típico gorro andino, y los hechizos que intenta son palabras en quechua. Además, el film incluye una dupla de ratones argentinos, Muzarella y Provolone, cuyos chistes y tonada local asientan la huella regional. La factura técnica es correcta, con un buen trabajo de animación 3D estereoscópica, y el recurso funciona bien como soporte visual de la historia. Todo resulta en un relato clásico con buen ritmo y personajes agradables. Rodencia y el diente de la princesa es una entretenida fábula infantil de aventuras y con sello latinoamericano. Una interesante alternativa a las producciones más comerciales que están en cartelera. Consejo: quedarse a ver la secuencia de créditos hasta el final.
Un ratón con corazón de león Rodencia y el diente de la princesa es otra muestra del buen nivel de la animación en Latinoamérica. Rodencia y el diente de la princesa es una película animada infantil claramente recomendable para el público de la ciudad. Pero hay una novedad más importante que esa: ¡es una coproducción entre Perú y Argentina! ¡Y en 3D! La reflexión se orienta a decir que ya son una realidad los filmes animados latinoamericanos, preparados para conversar cara a cara con las películas de las grandes usinas. Serán descubiertas por diferentes personas en distintas circunstancias, en pequeños o grandes festivales, en salas de arte o en multicines. Pero con los antecedentes que tienen la ilustración y el cine en la Argentina –más algún ocasional viento a favor en la realidad financiera de los productores–, nadie se puede sorprender. De hecho, la actividad de este género en el país es efervescente desde hace mucho. Su reconocimiento trasciende las fronteras. Pese a ello, tener un largometraje en cartelera los mismos días que Frozen, no es cosa corriente. Rodencia y el diente de la princesa, coproducción dirigida por David Bisbano, inicia su relato en la pequeña casa de un grupo de ratoncitos, donde un abuelo le narra a su nieto una vieja historia para mostrarle que también los seres pequeños pueden hacer grandes cosas. Se viaja todavía más allá con la imaginación entonces, para conocer a un humilde roedorcito campesino que para satisfacer a la princesa de Rodencia, se suma a una expedición junto a dos caballeros armados del ejército, que tiene el objetivo de recuperar un objeto muy preciado por hija del rey. Si tiene algún prejuicio contra el cine de dibujos argentino, déjelo en casa. Rodencia y el diente de la princesa es más divertida que algunas de las que publicitan en promociones infantiles. No alcanza la casi insuperable excelencia de un Monsters University o un Toy story, pero tiene un magnetismo interesante. Asimismo, la película es visualmente muy agradable. Posee un palpable buen humor. “Yo no tengo respuestas para todo –le dice un ratón viejo a uno joven–; soy mago, no político”. Y permite renovar un poco el aire. Basta de megaciudades y superhéroes por un rato. Aquí se respetan las reglas de las historias de aventuras, pero el protagonista es un campesino, que puede hacer magia, que está en contacto con un chamán, y que vive en un bosque, cerca de una gran pirámide. Ojo. Tampoco hay que pasarse para el lado contrario, pues no se trata de una oda a la cultura y las tradiciones incaicas. Entre todo eso alcanza, y sobra también, para ofrecerles algo un poquito más variado a esos chicos que todavía se llevan a la boca mayormente lo que los adultos les damos.
Una fábula con aires del altiplano En el importante rubro de la animación infantil, junto a la sobrevalorada “Frozen”, por un lado, y las previsibles aventuras de superhéroes encarnados en inexpresivos muñequitos que nacieron para otro destino, por el otro; es importante advertir el estreno de esta encantadora película en 3D, de procedencia argentino-peruana, ganadora del premio a la Mejor Película infantil en el Bafici 2013. Con una trama que se corre de los bordes tradicionales de las películas infantiles, este filme desembarca en las salas del país con varios premios a cuestas y ha sido vendido a países tan distantes como Rusia o Corea del Sur, donde ha funcionado muy bien en la taquilla. El relato está enmarcado en el cuento que un ratón abuelo les narra a sus nietos sobre un reino atemporal (Rodencia) en medio de un bosque inmenso. Cuando el niño ratón se entristece por ser pequeño, el abuelo le señala que serlo tiene sus ventajas, porque un ratoncito siempre podrá ir a lugares donde los grandes no. Casi una alegoría de este filme artesanal donde subyace la leyenda vinculada a un personaje muy popular entre los niños españoles e hispanoamericanos: el Ratoncito Pérez. De ahí que el móvil fundamental de la aventura pasa por lograr el intercambio del diente de un niño humano por una moneda de oro. Aunque aquí, el protagonismo de los roedores es colectivo: los hay buenos y malos, ancianos y jóvenes, guerreros, nobles y campesinos. Casi todos funcionan en duplas complementarias, empezando por los pequeños Edam y Brie, una pareja de ratoncitos muy jóvenes y aprendices de mago, quienes acompañados de los dos mejores guerreros del reino de Rodencia (a su vez amenazado por un malvado hechicero) deberán cargar con la responsabilidad de concretar el canje del oro por un diente, lo que les permitirá conjurar el peligro que acecha a su reino. Una fábula con aires del altiplano Integrando culturas La película es visualmente muy agradable, una especie de versión a lo Tolkien de la historia del Ratón Pérez. La mayor parte de la trama no transcurre en castillos medievales sino en inconmensurables paisajes andinos, sustentados en una banda sonora que incorpora charangos y quenas, en una fusión que refleja su pertenencia latinoamericana. No sólo es muy destacable el tratamiento de los colores y el diseño de los personajes, sino la concepción de los fondos, que evocan al altiplano tanto en los ambientes como en el vestuario: Edam, el pequeño héroe siempre lleva chullo, el simpático gorro de lana con orejeras, típico de los habitantes de la región andina. El resto es herencia universal de los cuentos de hadas y leyendas. No por infantil la aventura resigna cierta tensión dramática que se mantiene a lo largo de toda la película. Es por un lado una historia épica, que involucra a los chicos sin tener un chiste forzado cada tres minutos pero sin descartar toques de humor, como sus simpáticos ratones con nombres de quesos que se complementan entre sí: Edam-Brie, Roquefort-Gruyere, Muza y Provolone, estos últimos inconfundiblemente argentinos. Resulta interesante que la película evita caer en un maniqueísmo reduccionista y deja claro que el mundo de los humanos es como el de los ratones: hay héroes y malvados en todos lados. También, en medio de las batallas y hechizos, como en toda fábula se deslizan abundantes enseñanzas, desde las inesperadas ventajas de lo pequeño, hasta la conciencia de que el éxito depende de la confianza en los propios dones y la determinación de persistir en el esfuerzo.
Una historia llena de amor y aventuras. Cuenta una historia llena de aventuras, simpáticos personajes y magia, dentro de un gigantesco y salvaje bosque, existe un fantástico reino: “Rodencia”, allí viven Edam (Hernán Bravo) un torpe aprendiz de mago y la bella y segura ratoncita Brie (Natalia Rosminati). Pero la tranquilad del lugar se encuentra afectada por una legión de ratas, capitaneadas por el malvado Rotex (Sergio Bermejo), están cavando un túnel subterráneo con el objetivo de alcanzar e invadir dicho reino. Ante tal situación, el rey decide que dos fuertes guerreros candidatos a casarse con la princesa y Edam quien trajo la noticia al palacio serán los encargados de enfrentar momentos peligros, en el bosque (tolkieano) y conseguir el poder que otorga el diente de una princesa y derrotar al ejército de ratas. De esta forman se enfrentarán Edam y Rotex este un malvado hechicero, Rey de las ratas, los guerreros vivirán una dura batalla. Todo se desarrolla bajo un bello paisaje, referencias a la cultura argentina y peruana, bellos colores, también personajes humanos, no falta una escena relacionada con el fútbol, una historia épica, los guerreros se enfrentaran a la luz y a la oscuridad, deberán proteger algo muy especial el diente de la princesa, este tiene poderes. Se encuentran presentes : el amor, la aventura, la fantasía y está llena de mensajes para los más chiquitos, mucho humor, batallas, luchas, hechizos, muchos personajes entre ellos los curiosos y divertidos Provolone y Muzzarela (son argentinos), Gruyere y Roquefort- . “Rodencia y el Diente de la Princesa”es el primer largometraje animado de Perú producido de acuerdo a los estándares de calidad internacionales para sistemas digitales de proyección 3D. Animación 3D estereoscópica, ganadora del premio a la mejor película Infantil en el BAFICI 2013.
Imperfecta pero agradable, con pretensión “local” (lo inca, lo “latinoamericano”) pero con belleza y nobleza, este es un cuento de hadas y aventuras donde las ratas quieren destruir un reino de ratones (dejemos de lado cualquier alegoría). Lo que le falta en perfección lo compensa con dinamismo y humor, elementos que le dan a este cuento infantil (pero no pueril) un juego que lo vuelve agradable a la vista.