Un documental tradicional de José Luis Nacci, con buenos testimonios y buen material de imágenes que se ocupa más del asesinato que de la estatura de una verdadera leyenda de nuestro país, Oscar “Ringo” Bonavena.
Anatomía de un asesinato Oscar Natalio "Ringo" Bonavena fue asesinado el 22 de mayo de 1976 en las puertas del Mustang Ranch, un burdel de Nevada, Reno. Había peleado de igual a igual contra Joe Frazier y el mismísimo Muhammad Alí para transformarse en un ídolo de multitudes en la Argentina. Era un genio de la provocación y la autopromoción (“histriónico, mediático y polifacético”, se lo define en el film) en épocas en que no existía la maquinaria de marketing actual. Su muerte -aparentemente a manos de un patovica/guardaespaldas llamado Ross Brymer- no hizo más que aumentar su aura mítica. Más cerca del policial que del documental deportivo, este trabajo de José Luis Nacci expone las múltiples teorías sobre un caso que conmovió a la sociedad argentina (al velorio en el Luna Park asistieron más de 100.000 personas) y que siempre tuvo a Joe Conforte, dueño del prostíbulo, como principal sospechoso de haber sido el autor intelectual. Con material de archivo, reconstrucciones, animaciones, ilustraciones y, sobre todo, testimonios de familiares, amigos y conocedores de su historia como los periodistas Ernesto Cherquis Bialo, Carlos Irusta o Ezequiel Fernández Moores, Nacci construye un prolijo rompecabezas con algunos fascinantes pasajes. Vale la pena.
¿Quién mató al campeón? Con Soy Ringo (2014) José Luis Nacci no solo reconstruye la vida del boxeador argentino Oscar "Ringo" Bonavena, sino que, cómo en un film policial, va trazando diferentes hipótesis para descifrar los hechos que desencadenaron su trágica muerte. Ringo Bonavena, el campeón argentino que no pudo ser campeón mundial, fue un hombre que se inventó a sí mismo. En épocas en que lo mediático no existía, él supo construirse una imagen pública que lo llevó por encima del boxeo. Imagen que hizo que todos hablaran de él y pusieran su figura en el eje de la escena. Bonavena entendió como nadie el juego y era él quién le manejaba la agenda a los medios cuando lo creía necesario. Campeón argentino de los pesos pesados peleó dos veces con Joe Frazier -en la primera de ellas lo derribó dos veces, en la segunda disputó la corona de los pesos pesados- y el 7 de diciembre de 1970 enfrentó al mítico Muhammad Ali. Sí su vida fue de película, los extraños hechos que rodean a su muerte mucho más. Nacci así lo entendió y conjuga vida y muerte en un documental que entremezcla la reconstrucción del ídolo con la de los hechos que podrían haber desencadenado el fatal desenlace. Bonavena es asesinado El 22 de mayo de 1976 por Ross Brymer, un guardaespaldas del famoso cabaret Mustang Ranch (Estados Unidos) por motivos que nunca se conocieron, y que a través de la investigación periodística José Luis Nacci intentará esclarecer. Soy Ringo no está trazada con una historia cronológica ni lineal sino que va saltando temporalidades para comenzar y concluir en un mismo punto: el asesinato. Para llegar a esto y entender sus causales, el realizador va rearmando la vida de Bonavena a través de imágenes de archivo, animaciones y testimonios de quienes tuvieron una relación cercana a él. Ya sean sus hijos, periodistas o amigos. Al reconstruir su vida también se van completando las piezas que forman el rompecabezas de su muerte, y ese es sin duda el mayor logro de Nacci. Poder hacer una biopic documental de Bonavena pero narrada como un policial y alejada de las convencionalidades clásicas del género. A diferencia de muchos documentales que están correctos pero no dejan de ser investigaciones periodísticas televisivas, Soy Ringo es un hallazgo tanto desde lo cinematográfico como narrativo. Así como en Maravilla, la película (2014) Juan Pablo Cadaveira abordaba la trama desde lo épico, Nacci lo hace desde lo policial pero sin la necesidad de que aparezca la policía, con un resultado final que sorprende.
Ringo Bonavena, mito y leyenda La reconstrucción del mito y el misterio de Oscar "Ringo" Bonavena mayormente desde entrevistas y material de archivo es la propuesta de este documental que ofrece indudable eficacia en su planteo convencional. Entrevistados que se alternan, fotos de época, algunas ilustraciones, fragmentos de peleas, anécdotas, su decadencia, su muerte. Sí, también están narrados los combates con Alí, Patterson y Frazier. Soy Ringo empieza justamente con Alí, tal vez en una apuesta por la idea del carisma, por orientar la mirada, por el reflejo, por el espejo, por la construcción de Bonavena como personaje rutilante. Su búsqueda de fama, sus ideas de autopromoción, sus bravuconadas rimbombantes, su inefable incursión musical y su participación en el programa de Pepe Biondi delinean la zona de mayor relieve del documental: el boxeador que quiso ser grande y también una estrella, un ser flamígero y astuto que entendía con gran velocidad las reacciones de los medios y estaba convencido de hacer ruido y sabía cómo hacerlo. En esos momentos, la película se enciende especialmente, más que en las extensos, detallados y musicalizados relatos e hipótesis sobre los últimos días del boxeador y su muerte violenta. Puesto de forma más directa, la ópera prima de José Luis Nacci es mejor y más cinematográfica como perfil de un personaje notable que como investigación y rompecabezas policial. El propio título Soy Ringo llama la atención sobre el retrato, la zona más fuerte y fascinante del film.
El ocaso de un ganador El género documental resulta tan peculiar en sus propiedades que no siempre es fácilmente realizable ni disfrutable. Un determinado tema puede ser muy interesante para llevarlo a la pantalla, pero luego puede pecar de tedioso si no se lo sabe representar, sumado a que no todo público está abierto a consumir estos trabajos. Soy Ringo (2015), opera prima de José Luis Nacci, sorprende para bien. Nos llegamos a compenetrar tanto con su personaje como con su historia, y eso ya es meritorio.
Soy Ringo es un documental de José Luis Nacci sobre el boxeador y mediático Oscar Natalio “Ringo” Bonavena. José Luis Nacci dirige e incluso narra, con su voz en off, la historia que reconstruye sobre el personaje en cuestión, a través de imágenes de archivo, algunas animaciones y varios testimonios de personas cercanas a él. Es así que construye un documental que, más allá de tener un tópico específico, no resulta en ningún momento aburrido ni pierde el interés de quien por ahí no es tan asiduo al mundo del boxeo. La historia va desde el momento en que comienza a hacerse famoso, y cómo sus actitudes lo convierten en uno de los primeros mediáticos, hasta sus momentos finales, y temas que tienen que ver con su extraña muerte. Tras un trabajo extenso de investigación es que surge este documental que tuvo su estreno en el BAFICI del 2014 y transita entre el documental deportivo y el policial, combinación que le juega a favor para un público más general. El problema principal que tiene la película está ligado más que nada a las escenas de testimonios. A nivel técnico se producen imágenes poco agradables estéticamente, están filmadas de manera aparentemente barata y quizás a las apuradas, y eso le resta más de lo que uno quisiera.
Las primeras imágenes de "Soy Ringo" conmueven. Soy de Parque Patricios y no hay día en que no pase por la plaza lateral (la que da a Avenida Caseros) y vea la estatua que lo recuerda, enfrente justo de la sede de Huracán. Un tipo simple, talentoso, de barrio, disputando cetros mundiales. Una vida que terminó demasiado rápido. Un hombre que tenía mucho para dar, y tuvo un final inesperado. José Luis Nacci, guionista y supervisor de guiones de films como "Infancia Clandestina" y "Una mujer sucede", nos trae su ópera prima basada en la leyenda y el crimen que cegó su vida. "Soy Ringo" inicia con Bonavena discutiendo en la conferencia de prensa con Muhammed Alí. Vemos su humor y despliegue mediático frente a la prensa y el desparpajo que lo caracterizaba para los grandes desafíos. Luego, accedemos a los instantes previos de ese combate y ahí es donde el relato comienza a desplegarse: testimonios de Ernesto Cherquis Bialo, Carlos Irusta, Abraham Larena, Ezequiel Fernández Moores, Héctor "Bambino" Veira, Roberto Paladino, Dimas Suarez (entre otros) y varios Bonavena que aportan mucho al perfil de Ringo. El interés de la película funciona a dos puntas. Por un lado, trabaja sobre la caracterización de quien era el legendario boxeador y busca definir su status en relación al momento histórico en que se encontraba y sus posibilidades en el deporte y la vida pública y mediática. Pero también indaga en la cuestión específica de su muerte, tratando de traer luz a una situación que ya es mítica: Ringo murió asesinado en Nevada, Reno, Estados Unidos, en mayo del 1976 en circunstancias extrañas. Su cuerpo apareció tirado en las puertas de un prosítubulo y se sabe que fue muerto por un agente de seguridad del lugar, presuntamente ordenado por el dueño del antro (Joe Conforte), con quien tenía una disputa personal en relación a una mujer. El relato es interesante y hasta hoy poco sabíamos de la cuestión de su muerte. Aunque sigue siendo atrayente su trayectoria, quizás se siente que esa fluctuación narrativa (las dos vías del relato), no termina de ser equilibrada, aunque no deja de invitar a su visión. El recurso de la narración en off quizás podría haber sido reemplazado en algunos tramos, pero la investigación periodística esta lograda y le da peso al documental. Nacci elige un tema del campo popular y llama a conocer en profundidad a un titán de su época. Y lo hace bien. "Soy Ringo" es una registro que habla de una personalidad destacada que merece ser recordada en su justa dimensión.
Pocas veces una figura del deporte argentino despertó tanto interés y generó tanto revuelo en la prensa y los medios de comunicación como Oscar Natalio Bonavena, más conocido como Ringo Bonavena. El boxeador fue un adelantado a su época, que trabajo el concepto de “mediático” cuando aún no existían programas de “chimento” ni realitys para exponerse y generar fama inmediata y efímera y salir en la prensa amarilla a fuerza de escándalos. En “Soy Ringo” (Argentina, 2014) de José Luis Nacci el mito del boxeador argentino es revisitado a partir de los testimonios de gente que lo conoció, familiares, cronistas y fanáticos que hablan de su figura y lucha dentro y fuera del ring, su trascendencia más allá de nunca haber ganado un título mundial. El director incorpora a partir de imágenes gráficas, grotescas, muchas de ellas en blanco y negro, el relato cronológico de su auge, sus peleas y hasta la participación dentro de la cultura popular, con archivo mediatizado de programas cómicos y también de sus combates, pero también le brinda gran parte del metraje a su sorpresiva muerte. Verborrágico, provocador, calentón, Ringo pasó gran parte de su vida dedicándose al profesionalismo de su lugar como estrella. Nada hacía suponer, mucho menos a sus conocidos, que un día siniestro de 1976, en un burdel de Reno, Nevada, Estados Unidos, la carrera se truncara imprevistamente. Tan sorpresiva, traumática y contundente que cuando la noticia llegó muchos se pensaron que era una nueva estrategia de prensa e impacto. Nacci bucea en esas sensaciones, que a partir de la oralidad del relato se construye una imagen sobre el momento muy contundente. Quizás con una narración en off que no transmite mucho, el peso de la fuerza de la narración. “Soy Ringo” funciona como relato de archivo documental para recuperar el mito. Cada escena que se incorpora a la narración, episódica, dramática, emotiva, suma a la fuerza y a la totalidad de la propuesta. Pero cuando se comienza excesivamente a narrar en off (uno de los principales errores de la película) algunos detalles, como los relacionados a su muerte, que supuestamente son la apuesta de la película, peca de ingenua. Si bien se sabe que el asesino de Bonavena fue un agente de seguridad llamado Brymer, que funcionó como sicario de Joe Conforte, dueño del prostíbulo (por la relación del boxeador con Sally, la esposa del mafioso), la riqueza de la propuesta está más relacionada a lo que no tiene que ver con la muerte que con lo que sí, sus intervenciones con Pepe Biondi en la tele, sus conferencias de prensa, sus bromas a Muhammad Alí. “Soy Ringo” es un acercamiento a la figura del boxeador que atrapará la atención de los que aún no conocían su mito, pero que pecará de excesos para aquellos que buscan respuestas profundas sobre el misterio de su muerte y su figura.
Intuyendo al mito de Bonavena En su crítica de León, reflejos de una pasión, Mex Faliero señala con buen tino que la enorme figura de León Najnudel merecía su propia ficción y que el documental funcionaba más bien como un borrador de lo que podría ser un biopic deportivo como los que Hollywood sabe hacer tan bien. Algo parecido se puede decir respecto a Soy Ringo: la legendaria y casi inabarcable figura de Ringo Bonavena pedía la más pura ficción y no tanto el documental. No es que el film de José Luis Nacci, ganador del premio máximo en el Festival Internacional de Cine Deportivo, esté mal. De hecho, consigue sacarle el jugo al personaje de Ringo a través de recursos simples pero efectivos: muchos testimonios a cámara (Ernesto Cherquis Bialo, Carlos Irusta, Ezequiel Fernández Moores, José Menno, los hijos del boxeador, entre otros), imágenes de archivo, reproducciones pictóricas y una voz en off un tanto redundante que avanza y retrocede cronológicamente con bastante pertinencia. Así, pueden revivirse hechos desopilantes, como la conferencia de prensa donde Muhammad Ali encuentra en Bonavena a un igual en lo que se refiere a la capacidad para manipular a su antojo las herramientas mediáticas y termina un tanto sacado de quicio por las provocaciones del boxeador argentino; o surgen distintas versiones sobre cómo Ringo adquirió su apodo, evidenciando el carácter mítico del que fue el peso pesado más importante del boxeo nacional. Quizás ahí esté el problema: la vida de Bonavena es un mito, una suma de relatos donde la ficción y la realidad se dan la mano y chocan a la vez, abarcando múltiples géneros, como el deportivo, el drama, la comedia e incluso el policial. Hasta su muerte es un misterio, una suma de realidades incompletas que se completan a través de ficciones. Era un personaje sumamente complejo desde sus simplicidades, coherente hasta en sus contradicciones, un individualista que eludió los discursos políticos pero entendió las mecánicas del negocio que integraba, y que representaba cabalmente al típico porteño macho y guapo pero también sensible necesitado de los amigos y el afecto familiar. Soy Ringo consigue explicar prolijamente todos estos aspectos aunque el espectador no los sienta, con lo que en la película no terminan de aparecer la emoción, la risa o la tensión. Falta la explosión de sentimientos que por ahí podía aportar la ficción. Mientras tanto, tenemos este documental que es una aproximación interesante aunque algo incompleta.
It’s well known that Argentine heavyweight professional boxer Oscar Natalio “Ringo” Bonavena — who had a career record of 58 wins, 9 losses and 1 draw — met international success both in Argentina and the US, to the point of fighting Joe Frazier and Muhammad Ali — and while he didn’t defeat them, he certainly put up a fierce fight. It’s also known that he was killed at the age of 33 at the gates of the Mustang Ranch brothel, in Reno, Nevada, on May 22, 1976, by a security guard named Brymer under mysterious circumstances. An inquiry following the murder said that Bonavena was very likely having an affair with Sally Burgess, the wife of Joe Conforte, the owner of the brothel, and was also planning to take over the Mustang Ranch. It is said that guards had orders from Conforte to shoot Bonavena if he appeared at the ranch. These facts, and many others — such as how Joe Conforte brought Bonavena to Reno in 1975 to train and promote a series of fights — are revealed in José Luis Nacci’s documentary Soy Ringo, through interviews with Bonavena’s relatives, friends, acquaintances and local figures of the boxing arena. Interspersed with photographs, some live footage of places where Bonavena visited, and drawings evoking scenes in his life, Nacci’s documentary may be worthy for some of the information it provides, but not because of how it provides it. As is the case with so many recent local documentaries, Soy Ringo lacks the necessary cinematic virtues to be more than just an exposé of this and that. As regards cinematography, sound, mise-en-scene, and art direction, let’s say that they are executed by the book, with no sense of style or personality. Editing is particularly flawed as the film drags quite a lot and struggles to gain momentum. In fact, it’s actually 20 minutes overlong, give or take. In terms of screenplay, anecdotes abound and yet there’s not a clear thematic and dramatic focus on any pivotal points; some of the interviewees offer true insights into Bonavena, the man and the boxer, while many others just fall into commonplace. Above all, there’s not a solid and significant thesis raised on any of the many aspects addressed. In other words: what does Soy Ringo want to unveil as new ideas, and not as anecdotes? Production notes Soy Ringo (Argentina, 2014). Written and directed by José Luis Nacci. With Adriana Nancy Bonavena, Vicente Bonavena, Natalio Oscar Bonavena, Héctor “Bambino” Veira. Cinematography: Osvaldo Ponce. Editing: Julio di Risio. Running time: 105 minutes.
La última pelea Notable semblanza de Bonavena El impar boxeador argentino Oscar Natalio Bonavena, conocido popularmente como Ringo, tiene al fin aquí un film testimonial que recorre aspectos esenciales y poco conocidos de su –precisamente– cinematográfica vida. Soy Ringo es el título ideal de una notable semblanza llevada a cabo por José Luis Nacci, guionista y docente de cine que emprende una ópera prima en la que, además, se encarga de la voz en off que narra las alternativas del documental. Los momentos inolvidables de la trayectoria del pugilista, que incluyen los combates contra Muhammad Ali o Joe Frazier, sus coqueteos con el mundillo artístico o sus condiciones de capocómico en ciernes se contraponen con los aspectos más oscuros y poco transitados de su dura decadencia. Allí, el espectador se encuentra con un problema físico aparentemente irreversible y sus extraviados vínculos con personajes sombríos en Reno, Nevada, que marcaron y acentuaron de manera precipitada su ocaso deportivo y fundamentalmente humano. Y lo llevaron a una precoz e inesperada muerte que aún resulta dolorosa. Con el aporte sustancial de un espléndido material documental y el testimonio de afectos y profesionales como José Menno, Ezequiel Fernández Moores, el Bambino Veira, Cherquis Bialo, sus hijos Adriana y Natalio, entre muchos otros, Soy Ringo es una pieza apasionante y emotiva para todos aquellos que admiraron a Bonavena y para los que apenas supieron de su formidable existencia.
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