Propaganda profética. Como todo movimiento de masas y toda religión, el catolicismo ha pasado por diversas etapas en las cuales ha construido sus creencias y doctrinas para generar tradiciones y estructuras que sostienen su sistema religioso. La muerte de Dios, el desarrollo industrial, la lucha por los derechos políticos que devino en partidos políticos y doctrinas políticas como el liberalismo, el socialismo, el comunismo, el avance de la ciencia y de la alfabetización, etc., han causado que el avance de la religión católica se detenga y comience un largo y penoso retroceso. Esta situación ha generado que muchos creyentes sigan caminos paralelos a los del catolicismo apostólico romano y también ha producido una profunda autocrítica en el seno de las autoridades eclesiásticas. El propósito de Tierra de María es ponerse del lado de las personas que dudan de la existencia de Dios y de las doctrinas católicas apostólicas romanas. Desde una lógica absolutamente religiosa, Cotelo busca interpretar a un agente del futuro de la humanidad que debe averiguar si las cuestionadas y nunca comprobadas apariciones de la Virgen María en la ciudad de Medjugorje, en Bosnia-Herzegovina, son reales y permiten un “renacimiento” de la humanidad en la fe cristiana. El resultado es una mezcla de documental con ficción que intenta plantear dilemas espirituales para el público masivo sin cuestionar ni explicar ningún fenómeno, manipulando todas las situaciones y acontecimientos para la autocomplacencia de los que ya creen en las apariciones. Las entrevistas parecen más una charla entre amigos que comparten una ideología y quieren difundirla que una entrevista periodística o una indagación crítica de las creencias religiosas, como propone el film en su comienzo. Lo burdo del intento de convencimiento ideológico casi parece una subestimación del espectador crítico en lugar de una investigación: hablamos de una autoafirmación de las creencias de un grupo que pretende crear un nuevo centro de peregrinación religiosa que reemplace la ya poco espiritual visita turística al Vaticano y los centros religiosos del primer mundo que hasta cobran entrada para entrar en las catedrales con la finalidad de autofinanciar las reparaciones. Tierra de María será una película que atraerá a espectadores de una derecha religiosa que quieren ver sus credos y opiniones afirmadas en formato cinematográfico, para en esencia regodearse en sus dogmas y aplaudir en el cine después de experimentar el combo de música emotiva e interpretaciones actorales pésimas de la vida de Jesús y disquisiciones bastante libres de la lectura del Génesis. La propaganda profética será obscena pero venderá entradas y será parte seguramente del sermón de los domingos.
Juan Manuel Cotelo dirige, escribe y protagoniza este original documental que jugando con el código de las películas de espías trata de dar respuesta a la pregunta de si sigue estando Jesucristo entre nosotros y como nos podemos comunicar con el. Más allá de sus virtudes narrativas, la cinta no puede despegarse de su aire de video reclutador o de adoctrinamiento, que se puede descubrir en muchas de las escenas que parecen elaboradas más para reafirmar creencias que aprender nada nuevo.
Tras los pasos de la Virgen El filme de Juan Manuel Cotelo, con contenido religioso, no demasiado logrado. A esta altura, puede decirse que el español Juan Manuel Cotelo es un especialista en realizaciones audiovisuales de temática religiosa. Cobró notoriedad en 2010, cuando su documental La última cima, sobre la vida del sacerdote Pablo Domínguez Prieto, se convirtió en un inesperado éxito de taquilla en España. Le siguió la serie Te puede pasar a ti, en la que el propio Cotelo entrevista a gente alejada de la religión que terminó convirtiéndose al catolicismo. Después su productora, Infinito más uno, editó un disco de villancicos. Su última obra es Tierra de María, que básicamente consiste en entrevistas a personas de distintos lugares del mundo que experimentaron manifestaciones de la Virgen María. Además de cineasta, Cotelo es actor y estudió periodismo. Aquí pone en juego los tres oficios: él entrevista a los creyentes presentándose como "El Abogado del Diablo", como parte de una investigación ficticia en la que están enmarcados los testimonios, y que incluye una "video-Biblia no autorizada, para quien no tenga tiempo de leer la Biblia sí autorizada", con actores interpretando a Dios, Satán y otros personajes bíblicos. Ese comienzo humorístico se va diluyendo. Y, a través de las palabras de una ex modelo arrepentida de haberse practicado un aborto, un médico arrepentido de haber practicado abortos, o una ex cantante de los casinos de Las Vegas con esclerosis múltiple, la película se transforma en una suerte de propaganda de la Virgen. Se tiene fe o no: en ese sentido, los testimonios son irrefutables, y probablemente resulten atractivos para los religiosos (sobre todo, para los católicos y adherentes a otras ramas del cristianismo). Pero al no tener matices -lo de "El Abogado del Diablo" era una buena idea, pero queda en un título nominal- carecen de interés para los agnósticos o practicantes de otros credos. Y terminan siendo tan contraproducentes como el timbrazo de un testigo de Jehová un domingo a la mañana.
“Tierra de María”: Vacía eres de gracia ¿Qué es la religión? ¿Qué es el catolicismo? ¿Qué es la palabra de dios? ¿Qué son los mensajes divinos? ¿Vienen del más allá o realmente están acá? ¿Existen? Muchas de esas preguntas viven girando en la cabeza de cualquier persona que se plantea a la religión como un problema, pero todo puede resumirse por medio de una sola respuesta de una sola simple palabra con dos letras: fe. Sí, creer que el hombre y las cosas existen porque sí y porque si no se obtiene una respuesta a todos los milagros de la creación, puede venir luego la frustración personal. Y por eso, se necesita tener fe, sea cual sea, para seguir con la vida. “Tierra de María”, la nueva película española de temática católica, lamentablemente no se realiza cuestiones de este tipo sino que se encarga de ser protagonista de una de las dos partes: la que alimenta a la fe y a todos los seres divinos que giran alrededor de un único dios. El relato nos sumerge en el camino de un chistosito muchacho llamado Juan Manuel Cotelo (director, guionista y actor), a quien le encomiendan una tarea. Él dice ser el “abogado del diablo” y a partir de ahí, sale a comprobar la existencia de la virgen María a través de la investigación de distintos casos. Sin vueltas y sin ficción, sale a buscar esos testimonios sobre apariciones de la virgen en diferentes lugares del mundo alrededor de todos los continentes. Resulta raro que al ser éste un abogado del diablo, no salte a defender al mal, a contradecir a sus entrevistados o a buscar contrarrestar el poder divino. Pero como eso no sucede, el film consecuentemente se transforma en un gran sermón armado por Cotelo. Claro que es bueno tener algo en qué creer, pero lo principal tiene que pasar por creer en uno mismo. A los religiosos, Dios les sirve como lugar de apoyo y de sostén para encontrarse con uno mismo y así analizar cuáles son sus errores (pecados), saber cuáles son sus objetivos en la vida (rezos) y aprender a valorar las cosas (dar las gracias). ¿De qué manera? Manteniendo una rutina todos los domingos. Pero por el contrario, a los no creyentes una misa no les hace falta. Más allá de cuál sea la postura que tome cada uno, hay que admitir que como archivo para un museo, cuestión que las generaciones futuras puedan tenerla, la película es una genialidad. Sin embargo, para el cine actual, no. Aunque quizás sí para algún canal de televisión. Si a alguno este título le generaba cierta intriga o al menos le había creado algo de expectativa por haber tenido éxito en su país de origen y además por el hecho de que quizás trataba un tema culto/religioso desde un enfoque interesante, lamento informarles que se van a frustrar e indignar tras verla. Pero por el polo opuesto, los religiosos que quieran renovar su fe y realmente estén orgullosos de serlo, están felizmente invitados a verla. Las monjas, chochas. Les va a encantar y van a salir con el pecho inflado de fe de la sala. Amén.
No apto para ateos. No siempre los llamados “Falsos documentales” tienen que ver con películas del género terror, suspenso o ciencia ficción, aunque en el caso de Tierra de María (Mary’s Land, 2013), estaríamos hablando de un drama documentado, con algunos toques de ficción. O simplemente, un periodista devenido director audiovisual, que busca formas más originales de hacerle llegar al público general, historias planteadas entre signos de interrogación para muchos de los que habitan esta Tierra. Con un humor exageradamente inocente e infantil, Juan Manuel Cotelo parodia al típico agente secreto pero un tanto torpe, que tantas veces hemos visto en cine y/o televisión. Sin embargo, su misión se aleja muchísimo de las lanchas a toda velocidad, los autos lujosos, las explosiones, los viajes en submarino o hasta las chicas bonitas. El protagonista no hace más que viajar por el mundo ‘persiguiendo’ a esos responsables de comunicarle al hombre, acerca de la presencia de Nuestra Madre la Virgen María, viva y entre nosotros. El film no está mal porque… cómo criticarle a un creyente su necesidad de exponer libremente, los milagros que pueden habitar en cualquiera de los que nacimos aquí, o mostrarnos a las personas que han alcanzado la conversión católica luego de haber vivido un infierno en vida. El problema quizás yace en lo extensos que son los apenas cuatro testimonios de Fe que contiene la trama. Incluso creo que el absurdo modo en que los hechos son presentados, empañan tanto los cortos acerca de Dios y sus creaciones, como los momentos en que los “invitados especiales” exponen sus vivencias junto a Cristo y María. De hecho, técnicamente podría ser mejor y más creíble, a la hora de elaborar esos pequeños relatos bíblicos, que presentan varias de las historias más conocidas que tienen las Escrituras, con personajes como Lucifer, los Ángeles del Cielo, Adán y Eva, etc. cuerpo Es imposible juzgar a los protagonistas; al menos yo lo consideraría una falta de respeto total. Porque quien realmente vivencia algo tan fuerte en el corazón, no puede más que emocionarse y sentirse sumamente motivado a unirse en oración junto a quienes, a los ojos de Jesús, consideramos nuestros Hermanos. Desde mi humilde lugar, mi visión es tan ínfima como la más pequeña criatura que el Señor ha creado, y me cuesta sentirme calificada como para criticar un producto de estas características. Sólo digo que si la Religión NO es una de tus prioridades, te ahorres tiempo y dinero, debido a la decepción que te puede llegar a provocar una película de 116 minutos continuos, caminando al lado de los Católicos Apostólicos Romanos que miran al cielo y verdaderamente creen que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo viven y habitan entre nosotros; débiles criaturas humanas. AMÉN.
Testimonial de fervientes creyentes que predican la fé en María, la madre de Jesús, como un ser milagroso. La película plantea muchas preguntas: "¿Es todo un cuento, o una verdad? ¿María es una figura mítica o una mujer real? Millones de personas le dicen "Dios te salve María", y le saludan, convencidos de que es una mujer que les escucha. ¿Están locos? ¿Mienten? ¿O será verdad? Esto es el núcleo que plantea "Tierra de María". El público sacará sus propias conclusiones.
La devoción mariana, en un documental "A los que buscan" declara dirigirse este extraño producto cinematográfico que mezcla una ficción cargada de intenciones didáctico-proselitistas con cierto formato documental y cuyo tema religioso -el film se centra en una investigación sobre lo que hay de cierto en las presuntas apariciones de la Virgen y sus contactos con las personas que declaran haberlas vivido en distintos rincones del mundo- despertó tanto interés en España que lo convirtió en un inesperado éxito de taquilla. Más allá de ese fenómeno y del interés sociológico que pueda alentar, ya que es más bien reducida la posibilidad de polémica que puede generar una cuestión que depende de la fe, es evidente que pese a su simplicidad -y quizá gracias a su cuidada producción y su atractivo visual- el planteo elegido por Juan Manuel Cotelo ha resultado suficientemente atrayente para mucho público. Tras un prólogo que resume sin demasiada imaginación la eterna lucha entre el bien y el mal, el propio cineasta aparece como el abogado del diablo al que su jefa encarga recorrer el mundo para entrevistar a los conversos que aseguran haber tenido contacto personal con María, en especial en sus reiteradas apariciones, no reconocidas por la Iglesia, en un pueblo de Bosnia Herzegovina. Según Tierra de María, todos los caminos conducen a Medjugorje. Y los a veces convincentes relatos de los que cuentan sus experiencias de conversión, que suelen tener que ver con situaciones extraordinarias y entre los cuales los hay de conocidos como la ex bailarina Lola Falana, muestran algún parentesco con testimonios que suelen escucharse en otros templos.
Ni la virgen la salva Hay estrenos que son un misterio. En el caso de Tierra de María podemos imaginar que ese misterio no es tal a juzgar por la taquilla en otros países. Pero basta una escena al comienzo para descubrir que estamos muy por debajo de la calidad aceptable para un estreno de cine. La historia que cuenta es la de un hombre católico, no muy convencido, que es elegido por su jefa –un personaje andrógino– para convertirse en abogado del diablo. La investigación es sobre los católicos, los creyentes que creen en Dios y en María. Los pasos de comedia de cuarta categoría del comienzo, y que, lamentablemente, vuelven en varios momentos del film, dan paso a una serie de entrevistas que hacen que la película pase de la comedia al documental. Cada uno de esos testimonios es sobre personas que creen en María, que la veneran y que ven en ella la salvación. En más de una escena se dice, sin ningún pudor, que quienes le dan la espalda a Dios se exponen a –por ejemplo– un atentado como el de las Torres gemelas. ¿De dónde sale un film tan perverso y reaccionario? Imposible saberlo con certeza. Y, ahora sí, es un misterio porque se estrena algo tan lamentable. El abogado del diablo –interpretado por el director de la película– es un abogado malísimo, que jamás repregunta o pone objeciones profundas a los creyentes. Pero la cuestión es: ¿los ateos serían para la película los representantes del diablo? A juzgar por lo visto acá, parece que sí. Una vergüenza que exista una película así.
Sobre rarezas y enigmas de la fe Juan Manuel Cotelo era un actor y circunstancial director español de cine y TV, que se iba de montañista los fines de semana. Así conoció al padre Domínguez, un cura de enorme carisma, sencillez y simpatía, también deportista. Cotelo quiso dedicarle un homenaje con los recuerdos de quienes lo conocieron. Así surgió "La última cima", documental digno de aprecio. Fascinado por algunos testimonios que recopiló en esa obra, y por lo que a él mismo le estaba pasando, hizo entonces otro documental de testimonios: "Te puede pasar a ti", serie de micros televisivos donde personas de diversa experiencia relatan su proceso de conversión al cristianismo. A todos les hacía la misma pregunta: "¿Seguro que estás bien de la cabeza?". Ahora vemos el siguiente paso: "Tierra de María" nos da a conocer a unos cuantos seguidores del culto mariano, totalmente convencidos de sus creencias, y hasta de la posibilidad cierta de hablar con la Virgen. Ahí también aparece esa pregunta, como una guía que culmina en el santuario de Medjugorje, y el conjunto se hace realmente atractivo. Pero no tanto por su parte ficcional (un investigador, suerte de Abogado del Diablo, va enlazando las charlas), ni por su aliento propagandístico, su música enfática, sus ediciones al estilo del cine protestante. Esos más bien son defectos. Lo interesante está en la calma, la seguridad y la profundidad que ofrecen en sus respuestas algunos de los entrevistados. Esos momentos dejan pensativo al espectador, y justifican la película. Críticos agnósticos dirán que el único cine espiritual válido es el de Dreyer, Bergman y Bresson. Cierto, Cotelo es medio payaso. Pero vale recordar lo siguiente. Rudyard Kipling conoció al pastor metodista William Booth, fundador del Ejército de Salvación. "¿Por qué sus miembros se disfrazan y hacen esas cosas ridículas para salir a predicar?". "Señor, si tuviera que pararme de cabeza para que la gente común se acerque a escuchar la Palabra de Dios, me pararía de cabeza". Así lo cuenta Kipling en su bellísimo libro de memorias "Algo sobre mí mismo".
Milagros inesperados Resulta difícil criticar un documental que reúne testimonios de personas a quienes se le apareció la virgen en diferentes partes del mundo. Tierra de María tiene la particularidad que, siendo creyente o no, se puede disfrutar igual porque pese a los testimonios no obliga al espectador a creer pero tampoco atenta contra los creyentes y eso es más que disfrutable. Realmente admiro la labor del director por conseguir los testimonios. Es de esos documentales que no aburren por más que sea un tema que no despierte pasiones, el director y periodista Juan Manuel Cotelo se embarca en un viaje hacia México, Alemania, Portugal, entre otros destinos para finalmente terminar en Medjogorje, una aldea ubicada en Bosnia donde aparentemente los habitantes han visto a la virgen María durante 30 años. El director de La cima y El sudor de los Ruiseñores mezcla este documental con elementos de ficción donde además de entrevistar es el protagonista del relato, le aporta gracia y muchos momentos logrados, aunque prevalece el registro documental. Mientras que la ficción es un pequeño adelanto de lo que veremos a lo largo del documental, donde Cotelo después pasa a un papel secundario dándole el protagonismo a quienes dan los testimonios, destaco el de las prostitutas, en Perú, es realmente impactante y llega al corazón, que para los creyentes tendrá un valor más que importante. Tierra de María fue un éxito inesperado en su país de origen (España) superando superproducciones estadounidenses. Esperemos que tenga el mismo impacto en el país porque de hecho la ágil narración y los testimonios peculiares son los puntos fuertes de este documental y si a eso se suma un tema tan masivo como la Virgen María, eso potencia más el posible éxito de esta producción.
Y ya que hablamos más arriba de terror teológico, podemos complementar con este documental no sobre la Vírgen María (bueno, sí, también) sino sobre lo que la gente que ha vivido -o creído vivir- experiencias místicas tienen para comunicar al respecto. Lo peor de la película es que toma partido por la existencia indiscutible del milagro; lo mejor es que deja hablar a sus protagonistas y, más allá de la posición tomada, el espectador puede apuntar a la contraria. No carece de lugares comunes un poco torpes, pero tampoco de total interés.
Apariciones Suerte de Víctor Sueiro pero con mucha más onda, el español Juan Manuel Cotelo saltó a la fama internacional con La última cima, documental sobre el teólogo y sacerdote Pablo Domínguez Prieto, y redobló la apuesta con este documental ficcionado sobre la fe católica que superó récords de audiencia cuando se estrenó en España. En su doble papel de periodista y protagonista, Cotelo se presenta como un incrédulo (la figura es “abogado del diablo”) que recorre el mundo en busca de testimonios sobre apariciones y conversiones; pruebas de fe, digamos. Hay un encuentro con un millonario en la Abadía de Westminster, con un médico norteamericano de pasado abortista, con una modelo colombiana que se hartó de la frivolidad; con Lola Falana, ex bailarina y cantante de Las Vegas, amante de Sammy Davis Jr. Todos ellos hoy comulgan y difunden el catolicismo. La película termina con un peregrinaje a Medjugorje, en Bosnia, meca católica contemporánea y lugar de las primeras apariciones marianas. Aunque Tierra de María está destinada a la grey cristiana, el humor de Cotelo evita que la cinta caiga en un lugar panfletario y trillado.
A pesar de un original aproximación, este documental no puede trascender su evidente condición de propaganda. El tema de la Fe es algo muy íntimo para cada persona, pero cuando se estrena comercialmente una película que claramente promueve su agenda personal en lo que a religión refiere, es difícil promoverla a un público general. Cuando eso pasa, se llama propaganda, y aunque Tierra de María hace el intento de abarcar su tema de una forma ligera, y hasta incluso humorística, no puede evitar caer en la solemnidad. Caveat Emptor: Lo que critico aquí es si la película es efectiva como narración cinematográfica. No pretendo atacar o juzgar la profesión de la Fe en cualquier modo, manera o forma. Una bajada de línea inevitable como la gravedad El periodista Juan Manuel Cotelo, bajo órdenes de una jefa que no se sabe —o se entiende— si pertenece a una corporación malvada o al infierno, tiene el deber de entrevistar a una serie de personas, que tienen en común el hecho de haber experimentado literalmente a la personificación de la Virgen María. La película introduce el concepto y plantea la pregunta de la existencia de la Virgen con algo de gracia y hasta con genuina curiosidad. Pero ambas se pierden, o mejor dicho ceden, ante la solemnidad de la que evidentemente intentaban huir. No hay progresión narrativa, las historias podían haberse presentado en cualquier orden y las pinceladas de humor que se mostraban estables en los primeros minutos, a medida que progresa el metraje —ya sea en las entrevistas o en las escenas que sirven de separador— acaban por ser poco inspiradas y parecen metidas con calzador. Esto se nota en la falta de naturalidad en los entrevistados, que no tienen por qué actuar si están ahí para dar un testimonio. ¿Es necesaria esta trama de pseudoespionaje para dotar de importancia a los intensos testimonios de los entrevistados? No, si se los retira la película podría sostener tranquilamente su concepto. Pero si le retiramos ese intento de comedia, esto parece más un especial televisivo que una película. O mejor dicho un especial televisivo que tuvo la suerte o las suficientes influencias para ser exhibido como una película. Conclusión Aunque Tierra de María plantea una forma innovadora de ofrecer algo viejo, no puede evitar sucumbir a la bajada de línea. Como película no funciona, hasta les diría que no se si la definición de película le sienta. Exclusiva para devotos religiosos; cualquier otro público no va a encontrar nada distinto en esta película que no haya oído en Pare de Sufrir mientras uno hace zapping. Hay muchas formas, muchas opciones de profundizar en la fe religiosa si uno lo desea. Leyendo libros sobre el tema, hablando con gente que conozca el tema en profundidad, y un etc. tan largo como el debate eterno de creencia contra hechos. Pero el hecho concreto es que no sé si pagar una entrada para ver esta película sea la mejor opción para dicha profundización.
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Esta producción parece de antemano colocar en una terrible encrucijada al crítico o analista que intente realizar una disección de la misma, pues se presenta como un acto, auto de fe, promocionado con una interrogación del orden de la búsqueda de una certeza: “¿Y si no fuera un cuento de Hadas?”, según se inscribe en el afiche de presentación. Frase que presupondría que narraría la vida de María, la madre de Jesús de Nazareth, que cuenta con muchos seguidores dentro de la humanidad. Pero no es así, eso no sucede. Si hay una teatralización de los cuentos y tiempos bíblicos mezclando el antiguo y nuevo testamento, el génesis, aparecen Dios, Satanas, pero todavía como una arcángel, Adan y Eva ¿vestidos en el paraíso?, con túnicas de seda hindú marca Christian Dior (no es broma). Elipsis temporal obligada, estamos con Jesús y María y otro desfile de moda pret a porter, y sandalias “Prada”, casi seguro, Se podría observar, y sólo en función de lo que nos quieren decir, que estamos frente a un panfleto doctrinario tosco, aburrido, cerril y vulgar, de pura propaganda católica, burda, con clara intención evangelizadora. Esta posibilidad de acercamiento sobre lo discursivo deja de lado a los fervientes seguidores, a los creyentes a ultranza, a ellos hay que pedirles que traten de ver esta producción como lo que es, extirpando de su juicio de valor lo que es dable desde la fe, para poner sólo en juego la mirada racional. El director y guionista Juan Manuel Cotelo, también su protagonista, encarnara un personaje que él mismo especifica como Abogado del diablo, y su misión, pedida por La jefa (Carmen Losa) lo llevara a investigar e entrevistar sin reservas a algunos de estos creyentes, seguidores, que dicen ser testigos por haber hablado o ser testigos visuales de la aparición de la Virgen María en la tierra, en la actualidad. La primera secuencia y media del filme, o sea unos 10 minutos, nos enfrenta en tono de comedia como la preparación respecto de lo que vendrá, situación que sorprende al espectador que no sabe si empezó la película o se trata de la publicidad de otra de próximo estreno: Cotelo llega en patineta al encuentro de La jefa, quien lo lleva al interior de una iglesia para darle los pormenores de la misión, todo con una música demasiado similar a la que hiciera famoso a Lalo Schifrin, la de “Misión imposible”. ¿No le habrán vendido los derechos? La segunda secuencia abre en Londres, nos presentará al primer testigo, todo bajo la influencia sonora de la música de James Bond, y hasta aquí llegó el despliegue de algo parecido a talento. Luego, lo que sigue, es un falso documental, guionado al extremo, donde no sólo contiene lo que se dice sino asimismo el cómo, lo que se aprecia por la posición de la cámara, la postura corporal, y los movimientos de los entrevistados, cuyas gesticulaciones parecen marcados del director mal actuados, por lo que pierde consistencia y se transforma en inverosímil. Lo mismo sucede con la torpeza desde el montaje. Por otra parte el diseño de producción demuestra que hubo plata, pero las acciones que va ejecutando el personaje terminan siendo, por exageradamente tontas, del orden de lo insoportable. Todo parece estar producido con la simple intención de conseguir adeptos, pero sólo hacia una población de infantes, puesto que las actuaciones, diálogos y discursos son infantiles, en los que la premisa constante es que debemos aceptar a Cristo, el nos salvará, y que la Virgen María es la madre de todos, por lo que todos somos los hijos de ella. Son diez los entrevistados, uno menos creíble que el otro, y las palmas se la lleva una modelo española, rubia, linda y hueca, si además estamos hablando de una población mundial de alrededor de 7.500.000000 de personas, esos 10 no parecen ser demasiado representativos, como tampoco lo son los miles que peregrinan a Medjogorje todos los años desde hace treinta. La mayoría de las declaraciones aseguran que en Medjogorje, una aldea de Bosnia-Herzegovina, lleva ese tiempo apareciendo la Virgen María, además de que muchos atestiguan dialogar con ella, lo que presupone respuestas de la virgen. Ese será el final del camino del director, que después de viajar por todo el mundo; Panamá, España, Francia, Portugal, Méjico, EEUU, entre otros países, aterrizará en el país bosnio, con cara de haber encontrado una verdad universal o de otra cosa pero puede sonar discriminatorio. Como dice el poeta cubano Israel Rojas …” Tú que eres mente brillante Permite que te haga una encuesta: Un extraterrestre llamando a tu casa ¿Le abres o cierras la puerta? Dios frente a ti se aparece Te ordena fabriques un arca Dime a quien buscas primero ¿Carpintero, cura o psiquiatra?”…
El texto de la crítica ha sido eliminado por petición del medio.
Ya lo adelantábamos hace unas semanas atrás frente al estreno de "Dios no está muerto", hay una oleada de películas cristianas que cada vez más seguido aparecen en cartelera. Ya hasta podríamos hablar de una moda. Películas con una fuerte bajada de línea a favor de creencias, producidas por grupos religiosos, y que según las gacetillas que nos envían – y por qué no creerles – se convierten todas en sucesos de taquilla. "Tierra de María" se inscribe en esta tradición respetando todos los tópicos; y quizás así, como una película que sabe a qué público va dirigida es que deba ser vista. Pero la tarea acá no es discernir cuestiones teológicas, "Tierra de María" debe verse como una película más de las que se estrenan semana tras semana, y ahí la cuestión cambia. Suerte de documental con ficcionalización, el director Juan Manuel Cotelo se pone en la piel de un “abogado del diablo” un inquisidor sobre el futuro espiritual de la humanidad, o algo similar, que tiene como tarea averiguar si las apariciones de la virgen María, especialmente la Virgen de Medjugorje (Bosnia Herzegovina) son reales. Para eso, entrevista a varios que dicen haber presenciado las apariciones, y otras personalidades que hablan de cuestiones sociales religiosas, sobre todo, planteando el futuro de la religión católica en cara a volver a captar fieles. A los testimonios les suma ficcionalizaciones religiosas, muchas de ellas en clave comedia disparatada pero amable. Todo en plan de convencimiento a escépticos. Uno de los problemas del film radica ahí, en que claramente dedica sus dardos a los escépticos, plantea un debate religioso, pero no deja lugar a la segunda opinión, y claramente el público al que va dirigido el asunto no es alguien escéptico, así que incluso podría sentirse molesto por cierta subestimación. Todo está remarcado, sobreactuado, y sobreexplicado para que no queden dudas. Analizada como película, "Tierra…" cae en todo tipo de baches, interpretaciones endebles, testimonios que no aportan demasiado, y una falta importante de ritmo y timing cinematográfico. Las escenas de comedia rara vez harán reír y muchas son bastante cuestionables. Para el fervoroso religioso que quizás decida verla, no aportará más que elementos para reafirmar lo que ya está presente y consolidado en su fe, para aquellos que por alguna razón decidan verla fuera de lo religioso, se presenta una película fallida, ambigua, en la que no se sentirán cómodos en ningún momento.