Remanentes del apocalipsis. Y Europa continúa dando batalla en lo referido al mercado infantil, un sector que suele ser controlado con mano de fierro por un Hollywood industrial cada vez más homogeneizado, el cual en términos prácticos casi no permite desviaciones en relación al patrón estándar (predominio absoluto de las secuencias de acción o las cancioncitas huecas, lo que esté de moda en el momento, más un armazón de “reunificación familiar” y algún que otro detalle vinculado a un feminismo de cartón pintado). Las distintas cinematografías nacionales de la región, en lo que definitivamente funciona como una jugada desesperada, adoptan al pie de la letra las concepciones formales y la ideología de los gigantes norteamericanos del rubro. La verdadera tragedia pasa por el hecho de que las productoras del viejo continente, en lo que respecta al campo de la animación, han renunciado casi por completo a la que fuera una de sus marcas registradas de antaño, léase la introducción de rasgos culturales autóctonos que enriquecían a las películas al poner en primer plano un proceso de hibridación. La metrópoli también padece esta lógica empobrecedora ya que hasta la Disney se mueve como el peronismo, generando su oposición/ espejo a nivel interno: entre el tradicionalismo aggiornado de los productos mainstream y el sometimiento de Pixar al esquema de las secuelas, por suerte este año “se les escapó” la gloriosa Intensamente (Inside Out, 2015). A decir verdad ¡Uyyy! ¿Dónde Está el Arca? (Ooops! Noah is Gone…, 2015) supera en parte a El Séptimo Enanito (Der 7bte Zwerg, 2014), otra propuesta germana reciente que francamente daba vergüenza ajena a fuerza de tratar de duplicar -sin éxito- la estructura y referencias de la saga comenzada con Shrek (2001). Aquí el título explicita que la historia se sitúa en las postrimerías del apocalipsis, sólo falta aclarar que los animales antropomorfizados que no pueden ingresar al Arca de Noé son los “nestrians”, unos pequeños seres con detalles de elefante y conejo. Como los rebotan en la entrada porque no aparecen en una lista símil local nocturno, se hacen pasar por otros viajantes y así una cría queda afuera por accidente durante el diluvio. Los realizadores Toby Genkel y Sean McCormack administran con una eficacia un tanto mezquina las dos bifurcaciones del relato: el periplo del rescate por un lado (dentro del Arca) y la necesidad de sobrevivir por el otro (gracias a una naturaleza en pleno colapso). Más allá de la prolijidad de los CGI y un desarrollo lleno de clichés en torno a las aventuras en pos del reencuentro, la redención y/ o el autodescubrimiento, el ritmo narrativo nuevamente se asemeja al de los opus de DreamWorks, en donde el recato en el apartado del contenido suele ir de la mano con la efervescencia de las escenas de acción. Hoy los nestrians funcionan como un remanente moral en medio del egocentrismo generalizado…
Uyyy!, donde esta el arca? es imperdible!. Un film repleto de secuencias graciosas y disparates varios que los niños disfrutarán a pleno. No podés privar a tus pequeños de ver este film repleto de humor donde los niños se reirán no sólo con los diálogos y las bromas visuales, sino que también con...
Naúfragos Bien por los alemanes que se animan a seguir produciendo historias animadas que enfrenten al gigantesco monstruo productor americano y asiático, en materia de dibujos generados por ordenador. Ellos siguen realizando a pesar de que en muchas oportunidades, como en El séptimo enanito (Der 7bte Zwerg, 2014) recientemente estrenada en Argentina, el resultado no haya sido el óptimo y esperado. En esta oportunidad la prueba se supera con la historia más universal y clásica de todas, tomada de La Biblia, el diluvio y la construcción del arca de Noé en Uyyy! Dónde está el arca? (Ooops! Noah is Gone..., 2015) dirigida por Sean McCormack y Toby Genkel. En el film todo comienza cuando dos Nestrians, unos simpáticos animales indescriptibles aún para ellos, obtienen el rechazo para ingresar al arca de Noé y así salvarse de la terrible tormenta e inundación que se avecina. Decididos a subir toda costa, y pese a la prohibición, se disfrazan de Grymps, otra especie que habitaba el lugar por ese entonces, feroces, pequeños y con mucho empeño en conseguir sus objetivos. Logran ingresar al arca, pero a los pocos minutos el más pequeño de los Nestrians, Finn y la cría de la feroz Grymp, Leah, terminan cayendo del arca debiendo llegar a tierra firme (la poca que queda) para sobrevivir y conseguir aliados que los ayuden a regresar al arca con sus padres. El guión bucea en dos claras líneas, una relacionada a los lazos filiales, y otra en la que la amistad y la confrontación de los seres opuestos buscarán lograr conflictos disparadores para sostener el relato más allá de lo que ya se conoce sobre el diluvio y el arca. Allí Uyyy! Dónde está el arca? vuela y se permite un trabajo sobre la imaginación con el que construye los trazos de cada uno de los personajes secundarios, que si bien muchos de ellos poseen características similares a muchos otros de films de los estudios Disney, marcan un camino diferente sobre aquello que quieren relatar y destacar. Uyyy! Dónde está el arca? posee momentos muy divertidos, y otros que hacen tambalear su historia por una endeble estructura narrativa y una animación básica, que no logra empatizar al espectador con cada una de las peripecias, travesuras y aventuras en las que Leah y Finn se meten. Del otro lado estará la desesperada historia de los padres buscando a sus hijos desaparecidos, que no por agregarle humor, deja de ser también uno de los conflictos centrales de esta historia, una síntesis ajustada del arca y el diluvio que no termina de encontrar o definir dentro de su estructura al espectador al cual quiere llegar y que termina por erigir una narración sobre las diferencias y el encuentro con el otro. Esto mismo le pasaba a otras animaciones del mismo origen, que queriendo sorprender olvidaban cuál es el verdadero objetivo de su relato, haciendo debilitar su verosímil y su fuerza en la pantalla.
Una para nenes chiquitos que tiene como protagonistas a dos animalitos imaginarios que perdieron el arca de Noé en un mundo que se inunda irremediablemente. Una metáfora sobre la amistad y la solidaridad. Ojo con algunos momentos de demasiada angustia. Calidad de realización.
Con un enfoque original La historia parte de un planteo poco visto, y los animales que la protagonizan son tiernos. Por su abundancia de animales, el episodio bíblico del arca de Noé es carne de dibujitos animados, aunque no ha sido tan explotado en ese sentido como se imaginaría (El arca, una producción argentina dirigida por Juan Pablo Buscarini, hizo punta en 2007). La historia es conocida, pero ¿qué pasó con las criaturas que no pudieron subirse a la embarcación que Jehová mandó construir para salvar a las especies del diluvio universal? Ese es el original enfoque de ¡Uyyy! ¿Dónde está el arca? Por mandarse una travesura, dos cachorros se quedan afuera del arca justo cuando se desata el diluvio. Entonces la película transcurre en dos escenarios: en tierra firme, donde vemos a los pequeños tratando de llegar a un punto alto para escapar de la subida de las aguas; y en el barco, donde sus padres intentan cambiar el rumbo para volver a rescatar a sus hijos. En esta historia -recomendable para chicos de hasta siete años- no hay Noé ni ningún otro ser humano a la vista: sólo hay animales. Aunque los escenarios donde transcurren las acciones son bastante básicos, los dibujos de los protagonistas son tiernos. Casi todos tienen una textura que los asemeja a peluches, especialmente padre e hijo nestrianos. ¿Nestrianos? Adorables seres fantásticos que son excluidos del arca, pero se suben como polizones. Ellos no son los únicos que no figuran en la lista de invitados: el cachorro nestriano y su amiga grimpa -una especie de zorro- encontrarán a otros en sus aventuras. Ese es un buen giro del guión: al final, descubrimos que los marginados no habían sido admitidos por su capacidad de evolución; si antes del diluvio no encontraban su lugar en el mundo, después descubren que el agua es su elemento. ¿Moraleja? Un par. Una: el trabajo en equipo y la solidaridad son más fructíferos que el individualismo. Otra: todos tenemos cualidades, sólo debemos encontrar el medio donde aplicarlas. ¿Será cierto?
Animación para los pasajeros del Arca Si perder el último tren de la noche puede ser un serio problema para los pasajeros habituales del servicio ferroviario, cuánto más grave -y peligroso- puede resultar el trastorno para los estrafalarios animalitos que por culpa de la burocracia corren el riesgo de no ser admitidos en el arca que Noé construyó laboriosamente para sobrevivir al inminente diluvio. Eso es lo que pasa con unos cuantos de los bichos animados de esta producción multinacional que llega desde Europa. A la rareza de su consorcio creativo (en su concreción aportaron dinero, esfuerzo y profesionales Alemania, Irlanda, Bélgica y Luxemburgo) Uuuy! ¿Dónde está el Arca? suma otras particularidades. Además de las clásicas parejitas de toda clase de animales que suelen protagonizar esta epopeya bíblica en todas las recreaciones tradicionales, aquí hay unas cuantas especies desconocidas que nadie ha visto jamás -nestrianos y grimpas, entre ellos- y que sería imposible describir en palabras porque no se parecen a ninguna otra. Una oportunidad especial para los artistas involucrados en el proyecto: debían crear mundos y personajes sin referencia alguna: pura invención. Tal vez porque la propuesta exigía concentrarse en ese aspecto de la tarea -con resultados por lo menos no excesivamente imaginativos ni estéticamente atractivos o simpáticos- no atendieron demasiado a la confección de la historia y debieron buscar inspiración en más felices experiencias ajenas, de Buscando a Nemo a La era de hielo. Aquí también hay chicos perdidos o acechados por el peligro ya que aun habiendo logrado embarcarse a pesar de las restricciones, el nestriano más pequeño y la menor de las grimpas cayeron por la borda y ahora sus padres andan buscándolos desesperadamente mientras los chicos conocen a otros seres -no todos tan benignos como Obesín, esa especie de babosa del tamaño de una ballena, ni tan malvados como los Griffin-. También pueden anotarse como singularidades que en esta relectura del Génesis no se mencione a Dios, Noé ni siquiera aparezca y que en el crucero exclusivo en que se ha convertido el Arca (una de las pocas ideas ocurrentes del libreto) las parejas que viajan las integren padres e hijos, lo que impediría absolutamente cumplir con el propósito del viaje, que era asegurar el futuro de las especies. En fin, puede que los chicos más pequeños, a quienes se supone está dirigido el entretenimiento, no reparen en estos detalles, pero tampoco hay que suponer que sabrán disculpar el escaso brío del relato y la dosis más bien módica de humor.
Sabemos bastante sobre la problemática del cine familiar / infantil de animación. El verdadero negocio está en pocas manos, no hay suficiente experiencia en el mundo, fuera de Hollywood para encarar a fondo este género y también somos concientes de que se necesitan films de este estilo, con desesperación. Hora y media o dos de entretenimiento para niños, es la tentadora oferta que siempre, inexorablemente convoca a sala los fines de semana. La cuestión es que no hay suficientes títulos para esta demanda. Entonces, alrededor del mundo, se están desarrollando proyectos para entrar en estos mercados y así como los hay en México, Sudáfrica y otros lugares, esta vez veremos una coproducción cuyo país central es Alemania. "Ooops! Noah is gone" es una suerte de versión, no-religiosa del fenómeno de abordaje y supervivencia en un arca frente a las inclemencias de una gran tragedia. Aquí, estos simpáticos bichitos (los Nestrians) quieren subirse a la salvadora arca ante las perspectivas de un mal momento próximo, de cualquier manera. Siendo rechazados en el ingreso, deciden disfrazarse de Grymps, especie que es bastante distinta de la suya... ¿Llegan a entrar?, sí, pero al toque Finn y Leah (los peques de la familia), se caen de la nave y complican el cuadro, digamos que mucho. Ellos quedarán aislados en tierra, tratando de conseguir ayuda para llegar al arca con sus padres, quienes vivirán otra parte de la aventura tratando de lograr regresar para buscarlos. Ciertamente, hay dos focos de atención, uno (el del arca, para mi entender), más interesante (al menos desde la dinámica y algunos elementos visibles que funcionan) y otro en el campo. A ver, la idea no está mal, aunque hay que reconocer que ciertas premisas no parecen claras. ¿Por qué se llama en inglés Noah si no aparece tal profeta? El guión no logra apuntar (como muchos productos) a captar al público que acompaña a los chicos. Es una historia esquemática y sencilla. Sean McCormack y Toby Genkel (sobre todo este último), ya tienen un recorrido en la industria europea de animación (de hecho este último está preparando "Richard the Stork" para el año que viene) y se encargan de llevar adelante un proyecto cuyo punto de partida más interesante es el área visual y la animación. El standard es interesante y eso demuestra que lo que aún no han logrado los desarrolladores independientes es emular (o igualar, o superar) los inteligentes guiones. El resto, lentamente se ve posible. Volviendo a "¡Uyy!...", debo decir que me parece un intento honesto por seguir adelante un camino de superación para la industria germana. No la siento lograda, pero los más chicos la van a pasar bien. Sí es importante decir que los productores que quieren competir contra los grandes de Hollywood deben prestar atención a los libros que sustentan sus propuestas. Discreta, pero válida si necesitás que tu hijo vaya al cine este finde y pase un rato entretenido.
Módico pasatiempo para los más chicos Esta película germana de dibujos animados no pasará a la historia del cine, y quizá tampoco dure mucho tiempo en la memoria de los pequeños espectadores que acierten a verla. Pero hace que los más chicos se queden sentados durante hora y pico, pasen el rato, y reciban alguna moraleja sobre la conveniencia de unir esfuerzos con otra gente cuando hay un problema en común. Claro que en este caso el esfuerzo tiene caracteres épicos e inhabituales. Dos animales de distinta especie deben buscar y salvar a sus respectivos cachorros, que estaban juntos y se han perdido. Y no se perdieron un día cualquiera ni en cualquier plaza, sino justo al borde del arca de Noé cuando el cielo se ponía oscuro. Bueno, no tan oscuro. No llueve tanto en esta película. Aparte, Noé también se perdió. No aparece, los dibujantes olvidaron dibujarlo. Quien conduce la barca es un león. Y quienes se encuentran en problemas son los nestrianos y las grimpas. ¿Y qué clase de bichos son esos? Bueno, digamos que una especie es bastante sociable aunque nadie le dé bolilla y la otra es más bien salvaje. Que físicamente recuerdan al bestiuncito de "Lilo & Stich" y al hermano gordo de la ardilla de "La era del hielo". Y que todos, hasta los plumíferos, tienen algo de peluche, quizá para vender los muñecos a la salida del cine. Aparte hay una babosa enorme, bonachona, que sufre por la discriminación de los demás animales. Y algunos chistes efectivos, vinculados a la cultura de los videojuegos. Son algo ucrónicos, como puede advertirse, pero no importa. Del resto, los dibujantes olvidaron poner más animales dentro del arca (a veces parece que estuviera vacía), pero atendieron las últimas investigaciones arqueológicas, según las cuales la nave era más bien redonda. Para los guionistas, hubiera sido bueno atender un dibujo argentino comparativamente mejor hecho, "El arca", de Juan Pablo Buscarini, año 2007. La voz de Noé la hacía Juan Carlos Mesa (y también participaban Jorge Guinzburg, Mariana Fabbiani, Alejandro Fantino, Magdalena Ruiz Guiñazú como Reina Leona y Alejandro Dolina como el Puma Cachito). Pero no está en DVD.
La balsa La historia del Arca de Noé ha sido llevada al cine de diferentes maneras desde hace décadas, utilizándose distintas miradas y con objetivos variados. Por estos días, nuevamente la mítica narración bíblica es abordada, esta vez por un largometraje animado que mediante esta temática ofrece entretenimiento dirigido casi exclusivamente al público infantil. Uyyy! ¿Dónde está el arca? es una coproducción entre Alemania, Bélgica, Luxemburgo e Irlanda en la cual el diluvio universal se encuentra cada vez más cerca y Noé ha hecho su trabajo construyendo el Arca con la finalidad de salvar a una pareja de cada especie que vive en el mundo. En ese contexto, Dave y su hijo Finny, un par de torpes nestrians (animales desconocidos hasta el momento) consiguen colarse en el Arca de Noé con la ayuda de Hazel y su hija Leah, dos grymps. Pero un accidente genera que los personajes se separen y el objetivo será el reencuentro final. Queribles y simpáticos personajes, un humor sencillo y bien dosificado, una gran cantidad de aventura y la importancia del valor de la amistad son los pilares de este film que mediante un destacable trabajo de animación en los animales y su entorno, va narrando esta trama de forma dinámica y entretenida. Nunca se detiene a resaltar ningún tipo de mensaje, ni ninguna moraleja edulcorada, si no que cuenta una historia en la cual todo tiene su razón de ser; las cosas pasan por algo: como en la vida. Como se dijo anteriormente, el film está dirigido claramente a los niños (de 4 a 7 años específicamente) y en este caso (como ocurre en la mayoría) no existen “guiños” que sólo los adultos comprendan. Aquí todo es en una sola dirección, entretenimiento infantil puro, un objetivo que Uyyy! ¿Dónde está el arca? cumple con creces. Sin embargo, tal vez esto provoque que no tenga una enorme repercusión, pero en épocas donde abundan los trabajos que pretenden trascender y que al final no dicen nada, un film animado que solamente busca (y logra) entretener, divertir y hacer pasar un buen momento resulta ser como una balsa en un naufragio… o en un diluvio.
La lista de Noé Uyyy! ¿Dónde está el Arca? es un filme de animación europeo con aventuras y un mensaje ecológico. Los Nestrians, dos animales de colores que parecen ardillas de peluche, viven en una casa construida en un árbol seco en el medio del desierto. El paisaje que los rodea es apocalíptico y papá Nestrian le dice a su hijo Finny que se prepare para partir nuevamente. Esta vez el motivo de la partida es muy serio: se aproxima una terrible inundación y todos los animales del mundo fueron convocados a una reunión. La ambigüedad temporal de ¡Uyyy! ¿Dónde está el Arca?, animación de producción europea (Alemania- Luxemburgo- Bélgica-Irlanda), se instala de entrada. Si bien se trata del pasaje bíblico, cuando Noé carga en su Arca una pareja de cada especie animal para salvarla del diluvio universal, también puede ser vista como una historia que transcurre en el presente, o incluso en el futuro. Y ese es uno de sus aciertos. Padre e hijo Nestrians llegan a la reunión presidida por el León, quien manejará el arca y empieza a indicarles a los animales, formados en dos grandes filas (carnívoros y herbívoros), cuáles son las reglas para subir a bordo. Eso sí, sólo los que estén en la lista de Noé podrán partir. Los Nestrians no están seleccionados y deberán colarse como sea en la nave. Es así que los bicharracos, que despiden un gas azul cuando se asustan, se hacen pasar por Grymps, unas criaturas que se parecen al demonio de Tasmania. Los Grymps, madre e hija, sí quedaron en la lista y son animales solitarios y de pocas pulgas. Antes de zarpar, la hija Grymp, llamada Leah, y Finny se caen del barco y quedan en la isla, lo que da pie al comienza de una aventura por partida doble. Por un lado, la que viven los pequeños en ese pedazo de selva, donde tendrán que vencer cada obstáculo que se les presente en el camino hacia la cima de una montaña para que no los tape el agua. Y por el otro lado, la que viven papá Nestrian y mamá Grymp en el barco, quienes deberán dejar de lado sus diferencias e ingeniárselas para convencer a León de que dé la vuelta el Arca para volver por sus críos. Leah y Finny son asediados por unos murciélagos hambrientos que son el elemento humorístico del filme. También conocen a otros dos personajes simpáticos, que se les incorporan para formar un equipo: Obesey, una especie de babosa gigante (su verdadera identidad se revela al último) y Stayput, un parásito que vive arriba de Obesey. La película queda dividida en dos historias que se van alternando proporcionalmente, y que juntas conforman una divertida aventura para grandes y chicos, con mucho ritmo y en la que no hay humanos (ni siquiera se ve a Noé, que está en un permanente fuera de campo). Una vez más, prevalece el mensaje de que no hay que bajar los brazos y de que hay que luchar hasta el final. Además de que se debe cuidar el planeta porque, si no, los primeros en desaparecer van a ser los humanos.
El diluvio según las especies Esta coproducción entre Bélgica, Luxemburgo, Alemania e Irlanda no tuvo el reconocimiento merecido de la crítica estadounidense, quizá porque hace mucho de lo que sus grandes estudios han hecho, con menos pompa y, en varios aspectos, mejor. La película (cuyo nombre es, realmente, su mayor falla) narra la salvación de la especie desde el punto de vista de los animales: Noah nunca aparece (de ahí, quizá, la ocurrencia del título original: ¿Dónde está Noah?) y la entrada al arca es supervisada por un león, su delegado, acompañado de una pareja de gorilas como guardaespaldas. Dos que tienen problemas para ingresar son de una extraña especie llamada nestrians, suerte de aves que no pueden volar y emiten un irritante gas azul para defenderse. Dave y Finney, padre e hijo, se camuflan como una especie felina llamada grymps, pero al llegar al arca los auténticos felinos, Hazel y Leah, madre e hija, empieza un disturbio que acabará con Finney y Leah afuera del arca. El resto es la aventura de Dave y Hazel por recuperarlos. Dónde está el arca? no aporta ninguna novedad, pero el diseño de los personajes y las situaciones son producto de un ingenio que nada debe envidiarle a Pixar.
Cuando la diferencia es la fortaleza Producto de animación alemana, “Uyyy. ¿Dónde está el arca?” ofrece un espectáculo tierno y familiar. Hollywood nos tiene acostumbrados a los héroes gradilocuentes. De carne y hueso o dibujados; de caracteres retraídos o extrovertidos; exitosos o la vida les viene devolviendo fracasos; ellos son siempre, invariablemente, ruidosos. Por eso se agradece que, de tanto en tanto, un producto de otro origen y estilo venga a darnos descanso de ese rum-rum taladrante y nos ofrezca protagonistas que, sin ser aburridos ni caminar contra la fantasía y la creatividad visual y narrativa, tiren cables a tierra y nos den diversión sin histeria. Uyyy. ¿Dónde está el arca? avanza por esas aguas -y las del bíblico diluvio- para contarnos acerca de un par de nestrianos -padre e hijo- y otro de grimpas -madre e hija-, especies por nosotros desconocidas, pero que en tiempos de Noé, según nos cuenta la película, existían. Los nestrianos tampoco eran muy conocidos entonces, al punto de que cuando una muestra de cada especie sobre la Tierra es convocada a la salvación en el nuevo mundo a crear tras el diluvio, ellos no pasaron el check-in y debieron entrar como polizones. Cuando los niños, siempre traviesos, terminan abandonados en plena tormenta, los padres harán lo indecible para regresar a por ellos, mientras los chicos sobreviven y encuentran su identidad y lugar en el mundo y logran torcer su destino a través de nuevos vínculos entablados con otros marginales olvidados. Con mensajes bienvenidos, esta historia vale para la familia y los más chicos.
Haciendo clara alusión a la historia bíblica de Noe, el famoso Arca construida por mandato de dios, pero en esta versión la selección de las parejas de animales que se salvarían del diluvio universal sería realizada por los mismos animales. Algo así como barajar y dar de nuevo. La idea constante de los films de animación con clara intención de establecerse para el público infantil hace que los animales tengan el “don” de la palabra, pero a contraposición de “La era del hielo” (2002), donde los humanos no hablan, aquí no existen de manera presencial, solo en la palabra, en boca de los animales. Los personajes así antropormofizados tienen en su haber más posibilidades de identificación con el público infantil, y en este caso se justifica. Es el fin del mundo. Un diluvio se acerca, se previene amenazante. Por suerte para Dave y su hijo Finny, un par de Nestrianos miedosos, torpes, pero extremadamente bondadosos, se enteran que un Arca se ha construido para salvar a todos los animales. Pero como resulta que en la selección los Nestrianos no son admitidos, poniendo en juego un interrogante de quien se atribuye el derecho sobre la vida y la muerte, plasmado de manera gracil pero no menos poderosa. Sin embargo, furtivamente, con la ayuda involuntaria de Hazel y su hija Lea, dos Grymps pueden abordar, creen que están a salvo. Hasta que la pareja de crías, y por simple curiosidad de ver en vivo y en directo el temible diluvio, en un descuido se caen del Arca. Ahora Finny y Leah para sobrevivir del diluvio y de los depredadores, murciélagos hambrientos, trataran de llegar a la cima de una montaña, en el periplo conocerán a un indefinido animal gigante, pesado y torpe, que se arrastra por la tierra, quien conlleva encima como compañero un parasito. Así queda conformada una manada demasiado heterogénea. Mientras tanto los progenitores, Dave y Hazel deben dejar de lado sus diferencias, unir fuerzas e ir al rescate de sus hijos, para lo que deben tomar el mando del arca, variar la dirección impuesta por el “rey” león, y tratar de encontrarlos. Una empresa bastante dificultosa, sabiendo que sus antagonistas son muchos y poderosos, el león y sus secuaces, el diluvio, y el tiempo que es inexorable antes que todo quede bajo el agua. Definitivamente, nada va a ser viento en popa Estas son las dos variables que construyen el relato propiamente dicho, una, la manada que se conforma por accidente con una finalidad en común, sobrevivir; la otra, es la conocida búsqueda de un padre (en éste caso dos), de rescatar y salvar a su hijo. Posiblemente lo mejor del filme sea la construcción de los personajes, por las texturas son muy realistas, sobretodo el pelaje, sumándole los colores vivos con que son investidos y sus formas, hasta la inventiva puesta en juego en función del humor y la aventura como motores de la progresión dramática desde los diálogos en contradicción, que producen desequilibrio y anclaje humorístico, pasando por el típico humor físico o el slapstick con claras referencias a los videojuegos. La banda de sonido, compuesta con un claro sentido épico, hace lo suyo para mantener el clima en tanto aventura. Toby Genkel y su codirector Sean McCormack, los responsables definitivos de la realización (cuatro son los guionistas), conducen con plena acción y en paralelo de manera muy efectiva las dos variables del relato, dándole a cada uno los períodos en pantalla necesarios para no aburrir. La narración se toma tiempo para hacer referencia a otros tantos cuentos infantiles, como la búsqueda de su lugar en el mundo “Shrek” (2001), o mas sutilmente “El patito feo, y yo” (2008), entre otros. Una producción de bajo presupuesto, hecho a pulmón, sin demasiadas pretensiones, dirigido desde la estética a un grupo etáreo a partir de los 4 años y desde el discurso para toda la familia.