Debo admitirlo: hay números que acabo de enterarme y que me espantan. Que los filmes de la nueva saga de Star Trek cuesten 150 millones de dólares y apenas recauden el doble me parece un disparate, una apuesta jugadísima de los productores en donde los costos no se condicen con el riesgo y las escasas ganancias obtenidas. Para que tengan una idea, un filme Star Trek recauda casi lo mismo que uno de la saga de Jason Bourne, el cual sólo tiene como gasto locaciones y una pistola de utilería. Quizás las ganancias pasen por las rentas y las ventas de DVD porque, a simple vista, producir un filme Star Trek es un negocio poco redituable. Es posible que ese escenario haya animado a los productores a dar un golpe de timón para intentar convertir a Star Trek en algo mas de masas. Star Trek siempre fue ciencia ficción pensante pero la era marcada por el reboot de J.J. Abrams parece definida por el efectismo - visual, de ideas -, el cual es mucho mas hueco de lo que uno piensa. El último paso en ese proceso de castración, despojamiento y standarización de la saga es el reclutamiento de un preciosista visual como Justin Lin (responsable de los últimos filmes de la saga Rápido y Furioso) para comandar la última entrega de la franquicia. Visualmente Star Trek Sin Límites es mucho mas espectacular que las entregas anteriores, y tiene acción de principio a fin; el problema es que las ideas brillan por su ausencia, y el plan del villano es tan genérico como anónimo. ofertas software para estudios contables Aun con su defecto de querer ser pasatista (y traicionar la matriz que Gene Roddenberry le imprimió a toda la franquicia), hay que admitir que algunas cosas de Star Trek Sin Limites funcionan de manera excelente. Por primera vez siento que la troupe de actores funciona de manera aceitada (en especial el trío central de Kirk, Spock y McCoy, lo cuales logran atrapar la gracia de los intérpretes originales aunque en sus propios términos), y la Enterprise es representada con una gracia visual sin precedentes. El problema, claro, es el síndrome del personaje adorable que suele empapar a los filmes hollywoodenses: cuando un caracter es genial, es indudable que va a sufrir una muerte horrible dentro de un par de escenas (si toman tanto cuidado para que nos interese y su suerte nos resulte un shock, ¿por qué no invierten el mismo cariño en hacer interesantes al resto del cast, villano incluído?). Es lo que ocurre con la Enterprise la que, voilá, vuelve a estallar por los aires. Como ésta es la tercera vez que pasa en la franquicia (¿se acuerdan de En Busca de Spock y Generaciones?), termina resultando un recurso barato similar a lo que ocurre en el mundo del comic con las muertes de los superhéroes: la primera vez fue impactante pero después de aplicarlo un montón de veces - y de no ser un acto permanente, ya que héroes (y naves en este caso) resucitan después de 2 o 3 ejemplares / películas - ya aburre y carece de shock emocional. Al menos la saga de The Next Generation tuvo el buen tino de cambiar el diseño de la nave, siquiera para generar nuevo merchandising. Hay que admitir que la cosa es entretenida y el cast desborda de humor y carisma (Simon Pegg es uno de los responsables del libreto). La macana es que el villano es genérico y ni siquiera el gran Idris Elba puede hacer algo despachando sus pobres líneas sepultado bajo toneladas de maquillaje. La recién llegada Sofia Boutella (Gazelle de Kingsman, el Servicio Secreto) es una gran adición con su humor literal y su garra para pelear, pero todo lo que viene del lado de los malos bordea lo incoherente (alerta spoilers). El por qué Elba ha mutado para convertirse en un alien feo que rejuvenece al chuparle la vida a sus victimas es un misterio, o por qué ha permanecido varado tanto tiempo en el planeta fantasma aún cuando tenía toneladas de naves - atrapadas con su tecnología de enjambre - listas para reciclar y usar es otra incógnita. E incluso el combate final en las exclusas de aires resulta imposible de seguir (¿no estaban dentro de un tubo?¿cómo es que aparecieron Spock y McCoy en el medio?), y arruina la efectividad del climax (fin spoilers). Star Trek Sin Limites es una pelicula menor de la saga. Se parece a las entregas mas pobres de la etapa Shatner, ésas donde la historia era boba y sobrevivía gracias al impecable carisma del cast. Acáa ocurre lo mismo, con la diferencia que hay efectos visuales espectaculares y algunas escenas de acción son formidables. En todo caso es un postre grande, apetitoso y hueco, el que deleita mientras dura pero no deja sabor duradero en la boca.
- Vamos a precisar una boya mas grande. ¿Por qué no existe una película decente sobre tiburones asesinos?. Es algo que sinceramente no entiendo: no se precisa ser un ingeniero nuclear para escribir una historia potable que no sea, necesariamente, un clon del clasicazo Tiburón (1975) de Steven Spielberg. Por el contrario el género de tiburones asesinos ha caído a un nivel tan bajo y bizarro que lo único que podemos ver, en este momento, son engendros como Tiburón Fantasma, El Tiburón de Dos Cabezas, Tiburón del Pantano, CiberTiburón, Tiburón de Arena y el epitome de toda esta decadencia que resulta ser Sharknado. Parece una competencia de mal gusto sobre quién puede producir el filme mas rídiculo de tiburones. Es cierto que estas bizarreadas rinden sus frutos - la gente las ve para reírse de ellas y, en el caso de Sharknado, terminan convirtiéndose en impensables franquicias -, pero están a años luz de las posibilidades reales y estremecedoras que implica un escenario cerrado con un escualo asesino rondando en el mar. Gracias a Dios The Shallows (que podría traducirse como "los playitos") le devuelve la gloria perdida al subgénero, aún cuando se trate mas de un drama de supervivencia que un filme de horror sobre monstruos submarinos acechándonos para devorarnos a la primera de cambio. oferta software de sueldos El responsable de esto es Jaume Collet-Serra, un tipo que ha hecho un par de aventuras sólidas de Liam Neeson (por ejemplo, Non-Stop), y acá parece estar en la flor de la creatividad. Las imágenes que crea Collet-Serra son impresionantes: el océano parece un ser vivo, plagado de brillos y colores sicodélicos gracias a los arrecifes de corales que yacen en el fondo, y el agua se mueve con una fuerza y violencia que resulta impresionante. Las imagenes de Blake Lively surfeando - antes de enterarnos de la existencia del tiburón - son realmente excitantes, convirtiendo a la primera media hora en un extasis visual incomparable. Desde ya las cosas cambian cuando Blake Lively decide darse un último chapuzón antes de irse. Ve muchas gaviotas revoloteando sobre un gigantesco montículo flotante... y las cosas se ponen aterradoras cuando descubre que se trata de una ballena desgarrada salvajemente por un tiburón insaciable. El primer ataque se produce allí, con Lively usando a la ballena como una improvisada isla flotante, y siendo arrastrada y volteada por los salvajes ataques del escualo. En semejante refriega sale lastimada feo y, sin tabla de surf ni otro recurso mas que su traje de buzo, la chica debe nadar como puede hasta un risco de corales en donde debe resistir hasta que se le ocurra un plan de escape o alguien aparezca y pueda darle una mano. ofertas de software La tensión que crea Collet-Serra es formidable. En realidad The Shallows es un filme sobre supervivencia en condiciones extremas, muy similar a 127 Horas - en donde el protagonista debe realizar sacrificios físicos extremos con tal de resistir otra hora -. Blake Lively da una perfomance intensa y emocional, ya sea arreglando como puede sus serias heridas, mandando un mensaje de despedida a través de una cámara GoPro que encontró en el agua, o realizando peligrosísimas maniobras para rescatar cosas útiles que le puedan ayudar a resistir otro tranco mas hasta llegar al amanecer. Pero es en el último tercio en donde el filme se dispara a full, con la carrera desesperada de Lively por llegar a la boya - el único lugar que le puede deparar refugio independiente de las mareas -, y el duelo personal que tiene con el tiburón. Es un climax resonante, sufrido y excitante como pocos he visto. Si Jaws es el líder del género, entonces The Shallows merece un lugar de honor en el podio. Vea The Shallows. Hay muertes pero no hay gore en exceso; acá el punto fuerte es la tensión y el clima de adrenalina pura que crea Collet-Serra sobre el final, lo cual termina creando un filme impecable y altamente recomendable.
Voy a ser sincero: entre mis filmes favoritos no figura Ciudadano Kane, Ben Hur o 2001, Odisea del Espacio. Por contra, se encuentra una fallida pero apasionante aventura protagonizada por magos devenidos ladrones e involucrados en una misión de venganza y justicia. No puedo contar la cantidad de veces que he visto Now You See Me, ni dilucidar del todo qué es lo que me encanta de ella. Será su música épica, sus carismáticos personajes, su intriga, sus sorpresas... el punto es que la encuentro sensacional. Del mismo modo que me apasiona profundamente el filme de Louis Leterrier, me siento con la autoridad suficiente como para hundir a su secuela hasta el centro mismo de la Tierra. Es imposible describir el desastre bíblico que es la historia, llena de complicaciones, arbitrariedades, deus ex machina, y cambios de bando inexplicables. Desde el FBI montando camionetas de vigilancia en Londres (y haciendo arrestos como si le importara un pito la jurisdicción local de la policia) hasta el gemelo malvado de Woody Harrelson, sin contar a la irritante Lizzy Caplan (flaco reemplazo de la deliciosa Isla Fischer), la cual es tan agradable como un enema de agua helada. Con Morgan Freeman preso, los magos justicieros están listos para una próxima misión - con ayuda de su líder oculto, Mark Ruffalo -; el problema es que, lo que le encargan, tiene menos que ver con la magia que con un escrache a una firma tecnológica durante la presentación de su último y ultra top celular, el cual roba los datos privados de las personas (como si los actuales móviles - y sus apps - no lo hicieran!). Todo ello resulta ser una trampa para atraparlos y mandarlos a la otra parte del mundo en donde un millonario - Daniel "Potter" Radcliffe, el cual creo que es lo mejor del filme - les explica que es el dueño oculto de la empresa de celulares y quiere traicionar a su socio visible, robando la matriz del chip que afana datos. Esto da lugar a una rebuscada escena de robo en donde los tipos atachan el chip a una carta y se la pasan de uno a otro de manera increíble. Mientras que las dos o tres primeras veces está bien, uno termina odiando la secuencia al ver que los tipos siguen haciendo lo mismo por casi cinco minutos. A esto se suma que el resto del elenco - léase Ruffalo y Morgan - aparecen mágicamente en Macao para ayudar a los chicos antes que los fileteen, lástima que todos tienen dobles intenciones y los planes no sale como es debido. Desde el momento en que el gemelo malo de Woody Harrelson entra en escena, Now You See Me 2 se clava de nariz y nunca logra recuperarse. Todo está tan pegado con saliva que resulta detestable: hablan demasiado de El Ojo - la organización secreta que los apaña - pero apenas aparecen dos tipos a ayudarlos, los magos van a encargar sus trucos a una tienda como si fuera un WalMart, Morgan Freeman sale y entra de escena inauditamente sólo porque al libreto se le canta, eso sin hablar de Mark Ruffalo, el cual es un fugitivo de la justicia pero puede entrar a una cárcel de máxima seguridad con una identificación falsa, retirar a un preso (Freeman) y salir del pais con la mayor impunidad. descarga de programas gratis Ok, el elenco (salvo Caplan) destila carisma y gracia, pero esto se parece a La Gran Estafa 2, ésa que tenía un bodrio de historia y apenas se salvaba de la lapidación gracias al carisma del formidable cast. Acá pasa lo mismo: la historia es un asco, es como una Misión Imposible escrita a las apuradas y con explicaciones del caso tan ridiculas que te dan ganas de empalar a los libretistas. Now You See Me era una franquicia con un enorme potencial...¿por qué la arruinaron de esta manera?. Mi recomendación mas ferviente es que evite el filme a toda costa. Es indignante lo que hicieron con un cast rebosante de talento. Ok, el filme tiene sus momentos pero son como gags aislados en una cinta afectada por una trama aberrante. Nada es creible, ni los trucos ni la historia ni las motivaciones, con lo cual Now You See Me 2 flota con el viento de cola que le otorga la gracia natural de sus talentosos protagonistas... y nada mas que eso.
Toda tira antigua puede ser reciclada en el mundo del comic, y ése es el caso de Suicide Squad. Creada por Robert Kanigher y Ross Andru en 1959, trataba sobre un escuadrón de humanos combatiendo amenazas mutantes y monstruos de todo tipo y color. No duró mucho - apenas 6 números - y pronto pasó al olvido, hasta que fue resucitada por John Ostrander en 1987. Fue Ostrander quien le dió la forma que todo conocemos - un escuadrón de condenados a muerte (en este caso, supervillanos de la DC) forzados a trabajar para el gobierno con la alternativa de la muerte o la reducción de sus penas -. La idea no es para nada original - son Los Doce del Patíbulo en versión comiquera - pero le era útil a la DC para tener algún tipo de justificación editorial sobre cómo era que los mas peligrosos villanos que capturaban Batman y sus amigos terminaban regresando a las calles. La tira tuvo una adaptación animada en Batman: Asalto a Arkham y ahora - en plena locura productiva desatada por la Warner Brothers para intentar manotearle algo de la torta a la Marvel, la cual obtiene criticas formidables y junta los millones con una pala - le dieron la oportunidad de llevar una versión live a la pantalla grande. Hay tres cosas a considerar antes de entrar de lleno en la review. La primera es que Escuadrón Suicida es una secuela de Batman v Superman: el Amanecer de la Justicia. En este mundo Superman ha dejado de existir, el gobierno está asustado por la posibilidad de que aparezca alguien similar de superpoderoso (y que no tenga tan buenos modales) y está buscando la manera de hacer un escuadrón de ataque formado por metahumanos y villanos, individuos tan letales y desalmados que puedan hacerle frente a cualquier cosa y derrotarlo. Batman aparece unas cuantas veces (es el responsable de la captura de la mayoría de los villanos) y también Flash en un cameo gratuito e innecesario. El segundo punto es que es el primer filme hecho fuera de la órbita de Zack Snyder. Nada de cosas oscuras, estoicismo, Marthas de último momento y otras boberas traídas de los pelos. También responde a una enorme movida interna dentro de la Warner, en donde pusieron al comiquero Geoff Johns al frente del departamento creativo del universo cinemático DC (se dieron cuenta de que generar taquillazos a costa de películas mediocres iba a tener su costo con el correr del tiempo, sea arruinando franquicias, matando al género cinemático de superhéroes, o generando hamburguesas cinemáticas de escaso valor artístico a futuro, lo cual terminaría masacrando el prestigio de los personajes mas importantes del panteón DC), el cual está actuando de guía espiritual de los filmes que de ahora en más se produzcan, algo similar a lo que Kevin Feige ha montado en Marvel Studios. Es por eso que David Ayer se vió en apuros al crear un filme Snyderiano y después verse obligado a retocarlo a las apuradas (a pedido de Johns) para sacarle dramatismo y meterle comedia, haciéndolo mas liviano y marveliano. También semejante cambio de último momento devino en problemas de edición y coherencia narrativa, con lo cual el filme no es totalmente prolijo. El último punto es que es un filme estrictamente comiquero, infestado de tipos en disfraces. No son superhéroes (o supervillanos) en un mundo hiperrealista a lo Nolan, ni tampoco en un universo en donde los disfraces son creibles (y construídos a partir de un depurado prólogo) como en Marvel. Acá aparecemos en medio de la nada con gente maquillada y disfrazada, y sabemos que tienen semejantes actitudes bizarras por pequeños flashbacks de 5 minutos en donde se cuenta a las apuradas su historia de origen. El fan lo aceptará de entrada pero hay que ver hasta qué punto el público común (no amante de las historietas) puede comprar semejante premisa. Eso se verá en la segunda semana de exhibición al medir el porcentaje de caída de recaudación del filme, que es cuando el grueso de las críticas aflora y el comentario boca a boca de quienes la vieron hace carne en los potenciales espectadores. ofertas software de gestion produccion Honestamente, éste es el primer filme de la DC de la camada post Nolan que volvería a ver. Ni El Hombre de Acero ni Batman v Superman me han merecido mas que una segunda visión, pero acá la historia está mas lograda y es mas disfrutable. No es que sea un filme perfecto o exento de problemas - el villano de turno es genérico, la edición tiene momentos que dejan que desear, hay un par de batallas que están filmadas de manera aburrida -, pero tiene otro tono mucho mas descontracturado. Tampoco es pura joda: Ayer le escribe un perfil para unos cuantos de los personajes principales (lamentablemente, no a todos) y la mayoría es triste y emocional. No triste en un sentido Snyderiano (rebosante de épica, estoicismo y drama existencial barato), sino porque apela a lo humano. (alerta spoilers) Diablo - un metahumano con el poder de generar fuego - es un tipo que, en un ataque de ira, achicharró a su esposa y sus dos hijos; Deadshot es un tipo divorciado debido a su profesión de asesino a sueldo, y su corazón está destrozado debido a que su esposa no le deja ver a su hija; Harley Quinn era una sicóloga brillante que terminó enamorada de un demente como el Joker, y ahora es capaz de hacer cualquier cosa con tal de estar con él; Rick Flag es un militar prominente que está enamorado de una bella víctima de una maldición ancestral, y la cual puede transformarse en un monstruo de un momento a otro. Si uno ve esas historias y ve a la HDP de Amanda Waller (una Viola Davis rebosante de ponzoña, capaz de asesinar a todos sus asistentes con tal de sellar cualquier tipo de fuga de información), termina dando vuelta la tortilla y pensando que quizás estos loquitos no sean tan malos y que los verdaderos monstruos sean los que están en el gobierno (fin spoilers). El grueso del filme se dedica a narrar las historias de fondo de un puñado de personajes. Will Smith es muy emotivo, Margot Robbie (como siempre) vuelve a robarse todas las escenas en las que participa, Viola Davis es mala como la peste, y Jay Hernandez es un Diablo perseguido por sus propios demonios. La macana es que el resto de los personajes están de relleno o no están desarrollados como corresponde. Killer Croc tiene un par de lineas interesantes, Joel Kinnaman es correcto, hay un villano invitado que dura menos de 10 segundos en pantalla, Katana es un adorno, Jai Courtney hace ridiculeces con unicornios rosados y Jared Leto.... Lo suyo no es malo, pero es tan génerico que no deja impresión duradera. El Joker de Leto no difiere mucho de un gangsta moreno con dientes de metal y un mal día en la peluquería. Quizás sea el libreto que no le da espacio a lucirse - lo suyo es un cameo extendido ya que no es el villano principal como te venden los trailers -, o será que no es el indicado. Desde Cesar Romero hasta Mark Hamill han hecho cosas inolvidables con el Guasón (a su manera) (y sin contar a los mas grandes como son Heath Ledger y Jack Nicholson), pero lo de Leto es neutro. Ni siquiera tiene una risa diabólica. No es que la sombra de Ledger pese y lo aplaste, pero visto con la mayor inocencia y carente de expectativas, Leto no te deja nada. Es mucho mejor Robbie como versión femenina del Joker que el mismo Leto. Honestamente, Escuadrón Suicida es lo mejor que ha hecho DC hasta ahora en esta nueva etapa. Aún así, está lejos de ser memorable, prolija y pareja pero al menos entretiene y se saca ese tufo estoico de encima que le puso Snyder a toda la saga. Es un paso en el camino correcto pero, como aventura con pasos de comedia, está lejos de un Ant-Man y, mucho mas lejos, de Deadpool. Yo tengo una teoría para todo esto: los primeros filmes Marvel eran buenos y estaban en manos de distintos estudios. Fueron como tests de campo hasta encontrar la fórmula perfecta que seduciera al gran público (¿cuánto tiempo pasó desde Blade hasta Iron Man y el inicio del universo cinemático Marvel?). Para ello la Marvel debió fundar su propia factoría artística, reclutando a talentosos, fanáticos y autores de comics y dándoles libertad de acción con tal de ser respetuosos con los personajes que adaptaban (¿si no, qué pasó con James Gunn y Guardianes de la Galaxia? ¿Acaso era Orson Welles o le exigieron a rajatabla un respeto impoluto por la historia original?). A partir de entonces generaron películas fantásticas, pochocleras (no profundas como las de Nolan o Burton), obtuvieron grandes críticas y recaudaron millones. Pero en contra de semejante postura (diría a lo Apple, en donde la creatividad prima sobre todas las cosas), vino la Warner con un concepto estructurado (a lo IBM), en donde ejecutivos de traje iban a decidir cómo rodar filmes de superhéroes. La Warner / DC va a tener que meter la pata muchas veces hasta encontrar el camino correcto (la presidencia de Geoff Johns en DC Films es un inicio) y generar filmes tan efectivos como Marvel. Películas que no sólo entretengan sino que dejen su marca en el género y obtengan grandes críticas. En el pasado lo lograron con Richard Donner, Tim Burton y Christopher Nolan, pero porque les dejaron materializar su visión. Ahora deben darles la misma libertad creativa a los directores de turno, ya que un ejecutivo no puede crear una obra maestra desde un escritorio. Por el momento (y hasta que ese gran filme DC llegue) nos conformaremos con Suicide Squad, la cual recaudará millones y es disfrutable en sus propios términos pero está a años luz de ser una película prolija y, mucho menos, una que revolucione el género.
A nadie le interesó El Legado Bourne. El problema era Jeremy Renner, que a mi juicio es algo desabrido para un protagónico pero anda genial en los secundarios, prueba demostrada por las sagas de Los Vengadores y Misión: Imposible. El Legado Bourne no tenía a Damon, y ello la hería de muerte. Ahora con Paul Greengrass y Damon de regreso (gracias a una ponchada de millones puesta sobre la mesa como para abrirles el apetito), Jason Bourne marca lo que podría ser el inicio de una nueva trilogía. El problema con el filme es que la trama es mínima, la acción es repetitiva, y hasta el mismo Jason Bourne parece viejo y descuidado. Se expone a las ventanas (donde un francotirador podría rematarle), ya no es tan efectivo salvando vidas, e incluso parece haberse olvidado de que la CIA tiene equipos de asalto que llegan a cualquier parte del mundo en menos de cinco minutos. Si no fuera por la ayuda que le da Alicia Vikander, a Matt Damon lo harían fiambre antes de la mitad de la película. La trama es pequeña y tampoco entusiasma demasiado. Al padre de Jason Bourne / David Webb lo mataron en un atentado producido por la CIA para callar los secretos que estaba a punto de revelar. Que ahora Bourne vaya en plan de venganza familiar en vez de sobrevivencia o revancha parece una perogrullada, amén de que estira artificialmente la necesidad de que el personaje entre en acción. Para colmo las secuencias de acción son tres, una calcada de la otra: multitudes de gente (sean manifestaciones, corridas por falsas alarmas, convenciones), Bourne escondiéndose en la muchedumbre, el asesino disparándole (y siendo mucho mas efectivo que el protagonista), y secretos revelados a las corridas. Es como si hubieran escrito el argumento en una carilla, y el resto lo rellenaron con acrobacias y persecuciones. Ni siquiera cuando triunfa Bourne hay un sentimiento compartido de satisfacción; es todo cansino, rutinario, nada original.
Si Batman: The Killing Joke es un clásico y uno de los hitos de la historia del comic, la adaptación animada 2016 la pifia por miles de kilómetros de distancia. ¿Es realmente un problema de la adaptación, o es que la historia original está sobrevaluada?. A final de cuentas el responsable de la novela gráfica original es Alan Moore, autor de la sagrada Watchmen - la cual es brillante en muchos aspectos pero tiene un final ridículo -. Yo no creo que todo lo que haga Moore sea oro y, leyendo el resumen de la Wikipedia de The Killing Joke, tampoco pareciera que la historia fuera gran cosa. Quizás el problema sea que el comic es de 1988 y han pasado tantas cosas en el medio - como el brutal Guasón de Heath Ledger - que la historia de origen del Joker que pinta Moore se alterna entre absurda e ingenua. Para colmo la versión animada altera el orden de la historia - el origen del Joker es contado en flashbacks - y mete con calzador media hora de aventura superflua y romance forzado entre Batichica y Batman. Ok, eso le da algo más de punch emocional al desenlace del filme, poniendo al encapotado en una misión de venganza contra su archienemigo y poniéndolo en el dilema de quebrar sus propias reglas (algo que queda en el diletante al momento de aparecer los créditos finales); pero se nota que es un emparche y que la escritura del nuevo material no está a la altura de las lineas de Moore. El filme se desvirtúa y mete relleno pero cuando las palabras de Moore surgen de la boca del encapotado y del payaso demente, las lineas resultan estremecedoras. Quizás The Killing Joke hubiera sido una sensacional corto de 15 minutos pero definitivamente no da para una hora y cuarto de largometraje, en donde todo está estirado, desparejo y diluído. Hablando de manera brutalmente honesta, este es el segundo filme seguido de Batman que me decepciona - el anterior fue Bad Blood -. ¿Acaso el equipo creativo ha caído en una crisis terminal?. ¿Han perdido la medida de como calibrar una gran historia?. Si las historias originales (como Bad Blood) eran malas, ¿cómo la pueden pifiar con la adaptación de un clásico preexistente, un material a prueba de balas?. terminal de ventas para celulares Android El filme tiene problemas de perspectiva. Primero, habla Batichica; después pasamos al futuro y lleva la batuta el Joker; después está el dilema moral de Batman que sabe que, en uno u otro momento, va a terminar matando al Joker. Este Batman es un auténtico bad ass y vomita odio por los cuatro costados, especialmente cuando revuelve media ciudad Gótica para encontrar al comisionado. Mala noticia: su ex novia y ex socia en el crimen, Barbara Gordon, ha quedado paralítica como consecuencia de un disparo del Joker en su columna vertebral. Una medida inusualmente violenta para un tipo que prefiere tomarse su tiempo en torturar a sus víctimas antes de despacharlas expeditivamente. El comisionado queda desnudo y es obligado a ver fotos de su hija desnuda, herida y bañada en un mar de sangre. Oh, sí, es un recordatorio de que cualquiera, en un mal día, puede volverse loco. Como a aquel idiota, ingeniero químico, que renunció a su trabajo para volverse estrella de la comedia stand up. Claro, sin talento para decir un mísero chiste, el tipo fracasó como loco y se vió obligado a asociarse con un par de pandilleros que quieren asaltar su antiguo lugar de trabajo - al cual él conoce al dedillo -. Las cosas salen mal y el termina en una vatea de ácido con la piel blanca y el pelo verde. El resto es historia conocida. La historia de origen del Joker es tan blanda y absurda que resulta un chiste. Ok, corría 1988 y era la primera vez que alguien intentaba explicar cómo un tipo común podía convertirse en un monstruo homicida. Pero la historia del ingeniero devenido comediante fracasado es tan estúpida - en serio, ¿de semejante simiente puede nacer algo tan monstruoso como el Guasón? -. Eran mucho mas brutales las sugestiones que daba Heath Ledger en Batman: El Caballero de la Noche, con un padre brutal masacrando la cara de su hijo a navajazos y golpeando a su esposa. Un ambiente nativo de locura en vez de este idiota empardado con una esposa embarazada a la cual pierde el mismo día del atraco fallido. No, no, la coincidencia es idiota y el perfil sicópata no termina de cuadrar. No me gustó Batman: La Broma Asesina. Ok, está Kevin Conroy y Mark Hamill desplegando todo su talento, pero la animación, el libreto y la dirección dejan que desear. Me parece una historia inflada, sobrevalorada. (alerta spoilers) Ok, el final es ambiguo - Batman y el Joker se rien de un chiste que hace éste pero terminamos escuchando sólo la risa del encapotado (¿acaso le retorció el gañote al payaso?) - y quizás sea lo mejor que tiene, pero el nudo de la trama es breve y tiende a ser manipulador. (fin spoilers) No me convence la historia de origen del Joker, el plan del Joker, ni la acción del final. Quizás pasó mucho tiempo desde 1988 - cuando consideraron ésta como la historia definitiva del origen del payaso diabólico - pero la versión animada actual tiene mas pifias que impacto, y no deja una impresión demasiado buena que digamos.
Antes que los talibanes vengan y me apedreen, diré que Los Cazafantasmas 2016 es buena. Incluso me arriesgaría a decir que es muy buena. Ok, yo fui uno de los primeros en defenestrarla cuando surgió el rumor de esta versión, pero todo el talento involucrado ha logrado remontar las cosas hasta un nivel superior a lo potable. También es cierto que la gente idealiza demasiado a Los Cazafantasmas 1984: la blabletería técnica de Harold Ramis y Dan Aykroyd era insufrible, y el empalagoso cinismo de Bill Murray (junto a su constante acoso sexual de Sigourney Weaver) merecía el empalamiento. Claro el final era glorioso, el tema musical era memorable y habia unos cuantos chistes buenos pero se trata de esos filmes que funcionan mejor en nuestra memoria que ante una visión actual. Lo que no puede objetarse es que fue un fenómeno social y un filme evento como pocos se han visto en la historia del cine, en donde los trailers de la película se exhibían un año antes de que fuera estrenada. Los Cazafantasmas 2016 es una película mas equilibrada que el original de 1984. La razón es simple: al haber menos ego involucrado - el original era el fruto intelectual de Ramis y Aykroyd - los personajes principales funcionan mejor como equipo y hay mayor cantidad de caracteres con roles de importancia y chistes efectivos. Vean sino a Leslie Jones, la equivalente femenina de Ernie Hudson: la Jones roba unas cuantas escenas y no es el personaje racial de adorno que aparecía en el filme de Ivan Reitman. La recepcionista chusma de Annie Potts se transformó en el rubio hueco de Chris Hermsworth el cual, sin dudas, se roba todas las escenas en las que figura (¿quien hubiera imaginado que Thor era tan buen comediante?). A Bill Murray lo reemplazaron por Kat McKinnon, la cual no es una devoradora de hombres sino una nerd con gustos bizarros. El detalle curioso es que las figuras principales - Kristen Wiig, Melissa McCarthy - resultan apagadas en comparación a su talento innato para la comedia. Hacen de Ramis y Aykroyd y, aunque son menos densas con la blabletería técnica, parecieran sacrificar el humor a favor de la exposición para que avance la trama. Tienen sus momentos pero no son tantos como uno pudiera imaginar. oferta software de sueldos El mayor problema que tiene la versión 2016 de Los Cazafantasmas es que vive a la sombra del original. Recicla escenas y temas del original pero en otras condiciones y escenarios, con lo cual la sensación de deja vu es muy fuerte - es algo similar a lo que ocurría con El Despertar de la Fuerza -. La bibliotecaria es ahora una adolescente encerrada trágicamente en el sótano de su casa por su despiadada familia, y Gozer el Gozeriano fue reemplazado por un estupido demente que anda poniendo aparatitos interdimensionales por toda Nueva York para desatar un apocalipsis paranormal que él liderará. Las referencias al original y el fan service abunda, sea en los innumerables cameos o la visión / alteración de elementos del original - desde el Ecto I (ahora devenido en carroza funeraria) hasta las oficinas en el antiguo cuartel de bomberos, cuya renta es impagable y por lo cual terminan en un garage al costado de un restaurant chino -. Cuando Ghostbusters 2016 intenta algo original, la mayoría de las veces acierta. No todos los chistes hacen blanco pero algunos son hilarantes - como la secuencia con el director de la universidad o las sandeces que dispara a cada rato Hemsworth en una perfomance genial -. Yo sería benevolente y le daría una oportunidad a Los Cazafantasmas 2016. Tiene mejor efectos, los fantasmas son aterradores, hay buena comedia y buenas comediantes. No es una herejia sino una respetuosa remake / reboot del original, la cual merece tener una mejor suerte que la del lapidamiento por puro y anticipado prejuicio.
Hay dos maneras de interpretar a Bolgen: una, de que se trata de una estupenda (e inteligente) película de cine catástrofe, manufacturada fuera del circuito standard (y repetitivo) de los estudios de Hollywood. La otra es que se trata de un filme sobre una familia de asesinos seriales, los cuales utilizan la excusa del tsunami en el fiordo para matar un montón de gente. Dejo a criterio del espectador ver la película y tomar partido por alguna de las conclusiones propuestas. Es notable ver cómo la península escandinava ha crecido cinematográficamente en los últimos años, sea con Dead Snow y secuela, o la genial trilogía Millennium. Y lo más curioso de todo es que muchas de sus producciones rayan en el cine fantástico (como Let the Right One In) quizás por un deseo de seducir a audiencias masivas (como la norteamericana) esquivas a productos extranjeros (en el caso de los yanquis, odian leer subtitulos y la industria del doblaje es pésima: carece de actores experimentados y no posee la experiencia suficiente como la que tienen - para el castellano - los dobladores mexicanos y venezolanos). También es posible que, como los ingleses, sea un pueblo amante de los relatos fantásticos. El punto es que aquí se han largado con una de cine catástrofe - género trillado y dominado por los yanquis - y han manufacturado un producto inteligente, plagada de buenos personajes, conclusiones lógicas y efectos especiales potables. No, no va a competir con 2012, pero se deja ver mas que bien. ofertas software para estudios contables En sí, La Ultima Ola (que no debe confundirse con la obra de Peter Weir de 1977) está plagada de clichés - el tipo que anticipa el desastre y es el único que ve las señales, la gente reticente (incluyendo su familia), el idiota que mete la pata y hay que rescatar a último momento (en este caso, su desobediente hijo adolescente), piruetas gimnásticas para sortear los restos del desastre y llevar a los sobrevivientes a un lugar seguro, etc - pero, al tener mas asidero científico (el tema del colapsamiento de las montañas bordeantes a los fiordos y la provocación de un tsunami es una realidad inminente y ya ocurrió a principios del siglo XX) y tener caracteres algo mas pulidos, naturales y carismáticos, la cosa funciona mejor. No es un drama de stock sino que hay visos reales en esta familia, y por eso los personajes nos importan cuando viene el desastre - 12 minutos de un glorioso tsunami, el cual se desarrolla en tiempo real y es una secuencia pródiga en tensión y vuelo artístico -. Sí, al final hay un par de pirotecnias narrativas propias de Hollywood, pero el 99% está hecho con mucha calidad. (alerta spoilers) Quizás mi mayor problema es que la familia del protagonista sale indemne de semejante evento... y con el costo de vidas ajenas. El peor ofensor de los sentidos es el pendex que hace de hijo del protagonista (Sondre), el cual basurea al padre, hace lo que se le canta, provoca que sus padres se peleen entre ellos y, al estar en su mundo, provoca un montón de desgracias de manera involuntaria. El pibe es responsable de casi 60 muertes él solito. Contemos: un autobús lleno de turistas que no puede salir a tiempo porque van a buscarlo y el flaco está boludeando en el sótano del hotel donde trabaja su madre; la veterana turista que aboga por ayudar a su madre y termina ahogada; el esposo de la turista, que queda medio turulato después de perder a su mujer y al cual la madre debe ahogarlo para que no "lastime" a su preciosa criatura. Entre eso y haber dejado solo a su padre en el momento que más lo precisaba, uno fácilmente podría calificar a Sondre como el villano del filme, igual o mas letal que el mismo tsunami por culpa de su patético egoismo adolescente. (fin spoilers). Quizás el último tercio tiene demasiadas coincidencias y cosas traidas de los pelos, pero los dos primeros tercios son de una eficiencia impecable. Las pequeñas señales, el evento catastrófico, las decisiones que deben tomarse en cuestión de segundos (¿Kristian debe ir a un sitio mas alto y salvar a su hija, o debe ir con el resto de su familia e improvisar un refugio en medio del valle que está a punto de ser arrasado por la ola gigante?), el drama humano de la supervivencia (ver el desastre y cargar con el dolor de las pérdidas humanas en su conciencia al saber que podía haberse alertado con suficiente antelación como para producir una evacuación masiva; abandonar a su hija para ir en una búsqueda de un resultado tan imposible como extremadamente doloroso; el milagro a costa de un enorme sacrificio... son cuestiones reales y desconocidas para los rutinarios filmes de género made in Hollywood, los cuales hubieran despachado a un símil de Charlton Heston a hacer proezas sobrehumanas y rescatar a una enorme cantidad de gente mientras le hace pito catalán a la catástrofe. En la vida real las decisiones producen consecuencias y uno debe convivir con el efecto de ellas, aunque las mismas se transformen en un espectro que nos perseguirá el resto de nuestras vidas. Es por todo ello - y salvando sus defectos - que The Wave es una película altamente recomendable, desbordante de inteligencia y emoción y en donde los efectos especiales quedan relegados a un segundo plano ya que lo que importa es el drama humano - auténtico y emotivo, aún cuando el relato caiga en un par de trucos hollywoodenses que se sienten ajenos a la naturaleza realista de la historia -.
Shane Black es un gran escritor de dialogos. A él le debemos el epitome de la comedia policial Arma Mortal y su colaboración en títuloa independientes pero igual de eficaces como Kiss Kiss, Bang Bang. The Nice Guy es otro valioso aporte al género. El tipo arma otra pareja despareja y la mete de lleno en el mundo de la pornografía de los años 70, desbordante de personajes exóticos y asesinos pintorescos. Es como ver a Riggs y Murtaugh metidos en una escena de Boogie Nights, plagados de coches antiguos y prendas colorinches tan copadas como decadentes. La trama no se entiende demasiado y parece salida de una novela de Raymond Chandler: nena rica metida en la pornografía y quienes conocen su identidad terminan convertidos en fiambre. En vez de Philip Marlowe tenemos a Russell Crowe haciendo de Russell Crowe - pendenciero, cínico, explosivo, silabeante - y a Ryan Gosling, el cual hace su mejor imitación de James Gardner en The Rockford Files. No usa armas, el aviso del diario se ve igual al de la serie de culto de Gardner y hasta guarda una pistola en la azucarera. A ellos se le une Angourie Rice, una quinceañera que se roba todas las escenas en las que participa. Es mas despierta que el padre y es de armas tomar, además de que resulta imposible que acate una orden paternal. A la chica le gusta la aventura y por eso se mete en cada jaleo del cual salva su trasero raspando por un par de milímetros. oferta software de facturacion electronica Todo en The Nice Guys es diversión: los intercambios de Crowe y Gosling, las ocurrencias de Rice, el retorcido asesino de Matt Boomer; pero quien se lleva las palmas es Gosling, quien hace de cobarde épico y mentecato de primer nivel. No puede entender como la chica de la cual se ha enamorado le apunta con un arma y está dispuesto a asesinarlo, tiene una debilidad pasmosa con el alcohol (después de dos tragos termina bañándose desnudo en una piscina llena de sirenas en una especie de Mansión Playboy), y cuando descubre un cadáver chilla como Curly de Los Tres Chiflados. Veleta y de estómago débil, Gosling es un as en las escenas cómicas y es una de las mejores cosas que tiene la película. Con sus disparates, sorpresas y trama difícil de entender, The Nice Guys es una delicia para el espectador. Es de esas películas en donde uno se ríe con ganas y disfruta de las desventuras de este par de palurdos, en donde la única despierta es la niña a la cual su inconsciente padre la involucra en sus peligrosos jaleos. Recomendadísima para el fin de semana.
No importa de qué lado del mostrador esté - a favor o en contra -, lo cierto es que Dia de la Independencia (1996) es un innegable clásico de culto. El escenario era fantástico, las secuencias de ataques y batallas aéreas eran memorables, y se trataba de un espectáculo masivo de primer nivel. El problema es que, cuando se callaban los disparos hablaban los actores, dejando salir a luz el atroz script pergueñado por Dean Devlin y el cual arruinaba los logros del filme. Por mas que el inicio de su carrera - y sus mayores éxitos - estuvieran marcados por su sociedad con Devlin, lo cierto es que las películas mas sólidas de Roland Emmerich son aquellas en donde Don Dean no figura en los créditos. Devlin es un generador serial de personajes y diálogos idiotas, y sobre él recargaría yo gran parte de la culpa por la cual medio mundo defenestró a Dia de la Independencia: Contrataque. Es un filme menos estúpido que ID4, pero ello no significa que sea mas inteligente o comprador. Si ID4 funcionaba era porque era simple, pochoclera y estaba filmada con gran tensión, lo que hacía perdonable los momentos imbéciles de la trama. Acá la cosa es mas prolija y elaborada, pero también es mas aburrida, chata y traida de los pelos. Mientras que el Acto I es formidable, la aparición de la nueva (e hipermasiva) nave madre de los agresores extraterrestes marca el declive del filme. Es todo tan banal y sobrecargado, tan improvisado y poco coherente que termina hastiando incluso en el pirotécnico final. Yo no creo que las distancias temporales necesariamente maten una franquicia: vean sino Jurassic World y después diganme. El problema es que 20 años es un período mas que razonable para pergueñar una historia interesante, fresca y sólida, detalles que están en falta en Dia de la Independencia: Contrataque. Pareciera que el script se hizo a las apuradas en los 6 meses previos, metió mano demasiada gente, arrancaron de una buena base y después no supieron para dónde seguir, razón por la cual se dedicaron a reciclar los mejores momentos del filme original: destrucción masiva del mundo, gente conectada mentalmente con los invasores, ataques masivos que fallan y se vuelven trampas mortales para los atacantes, y una emboscada final que para en seco a los millones de alienigenas que están masacrando el planeta. Este último detalle es tan idiota que no hay manera en que resulte digerible. oferta software de sueldos En sí, Dia de la Independencia: Contraataque funciona como una pieza de historia alternativa. El 2016 del filme no es el actual; la humanidad avanzó centurias gracias a la depredación de tecnología alien procedente de las naves capturadas. Hay armas de rayos de todo tipo y color, super naves espaciales, bases lunares dotadas de escudos de energía y cañones espaciales... Claro, el detalle es que si nosotros tardamos 20 años en replicar la tecnología extraterrestre, los invasores tuvieron 20 años para expandirla y superarla. Eso queda claro en los primeros cinco minutos de ataque extraterrestre, en donde todas las superarmas terrestres se quedan cortas o resultan anuladas. Mientras tanto tenemos una ensalada de personajes que no resulta del todo interesante. Como para justificar el pedigree regresan montones de caracteres históricos, pero la mayoría resulta superfluos. Bill Pullman está porque tiene que dar algún discurso rimbombante, a Brent Spiner lo reviven porque tiene que decir alguna huevada, Judd Hirsch vuelve para decir algunos chistes judíos, Vivica A. Fox dejó de ser la stripper reina de los caños para convertirse (de manera poco creíble) en Florence Nightingale, Will Smith es un fiambre y su hijo es un adorno que sólo existe para recordarnos de que a Smith le pareció poca la viyuya que le ofrecieron para rememorar su papel. El único útil es Jeff Goldblum, el cual figura mas callado y apagado que otras veces pero al cual le tocan los mejores momentos del filme. ofertas de software Los nuevos personajes son un adorno de cartón pintado. El hermano de Thor sigue robando con el apellido Hemsworth pero no hace nada ilustre (sólo sigue obteniendo papeles debido a ser el boytoy de Miley Cyrus); el dichoso hijo de Will Smith (¿se acuerda del negrito feo que señalaba la nave madre en ID4?) se la pasa de mal humor, hay una chinita calentona y un torpe que le arrastra el ala. Pero si en ID4 la estrella era la acción y los efectos especiales, acá lo mismos rubros son los que tumban al filme: desde ya que son excelentes, pero todo es tan masivo y disparatado que satura. ¿Una nave de 5.000 km que ni siquiera puede entrar en pantalla?. ¿Un arma gravitacional que levanta por los aires ciudades enteras (piensen en la nave terraformadora del general Zod en El Hombre de Acero, pero elevada a la vigésima potencia)?. ¿Alienígenas enemigos de los invasores y dispuestos a darnos su tecnología?. ¿Una reina madre, detalle evidentemente afanado de Aliens?. ¿La misma reina madre enceguecida con aniquilar a los aliens buenos y yendo personalmente a cometer la tarea, aun cuando está a diez minutos de matar a toda la raza humana destruyendo el centro del planeta y aniquilando la gravedad de la Tierra?. Ni siquiera los combates espaciales son excitantes ya están filmados en primerísimo plano y con un escenario tan saturado que aturde los sentidos. Ello no quita que haya un par de buenas escenas en el filme - la cacería de la reina madre en el desierto, los ataques iniciales de los aliens - pero el resto aburre por desbordamiento. A ello se suma el anexo de personajes innecesarios como un sangriento lider mercenario africano o la "nimfomaníaca" novia de Jeff Goldblum, sin contar con el contador idiota que dice los peores chistes del filme en los momentos mas violentos e incómodos (esos son personajes típicos surgidos de la imaginación estiercolera de Dean Devlin). Al menos la historia del guerrillero africano sonaba muy interesante - él y sus guerrillas combatieron durante 10 años a una nave madre varada en suelo congoleño, y aprendieron la cultura alienígena para saber cómo derrotarlos -, y hubiera valido la pena desarrollarla en un filme aparte (o reemplazando esta hipercafeínada secuela). Como espectáculo pochoclero Dia de la Independencia: Contrataque es pasable, siempre y cuando no piense ni un minuto seriamente en los horrores que vomita el script. Es banal y ruidosa y, cuando pasa el sonido y la furia, lo que descubrimos es una hamburguesa vistosa de sabor rancio, la cual entra por los ojos pero termina por caer como un plomo en el estómago.