100 años de perdón se desarrolla en una mañana tormentosa. Seis hombres armados asaltan la sede central de un banco en Valencia. Lo que parece un robo limpio y fácil pronto se complica, uno de los atracadores tiene un encargo que el resto de la banda no sabe. Esta coproducción entre nuestro país y España es una cinta de acción y suspenso de manual. Rodrigo de la Serna a pleno, como "El Uruguayo", carismático líder de la banda se bate en duelo actoral con el enorme Luis Tosar, un intérprete que hace todo bien. Rodada desde el punto de vista de los ladrones, con una gran puesta de cámara y un afilado manejo de la tensión el director Daniel Calparsoro suma esta pequeña joya a la tradición de las clásicas cintas de atracos a bancos. Personajes empáticos, una subtrama política y un giro argumental final hacen de esta película una excelente opción para los amantes del entretenimiento fílmico.
Juventud se desarrolla en un elegante hotel/spa a los pies de los Alpes. Allí Fred (un director de orquesta) y Mick (un director de cine) dos viejos amigos octogenarios pasan unos días de vacaciones mientras se debaten entre el retiro y la consumación de nuevas obras artísticas. El italiano Paolo Sorrentino sigue rindiendo homenaje a su amado Fellini con esta exquisita comedia coral sobre la amistad, el paso del tiempo y el sentido de la vida. Michael Caine y Harvey Keitel dan clase de actuación rodeados de personajes pintorescos, bizarros entre los que sin dudas se destaca Roly Serrano como un obeso Maradona, símbolo de la decadencia corporal, en una de las tantas metáforas a las que nos somete esta película deliciosa. Cine de autor para los amantes del grotesco y el surrealismo italiano.
13 Horas: Los soldados secretos de Bengasi cuenta la historia real ocurrida en Libia en 2012 cuando un grupo de extremistas islámicos atacaron la embajada de los Estados Unidos en ese país africano. El director Michael Bay en su mejor versión, lejos de los Transformers, nos regala una cinta de acción, suspenso y realismo. Haciendo gala de su habilidad para el montaje vertiginoso, la fotografía contrastada y los recursos del cine de género, logra un filme tensionante que mantiene al espectador al filo de la butaca. Con aires del cine ochentoso de propaganda americana, la cinta se disfruta si se toma como lo que es: acción pochoclera, plagada de clichés y mensajes políticamente correctos. Quien busque una nueva versión de El Ciudadano o El séptimo sello se equivocó de cinta. Esto es acción pura y dura. ¡Una versión moderna de El Álamo con esteroides!
Brooklyn narra la historia de Eilis Lacey, una joven inmigrante irlandesa que se va abriendo camino en ese barrio de Nueva York durante los años cincuenta. Pero tras el inicio de un idílico romance la joven europea deberá elegir entre la comodidad de su tierra natal y los rigores de un país en el que siempre será extranjera. Este drama de época sutil, narrado con estilo, se sostiene sobre todo por la tremenda y conmovedora labor interpretativa de Saoirse Ronan. Una composición que se hace fuerte en las palabras pero también en las miradas. Un relato sobre el desarraigo, pinturas de personas que forjaron una nación.
Pero sin dudas uno de los platos fuertes de la semana es el estreno de la nueva película del director de La Comunidad y El día de la bestia: Mi gran noche. El filme se desarrolla durante la grabación de un especial de televisión para la nochevieja. Un grupo de artistas, técnicos y extras se verán inmersos en una trama de locura general mientras esperan que den las doce campanadas. Alex de la Iglesia recrea varios tópicos de la cultura pop española en esta comedia negra bestial y políticamente incorrecta. El regreso de Raphael a la pantalla grande como Alphonso, una autoparodia de él mismo, es sencillamente increíble. El Niño de Linares juega a ser un Darth Vader castizo, una caricatura bizarra para el aplauso. En un filme netamente coral se destacan Mario Casas como un cantante más tonto que talentoso, Santiago Segura como el corrupto dueño de la cadena televisiva y Pepón Nieto como un desafortunado figurante en el lugar equivocado a la hora equivocada. Un argumento simple, sencillo, que apunta al humor negro, directo y efectivo. El cine de Alex de la Iglesia ha tenido muchas grandes noches... ¡y esta es una de ellas!
A días de la entrega de los Premios de la Academia, también se estrena La chica danesa que nos presenta el drama de Einar Wegener el primer transexual de la historia y su lucha por poseer un cuerpo acorde a sus sentimientos. El filme de Tom Hooper, transita por los cánones del telefilme. Una película lenta y pretenciosa en la que Eddie Redmayne se luce, aunque no está a la altura de su labor en La Teoría del todo. Acá está al borde de la parodia y claro, su composición parece más armada para ganar premios que para entretener a la audiencia. La relación entre él y su esposa Gerda (muy bien compuesta por Alicia Vikander) es lo mejor de una trama panfletaria y vacía. En los rubros técnicos hay que decir que se nota una excesiva influencia pictórica lo que hace que la puesta y la luz sean tan elaboradas que resulten artificiales. Es una cinta demasiado prolija para una historia que se supone transgresora y rebelde.
Esta semana, varias películas renuevan la cartelera, entre ellas la esperada nueva cinta asomada de Disney. En Zootopia los depredadores y las presas han evolucionado y ahora conviven de manera civilizada en grandes urbes anomalísticas. En ese contexto, Judy –una coneja perseverante– vence los prejuicios y se convierte en policía. Ayudada por un zorro estafador debe resolver un misterio: la desaparición de varios animales de distintas especies. Disney logra una de las películas animadas más entretenidas y elaboradas de los últimos tiempos. Byron Howard y Rich Moore, dos de los mejores realizadores del género, dotan a la película de un enorme despliegue visual, con escenarios coloridos y detallistas, personajes plagados de texturas y gestualidad y una trama en la que conviven el humor, la acción, la intriga y claro... la emoción. Por supuesto, no sólo es entretenimiento, Zootopia está cargada de valores y tiene varios mensajes positivos, una parábola a la no discriminación y un claro incentivo a la superación personal. Fantástica, una experiencia para vivir en familia.
También, en simultáneo con Estados Unidos llega Deadpool, que nos presenta a Wade Wilson, un ex agente de fuerzas especiales que se somete a un experimento para salvar su vida. La operación no sale como esperaba y queda desfigurado pero también con el poder de la autocuración. Así, decidido a encontrar a los hombres que destruyeron su vida, adopta la forma de un superhéroe bastante particular. Olvídense de cualquier película de héroes que hayan visto, ninguna es tan salvaje, original y fresca como Deadpool. Tim Miller es el responsable de esta cinta "políticamente incorrecta" en la que Ryan Reynolds no teme ponerse en la picota para un sinnúmero de chistes autorreferenciales y un montón de momentos de humor oscuro y sangriento. Probablemente sea esta la película de súper hombres más adulta de la historia del cine y no por su argumento (bastante elemental por cierto) sino por su arriesgado tono sexual y gore que, hay que decirlo, nunca resulta pornográfico. Divertida y entretenida hasta la médula, es el ejemplo perfecto de cómo se puede romper "la cuarta pared" sin ser solemne ni caer en el cliché. Y, como si fuera poco, Deadpool tiene el mejor cameo de Stan Lee de todas las películas Marvel. Los fans la van a adorar y los no iniciados descubrirán que los superpoderes no siempre recaen en personas aburridas.
A pocos días de los premios Oscar, este jueves se estrena en nuestro país En Primera Plana que está basada en un caso real que conmovió a Boston y al mundo a principios del 2000. El equipo de periodistas de la sección Spotlight del Boston Globe investiga varios casos de sacerdotes abusadores, un trabajo que termina revelando una enorme cantidad de curas pedófilos amparados por la Iglesia Católica. El director Tom McCarthy retrata con solvencia y rigor el trabajo de los periodistas de investigación sobre el terreno. En una película coral que funciona a la perfección por la enorme calidad de los intérpretes, no hay puntos bajos en el elenco. Michael Keaton marca presencia como el líder de un equipo de reporteros en donde Mark Ruffalo logra la composición más acertada, por histrionismo y pasión. Con el espíritu de cintas clásicas como Todos Los hombres del Presidente, el filme se hace llevadero, aunque la trama se estire un poco y los giros argumentales guarden pocas sorpresas. Aquí casi no hay suspenso, la tensión se da más por los palos en la rueda que encuentran los periodistas, que por descubrir quién es culpable y quién inocente. Las locaciones en Boston son, sin dudas, un personaje más en la historia, calles y edificios atractivos que enmarcan la puesta. Más importante por el mensaje y la historia real que hay detrás que por el argumento, En Primera Plana es una cinta que merece ser vista y analizada y debería servir como recordatorio de que el mal a veces se disfraza del bien para engañar a los inocentes.
Orgullo, Prejuicio y Zombies se desarrolla en la Inglaterra de principios del 1800. Una misteriosa plaga se ha propagado por el país y las poblaciones están invadidas por hordas de no-muertos. En ese contexto Elizabeth Bennet y sus hermanas se han transformado en expertas en artes marciales y el manejo de las armas, cualidades que utilizan para hacer frente a los "come cerebros". Dejando a un lado los prejuicios personales y sociales, Elizabeth y Mr. Darcy, otro cazador de zombies, deben unirse en el sangriento campo de batalla para librar al país de la amenaza y descubrir el verdadero amor que sienten el uno por el otro. Esta adaptación del clásico de Jane Austen al universo de los "muertos vivos" resulta una parodia original al recurrente argumento del ataque zombie. Aquí no hay un mundo apocalíptico, sino una atmósfera victoriana, en donde se combinan por partes iguales secuencias de acción, romanticismo y mucho humor negro. El concepto "zombie" también tiene aquí una vuelta de tuerca, los temibles "caminantes" aquí son "corredores", verdaderas amenazas veloces de las que resulta difícil escapar. Con más risas que sustos, el guión hace un poco de agua en la mitad del metraje, cuando la historia y la intriga se hacen laxas y poco interesantes. Como experimento fílmico, Orgullo, Pejuicio y Zombies puede resultar divertida para los espectadores adolescentes en busca de un entretenimiento liviano.