Presos del juego “Verdad o Reto” (Truth or Dare, 2018) es un thriller dirigido por Jeff Wadlow, que también formó parte del guión junto a Jillian Jacobs, Christopher Roach y Michael Reisz. El reparto está compuesto por Lucy Hale (Aria en la serie “Pretty Little Liars”), Violett Beane (Jesse Wells en “The Flash”), Hayden Szeto (Erwin en “The Edge of Seventeen”), Tyler Posey (Scott en “Teen Wolf”), Landon Liboiron, Sophia Ali y Nolan Gerard Funk, entre otros. Olivia (Lucy Hale) y sus amigos viajan a México para disfrutar las vacaciones de primavera. La última noche, dispuestos a no dormir para aprovecharla al máximo, deciden pasarla en un bar donde también se puede bailar. Allí Olivia conoce a Carter (Landon Liboiron). Luego de hablar por varias horas, Carter les propone al grupo ir hacia otro lugar y seguir divirtiéndose. Los chicos aceptan y, en un espacio que parece abandonado, comienzan a jugar a verdad o reto. Lo que empieza como un pasatiempo liviano se transformará en todo lo contrario cuando los jóvenes se den cuenta que Carter les transfirió una maldición y si se rehúsan a seguir las reglas, morirán. La compañía Blumhouse Productions, creada por Jason Blum, venía teniendo grandes aciertos en el género del terror tales como “Sinister” (2012), “La Noche de la Expiación” (The Purge, 2013) o la más reciente “¡Huye!” (Get Out, 2017), que se llevó la estatuilla por Mejor Guión Original en los premios Óscar. Lamentablemente “Verdad o Reto” resulta una mancha en su historial debido a la cantidad de clichés, el pobre guión y las actuaciones estándar. En nuestro país la película fue calificada apta para mayores de 16 años, hecho que resulta inconcebible ya que se nota el gran esfuerzo que puso el director para no mostrar ni una pizca de sangre. Supuestamente la cinta debería dar miedo, sentimiento que no aparece en ningún momento gracias a que los efectos especiales son muy bizarros (en especial el de la cara deformada que parece un filtro de Snapchat) y la música (o la falta de ella) ya de antemano da aviso del próximo jump scare. Durante el primer tramo “Verdad o Reto” se siente como la típica película que se apoya en el drama adolescente para contar una historia, y si aceptamos esa temática puede llegar a resultarnos entretenida. El problema recae en que el ridículo aumenta a medida que pasan los minutos, logrando que el filme se vuelva interminable por sus minutos de relleno que ahondan en demonios, caprichos de los personajes y vueltas de tuerca que no logran convencer, como por ejemplo que no se pueda elegir “verdad” si los dos participantes anteriores ya dieron con esa opción. Lucy Hale hace lo que puede para transmitir que Olivia realmente está preocupada, no obstante queda súper inverosímil que mientras se vayan muriendo integrantes del grupo los demás actúen como si nada grave hubiera pasado. La policía sabe que algo raro ocurre pero tampoco parece importarle, así como los padres de las personas fallecidas a los que ni siquiera se hace mención. Como ya vimos en muchas propuestas de este estilo, sigue siendo ilógico que al googlear unas pocas palabras ya hallen la solución al conflicto o al sujeto culpable. “Verdad o Reto” deja mucho que desear teniendo en cuenta a su productora. Respecto al desenlace, parece una copia de la también fallida “La Llamada 3” (Rings, 2017) ya que el único objetivo consiste en dar pie a segundas y terceras partes donde se trate lo mismo con nuevos personajes.
Un sueño truncado “La Librería” (The Bookshop, 2017) es una película dramática co-producida entre Gran Bretaña, Alemania y España. Está dirigida y escrita por Isabel Coixet; ella se basó en la novela homónima de Penélope Fitzgerald publicada en 1978. El reparto incluye a Emily Mortimer (Karin en “Lars and the Real Girl”), Bill Nighy (James en “About Time), Patricia Clarkson (Ava Paige en “Maze Runner”), Honor Kneafsey y James Lance. La cinta ganó tres premios Goya (Mejor Película, Mejor Dirección y Mejor Guión Adaptado). Ambientada a finales de los años cincuenta, la historia gira en torno a Florence Green (Emily Mortimer), mujer viuda amante de los libros que desea abrir una librería en el pueblo costero de Hardborough, Inglaterra. Florence asiste a una fiesta lujosa donde conoce a Violet Gamart (Patricia Clarkson), la cual le deja claro que no está de acuerdo con su proyecto porque, para ella, allí debería instalarse un centro de arte. No obstante Florence seguirá su sueño y armará la librería en una casa abandonada llamada Old House. Todo parece andar bien hasta que Gamart comienza a utilizar su posición de poder para eliminar del vecindario a la señora Green. En sus primeros minutos, “La Librería” parece que va a tratar sobre cómo una nueva persona cambia la dinámica cotidiana de los habitantes de Hardborough al armar un negocio nunca antes visto en ese lugar. Se nos presenta a una protagonista soñadora, simple y simpática, que se relaciona con los demás y se da cuenta que en ese pueblo la gente no tiene el hábito de la lectura. Ese comienzo luce muy prometedor, sumándole un vestuario colorido y una fotografía exquisita, por lo que resulta una tremenda lástima que a medida que pasan los minutos la película decaiga de la manera en que lo hace. Muchos son los elementos que no terminan de funcionar. Por un lado está la innecesaria voz en off, que en el desenlace nos enteramos de qué personaje proviene; al tener casi dos horas de metraje, lo que más queremos no es que nos relaten lo que sucede sino verlo e interpretarlo por nosotros mismos. Por otra parte, el ritmo extra pausado sólo genera la sensación de que la cinta es interminable ya que no suceden grandes acontecimientos y se producen unos silencios alargados a más no poder. Pero el problema fundamental está en lo estereotipados que lucen los actores en sus roles. Increíble cómo la directora española desaprovechó a intérpretes de gran reconocimiento mundial tales como Patricia Clarkson o Bill Nighy. Así tenemos a la protagonista 100% buena, el viejito misterioso que no sale de su hogar y la mala ricachona que es cruel porque sí. Sólo se salva la pequeña Honor Kneafsey: ella le da vida a Christine, una niña elocuente que trabaja como ayudante de Florence en la librería. Lo que tiene para decir, junto a sus expresiones faciales, hacen que nos caiga bien desde su primera escena. Las referencias repetitivas a Ray Bradbury y mucho más a la novela “Lolita” sólo hacen notar que el filme tiene varios minutos de relleno, tiempo que se desperdicia con frases sobre el coraje y una incipiente relación amorosa que no conduce a nada. El final deja un mal sabor de boca pero no se puede negar que resulta inesperado. “La Librería” cuenta con una bella recreación de época y logra transmitir la especial armonía pueblerina, sin embargo la historia falla, siendo ésta lo primordial a tener en cuenta. Por más que los aspectos técnicos sean correctos, el espectador sale de la sala pensando que si Coixet se hubiera enfocado en la importancia de la literatura, la película hubiera sido otra cosa.
Bestias sueltas en la ciudad “Rampage: Devastación” (Rampage, 2018) es una película de acción dirigida por Brad Peyton y escrita por Ryan Engle, Carlton Cuse, Adam Sztykiel y Ryan J. Condal. Está basada (tomándose varias libertades) en el videojuego de arcade homónimo desarrollado por Midway Games, que fue lanzado en 1986. El reparto incluye a Dwayne Johnson (alias “La Roca”), Naomie Harris (Paula en “Luz de Luna”), Malin Akerman, Jake Lacy, Jeffrey Dean Morgan y Joe Manganiello. Davis Okoye (Dwayne Johnson), experto en primatología, prefiere pasar su tiempo con los animales en vez de con los humanos. En especial con George, un sabio gorila albino al que le salvó la vida de pequeño. Cuando tres cápsulas llenas de un misterioso humo caigan del cielo, George, un lobo y un cocodrilo se verán afectados debido a que aspiraron el experimento genético. Esto provoca que las tres criaturas se vuelvan enormes, agresivas y posean súper fuerza. Para evitar que los animales continúen destruyendo todo a su paso, y con el objetivo de que no le hagan daño a su fiel amigo, Davis se unirá a la ingeniera genética Kate Caldwell (Naomie Harris). Ella trabajó para la empresa que ocasionó este desastre, por lo que los dos harán hasta lo imposible para hallar el preciado antídoto que induce a la calma. Después de dirigir “Viaje 2: La Isla Misteriosa” (Journey 2: The Mysterious Island, 2012) y “Terremoto: La Falla de San Andrés” (San Andreas, 2015), Brad Peyton vuelve a elegir a Dwayne Johnson como protagonista. El resultado es más de lo mismo: un producto extra pochoclero lleno de explosiones, helicópteros que dejan de funcionar y edificios que se derrumban. Esto podría llegar a funcionar, sin embargo las incoherencias e inverosimilitudes del relato lo vuelven cada vez menos entretenido. “La Roca” mantiene el carisma que lo caracteriza y se puede notar el gran nexo de amistad que construyó con el gorila. Lo que no se puede dejar pasar es que sea humano y a la vez invencible, ya que por más de recibir disparos, él corre, lucha y salta como si nada. Por otro lado, los efectos especiales que se utilizan para mostrar las catástrofes ocasionadas por los animales están bien logrados así como el diseño del simio; pero el del lobo no logra convencer dado que luce muy falso cuando la cámara decide enfocarlo de cerca. Ni hablar de sus habilidades: ninguna persona que use la razón puede llegar a creerse que un lobo tenga alas o espinas y que sólo las use en determinado momento. Los villanos toman decisiones ilógicas, la música drámatica e imponente abruma y las escenas de acción consisten en disparar repetitivamente a las criaturas, hecho que ya en un principio los mismos personajes se dan cuenta que no va a dar resultado. En un momento determinado tanto la acción como el sonido se detienen y uno cree que el desenlace está por llegar. Error: se vuelve sobre lo mismo en escenas híper alargadas e innecesarias. Algunos chistes del guión generan risas, mientras que otras líneas se sienten trilladas. Además, no se entiende por qué el director quiso hacernos creer que los estudiantes de primatología tendrían protagonismo durante el resto del metraje. Luego de los primeros minutos, se decide no tenerlos más en cuenta a pesar de que en el comienzo se les dio una introducción. Al no aportar nada innovador al género, “Rampage: Devastación” se convierte en una más. Se deja ver y puede que la disfrutes a pesar del tiempo que tiene de sobra y sus variadas equivocaciones. Lo que es seguro es que no quedará en la memoria de nadie luego de salir de la sala.
La lucha es de todos La educación en movimiento es un documental dirigido, escrito y producido por la licenciada en Sociología Malena Noguer y el profesor de Filosofía y Ciencias de la Educación Martín Ferrari. Fue filmado durante los años 2015 y 2016, abarcando 40000 kilómetros de América Latina. Durante 500 días de rodaje se consiguieron más de cien entrevistas a diversas organizaciones sociales. Simultáneamente al estreno en Argentina, la película saldrá en México, Ecuador, Colombia, Venezuela, Brasil, Bolivia y Perú. Con imágenes de autopistas y vecindarios grabados mediante un drone, combinados con una música alegre y videos de protestas en las calles, la película nos da una vaga idea de las temáticas en las que se enfocará. Para que los relatos no se vuelvan tediosos, se tomó la decisión de dividirlos por cada país y región con una animación dinámica que también especifica en qué asentamiento de educación popular se profundizará en los siguientes minutos. Así conoceremos al Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra en la capital del agronegocio de Brasil, el Movimiento Campesino en Santiago del Estero, Argentina, el Consejo Regional Indígena del Cauca en Colombia y muchos establecimientos más que se dedican a formar a la clase trabajadora a través de la lucha colectiva por los derechos. La cámara en vez de ser un personaje más actúa como testigo de lo que sucede en cada lugar, por lo que el espectador logra adentrarse en los debates ideológicos que van desde la cantidad limitada del agua hasta la libertad de expresión. Aparte el documental cuenta con entrevistas a investigadores, educadores y estudiantes que narran tanto lo que aprenden allí como las problemáticas actuales a las que se enfrentan. El film solo da un pantallazo de lo que ocurre, que logra ser suficiente para dar ganas de conocer más sobre cada movimiento social. No obstante hay algunas cuestiones que se mantienen latentes en toda América Latina: la idea de la comunidad, la educación como sinónimo de evolución y la lucha por generar un cambio social para que el capitalismo no produzca la segmentación. Las diferencias entre cada movimiento social son inevitables, sin embargo estas buscan la complementación para llegar a la revolución. Dialogan, se respetan y escuchan. La película logra dejar un gran mensaje de inclusión, defensa de la cultura y el territorio. Se mete de lleno en la exuberante cantidad de femicidios, el machismo, la discriminación hacia la comunidad LGBT y las marchas realizadas en las calles como único fin para conseguir derechos tan necesarios como el aborto legal, seguro y libre. Se percibe cómo estos asentamientos populares dan oportunidades a los que de chicos no las tuvieron (por ejemplo en la Escuela Mujeres de Frente de Ecuador se les enseña a las señoras a leer y escribir así como se les inculca el valor que tienen como mujeres). El fin primordial nunca tiene fines de lucro sino que busca crear sujetos activos que tengan argumentos y criterio para decidir. La educación en movimiento nos muestra que aún queda un largo camino por recorrer ya sea en la lucha contra los transgénicos, los derechos que les fueron quitados a los aborígenes o la justicia que parece inexistente en cuanto a las miles de mujeres violadas o asesinadas; sin embargo, la forma en la que se manejan estos bachilleratos, viviendo en lucha y expresando sus opiniones quitándose los prejuicios, constituye un enorme paso adelante que da esperanzas hacia el futuro.
Vivir de la música Los hermanos karaoke es una comedia nacional dirigida, escrita y producida por Cine Humus, un colectivo de artistas compuesto por Agustín Gregori, Bernardo Francese e Ignacio Laxalde (los dos primeros también la protagonizan junto a Maru Zapata). La película se presentó por primera vez en la edición 2017 del BAFICI y este año vuelve a estrenarse en el Centro Cultural Recoleta. Mía (Maru Zapata) y Simón (Agustín Gregori) conforman el grupo de música Los hermanos karaoke; ellos cantan covers en cumpleaños, fiestas y eventos especiales donde también tratan de hacerse conocidos y vender sus primeros cds. La próxima cena show será en el hotel San Jorge de la Patagonia, durante la nochebuena. Para no gastar mucho dinero por la estadía, Mía y Simón deciden viajar a un camping. Con el anochecer ya manifestándose, los jóvenes se pierden y descansan en el coche. Cuando ya están profundamente dormidos, un hombre toca la ventanilla: es Alan (Bernardo Francese), un excéntrico sujeto que los conduce hacia el medio del bosque. En los siguientes días previos al show, Alan les enseñará su filosofía de vida, la importancia del ecologismo y las estrategias de marketing a tener en cuenta para triunfar en el mundo musical. No hay que analizar en profundidad este film si el objetivo es pasarla bien en la sala de cine. El absurdo está presente en todo momento y si uno acepta los términos en los que se maneja, con sus escenas bizarras y/o disparatadas, puede ser una película entretenida que saque alguna que otra sonrisa. Cabos sueltos los hay, como por ejemplo que no quede claro si Mía y Simón en realidad son novios o hermanos. Los cuadros en negro que dividen la película, con títulos raros tales como “Un pájaro embalsamado” o “El agua se quema”, no logran aportar nada relevante a la historia. A pesar que su duración solo es de 77 minutos, en la segunda mitad el film parece quedarse sin contenido ya que ahonda siempre sobre lo mismo, dejando de lado las risas que causaba en su comienzo. El personaje de Alan divierte por su forma de ser: descalzo para tener un contacto directo con la tierra, sus opiniones pro naturaleza contrastan con su pensamiento empresarial para que los protagonistas alcancen el éxito. Él quiere que Los hermanos karaoke compongan sus propios temas, algo en lo que Mía no está para nada de acuerdo porque “la gente quiere escuchar lo que ya conoce”. Con su lema de que no existen los sueños imposibles, Alan es el motor que los invita a reflexionar sobre sus respectivas visiones y misiones. Con imágenes bellas que muestran la vegetación patagónica, la música acompaña correctamente lo que viven estos alocados personajes (en especial una melodía repetitiva que resulta muy pegadiza). Al fin y al cabo, Los hermanos karaoke busca transmitir que cada uno tiene derecho a ser feliz persiguiendo sus sueños. Si disfrutás de las historias descabelladas, ésta podría ser una opción a tener en cuenta.
La familia es lo primero “Un Lugar En Silencio” (A Quiet Place, 2018) es un thriller dirigido, producido, protagonizado y co-escrito por John Krasinski, reconocido por la serie The Office (2005 a 2013). El reparto también incluye a su esposa Emily Blunt, Noah Jupe (Jack Will en “Wonder”) y Millicent Simmonds. La idea original de la película surgió de una historia escrita por Bryan Woods y Scott Beck; además ellos forman parte de la escritura del guión y son productores ejecutivos del filme. Ambientada en un futuro cercano, la cinta se centra en una familia compuesta por una pareja (Emily Blunt y John Krasinski) y sus dos hijos (Noah Jupe y Millicent Simmonds) que deben convivir en silencio ya que si producen algún ruido unas criaturas monstruosas y ciegas los matarán al instante. Primeros meses del año y ya tenemos a una de las mejores películas en su género gracias a la perfecta edición de sonido, la gran elección de casting y un objetivo bien definido: que lo que les toca atravesar a esta familia nos importe desde el comienzo, logrando que suframos con ellos y nos preocupe su bienestar. La atmósfera creada es increíble, haciendo que hasta como espectador no nos dé ganas de movernos en el asiento por miedo a producir algún ruido. Como pueden ver, el filme te mantiene tensionado durante sus 95 minutos de duración ya que nos muestra que el peligro está presente en todo momento y un simple descuido puede acabar con tu vida. Gracias al terror psicológico tan bien manejado, más de una situación consigue llevarnos las manos a la boca por el susto. La música constituye un buen acompañamiento no obstante las mejores escenas se dan cuando el silencio es absoluto y vemos cómo esta familia aprendió a vivir mediante lenguaje de señas, caminando descalzos o comiendo sin platos. El amor que se tienen se percibe en todo momento, dejando un mensaje clarísimo con el que los que ya son padres seguramente se sentirán identificados: el fin primordial consiste en proteger a los hijos, el foco de atención deja de estar en uno mismo. Todos sabemos lo excelente actriz que es Emily Blunt y no es para menos que vuelva a lucirse en esta producción. Sus gestos faciales traspasan la pantalla e inevitablemente nos ponemos en su lugar: el de una mujer embarazada que debe contener el llanto, los gritos y el dolor. La cinta nos hace reflexionar sobre cómo el ser humano vive produciendo o conviviendo en el ruido por lo que el silencio que vivimos durante el metraje resulta impactante, atronador y sofocante. Párrafo aparte y aplausos incluidos para los niños del reparto. Krasinski tuvo la sabia decisión de elegir a una joven sorda en la vida real para encarnar a la hija de la pareja (que también tiene esta discapacidad en la ficción). Imposible que Millicent Simmonds no sea súper creíble en su papel. Además su personaje carga con el sentimiento de la culpa, lo que genera que su comportamiento sea entendible. Por otro lado, con sólo ver la cara de Noah Jupe sabemos todo el temor que tiene dentro de él. “Un Lugar En Silencio” combina el terror con el drama de una forma sublime, no da respiro y logra emocionar. Imperdible no sólo para los fanáticos del género sino también para cualquiera que quiera ver una propuesta original con personajes empáticos e inteligentes.
El planeta merece ser salvado “Mazinger Z Infinity” (2017) es una película japonesa animada de ciencia ficción. Está dirigida por Junji Shimizu y escrita por Takahiro Ozawa, basándose en el manga de Go Nagai. Las voces están puestas por Shôtarô Morikubo, Ai Kayano, Sumire Uesaka, Junpei Morita y Unshô Ishizuka. El filme se estrenó con motivo del cuadragésimo quinto aniversario de la popular serie de animé, que tuvo su primera emisión en televisión en 1972. Funciona como continuación directa de “Great Mazinger” (1974). El científico Koji Kabuto tendrá que volver a pilotear al legendario robot Mazinger Z, alojado en un museo, porque el Doctor Infierno pretende acabar con la humanidad. Resulta complicadísimo analizar una película que está diseñada única y exclusivamente para los fanáticos de estos personajes. Desde un primer momento somos testigos de una pelea de robots, sin tener en claro qué está sucediendo. Luego se nos muestra lo que ocurrió seis meses antes, pero nunca se da una breve explicación de los hechos pasados por lo que el filme tiene una clara intención de dejar de lado al que no conoce el manga o serie. Esto produce una segmentación brusca hacia el público, que da como resultado dos grupos: unos cuantos que saldrán del cine con una idea vaga de lo que observaron y muchos otros que amarán la cinta ya que les rememoró directamente a su infancia. Lamentablemente me hallo en el primer grupo, por lo que mi percepción de la franquicia se basa sólo en este filme. Con una duración de una hora y media, lo que más se espera de Mazinger son las feroces batallas. Éstas se hacen desear, dándonos toda una primera parte muy hablada que se destaca por la repetición constante de las palabras “energía fotónica”. Los escenarios son bellos, en especial los paisajes armoniosos del monte Fuji así como las imágenes de la ciudad o de un tren en movimiento. Cuando el combate aparece en escena, lo hace de forma legendaria, incluyendo estrellas que sirven como cuchillos, puños voladores, misiles, balas que salen expulsadas del pecho del robot y bombas que cuando explotan se asemejan a los fuegos artificiales. Algunas peleas que se inician en tierra acaban en el cielo, siendo atractivas de ver en todo momento por más que a veces se genere una gran confusión sobre quiénes son los robots buenos y cuáles son los malos. Pero la película no se basa sólo en la acción sino que también ahonda en temáticas interesantes tales como el concepto de familia, la ayuda al planeta mediante un mínimo esfuerzo (que si toda la población coopera logra hacer un cambio rotundo), los sentimientos en una mujer que en realidad es una máquina, las otras dimensiones/mundos paralelos y, por parte del villano, la creencia de que la humanidad no merece otra oportunidad ya que el ser humano no es capaz de aceptar una opinión distinta sin ir a la confrontación física. “Mazinger Z Infinity” probablemente deje súper contentos a los que crecieron viendo la serie de animé, pero para los que no están familiarizados con Koji Kabuto y sus aventuras, mejor dejarla pasar.
Al lado de la magia. “Proyecto Florida” (The Florida Project, 2017) es una película dramática dirigida por Sean Baker, reconocido por la cinta Tangerine (2015). También co-escribió el guión junto a Chris Bergoch. El reparto incluye a los niños Brooklynn Prince, Valeria Cotto, Christopher Rivera y Aiden Malik. Además cuenta con las actuaciones de Bria Vinaite, Willem Dafoe y Mela Murder. Dafoe estuvo nominado al Óscar como Mejor Actor de Reparto y Brooklynn Prince se alzó con la estatuilla de Mejor Intérprete Joven en los Critics’ Choice Movie Awards. En el barato motel “Castillo Mágico”, ubicado en los alrededores de Disney, Moonee (Brooklynn Prince), una nena de seis años, pasa el verano con sus amiguitos vecinos Scooty (Christopher Rivera) y Dicky (Aiden Malik). Sus formas de divertirse muchas veces enojan a Bobby (Willem Dafoe), gerente del lugar que a la vez los quiere y protege de los peligros de la zona. Halley (Bria Vinaite), madre soltera de Moonee, recurrirá a métodos reprochables para pagar la renta y mantener a su hija. A través de los ojos de la pequeña Moonee, Sean Baker nos sumerge en la infancia, esa etapa llena de imaginación e inocencia en la que la amistad es fundamental. Pero acá los nenes no son precisamente agradables: escupen autos, dicen malas palabras, faltan el respeto a los mayores, se meten donde no deben y ensucian con helado el piso flamante de la recepción. Aunque muchas veces podamos llegar a considerarlos insoportables, al pensar en el ámbito en el que viven todo encaja: la manera en la que se los está criando es distinta y ni siquiera tienen un hogar permanente. Para muchas personas del reparto éste es el primer filme en el que actúan, lo cual parece imposible de creer ya que todos dan destacables interpretaciones. En especial Bria Vinaite, a la cual el director halló por Instagram. La joven encarna a Halley, una madre que no actúa como tal: es desubicada, fumadora y grosera; no le importa que las reglas no se respeten y los límites en su hija son inexistentes. Para subsistir recurre a Ashley (Mela Murder, también es la primera vez que actúa), mamá de Scooty que trabaja en un local de comidas rápidas y le pasa a escondidas algunos alimentos a Moonee. Sus acciones para conseguir dinero se vuelven cada vez peores, pero se nota que Sean Baker nunca pretende juzgarla sino mostrar la realidad que atraviesan un montón de mujeres. A pesar de los errores de Halley, cuando está con Moonee podemos ver el amor que le tiene, quizás más parecido a un amor entre hermanas por el gran entendimiento que hay entre ellas. Esto pone al espectador en una situación compleja: por más que los personajes no nos caigan del todo bien, la empatía se genera igual por lo que les toca vivir. No se puede dejar pasar la espectacular fotografía de Alexis Zabe, mexicano que captura la inmensidad del cielo así como los colores lila, naranja y verde en todo su esplendor. La tonalidad pastel en la que se mueven los niños otorga una belleza especial, que contrasta con los padecimientos de la clase social baja. “Proyecto Florida” es una cinta tan dura como necesaria ya que refleja cómo dos realidades 100% diferentes pueden co-existir a pocas cuadras de distancia. Enoja que una película con un mensaje de alerta tan importante haya sido casi ignorada en la temporada de premios, pero por lo menos se reconoció la enorme labor de Brooklynn Prince, niña que si continúa por este camino tiene asegurado un futuro brillante.
Perdido en el universo. “Un Viaje en el Tiempo” (A Wrinkle in Time, 2018) es una película de fantasía dirigida por Ava DuVernay, reconocida por el drama “Selma” (2014). El guión fue escrito por Jennifer Lee y Jeff Stockwell en base a la novela homónima publicada en 1962 de Madeleine L’Engle. Ésta conforma la segunda adaptación del libro ya que en 2003, también por Disney, fue lanzado un filme sólo para la televisión. El reparto está compuesto por los niños Storm Reid, Deric McCabe, Levi Miller (Peter Pan en “Pan”) y Rowan Blanchard; también por los adultos Oprah Winfrey, Reese Witherspoon, Mindy Kaling, Michael Peña, Chris Pine y Zach Galifianakis. Meglet (Storm Reid), una chica de 13 años que es burlada en la escuela, fue criada con mucho amor por sus dos padres científicos y se lleva bien con su hermanito Charles Wallace (Deric McCabe), el cual fue adoptado. Pero ya nada es igual desde que Alex Murry (Chris Pine), su papá, desapareció hace cuatro años sin dejar rastros. Con la inesperada aparición de tres mujeres poderosas que se hacen llamar señoras “Qué” (Reese Witherspoon), “Cuál” (Oprah Winfrey) y “Quién” (Mindy Kaling), Meg viajará por el universo junto a Charles y su reciente amigo Calvin (Levi Miller) para descubrir en qué planeta quedó extraviado su padre. Al ver esta película uno no puede evitar preguntarse qué se le cruzó a Disney por la cabeza para brindar tan terrible producto cinematográfico. Y es que la cinta no tiene razón de ser: por más que haya un gran despliegue visual lleno de los más brillantes colores, el guión falla por donde se lo mire. Desde el comienzo la conexión con los personajes no se logra y lo previsible que resulta el relato sólo consigue hacernos dar cuenta que las casi dos horas de duración son inconcebibles para lo que se quiere contar. Los mensajes que se pretenden transmitir al espectador son buenos, tales como la aceptación de uno mismo, las apariencias, el amor de familia y el mal que convive en cada ser humano. Sin embargo, éstos son tratados de una forma totalmente superficial y acartonada, con frases que parecen salidas de un libro de autoayuda. La emoción que se quiere dar nunca llega a destino porque no existe la naturalidad, sino que todo queda forzoso. De las tres viajeras astrales, la única que llama la atención y aporta frescura es Reese Witherspoon. Mindy Kaling tiene escasos momentos en los que sólo se dedica a recitar frases célebres, haciendo que su personaje sea intrascendente. Oprah, ultra maquillada con brillos, en ciertas escenas tiene su cuerpo agrandado al máximo en comparación a los demás, queriendo dar la apariencia de una mujer con sabiduría superior (pero lo que realmente nos hace pensar es en lo ridículo que lucen esos efectos especiales). Por el póster promocional uno cree que las tres mujeres poderosas tendrán un protagonismo importante, no obstante a mitad de la película desaparecen y le ceden el foco absoluto al niño Deric McCabe. Enorme error. El chico otorga una interpretación tan sobreactuada como insoportable en la que no se puede creer que la elección de casting haya sido tan mala. Por otro lado, Levi Miller encarna a Calvin, que surge en la historia sin ningún tipo de desarrollo y se une a la aventura porque sí. Sus líneas tampoco lo ayudan: se la pasa diciéndole a Meg qué lindo cabello posee, tema de conversación cero creíble en chicos de esa edad. En “Un Viaje en el Tiempo” la travesía de Meg se vuelve insulsa por más que los paisajes sean ostentosos y el maquillaje esté lleno de glitter. Lo único que se puede sacar como positivo son las risas provocadas durante el metraje, que para nada fueron buscadas sino que surgen de las diversas incoherencias del filme.
La fiel discípula de Jesús “María Magdalena” (Mary Magdalene, 2018) es una película bíblica dirigida por el australiano Garth Davis, reconocido por la nominada al Óscar “Un Camino a Casa” (Lion, 2016). El guión estuvo a cargo de Helen Edmundson y Philippa Goslett. Cuenta con las actuaciones de Rooney Mara, Joaquin Phoenix, Chiwetel Ejiofor, Denis Ménochet, Tahar Rahim e Irit Sheleg. María Magdalena (Rooney Mara), joven que proviene de una familia estricta, decide unirse a Jesús (Joaquín Phoenix) cuando él viene a predicar a su pueblo. A algunos discípulos, en especial a Pedro (Chiwetel Ejiofor), les costará aceptarla en el grupo. María conocerá a la madre de Jesús, lo escuchará y acompañará en sus momentos más difíciles. Al acercarse la Pascua, Rooney Mara llega a los cines en la piel de esta mujer tan controversial. Que si era prostituta, que si mantuvo una relación romántica con Jesús de Nazaret… varias son las versiones en las que se tomó a la figura de María Magdalena de forma equivocada. Gracias al relato de Garth Davis, conoceremos la historia auténtica de una vez por todas. La película nos presenta a Magdalena como una persona solidaria, inocente y capaz de elegir qué hacer con su vida a pesar de no contar con el apoyo de su padre. Ella es la que no quiere casarse con el pretendiente que le designaron, la que los demás creen que está endemoniada por salir en la noche a rezar sola. Cuando Jesús llega a Magdala, María ve como él realiza milagros y a través de su palabra se da cuenta que su destino no está en su pueblo sino a su lado. Apóstol de los apóstoles, Magdalena lava los pies de Jesús y va conociendo a los demás discípulos, entre ellos al traidor Judas (Tahar Rahim). La cinta, con una fotografía oscura llena de paisajes con tierras áridas, consigue dar una imagen feminista de María y colocar a la mujer en un rol tan relevante como el del hombre. Esto se puede observar en varios momentos del film, pero en particular cuando Jesús da una charla sólo a las mujeres, en las que les comunica que deben seguir el mandato de Dios y no el de sus maridos. Rooney Mara logra transmitir la pureza, piedad y bondad de Magdalena sólo con sus profundas miradas. Sin embargo, uno se queda con la sensación de que las líneas que le dieron fueron muy escasas. También hubiese sido más satisfactorio que María escuche más enseñanzas de Jesús y no que se le una ya al primer sermón. A partir de la entrada de Jesús a Jerusalén, el foco pasa a estar puesto en él y la película pasa a ser más de lo que ya vimos muchas veces (Jesús herido caminando con la cruz en la espalda, siendo crucificado y sufriendo). Aunque Joaquin Phoenix interprete bien su rol, era muchísimo más interesante ver los hechos desde el punto de vista de María Magdalena. Con un ritmo lento que puede no convencer a muchos, la cinta remonta en su desenlace al volver a centrarse en la mujer, la única que vio a Cristo vivo luego de su muerte y la encargada de llevar la buena noticia a los demás discípulos. Más discursos como el del desenlace era lo que esperábamos de ella, no obstante “María Magdalena” logra reivindicar a la joven que nunca dudó en respetar las acciones del Mesías por más que fueran incomprensibles para el razonamiento humano.