Dos amigos frente a la adversidad “Contra lo imposible” (Ford v Ferrari, 2019) es una película biográfica de drama y acción dirigida por James Mangold (Inocencia interrumpida, Logan) y co-escrita por Jez Butterworth, John-Henry Butterworth y Jason Keller. Protagonizada por Matt Damon y Christian Bale, el reparto se completa con Josh Lucas (Una mente brillante), Tracy Letts (Lady Bird), Caitriona Balfe (Outlander), Noah Jupe (Un lugar en silencio), Jon Bernthal (Baby driver), Ian Harding (Pretty little liars), Ray McKinnon, entre otros. El filme tuvo su premiere mundial en el Festival de Cine de Telluride que se realizó a fines de agosto. Ambientada en la década de los 60, la historia gira alrededor de Carroll Shelby (Matt Damon), un diseñador de autos que es contratado por Henry Ford II (Tracy Letts) con el objetivo de construir un vehículo de carreras ultra veloz que pueda vencer al legendario Ferrari en las 24 Horas de Le Mans, corrida de resistencia más prestigiosa del mundo que se realiza en Francia. Al estar en quiebra, Ford busca marcar tendencia en el automovilismo, tarea complicada teniendo en cuenta que Ferrari se alzó con la victoria de Le Mans en 1958 y cada año desde 1960 a 1965. Con muchas dudas, Shelby tiene algo muy en claro: el piloto debe ser el profesional Ken Miles (Christian Bale), veterano de guerra y hombre de familia que no se encuentra en un buen momento económico a pesar de sus grandes habilidades. Cuando Carroll le comunique a Ford que Miles es el piloto indicado para ganar la carrera, la empresa no estará para nada conforme debido a que Ken no resulta una buena imagen para la marca. De esta manera, Carroll Shelby se encontrará ante una encrucijada decisiva. Divertida, apasionante y adrenalínica, “Contra lo imposible” es de esas películas que da placer ver en la pantalla grande por muchísimos motivos. Por empezar, el filme de dos horas y media de duración nunca llega a sentirse pesado ni aburrido gracias a un guión súper bien construido que mantiene enganchado al espectador desde el inicio, logrando que el tiempo vuele al estar sumamente interesados en lo que les ocurre a los personajes principales. En cuanto a éstos últimos, el director se toma su tiempo para presentárnoslos, por lo que la empatía se genera de inmediato al conocer sus esfuerzos, ambiciones y dificultades. Tanto Christian Bale como Matt Damon brillan en esta producción en la cual no se necesita conocer nada sobre el automovilismo para poder disfrutarla. Ahí es donde recae uno de los grandes aciertos de la obra: James Mangold no quiso contar otra historia de carreras más, sino que su prioridad fue reflejar el lado humano de estas personas que tenían en su contra a la propia empresa donde trabajaban. Aunque el título que se decidió darle en Argentina no es acertado, tampoco lo es el original, ya que Ferrari no es tan importante en el relato como sí lo son los chanchullos dentro de la corporación Ford. Más que versus Ferrari, la película es una muestra de la amistad de dos trabajadores que están dentro de una empresa que no los valora por dar mayor importancia al marketing y al negocio. La dupla compuesta por Ken Miles y Carroll Shelby funciona a la perfección porque, a pesar de tener personalidades opuestas, lo dos dan todo de sí para cumplir un único objetivo. Mientras que Miles es impulsivo, peleador e irrespetuoso, Shelby es más estratégico y calmo. Complementados, son dinamita. Los personajes secundarios tampoco se quedan atrás. Josh Lucas como Leo Beebe, ejecutivo de Ford, consigue ser un villano tan detestable y embaucador que dan ganas de meterse en la pantalla a pegarle una trompada. Por otro lado, Caitriona Balfe interpreta a Mollie, esposa de Ken que no tiene miedo a expresar lo que piensa en un ambiente sumamente masculino. Sin embargo, el que más se destaca es el niño Noah Jupe, que encarna al hijo de Miles. La relación con su padre está desarrollada de una forma bellísima, siendo el nene el que otorga la cuota emocional genuina desde sus transparentes gestos y preguntas. Si decidís ver esta película por las carreras de autos, también vas a salir de la sala satisfecho ya que las secuencias de las diversas corridas son alucinantes. Con una edición de sonido impecable y unos planos vertiginosos, las competencias están tan bien filmadas que ni siquiera vas a tener ganas de pestañear para no perderte nada de lo que ocurre. Los percances, las condiciones climáticas y la presión forman parte de un evento inigualable y atractivo que también puede llegar a ser fatal. Con una dirección grandiosa, un guión excelente, actuaciones a la altura de las circunstancias y una fotografía que por sí sola merece ser apreciada en cine, “Contra lo imposible” sin lugar a dudas se convierte en una de las mejores películas del año. La camaradería entre Shelby y Miles es el centro de esta historia bien ejecutada que debería contar con varias nominaciones en las próximas premiaciones.
El camino a la sanación Dirigido, escrito y coproducido por Daiana Rosenfeld, el documental “Mujer medicina” (2019) nos presenta a Fedra Abrahan, una mujer de 40 años que vive en Mar del Plata y trabaja como sanadora utilizando plantas sagradas. Todos los años Fedra viaja a Perú para experimentar con medicinas ancestrales. En esta oportunidad, seremos testigos del recorrido espiritual que realiza Fedra para encontrarse a sí misma y poder sobrellevar de una manera más liviana y consciente el duelo por el fallecimiento de sus padres. A través de cuatro días de ayuno en la selva amazónica y la montaña peruana, el filme nos permite conocer un poco más sobre los curanderos de los pueblos y sus creencias. Con ceremonias particulares y el convencimiento de que hay que respetar a las plantas porque cada una tiene su espíritu, la película puede tornarse demasiado pesada y aburrida para los que no les interesa en lo más mínimo el tema. Sin embargo, la mezcla de sonidos de la naturaleza tales como el agua de una cascada o el cantar de los pájaros logra generar una experiencia introspectiva llena de armonía y calma. Una fogata, la Luna, las estrellas, la niebla, mariposas posadas en una hoja, flores, vaquitas de San Antonio, coloridos peces y el cambio de las nubes debido al viento son solo algunas de las imágenes que nos llevan a entender el proceso de sanación que está atravesando Fedra, el cual está marcado por una apertura de consciencia que no es para cualquiera. Con la esperanza de poder recuperarse y recobrar energías, la mujer pasa por diversas etapas: toma ayahuasca para soltarse, consume líquidos para limpiar su organismo, convive con otras personas que también subieron a la montaña para comenzar una vida nueva y, por último, pasa esos cuatro días alejada del resto, en silencio y con una completa conexión con la tierra. Arduo pero gratificante, el proceso muestra cómo al sincronizarse con lo más natural se puede hallar la paz y salir fortalecido para aplicarlo a la rutina diaria de cada uno. Con guías y maestros conocedores de la capacidad que tienen las diversas plantas sagradas, la obra también se toma su tiempo para explicar los principios de vida de la comunidad (agua, aire, fuego y tierra). En conclusión, “Mujer medicina” es un documental que la mayoría de personas no está acostumbrado a ver, ya que como seres humanos nos cuesta muchísimo tener la paciencia necesaria como para ver a otros pasar sus días sin hacer nada para conseguir un propósito espiritual satisfactorio. Solo recomendado para los que tengan la mente abierta y busquen bajar los decibeles del bullicioso mundo que habitamos.
El laberinto del tiempo “La forma de las horas” (2019) es una película nacional independiente dirigida y escrita por Paula de Luque. Realizada sin el aporte del INCAA, el reparto incluye a Julieta Díaz (Corazón de león, Refugiado) y Jean Pierre Noher, aparte de contar con la participación especial de la bailarina Paula Robles. Filmada durante solo nueve días y con nueve meses de postproducción, la obra tuvo su estreno en el prestigioso Festival Internacional de Gramado, evento en el cual Julieta Díaz recibió el premio a la Mejor Actriz. Además, la cinta está seleccionada en la Sección Oficial del Festival Internacional de Cine de El Cairo. Sin una estructura narrativa lineal, el filme cuenta la crónica de un derrumbe amoroso en 24 horas. Fernando (Jean Pierre Noher) deja a su pareja Ana (Julieta Díaz) y desde ese momento ella comenzará a escribir y recordar los momentos que vivió con él, entrando en una dimensión donde pareciera que el tiempo corre distinto. Con una sentida música original compuesta por Leo Sujatovich e interpretada por músicos de la Filarmónica de Buenos Aires, la nueva producción de Paula de Luque peca de pretenciosa y reiterativa. Supuestamente la directora quiere tocar temas como el dolor de una separación, el olvido, lo intrincada que es la memoria y lo efímero que resulta el tiempo. Sin embargo, estos tópicos no son explorados como se debe ya que el guión no cuenta con un hilo conductor, sino que es un rejunte de diferentes momentos que no llevan a nada en concreto. Dividida por números (1, 2, 3…) que vendrían a ser capítulos, lo peor que sucede en esta película es que no se entiende. Sin coherencia ni sentido, las explicaciones brillan por su ausencia. Nunca vamos a saber por qué Fernando dejó a su mujer, cómo es la relación de Ana con sus hijos, qué relación tienen los bailes de Paula Robles, etc. De esta manera, llega un punto en el que el espectador se rinde y solo se dedica a contemplar a la protagonista. Julieta Díaz logra dar una buena interpretación a pesar de que resulta imposible empatizar con un personaje del que se sabe tan poco. Flotando en una piscina, acostada en la playa o entre álamos, Ana es una protagonista tan pensativa como indescifrable. Ni siquiera en una escena de duplicación (hay dos Anas hablando entre sí) se consigue entender qué pasa por la mente de esta persona. Olvidable casi de inmediato, “La forma de las horas” fracasa estrepitosamente al querer retratar el amor/desamor. Sin generar ningún tipo de profundidad emocional, la película debería haber contado con un guión mínimamente decente para salir a flote.
Desencuentros en la Gran Manzana “Un día lluvioso en Nueva York” (A rainy day in New York, 2019) es una comedia romántica dirigida y escrita por Woody Allen. Protagonizada por Timothée Chalamet (Llámame por tu nombre, Lady bird) y Elle Fanning (Super 8, Mary Shelley), el reparto se completa con Selena Gomez (Monte Carlo), Liev Schreiber, Jude Law, Diego Luna Cherry Jones, Kelly Rohrbach, Rebecca Hall, Suki Waterhouse, entre otros. El filme fue seleccionado para abrir la noche en el Festival de Cine estadounidense de Deauville. La historia gira en torno a Gatsby Welles (Timothée Chalamet) y Ashleigh Enright (Elle Fanning), dos jóvenes que se conocieron en la universidad de artes liberales de Yardley y comenzaron una relación. Al ser reportera estudiantil, a Ashleigh le asignaron entrevistar a Roland Pollard (Liev Schreiber), un famoso director de cine que está próximo a estrenar una nueva película. El encuentro debe darse en Manhattan, por lo que Gatsby ve esto como la oportunidad perfecta para acompañar a su novia y pasar unos días allí mostrándole los lugares turísticos más lindos de la Gran Manzana. Sin embargo, los planes de Gatsby no salen de acuerdo a lo planeado ya que Ashleigh se verá involucrada en una serie de acontecimientos inesperados con Pollard, el guionista Ted (Jude Law) y el reconocido actor Francisco Vega (Diego Luna). Decepcionado y triste por no poder usar esas mini vacaciones para reconectar con Ashleigh, Gatsby se encontrará de casualidad con Chan (Selena Gomez), estudiante de moda que es hermana de su ex novia. Encantadora, graciosa y entrañable. Las películas de Woody Allen pueden tener personajes parecidos o abordar temáticas ya tratadas en su filmografía, sin embargo cada vez que hay una nueva producción en cartelera la fórmula narrativa de este director continúa funcionando a la perfección. Este filme no es la excepción. Durante hora y media Allen logra que nos desconectemos del mundo real para embarcarnos en las aventuras de unos personajes súper bien desarrollados, que viven una serie de aventuras fortuitas en una Nueva York lluviosa que nunca lució tan mágica (en gran parte gracias a la bonita fotografía del italiano Vittorio Storaro, ganador de tres premios Óscar). Con tomas que transcurren en el Central Park, el lujoso bar del hotel Carlyle y el imponente Museo Metropolitano de Arte (“the Met”), la película atrapa al espectador desde el comienzo, ya sea por su inteligente guión, la atmósfera melancólica, las buenas actuaciones o la agradable banda sonora. Neurótico, singular y muy pensador, el personaje principal sin lugar a dudas nos recuerda a Allen, el cual no falla a la hora de tirar chistes sobre el judaísmo, el desapego a su familia de clase social alta o el manojo de nervios con el que lidia al ahogarse en un vaso de agua porque su novia está en una sintonía muy diferente a la de él. Por otro lado, Elle Fanning ilumina la pantalla con su emoción al tener en frente a uno de los directores que más admira. Charlatana y entusiasta, Ashleigh es la responsable de mantenernos con una sonrisa en la cara durante la mayoría del metraje. En cuanto a Selena Gomez, la cantante ya había demostrado sus dotes actorales al interpretar a la religiosa Faith en “Spring Breakers” (2012). Luego de varios papeles menores o de dar voz a personajes animados, por fin podemos verla en un rol que tiene mucho peso en la trama. Gomez se desenvuelve naturalmente en cada una de sus escenas y, aparte de tener gran química con Chalamet, sus líneas de diálogo son realistas e ingeniosas, logrando que uno se quede con ganas de verla en más películas que la tomen en serio. Aunque la subtrama sobre el pasado de la madre del protagonista queda bastante descolgada con lo que se venía narrando, “Un día lluvioso en Nueva York” es pleno disfrute. Gracias a un desenlace ideal, el filme consigue hacernos sentir felices por mucho tiempo después de que acabe.
Recuperar el control “Midsommar: El terror no espera la noche” (Midsommar, 2019) es una película de drama y horror dirigida y escrita por Ari Aster, reconocido por su debut cinematográfico “El legado del Diablo” (Hereditary, 2018). Coproducida entre Estados Unidos, Suecia y Hungría, la obra está protagonizada por Florence Pugh (Lady Macbeth, El pasajero). Completan el reparto Jack Reynor, Will Poulter (Las crónicas de Narnia: la travesía del viajero del alba), Vilhelm Blomgren, William Jackson Harper, Ellora Torchia, Archie Madekwe, Isabelle Grill, Hampus Hallberg, Henrik Norlén, entre otros. Luego de una tragedia familiar, la estudiante de psicología Dani (Florence Pugh) queda devastada. Al verla en ese estado, Christian (Jack Reynor), su pareja desde hace cuatro años, decide invitarla a un viaje que hará junto a sus amigos Mark (Will Poulter), Josh (William Jackson Harper) y Pelle (Vilhelm Blomgren). Este último es el que propone la idea de visitar la comunidad de Harga, ubicada en la provincia de Suecia llamada Hälsingland. Él tiene familiares allí y desea que los demás conozcan cómo se desarrolla la festividad del solsticio de verano en esa comuna ancestral. Aunque Christian estaba seguro de que su novia negaría la propuesta, Dani acepta ir. Así es como los cinco se embarcarán en una travesía perturbadora y psicodélica cada vez más atemorizante, en donde lo que más impacta sucede ante sus ojos, a plena luz del día. Nadie está preparado para la locura que es la nueva producción de Ari Aster. Impactante, violenta y sumamente incómoda de ver, la película se cuece a fuego lento para hacernos parte, en primera persona, de la manera de vivir de un grupo de personas que se rige por unas normas tan estrictas como shockeantes. Árboles ancestrales sagrados, sacrificios extremos, una biblia propia, runas, rituales de baile, ofrendas y alimentos de procedencia dudosa, entre otras cosas, componen una experiencia que, a medida que pasan los minutos, se va volviendo cada vez más y más terrible. Con una excelente edición de sonido y unos movimientos de cámara ingeniosos que recuerdan a su anterior película, el director fue capaz de contar a través del accionar de una secta pagana la liberación de una mujer común y corriente. A pesar de que el filme puede parecer muy pretencioso, una vez que el espectador se da tiempo a sí mismo para analizarlo y digerirlo, el mensaje queda claro. Potente y fuerte, la obra aborda lo insano que puede volverse una relación de pareja donde la atención no es la misma desde los dos lados, la pérdida, el duelo, el dolor de sentirse incomprendido por los demás, el miedo y el alivio que conlleva volver a sentirse parte de una familia y recuperar el control que se creía perdido. En cuanto a las actuaciones, Florence Pugh brilla al encarnar a un personaje con mucha carga emocional. No hay escena en la que su sufrimiento no luzca genuino y, a pesar de que las explicaciones sobre lo que está ocurriendo en el culto son ínfimas y lo que pasó en un principio con los seres queridos de Dani no se profundiza después, los gestos faciales de la actriz logran transmitir todo lo necesario para que sea muy fácil ponernos de su lado. Por otro lado, la fotografía y los planos están pensados hasta el más mínimo detalle, dando la sensación de que, al abarcar tanto campo, algunas cosas las estamos pasando de largo. Hay mucho para observar en un segundo visionado, además de que serviría verla de nuevo para captar qué quiere representar cada dibujo o cuadro que se ve en el filme. En Hälsingland parece que el Sol nunca va a ponerse, por lo que la iluminación juega un rol fundamental; junto con el vestuario (túnicas de una blancura extrema) y las alucinaciones en las que se sumergen los personajes al ingerir té de hongos, la experiencia cinematográfica se vuelve completamente cautivante. Aunque “Midsommar: El terror no espera la noche” puede tornarse excesivamente larga (dura dos horas y media), Ari Aster de a poco logra superarse y consolidarse como un gran exponente del género de horror. Con escenas gráficas que hacen retorcer al espectador en la butaca, la película llega a ser aún más inquietante por lo que queda a imaginación de cada uno. Solo apta para los fanáticos del terror que tienen estómago y no son de impresionarse.
La crisis de pareja “Amor de película” (2019) es una comedia romántica nacional que marca el debut como director de Sebastián Mega Díaz, que también se ocupó del guión junto a Sebastián Caulier. Filmada en CABA y en Vicente López, la obra está protagonizada por Nicolás Furtado y Natalie Pérez (es la primera película de ella). Completan el reparto Guillermo Pfening (Cromo) y Vanesa Butera (Simona), entre otros. En una tarde lluviosa, una compositora conoce a un muchacho en un bar. Cuando se corta la luz, se inicia la conversación. Luego, él se acerca a su mesa y le ayuda a terminar de escribir una canción. Así es como comienza “Chico conoce a chica”, el cortometraje dirigido por Martín Rivas (Nicolás Furtado). En esa producción que se grabó siete años atrás, Martín conoció a Vera Marino (Natalie Pérez), actriz de la que quedó perdidamente enamorado. Tal es así que cuando terminó el rodaje los dos iniciaron una relación. Mientras que la carrera de Vera continuó en ascenso, Martín aún no pudo dar el gran salto como director. Sin embargo, la oportunidad le llega cuando le ofrecen la propuesta de dirigir una miniserie en México. Esperanzado y ansioso, Martín pareciera solo tener ojos para su trabajo. Cuando Vera se entera que su novio tendrá que viajar el mismo día en el que ella tiene el estreno de su obra teatral unipersonal “El vivero real”, la relación penderá de un hilo. Fresca, tierna e híper sencilla, la primera película de Sebastián Mega Díaz gustará tanto a chicos como a jóvenes adultos. A pesar de contar con algún que otro cliché típico del género, esta producción tiene la ventaja de narrar una historia distinta a todas las demás. Esto sucede porque acá el conflicto no va sobre los inconvenientes que tienen que atravesar dos personas que recién se conocen para poder estar juntas, sino que el problema central está enfocado en qué es lo que pasa después, cuando la pareja ya lleva años siendo estable. ¿Qué pasa cuando ya se da por sentado el amor que te tiene la otra persona? ¿Puede la falta de atención destruir una relación? ¿Cómo afectan los cambios de personalidad al romance? Todas esas incógnitas plantea el filme, dándole una cuota de originalidad necesaria como también atractiva de ver. En cuanto al guión, no hay mucha profundidad con respecto a la personalidad de los personajes principales más que la descripción de cualidades que cada uno tiene dentro del cortometraje donde se conocieron (sus roles dentro de la película llegan a ser bastante parecidos a los que ellos están actuando dentro del corto). Sin embargo, los protagonistas salen bien parados gracias a la buena química que construyeron. Teniendo en cuenta que éste es su primer largometraje, Natalie Pérez se destaca por su naturalidad y su bellísima voz (canta “Un salto al vacío”, tema musical compuesto especialmente para el proyecto). Con un buen equilibrio entre escenas graciosas y momentos dramáticos, “Amor de película” se convierte en una producción agradable sobre las segundas oportunidades. Dulce y romántica, el filme retrata con éxito cómo es que la persona que tenemos al lado puede no estarlo por siempre si se la descuida.
Demonios físicos e internos “Doctor Sueño” (Doctor Sleep, 2019) es una película dramática de terror sobrenatural dirigida, escrita y editada por Mike Flanagan, el cual ya viene realizando varios filmes de calidad en este género como lo son “Oculus” (2013), “Hush” (2016) o “El juego de Gerald” (Gerald’s game, 2017), además de ser el responsable de la intrigante serie de Netflix “The Haunting of Hill House” (2018). Basada en la novela homónima de Stephen King publicada en 2013, esta producción funciona como secuela de “El Resplandor” (The Shining, 1980), película de Stanley Kubrick que adaptaba el best seller de King de 1977. Protagonizada por Ewan McGregor, el reparto se completa con Kyliegh Curran, Rebecca Ferguson (El gran showman), Emily Alyn Lind, Cliff Curtis, Zahn McClarnon, Alex Essoe, Carl Lumbly, Jacob Tremblay (La habitación), Violet McGraw, Henry Thomas, Bruce Greenwood (Endless love), Carel Struycken, entre otros. En 2011, Danny Torrance (Ewan McGregor) es un alcohólico con problemas de ira debido a los sucesos traumáticos que vivió de chico en el aislado Hotel Overlook. Escapando de sí mismo, Danny llega a un pequeño pueblo en donde un buen hombre llamado Billy Freeman (Cliff Curtis) le consigue hogar, trabajo en un hospital y, por sobre todo, le brinda ayuda para superar su adicción a la bebida. Pronto, Danny comenzará a recibir extraños mensajes en la pared de su casa. Éstos provienen de la mente de Abra Stone (Kyliegh Curran), una joven que también posee la cualidad de resplandecer, en mayor medida que él. Cuando Abra percibe la amenaza de un clan de demonios liderado por Rosie La Chistera (Rebecca Ferguson), a Danny no le quedará otra que intentar protegerla de estos seres que se alimentan del dolor y la muerte de las personas que tienen el don. Casi 40 años después de uno de los mejores filmes de horror de todos los tiempos, nos llega su segunda parte, centrándose en qué es lo que pasó con Danny Torrance en su adultez. Difícil tarea tenía Flanagan ya que es sabido que Stephen King no quedó satisfecho con la película que dirigió Kubrick, que en cambio sí funcionó para los espectadores y la crítica. De esta manera, el director decidió no dejar de lado ni a los fanáticos de los libros de King ni a los que admiraron la obra cinematográfica de 1980. ¿Consiguió su cometido? Sí, pero no por eso el resultado es del todo satisfactorio. Y es que al querer homenajear tanto a su predecesora, esta cinta sale perdiendo. La cantidad de referencias recalcadas a “El resplandor”, en especial durante el último acto, hacen que el tributo a Kubrick sea excesivo, añadiendo elementos que quedan muy forzados y no terminan funcionando. Uno de los mayores errores radica en la recreación de escenas con personajes de la anterior película, pero esta vez interpretados por otros actores. No solo es inverosímil, sino que descoloca al espectador. Sin embargo, cuando el director se esfuerza por añadir guiños sutiles sí se le agradece, ya que en esas escenas no se subestima la capacidad del público. Por suerte, esta secuela tiene más aciertos que errores. Por empezar, “Doctor sueño” se ocupa de mostrar con más detalle qué son capaces de hacer las personas que viven con la habilidad de resplandecer. Cada personaje está muy bien desarrollado y Flanagan se toma su tiempo para que conozcamos a cada uno, por lo cual ésta no es una película que apela al susto fácil o a los jump scares: el temor pasa por otro lado, es más atmosférico y genuino porque verdaderamente nos importa el bienestar tanto de Danny como de Abra. En cuanto a las actuaciones, Ewan McGregor fue la opción perfecta para encarnar al Torrance adulto, un hombre atormentado, melancólico y bastante callado que transmite una sensación de soledad adondequiera que vaya. Sin embargo, las mejores interpretaciones del filme son dadas por Kyliegh Curran y Rebecca Ferguson. La nena demuestra que tiene un prometedor futuro como actriz y Ferguson compone a una villana tan seductora como amenazante. Además, a pesar de que aparece muy poco en pantalla, Jacob Tremblay es parte de la mejor escena de horror. Por otro lado, cuando la película se enfoca en su propio conflicto alrededor de los demonios es cuando más se disfruta. Trucos mentales, una forma de alimentarse atemorizante sumado a unos sonidos insufribles constituyen la identidad propia de un filme que en su tercer acto se aleja de lo que tan bien había sabido construir. Los antagonistas funcionan en gran parte por su trasfondo, ya que tienen motivos lógicos para accionar de esa manera. Alejada de ser una maravilla, “Doctor sueño” es una digna secuela que encara tópicos tales como la represión de los miedos y la vida más allá de la muerte. Con un crecimiento notable del personaje principal entre el comienzo y el desenlace, la película deja bien en claro que no hay que ocultar nuestro verdadero ser.
Una forma discutible de obtener dinero “Estafadoras de Wall Street” (Hustlers, 2019) es una comedia dramática y policial dirigida, escrita y co-producida por Lorene Scafaria. Inspirada en un artículo viral del New York Magazine titulado “The Hustlers at Scores”, redactado por Jessica Pressler, la película cuenta en su reparto con Constance Wu (Locamente millonarios), Jennifer Lopez, Lili Reinhart (Riverdale), Keke Palmer, Julia Stiles (10 cosas que odio de ti), Wai Ching Ho, Madeline Brewer (The handmaid’s tale), Emma Batiz, Lizzo, Cardi B, entre otros. Tuvo su premiere mundial en el Festival Internacional de Cine de Toronto. En el año 2007, Dorothy (Constance Wu) trabaja en Moves, un club de stripers neoyorquino. Al ver la presentación de baile de la veterana Ramona Vega (Jennifer Lopez), Dorothy queda muy impresionada por sus movimientos y la confianza en sí misma, por lo que decide hacerse su amiga. Aliadas, las dos comienzan a ganar mucho dinero bailando juntas para los empresarios. Sin embargo, la crisis financiera de 2008 genera que la situación en el club cambie. Separada de su novio y madre de la pequeña Lily, Dorothy está sola de nuevo y necesita rebuscárselas para subsistir. Al volver a reunirse con Ramona, ésta tiene un plan brillante: coquetear con hombres ricos en bares, emborracharlos, drogarlos y sacarles la tarjeta de crédito. A pesar de saber que no está haciendo lo correcto, Dorothy se une al grupo integrado por Annabelle (Lili Reinhart), joven a la que sus padres la echaron de casa al enterarse cuál era su empleo, y Mercedes (Keke Palmer), la cual tiene a su pareja en prisión. Lideradas por Ramona, las mujeres gozarán de una economía fructífera por bastante tiempo, un panorama tan bueno que se volverá desalentador de la noche a la mañana por un mínimo error. Con un ritmo trepidante y una historia muy atractiva teniendo en cuenta que está inspirada en hechos reales, la directora Scafaria sorprende dándonos una película sólida que no se priva de nada durante las escenas dentro del club de stripers. Visto desde el punto de vista de la mujer que, por cierto, es una gran elección, el filme consigue que sigamos con entusiasmo las vidas de este grupo de amigas que solo desean tener el dinero suficiente para darles un buen futuro a sus hijas o poder mantenerse por sí mismas. A pesar de que sabemos que su método para tener un buen poder adquisitivo es sumamente erróneo (utilizan una droga que genera pérdida de memoria), las víctimas nunca nos llegan a dar pena ni lástima, por lo que la cinta se vuelve muy entretenida. En cuanto a las actuaciones, Jennifer Lopez brilla en cada momento que está en pantalla. Su papel requería de un gran entrenamiento físico y la actriz dio todo de sí para componerlo. Sin siquiera hablar en su primera escena, Ramona Vega ya impone respeto solo con su presencia. Por otro lado, Constance Wu, verdadera protagonista del filme, también hace un buen trabajo en la piel de Dorothy, una mujer que necesita dinero porque se preocupa por el bienestar de su abuela. Es a través de ella, que está siendo entrevistada por la periodista Elizabeth (Julia Stiles), que conoceremos cómo se fueron dando los hechos. Por otro lado, la música tiene un rol fundamental dentro de la producción. Cada canción encaja de forma perfecta con lo que está pasando en la escena, no solo por el sonido sino también por la letra (en especial cuando empieza a escucharse “Royals” de Lorde o “Beautiful Girls” de Sean Kingston). Además, la iluminación, fotografía y vestuarios complementan la atmósfera fiestera dentro del club nocturno. A pesar de que por la mitad de metraje el filme puede llegar a tornarse repetitivo con respecto a las compras de ropa y accesorios que pueden permitirse estas mujeres o la estrategia de engañar a diferentes empresarios, “Estafadoras de Wall Street” engancha, divierte y tiene más que suficientes aciertos para ser disfrutada en la pantalla grande. Después de las fallidas “Cercana obsesión” (The boy next door, 2015) y “Jefa por accidente” (Second act, 2018), es un deleite ver a Jennifer Lopez en un papel que le calza como anillo al dedo, con una directora que sí la toma en serio.
Un salto de fe “Crímenes imposibles” (2019) es un thriller policial nacional dirigido por Hernán Findling y escrito por Nora Leticia Sarti. Protagonizado por Federico Bal, el reparto se completa con Sofía Del Tuffo (Luciferina), Daniel Alvaredo, Gustavo Pardi, Carla Quevedo, Daniel Alvaredo, Marcelo Sein, entre otros. El filme se presentó en el Festival de Cannes dentro de la gala del Blood Window; también se proyectó en el Buenos Aires Rojo Sangre, el Frightfest de Londres y el BIFFF (Festival Internacional de Cine Fantástico de Bruselas). La historia gira en torno a Lorenzo Brandoni (Federico Bal), un investigador de homicidios que cuenta con un trágico pasado familiar. Determinado y serio, Lorenzo debe resolver un par de muertes que no parecen tener una resolución lógica. Cuando la monja Caterina (Sofía Del Tuffo) se comunica con él para confesar que ella es la culpable de estos asesinatos, lo que primero cree Brandoni es que la joven está loca. Sin embargo, los datos que otorga coinciden con los análisis que se hicieron de los diversos cadáveres. Así es como Lorenzo, por más que desde hace un tiempo no cree ni en Dios ni en el demonio, deberá enfocarse en cuidar que Caterina no vuelva a cometer otro acto atroz estando poseída al dormir. Gente que muere de manera inexplicable, exorcismos, un neuropsiquiátrico extraño, un sacerdote y una muchacha que luce inocente pero tiene al mal en su interior… los clichés están a la vista desde el vamos. No obstante, la película funciona en su mayor parte gracias al misterio que se le transmite al espectador sobre las víctimas, las cuales tienen dos aspectos en común: todas ellas fueron bautizadas de grandes y comparten un pasado lleno de sufrimiento. Por otro lado, que la monja afirme ser la artífice de los crímenes y que después también tenga el poder de convencer a una persona para que se mate (sin estar ella presente en la habitación) genera que la historia no pierda el ritmo ni el interés. Las locaciones elegidas, los efectos y la dirección no son el problema de esta producción que en muchas ocasiones parece querer copiarse de otras películas norteamericanas del género. El error aquí pasa por el guión, que presenta agujeros por todos lados. De un thriller policial se pasa a alguna que otra escena de terror muy bien ambientada para luego desencadenar en un drama aleccionador sobre el poder de la fe. Así es como el giro narrativo que se da en los últimos minutos del filme termina arruinando todo lo construido anteriormente, dejando bronca y decepción porque el misterio al final se resuelve de una forma cero convincente. En cuanto a la labor de los actores, Federico Bal hace lo que puede con las precarias líneas de diálogo que le tocaron. Lo mismo sucede con Sofía Del Tuffo, que en “Luciferina” (2018) salía mucho mejor parada. Carla Quevedo tiene una participación tan corta como en “El secreto de sus ojos” (2009), por lo que ni siquiera se puede armar una opinión. Marcelo Sein sí funciona al dar vida a Julio, compañero de trabajo de Lorenzo que por lo menos consigue sacar un par de risas. Con una música súper fuerte que llega a aturdir y no encajar, “Crímenes imposibles” termina echando a la basura, por culpa de su patético desenlace, la poca originalidad con la que contaba. Una lástima porque en un principio, a pesar de sus clichés, la historia resultaba atrapante.
Odiados por ser diferentes “Los locos Addams” (The Addams family, 2019) es una película animada de comedia que está dirigida por Greg Tiernan y Conrad Vernon. Escrita por Matt Lieberman, la producción está basada en los personajes creados por Charles Addams. Las voces originales son puestas por Chloë Grace Moretz, Charlize Theron, Oscar Isaac, Finn Wolfhard (Stranger things), Nick Kroll, Allison Janney, Elsie Fisher (Eighth grade), Bette Midler, Snoop Dogg, Chelsea Frei, entre otros. Al ser perseguidos por un grupo de humanos con antorchas durante la ceremonia de su casamiento, Homero (Oscar Isaac) y Morticia Addams (Charlize Theron) huyen a Nueva Jersey. Allí encuentran un asilo abandonado y embrujado que consideran perfecto para convertirlo en su hogar, ya que está en la cima de una colina y su aspecto, tanto exterior como interior, va a alejar a cualquier pueblerino chismoso. Trece años después, la familia ya cuenta con Pericles (Finn Wolfhard) y Merlina (Chloë Grace Moretz), hermanos que se quieren pero no pierden oportunidad para molestarse mutuamente. Mientras que el chico debe ser entrenado con espadas para el baile de la Mazurka (ritual típico de los Addams), Merlina comienza a interesarse por la vida más allá de su casa. Por otro lado, en el vecindario alejado de la colina vive Margaux (Allison Janney), una conductora de un programa televisivo de venta y decoración de ambientes. Al notar que la casa de los Addams desentona con la comunidad pintoresca que quiere mostrar en el episodio final de su show, la emprendedora pondrá a los vecinos en contra de los Addams y querrá cambiar la casa gótica y oscura tan característica del clan. Luego de la reconocida serie de televisión de 1964 y de las dos películas de los 90 dirigidas por Barry Sonnenfeld, “Los locos Addams” regresan en formato de dibujito con una historia de origen que apunta a ser disfrutada por toda la familia. Sin necesidad de conocer las anteriores obras que se hicieron con estos personajes tan inusuales, la película funciona por la gran cuota de humor que tiene, dándonos el balance perfecto de chistes físicos dirigidos al público más infantil y bromas más elaboradas que los adultos van a saber apreciar. Sarcástica, irónica y seria, el relato de Merlina es el que está mejor construido. Sus ganas de interactuar con chicas de su edad, cambiar su forma de vestir y despegarse del nido materno son un claro reflejo de la revelación adolescente y el proceso de crecer. Las peleas con su firme madre, que tiene el rol de líder dentro de la familia, nos presentan un choque de personalidades muy disfrutable de ver. Aunque el filme durante su segunda mitad pierde un poco la esencia que mantenía en un principio, son las moralejas que deja las que lo vuelven a sacar a flote. La unión familiar, lo mal que hace como sociedad el esparcir rumores (tanto de boca en boca como por redes sociales), el respeto hacia el otro y el orgullo que hay que tener por ser distinto a los demás son todos conceptos que hoy en día tienen más importancia que nunca y merecían ser tratados en una película apta para todo público. De esta manera, “Los locos Addams” se transforma en una película más que aceptable para que las nuevas generaciones conozcan a estos personajes tan especiales, fanáticos de la melancolía, los juegos extremos y los días tormentosos. A pesar de que la canción final interpretada por Migos, Snoop Dogg y Karol G deja bastante que desear por tener un sonido que no encaja para nada con la temática planteada, la cinta consigue que el espectador salga de la sala contento, tarareando y chasqueando los dedos.