Una vida patas para arriba “Last Christmas: otra oportunidad para amar” (Last Christmas, 2019) es una comedia romántica dirigida por Paul Feig (Damas en guerra, Un pequeño favor) y co-escrita por Emma Thompson, la cual creó la historia junto a su marido Greg Wise. Basada en la reconocida canción navideña del dúo británico Wham!, la cinta está protagonizada por Emilia Clarke (Juego de tronos) y Henry Golding (Locamente millonarios). Completan el reparto Michelle Yeoh, Lydia Leonard, Emma Thompson, Ritu Arya, Maxim Baldry, Patti LuPone, Margaret Clunie, Boris Isakovic, entre otros. La trama gira en torno a Kate (Emilia Clarke), una joven inmigrante de Yugoslavia que trabaja en una tienda londinense de accesorios de Navidad que permanece abierta durante todo el año. Luego de que el año pasado fuera complicado para su salud, Kate no se encuentra conforme con la vida que lleva: vestirse cada día de elfo para ir a trabajar le parece espantoso, la relación con su familia no es buena al punto de que prefiere dormir en la casa de algún amigo al que le sobre un sillón y la alimentación que lleva está lejos de ser saludable. No obstante, cuando Kate se tope afuera del negocio con el misterioso Tom Webster (Henry Golding), las cosas comenzarán a cambiar. Pocas semanas quedan para la llegada de las fiestas y, tanto en la cartelera como en las plataformas digitales, las producciones navideñas se empiezan a abrir paso. En este caso estamos ante una coproducción entre Estados Unidos y Reino Unido que derrocha diversión, risas, ternura y una chispa de magia. Con un guión sumamente entretenido, uno de los puntos fuertes del filme sin lugar a dudas es su protagonista. Ya habíamos visto en “Yo antes de ti” (Me before you, 2016) que a Emilia Clarke los papeles cómicos combinados con el romance le quedan perfectos. Esta no es la excepción ya que Clarke es el alma de “Last Christmas”: de entrada su Katarina (Kate como prefiere que la llamen) logra que nos interesemos por completo en la película. Por otro lado, los momentos dramáticos también están bien logrados. A pesar de que el trailer promocional no es recomendable de ver por lo mucho que puede llegar a spoilear, aparte de que el giro narrativo final no puede escapar al cliché y obviedad, la película plantea una crisis existencial que consigue emocionar por lo mucho que el espectador se puede llegar a sentir identificado. Incomprendida por la gente a su alrededor, Kate está atravesando una etapa en la que todo pareciera salirle mal, generando que ella llegue a pensar que es inservible. Tom será el encargado de hacerle cambiar su perspectiva de vida, dejándonos moralejas que para estas fechas vienen como anillo al dedo tales como lo bien que hace el ayudar al prójimo y la importancia de saber apreciar lo que cada uno tiene. Sin caer en el drama aleccionador superficial, la obra es ideal para ser disfrutada por toda la familia. Con una buena química protagónica y una banda de sonido súper pegadiza que incluye varios temas de George Michael, “Last Christmas: otra oportunidad para amar” tiene la dulzura y el encanto necesario para ser vista cada víspera de Navidad. Imposible salir de la sala de cine sin sonreír.
Una desquiciada costumbre familiar “Boda sangrienta” (Ready or not, 2019) es un thriller de horror y comedia negra dirigido por Matt Bettinelli-Olpin y Tyler Gillett. Con un guión a cargo de Guy Busick y Ryan Murphy, el reparto incluye a Samara Weaving, Mark O’Brien, Nicky Guadagni, Adam Brody, Melanie Scrofano, Henry Czerny, Andie MacDowell, Elyse Levesque, entre otros. Tuvo su premiere mundial en el Festival Internacional de Cine de Fantasía que se realiza en Canadá. La historia se centra en Grace (Samara Weaving), una joven que se acaba de casar con Alex (Mark O’Brien). En la noche de bodas, Alex le cuenta a Grace que, para que ella sea aceptada en su familia de clase alta, debe realizar una iniciación a través de unos juegos de mesa. Cuando Grace se reúne con los Le Domas, el padre de Alex la incentiva a sacar una carta de una aparentemente impenetrable caja. Para mala suerte de Grace, a ésta le termina tocando el juego de las escondidas, carta que no salía hace 30 años. Sin saberlo en un principio, Grace tendrá que hacer lo posible por no toparse con ningún Le Domas hasta el amanecer, ya que las escondidas en esa mansión no son para nada usuales. Son pocas las veces en las que a la cartelera llegan películas lo suficientemente originales que, sin tomarse en serio a sí mismas, logran un buen producto cinematográfico mezclando géneros. Este es el caso de “Boda sangrienta”, un filme que entretiene, mantiene la tensión y a la vez consigue hacer reír en sus cortos 95 minutos. Con un espléndido diseño de la gran mansión donde transcurre casi toda la acción, sumado a un buen uso de la iluminación, este thriller nos presenta a una familia disfuncional que está a un nivel inimaginable de locura. Con pocas y rápidas explicaciones al comienzo del filme sobre por qué los Le Domas se desenvuelven de una forma tan descabellada, el recorrido que atraviesa Grace para intentar sobrevivir es muy atrapante, haciéndonos retorcer de dolor en un par de ocasiones. A pesar de que ciertas situaciones se notan muy beneficiosas para que la película continúe su curso, y que en el tercer acto algunos personajes cambien de parecer sin razón aparente, es Samara Weaving la que da todo de sí para que nos siga interesando la trama hasta el final. De un panorama feliz y acogedor, Grace pasa en minutos a tener una pesadilla impensada, donde cada Le Domas representa un peligro inminente por su vida. La actriz australiana ya tenía experiencia en filmes de este estilo (hizo “The Babysitter”, una cinta alocada de Netflix), por lo que aquí queda confirmado que el género le sienta a la perfección. Sumamente bizarra, en especial en su desenlace, “Boda sangrienta” es una opción a tener en cuenta si se quiere pasar un buen rato con amigos. Sin dudas, las particularidades de la familia Le Domas sacarán más de una risa.
Un niño letal “Golem: la leyenda” (The Golem, 2018) es una película de terror sobrenatural israelí dirigida por los hermanos Doron y Yoav Paz (JeruZalem). Rodada en Ucrania, el guión estuvo a cargo de Ariel Cohen. El reparto incluye a Hani Furstenberg, Kirill Cernyakov, Aleksey Tritenko, Ishai Golan, Brynie Furstenberg, Veronika Shostak, entre otros. En 1673, una pequeña comunidad judía no está pasando por un buen momento. Aparte de la expansión de una plaga, otro grupo liderado por Vladimir (Aleksey Tritenko) pretende instalarse en esas tierras si la curandera de allí no sana de inmediato a su hija enferma. Alarmada por esta situación, Hanna (Hani Furstenberg) decide, en secreto y a través de unos textos sagrados, invocar al Golem (ser animado fabricado a partir de barro) con el objetivo de que éste llegue para brindar protección a la aldea. No obstante, el joven traerá más problemas debido a su alta capacidad de matar. Con ganas de rendirle honor a la mitología y leyendas judías, los Paz buscaron armar una nueva adaptación de este ser tan temible para su cultura, en este caso teniendo a una heroína femenina como protagonista. El inconveniente se basa en que desde la primera escena, ambientada en Praga, se nos da el indicio de que la criatura creada va a ser gigante, fuerte e imbatible. Sin embargo, después de ese comienzo no nos vamos a encontrar con lo que nos imaginábamos. Por más que el niño embarrado que aparece en el bosque es letal, esto no produce en el espectador ni un ápice de miedo, más bien se siente como algo ya visto (recuerda bastante a “Brightburn: hijo de la oscuridad”). Por otro lado, los efectos especiales se notan muy falsos, haciendo que sea imposible tomarnos en serio lo que vemos en pantalla. Tanto el color de los ojos como los tiros y la sangre dejan mucho que desear, por lo que la cinta en ese aspecto no se puede disfrutar. En cuanto a los puntos positivos, se destacan por sobre todas las cosas la ambientación y la fotografía. Con un escenario parecido al de “La bruja” (The witch, 2015), el filme también cuenta con una mujer decidida en el rol principal. Teniendo en cuenta que en esa época se creía que la esposa solo debía vivir para procrear y servir al hombre, es interesante ver cómo Hanna se las rebusca para no hacer lo que le exige el mandato. Aunque el niño creado por ella no emita ni una sola palabra, la relación estrecha que mantiene con éste está bien lograda. Sin ningún tipo de innovación en el género, “Golem: la leyenda” no se vuelve recomendable debido a que en su mayor parte, dentro del panorama sobrenatural que se nos plantea, es inverosímil. Así es como al espectador le va a costar sumergirse en esta historia que, si somos sinceros, tampoco vale mucho la pena.
El mundo continuará “Frankie” (2019) es una película dramática dirigida y co-escrita por Ira Sachs. Coproducida entre Estados Unidos, Francia, Portugal y Bélgica, la obra está protagonizada por Isabelle Huppert. Completan el reparto Brendan Gleeson, Marisa Tomei, Greg Kinnear, Vinette Robinson, Ariyon Bakare, Sennia Nanua, Jérémie Renier, Pascal Greggory, Carloto Cotta, entre otros. Tuvo su premiere mundial en el Festival de Cannes. Luego de estar dos años libre de cáncer, la actriz Frankie (Isabelle Huppert) vuelve a estar enferma. Sabiendo que ya no le queda mucho tiempo por vivir, ella decide reunir a su familia en unas últimas vacaciones idílicas. En la ciudad de Sintra, ubicada en Portugal, los distintos seres queridos lidiarán con la melancolía y sus propios problemas. Sin gritos ni grandes discusiones, la nueva cinta de Ira Sachs se vuelca más para el lado contemplativo. Con una historia exclusivamente de personajes, a medida que avanza el metraje iremos conociendo a cada uno de los que se embarcaron en estas vacaciones. Tenemos a Jimmy (Brendan Gleeson), esposo de Frankie que no puede imaginar el futuro sin ella; a Michel (Pascal Greggory), primer amor de la actriz y padre de su hijo Paul (Jérémie Renier); a Sylvia (Vinette Robinson), hija de Jimmy que no está pasando un buen momento con su marido Ian (Ariyon Bakare); a la adolescente Maya (Sennia Nanua), nieta de Jimmy que prefiere tomar el transporte público sola e irse a la playa; a la estilista Irene (Marisa Tomei), una de las grandes amigas de Frankie; y por último a Gary (Greg Kinnear), director de fotografía que desea que Irene se case y viva con él. Con algunas subtramas más interesantes que otras, la película resulta amena principalmente porque los personajes no lucen como tales, llegando a pensar como espectador en que tranquilamente estas personas podrían existir en la vida real. A pesar de estar juntos en un mismo lugar, desde afuera se puede ver cómo cada grupo se desempeña por sí mismo, aspecto que queda perfectamente reflejado en el plano final del filme, dando la pauta de que la muerte del humano es inevitable pero la vida de los demás no se detendrá. En cuanto a la fotografía, el trabajo del portugués Rui Poças (Zama) es uno de los grandes aciertos de Frankie. Caminatas llenas de vegetación a los costados, azulejos con colores vívidos, el caer de la lluvia, una playa bellísima y hasta el ferrocarril turístico genera que quedemos visualmente maravillados por la armoniosa ciudad de Sintra. Solo por sus imágenes, la película merece ser vista en pantalla grande. Simple, bien actuada y con un vestuario veraniego donde abundan los verdes, violetas, naranjas y azules, “Frankie” es un dramón distinto por no apelar a los diálogos edulcorados ni clichés. De esta manera, la película aporta frescura al género y uno disfruta viéndola por más que no quede en el recuerdo.
Nueva misión, nueva recluta “Ángeles de Charlie” (Charlie’s angels, 2019) es una película de espías con acción y comedia dirigida, escrita y producida por la actriz Elizabeth Banks, la cual también forma parte del reparto. Protagonizada por Kristen Stewart, Naomi Scott (Aladdin) y Ella Balinska, el elenco se completa con Patrick Stewart, Sam Claflin (Los imprevistos del amor), Djimon Hounsou, Nat Faxon, Noah Centineo (A todos los chicos de los que me enamoré), Luis Gerardo Méndez, Chris Pang, entre otros. Al principio catalogada como un reinicio de la saga, la cinta es una continuación de la historia que empezó con la serie televisiva homónima creada por Ivan Goff y Ben Roberts y luego siguió con dos filmes estrenados en los años 2000 y 2003. Un año después de que la agente Sabina (Kristen Stewart) capturó al contrabandista Jonny Smith (Chris Pang) en Río de Janeiro, la división europea de la agencia de espías Townsend anuncia la jubilación de John Bosley (Patrick Stewart), primer asistente de Charlie. De esta manera, el puesto queda a cargo de Rebekah (Elizabeth Banks). Las nuevas tareas por restaurar el orden no tardan en llegar. En esta oportunidad, los ángeles Sabina, Jane (Ella Balinska) y la ingeniera de sistemas Elena (Naomi Scott) deberán buscar a “Calisto”, una fuente de energía que puede ser utilizada como arma mortal, siendo un peligro para la humanidad. Además, las agentes tendrán que descubrir quién quiere tener el poder de este instrumento. Con un fracaso en taquilla que ya viene desde su país de origen, la nueva producción de “Ángeles de Charlie” es un despropósito tremendo para la época en la que nos encontramos. Demasiado superficial, cero graciosa y con una trama súper pobre, la película encara al feminismo de una forma completamente errónea, dando vergüenza ajena en varias oportunidades. No solo el trío protagónico sufre de una falta de química importante, sino que también el guión incentiva a que sea imposible poder empatizar con estas espías que ni siquiera tienen un desarrollo acorde. La mayoría de líneas de diálogo son patéticas, haciendo que sea imposible tomarse en serio todo el poder y unión de la mujer que se nos quiere vender. Por otro lado, las escenas de acción no convencen para nada. Filmadas utilizando distintos tipos de planos, no hay que ser muy experto para darse cuenta de que las actrices usaron dobles de riesgo. Así como la parte cómica de la obra falla en su totalidad, la adrenalina de las persecuciones en auto y peleas cuerpo a cuerpo brilla por su ausencia. Nunca se llega a sentir que las agentes están en una situación peligrosa, por lo que la película aburre y se siente extremadamente larga. En cuanto a los actores masculinos, no se puede creer que Patrick Stewart haya aceptado estar en semejante bodrio. Sam Claflin decepciona en un papel ridículo y los demás actúan en piloto automático, siendo villanos porque sí. Con la atención puesta en mostrar esplendorosos vestidos y lindos maquillajes, Elizabeth Banks catapultó a una franquicia que podría haber resurgido de mejor manera si se ponía el foco en construir una historia decente. Insoportable, boba y con giros de guión que se sienten como más de lo mismo en vez de generar sorpresa, “Ángeles de Charlie” se convierte en lo peor que nos trajo el 2019.
Una reunión familiar muy poco agradable “Los sonámbulos” (2019) es una película dramática dirigida, escrita y producida por Paula Hernández (Lluvia, Herencia). Coproducida entre Argentina y Uruguay, la cinta está protagonizada por Érica Rivas y Ornella D’Elía. Completan el reparto Marilú Marini, Rafael Federman, Daniel Hendler, Valeria Lois, Luis Ziembrowski, entre otros. La obra tuvo su estreno mundial en la competencia Platform del Festival Internacional de Cine de Toronto, además luego se presentó en la sección Horizontes Latinos del Festival Internacional de Cine de San Sebastián. En vísperas de año nuevo, Luisa (Érica Rivas), su hija de 14 años Ana (Ornella D’Elía) y su marido Emilio (Luis Ziembrowski) viajan hacia la casona familiar campestre para celebrar. Allí se encuentran con Meme (Marilú Marini), suegra de Luisa, y con los dos hermanos de Emilio, Sergio (Daniel Hendler) e Inés (Valeria Lois). Cuando aparezca Alejo (Rafael Federman), primo de Ana, la tensión en la relación de madre e hija irá en aumento, provocando que la estadía en el caserón sea cada vez menos placentera. El nuevo filme de Paula Hernández se centra en los vínculos familiares durante el comienzo del verano en un caserón alejado de la ciudad. Discusiones con respecto a la venta del hogar, comentarios mal intencionados de la suegra hacia la crianza que le está dando Luisa a su hija, problemas en el matrimonio, diferentes opiniones sobre el futuro de la editorial que es fuente de trabajo de la familia y la lista puede continuar. Pero, por sobre todo, la película consigue un reflejo bastante genuino de la difícil etapa de crecimiento, donde el cuerpo va cambiando y se va delineando la personalidad del adolescente. Luego de un largo proceso de casting, la directora consiguió a la joven que necesitaba para ser coprotagonista. Y la elección de Ornella D’Elía no habría podido ser mejor. La actriz se luce en el papel de Ana, una chica que pasa a ser mujer y está en pleno despertar sexual. Ana es de las que prefiere encerrarse en su habitación y estar todo el tiempo con los ojos en la pantalla del celular en vez de expresar lo que le sucede. Junto a Érica Rivas, que encarna a una madre tan preocupada como sobreprotectora, D’Elía constituye lo mejor dentro de esta producción que desde el inicio está marcada por lo sombrío, anticipándonos que el desenlace, aunque abrupto, va a ser tremendo. Gracias a un guión bien pensado y estructurado, al espectador le es fácil sentirse identificado ya sea con Luisa como con su hija. Mientras que la primera no se siente cómoda alrededor de la familia de su marido, la segunda atraviesa un enamoramiento juvenil que desde afuera sabemos que va a terminar mal, pero desde su perspectiva se ve como emocionante, nuevo y arriesgado. Al fin y al cabo, “Los sonámbulos” expone las consecuencias terribles que pueden suceder por la incomunicación. Con una atmósfera cada vez más opresiva, la película mantiene atrapado al espectador gracias al manejo de cámara, las actuaciones naturales y, por sobre todo, las complicadas relaciones humanas.
Adicción al poder “Huérfanos de Brooklyn” (Motherless Brooklyn, 2019) es una película de crimen y drama dirigida, escrita, producida y protagonizada por Edward Norton (“El club de la pelea”, “El ilusionista”). Basada en la novela homónima de Jonathan Lethem, el reparto se completa con Alec Baldwin, Gugu Mbatha-Raw (Black Mirror), Willem Dafoe, Bobby Cannavale, Ethan Suplee, Dallas Roberts, Cherry Jones, Josh Pais, Bruce Willis, Leslie Mann, entre otros. Tuvo su premiere mundial en el Festival de Cine de Telluride. Ambientada en la década de 1950 en Nueva York, la historia gira en torno a Lionel Essrog (Edward Norton), un detective privado que padece el síndrome de Tourette. En su infancia, Lionel fue rescatado de un orfanato católico por Frank Minna (Bruce Willis), el cual ahora es su jefe y mentor. En una misión secreta en la que estaba implicado Frank, algo sale mal y éste termina falleciendo. Abatido, Lionel se pondrá manos a la obra para descubrir qué información valiosa tenía su amigo y quién fue el responsable de su muerte. Brindando homenaje al film noir de antaño, Norton tenía en mente llevar este relato a la pantalla grande desde que quedó fascinado al leer la novela de Jonathan Lethem, que fue publicada en 1999. Aunque a la película le llevó alrededor de 20 años entrar en producción, finalmente Edward pudo concretar su proyecto personal. Lamentablemente, el resultado no es del todo satisfactorio cuando nos ponemos a analizar a la obra en su conjunto, a pesar de que tiene variados aspectos positivos a destacar. Por empezar, la reconstrucción de Nueva York en los años ’50 está muy bien lograda. Con una fotografía acorde, el vestuario, las calles y los automóviles nos transportan fácilmente a esa época. La música, plenamente el jazz, acompaña gratamente a medida que el protagonista va recolectando pistas para llegar a la revelación final. En cuanto a las actuaciones, Edward Norton se luce al encarnar a un personaje que se ve afectado por un trastorno neurológico que lo hace decir involuntariamente frases que quedan fuera de lugar. Ya sabíamos, por el primer papel que tuvo el actor en “La raíz del miedo” (Primal Fear, 1996), que Norton es capaz de meterse al 100% en la piel de personas con tics notorios. Esta no es la excepción ya que “el fenómeno” (así lo llaman sus compañeros en la película) Lionel Essrog siempre resulta creíble y también admirable por contar con una memoria impresionante. Essrog no solo recopila situaciones que ve, sino que es capaz de recordar conversaciones con muchos datos duros en su mente, sin necesidad de anotar nada. Lo que hace que el filme no sea completamente bueno es su duración. Las dos horas con 24 minutos se sienten y mucho, lo que nos lleva a la conclusión de que si el guión pasaba a estar en manos de otro la cinta hubiera sido más redonda. El ritmo no logra mantenerse por más que la temática sea interesante (la ambición de los políticos, la corrupción, estafas y discriminación a la personas de color). Sin generar empatía, las vueltas de tuerca no sorprenden como deberían. “Huérfanos de Brooklyn” podría haber llegado a mejor puesto si se tenía en cuenta que la fluidez es esencial para no perder el interés. Cuando ya se sabe por dónde va la problemática, la película deja de ser atractiva y se vuelve tan pesada como intrascendente.
Una visita que alterará a todo el castillo “Downton Abbey” (2019) es una comedia dramática y romántica de época que está dirigida por Michael Engler y escrita por Julian Fellowes, creador de la serie homónima de televisión que se emitió de 2010 a 2015. La película funciona como continuación de la serie, por lo que el elenco es el mismo: Hugh Bonneville, Elizabeth McGovern, Michelle Dockery, Laura Carmichael, Maggie Smith, Allen Leech, Sophie McShera, Lesley Nicol, Kevin Doyle, Brendan Coyle, Penelope Wilton, Jim Carter, Phyllis Logan, Raquel Cassidy, Joanne Froggatt, Robert James-Collier, Harry Hadden-Paton, Michael Fox, Matthew Goode y Douglas Reith. Además, se suman nuevos personajes interpretados por Tuppence Middleton, Imelda Staunton, Geraldine James, Simon Jones y Kate Phillips. En 1927, una importante carta llega a la mansión de campo victoriana de los Crawleys: el rey George V (Simon Jones) y la reina Mary (Geraldine James) irán de visita a Downton Abbey como parte de un tour real a través de Inglaterra. Impactados y emocionados por la tremenda noticia, el personal de Downton deberá ponerse a trabajar de inmediato para que cada lugar del castillo no tenga un ápice de polvo y brille. Sin embargo, cuando llegan los empleados de la realeza, éstos quieren hacerse cargo de todos los quehaceres durante su estadía. Así es como los trabajadores de Downton idearán un plan para demostrar que ellos mismos están a la altura de las circunstancias, no dejándose ningunear por nadie. La serie de Downton Abbey, compuesta por seis temporadas de nueve episodios aproximadamente (sumados los especiales de navidad), fue un éxito rotundo que traspasó Inglaterra, llegando a la audiencia norteamericana y a la latina. Esto sucedió porque, más allá de mostrarnos la lujosa vida de la monarquía británica, Julian Fellowes desarrolló personajes entrañables, cada uno con una personalidad bien marcada y con problemas que el espectador llegó a sentir como propios gracias al grado de empatía que se logró. La posibilidad de hacer una película se venía barajando desde 2016, poco después de que la serie terminó. Finalmente la confirmación llegó en 2018, por lo que solo quedaba esperar, con muchas dudas, a que el resultado sea satisfactorio. Por suerte para los fanáticos, el paso a la pantalla grande es un gran deleite. Desde el comienzo con la música característica y los planos formidables del castillo, el espectador puede volver a sumergirse sin ningún esfuerzo en la vida de estos personajes tan bien construidos. Que Fellowes sea el guionista, teniendo en cuenta que también lo fue en la serie, es otro acierto. Él más que nadie sabe cómo armar una nueva trama, cómo construir diálogos lo suficientemente inteligentes y mantener el espíritu que caracteriza a Downton a la perfección. Con un diseño de producción y vestuario excelentes, la película también puede ser disfrutada por los que no vieron la serie, a pesar de que se perderán varias referencias o les será difícil asociar los parentescos y los nombres. Como era de esperarse, las mejores líneas las tiene Maggie Smith con su Violet Crawley, condesa que maneja un sentido del humor tan particular como ingenioso. Smith no solo hace reír de inmediato sino que también consigue emocionar, dando cuenta de lo estupenda actriz que es. Por otro lado, resulta un placer ver de vuelta la complicidad de Patmore (Lesley Nicol) y Daisy (Sophie McShera) al hacer los recados y cocinar, la vuelta de Carson (Jim Carter) al liderazgo del personal, el nerviosismo y metida de pata de Molesley (Kevin Doyle) al querer ser parte de semejante evento, las aventuras de Thomas Barrow (Robert James-Collier) fuera de la mansión, el temor de Edith por la vida que conlleva y la rigurosidad característica de Mary (Michelle Dockery), entre muchas otras subtramas más. A excepción de Matthew Goode, que con su Henry Talbot tiene muy poco tiempo en pantalla, todos los demás logran destacarse y desde el montaje se consigue que uno nunca pierda el interés, manteniendo el ritmo durante las dos horas de metraje. Además, en la película se le da especial atención al arco narrativo de Tom Branson (Allen Leech), republicano irlandés que es el ex chofer de la familia y estuvo casado con uno de los mejores personajes de la serie (Sybil, interpretada por Jessica Rose Brown-Findlay). Súper divertida, atrapante, tierna y también emocionante, el desfile, cena y baile que nos trae en esta oportunidad “Downton Abbey” se convierte en un acontecimiento imperdible para todos los que disfrutamos desde nuestras casas las desventuras y relaciones amorosas tanto de los Crawley como de todo su personal. Con guiños bien ubicados sobre los pasados eventos de la serie, la película tiene una calidad cinematográfica que sirve como puntapié para reencontrarnos con la familia que tanto amamos.
Cuidado con lo que deseas “Reflejos siniestros” (Pikovaya dama: Zazerkalye, 2019) es una película de terror rusa dirigida por Aleksandr Domogarov y escrita por Maria Ogneva. Protagonizada por Angelina Strechina y Daniil Izotov, el reparto se completa con Darya Belousova, Vladislav Konoplyov, Valeriy Pankov, Alyona Shvidenkova, Anastasia Talyzina, entre otros. Luego de un terrible accidente de coche, la madre de los hermanastros Olga (Angelina Strechina) y Artyom (Daniil Izotov) fallece, por lo que los jóvenes son enviados a un oscuro internado privado que se rige por sus propias reglas. Sin querer estar en la misma habitación que el niño, Olga se instala en el cuarto de la popular Alisa (Anastasia Talyzina), haciéndose amiga también de Kirill (Vladislav Konoplyov) y Sonia (Alyona Shvidenkova). Una noche, pasado el toque de queda, Artyom aparece exclamando que vio a su madre. De esta manera, los chicos deciden seguirlo hacia el sótano, lugar que Valentina (Darya Belousova), directora del colegio, había dejado claro que era una zona prohibida. Allí el grupo no solo se encuentra con objetos raros, sino que también ve un espejo en donde está dibujado en rojo una escalera que va hacia abajo. Basándose en una leyenda sobre la “reina de espadas”, los adolescentes no tienen mejor idea que invocarla. Parándose con una vela en la mano frente a su reflejo y expresando sus mayores deseos, pronto esta jugarreta se volverá una pesadilla mortal. Sin generar miedo en ningún momento y con un guión que llega a dar gracia de lo malo que es, esta nueva producción rusa es otro fracaso inminente aún más desastroso que “La novia” (Nevesta, 2017), “La sirena” (Rusalka: Ozero myortvykh, 2018) y la más reciente “Pesadilla al amanecer” (Rassvet, 2019). Repleta de clichés y personajes cero desarrollados, la película se vuelve una representación exacta de todo lo que no hay que hacer en este género. Con malas actuaciones y jump scares que no logran su cometido, el filme incluso se torna peor porque en nuestro país no se proyecta en su idioma original, sino que está doblado al inglés. Esto no sería un problema si el trabajo estuviera correctamente realizado, sin embargo este no es el caso ya que desde el comienzo se nota demasiado que las voces insufribles no son las de los actores. Teniendo en cuenta que los diálogos son paupérrimos, este aspecto hace que la cinta sea mucho más terrible a pesar de su corta duración (83 minutos). Burlas a una chica con sobrepeso, coincidencias inverosímiles e incluso el agregado final de portales a un submundo donde habita este espíritu maligno hacen que “Reflejos siniestros” se convierta en una falta de ideas tremenda que debería ser evitada a toda costa para que de una vez por todas se dejen de realizar estos filmes que toman por tonto al espectador. Ojalá algún día llegue a nuestra cartelera una película de terror rusa que sea de calidad.
Una verdad que debía ser contada “Reporte clasificado” (The report, 2019) es una película dramática dirigida y escrita por Scott Z. Burns. Protagonizada por Adam Driver (Paterson, El infiltrado del KKKlan), el reparto se completa con Annette Bening, Jon Hamm, Corey Stoll, Evander Duck Jr., Maura Tierney (Beautiful boy), Michael C. Hall (Safe), Linda Powell, John Rothman, entre otros. El filme tuvo su premiere mundial a principios de 2019 en el Festival de Cine de Sundance. La historia gira en torno a Daniel Jones (Adam Driver), un miembro del personal del Senado que, bajo órdenes de Dianne Feinstein (senadora de California), debe liderar una investigación alrededor del Programa de Detención e Interrogación de la CIA, en especial luego del ataque a las Torres Gemelas. Al descubrir las inhumanas “técnicas de interrogación mejoradas” ideadas por un psicólogo, que se llevaron a cabo en centros de detención clandestinos y fueron totalmente ineficaces, Jones hará todo lo posible para que el extenso reporte salga a la luz. Sin embargo, muchos intentarán sabotear su trabajo, tratándolo de traidor, hacker o censurando la mayor parte de sus escritos. Con una historia realista más que interesante, Scott Z. Burns nos muestra cómo es que la CIA violó los derechos humanos al torturar a más de cien personas que, por no ser de Estados Unidos, se pensaba que estaban relacionados con Bin Laden y tenían información valiosa sobre cuándo y dónde sería el próximo atentado. Con métodos horrorosos que realmente impactan, tales como el uso de insectos, los golpes, la música ultra fuerte para que no puedan pegar un ojo e incluso el ahogamiento y confinamiento en un ataúd, la película logra generar impotencia no solo por los actos de la Agencia Central de Inteligencia sino también por cómo ellos mismos se respaldaban, expresando que todo lo que hacían era por un bien mayor: la seguridad y el bienestar del pueblo norteamericano. A pesar de contar con buenas actuaciones y un contenido valioso, el filme se siente como que hubiese funcionado mejor siendo un documental. Esto sucede porque los diálogos no son fáciles de digerir ya que se utilizan varios términos que, al no conocer la política estadounidense, no se comprenden en su totalidad. Sumado a que la mayoría de conversaciones van con una velocidad in crescendo, la trama en ciertas partes se vuelve muy pesada y complicada de seguir. El montaje no ayuda en este sentido ya que la película recurre a utilizar una línea del tiempo bastante repetitiva, que no logra ubicarnos en tiempo y espacio como se deseaba. El trayecto laboral del protagonista se da muy rápido, por lo que en un comienzo cuesta empatizar con él. Cuando Daniel Jones se mete al 100% en la tarea de revelar el accionar de la CIA, proceder que la propia agencia sabía que era ilegal sino se obtenía ningún dato certero, el espectador llega a admirar la responsabilidad y pasión que este hombre puso en su trabajo. Aunque “Reporte clasificado” puede tornarse larga ya sea por su denso guión o por no saber mantener su ritmo, el director consigue generar consciencia sobre lo importante que es como país asumir los propios errores para que hechos de este calibre no vuelvan a pasar nunca más.