El árbol de la muralla Por Blanca María Monzón Publicado el 9 febrero, 2013 por Blanca María Monzón Ficha Técnica El árbol de la muralla D: Tomás Lipgot Estreno en Buenos Aires 14-02-2013 Sin apelar a golpes bajos, las historias de vida de Tomás Lipgot, siempre tienen el poder de emocionarnos. Esta vez el personaje elegido es Jack Fuchs, uno de los últimos sobrevivientes del Holocausto, quien vive en Buenos Aires desde 1963. Enfrentarnos a él, a su serenidad, humor y amor a la vida, nos hace reflexionar en incontables sentidos, ya que es un ejemplo de templanza y sabiduría. Pensar que este hombre nacido el Lodz, Polonia en 1924, sobrevivió al horror que implica haber sido prisionero durante años en campos de concentración, entre ellos Auschwitz -donde pierde a toda su familia- representa un ejemplo por momentos inexplicable de fortaleza. Luego de 40 años de silencio habla de su encierro a los 15 años en el guetto de Lodz, de su deportación a Auschwitz y de su último destino en Dachau, hasta el final de la guerra. Pero también nos habla, de cómo reconstruyo su vida, de su mujer, de su hija, de sus tres nietas, de sus pensamientos, sentimientos, de sus luchas y de su trabajo. Porque cuando vemos su alegría, su mesura, o lo escuchamos comentar “qué lindo día” o el relato de cuando fue recogido bañado y vestido con un pijama… y pensó “ahora estoy listo para morir” estaba pensando en la dignidad que todos los seres humanos deberíamos tener en ese momento. Lipgot elige como estrategia narrativa mostrar el trabajo de los últimos años de Fuchs, quien se ha dedicado con pasión a la difusión del tema de la Shoá en numerosas instituciones, escuelas y universidades de varias ciudades del país, sumado a la animación, a imágenes filmadas por su protagonista y al trabajo de Eva Puente. Al comienzo Fuchs relata, que le era imposible hablar de la palabra Holocausto, porque a eso sólo lo entendían ellos, pero no la ajenidad, que desconocía el genocidio nazi. Y hace una referencia al primer mandamiento -No matarás-, y esto no es una casualidad, ya que el hombre es el enemigo más grande de sí mismo. Fuchs, quien a sus casi 90 años sorprende por su lucidez mira su historia y todavía no puede creerla, aunque las preguntas sean lógicas, venir de ese mundo no lo es: el hombre mata por matar. Lipgot cuenta que este documental que lleva el nombre de El árbol de la muralla es un libro editado en octubre de 2012 escrito por la sicoanalista Eva Puente a lo largo de dos años de muchas horas de conversación. Ella es quien lo convoca para el registro de las imágenes de las entrevistas, y con ella viajan todos a Polonia para recorrer los campos de concentración y su Lodz natal, a donde se suman los relatos escuchados allí. Por lo tanto este es un trabajo, que si bien en un primer momento no surgió de su deseo, al conocer a Fuchs quedo absolutamente atrapado con su persona, dueña de una inmensa sabiduría para enfrentar la vida, que lejos de victimizarse, sigue luchando por un mundo mejor. La animación es un recurso que contribuye a tomar distancia de “la pornografía del horror”. Y en este sentido escapa al regodeo, pudiendo al mismo tiempo transmitir algo del mismo, e imaginar parte de ese sufrimiento. Sobre este trasfondo donde otros hombres tomaron el poder de suprimir la vida matando a millones de seres humanos, las palabras siempre excederán la posibilidad de representar el horror. No obstante sobre esto nunca alcanzará seguir hablando de ello. Es un derecho inalienable a la vez que un deber para comunicar a las nuevas generaciones. Todos hemos visto infinidades de films, escuchado relatos, entrevistas, leído textos… pero no existe nada, que pueda representar el poder, las órdenes, los que las ejecutaban, y esa infernal maquinaria de la muerte. Esas lápidas que yacen entre los pastos son los testigos mudos de lo innombrable, donde en este caso el racismo es la metafísica de la muerte. Porque el mismo representa la condición desde la cual el derecho a matar se legitima. Y esa legitimación es válida para todos los genocidios. Por esto El árbol de la muralla representa un esfuerzo más para describir, pensar e interpretar la locura de los hombres. Participó de: 1a Semana del Cine Documental Argentino, Buenos Aires 19º Festival Internacional de Video de Rosario 2° Muestra de Cine Nacional, Cordobés y de Nuevas Tecnologías, Córdoba 28º Muestra de Cine Independiente de Cipolletti, Rio Negro 5º Festival De Cine Latinoamericano de Flandes, Bélgica, Competencia Oficial 5º Festival Cine B, Santiago de Chile 10mo. Festival de Cine Judío, Buenos Aires, Argentina 24º Festival de Cine Judío de Vancouver, Canadá 10mo. Festival de Cine Judío de Punta del Este, Uruguay Jornadas por el Día Internacional para la Recordación del Holocausto, Caracas, Venezuela 34º Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, La Habana, Cuba SOBRE JACK FUCHS Escribió los libros Tiempo de Recordar (Editorial Milá, Buenos Aires, 1995) y Dilemas de la Memoria (Editorial Norma, Buenos Aires, 2006) y es colaborador de la sección “Contratapa” del diario Página/12. SOBRE EL DIRECTOR Tomás Lipgot nació en la Patagonia argentina en 1978, es director y productor de cine. Dirigió diez cortometrajes y en 2005 realizó su opera prima de ficción, “Casafuerte”. En el año 2010 estrenó los largometrajes documentales “Fortalezas” y “Ricardo Becher, Recta Final” y en 2011 estrenó el documental “Moacir”. Todos sus trabajos recorrieron diversos festivales mundiales y han obtenido diversos reconocimientos y premios. Es fundador de la productora Duermevela, con la que realizó sus films, y además coprodujo varios largometrajes de ficción. En la actualidad está realizando la preproducción -en coproducción con el estudio de animación Hookup- de su largometraje de animación “Gilgamesh”, basado en “La epopeya de Gilgamesh”, la historia más antigua de la humanidad, escrita hace 4000 años aproximadamente. También está trabajando en un nuevo documental sobre el pueblo gitano. “El árbol de la muralla” es su quinto largometraje.
La multitud Por Blanca María Monzón Publicado el 13 febrero, 2013 por Blanca María Monzón Ficha Técnica Dirección: Martín M. Oesterheld Dirección de fotografía: Guillermo Saposnik Dirección de Sonido: Sebastián Gonzalez Montaje: Emiliano Serra/ Alejandro Brodersohn Realizada en: HD Duración: 60 minutos Género: Documental Año de producción: 2012 Producida por Laura Bruno / Los Andes Cine Distribuida por Laura Bruno El paisaje del silencio en este film de Martín Oesterheld que se estrena mañana. Amanece, el humo sale por las chimeneas y parece confundirse con las nubes, como en un juego de manchas sin nombre, preponderando el espacio constructivo y artístico, antes que el decorativo. A su vez la cámara registra no sólo el abandono, sino algo mucho más duro, que es el olvido. Y en ese recorrido por la ciudad deportiva de Boca, Interama, Villa Lugano, la Villa 20. Los espacios dialogan desde los fotogramas y desde una cámara muy lenta, que se mete en los intersticios a través de los paisajes que ofrecen también, el atardecer y la noche. A las multitudes debe imaginarlas el espectador justamente en su ausencia dentro del paisaje. Ya que sólo vemos personajes solitarios, u obreros que trabajan acompañados de los ruidos de las máquinas. Tanto la Ciudad de la Boca, como el parque de diversiones Interama, fueros construidos uno durante el gobierno de Onganía y el otro al final de la dictadura. Lo que era supuestamente resultado del progreso y de la diversión hoy es pasado. Ahora en su periferia hay cada vez más asentamientos de personas en estado de pobreza, como la Villa 20 o la de Rodrigo Bueno. Podemos reconocer, que Martín Oesterheld proviene de las Artes Visuales, y que de este trabajo podría decirse en algún sentido, que se mueve entre el cine y el Video Arte, pero este debate no viene al caso. Ya que además de ser un documental tiene un considerable trabajo de campo. En la actualidad, alrededor de las ruinas de esos dos espacios se desarrollan asentamientos y villas habitadas por miles de familias, muchas migrantes y en estado de indigencia, como la de Rodrigo Bueno o la Villa 20. Solo un hombre, que vende café y una mujer- ambos rusos- dialogan primero por teléfono, para luego encontrarse y ver un video, mientras disfrutan de la vida, a pesar de toda la incertidumbre que los rodea. Oesterheld recurre al silencio como estrategia narrativa y lo aplica en ese registro riguroso, sistemático, donde el relato habita en sus condiciones de producción, y donde el paisaje, -que perdió su función lúdica- es el objeto de la representación y del cruce de las miradas donde se enfrentan el adentro y el afuera. SOBRE EL DIRECTOR Martín M. Oesterheld nació en Buenos Aires en 1974. Es artista visual y actualmente es parte del equipo del Laboratorio de Investigación en Prácticas Artísticas Contemporáneas (LIPAC) UBA/CCROJAS. Entre sus trabajos recientes se encuentran: “Tránsito” (30min video HD), Muestra EME3 / CCCB Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona / Ciudades Paralelas, Galería Pasaje 17, (curada por Stefan Kaegi y Lola Arias) y “Para la defensa” (HD video 20 minutos), junto a Julián D’Angiolillo, Predio Tecnópolis, 3 canales, medidas variables. Recorrido del Film Bafici (Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente) 2012 Festival Internacional de Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana, Cuba, 2012 BIM, Bienal de Imagen en movimiento, 2012 Festival Internacional de Diseño, Bs As, 2012 16 Festival Internacional de Cine de Punta del Este, Uruguay, 2013
Debut en el cine del escritor Robert Jarecky, con Richard Gere. Bastante olvidable. Arbitrage es el debut en el largometraje de ficción del escritor y director Robert Jarecky, quien saltó a la fama gracias a su libro Breaking In: How 20 Film Directors Got Their Start, un best seller publicado en 2002 Ha dirigido también el documental The Outsider (2005), ha escrito la adaptación para la pantalla de la novela de Bret Easton Ellis´s The Informers (2008) y produjo el documental de James Toback Tyson (2008), que obtuvo un Premio Especial del Jurado en el Festival de Cannes en 2008. En su cumpleaños de 60 Robert Miller, (Richard Gere) quien representa el retrato perfecto del sueño americano, no sólo en los negocios, sino en su vida familiar. En la realidad detrás de esa apariencia se encuentra desesperado por vender su imperio a un gran banco. Antes de que se descubra un fraude que ha cometido, pensando en que podría solucionarlo de otro modo. Error, que ha ocultado a su mujer y a su hija, quien trabaja con él. Paralelamente tiene un romance con una marchante de arte. Y en el momento en que se dispone a deshacerse de su imperio, todo se complica, con muerte -y todo- y se ve enfrentado a los límites de su doble moral, dejando un final abierto al espectador. El film aborda de manera realista el perfil de los hombres de negocios, responsables directa o indirectamente de la actual crisis financiera. Y por otra hay una intención en la construcción de sus personajes, sobre todo en el de Richard Gere de esforzarse en mostrar todas las facetas que pueden tener los seres humanos, aunque en los verdaderos instantes de dramatismo falla la verosimilitud, es decir la expresión de los sentimientos varía demasiado, y se siente por momentos una cierta monotonía sumada a una presencia muy austera de Susan Sarandon. Y no se llega a lograr una identificación medianamente redentora con Gere. Un thriller, que podría haber estado mejor construido cinematográficamente, que da cuenta, de que no existe mejor coartada que el Poder. Eso es claro, como lo es el hecho de que apunte a desnudar esa verdad con “las mejores intenciones” sin llegar a lograrlo. No obstante es probable que el amante del entertainment logre pasar un buen rato ya que no es una mala película, sí olvidable.
Se estrena hoy Escuela Normal una película de Celina Murga: una mirada sobre un grupo de adolescentes. Con sus dos primeros largometrajes, Ana y los otros (2003) y Una semana solos (2008), Murga obtuvo una buena cantidad de premios y participó en numerosos festivales. Ahora se encuentra en pleno rodaje de un largo de ficción, La tercera orilla, coproducido nada menos que por Martin Scorsese. Ganadora de un concurso del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (lncaa) con motivo de los festejos del Bicentenario, Murga afirmó que -siguiendo la línea de Philibert- eligió “plantar la cámara y esperar con paciencia a que la realidad se manifestara, pero con la idea de buscar cierta sensación de ficción en la puesta en escena”. Esta vez elige el documental, donde trabaja más de un año con mucha cámara en mano, con la idea de indagar sobre la vida cotidiana, sobre que piensan, que sienten, y como actúan los adolescentes. Previo casting dentro de la escuela para encontrar un grupo de chicos que pudiese dar cuenta con claridad de ese cambio de mirada que se produce a cierta edad sobre el mundo educativo. Es decir donde se pasa de estudiante a ciudadano. La convocatoria fue muy grande, y encontraron buenos personajes que le sirvieron para llevar adelante la historia. Interesada siempre en la problemática de los niños y adolescentes regresa está vez al escenario de su propia vida, pero no de un modo nostálgico detenido en sus experiencias y percepciones, Ese espacio es La Escuela Normal 5 de Paraná, la cual data de 1871, la primera fundada por Sarmiento, con la idea de formar maestros para el país: “En un país que recibía tanta inmigración, cuyo discurso era que había que normalizar la educación para formar a un ciudadano argentino. Su idea era “estandarizar la enseñanza y la educación para darles a todos las mismas herramientas para poder vivir en sociedad”. A medida que avanza el film somos testigos de que los alumnos poseen un Centro de Estudiantes que se encarga de representar a sus compañeros y pelear por sus derechos, como tener una cantina con precios más bajos o crear una biblioteca, lo cual implica pasión y compromiso por sus semejantes, y también vemos como cuestionan la existencia de Dios dentro del Preámbulo de la Constitución, lo cual da cuenta de que reflexionan y defienden sus propios pensamientos. Pero también muestra la problemática de padres que exigen más oportunidades para sus hijos de aprobar, lo cual muchas veces implica nivelar para abajo, del mismo modo que vemos a los profesores, y a la escuela más preocupada por los detalles más superfluos del control del orden y menos empapada de la realidad y sus necesidades. Sin lugar a dudas el escenario elegido de 1600 alumnos no deja de ser un recorte dentro de la realidad de la Argentina, aunque relevante y respetuoso de una minoría.
Opera prima argentina que se estrena este proximo jueves en Buenos Aires. Aunque el deseo de su director habría sido escapar al “costumbrismo”, es imposible negar su propia impronta de formoseño dentro del film. Ya que esta historia sumamente particular, donde dos niñas de doce años, se enamoran de su profesor de biología -quien acaba de llegar de Buenos Aires- tiene mucho de las creencias de provincias. A medida que transcurren las clases, este amor imposible que ambas comparten y profesan va derivando en un relato tan natural como macabro. El enamoramiento de su profesor desencadena algo que comienza como un juego y finaliza en tragedia. Puede que la infancia sea un mundo extraño y complejo, donde generalmente se refrendan los modelos sociales, pero más que nada es un mundo donde la crueldad parece no tener límites. Sin adherir a ningún género en particular este film va generando un denso clima, por momentos incómodo, donde esta naturalidad de los niños de recurrir a rituales inofensivos irá tomando cada vez mayor impulso y compulsión. Creo que su director es quien mejor lo ha definido “En este cuento lo único real es lo idealizado, no hay mucha diferencia entre lo que se imagina y lo que se ve, entre el impulso y el acto, y el solo hecho de querer algo con muchas ganas es motivo suficiente para ir y agarrarlo. Las consecuencias no existen y, si existen, no importan.” Sebastián Caullier ha querido sacar a luz sus propios recuerdos y fantasías de niño, y las construcciones imaginarias que se reproducen en el interior de las familias, desembarazándose de las consecuencias morales. Llámese de los actos que se imponen dentro de la historia, que de hecho están muy lejos de conformar una fábula.
Este film del cineasta y músico Fermín Muguruza nace como respuesta a una interrogación respecto del papel de las mujeres en la música en el País Vasco, justamente con la idea de reivindicarlas. De este modo va surgiendo a través de Arrate Rodriguez, una estudiante de Bellas Artes de Bilbao la necesidad de crear una banda de rock con compañeras de su misma facultad. Mientras las propuestas se van armando y se plantea montar una banda de Electro – rock, van apareciendo diferentes propuestas estéticas. Cámara en mano se dispone a registrar todas las instancias y todos los movimientos para llevar a cabo su proyecto. Paralelamente los debates exceden al debate sobre el corto alcance del idioma y por momentos a la música es un pretexto para hablar sobre el sexo, sobre la situación actual del mundo y sobre los mandatos sociales a los cuales no adhieren. Pero finalmente Arrate y sus compañeras deciden radicarse en San Francisco y enviarle todo ese material , sumado a un video mensaje -que abre el film- para que Fermín Muruguza arme el documental. Zuloak es una forma de salirse de los encasillamientos a los cuales muchas veces la sociedad coloca a quienes desean buscar otros modelos en los cuales realizarse y un intento de mostrar, que finalmente se ha tratado de una ficción armada desde el comienzo, creada por su propio director. Secreto que fue bastante difícil de mantener, ya que había mucha gente implicada. Pero se logró crear una realidad paralela. Dicho proyecto comenzó con la complicidad de la escritora Elder Rodríguez, que implico a su hermana Arrate para realizar los contactos y poder armar la banda. Así Arrate mientras se ponía en contacto con el resto de las protagonistas se transformaba en una protagonista mas. No obstante las entrevistas son reales y la idea generar una reflexión. Como son verdaderas las giras que la banda Zuloak realizó y realizara y que llegarán a Berlín y a México. Fermín Muruguza. cantante, instrumentista y productor musical fundó varias bandas entre ellas Kortattu, Negu Gorriak y Contrabanda. Ha sido definido como uno de los músicos más carismáticos del país vasco dentro del llamado Rock Radical y un pionero en introducir el ska y el dub en el panorama de la música de España. Ha colaborado con muchos artistas internacionales como Mano Chao, Reincidentes, Angelo Moore, Desorden público y Mad Profesor entre otras. Su primer documental Checkpoint: Canciones desde Palestina (2009), clausuró el Festival de los Derechos Humanos de San Sebastián y este año presentó una serie Next Music Station producida por Al Jazeera Documentary Channel sobre la música actual de varios países árabes presentada en Cinemira en 2011.
Drama belga con un retrato positivo sobre la vejez. Con mucho más de drama que de comedia, este film aborda la muerte súbita del marido de una mujer de 70 años llamada Claire. Una reflexión sobre la necesidad y la búsqueda de recursos que los seres humanos tienen para sentirse vivos cuando aparece, como en este caso, una situación de duelo. Claire no sólo va a retomar una relación, un poco abandonada, que tiene con uno de sus hijos llamado Sid, (un Hip Hop que nunca ha podido lograr algo importante) a la vez que convencerá a sus dos amigas de toda la vida para que resuciten una banda. El tema es que estas tres mujeres hace casi 43 años tenían una llamada “The Sisters of love”, donde solían cantar temas de Rock and Roll e imitar a Elvis Presley. Sucede que cuando se lo comunica a su hijo, éste acepta la propuesta sólo con la condición de que de haga su música, es decir “al estilo Sid”. El film construye un retrato positivo de lo que podría ser el hecho de regresar en la vejez hacia aquellas cosas, que una vez nos hicieron felices. Muy buenas actuaciones, con un final que se parece mucho a El hijo de la novia, por momentos tierna, aunque los temas son tratados superficialmente, probablemente porque los tiempos se acortan y la conciencia de la muerte es más real. Festivales Selección Oficial Festival de Montreal – Selección Oficial Festival des Films Monde – Selección Oficial Festival Internacional de Manheim-Heidelberg – Selección Oficial Festival Internacional de Palm Springs
Cerrando la trilogía que iniciara con El árbol, Fontán da cuenta una vez más que se puede hacer cine con otros materiales para exponer un particular modo de percibir el mundo.La restitución de las miradas En este film, que cierra la trilogía que iniciara con El árbol, Fontán da cuenta una vez más de que su filmografía es una prueba contundente de que se puede hacer cine con otros materiales. Y de que estos logran comunicar, felizmente, un particular modo de percibir el mundo. No es casual que en La orilla que se abisma se lea un texto de Juan L Ortiz donde él mismo releva la contemplación de las ?florcitas salvajes?, como tampoco lo es en La casa la cita de Olga Orozco. Es claro que en la obra de Fontán si hay una marca que define su estética, es el abordaje de la sutilidad de la cotidianeidad desde una mirada absolutamente poética. Una puerta semi abierta en un plano medio, leche que hierve en un jarro que se rebalsa, una anciana se peina y detrás de una ventana, mientras vemos una casa en estado de abandono, escuchamos el ruido de una escoba que se mueve entre trasparencias en la vereda, cercana a ?aquel antiguo árbol? que ahora sólo divisamos desde una ventana. Después una mujer comenzará a baldear los pisos mientras las imágenes se multiplican con su reflejo en el agua, una mujer con la pierna tatuada, seguramente con el nombre de alguien querido. El trabajo con las transparencias es una estrategia repetida, que nos permiten ver la escena como un todo, como si siempre estuviésemos frente a un espejo, como la Alicia a través del espejo de Lewis Carrol, pero con elementos de la realidad tratados desde otra perspectiva estilística. A estos se suman las voces, los susurros, los recuerdos, la memoria y el fantástico juego entre la luz y la sombra. Fontán construye un poema en base a un documento de la realidad, en este caso la demolición de su casa paterna en Banfield. Y lo hace sin personajes, sin música, con los ruidos incidentales y el sonido casi infantil de una caja de música, sumado al accionar de las máquinas. Mientras la casa va siendo desmontada, y sus restos se van apilando como en una pira, aparecen las imágenes de los momentos felices compartidos en familia, entre ellos un cumpleaños. Porque finalmente son esos los momentos que permanecen grabados en nuestra memoria. Luego vendrá la demolición y con ella los escombros y entre ellos irá un crucifijo atrapado entre estos. Las máquinas lo demolerán todo, hasta el último pedazo de viga. Pero quedarán intactos los recuerdos, quizá el olor a la leche derramada, las voces que poblaron la casa, los pequeños e inmensos actosque conforman la memoria de la cotidianeidad, que es la base del poema. Quedará sólo el follaje de los árboles donde por pequeños espacios podemos divisar un cielo gris plomizo, que anuncia la llegada de la lluvia, y con ella el cambio, la metáfora elegida para?restituir cada mirada a su propio destino? Unite al grupo Leedor de Facebook y compartí noticias, convocatorias y actividades: http://www.facebook.com/groups/25383535162/ Seguinos en twitter: @sitioLeedor
El segundo proyecto de Andrés Andreani luego de Nova fue realizado en una sola jornada de rodaje, con 8 cámaras y con un equipo de 45 personas dispuestos a vivir una experiencia extrema. Esta historia coral comienza cuando dos espías húngaros hacen caer por error un satélite norteamericano lo que genera el estallido de la tercera guerra mundial. El planeta se encuentra incomunicado y 24 personas que pertenecen a diferentes orígenes asisten a lo que supone es una fiesta en una casa en las afueras de la ciudad. Cada uno de ellos tiene diferentes objetivos y están en la búsqueda de diferentes cosas: una partitura de Béla Bartok, que supuestamente fue escrita para Turandot de Puccini, dos bananas, una mujer se pasea con una torta buscando a otra, una mujer busca a su padre que la ato para enterrar no se sabe que…. Y así con respetables actuaciones prosigue un film cuyas marcas son la experimentación y la improvisación como estrategia que genera extrañamiento y produce tensión y suspenso. Arriba alguien toca música, mientras el caos y el desconcierto crecen de pronto… alguien sugiere hacer un voto de silencio hasta que termine la guerra? Una historia fantástica, absolutamente disparatada, que esta planteada como en diferentes dimensiones y que da cuenta de un trabajo previo con los actores. Los que son en su mayoría profesionales argentinos y de Francia, Italia, Suecia, Estados Unidos y China) y pertenecen que tanto al teatro, como a la televisión y al cine. Longchamps valida la procedencia y trabajo de su director con las Artes Dramáticas y Plásticas quien va a la búsqueda de la experimentación contra viento y marea. La pregunta que resuena a modo de metáfora es ¿podrá alguien más que Béla Bartok salvar el mundo en este paraje de Lonchamps?
Este excelente documental es mucho más que la historia de Henry Engler, dirigente Tupamaro rehén de la dictadura militar uruguaya durante trece años, quien fue además uno más de los tantos torturados sin piedad en la historia de Uruguay y del mundo. Sus directores trazan un recorrido circular, donde Henry Engler, hoy un científico reconocido dedicado a la investigación del mal de Alzheimer y ciudadano sueco, regresa al entorno donde creció, donde estudió, donde lucho por sus ideales. Y en su retorno visitará todos los amigos que quedan vivos, su familia, la que siempre lo acompañó, y hasta uno de los militares que lo custodiaron. Ese que logró sentir compasión y ser diferente, porque esto además demuestra que se puede, cuando se tiene piedad por un semejante. Y por qué digo que es mucho más? Porque en este relato no hay un solo golpe bajo y tenemos la inmensa posibilidad de aprender del dolor. Porque el verdadero viaje de Henry es el que realiza acompañando al espectador con una voz el off – que se entrecruza con otras- hacia el interior del horror, pero sin mostrarlo. A lo que accedemos con esta elección narrativa es a la posibilidad de aprender, al asomarnos al mundo del prisionero y comprobar la eficacia de las innumerables estrategias de la mente y su control –el cerebro, hoy su objeto de estudio- acompañado de la grandeza del espíritu, y de un inmenso deseo de vivir. Secreto, dominio, fortaleza que puede hacer que los hombres sobrevivan a instancias profunda humillación y dolor. De sus luchas, de su fortaleza, de su inmensa sabiduría, palpadas en este discurso, podemos deducir y reflexionar de que con sólo en control de la mente y con la elección de nuestros pensamientos podemos hacerlo todo… Porque cuando escuchamos estos relatos y vemos la paz en su rostro, podemos a llegar a sentir vergüenza, de lo hacemos con tanto cada día, al alcance de nuestras manos. Frenar los pensamientos, apagar las voces, imaginar la casa de nuestros padres, centrarnos en un punto, vivir el ahora aferrándonos a la fé y a la vez descubriendo a Dios, con todo lo que la mística puede ofrecernos, o mirar las hormigas y escuchar que pueden hablar, son modos de aferrarnos a la vida, al instante que la vida nos ofrece en esta inmensa paradoja que es la rueda en que se mueve y nos transporta algunas veces al horror y otra al paraíso. Sobrevivir a una cárcel es brutal y siempre será en algún sentido un milagro personal, pero que dentro de lo intransferible que puede parecernos- sobre todo cuando las circunstancias nos hacen bordear la frontera entre la locura y la cordura, frágil en extremo. Siempre habrá más instancias para reflexionar sobre la maravilla que abriga la mente de un hombre, que pinto dentro de ella muchos paisajes anhelados, que estaban en la única revista a la que tuvo a su alcance en esos años. Y que tiempo después sería el paisaje del contexto de su vida actual, un círculo perfecto, uno de los tantísimos milagros de la vida. Todo esto unido a una excelente fotografía y sin duda a haber tenido la habilidad de ofrecer el deseo de un testimonio desde una entrega total de su protagonista, sin golpes bajos y con la vivencia del misterio que acompaña la vida. Un testimonio de la fuerza interior de los hombres.