Con la maravillosa banda sonora de fondo y un sinfín de situaciones presentadas como una especie de viñetas, Paul Thomas Anderson logra una estupenda «coming-of-age que dialoga con clásicos del cine como American Grafitti de George Lucas y viejos films de amores adolescentes, logrando un festival cinematográfico no solo para aquellos que adoran la filmografía del director, sino también para los nostálgicos del cine y de la cultura pop de principios de los 70.
Con una fotografía y una estética superior a producciones anteriores del director, la película logra su cometido: mantenernos expectante al conflicto y provocar algún que otro sobresalto.
Desde la canción inicial, cuando nos presentan la hermosa voz de Belle, hasta el final que se suelta por completo, la última película de Hosoda combina la música y la animación de alta calidad por las que sus películas son conocidas para crear un mundo virtual extraño e impactante.
Teniendo en cuenta los últimos años de la pandemia mundial por COVID, la emoción y la cruda relatividad de La Última Noche son coincidentes e incómodamente realistas. Camille Griffin utiliza la excusa de un supuesto fin del mundo para analizar el momento que nos ha tocado vivir; consigue contrariarnos, pero también, que disfrutemos de la reunión redentora de este grupo de amigos en sus últimas horas.
De esta manera, El Empleado y el Patrón se convierte en un cuestionamiento de una sociedad individualista y egocéntrica donde los incentivos mercenarios triunfan sobre la decencia básica.
Petite Maman se siente como una película de regreso a casa que, a pesar de ser explorada con niñas y pequeñas historias, aborda temas más elevados sobre el dolor y las complejidades de los vínculos madre-hija.
La versión de Steven Spielberg de Amor Sin Barreras se siente arraigada en la tradición de las películas musicales, pero se refuerza con temas actuales. Combina cuestiones que han dado forma a la cultura pop desde la elegante precisión del director de Tiburón y E.T., quien siempre ha tenido el ojo de un director musical a la hora de darle un marco coreográfico a sus escenas.
Cálida, con momentos de intensas interpretaciones actorales y unas muy buenas recreaciónes de los partidos de tenis, King Richard, Una Familia Ganadora se destaca como drama deportivo sobre la perseverancia del padre Williams en contextos negativos, donde el racismo, la mirada elitista y las presiones aparecían en el camino a la cima de estos dos monstruos del deporte internacional.
Taranto era un tesoro escondido de Italia, un lugar privilegiado para el turismo, una ciudad que nació como un acto de amor y que hoy es un veneno para sus habitantes.
Carajita nos muestra como los diferentes estratos sociales manejan sus propias normas y como cada una empuja a los personajes a actuar determinada forma, para terminar de destruir la inocente ilusión sobre que el amor está por sobre toda diferencia social, mucho más cuando la impunidad de los poderosos y la fragilidad de los pobres se hacen presentes.