“Línea 137” de Lucía Vasallo. Crítica. La violencia de género en primera persona. El jueves 16 por CineAr se estrena el documental de Lucía Vasallo, con guión de Marta Dillon, una de las fundadoras del colectivo “Ni Una Menos” que refleja la labor diaria de los trabajadores de la Línea 137 para denunciar casos de violencia de género. Por Bruno Calabrese. Una mujer muere cada 23 horas en Argentina. Es el epílogo de situaciones cotidianas naturalizadas, que las víctimas muchas veces se resisten a denunciar pero que también son negadas por los victimarios. Para mostrar esas realidades y combatir la violencia machista, “Línea 137” acompaña a un grupo de asistentes sociales y psicólogos que asisten, socorren y acompañan a distintas mujeres que sufren casos de violencia de género, sexual y familiar. La cámara sigue el trabajo cotidiano del programa “Las Víctimas contra Las Violencias”, un servicio que mediante la línea gratuita 137 interviene directamente en conflictos de violencia de género y familiar y frente a denuncias de violencia sexual en el ámbito de CABA, Chaco (Resistencia), y Misiones (Posadas, Garupá, El dorado y Oberá). Pero no solo son mujeres y niños las víctimas de esa violencia machista, también veremos casos de personas mayores sometidos por sus hijos. Por eso la “Línea 137” constituye una política pública efectiva para evitar la revictimización y promover el acceso a la justicia de las personas víctimas de violencias y malos tratos. En las reuniones veremos como organizan su tarea y debaten estrategias para hacer frente a trabas que se les presentan a diario para poder solucionar los problemas de las víctimas, como las mal llamadas fundaciones pro-vida que tratan de impedir la Interrupción Voluntaria del Embarazo de una menor víctima de un abuso intrafamiliar. Mostrando el doble hecho de violencia a la que la niña será sometida, la familiar y la institucional. Lucía Vasallo hace una selección inteligente de casos de violencia en distintas clases sociales. “Línea 137” sirve como herramienta de concientización y aprendizaje. Más que un documental es un levantamiento, un pedido para que más mujeres se animen a denunciar la violencia machista y evitar nuevos femicidios. Así como también es un reclamo paquete el Estado amplíe un sistema de ayuda a las víctimas en todos los sectores del país. Puntaje: 80/100.
“La Creciente” de Demián Santander y Franco González Dentro del “Programa de estrenos durante la emergencia sanitaria” del INCAA, se estrena el día de hoy a las 20 hs. en la plataforma gratuita de Video a Demanda CINE.AR Play y TV “La Creciente”, película participante de la Competencia Argentina del BAFICI 2019. Por Bruno Calabrese. Matías (Christian Salguero) llega nadando a una isla del Río Paraná. El joven se oculta de alguien que lo persigue, no sabemos quien. Tratando de dejar ese pasado atrás comienza a trabajar de peón con el Correntino (Héctor Bordoni), un hombre poderoso dentro de las islas al que todos le temen. Conocerá a la hija de su patrón, Gaby (Mercedes Burgos) y comenzará un amorío. El deseo de ella es salir de ese lugar, su padre la maltrata y la obliga a los quehaceres del hogar. Ambos comienzan a planear la manera de escapar, pero no será fácil escapar y la tragedia parece el destino inevitable. La marginalidad de la zona de las islas del Paraná es el escenario ideal para este western tenso y crudo. Matías arrastra un pasado delictivo que trata de dejar atrás pero parece que el destino no lo deja salir de ahí. La supervivencia es el motor por el cual todos se interelacionan, Matías con el Correntino y Gaby con el joven, quienes comenzarán un amorío que aparece como la esperanza de ambos para salir de esa prisión que significa las islas. Las actuaciones del trío principal hace que el relato cobre naturalidad y sea realista. Christian Salguero compone un personaje lleno de matices, cuyos silencios encajan perfecto con el ambiente, un joven que busca redimirse con su vida pero que el entorno lo conduce por un inevitable camino. La relación patriarcal entre los personajes de Héctor Bordoni y Mercedes Burgos es otro de los puntos altos, que le aporta dramatismo y realismo al film, compuesto con total naturalidad por ambos actores. En “La Creciente” todo se rige bajo la Ley de la Selva, donde el más fuerte impone las condiciones. Es tensa, se destaca por la crudeza de sus escenas, pero también es un film sensorial donde se transpira la humedad del ambiente cuyo espiral de violencia irá creciendo minuto a minuto, hasta llegar a un final trágico. Desenlace que se condice con las condiciones en la que viven los personajes en la marginalidad de las islas del Río Paraná. Puntaje: 70/100.
“La Sombra del Gallo” de Nicolás Herzog. Crítica. El peso de la culpa y la búsqueda de justicia. En su primer largometraje ficcionado, el director de los documentales “Vuelo Nocturno” y “Orquesta Roja” sorprende con una intrigante película que utiliza como herramientas la trata de personas y la corrupción policial para meternos en la paranoia de un ex presidiario. Por Bruno Calabrese. Un ex policía Román Maidana (Lautaro Delgado) vuelve a la casa del padre recién fallecido luego de cumplir una condena en la cárcel. En el pequeño pueblo donde vive le da la bienvenida el comisario. El pueblo está convulsionado por la desaparición de una joven. Mientras tanto, en la casa semi abandonada del padre, Román comenzará a experimentar extraños sucesos que lo envolverá en una extraña paranoia que guarda relación con la desaparición y que lo llevarán a meterse en un misterioso mundo de la trata de personas. Nicolás Herzog elige contar pocos detalles sobre el pasado de Román. Los irá soltando a cuentagotas a medida que la película avanza, logrando generar un clima de suspenso asfixiante que va aumentando cada vez más. Apoyado en la actuación de Lautaro Delgado, como una especie de Cristian Bale en “El Maquinista” de Brad Anderson, el film nos sumerge en la paranoia y la culpa de Román por sucesos del pasado, que no lo dejan dormir ni descansar en paz. Siempre con las cruces detrás de él, como la justicia divina que le respira en la nuca. En el medio de todo la desaparición de una joven en el pueblo conmociona a todos y lo lleva al protagonista a investigar que pasó con ella. Pero el terreno donde comienza a entrar es peligroso; corrupción policial, videos snuff y el miedo de involucrar a viejos amigos de él, obligan a Roman a replantearse una y otra vez los pasos a seguir. “La Sombra del Gallo” no es una película de denuncia que hace foco el submundo de las redes de tratas. Es un viaje paranoico a través de la culpa y el remordimiento, un recorrido por la mente de un individuo con la sensación de no cumplir el merecido castigo por los hechos del pasado. Con una estética rural perfecta y una música impecable hipnotiza y envuelve al espectador en la psiquis de Román hasta llevarnos a un final revelador que desentierra el siniestro secreto que tanto lo atormentaba. Puntaje: 80/100
“El Precio de la Verdad” de Todd Haynes. Crítica. Navegando por aguas turbias. Comprometido con la lucha por el medio ambiente, Mark Ruffalo compone magistralmente al abogado que se hizo cargo de la lucha contra la compañia química Dupont. Por Bruno Calabrese. Tood Haynes rescata un género perdido, los dramas de denuncia de conspiración corporativa. Desde “Erin Brockovich” de Steven Soderbergh no tiene un exponente fuerte en los cines. Lo hace contando un hecho que comenzó a suceder partir de principios de la década de 1950. Cuando Dupont, la compañía química estadounidense más poderosa, utilizaba materiales tóxicos en varios de sus productos, aún sabiendo del daño que hacían, debido a la propia investigación de la compañía. La película se basa en la historia de 2016 de la revista New York Times “El abogado que se convirtió en la peor pesadilla de Dupont”, y la persona de la que se trataba era, de hecho, un abogado defensor corporativo, un hombre cuyo principales clientes eran empresas químicas. Sin hacer foco solamente en la contaminación de la empresa, también cuenta la historia de Rob Elliot (Mark Ruffalo), el tenaz abogado que descubre el oscuro secreto que conecta un número creciente de muertes y enfermedades con una de las corporaciones más grandes del mundo. En ese proceso de lucha e investigación arriesga su futuro, su trabajo y hasta su propia familia para sacar a la luz la verdad. Volcarse a la historia personal del obsesivo heroe le da la película un mayor grado de intensidad emocional, sobre todo a la hora de plantear los vínculos del abogado con las víctimas y la desprotección de los mismos ante el poder de la corporación. Un aire a “Zodiac” de David Fincher se ve reflejado en la obsesión de Rob por el caso (incluso hay una escena del abogado clasificando las pruebas en el living de su casa que es similar al film sobre el célebre asesino serial). Pero. además, aprovecha la era Trump para reflotar ese sentimiento de impunidad que parecen gozar nuevamente las grandes empresas, sobre todo ese sentimiento de que el poder siempre tendrá otra forma de defenderse. Sobre todo si tenemos en cuenta el desprecio del presidente norteamericano por el medio ambiente y las advertencias sobre el calentamiento global a nivel mundial. Todd Haynes, famoso por los dramas “Carol” y “Far from Heaven” le da a “Dark Waters” una textura singular de docudrama sobre hechos poderosos como el envenenamiento de la vida estadounidense. “El Precio de la verdad” es la incansable lucha del débil contra el poderoso; una especie David y Goliat que, más allá del final esperanzador, nos dejará la sensación de estar desprotegidos y una sensación de inseguridad ante la contaminación ambiental. Puntaje: 85/100.
“La Biblioteca de los Libros Olvidados” de Rémi Bezançon. Crítica. La intrigante obra del inesperado escritor. Una obra literaria que revoluciona a un país, un crítico escéptico que sospecha del origen del libro. Los condimentos de una entretenida comedia detectivesca con la luminosidad propia del cine francés. Por Bruno Calabrese. Una editora junior busca el libro que la lleve al éxito. Junto a su novio escritor decide ir a visitar a su padre en un pueblo de Francia. Este le cuenta que en el pueblo se encuentra una biblioteca donde se encuentran archivados los libros que fueron rechazados por las editoriales. Ella decide revisar si en esa biblioteca puede encontrar el próximo best seller. Es ahí que encuentra una novela, titulada “Las últimas horas de una historia de amor”, inspirada el poeta ruso Alexander Pushkin y supuestamente escrita por Henri Pick un pizzero del pueblo, al cual la esposa nunca vió escribir ni leer un libro. “Las Ultimas horas…” se convierte rápidamente en una sensación en Francia. Pero el crítico literario piensa que todo es una farsa y, después de perder a su esposa y su trabajo debido a sus comentarios despectivos, decide descubrir la verdad. Basado en la novela real de 2016 de David Foenkinos el film comienza como una comedia francesa para luego convertirse en un thriller detectivesco al puro estilo Agatha Christie. Fabrice Lucchini se luce como el irritado Jean Michael, el crítico literario que decide comenzar a investigar el pasado de la novela, en compañia de Josephine, la hija de Henri Pick interpretada por Camille Cottin. Como nada de lo que sucede alrededor de la novela convence a Jean Michel, se transformará en una especie de John Trent de “En la Boca del Miedo” de John Carpenter, a la vez que Henri Pick será el Sutter Cane que revolucionará a la sociedad con su relato. Pero nada es terrorífico acá, todo se desarrolla con un tono de comedia colorida y luminosa, sin la oscuridad y el terror delirante que se encerraba atrás de la película del maestro del terror. Con momentos desopilantes como los singulares nombres de algunos libros que se encuentran en la biblioteca, por ej. “La Masturbación y el Sushi”. Muchas reflexiones sobre literatura y el eterno dilema de la búsqueda de reconocimiento del escritor acompañan a “La Biblioteca de los Libros Rechazados” y nos pone en el rol de detectives para convertirse en un atrapante juego de adivinanzas en el que acompañaremos al irritante crítico de libros en su aventura de descubrir al misterioso secreto atrás del inesperado escritor. Una película para disfrutar del genial Fabrice Luchini en todo su esplendor. Puntaje: 80/100
“Niña Mamá” de Andrea Testa. Crítica. Una realidad que golpea y preocupa. Un documental simple y directo, que a través de testimonios de niñas madres refleja la falta de educación sexual y la necesidad de políticas de estado que atiendan a jóvenes en estado de vulnerabilidad. Por Bruno Calabrese. El 16% de los casi 700 mil nacimientos que ocurren por año son de madres adolescentes de entre 15 y 19 años (en algunas provincias equivale al 25%) y más de 3000 son de niñas de 10 a 13 años. La gran mayoría de los embarazos no son planeados y ocurre porque los chicos desconocen cómo funciona su propio cuerpo, o por haber escuchado mitos falsos sobre la sexualidad y las formas de cuidarse. Andrea Testa elige mostrar esa realidad a través de la atención que reciben las niñas en un hospital público. La directora recoge testimonios y utiliza primeros planos cerrados de las jóvenes madres o futuras madres. De manera inteligente, la película solo se limita a mostrarlas a ellas y nadie más, solo escucharemos a los profesionales a través de breves consultas a los pacientes. A través de esos testimonios podemos encontrarnos con una diversidad de niñas y adolescentes particulares, cada una con un contexto diferente y circunstancias particulares a la hora de afrontar la maternidad. Así podemos ver una joven de 20 años que ya tiene 4 hijos y desea ligarse las trompas, pero el hospital no cuenta con turnos para poder realizar la cirugía. Otra cuyo embarazo proviene de una violación y decide llevar adelante un aborto. Sumados a diversos casos dónde la audiencia de una educación sexual adecuada es el principal motivo por el que se produce el embarazo. “Niña mamá” es simple y real, no recurre a maniqueísmos ni dramatismo para mostrar una realidad preocupante. Solo se limita a mostrar a las víctimas para reflejar la necesidad de una educación sexual integral y políticas públicas para atender estas cuestiones. Puntaje: 80/100.
“Familia” de Edgardo Castro. Crítica. Una experiencia observacional puertas adentro. Bruno Calabrese Hace 3 horas 0 1 El director de la vertiginosa “La Noche” baja un cambio para mostrarnos los días en compañia de su familia. Peculiares y extravagantes personajes que pasan sus días entre programas de televisión pasatistas y dispositivos móviles. Por Bruno Calabrese. Tres años después de recibir el premio del Jurado en el BAFICI, Edgardo Castro da un giro y nos trae un documental ficcionado sobre una familia, sus costumbres y la víspera de la fiesta de fin de año en una experiencia observacional donde se nos plantean problemáticas como la vejez, el paso del tiempo en las relaciones y el uso de la tecnología para mantenernos entretenidos mientra la vida transcurre. La familia de Castro es noctámbula. En la casa viven su mamá, su papá y su hermana de 35 años. Los dos primeros están jubilados y su hermana ni estudió ni trabaja, solo vive para cocinarle a sus padres y competir con su madre a los jueguitos del celular y en la computadora. Sus vidas comienzan siempre después del mediodía, la primera en levantarse es la hermana para preparar el desayuno, horas más tarde se suman los demás, y ahí comienza la verdadera rutina, que repiten todas sus tardes y sus noches: ver televisión, jugar a sus juegos, comer y ordenar la casa. Sólo salen para proveerse de comida y otras necesidades. Cada fin de año, en vísperas de fiestas y de mi cumpleaños, Edgardo viaja dos semanas desde la Capital y convive con ellos. A modo de experiencia observacional, el director nos sumerge en la particular dinámica de su familia, que puede ser una familia cualquiera. La cámara solo se dedica a espiarlos durante sus actividades, sin música de fondo ni trucos de montaje, solo está ahí para que nosotros espiemos como funcionan Los Castros. En ese viaje conoceremos a un padre, que escucha poco y nada. Que deambula en cuero por la casa y protesta por las comida (igual no deja nada en el plato). Discute con su madre, quien pasa sus días jugando con su celular, mientras espera un nuevo capítulo de la novela “El Sultán”. Una muestra de la vejez, el desgaste de las relaciones y el acostumbramiento que suele darse con el paso del tiempo en las parejas. La televisión es otro personaje más dentro del espectro hogareño. El sonido ambiente está dado por los programas televisivos que se emiten en ese momento. Es así que entre el poco diálogo que existe entre ellos escucharemos de fondo los estridentes gritos del animador televisivo. También aparece la hermana como uno de los referentes dentro de la estructura familiar. Casi siempre callada, se dedica a cocinar y cuidar de sus padres, mientras comparte tiempo con Edgardo en la cocina. La falta de comunicación y la televisión siempre prendida, son elementos que se presentan como algo natural dentro del clan. Pero más allá de las distancias y las diferencias, en “Familia” la incondicionalidad está ahí para cobijarnos, como ese abrazo final entre madre e hijo. Puntaje: 80/100.
“Los Caballeros” de Guy Ritchie. Crítica. Volver a la fuente. El director inglés regresa a la fórmula que mejor le funcionó y nos trae una divertida comedia de gangsters, mafias, narcotráfico y apuestas ilegales. Por Bruno Calabrese. Guy Ritchie irrumpió en el cine hace más de 20 años con una joya del cine inglés como “Juegos, Trampas y Dos Pistolas Humeantes”. Años después se fue para EEUU para filmar la frenéticamente divertida “Snatch: cerdos y diamantes”. Ambas películas presentaban una serie de elementos visuales y narrativos, sumamente atractivos: juegos de cartas y apuestas ilegales en habitaciones reducidas, personajes sombríos y coloridos con apodos memorables al estilo Tarantino, secuencias de persecuciones hilarantes, peleas viscerales, giros y múltiples hilos entrelazados de la trama, y bandas sonoras intensas y frescas. En sus películas se notaba una influencia de estilos, aparte del director de “Perros de la Calle”; mafiosos tipos Scorsese y un montaje acelerado a lo Danny Boyle; pero todas con el toque característico del humor inglés. Con semejante presentación muchos aplaudieron la aparición de un director contanta diversidad de estilos. Pero algo pasó en el medio y con el tiempo su carrera se desdibujó. La debacle arrancó con su tercera película, “Swept Away” protagonizada por Madonna, su esposa en ese momento. El film era una especie de secuela del clásico del cine italiano “Insólita aventura de verano” de Lina Wertmüller. El film fue un fracaso de críticas y de público. Lo mismo pasó con su cuarta película “Revolver”, un olvidable intento de volver a la fuente que no rindió los resultados esperados. Parecía ser que la mudanza a la meca del cine hacía que todos sus productos naufragaran en la nostalgia de sus dos primeras obras. Aunque levantó un poco la puntería con “Rock´N´Rolla” nada fue como sus inicios. A partir de ahí comenzó a realizar películas por encargue. Arrancó con la saga “Sherlock Holmes” protagonizada por Robert Downey Jr. y siguió con la versión nueva de “El Agente de C.I.P.O.L”, “Rey Arturo” hasta terminar en la nueva versión de “Aladdin” del año 2019 (si, nada que ver con su filmografía). Parecía que la carrera de Guy deambulaba en productos ajenos y que nunca llegaría a ser la de sus comienzos. Pero nada fue así, la llegada de “Los Caballeros” nos devuelve la esperanza y lo vuelve a poner como ese gran director de sus inicios. La historia gira en torno Mickey Pearson, un traficante de marihuana que, ante la proximidad de la legalización del cannabis, decide vender su imperio a un multimillonario norteamericano. Dada el avance tecnológico existente el negocio de Mickey tiene la particularidad de que su producción de mercadería es cultivada en laboratorios subterraneos ubicadas en fincas de multimillonarios ingleses. Pero lo que parecía un retiro tranquilo para Mickey de la actividad delictiva se transformará en un juego de traiciones dentro de un particular micromundo de pandillas. Algunos lo podrán tildar de repetitivo en su estética, pero es la fórmula que funciona y que mejor que volver a la fuente para lograr un entretenimiento de la factura de “Los Caballeros”. Personajes estrafalarios y torpemente divertidos se hacen presentes. En todo esa galería sobresale Hugh Grant, como el chantajista periodista Fletcher, quien también hace las veces de narrador (A más de uno nos gustaría adoptar el nombre Raymondo para una mascota después de ver la película). También brilla Colin Farrell interpretando a “Coach”, un profesor de artes marciales que entrena chicos en situación de vulnerabilidad y los rescata de la calle pero que se ve involucrado en el juego cuando un grupo de jóvenes de su gimnasio irrumpen en el indoor subterraneo y suben la filmación a las redes sociales. La otra sorpresa es el actor de Succession, Jeremy Strong, quien se luce como el refinado millonario que intenta comprar el imperio de Mickael. Con algunas escenas que recuerdan a films de Tarantino (La escena en el departamento de los heroinómanos parece salida de “Pulp Fiction”), la película recorre toda la historia mediante flashbacks, idas y vueltas en el tiempo, pero siempre con la violencia como herramienta de humor negro, acompañada por una notable banda sonora. A la vez que aprovecha el uso de las redes sociales y los celulares para adaptarlo a la trama, sin perder la impronta de película de gangster clásica. “Los Caballeros” es una comedia de pandillas ágil, dinámica, un film que devuelve al director a las grandes ligas en forma refinada y elagante (el vestuario es impecable). Guy Ritchie nos introduce en una historia llena de sobornos, chantajes y traiciones, que nos lleva a recorrer un submundo de criminales millonarios estafadores, con la impronta que lo caracterizó en sus inicios, un regreso esperado por muchos fanáticos del director inglés. Puntaje: 90/100.
“El Hombre Invisible” de Leigh Whannell. Crítica. Ojos que no ven.... Inspirada en la novela de H. G. Wells, Universal y Blumhouse se reunieron para traer una nueva adaptación del clásico monstruo de la legendaria productora cinematográfica. Por Bruno Calabrese. Luego del fiasco de “La Momia” del año 2017, donde Universal Pictures trató de relanzar la franquicia de los monstruos clásicos del género de terror, esta vez le tocó el turno a “El Hombre Invisible”. Pero la productora no quería volver a repetir viejos errores y para asegurarse eso, que mejor que aliarse con quién más sabe del género en este momento: Jason Blum y su productora Blumhouse, responsable de películas como “Huye!” de Jordan Peelle y “La Noche del Demonio” de James Wan, entre otras. Pero para que nada vuelva a fallar era necesario conseguir un buen director, y para eso citaron al promisorio Leigh Whannell, un asiduo colaborador de James Wan en los guiones de “El Juego del Miedo” y “La Noche del Demonio”. Su único antecedente como director era la sorprendente “Upgrade” del año 2018, una historia de ciencia ficción que sorprendió a más de uno. Una película que parecía salida de un capítulo de Black Mirror con mucho frenesí, violencia y buenos efectos de cámara, pero también era un drama triste y profundo.. Con todos esos antecedentes llegaba esta nueva película de “El Hombre Invisible”, adaptación libre del propio director. Cuenta la historia de Cecilia, una arquitecta que decide escaparse del hogar que comparte con su abusivo y controlador marido, un reconocido científico. Encerrada en la casa de un amigo de la hermana, junto a la hija de este, con pánico a salir a la calle, se entera que su ex marido se ha suicidado, dejándole una suma importante de dinero. Sin embargo, su sentido de la realidad se pone en tela de juicio cuando comienza a sospechar que su ex novio en realidad no está muerto, como había pensado. Claramente el film se divide en dos partes, la primera apoyada en clásicos del cine como “El Ente” de 1982, mezclado con “Durmiendo con el Enemigo” de 1991 que tocaban el tema de la violencia de género de distintas maneras. En formato sobrenatural la primera, aunque esté basada en un hecho real, y con mayor realismo la segunda. Leigh Whannell logra en esa primera mitad insertar al espectador en el drama de Cecilia, con las secuelas propias del trauma generado por su ex marido, pero también la mirada de los que la rodean y tratan de ayudarla. Toda esa angustia con la que acompañamos a la victima en ese proceso, tendrá un quiebre a partir de la segunda parte, con un momento que conviene no saberlo de antemano para no desaprovechar el efecto sorpresa. A partir de ahí el film no solo gana en acción y suspenso, sino que cobra mayor dinamismo. De manera similar a su anterior película, el director nos mete en una historia de terror que recuerda a films como “Depredador”, donde el miedo está presente pero no lo podemos ver. La violencia psicológica se hace explícita y se devela el secreto que rodea al misterioso hombre invisible, lo que conducirá a un final polémico, sobre todo porque nos deja la duda como hará para trasladarse esta historia al universo cinematográfico de los monstruos de Universal. “El Hombre Invisible” recupera a un clásico del cine de terror, lo lleva a un plano metafórico sobre la violencia de género y sube la vara en relación a todas las películas anteriores del personaje. Terror psicológico y drama en la primera parte, puro suspenso y acción en la segunda mitad. De esta manera Leigh Whannell se posiciona muy bien como uno de los directores a tener en cuenta dentro del género, con una propuesta arriesgada pero efectiva. Aunque nada de esto hubiera sido posible de no ser por la brillante actuación de Elizabeth Moss, quien carga con todo el peso dramático y emocional de la película. Puntaje: 85/100.
“Respira” de Gabriel Grieco. Crítica. Un rejunte de toxicidades químicas y humanas. Presentada en el último Buenos Aires Rojo sangre y ganadora del premio a Mejor Fotografía, se estrena la nueva película del director de “Naturaleza Muerta” e “Hipersomnia”. Por Bruno Calabrese. Leonardo (Lautaro Delgado) está frustrado porque no consigue trabajo. Despedido por mal comportamiento de su trabajo como piloto comercial, decide aceptar un trabajo que le consigue un amigo de su esposa, Leticia (Sofía Gala), como piloto fumigador en las plantaciones de soja. Dada la distancia entre su casa y el lugar de trabajo deciden mudarse junto a su hijo a una precaria casa en el campo. Al llegar al lugar lo recibe el encargado de cuidar los campos, Emilio (Daniel Valenzuela). Un ser misógino y machista, que apenas los conoce comienza a coquetear con ella. Cuando comienza a trabajar, descubrirá un oscuro secreto relacionado con los agroquímicos, que pondrá a él y a sus seres queridos en peligro. Pero en el pueblo no están solos, también están un grupo de misteriosos vecinos que sufren las consecuencias de la fumigación de agrotóxicos y luchan contra los millonarios dueños del campo, los peones rurales que cuidan los mismos y la complicidad de la policia local. Encabezados por una Todo ese combo de toxicidad humana y química es presentada en la primera mitad de la película por el director. En el medio tambien se encuentran las pequeñas actitudes venenosas, como los celos de Leonardo hacia su esposa, el consumo de tabaco y la utilización de aerosoles para pintar la bicicleta por parte del niño. Todo sirve como instrumento del director para demostrar que la toxicidad está presente en nuestras vidas mucho más de lo que pensamos. Pero cuando todo apunta hacia una película sobre la aparición de algo sobrenatural entre los maizales, o hacia una película sobre la utilización desmedida de los agrotóxicos y sus consecuencias, el film se convierte en una película de acoso hogareño, similar a cintas como “The Strangers”. Ahí el director muestra su talento para construir el suspenso y los momentos de tensión. Hasta incluso se da tiempo para rendir homenajes a clásicos del cine, sacando provecho de contar con una avioneta biplano vieja, se da el gusto de recrear escenas icónicas de “Intriga Internacional” de Alfred Hitchcock e “Indiana Jones y Los Cazadores del Arca Perdida”. La música de Ale Kurz, cantante de “El Bordo” le da el marco ideal al aire rural que se respira. Sobre todo con la canción principal, “Respira” compuesta exclusivamente para la película, siempre apoyado por la lograda fotografía aerea de los sembradios y las rutas campestres. “Respira” es breve en su desarrollo, tiene discurso político sobre las toxicidades y el uso de pesticidas que queda expuesto en su primera mitad para luego transformarse en una película de suspenso que utiliza muy bien el ambiente rural para mostrar un terror real. Con una familia que queda metida entre una lucha pueblerina, mientras la figura del acaudalado dueño de los campos y principal responsable de la contaminación se mantiene omnipresente, como en la vida real y la eterna lucha de clases por los intereses ajenos. Puntaje: 70/100. "Respira" es breve en su desarrollo, tiene discurso político sobre las toxicidades y el uso de pesticidas que queda expuesto en su primera mitad para luego transformarse en una película de suspenso que utiliza muy bien el ambiente rural para mostrar un terror real.