El director de la notable “Short Term 12” homenajea a un abogado ejemplar con una historia que no está a la altura de sus anteriores producciones pero igual provoca indignación y admiración. Bryan A. Stevenson es un abogado estadounidense, activista por la justicia social, el fundador y director ejecutivo de la Iniciativa Equal Justice. Con sede en Montgomery, Alabama, Stevenson ha desafiado el sesgo contra los pobres y las minorías en el sistema de justicia criminal. Tras años de lucha, los rescató del corredor de la muerte y de un sistema legal injusto. “Buscando Justicia” de dedica a mostrar sus comienzos en la lucha del abogado por la igualdad de derechos de los condenados sin juicio justo en el estado de Alabama. La primer escena sirve para mostrarnos que fue lo que motivó a Bryan, en el proceso final de recibirse en Harvard, para luego saltar años después, cuando el abogado forma junto a Eva Ansley (una despareja Brie Larson) la Iniciativa Justicia Equitativa, cuyo fin era proporcionar ayuda judicial gratis a gente condenada injustamente o en proceso judicial. En entrevistas con distintos presidiarios afro-americanos en el estadod eAlabama conocerá a Walter Mcmillian (Jamie Foxx) condenado a la silla eléctrica por el asesinato de una joven. El abogado intentará demostrar su inocencia y como el recluso fue injustamente condenado en base a pruebas falsas. El film es uno más de un sinfín de películas sobre la violencia institucional hacia la población afro-americana en Estados Unidos. Pero todos los años sale uno que toca temas reales sobre el racismo, de mayor o menor calidad. Los mejores exponentes de los últimos años fueron “Detroit: Zona de Conflicto” de Katryn Bigelow e “Infiltrados en el KKKlan” de Spike Lee. Pero salvando las distancias, “Buscando Justicia” tiene una mirada más cercana al clásico “Matar a un Ruiseñor” con Gregory Peck, y recuerda el caso de Rubin “The Hurricane” Carter, personificado por Denzel Washington. Logra generarte indignación, sobre todo teniendo en cuenta que esta historia es más cercana en el tiempo (McMillian fue condenado en 1988 y el caso se reabrió en 1991) y las secuelas que quedaron en los perjudicados, sumado a la naturalización de las víctimas sobre lo que les sucede. Michael B. Jordan y Jamie Foxx están a la altura de las cirscuntancias en el papel del abogado y el recluso, logrando trasmitir angustia contenida en los momentos donde las injusticias se hacen presentes. Brie Larson parece estar una meseta actoral luego de sus maravillosos papel en “The Room” (por la que ganó el Óscar) y en la anterior película del director “Short Term 12”. Acá pasa prácticamente desapercibida, quedando desdibujada, casi en un segundo plano, al lado de las actuaciones de la dupla protagonista. “Buscando Justicia” es la película sobre el rascismo de cada año. Un relato fuerte y triste, con momentos que provocan indignación y bronca, con otros donde se te va a escapar una lágrima. Gracias a su ritmo pausado y seriedad con que trata el tema, te acerca a sufrir a la par de las víctimas y no poder creer que sucedan estas situaciones. Aunque por momentos abusa del recurso del golpe bajo emotivo y con algunos clichés propios de este tipo de películas, es un merecido homenaje hecho con dignidad a un justiciero admirable. Puntaje: 75/100. Actuación Arte Guión Música Fotografía Un relato fuerte y triste, con momentos que provocan indignación y bronca, con otros donde se te va a escapar una lágrima
Pasado y presente de una Chile convulsionada. El director chileno, quien ya ha indagado en el tejido social y político de su país en anteriores películas, como “Machuca”, “Violeta se fue a los cielos”, “La Fiebre del Loco” o “La Buena Vida”, viaja a principio de los 70, en una Chile convulsionada, para traernos un vibrante thriller de tinte político con un triángulo amoroso en el medio. Por Bruno Calabrese. “Araña” no comienza en los 70, su primer visionado nos traslada a 2018. En un Santiago de Chile donde la desigualdad social, con gente durmiendo en la calle bajo una extrema pobreza. Ese arranque nos trae a un hombre recorriendo lentamente las calles en su auto. Esa lentitud se ve interrumpida cuando presencia el robo de una cartera por parte de un joven, al cual empieza a perseguir en una escena impactante y vertiginosa que parece salida de un film de John Frankerheimer, con un final brutal e impactante. Quien conduce el auto es Gerardo (Marcelo Alonso), quien estaba desaparecido hace 45 años. Su aparición despierta el interés de Inés (Mercedés Morán) una influyente empresaria que ve en esa aparición un peligro latente que la llevará a inmiscuirse en la situación y a tratar de mover influencias para que el detenido no ponga en peligro su vida y la de Justo (Felipe Armas), su marido. A partir de ahí el director nos trasladará al pasado de ese trio, en la juventud de Inés (María Valverde) , Justo (Gabriel Unzúa) y Gerardo (edro Fontaine) desde el momento en que se conocen. Los dos primeros son una pareja de jóvenes adinerados y fervientes guerreros antimarxistas, el tercero en discordia un rebelde lumpen que no soporta las órdenes de nadie. Los tres pertenecientes al Frente Nacionalista Patria y Libertad, fundado en Chile en 1971 con el objetivo de regenerar la patria y acabar con el gobierno de Unidad Nacional. El Frente Nacionalista Patria y Libertad fue el catalizador de la resistencia anticomunista. De carácter antisistémico y condición de extrema derecha se basaba en en la retórica de vieja y nueva política, y una fuerte identidad nacionalista. Fue clave para llevar a cabo el vergonzoso golpe de estado llevado a cabo por Augusto Pinochet sobre el gobierno del Salvador Allende en 1973. El grupo se desarmó una vez perpetuado el golpe, pero sus referentes aún siguen teniendo poder en la política actual de Chile. Pero el film no solo funciona como un thriller político, el director diseña un juego de seducción entre los tres protagonistas que hará que la tensión erótica este presente desde el preciso momento en que se conocen. Sobresaliendo en ese juego la actriz María Valverde en el rol de Inés, una joven que no teme a nada, cuyo discurso político firme y provocador genera en Gerardo una atracción que será el eje sobre el cual gire su relación. El triángulo amoroso tendrá consecuencias en las decisiones que ambos deban tomar a la hora de ograr el cometido de hacer caer lo que ellos llamaban el peligro comunista. Esa tensión irá increscendo hasta el esperado encuentro final entre Inés y Gerardo, cuarenta años después, con ella cargando con los problemas psicológicos de Justo. “Araña” se desplaza de manera rápida, suave y eficiente de un lado a otro en el tiempo sin sentirse desarticulada o incoherente. Se respira un aire añejo al recordado cine político de principios de los años 70 de Costa-Gavras. Comprometido con la realidad del país trasandino, Andrés Wood retrata de manera notable el contexto político y social chileno en los 70, a la vez que transmite con preocupación que ese germen fascista y violento aún sigue presente en la sociedad chilena, pero que se puede traspolar a cualquier otro país. Puntaje: 80/100.
“¡Por fin solos!” de Fabrice Bracq. Crítica. Escapar de las responsabilidades. Marilou y Philippe están a punto de jubilarse y de realizar su sueño: vivir bajo el sol de Portugal. Pero su familia tiene otros planes para ellos. Por Bruno Calabrese. ¿Se acaban las responsabilidades cuando uno se jubila? ¿Es real que que al dejar de trabajar puede cumplir los deseos postergados por las obligaciones laborales y familiares? A Marilou (Michéle Laroque) y a Philipe (Thierry Lhermitte) parece que esas preguntas esas dudas se están disipar. Ambos llegan a los 62 años de edad con las energías a pleno y la jubilación les dará la chance de cumplir sus deseos de vender todo e irse a vivir a Portugal. Pero lo que parece fácil no lo es tanto y cuando el sueño se está por cumplir, distintas circunstancias familiares harán que la situación se dilate y la desesperación de la pareja vaya en aumento. La película se nutre de una familia disfuncional para darle humor: un hijo periodista deportivo que oculta su homosexualidad, sobre todo en un universo masculino como el futbolístico . Su esposa, una decoradora que lastima a Marilou con comentarios hirientes. Su otra hija, una mujer hiperquinética, cuyo marido sumiso y algo descomprometido con las responsibilidades provocará en ella replantearse esa relación. La película no es pretenciosa y cumple lo que se propone: entretener y pasar el rato. De manera fresca y con una lograda púesta en escena. Lumínica, colorida; con algunos gags graciosos y situaciones absurdas, logra generar empatía con los personajes. Transmite cercanía con algunas circunstancias de la vida común, como donde ubicar a los hijos un día de huelga escolar cuando los padres tienen que ir a trabajar. Ahí es donde sobresale el desenfado y la gestualidad de Michéle Laroque en cada escena, una abuela que trata de huir de la responsabilidad de cuidar a sus nietos y hará lo posible para que eso no ocurra.
“Fin de Siglo” de Lucio Castro. Una historia de amor desenfocada en el tiempo. Ganadora de la Competencia Argentina en el BAFICI 2019 y elegida como la mejor del año pasado en esta página, llega a los cines la ópera prima de Lucio Castro. Por Bruno Calabrese. Con el tiempo las formas de relacionarse han cambiado. La sociedad mira con otros ojos la forma de interactuar con el otro. La sexualidad ya no es como en finales de los noventa. Con el paso de los años ha progresado en la forma de ver al otro. A pesar que algunos se niegan al cambio, el ser humano evolucionó en estos aspectos. En su ópera prima, Lucio Castro indaga sobre el tema y hace visible esos cambios. “Fin de Siglo” comienza con la llegada de Ocho (Julián Barberini), un escritor de poemas, a Barcelona. A modo de retiro literal, vaga por las calles sin relacionarse con nadie. Por las noches reprime su deseo de interactuar por Grindr, masturbándose. Solo con un libro (Alrededor de la Luna de Julio Verne), el cual encontró en el departamento alquilado por Airbnb, se va a la playa. Allí es donde se produce el primer vistazo con Javi (Ramón Pujol) pero el acercamiento no se lleva a cabo. Al asomarse al balcón ve que vuelve a pasar con una remera de Kiss. Lo invita a pasar y tienen sexo. Pasan el día juntos, tienen charlas profundas sobre la soledad, la paternidad y conectan de una manera llamativa, hasta que se dan cuenta que se conocieron veinte años atrás. A partir de ese instante la película se traslada al momento de ese encuentro. El salto temporal nos mostrará el contexto del fines de los noventa. El director logra plasmar de manera eficaz la diferencia sobre como se vivía la sexualidad veinte años atrás. Como era reprimida por mandatos sociales, como el temor a descubrirse a uno mismo lleva a tomar decisiones de las que luego se puede arrepentir. Barcelona mostrada a través de planos generales, con una estética admirable, una paleta de colores que combina a la perfección, generan en el espectador un placer visual. La sensualidad que destilan algunas escenas (la de Javi y Ocho bailando al ritmo de la canción “Space Age Love Song” de A Flock of Seagulls es para destacar), diálogos que no suenan forzados y la química entre los protagonista; acompañado de un montaje impecable para diferenciar los dos espacios temporales. Todo hace de “Fin de Siglo” una historia de amor desenfocada en el tiempo, sin fisuras, de primera calidad, para ver una y mil veces. Puntaje 100/100 *Crítica realizada en el marco del BAFICI 2019 *Seleccionada en el el 1° Puesto del Top Ten del Cine Argentino 2019
“Puerto Almanza” de Maayan Feldman y Juan Pablo Lattanzi La vida en el fin del mundo. Producida por la Universidad Nacional de Tierra del Fuego, se estrena el documental que cuenta la historia de los habitantes del pueblo más austral del mundo. Por Bruno Calabrese. Almanza es un pequeño asentamiento entre las montañas y el mar donde residen los pobladores más australes del mundo. Situado en la provincia Argentina de Tierra del Fuego, lo habitan unos pocos hombres quienes conviven con el frío, la naturaleza y la rusticidad del poblado. Allí vive el pescador Rolo con sus 4 hijos, los únicos niños del lugar. Rolo se niega a que sus hijos vayan a la escuela en otro sitio. Reclama tener una escuela propia en Almanza. Entre tanto Santiago, un ex adicto al juego, convive solitario con los fantasmas del pasado, mientras aguarda la llegada de un hijo al que nunca crió. Gracias a una hermosa fotografía del pueblo y la extraña personalidad de estos dos habitantes, el documental narra la vida de un grupo de personas alejadas de las urbes, inmersas en una realidad alejada a los beneficios del turismo, la industria o aquellos aspectos por el cual se reconoce a la Provincia. Se notan en los testimonios que son personas que han sufrido los avatares de vivir en sociedad. Tanto Rolo como Santiago pueden despertar polémica con algunas de sus declaraciones pero igualmente no se puede dejar de empatizar con con ellos. “Pueblo Almanza” retrata una realidad distinta, es poesía en sus imágenes e inocencia en los testimonios. Un atractivo documental sobre un lugar alejado del ruido, lleno de silencios y niebla. Con personajes ermitaños que eligen vivir sin ataduras, despojado de lo material pero que cargan con un pasado sufrido sobre sus espaldas. Puntaje: 70/100.
“El Príncipe” de Sebastián Muñoz Ansiedad de tenerte entre mis brazos. Bajo la premisa de ser una historia carcelaria, “El Príncipe” nos trae un tierno y realista relato sobre la sumisión entre prisioneros de un penal masculino y los códigos que surgen a partir de la necesidad de sentirse protegido. Por Bruno Calabrese. Ambientada en 1970, la película sigue a Jaime (Juan Carlos Maldonado), un joven condenado por asesinar a su mejor amigo y objeto de deseo. En la carcel conocerá a Potro (Alfredo Castro), un veterano recluso con quien entablará una relación amorosa de sumisión celos y códigos carcelarios. Mientras la historia entre ellos se va desarrollando, a través de diversos flashbacks sin orden específico, conoceremos el inicial crimen pasional que lleva al joven protagonista a la cárcel. Con una muy buena descripción del universo carcelario, el film se sustenta en el ejercicio de realismo y sin obviar ninguna de las situaciones esperadas en un relato de estas características. El fuerte de la película es la naturalidad con la que encara las relaciones homosexuales en un contexto tan delimitado. La construcción que lleva adelante el director para lograr que la necesidad, la dependencia y la sumisión llegue a confundirse con una relación afectuosa entre Potro, líder de la cárcel, y Jaime se da con total naturalidad. Para ello es vital la actuación de la dupla principal, apoyada en los silencios del joven y la actitud avasallante de Alfredo Castro como el veterano recluso. Acompañado por Gastón Pauls, como Che Pibe, el tercero en discrodia, que cobrará protagonismo en su enfrentamiento por el liderazgo carcelario. Una hermosa interpretación de “Ansiedad” de Chelique Sarabia es la figura principal de la banda sonora. En las escenas principales, la canción cobra un protagonismo mayúsculo que refuerzan la historia. La frase “Ansiedad, de tenerte entre mis brazos” es una metáfora de los sentimientos de Jaime y su represión sexual hacia su amigo y a la hora de sellar su vínculo amoroso con Potro en la carcel. “El Príncipe” es el repetido estereotipo carcelario del guapo joven recién llegado a la prisión, a merced de los líderes criminales del lugar y monopolizado por el repulsivo jefe del clan. A pesar de eso, el chileno Sebastián Muñoz logra atraparnos gracias al extraño y tierno vínculo afectivo que se despierta entre el Potro y Jaime. Apoyada también en una factura técnica y artística cuidadísima, con estética sórdida y asfixiante, propia de las cárceles. Puntaje: 80/100
Crítica de “La Casa de Argüello” de Valentina Llorens. Profunda reconstrucción del pasado. Tras participar en varios festivales nacionales e internacionales se estrena la ópera prima de Valentina Llorens, un documental que bucea en la intimidad de la saga de mujeres de la familia Llorens, indagando en la propia identidad de la directora, en la memoria, la militancia y los silencios que deja el paso del tiempo y las marcas de la historia política Argentina. Por Bruno Calabrese. Valentina, hija de Fátima, nieta de Nelly y madre de Frida reconstruye frente a cámara la historia de su familia. Los huesos de su tío -desaparecido en la última dictadura militar- son encontrados y su restitución abre una herida. Valentina bucea en el doloroso pasado familiar a través de cuatro generaciones de mujeres, descubre nuevas capas, donde el dolor de lo vivido cobra una nueva forma: Nelly ha perdido a dos de sus hijos; Fátima, fue presa política, Valentina nació en cautiverio y fue recuperada por su madre, y finalmente su hija Frida, testigo de la restitución. A modo autobiografico, “La Casa de Argüello” es un documental intimista complejo y duro impactante, construido de manera inteligente. Con la figura de la casa dinamitada como una metáfora del sueño de Nelly que fue destruido, Valentina bucea en su familia. A través de testimonios y cartas, con cámara en mano, la directora indaga en su propia identidad, la memoria, la militancia y los silencios que deja el paso del tiempo y las marcas de la historia política Argentina. Pero no solo se queda en la autobiografía, también es un homenaje a la incansable lucha de Nelly Ruiz de Llorens, Madre de Plaza de Mayo, militante y fundadora de Familiares de Presos y Desaparecidos por Razones Políticas, fallecida en abril de 2018, a los 97 años. Madre de 12 hijos, dos de los cuales desaparecieron en la dictadura cívico militar de los años ’70. Quien sobrellevó la persecución y muerte de sus hijos con un temple que, hasta en su avanzada edad, conservaba después de cuatro décadas de militancia por la defensa de los derechos. Puntaje: 70/100.
Crítica de “1917” de Sam Mendes La guerra en primera persona. El director de “Belleza Americana” nos trae una novedosa película de guerra llena de acción, dramatismo y momentos heroicos propios del género. . Ambientada en finales de la Primera Guerra Mundial, la premisa del film es sencilla pero efectiva: dos soldados ingleses deben llegar a avisarle a una tropa que no avancen hacia una trinchera abandonada por soldados alemanes, ya que es una trampa para armarles una emboscada. Con ese simple argumento, el cuál se explica en los primeros minutos de la película. A partir de ahí nos veremos inmersos en una tremenda historia de suspenso, vertigo y emotividad sobre la lucha de los dos soldados por sobrevivir. El documental “Jamás llegarán a viejo” de Peter Jackson, donde se recolectaron imágenes de archivo del conflicto bélico y se le agregó testimonios de protagonistas de la guerra, pudo plasmar en pantalla las sensaciones que fueron teniendo los soldados a medida que transcurrían los cuatro años que duró. Las enfermedades, el malestar físico y psicológico, los olores a podrido de los cuerpos en descomposición que quedaban en el campo de batalla. Similar a lo descripto por Eric María Remarque en el libro “Sin Novedad en el Frente”. Todo ese proceso también está presente en “1917”, dando como resultado una fusión de ambos relatos, en donde no se priva de las escenas fuertes, como tampoco de mostrar momentos desagradables. Se sabe que la primera guerra mundial se caracterizó por ser una batalla de trincheras. Eso le sirvió al director como excusa para armar un laberínto, cuyo despliegue visual y manejo de cámara le imprimen al film un vértigo mayúsculo, similar a estar frente al juego “Call of duty”. En las escenas de acción y suspenso, Sam Mendes nos deja sin respiro pero no nos agobia, cada tanto nos da descanso, con diálogos reflexivos sobre la guerra y sobre la condición humana. Las actuaciónes de la dupla principal acompañan satisfactoriamente, sobre todo Dean Charles-Chapman, el comandante Blake (reconocible por su papel de Tommen Barateon en Game of Thrones), a quien lo persigue un interés vincular por llegar a destino, ya que su hermano se encuentra en la tropa que está por se emboscada. Acompaña a Blake en el cometido el cabo Schofield, interpretado por George MacKay, (el hijo mayor de Viggo Mortensen en “Capitán Fantástico), sobreviviente de la sangrienta Batalla del Somme, en la cual perdieron la vida más de un millón de hombres de ambos bandos. Este cobrará protagonismo a partir de la mitad de la película, al caer sobre el todo el peso de la película. En base a la puesta en escena y a una brillante dirección, “1917” mantiene asfixiado al espectador, lo introduce en un espiral de violencia y angustia. Es una película de supervivencia, dónde el tiempo juega un rol fundamental, donde la duración de la película es solo una porción ínfima dentro de los cuatro años que duró el conflicto pero se sufre, se hace carne y nos lleva a vivenciar en primera persona la guerra por dentro. Un film que no se queda solo en la majestuosidad visual que significa estar contada como si fuera un único plano secuencia, también tiene buenas ideas narrativas y una intensa carga dramática
Protagonizada por Silvana Castro, el documental sigue a la bibliotecaria del Congreso de la Nación, en el sector denominado Sala de Colecciones Especiales. Junto a sus compañeras, intenta reflotar la exposición de los libros prohibidos por las dictaduras argentinas, en un contexto político desfavorable a ese tipo de actividades. Por Bruno calabrese. Con el repetido mensaje del ex presidente Mauricio Macri de desprestigio a la labor del empleado estatal comienza un recorrido desprolijo, pero no menos interesante por la labor de los encargados de resguardar todo el material bíblico que atesora el Congreso de la Nación sobre la historia argentina. En el veremos cómo dicho material es de suma importancia para cada hecho relacionado con la actualidad. Archivistas, historiadores y hasta legisladores acuden a la biblioteca con el fin de recabar información que ayude a la búsqueda de información sobre temáticas puntuales de la historia. Pero el eje central sobre el cual gira el documental es la visita guiada a la Sala de Colecciones Especiales donde se exponen los libros prohibidos durante las dictaduras argentinas. Los empleados tratarán de reflotar la muestra de los libros, en su mayoría sobre el peronismo proscripto entre los años 1955 y 1973, lo que generará rechazo por parte de las autoridadades dado el contenido contrario a sus ideologías.. “Los Prohibidos” es una amena propuesta que revela la labor inclaudicable de los bibliotecarios del Congreso de la Nación, custodios de la historia escrita de la Argentina nos ayudan a recordar un pasado que oscuro que hay que llevar en la memoria para que no vuelva a suceder. Puntaje: 65/100.
Crítica de “Parasite” de Bong Joon-ho. Un juego de rol que interpela los valores de la sociedad y la búsqueda del ansiado sueño americano. Ganadora de la Palma de Oro en Cannes 2019 y del Globo de Oro a Mejor Película Extranjera, llega la esperada película del director surcoreano Bong Joon-ho. ¿Qué más se puede decir sobre esta película que no se haya dicho? Un film que ya se ha convertido en un clásico histórico del cine por el solo hecho de ser la primera película asiática nominada al Óscar en el rubro Mejor Película. Pero si uno viene viendo cine asiático puede advertir lo prolífico y y excelente que está siendo este siglo para ellos. Con solo recordar los últimos años se puede encontrar dos grandes historias sobre relaciones de familia, amistad y clases. Dentro del trípitico que completa “Parasite” de Bong Joon-ho podemos encontrar dos grandes obras como “Burning” de Lee Chang-dong y “Shoplifters” (Asunto de Familia ak) de Hirokazu Koreeda, de similares características. Pero no solo esas películas dialogan con diferentes temáticas sociales, la filmografía entera del director Bong Joon-ho tocan temas como la desigualdad y problemáticas humanas. Desde su primer película, “Barking Dog Never Bite” del año 2000, hasta la maravillosa “Memories of the Murder”, e incluso la apocalítica “Snowpiercer” abordaron las diferencias de clases dentro del relato. Pero esta vez el surcoreano fue por más y construyó un relato donde el humor negro, la violencia explícita y simbólica está presente, sumado a vueltas de tuercas varias que hacen de la película una obra maestra merecedora de tantos premios. La historia esta vez gira en torno a Ki Taek (Song Kang-ho) quien, junto a su familia están sin trabajo y viven en un sótano en un barrio humilde. Su triste vida dará un giro cuando su hijo mayor, Ki Woo (Choi Woo-sik), empieza a dar clases particulares a una joven de clase alta en casa de Park (Lee Seon-gyun). Las dos familias, que tienen mucho en común pese a pertenecer a dos mundos totalmente distintos, comienzan una interrelación de resultados imprevisibles. Como una especie de “Casa Tomada” de Julio Cortázar nos muestra a personajes interpretando otros papeles para conseguir sus propios propósitos. Donde todos, incluso los personajes más vulnerables, mienten para defender lo que más quieren, u ocultan información importante con el fin de no verse comprometidos. Rodada con una precisión maravillosa y mucho ritmo “Parasite” es una obra con connotaciones sociales, filosóficas y morales que mezcla temas universales e inmortales con otros de nuestro tiempo. Puntaje: 100/100