Se presenta como una comedia documental. Pero es mucho más que eso. Es que para su primer largometraje la realizadora Brenda Taubin logró muchos méritos. Es la primera vez que se trata el tema Guerra de las Malvinas en una dimensión que merece pero con humor y ternura. Lo que parecía imposible hasta ahora, ella lo torna realidad. Taubin sabe dosificar exactamente un clima que por momentos, sin parecerse en nada, recuerda la travesía delirante de “Esperando la Carroza”, en el sentido de recuperar un humor y un lenguaje muy argentinos, pero en su justa dimensión, un camino que para otros siempre desemboca en la estridencia y la caricatura. La historia que un día cuenta Telma en unos de los encuentros del cineclub que llevo adelante durante años la directora, se transformo en la gran tentación y en una gratificante realidad. Lo que empezó con una carta escrita por una quinceañera para un soldado de Malvinas ( una práctica que incentivaban las autoridades en los medios) y su respuesta, transformó a esas palabras en un ser anónimo pero de la familia, todos se preocupaban por su destino, lo recordaban en las fiestas familiares, era un fantasma persistente. La idea de buscarlo es lo que moviliza alegremente a este film tan personal, emotivo y encantador. Un hallazgo.
La novela que escribió Susan Scarf Merrell, basando en la autora Shirley Jackson y su esposo el crítico y profesor Stanley Edgard Hyman fue la base para que Sarah Gubbins escribiera el guión de este film intenso, intrigante y misterioso. Poco importa la verdad histórica sobre la escritora que influenció a Stephen King y que escribió entre otros textos “La Lotería” y La Maldición de Hill House”. Tanto para la guionista como para la directora Josephine Decker lo que vale es la construcción de personajes y meterse en sus mentes, en sus juegos de poder y de locura. Asi la realizadora, con una gran fotografía y dirección de arte, crea climas alucinantes de recuerdos, fantasía y realidades que captura al espectador y lo sacan del pensamiento lógico. Un matrimonio compuesto por una escritora famosa y un crítico y profesor universitario, invita a vivir en su casa a un matrimonio joven. La excusa es un nuevo trabajo para él en la universidad donde el dueño de la mansiuón tiene una cátedra. Para la joven esposa embarazada queda otro mundo: desde las tareas domésticas hasta el abandono de su marido siempre muy ocupado. En ese contexto queda a merced de la dueña de casa, estancada en la creación de una novela y el profesor brillante y abusivo. Son las arañas que tejen sin cesar para atrapar a los demás en su mundo de crueldades y dominaciones. Con un trabajo espléndido de la siempre talentosa Elisabeth Moss, con Michael Stuhbarg y Odessa Young en trabajo muy logrados, el film tiene la atmósfera enrarecida de sueños y datos desgarradores de las relaciones, que envuelven a los personajes prisioneros de sus propias necesidades y frustraciones.
En esta sexta película de los dinosaurios con nosotros, en la saga de tres que se llamo Jurasic Park y en este ¿cierre? del Jurassic world, el espíritu de aventura y las preocupaciones ecológicas dominan el panorama, donde a pesar de la diferencia de tamaño, el hombre con sus ambiciones desmedidas es el peor depredador. Un regreso al origen, donde el creador, el que regresaba a la vida a esos dinos sufría su castigo por querer parecerse a Dios. Acá el villano que suma todos los males, encarnado por Campbell Scott, desarrolló unas langostas monstruosas que arrasan con todos los cultivos de la tierra, menos los que resultan de sus semillas patentadas. La hambruna que puede provocar le es indiferente. Cualquier parecido con la realidad y ciertos nombres y empresas de la actualidad no son casualidad. La idea de reunir a los dos elencos funciona perfecto: Laura Dern, Sam Neil, Jeff Goldblum, renuevan laureles y pasiones, junto a Chris Pratt y Bryce Dallas Howard. El punto de partida del guión escrito por Emily Carmichael y el director Colin Trevorrow ocurre cuatro después de la destrucción de la isla Nublar. Los dinosaurios pueblan la tierra y sufren lo que otras especies: cazadores furtivos, utilización despiadada, maltratos varios. Todas las consecuencias brutales de las que son capaces los humanos con las otras especies. No falta ni el suspenso, ni los enfrentamientos entre los más letales como el gigantosaurio descubierto en l993 en Neuquén por Ruben Carolini. El realizador matiza perfecto la cuota de peligros, la aparición de los gigantescos animales y los conflictos que enfrentan los protagonistas. Si realmente es un broche de la franquicia es realmente un muy digno retorno al espíritu de la primera que hizo Spielberg (aquí produce), pero con acento más en el elenco humano que en los dinos. Una historia con una niña clave en la trama es mejor no develar, pero todo cierra como se debe.
Para el resultado de esta muy buena película fue necesaria la unión de muchos talentos. El de la directora Inés Barrionuevo (Julia y el zorro, Atlántida), el impecable equipo técnico, con Constanza Sandoval como directora de fotografía y María Eugenia Suerio como directora de arte, que amalgamaron su visión para este retrato de crecimiento de una adolescente. Camila pierde su mundo de pertenencia y se ve obligada habitar un ámbito hostil donde lo menos que le dicen es “feminazi” y la obligan a ocultar su pañuelo verde que siempre llevaba atado a su mochila. En el libro escrito por la directora y Andrés Aloi interesa tanto el recorrido como los climas de ensueño y realidad que logra la realizadora, la paleta de colores de cada situación, los momentos de libertad con situaciones muy logradas, la brutalidad machista amenazante. Pero también esa frescura, amasada en la potencia y la fragilidad al mismo tiempo, lograda por la atención puesta en la actuación, con una protagonista brillante como Nina Dziembrowski ( hija de Luis Ziembroski) muy bien acompañada por Laura Daniela Visconti, Federico Sack, Diego Sánchez y Mite Valero. Las tensiones y avatares de un camino de derroche de deseo e impotencia, con un final conmovedor.
Esta es una película que apuesta en grande a un regreso masivo del público al cine. Y tiene todos los ingredientes para despertar nostalgia en las generaciones que fueron jóvenes en los ochenta y que hoy serán gustosos anfitriones para sus hijos a este entretenimiento old fashion con todos los ingredientes actuales. Película icónica de la cultura pop de los ochenta, esta nueva entrega de Top Gun treinta y seis años después, propone dejarse llevar por el carisma de Tom Cruise, el patriotismo llevado al extremo del sacrificio, que funciono tan bien en la época de Reagan y se reactivo con Trump, pero con un enemigo lo suficientemente oculto como para no tener problemas en ningún mercado. Aquí se trata de entregarse al magnetismo de un protagonista que se atreve a hacer una escena sin doble de riesgo, se entrenó especialmente para eso, y de filmarse solo con seis cámaras en el habitáculo del avión, para estar a la altura de su leyenda. Y hasta se da el gusto de una escena de playa con mucho torso musculoso y juvenil al desnudo para demostrar que los años no pasan para las estrellas de Hollywood. El director Joseph Kosinki demuestra una técnica virtuosa en las secuencias de los aviones, se da el gusto de un comienzo muy similar al original pero mucho más espectacular por los adelantos técnicos y por sobre todo demuestra una verosimilitud impresionante, una suerte de potencia de acción analógica que distingue de las malas falsificaciones generadas por computadoras. Hay suficiente acción y suspenso en escenas logradísimas. Tanto en entrenamientos como en las batallas. Pero no faltan los recuerdos traumáticos, el perfil rebelde de Maverick que se pone peligrosamente desobediente en dos oportunidades como para que sus jefes estén al borde del ataque de nervios, un romance renacido y la emotividad que significa la aparición de Val Kilmer. Le armaron un Ice que padece casi los mismos problemas del actor en la realidad, un momento de química emotiva difícil de resistir. En el elenco joven sobresale Miles Teller, y tiene poco peso en sus apariciones y casi sin desarrollo dramático John Hamm, Ed Haris y Bashir Salahuddin. Jennifer Connelly luce su encanto. Sin dudas un tanque cinematográfico que entretiene a lo grande, con las armas tan tradicionales que el productor Jerry Bruckeimer-otra leyenda- sabe utilizar tan bien.
El director turco de este film conmovedor, co-autor del guión, cuenta que se inspiró en su propia experiencia. Pasó 6 años de su vida en un internado de la escuela pública primaria en su país, y recuerda el mecanismo del miedo como método de disciplina de esa época que lo marco definitivamente. Lo que ocurre en el film es el recorrido desesperado de un niño que quiere atención médica para su compañero, que se encuentra en estado inconsciente. Frente a esta situación grave el mundo adulto de ayudantes y profesores solo demuestran el ejercicio del sálvese quien pueda, para eludir responsabilidades y errores terribles. Es que es un establecimiento para niños, con condiciones materiales deficientes, con castigos corporales que van desde los habituales cachetazos a obligarlos a baños con agua fría con temperaturas bajo cero, a la total falta de escucha de sus conflictos, más el ejercicio de bullying entre ellos, que se agudiza si se trata de la pertenecía a los kurdos. Lo que ese chico solidario observa en su ejercicio casi heroico es a los hombres que son su ejemplo de crecimiento, a lo que se espera de él. Que sea un hombre que obedezca, que siga teniendo miedo y que carezca de cualquier empatía hacia el prójimo. No faltan las notas de absurdo humor, de frases repetidas como latigillos de una situación desesperada, y de una intriga que se desarrolla por capas de comprensión de lo ocurrido donde todos tienen responsabilidad. Lo mejor la visión de ese niño y el pequeño prodigio que lo interpreta.
Es la llegada al cine de una serie exitosa que hizo Fox durante doce temporadas, con más de 200 episodios, que recorren de manera singular la historia de la familia Belcher y su negocio, con un estilo irreverente, tierno, extravagante y argumentos no tradicionales. Para los fanáticos una oportunidad esperada, para los no iniciados una manera de hacerse del club. Su creador Loren Bouchard, co-director con Bernard Derreman, pensaron en una realización fiel a su origen con animación en 2D y un equipo de lujo en todos los rubros técnicos. Esa familia con un padre con eternos problemas, una madre sobre-optimista, chicos tan personales, recorren en el film un clima de policial negro y misterio, que comienza cuando un enorme agujero se hace en la puerta del local. Mientras los papás luchan por la sobrevivencia del negocio, los chicos investigan un asesinato que puede ponerlos en extremo peligro. Aparecen todos los personajes de la serie y no pueden faltar los musicales. El resultado es grato y para aquellos que quieren saber de que se trata en cuanto al comienzo del éxito, las temporadas pueden verse en Star plus.
La segunda parte de una película de animación danesa, creación de Anders Matthensen que co-dirige con Thorbjørn Christoffersen y que sigue las aventuras de Alex y ese espíritu encarnado primero en un puercoespín y luego en un muñeco de trapo con estampados de cuadros. Aquí se enteran que el villano Phillip Eppermint, que ha evadido una sentencia de prisión en Tailandia, porque desaparecieron las pruebas de la muerte de un niño y también los chicos que podían atestiguar en su contra. El autor tan popular en Dinamarca utiliza un humor zumbón y apropiado más para chicos adolescentes, con esa temática de explotación infantil, enfrentamientos duros y ciertas características de mundo adulto. Con una animación colorida y una aventura que tiene momentos tensos y no pocas críticas al camino de crecimiento de su protagonista.
Con dirección y guión de Leandro Baquela, este documental deportivo está hecho a la medida de los hinchan de Boca que no solo tienen el sentimiento fanático por su equipo, sino un sentido de la pertenencia al legendario estadio. Un esfuerzo hecho a pulmón que incluyó durante la pandemia a una convocatoria en las redes sociales oficiales de Boca Juniors para que los hinchas enviaran sus historias con la Bombonera. Respondieron más de 5000 fanáticos. Entre los protagonistas y sus recuerdos emotivos, algunos revividos y otros recreados con animación, se cuenta la historia de un club, sus ídolos, los campeonatos y copas ganados, los momentos inolvidables con abundante material televisivo. Un trabajo hecho desde la genuina pasión ese sentimiento que no puede parar.
Para su debut como director de cine, Lucas Vivo García Lagos eligió un guión original de los hermanos Slavich, (Epitafios y Sr. Avila) y lo reescribió y adaptó a un estilo contundente, donde sus personajes se enfrentan siempre a situaciones límites sin margen para pensar sus decisiones, a puro instinto de supervivencia. El título hace referencia a un dólar manchado de sangre que es la única salida, la redención soñada, para una historia de amor que se mantiene en ese ambiente de violencia continua, de tono tumbero, que no le da respiro a nadie. Ya desde el comienzo el espectador tiene dos introducciones del pasado y el presente. Un boxeador molido a golpes que no se dejo caer en el ring en round que necesitaba su representante. Pero cuando disuelve su dignidad acepta trabajar para el mafioso, mata accidentalmente pero no delata y aguanta la cárcel. Al salir ese mismo mafioso le encarga otro trabajito, matar a una prostituta que es su amor. Situaciones sin salida, seres siniestros y grandes actores aun en pequeños roles, conforman un submundo con reglas extremas donde la luz de la redención brilla con palidez. Las situaciones de gran fuerza dramática y riesgo se acumulan para mostrar el submundo de reglas propias que se desarrolla en el puerto y en La Boca, como un rompecabezas que se desarma y sangra continuamente. Un film que amarra al espectador en sus contundentes 80 minutos. Grandes trabajos de Sofía Gala Castiglione, Germán Palacios, como la pareja protagónica, Daniel Araoz, Isabel Macedo, y un elenco de lujo.