Luego de su paso por la 37º edición del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, la película Las Fiestas protagonizada por Cecilia Roth, Dolores Fonzi y Daniel Hendler, tiene su estreno comercial. "El Matriarcado" Por Denise Pieniazek En sincronía entre su temática y su fecha de estreno después de los festejos de fin de año, llegó a los cines la película argentina Las Fiestas. Dicha obra es el segundo largometraje de Ignacio Rogers -conocido principalmente por su carrera actoral- en donde luego de una experiencia cercana a la muerte, María Paz (Cecilia Roth) reúne a sus tres hijos Sergio (Daniel Hendler), Luz (Dolores Fonzi) y Mali (Ezequiel Díaz) para pedirles que, a pesar de las diferencias, pasen la navidad y el año nuevo juntos en la quinta familiar. Mediante la manipulación de la culpa, mostrándose pacífica y “cambiada”, María Paz logra convencer a sus hijos a pesar de su resistencia, a excepción de su hijo mayor Sergio, el más obediente y complaciente de los tres. Quien, sin embargo, manifiesta luego ante sus hermanas el interés por ordenar los papeles de la futura herencia. En adición, veremos que generalmente los encuadres suelen colocar a Sergio de un lado, y de forma opuesta a Luz y Mali. Por otro lado, también es cierto que ninguno de los tres parece tener un mejor plan para las fiestas. La partida hacia la quinta parece permitirles la evasión de la soledad y los problemas que la vida cotidiana les aqueja y de los que ya en la adultez no pueden culpar a su madre. De este modo la matriarca en cuestión, María Paz, quien se desenvuelve con cierto desparpajo, logra llevar a sus hijos y su nieta a su terreno, a su espacio de poder. Esta comedia dramática, alterna la comicidad y el áspero conflicto familiar, mediante un tono costumbrista esboza una crítica a la institución familiar tradicional. Esa alternancia entre la comedia y el drama, parece ir en consonancia con las intenciones de María Paz, quien por un lado parece querer reparar el vínculo con sus hijos y por el otro ellos desconfían de sus buenas intenciones al sentirse incómodos con su accionar o sus comentarios. Al respecto, se señala que si bien no siempre es necesario explicitar todo, la película posee cierta falta de profundidad o ausencia en cuanto al origen del conflicto y entre la madre y sus hijos. Más allá de su aparente egoísmo, no se plantea ¿Qué es eso tan terrible que María Paz hizo y que sus hijos no pueden perdonarle? O ¿Qué es eso que esperaban que hiciera como madre y no hizo? Como sucede en muchas películas independientes de autor, en Las Fiestas se tiene la sensación que según avanza el relato poco sucede en cuanto a la acción, y por momentos la verosimilitud decae. Por otro lado, se destaca el acierto de su desenlace, sobre todo respecto a la verdad contenida en ese último plano (el cual no se describe para no otorgar un spoiler), lo cual no es poco, considerando que una problemática del cine actual, incluso a nivel internacional, son los finales poco logrados y débiles. Es ese último plano, el que condensa las ideas anteriormente esbozadas, después de todo somos quien somos gracias a nuestros padres/madres (tutores) y tenemos los problemas que tenemos, gracias a ellos.
"De ladrones y policías, o de policías ladrones" Después de trece años vuelve a escribir y dirigir un largometraje Juan Bautista Stagnaro, Natalia Natalia, protagonizado por Sofía Gala Castiglione. Por Denise Pieniazek La película Natalia Natalia (2022) marca el regreso de Juan Bautista Stagnaro (Casas de fuego, La furia, El amateur) al cine. En esta ocasión el guionista y director nos presenta un policial, que transgrede algunas normas del género tradicional. La protagonista, Silvia Monteferrante (interpretada por la siempre convincente Sofía Gala Castiglione) asiste a un homenaje póstumo que le realiza la policía a su ex marido, fallecido en ejercicio de su deber. Desde el inicio del relato, se percibe la incomodidad de Silvia frente a la institución policial. A partir de allí, su instinto -que después sabremos también ha sido formado por ser hija de un policía- le indica que las circunstancias de muerte en acción de su ex marido son sospechosas. En el trayecto hacia la verdad, ella deberá sumergirse en ese mundo de la policía y la corrupción que tanto aborrece. Allí, “la viuda” deberá lidiar con Molinari (Tony Lestingi), el comisario de Asuntos Internos y villano en cuestión, y un peculiar policía apodado “El griego” (Diego Velázquez), que ella intenta descubrir si es de fiar o no. En consecuencia, Silvia, encarnará en cierto modo un híbrido entre lo que tradicionalmente se conoce en el género como el “detective”, siendo la encargada de develar el misterio, y a su vez la “femme fatale” del relato, pero no en su sentido tradicional. Ella es quien hace avanzar la acción y va uniendo las piezas del rompecabezas. Al respecto, quizás este sea el elemento más logrado del filme, el rol de la mujer que se representa. Ya no estamos frente a una femme fatale exuberante que lleva al hombre a la perdición y posee un final punitivo. Sino por el contrario, estamos frente a una reescritura de la femme fatale, que es una mujer común, de armas tomar-metafórica y literalmente- que llega a ese estatuto, en un mundo dominado por hombres. En palabras de su protagonista Sofia Gala Castiglione: “(…) el personaje femenino ocupa este lugar que siempre está ocupado por personajes masculinos, se la saca a la mujer del lugar de femme fatale, de víctima, o de ese lugar casi objeto que suele tener y se la pone a ensuciarse, esta chica es la que va a ensuciarse las manos finalmente y la que va a atravesar esta historia.” Evidentemente, Stagnaro es admirador del género policial, lo cual puede conjeturarse debido al plano detalle que muestra la tapa del libro La dama del lago (The lady from the lake, 1943) de Raymond Chandler, uno de los exponentes literarios del género. Si bien la trama de la novela no tiene puntos de contacto con la película, su peculiaridad reside que en ella presentó personajes corrientes capaces de subsumirse a las pasiones, la corrupción o el crimen, al igual que lo que sucede en el esquema actancial del largometraje. Finalmente, si bien se valora la composición de los encuadres, los paisajes urbanos con cierto costumbrismo, el final sorpresivo y la notable técnica producto de la experiencia del director, sin embargo, en cuanto al guión, éste posee varios aspectos inverosímiles y poco sólidos, que es conveniente no ejemplificar, para evitar los spoilers. Además de ciertas sobre explicaciones como el título del filme Natalia Natalia, cuyo poster explicita “NN en la jerga policial”. En conclusión, el relato resulta entretenido y a pesar de lo mencionado anteriormente, logra sostenerse gracias a su tecnicismo, y convincentes interpretaciones de todo el elenco.
"La supervivencia del menos snob" Por Denise Pieniazek En el largometraje El menú (The Menu, 2022) un grupo de selectas personas viaja a una isla de la costa pacífica norteamericana para deleitarse en el exclusivo restaurante Hawthorn, del prestigioso chef Slowik (Ralph Fiennes). El conjunto de comensales está compuesto por un admirador y aspirante a chef Tyler (Nicholas Hoult) y su acompañante Margot (Anya Taylor-Joy). También integran la peculiar clientela, una reconocida crítica gastronómica Lillian (Janet McTeer), su editor Ted (Paul Adelstein), una engreída estrella de cine (John Leguizamo) y su asistente, tres exitosos socios de la industria tecnológica, y una madura pareja de clase alta Anne y Richard (Judith Light y Reed Birney). Al llegar al lugar son recibidos por una disciplinada asistente de Slowik, Elsa (Hong Chau), quien los guía por el lugar en donde los empleados viven de forma comunitaria en condiciones peculiares. A partir de allí, la extrañeza comienza a manifestarse de forma creciente en el universo diegético. La cocina abierta a los comensales, aquí hay que destacar el diseño del decorado que está al servicio de la narración y poética del relato, se abre a los comensales como un telón de teatro. A su vez, el espacio de las mesas posee un gran ventanal que en cierto modo funciona como la cuarta pared teatral, jugando con nosotros como espectadores-voyeurs. En adición, desde que los clientes ingresan en el restaurante, los invitados se transformarán en “público” pasivo, pero a su vez serán convertidos en un elemento de la gran puesta en escena, minuciosamente planificada por los chefs. Ese espectáculo gourmet, toma rumbos imprevistos cuando cada paso del menú se transforme en un acto teatral, en donde la tensión irá in crescendo y la experiencia que el chef Slowik y su equipo tiene preparado, no es lo que los comensales esperaban. Slowik pretende darles más que comida, pretende brindarles toda una experiencia. Si su menú fuese una obra de teatro, diríamos que nos encontramos frente a una pieza posmoderna o una performance cercana a las que realizaba la provocadora artista Marina Abramovic. Al igual que una obra posmoderna, la división tradicional del espacio en escenario/público, o en este caso cocina/salón va desdibujando sus límites según avanza la acción. El menú dirigido por Mark Mylod (Succession, Game of Thrones), es una comedia negra con varios tintes del cine de terror y suspenso. Incluso en su difusión se describe al filme como un thriller en clave satírica. La película expone una fuerte crítica hacia el esnobismo, la élite, la “alta cultura”, la arrogancia y el capitalismo. Quizás por momentos se subestima un poco la inteligencia del espectador, al explicitarlo reiteradas veces, pero aún así la propuesta y originalidad del relato es más que interesante. En palabras de su director: “…Le describí el tono y la forma en la que quería trabajar, con un estilo muy a lo Robert Altman, con todos presentes en escena todo el tiempo. Necesitaba actores que fueran suficientemente rápidos y seguros para llevar esto adelante y darle algo de lugar a la improvisación”. El diseño espacial que se mencionó anteriormente, es principalmente, un espacio cerrado en el que los protagonistas no poseen libre albedrío, produciendo simbólicamente cierta asfixia espacial que refuerza el concepto circular de la isla en la que se encuentran. Salvando las grandes distancias, el peculiar tono oscuro in crescendo de la narración puede remitirnos debido a los paisajes diurnos que se transforman en siniestros a Midsommar (2019) o Funny Games (1997/2007), o por otro lado por el encierro de personajes y su irónico sentido del humor al cine de Álex de la Iglesia y Jorge Guerricaechevarría, en filmes como El bar (2017), La comunidad (2000) y Mi gran noche (2015). Aunque en la película en cuestión, salvo excepciones -que es mejor no revelar- los personajes son más pasivos. En conclusión, El menú ofrece un relato muy entretenido e inteligente que logra sorprender al espectador con sus vueltas de tuerca, junto a su logrado e ingenioso final, algo muy poco frecuente en el cine actual.
Película que clausura la fase 4 del MCU En cierto modo el filme funciona como un funeral y homenaje ficcional al actor Chadwick Boseman, fallecido en 2020. Se recibe con gran expectativa la secuela de Pantera Negra (Black Panther, 2018), nuevamente dirigida por Ryan Coogler, quien otra vez escribió el guión junto Joe Robert Cole, titulando la obra Pantera Negra: Wakanda Por Siempre (Black Panther: Wakanda Forever, 2022). El relato comienza con un prólogo que narra el funeral de T´Challa/Pantera Negra, lo cual posee un doble sentido. Por un lado, es el duelo al personaje, pero paralelamente en el plano real es un sentido homenaje a Chadwick Boseman, el primer actor en representar cinematográficamente a Black Panther, cuya inicial aparición en los comics data de 1966. En adición, la presencia del tributo al actor -fallecido prematuramente de cáncer en 2020- es constante. Desde una pintura de su rostro como Street art en las calles de Wakanda, sus imágenes en la tipografía de Marvel que siempre presenta a los filmes del MCU, y sobre todo esta doble lectura del texto estrella entre los paralelismos en la trama y la vida real. Por ejemplo, en la película también se atribuye su causa de muerte a una enfermedad. Recordemos que el proyecto de la secuela inició en 2018, y fue confirmado al año siguiente, mucho antes de esperarse la lamentable muerte de Boseman. En consecuencia, en 2020 Marvel decidió que no sería reemplazado por otro actor, cambiando la trama. En Pantera Negra: Wakanda Por Siempre, dicha nación (ficticia) situada en África, tras la muerte de su protector, el poder se encuentra bajo el mando de la reina Ramonda (interpretada por una convincente y temperamental Angela Bassett) y su hija Shuri (Letitia Wright). Junto a la guerrera Oyoke (Danai Gurira), el retorno de Nakia (Lupita Nyong´o) y la incorporación de Riri, una joven norteamericana con talentos para la invención tecnológica y mecánica, luchan por proteger su nación, no sólo de los países imperialistas que desean su vibranio sino también de la potencia similar del reino arcaico de Talokan. Al respecto, es necesario destacar que esta antigua civilización subacuática, es representada en el relato con vínculos a la cultura maya. Sus integrantes son una mutación poderosa de humanos con un tono de piel azul -visualmente son una mezcla estética entre X-Men (2000) y Avatar (2009)-, capaces de perturbar a los humanos con un particular canto coral. Su líder, el villano en cuestión es Namor una especie de superhombre que posee alas en sus tobillos y la cumbre de la mutación por eso es considerado por ellos como una deidad. El relato se ocupa de explicar detalladamente el origen de Namor (“niño sin amor”, cursilería y sobre explicación innecesaria narrativa) interpretado por el actor mexicano Tenoch Huerta, por ende, se valora que por fin el mainstream haga coincidir la nacionalidad del intérprete con la del personaje. Sin embargo, resulta pertinente recordar que Namor, creado en las historietas durante la década del ´30, era originalmente el rey de Atlantis (en el comic es similar al famoso Aquaman, que fue creado posteriormente en 1941), y su nombre se debía a que su creador Everett, se le ocurrió "Namor" al escribir al revés “Roman”. Es decir que, éste tenía referencias a lo greco-romano, mientras que aquí se traslada su origen a México. En consecuencia, se considera que el cambio de origen tiene que ver con reforzar y enfatizar la ideología anticolonialista que ya estaba presente en Pantera Negra (2018). Se valora la intención de representar la diversidad étnica, ya sea de África, México o en menor medida Haití, aunque por supuesto sea desde la óptica del “exotismo”, que el cine mainstream arrastra desde el Hollywood clásico. Acertadamente, la obra mediante la espectacularidad del vestuario con cada uno de sus detallados diseños, una emocionante música que no pasa desapercibida y sus escenas apoteóticas logra resignificar la importancia del ritual en dichas culturas. En conclusión, a pesar de poseer profundidad en la psicología de los personajes, algo poco frecuente en las películas pertenecientes al género de los superhéroes y un trasfondo político e ideológico que esboza una crítica al imperialismo, el relato posee algunas falencias. En primer lugar, el desarrollo es tan extenso, que recién veremos a Shuri como Pantera Negra en el desenlace, es decir que la superheroína con su traje tiene poco tiempo en acción. Sin embargo, es logrado el devenir del Shuri, su viaje de autoconocimiento, incluso se destaca una escena ya con el traje es enmarcada en pantalla con relaciones intertextuales a Hamlet y la famosa frase “ser o no ser…” observando la máscara de Pantera Negra en su mano. En segundo lugar, si bien la película comienza de forma dinámica e intrigante, su ritmo e interés decaen según avanza la acción, además de su innecesaria y extensa duración. Finalmente, a pesar de un uso desajustado del CGI en las batallas finales, hay que destacar la belleza visual que ofrece el filme. Pero por, sobre todo, valorar su no subrayado “feminist power” en donde Ramonda emite discursos elocuentes y temperamentales, Shuri aporta su creatividad, inventiva y resiliencia y Oyoke su fuerza física y lealtad. Por último, la película número treinta del MCU, a pesar de no ser lo mejor dentro de dicho universo rinde un emotivo homenaje a Boseman sin caer en golpes bajos y otorga a los fans algunas apariciones esperadas como M'Baku Erik/ N'Jadaka (Michael B. Jordan). Asimismo, la película brinda todas las respuestas al público, posee una escena extra post créditos que revela aquello que previo al desarrollo del conflicto la trama había dejado en suspenso.
Crítica de "La Señora Harris va a París", siempre nos quedará Dior, con Lesley Manville Dirigida por Anthony Fabian, esta película basada en la novela de Paul Gallico plantea el romance entre una mujer y un vestido de alta costura en la década del '50. La señora Ada Harris (interpretada cálidamente por Lesley Manville) vive en Londres, a la espera de alguna respuesta o señal de su marido, quien hace años partió a la guerra y ella jamás recibió noticia de él. Durante todos esos años su vida ha permanecido estática, ha sido fiel a su esposo y mantiene una rutina ordenada como empleada doméstica de distintos personajes de la ciudad. En 1957 recibe un telegrama que pone fin a su quietud y vida monótona, a partir de allí tras haberse enamorado a primera vista de un vestido Christian Dior de una de sus empleadoras, con el apoyo de sus amigos Archie (Jason Isaacs) y Violet (Ellen Thomas) decide ahorrar incansablemente para poder viajar a la Maison Dior con el fin de comprar uno de sus añorados diseños. En La Señora Harris va a París (Mrs. Harris goes to Paris, 2022), atravesada por una Europa de posguerra, la cordial Ada decide emprender su aventura hacia la “ciudad luz” para cumplir su sueño de obtener su propio vestido de alta costura Christian Dior. Al llegar allí, se encontrará con personajes diversos y pintorescos, algunos de ellos la ayudarán y otros serán oponentes, como Claudine (Isabelle Huppert) directora de la Maison Dior, su contador André (Lucas Bravo), el seductor Marqués de Chassagne (Lambert Wilson) y una joven modelo Natasha (Alba Baptista). La Francia que representa la película oscila entre la idealización y, contrariamente, su desmitificación. Por un lado, se esboza la tradicional visión romántica de París donde los sueños se cumplen, y, por otro lado, es una ciudad cubierta en basura, con huelgas y una aristocracia hipócrita, con una clase gobernante corrupta. En consecuencia, el largometraje muestra empatía por la gente humilde ya sea unos borrachos que habitan la estación de tren o cualquiera perteneciente a la clase trabajadora, porque “en Francia el trabajador es rey”. Un aspecto interesante para pensar a La Señora Harris va a París es que sustituye el enamoramiento de la protagonista por un hombre, por la adoración hacia un vestido. Es decir, que, en cierta medida, esta comedia dramática reescribe el tradicional género de la comedia romántica, lo cual no es casual si tenemos en cuenta que dicho género, parece escasear en el actual contexto de producción. Distanciándose de los cuentos de hadas como La Cenicienta o sus versiones posmodernas como Mujer Bonita (Pretty Woman, 1990), el momento del “flechazo”, aquí lo ocupa la obnubilación frente al atuendo Dior. El verdadero romance se da entre Ada, una mujer y un vestido de alta costura. Al parecer, cuando los hombres se ausentan o decepcionan, a las mujeres “siempre les quedará la moda”. Uno de los atractivos del filme, reside en mostrar la cantidad de personas que se requieren y el gran trabajo artesanal que posee un vestido de alta costura de la categoría de Dior. En cierto modo, desde la narrativa la película le rinde un pequeño homenaje al diseñador. No es casual que la obra esté ambientada en 1957, el mismo año en que él falleció realmente. Un dato de color es que Dior fue nominado al Oscar a Mejor diseño de vestuario por Estación Termini (1953). Asimismo, reflexiona sobre los avatares de la guerra y recuerda que Dior con su silueta “New Look” representó la elegancia del contorno femenino y supuso la recuperación del lujo y exceso después de la depresión de la Segunda Guerra Mundial. De igual modo, brevemente esboza la transición de la “mujer moderna” acompañada por el cambio en el modo de producción en la moda, mediante objetos más accesibles, como por ejemplo los perfumes. Pues aquella pasión que siente Ada al ver aquellos magníficos vestidos se transforma en su pulsión de vida. La protagonista, tal como dijo el mismísimo Dior, representa a “las mujeres (que) con su instinto seguro, se dieron cuenta de que mi intención era hacerlas no solo más bellas sino también más felices.” En conclusión, con un positivo mensaje, este agradable y entretenido relato, premia la bondad y generosidad de la protagonista que logra cumplir su sueño, y no es acaso “la moda la mejor herramienta para ayudarnos a soñar”, según afirma Giorgio Armani.
Crítica de "Black Adam", Dwayne Johnson en la película que da origen al personaje de la historieta El filme dirigido por Jaume Collet-Serra se incorpora al universo cinematográfico de DC Comics. Dejando de lado las menciones y apariciones en animaciones, es la primera vez que el personaje de Black Adam es llevado a la pantalla grande. Dicho superhéroe tuvo su primera aparición en 1945 en las historietas tituladas “The Marvel Family” / “Shazam Family”. Black Adam (2022) es planteada como un largometraje de origen del personaje, cuyo relato inicia más de dos mil años antes de Cristo, en una civilización antigua situada en Kahndaq, un desierto de oriente. En el prólogo se narra mediante una mezcla entre mitología e historia, la génesis de Teth-Adam, quien surge de la opresión de la esclavitud, con similitudes estéticas a la esclavitud del antiguo Egipto. Esta introducción es muy importante porque el espectador creerá que allí posee toda la información, pero una de las pocas sorpresas y aciertos del relato, es que se guarda una “carta bajo la manga” para el desenlace. A continuación, la acción continúa en Kahndaq, pero en la actualidad. Dicha ciudad ya no es un sitio de magnificencia y esplendor, sino un país del tercer mundo que se encuentra colonizado por un orden imperialista. Allí en una aventura, una arqueóloga, su hermano y su hijo, intentarán proteger un poderoso objeto arcaico de los mercenarios en cuestión. Para ello, desesperadamente, despertarán luego de milenios a Teth-Adam/Black Adam (interpretado por un casi inexpresivo Dwayne Johnson) apelando a su protección. Respecto al comic que retrataba a Black Adam como un antihéroe enceguecido por el poder, aquí éste es representado como un ser más ambiguo, y a pesar de su falta de piedad, actúa según lo que considera justo, y ya no por codicia. Lo cual quizás puede molestar a los fans de la historieta en donde al parecer el personaje era más oscuro. Aquí, Black Adam instintivamente sabe quiénes son los buenos y débiles convirtiéndose en su héroe defensor. De forma poco original, su argumento centra el conflicto en la posesión de una corona antigua, por parte del villano, Ishmael/Rey King Ahk-Ton. La idea de un elemento con poderes sobrenaturales que cae en las manos equivocadas, es algo ya bastante agotado en el cine de superhéroes, ya sea en DC Comics o su competencia Marvel Studios. Lamentablemente este no es el único recurso que denota la falta de creatividad en Black Adam, también lo demuestran la semejanza estética o temática con otro tipo de personajes preexistentes. Por ejemplo, el villano al lograr su transformación remite a una especie de Hellboy (2004) o Atom Smasher (superhéroe que tuvo su primera aparición en las historietas en 1983) a una versión más joven y más torpe de Ant-Man (2015/ comic 1962), y salvando las distancias un Dr. Fate (personaje que apareció en los comics en 1940) quien con su casco metálico en brazos nos recuerda visualmente a Magneto (personaje que apareció en los comics en 1963) de X-Men (2000) y Cyclone a Tormenta. Sin embargo, se debe resaltar positivamente la belleza estética de la composición de algunos encuadres que acertadamente remiten a los comics. El filme también exhibe, una tradicional presentación de los personajes del nuevo equipo que es configurado como una “resaca” de superhéroes, de menor categoría que los líderes tradicionales de La Liga de la Justicia, quienes al parecer deben acatar las esporádicas órdenes de Amanda Weller (Viola Davis). Pues la película no sólo posee conexiones con su predecesora Shazam (2019), sino también con los largometrajes de Escuadrón Suicida (Suicide Squad, 2016) y El escuadrón suicida (The Suicide Squad, 2021). En esta ocasión el equipo que dirige Weller es liderado por Hawkman (Aldis Hodge), Dr. Fate (Pierce Brosnan), Atom Smasher (Noah Centineo) y Cyclone (Quintessa Swindell). En dicho sentido, se conformarán tres estructuras: el villano Ishmael, el “antihéroe” Black Adam y el equipo de los cuatro superhéroes “tradicionales”. Entre estos dos últimos, se plantea una tesis social que divide la justicia por mano propia (ejercida por Black Adam) versus la diplomacia de un juicio político que desea consumar “La Sociedad de la Justicia”. Si bien la representación ambigua de Black Adam rompe con la tradicional dicotomía entre buenos y malos -aunque no llega a problematizarla-, nuevamente en esta propuesta de cinematográfica de DC, la psicología de los personajes carece de profundidad, a excepción de propuestas como Wonder Woman (2017) o algunas series televisivas, en contraposición a varias propuestas de Marvel. De igual modo, la reiteración y subrayado exacerbado de algunos recursos conjuntos como la cámara lenta y la música contemporánea en las escenas de acción del protagonista, resultan forzados, al igual que su humor poco efectivo. Asimismo, sus relaciones intertextuales hacia el spaghetti western de Sergio Leone, no tienen ningún propósito. En conclusión, Black Adam, a pesar de resultar en líneas generales pasatista, es bastante predecible puesto que constantemente se perciben sus artilugios narrativos. Por último, empero de algunos diálogos que enuncian la decepción frente a los superhéroes legitimados por los países del primer mundo, por ejemplo: “Superman, Batman y Wonder Woman no vienen a Kahndaq”, lo cierto es que lo que produce más emoción de esta entrega es la esperada escena sorpresa post-créditos, que anuncia la expansión y conexión del universo cinematográfico de DC Comics, mediante el regreso de uno de sus más acertados personajes, al servicio de los fans.
Documental sobre el legendario compositor cinematográfico Ennio Morricone El filme se estrenó dentro de la 8º edición de la Semana de Cine Italiano en Buenos Aires, y está dirigido por Giuseppe Tornatore. El documental sobre Ennio Morricone titulado Ennio, el maestro (Ennio, 2021) es dirigido por Guiseppe Tornatore (Cinema Paradiso, La leyenda del 1900, Malena, La mejor oferta) lo cual es doblemente significativo puesto que han trabajado juntos en reiteradas ocasiones a lo largo de 25 años, formando una sólida amistad. Este largometraje estrenado en nuestro país a dos años de su muerte, se presenta como un digno homenaje que recorre la vida y la obra del talentoso y prolífico músico y compositor cinematográfico Ennio Morricone (1928-2020). Es impresionante el solo recordar que Morricone compuso más de 500 bandas sonoras y cada una de ellas es inolvidable, con sus singulares leitmotiv, que lograron trascender por sí mismas más allá de cada película. El documental alterna entre imágenes de archivo, fragmentos de filmes, el testimonio del propio Morricone, sus composiciones musicales y entrevistas a numerosos artistas tales como Clint Eastwood, Bernardo Bertolucci, Quentin Tarantino, Dario Argento, Hans Zimmer, John Williams, Wong Kar Wai, Terrence Malick, Lina Wertmüller, Quincy Jones, Bruce Springsteen, Vittorio y Paolo Taviani, Marco Bellochio, Barry Levinston, Gianni Morandi, Gillo Pontecorvo, y mismísimo director. Al respecto, hay que reconocer que es un homenaje realizado con humildad porque Tornatore se limita a dar un breve testimonio (a pesar de haber realizado todas sus películas con la participación de Ennio) para dar lugar a otras obras y testimonios. El relato comienza de forma crónica, narrando sus inicios, su vocación temprana claramente influenciada por su padre, que era trompetista e incentivó sus estudios en el conservatorio. También se menciona la importancia del aporte de su maestro Goffredo Petrassi y su admiración por la música de Igor Stravinsky, Johann Sebastian Bach hasta John Cage. Al respecto, se destaca la capacidad rupturista de Morricone como integrante del grupo de improvisación, a través de la música concreta y la música disonante (que apela a los distintos sentidos). Es decir, que el artista no temía al mezclar lo popular con lo clásico. Sin embargo, a pesar de su notable talento debió atravesar varias dificultades como los avatares de la guerra, y cuánto le costó abrirse camino y ganarse la admiración de sus pares. Puesto que, los compositores tradicionales no consideraban respetable realizar música para películas. Según Ennio, “Las notas no son lo importante, lo importante es lo que el compositor hace con ellas”. Asimismo, el documental expone la tardía falta de reconocimiento por parte de la Academia y sus premios Oscars. La obra repasa gran parte de su extensa filmografía, como por ejemplo sus originales trabajos compositivos en largometrajes como El Federal (1961), Por un puñado de dólares (1964), El bueno, el malo y el feo (1966), La batalla de Argelia (1966), El gran silencio (1968), Érase una vez en el Oeste (1968), Allonsanfàn (1974), Érase una vez en América (1984), La misión (1986), Los Intocables (1987), Cinema Paradiso (1988) y Los 8 más odiados (2015), entre tantas otras. Por trabajos notables e innovadores como estos, algunos “recuerdan más la música que la película” y otros lo consideran el inventor de la música cinematográfica. Sin dudas, Ennio, el maestro representa muy bien la esencia del artista y deja en claro que era un GENIO, en el sentido más tradicional y aurático del término. Poseedor de una mente brillante que parecía tener una relación mágica y por qué no, mística con sus creaciones, como si sus composiciones fueran dictadas desde otro plano celestial. En conclusión, a pesar de su extensa duración, se celebra este emotivo y merecido agasajo a uno de los hombres más importantes en la historia del cine, y de la cultura mundial. Su música es inmediatamente reconocible por sus estilemas y porque logra estremecernos la piel. La obra de Ennio Morricone resulta una influencia cultural clave, que con su innovación atravesó el siglo XX, y seguramente seguirá repercutiendo intertextualmente a lo largo del tiempo, volviéndolo inmortal.
"Restaurar la patria" Luego de su reciente selección por la Academia de Artes Cinematográficas Argentina para representar al país en los Premios Oscar, Argentina 1985, se estrena en las salas de cine. Por Denise Pieniazek Luego de su exitoso estreno en la última Bienal de Venecia, en donde obtuvo dos distinciones –FIPRESCI, SIGNIS- y de ganar el premio del público en el reciente Festival de Cine de San Sebastián, la película Argentina, 1985 se estrena comercialmente en 233 salas de todo el país. Dicho filme, resultado de un arduo proceso de cuatro años, a cargo de la frecuente dupla creativa compuesta por Santiago Mitre y Mariano Llinás (El estudiante, La patota, La cordillera y Pequeña Flor), está inspirado en hechos reales concernientes al juicio a las juntas de la dictadura militar argentina llevado a cabo en 1985, durante el gobierno democrático del presidente Raúl Alfonsín.La narración se centra en la investigación y el accionar de los fiscales Julio César Strassera (Ricardo Darín) y Luis Moreno Ocampo (Peter Lanzani), quienes a pesar de las amenazas y presiones constantes tuvieron la valentía de llevar a cabo semejante tarea. El relato inicia en 1984, con una Argentina todavía compungida por el terror de estado sembrado por el golpe militar. El experimentado fiscal Strassera es designado junto con un joven fiscal adjunto Moreno Ocampo, para reunir la evidencia contra los nueve líderes de las tres armas que integraron las juntas: Videla, Agosti, Massera, Viola, Graffigna, Lambruschini, Galtieri, Lami Dozo y Anaya. El discurso presenta económicamente a los dos protagonistas -y “héroes”- de esta historia. Strassera es un hombre de principios, formal, que parece ser la conexión, o punto medio, entre dos generaciones diversas, el pasado y el futuro. En cuanto a lo personal, Julio pertenece a la clase media e integra una familia tipo junto con su esposa Silvia (Alejandra Flechner), y sus dos hijos Verónica y Javier. Por otro lado, Moreno Ocampo, como todo joven cree que el cambio es posible, a pesar de que proviene de una familia acomodada, con tradición militar y cristiana. Dicho personaje vendría a ser la “oveja negra” de su familia, por disentir con la instaurada ideología fascista. Se volverá sobre los entornos familiares de ambos personajes más adelante. Los fiscales junto a un improvisado equipo de jóvenes entusiastas, que representan la ideología de las nuevas generaciones, recorren todo el país en busca de evidencia y posibles testigos. En dicho sentido, también se muestra el gran aporte de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP). A partir de allí, la película puede catalogarse como una construcción tradicional del género denominado como trial movie. Respecto al tribunal -liderado por el personaje interpretado por Carlos Portaluppi- es necesario mencionar que también cuenta con la participación de Alejo García Pintos, quien se volvió célebre por su papel en otra conmovedora película sobre la dictadura militar, La noche de los lápices (1986, Héctor Olivera). A pesar de lo solemne del tema en cuestión, la película permite el regocijo del espectador a través del uso del sentido del humor, aludiendo acertadamente a ciertos modismos de nuestra cultura popular. En consecuencia, la comicidad funciona como comic relief para distender la tensión del espeso trasfondo político y social. Al respecto, se debe destacar el carisma actoral de Santiago Armas Estevanera, el jovencito que interpreta a Javier, el hijo menor de Strassera, designado por el relato como un “Strasserita”. En adición, es pertinente destacar la importancia de la familia en la representación. El crítico Claudio España, señaló la importancia del análisis de la “mesa familiar” a lo largo de la historia del cine nacional. En este caso, la mesa familiar de los Strasssera, evidencia el cambio de la tradición, abre paso hacia las nuevas costumbres y a un nuevo modo de ejercer la paternidad desde lo “compinche”. Es decir, que en esa vuelta a la democracia parece que se van desarticulando y transformando ciertas formalidades que dan lugar a nuevos espacios de intimidad y diálogos entre padres e hijos. Strassera y Silvia enseñan a sus hijos a valorar la libertad y la democracia. De modo tal que uno de los valores notables que transmite el filme es la posibilidad de criar a los hijos sin miedo. Por otro lado, también evidencia la aparición del televisor como un elemento que se incorpora a la vida familiar, y con ello el rol de los medios de comunicación. A contrapelo del humor, la enunciación también recurre a la emoción, y allí tiene un papel crucial el vínculo entre Moreno Ocampo y su madre. Como se ha mencionado anteriormente, Luis discrepa radicalmente con los ideales de su familia, y desea que su madre pueda cambiar de parecer, mientras que Strassera lo considera un esfuerzo en vano. Y aquí se vuelve al hilo emotivo de la narración -porque como es sabido el espectador de cine trabaja por acumulación- y si los fiscales logran persuadir a personas que comparten la ideología de la madre de Moreno Ocampo, todo lo demás parece ser posible. De igual modo, el clímax emocional del relato -conforme a una de las características propias del trial movie-, se construye en la escena en que el fiscal Strassera expone efusivamente su alegato, el cual está integrado por verdaderos fragmentos del texto original, y cuyo eje central es la historia de la violencia en Argentina. Como resultado, un hombre común, junto a su equipo integrado por personas comunes y corrientes, lograron marcar la bisagra del cambio de paradigma a través de un valor tan universal como la justicia. En adición, el largometraje retrata seres humanos ambiguos que se cuestionan a sí mismos, que poseen miedos y dudas. Por ejemplo, Strassera cree -erróneamente- que la historia no la hicieron “tipos” como él. En conclusión, Argentina, 1985 mediante una notable ambientación que logra recrear y transmitir el clima de la época, narra entretenidamente uno de los acontecimientos más importantes de la historia argentina. Hecho que merecía ser llevado a la pantalla grande (tanto poética como literalmente) y ser estrenado no sólo a través de una plataforma de streaming, sino también en salas de cine. Qué más democrático que seamos nosotros mismos como argentinos quienes contemos nuestras propias historias, porque la cultura permite conocernos mejor. Por último, se reitera que a partir del 21 de octubre la película podrá verse también en la plataforma de streaming Amazon Prime Video.
Una para todas, y todas para una Después de varias especulaciones y chismes polémicos sobre las relaciones de sus protagonistas detrás de escena, llega el estreno de No te preocupes cariño. “Se generalizó el uso de la categoría de género para referirse a la simbolización que cada cultura elabora sobre la diferencia sexual, estableciendo normas y expectativas sociales sobre las conductas y los atributos de las personas en función de sus cuerpos”. Marta Lamas, “Cuerpo: diferencia sexual y género”. Por Denise Pieniazek A pesar de su mala recepción en la reciente Bienal de Venecia, se considera que la película No te preocupes cariño (Don´t Worry Darling, 2022) es una propuesta interesante que merece ser contemplada en una sala de cine. Éste es el segundo largometraje dirigido por Olivia Wilde, al igual que el anterior Booksmart (2019), fue escrito por Katie Silberman, quien esta vez presenta una historia más compleja y madura. En No te preocupes cariño una joven pareja Alice (Florence Pugh) y Jack (Harry Styles), viven en una comunidad llamada Victoria, donde todo aparentemente es perfecto. Mientras que las mujeres pasan el día trabajando en las labores del hogar con el fin de que todo sea magistral, los hombres parten hacia los lindes de la ciudad para trabajar en un proyecto secreto, que se supone permitirá el progreso de todos. Asimismo, en Victoria, según su venerado líder Frank (Chris Pine) y en cierta forma demiurgo, las esposas deben ser “compañeras y discretas”, una forma diplomática de decir que se pretende que éstas sean sumisas y actúen según el ideal de domesticidad. De hecho, cuando alguna de ellas tiene un comportamiento por fuera de la norma la califican como “histérica” -expresión instaurada peyorativamente por el patriarcado, la cual proviene de hyster (útero)- y le piden que se controle. El comportamiento de ellas debe ser semejante, es una sociedad homogeneizadora de los hábitos de conducta que pretende “crear orden”. La construcción geográficamente circular de dicha comunidad compuesta por casas semejantes con colores pintorescos; cuya estética, decoración y automóviles, remiten a las décadas del ´50 y ´60, recuerda en cierta medida a esa perfección exacerbadamente superficial que tanto criticaba la película El joven manos de tijera (Edward Scissorhands, 1990). No te preocupes cariño realiza un logrado híbrido de géneros cinematográficos, que principalmente conjuga la ciencia ficción distópica con el thriller psicológico. En adición, la obra posee varias relaciones intertextuales con la novela Fahrenheit 451 de Ray Bradbury, y otras las películas prexistentes -algunas de ellas basadas en textos literarios previos- como The Truman Show (1998), Las mujeres perfectas (The Stepford Wives,1975/2004), La naranja mecánica (The Clockwork Orange,1971) y The Matrix (1999). En Victoria -nótese que la ciudad tiene nombre de mujer- todos los matrimonios son heterosexuales, no hay solteros, ni parejas del mismo género. De tal manera, Alice y Jack parecen ser el único matrimonio que no desea tener hijos, tienen una vida sexual muy activa. Lo cual se representa contundentemente con la expresión del goce sexual de Alice, que en un principio parece un aspecto positivo, que permite creer en el funcionamiento de ese microcosmos. Sin embargo, como esboza el slogan del poster promocional del filme “la perfección tiene un precio”. Tras la reaparición en público de una mujer que es considerada como una “loca” y cuyo sentir es desestimado, el caos va invadiendo poco a poco el relato. Ese comportamiento disidente hace contacto con el interior de Alice y su latente inestabilidad e incertidumbre emocional, conforme a esa melodía que resuena en su mente y no puede dejar de tararear. En consecuencia, No te preocupes cariño, propone un mundo inquietante, en donde pasamos de lo perfecto a lo siniestro. La acción interna de Alice, interpretada estupendamente por Pugh, cada vez se va exteriorizando más. Ejemplo de ello, es el gesto de romper un huevo que por dentro está seco, vacío como metáfora de una sociedad superficial y vacua que comienza a quebrarse. Asimismo, la escena en la que parece el espacio de su casa se va achicando y un vidrio la aplasta, representa simbólicamente la opresión patriarcal. Todas aquellos signos y distorsiones espaciales son en realidad el despertar de Alice, y de los que podríamos llamar desde el análisis del metalenguaje, el feminismo. Al respecto, cada rasgo visual y formal de la obra, enfatiza el contenido de la misma. Lo cual puede ejemplificarse con las casas que poseen grandes ventanales, que funcionan como un gran panóptico (en términos de Foucault) o como un “Gran Hermano” (1984, George Orwell) a través del cual las mujeres siempre están siendo observadas. Del mismo modo, las formas circulares son constantes en el filme, recordemos que es un recurso cinematográfico que suele aludir a lo onírico, a la psiquis, basta con pensar en Vértigo (1958). En No te preocupes cariño puede observarse lo curvo en la forma de las casas, la ciudad (todo planificado como se ve en la maqueta circular), la cúpula -a la cual está prohibido acercarse- y hasta en los huevos mencionados anteriormente que condensan la tesis del filme. En cuanto a lo radial y espiral en el nivel del metalenguaje, puede pensarse que ese universo diegético funciona como una especie de loop constante, en el que todos los días parecen ser iguales, es un círculo vicioso cerrado sobre sí mismo. Por último, es interesante como en las clases de danza para mujeres dictadas por la esposa del líder Frank, Shelley, se realizan movimientos circulares conjuntos al ritmo de “una somos todas”. Lo cual, refiriendo al contexto de producción de la obra, puede interpretarse como una metáfora de la corriente feminista actual, ya sea que se exprese bajo “Me too” o “Ni una menos”. Nuevamente es el despertar de una mujer, lo que implicará el despertar de todas las mujeres silenciadas. En consecuencia, la película representa una tesis social que critica negativamente el patriarcado y enaltece el proceso de emancipación femenina, enmarcada en la resistencia de la protagonista, porque la libertad se alcanza a partir de la toma de conciencia. Además, la tesis del relato coincide formalmente con su estructura de base dividida en dos planos, uno enmarcado dentro del otro. Por un lado, ese mundo superficial y luminoso que reafirma el ideal de domesticidad y en paralelo el “Proyecto Victoria” que parece estar en contra de los ideales posmodernos y de la mujer profesional y “el cambio de roles” con su tono lúgubre. En palabras de Frank: “la sociedad nos va alejando de nuestro yo biológico”. Y, por otro lado, como respuesta a ello el metalenguaje desde el punto de vista de las autoras desde el cual se critican los ideales instaurados por el patriarcado y evidencian conforme a la actualidad que cada vez que surge una ola feminista (lo revolucionario), la hegemonía intentará aplacarla. En conclusión, No te preocupes cariño narrativamente tal vez no resulte tan original o rupturista, pero sí es sólido e intrigante. Sobre todo, es interesante si se lo lee desde la perspectiva de género y anclado a su contexto de producción, recordemos que tanto la directora como la guionista son mujeres.
Ya se encuentra en cartelera "Pasaje al Paraíso", protagonizada por la gran dupla estelar de Julia Roberts y George Clooney, quienes ya han trabajado juntos en la saga de "La gran estafa", "Confesiones de una mente peligrosa" y "El maestro del dinero". Esta comedia romántica comienza con un prólogo en el que ya divorciados hace años ambos personajes, Georgia y David, relatan paralelamente y de forma opuesta cómo se habían casado, representando que sus puntos de vista difieren bastante. Su matrimonio duró 5 años y tuvieron una hija Lily (Kaitlyn Dever) quien una vez egresada de la universidad, después de unas vacaciones en Bali, decide repentinamente casarse con Gede, un joven oriundo del lugar. Por esa razón, ambos deciden "trabajar" juntos a pesar de su odio, en tratar de evitar que su hija repita el mismo "error" precipitado que ellos cometieron en el pasado, desatando una serie de enredos en la isla. A partir de allí, todo es bastante predecible, es evidente que "del odio al amor, hay un solo paso" y el relato nos remite a otra comedia romántica anterior superior, "Enamorándome de mi ex" (protagonizada por Meryl Streep y Alec Baldwin). También como el director y guionista es Ol Parker conocido por "Mamma mia! Here we go again" y "El Exótico Hotel Marigold" tiene algunos elementos que remiten a las mismas. Sin embargo, a pesar de que el relato es obvio y predecible resulta entretenido y pasatista. Nos deleita con un gran paisaje que nos incita a querer viajar allí, aunque curiosamente no está filmada en Bali, sino en Australia. Hay que reconocer que la narración logra sostenerse gracias al gran desempeño, carisma y emotividad que logran transmitir Clooney y Roberts, recordemos que el texto- estrella principal de Julia se debe a su éxito en dicho género. Empero, se celebra mucho la realización en la actualidad de una comedia romántica, puesto que es un género que a pesar de que el público siempre responde bien al mismo, desafortunadamente se realiza poco. #pasajealparaiso es una propuesta ideal para un domingo por la tarde a todo "cine shampoo".