Un hacker revela la identidad de todos los agentes del gobierno británico, lo que provoca que el Servicio Secreto de Su Majestad se quede sin hombres. El único que sigue de incógnito y que está disponible para averiguar quién es el responsable del hackeo es, por supuesto, Johnny English, espía retirado que enseña técnicas de espionaje a chicos de escuela primaria. Luego de siete años de ausencia reaparece Rowan Atkinson, más conocido por el público como Mr. Bean. Al igual que su personaje más famoso, el agente Johnny English es un hombre que divierte más con las acciones que con las palabras, y en este retorno Atkinson tiene un vehículo para exhibir todo su talento de comediante apto para los gags visuales. Hay buenos chistes a cada minuto de esta divertidísima parodia de Bond, e inclusive secuencias enteras que provocan ataques de carcajadas: por ejemplo, el magistral descubrimiento de la realidad virtual por parte de este agente completamente analógico. Emma Thompson también aporta lo suyo al encarnar a la Primer Ministro británica. Las locaciones en la Costa Azul francesa y la excelente música típicamente "james-bondiana" son otros elementos que sirven para recomendar esta comedia a todo aquel que quiera pasar 90 minutos de risas constantes.
En la frontera entre Bolivia y la Argentina una pareja de jóvenes "mulas" tiene un grave percance y el hombre muere con las cápsulas de cocaína en su estómago. La joven es apretada por los narcos que la contrataron para que recupere la droga a como dé lugar. Sin saber bien qué hacer, ella deja el cadáver en el cuarto de su hotel y llama por teléfono a su padre, con el que por algún motivo no sólo no tiene la más minima relación sino también un fuerte resentimiento mutuo. "Sangre blanca" es un temible drama policial, con situaciones escabrosas a las que no escapa a la hora de ubicar la cámara. La directora y guionista Bárbara Sarasola-Day construye un relato tenso y cruel donde la anécdota policial se mezcla astutamente con esa relación padre-hija de la que casi no sabemos nada, excepto que está repleta de malas vibraciones. Si el film logra un alto nivel de verosimilitud no es sólo por el buen uso de las locaciones de la frontera y la elección de los personajes secundarios, sino sobre todo por las excelentes actuaciones de Eva de Dominici y Alejandro Awada en dos composiciones complejas.
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Las películas de antologías de cuentos de terror son una especialidad inglesa. En los años 70, una productora clase B, Amicus, se dedicó casi exclusivamente al género con gemas como "Dr. Terror's House of Horrors", "Garden of Evil" y otros títulos generalmente protagonizados por Peter Cushing. Con menos presupuesto que Amicus, y sin ningún nombre del calibre de Cushing en el elenco, los británicos Andy Nyman y Jeremy Dyson unieron fuerzas para retomar ese estilo basándose en la fórmula clásica de tres historias unidas por un nexo que, a su vez, se convierte en la historia principal. El asunto tiene que ver con un experto en denunciar trucos paranormales a quien le entregan tres casos sobrenaturales para que los refute. El asunto empieza lentamente y de manera muy dialogada, con los terrores de un guardián nocturno y de un chico que choca con algo ominoso en un bosque siniestro. Las cosas van mejorando con el tercer relato sobre las angustias de un millonario y finalmente se ponen realmente buenas cuando el investigador cosecha lo que ha sembrado con tanto escepticismo. Es un poco lenta, pero bien se le puede dar un vistazo.
El alcalde de un pueblito húngaro se está levantando justo cuando la radio anuncia el rendimiento del Japón y el fin de la Segunda Guerra Mundial. La noticia no lo emociona mucho, ya que ese día es la boda de su hijo. Eso es lo único que tiene en la mente hasta que el jefe de la estación de trenes sale corriendo en bicicleta para dar una noticia que parece perturbar a todos los lugareños: en el tren llegan dos judíos con baúles llenos de perfumes y cosméticos. Filmado en un profundo blanco y negro que parece hace resonar en la pantalla la culpa y los cargos de conciencia de los personajes, "1945" es un ejercicio de estilo con un conflicto casi único, que es lo que la llegada de este par de judíos provoca en los distintos habitantes del pueblo, desde el alcalde para abajo. Está claro que, durante la guerra, todos en ese lugar se quedaron con las propiedades y pertenencias de los habitantes judíos del lugar, y simplemente hay que seguir la acción para entender los detalles hasta el irónico desenlace. Contada con un sólido ritmo narrativo, "1945" posee imágenes que perduran en el espectador hasta mucho después de terminada la proyección.
El "Depredador" original era un tenso y serio relato ambientado en una jungla centroamericana, con Arnold Schwarzenegger enfrentado al esquivo extraterrestre del título. Esta nueva versión no es una remake de aquel film donde el director actual, Shane Black, tenía un papel como actor. Más bien es un disparate con algunos momentos memorables en el que tanto los depredadores como los humanos se matan entre ellos sin ton ni son pero con mucha super acción. Hay un depredador fugitivo de otros depredadores que lo siguen con perros extraterrestres (toda una invención de este film), y un francotirador del ejército que se topa con ellos y quiere guardar evidencia de ese encuentro cercano. También una maestra de biología que sabe usar ametralladoras, un niño prodigio bastante nerd capaz de dominar tecnología marciana, y un pelotón de veteranos de guerra con problemas mentales, incluyendo uno que tiene síndrome de Tourette. La acción, el gore y los efectos especiales multicolores estan asegurados. El sentido, no.
En Los Angeles, hacia el año 2028, todo es un verdadero desastre. Hay un alto nivel de inseguridad y las calles arden con disturbios sociales. En ese contexto, una avejentada Jodie Foster regentea el Hotel Artemis, una versión sofisticada y futurista del típico aguantadero para delincuentes, que aquí deben respetar algunas reglas básicas para poder atravesar las rejas de alta seguridad y ser protegidos. No sólo de la ley que los busca afuera, sino también de sus heridas, de las que se ocupa la misma Foster. La premisa es atractiva en un principio, pero pronto queda claro que el argumento no es tan interesante como la ambientación distópica. Hay una serie de lugares comunes del género noir entralazados de un modo poco original, incluyendo una mujer fatal entre los huéspedes y un criminal que se quedó con un botín más valioso de lo que suponía, y por lo tanto demasiado buscado por su dueño original. El arte tiene sus momentos de interés pero al final. como la acción transcurre casi íntegramente dentro de los pasillos del hotel, la película se vuelve demasiado claustrofóbica y visualmente monótona.
Texto publicado en edición impresa.
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