Triunfal reelaboración de un gran clásico de Kurosawa • POR MOMENTOS, EL NUEVO WESTERN "LOS SIETE MAGNÍFICOS" SUPERA INCLUSO A LA VERSIÓN DE STURGES Consciente de sus ilustres antecedentes (“Los siete samuráis” y el western de que aquí se llamó “Siete hombres y un destino”), el director Antoine introdujo originales vueltas de tuerca en la historia. El nuevo "Los siete magníficos" es un western de pura cepa y a toda superacción que parte del detalle inteligente de dar vuelta los personajes: esta vez los pistoleros son un grupo de marginales multiétnico, incluyendo un negro, un chino, un montañés caza indios y un piel roja, mientras que los granjeros del pueblo que tienen que defender son blancos cultos y bastante cobardes, al punto de que una mujer es la que se anima a contratar pistoleros.Y el villano que se quiere quedar con el pueblo para arrasar la tierra buscando oro es todo un ejemplo del peor capitalismo salvaje. El origen del film sigue siendo el superclásico de Kurosawa "Los siete samuráis", que no sólo dio lugar al extraordinario western de John Sturges "Siete hombres y un destino" ("The Magnificent Seven" le gustó tanto a Kurosawa que le mandó un sable samurai de regalo a Sturges), sino también a una producción de Roger Corman en el espacio, "Batalla más allá de las galaxias", y hasta a una parodia animada de Pixar, "Bichos". Pero, por supuesto, competir con un film de Kurosawa o con los actores de Sturges (su versión incluía a Yul Brynner, Steve McQueen, James Coburn, Charles Bronson, Robert Vaughn y Eli Walach) es una misión tan imposible como la de estos magníficos combatiendo a un ejército de cientos. Un buen director como Antoine Fuqua (el de "Día de entrenamiento" donde ya trabajó con Denzel Washington y Ethan Hawke) lo sabe perfectamente y por eso le dio distintas vueltas argumentales a la misma historia de antes. Algunos de estos cambios funcionan muy bien, empezando por la presentación de los personajes y, sobre todo, la manera de plantear la lucha en el pueblo. En este sentido, casi se podría decir que Fuqua supera a Sturges, ya que los tiroteos son sorpresivos y también realmente intensos hasta lo apocalíptico. El director logra algo tan difícil como elevar la violencia a niveles impactantes, sin derivar en el gore de los westerns de Peckinpah, lo que alteraría el espíritu del asunto a contar. Denzel Washington, una especie de Yul Brynner en negativo, hace muy bien un personaje que le da un móvil más realista al líder de los magníficos. Y si bien hay varios intérpretes bien elegidos, el que se luce es Vincent D'Onofrio como el montañés violento pero de buen corazón. El score póstumo de James Horner tiene lindos pasajes musicales, pero no puede competir con el del film de Sturges compuesto por Elmer Bernstein, que de todos modos aparece en el momento justo.
Interesante encuentro de mentes brillantes No hay que ser ningún Einstein para saber que una película sobre la amistad entre dos matemáticos va a provocar grandes intensidades dramáticas. Esto aun si la amistad a narrar sea la que entabla un importante académico británico con un genio matemático sin educación formal surgido del sitio más pobre de la India. La historia real del inglés G. H. Hardy y el indio S. Ramanujan es el eje principal de esta película, pero a su favor no se puede negar que el intento es un desafío con la originalidad de su lado. El actor indio del "Exótico Hotel Marigold", Dev Patel, es genio matemático en estado puro, mientras que Jeremy Irons viene a ser su contraparte educada y civilizada, que por más que invita al otro a la mejor universidad inglesa no termina de creer el milagro que tiene ante sus ojos. La película se ve con interés gracias a las buenas actuaciones, especialmente la de Irons y las de los actores secundarios como Toby Jones que interpreta al asistente del inglés.También es interesante el factor de que en medio de esa amistad aparezcan personajes históricos del niveld de Bertrand Russell. Pero la película se queda corta en muchos sentidos, empezando por la imposibilidad total de encontrarle una forma cinematográfica o narrativa al extraño modo que las fórmulas matemáticas llegan a la mente del protagonista. En síntesis, éste es un film interesante y original y cuidado en lo formal, pero no demasiado jugado.
Los derivados de “Blair Witch” aún causan sobresaltos El hermano de la desaparecida directora del "documental" hipertaquillero "The Blair Witch Project" cree tener evidencia que asegura que ella aún está viva, por lo que convence a varias personas para que lo acompañen a rescatarla de aquel siniestro bosque. Dadas las dos décadas pasadas desde los eventos previos, esto podría parecer una completa estupidez, pero al menos hay que reconocer que los guionistas se ocuparon de que sus personajes estén totalmente provistos en todo lo tecnológico. Detalle que tiene puntos a favor y en contra. Por ejemplo, hay algunas tomas aéreas generadas por drons que funcionan especialmente bien cuando menos se lo espera. Por otro lado, la textura minimalista de la película original ayudaba a que el público se asuste con casi nada. Ahora hay imágenes demasiado bonitas para resultar creíbles como parte del material en bruto de algún "Found footage". Justamente, la verdadera pesadilla del film de 1999 es haber provocado casi dos décadas de películas mediocres basadas en lo baratísimo del formato "material encontrado" (con algunas excepciones dignas de mención como la saga de "Rec"). Pero para equilibrar el asunto, Adam Wingard, el director de las dos "V/H/S" ("Las crónicas del miedo"), otra franquicia de "found footage", arroja mucho más gore de lo que se podría esperar, abusa de los golpes de efecto, tipo "¡buuu!" (hay que reconocer que el sonido es excelente), y aprovecha hasta donde puede la tensión social entre los personajes, "documentalistas" y lugareños. Con una idea más floja que la de la olvidada secuela "Book of Shadows: Blair Witch 2" de 2000, al menos en la práctica esta nueva "Blair Witch" provoca razonables sobresaltos.
Crítica publicada en la edición impresa.
Para mujeres al borde, mejor el primer Almodóvar -En esta época es imposible ser madre. -¡Entonces, seamos malas madres! Por una vez el título local argentino es más fiel al producto que el original. Estas "Bad Moms" (o sea, en una traducción literal, "Malas madres") califican mucho mejor para una membresía de algún hipotético "Club de las madres rebeldes", sólo que incluso la rebeldía se queda un poco corta. Es que la esforzada madre que trabaja encarnada por Mila Kunis no sólo debe bancarse todas las obligaciones familiares, sino que además tiene que aceptar que la exploten y acosen en la oficina, a lo que se suma que las madres conservadoras que dirigen el colegio de sus hijos la miren de reojo por sus llegadas tarde. Cuando a eso se agrega la depresión del perro familiar, y la infidelidad vía internet de su marido, la pobre mujer explota. Una madre soltera descocada que ni se preocupa por esas cosas , y un ama de casa explotada por su marido ultramachista se solidarizan con la protagonista y su club. Como si fuera necesario subrayar la importancia de la liberación femenina, el guión se ocupa de recalcar lo obvio de manera bastante burda, lo que sería más comprensible en una comedia de otras latitudes, pero no en una película escrita y dirigida por el dúo de guionistas de la saga de "¿Qué pasó ayer?". Entendiendo que el conjunto es bastante mediano, cada tanto incluye gags graciosos, apoyados, sobre todo, por la actuación de Kathryn Hahn como la más desmadrada del club. Pero esta clarísimo que Almodóvar ya hizo mejor este tipo de comedia, hace rato.
Obra maestra del suspenso, con un villano inusual El cine es imagen y sonido. Pero en "No respires", el director uruguayo Fede Alvarez tiene el desafío de llevar a sus personajes al mundo oscuro de un ciego, en el que además hay que limitar el sonido al mínimo, ya que un suspiro puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte. El film se inspira claramente en thrillers de cieguitas en peligro como "Espera en la oscuridad", solo que el ciego encarnado por Stephen Lang no es Audrey Hepburn. Cuando los rateros van camino a robar su casa, uno se pregunta si no está mal aprovecharse de un no vidente, para colmo heroico veterano de la Guerra del Golfo. Pero este hombre es un tremendo psicópata, que además de la fortuna que le quieren robar, esconde en su casa un par de sorpresas nada agradables. "No respires" es una obra maestra del suspenso, un auténtico tour de force cinematográfico en el que el productor Sam Raimi y el director Avarez potencian mutuamente su talento para conseguir resolver creativamente situaciones que parecerían imposibles de filmar. Cada rubro técnico de la película esta al servicio de este desafío para que cada recurso visual no resulte artificioso ni exagerado y que pueda ser aceptado con naturalidad por el espectador, que en el segundo acto del film ya empezará a verse arrastrado a un antológico experimento de tensión. Stephen Lang, actor predilecto de Michael Mann, que en la serie "Historia del crimen" interpretaba al fiscal antimafia que termina convertido en el defensor del peor gangster, aquí se transforma en un villano para la historia, en un trabajo actoral que depende del más mínimo gesto, dado que el personaje apenas dice un puñado de frases. Sus contrincantes también son excelentes actores, especialmente la heroína Jane Levy. También se luce el perro lazarillo del ciego, a cuyo lado los Rotweilers de "La profecía" parecen más buenos que Lassie. "No respires" es también un formidable ejemplo de producción, dado que Raimi obtuvo este éxito de taquilla con cuatro actores en un decorado casi único, que para bajar aún mas los costos maximizando la calidad técnica, fue filmado en un estudio de cine húngaro. Un detalle esencial es apreciar esta película en pantalla grande, para no perder los sutiles detalles de los claroscuros extremos de la fotografía ni el extraordinario diseño de sonido que construyen estos 88 minutos del más imperdible suspenso.
Los herederos del primer Capitán Kirk siguen de viaje Mitad franquicia, mitad mitología pop, cualquier nueva variación de "Star Trek" siempre tendrá gran atractivo para los fans del cine de ciencia ficción, y ni hablar para los "trekies" (los cultores a muerte de este fenómeno iniciado en la TV estadounidense de fines de los 60). La saga había tomado una nueva y formidable dimensión con las dos películas anteriores de J.J. Abrams, con un elenco minuciosamente elegido para que esté a la altura de las circunstancias en los papeles clave, desde el Capitán Kirk (Chris Pine) y Spock (Zachary Quinto) hasta los queribles secundarios de Chekov (el difunto Anton Yelchin), o el Ingeniero Scottie (Simon Pegg, aquí también guionista). Este y otros detalles de la nueva franquicia están vigentes en esta nueva película dirigida por Justin Lin, que en lugar de apelar a los efectos especiales y a la superacción, intenta retomar la nostalgia y el humor ingenuo de la vieja serie de TV. La idea suena bien en los papeles, pero no tanto en la práctica. "Esto se está volviendo cada vez más episódico", concluyen Kirk y Spock en un diálogo al principo de un film sin mucho ritmo y con una trama llena de baches y un tanto remanida. El argumento tiene que ver con una marciana malísima, interpretada por un hipermaquillado Idris Elba, que si bien no deja de tener su atractivo está lejos de archienemigos gloriosos, como el temible Kahn. Este belicoso alienígena, Krall, quiere algo que está en el Enterprise, y la labor de los héroes es defenderse de este peligro, pero el problema es que tal vez por ser antes que nada un gran comediante, Simon Pegg antepone el humor y las relaciones humanas (a veces también volcánicas) a la tensión, que en momentos clave brilla por su ausencia. Con todo, hay atractivo visual, muchos personajes legendarios que revelan secretos que ya se intuían antes, y un buen par de escenas de acción cósmica como para que el resultado no sea una decepción.
Humor, aventuras e imágenes fascinantes • "KUBO Y LA BÚSQUEDA SAMURAI" ES UNA JOYA PARA TODA LA FAMILIA Producido por el estudio conocido por bellos films como “Coraline y la puerta secreta”, “Kubo...” está lleno de situaciones fabulosas que sirven para acentuar sus cualidades visuales. Esta historia animada ambientada en el Japón medieval tiene todo para fascinar al público infantil, pero además aporta todo tipo de elementos para que disfruten los adultos, por su humor corrosivo, por los guiños al cine clásico de samuráis y, sobre todo, por lo formidable de las imágenes, que al llevar la antigua animación de figuras cuadro por cuadro a la era digital, no se priva de homenajear al genial Ray Harryhausen y sus films de personajes mitológicos como Jason o Sinbad. El Kubo del título es un niño japonés que ha despertado a un antiguo espíritu vengativo, algo que tiene que ver con el destino sufrido por su abuelo y el misterioso paradero de sus padres. El protagonista tiene como aliados contra el espíritu y la búsqueda de sus raíces a un mono bastante cínico y una especie de escarabajo samurái más fanfarrón que heroico. Las aventuras del trío están llenas de buen humor y de situaciones fabulosas, que sirven para acentuar las cualidades visuales de esta producción del estudio de stop motion animation Laika, conocido por joyitas como "Coraline y la puerta secreta". El 3D está muy bien usado y entre los momentos culminantes hay una lucha con un esqueleto bien al estilo Harryhausen. Sin duda el talentoso elenco vocal que va desde Charlize Theron hasta Brenda Vaccaro hace lo suyo, pero de todos modos aquí lo que manda es la imagen.
El género terror no es para amateurs Dos parejitas deciden pasar un par de días haciendo un tour satanista por Los Angeles. El recorrido incluye los negocios de cosas demoníacas de Hollywood Boulevar, una visita a la mansión de Sharon Tate, donde el clan Manson cometió sus horribles crímenes, y un poco más originalmente, alojarse en el cuarto de hotel donde una famosa satanista se suicidó para abrir una puerta al infierno. Con esta combinación ya estarían las bases para una pelicula de terror más o menos standard, pero no necesariamente muy mala. Lamentablemente, el director Jeffrey Hunt combina de manera bastante amateur los distintos elementos logrando eliminar todo atisbo de tensión, y ni hablar de originalidad. Los protagonistas andan a tontas y locas por distintos peligros que superan por completo sus intenciones de satanistas aficionados y los van metiendo en situaciones con las que no hubieran querido tener nada que ver. La trama demora mucho en arrancar realmente, al punto de que pasa más de la mitad de la proyección para que el asunto empiece a ir directo al grano. Igual en ese punto, cuando el terror está claro, el director hace las cosas mal.
Corrosiva comedia sobre dos sujetos aborrecibles Basado en una historia verídica, "War Dogs" (título que recuerda al viejo best seller sobre mercenarios, "Los perros de la guerra" que filmó John Irvin con un excepcional Christopher Walken) cuenta la historia de un par de veinteañeros amigos de la infancia que encuentran la oportunidad de hacerse ricos como traficantes de armas, logrando incluso un contrato con el Gobierno de los Estados Unidos. Para convencerlo, el personaje de Jonah Hill le explica a su viejo compañero de colegio Miles Teller "esto no es pro guerra, es pro plata". Varias aventuras de estos dos aborrecibles personajes son realmente hilarantes y sorprendentes, y se entiende por qué Todd Phillips eligió la historia, ya que ni bien los dos tipos llegan a Irak, las cosas se ponen muy al estilo de "¿Qué pasó ayer?" sólo que increíblemente surgidas del mundo real. Los gags están vinculados a una pintoresca descripción del infierno de la guerra, por lo que hay una buena dosis de acción. Y las cosas se ponen aún peores cuando el negocio lleva a los protagonistas a Albania. Como en todas estas historias -por ejemplo, "El señor de la guerra", con Nicolas Cage"- siempre hay un lado dramático como castigo por las fechorías, pero lo que hace que esto sea nada convencional es la impresionante actuación de Jonah Hill, un actor cuyo talento parece crecer en cada nuevo film.