Emilio Martínez-Lázaro nos trae la secuela de la comedia española más vista de su historia: Ocho Apellidos Vascos. El director vuelve a comandar al carismático elenco compuesto por Clara Lago, Dani Rovira, Carmen Machi y Karra Elejalde. Con los mismos ingredientes de la primera parte, es momento de ver si la receta logrará tener el mismo sabor que su primera parte. Viva España, viva el Rey, viva el orden y la ley Ocho Apellidos Vascos fue una excelente comedia de enredos, altamente divertida y entretenida que se sostenía gracias a su genial historia, su elenco y la química que había entre Dani Rovira y Clara Lago (Al Final del Túnel). Pero su éxito en su país de origen fue directamente proporcional a la polémica que desató, sobre todo por usar como fuente de comedia a la organización terrorista vasca ETA y todo lo relacionado a ella, pero como siempre ocurre con temas de esa índole, los ofendidos siempre levantarán la mano diciendo «presente». Ocho Apellidos Catalanes toma todos los elementos que hicieron que la primera entrega se erija con el título de la película mas vista de la historia española, y los aplica de igual manera. Soslayando las locaciones, la única diferencia entre ambas cintas es su duración: mientras que la primera parte apenas si alcanzaba la hora y media, la secuela roza por poco más de diez minutos las dos horas, algo que llega a sentirse, y bastante. Nuevamente las mejores escenas están protagonizadas por el genial Dani Rovira quien interpreta a Rafa, quien adoptará el seudónimo de Oriol cuando intente hacerse pasar por catalán, así como lo hizo en la primera parte bajo el nombre de Antxon. Lo genial de Rovira es que logra una amalgama entre lo gracioso –como la escena del poema– y lo tierno, logrando esa ambivalencia única que resulta bastante entrañable. El resto del elenco de Ocho Apellidos Catalanes acompaña de forma genial a Rovira, tal como sucedió en la primera parte, Clara Lago vuelve a hacer de una Amaia sanguínea y fácilmente irritable que destila inquina por los poros, Koldo vuelve a ser interpretado por Karra Elejalde, logrando unas escenas delirantes junto a Rovira y Carmen Machi quien repite el papel de Merche, mientras que la gran incorporación en esta cinta es Berto Romero, quien encarna a Pau Serra, el futuro esposo de Amaia. Su composición de artista hipster es tan genial como graciosa e irritante y logra sacar varias risas. Una de las principales virtudes de Ocho Apellidos Catalanes es que sabe que es una comedia de enredos y no busca ser más que eso. El sinsentido de su historia, la entropía y las acciones que trascurren en ella le sientan espectacularmente bien. Obviamente están presentes tópicos como los prejuicios entre los vascos, catalanes y andaluces, las costumbres tan distintas y se aborda el tema del amor y la amistad. Pero quienes buscan algo más profundo no lo encontrarán, y es que es una comedia, no un documental. Al igual que su primera parte, esta secuela cae durante el tercer acto y pierde la gracia mientras la historia llega a su desenlace. En esta segunda entrega se nota aún más esta falencia debido a que la duración se alarga casi veinte minutos más, por lo que llega a resultar un poco densa, no porque sea una historia plúmbea, sino porque pierde la gracia. Algo que para algunos puede asolar todo lo hecho por la película en los dos primeros actos. Conclusión Una definición sucinta y acertada de Ocho Apellidos Catalanes que podemos detallar es que es un calco de su primera entrega, pero con un metraje más extenso. Las actuaciones graciosas, los paisajes preciosos, la música autóctona de cada región, los enredos y el sinsentido están presentes. Quizás a algunos les resulte algo larga, y más de lo mismo respecto a la primera entrega, pero ese más de lo mismo resulta altamente divertido, y quien tenga unas horas de solaz puede aprovecharlas en disfrutar con esta cinta que no la pasará mal.
De la mano de los productores de El Conjuro y la detestable Annabelle, nos llega Martirio Satánico, basada en la cinta francesa de terror de 2008 originalmente titulada Martyrs, esta nueva versión intentará ponernos los pelos de punta, algo que muy pocas películas logran hoy en día. Ella usó mi cabeza como un revólver Martirio Satánico (Martyrs) está dirigida por los hermanos Michael y Kevin Goetz, su poca trayectoria como directores con tan solo dos películas –incluyendo esta– en su filmografía, se nota bastante en esta reversión de la cinta francesa, donde realmente no se sabe realmente si sus intenciones fueron las de hacer un film de terror, una puesta en escena dramática símil teatral con tintes sobrenaturales, o un requeche de todo un poco. La cinta comienza con la pequeña Lucie escapando del lugar donde la tuvieron encerrada mientras la torturaban, a pesar de haber sobrevivido a tan sórdidos castigos, Lucie aún conserva resabios de las torturas que sufrió, y los demonios acechan en sus sueños durante la noche, afortunadamente para ella, en el orfanato en el que vive conocerá a Anna, quien será su soporte a lo largo de los años. Troian Bellisario (Spencer Hastings de Pretty Little Liars) interpreta a una Lucie mayor, diez años después de los hechos narrados en el inicio de la cinta, las visiones producto de las crueles torturas sufridas de pequeña siguen estando presente en su vida, y es por eso que está decidida a encontrar a quienes la convirtieron en lo que es hoy en día y finalmente tomar venganza. La actuación de Bellisario es lo más destacable de esta pobrísima cinta, tampoco es que estemos ensalzando su capacidad actoral aseverando esto, puesto que no hace falta tener demasiado talento para destacar frente a unas actuaciones del reparto totalmente estereotipadas. Todo se acentúa aún más cuando la cinta da un vuelco en su trama, y la protagonista pasa a ser Anna, quien está interpretada Bailey Noble (True Blood), lamentablemente para Noble, su gran belleza es indirectamente proporcional a su talento actoral. Y no vamos a exagerar cuando afirmemos que Martirio Satánico tiene más gritos que diálogos, aún estamos tratando de descifrar si esto es bueno o malo, debido a que las líneas de los personajes son tan estúpidas y acartonadas que logran generar escozor en el espectador, y los cientos de gritos que se escuchan durante el metraje dejan sordo a cualquiera que se digne de ver esta propuesta, por lo que se recomienda visualizarla a un volumen considerablemente bajo, o en el mejor de los casos, con tapones de oídos. Lo más sobresaliente de esta cinta son sus planos cortos buscando detallar las expresiones de los actores y los detalles de la escena, esta idea falla cuando nos topamos con las escenas de acción y los planos cortos hacen que la cámara se sacuda aún más al ritmo de los camarógrafos con Parkinson que filmaron esta cinta. Algo bastante común en la meca del cine. A pesar de que en las postrimerías del film, el ritmo y la historia aumentan logrando que al fin el espectador se interese por la trama, esto no alcanza para levantar una cinta ya hundida totalmente gracias a sus defectos. Conclusión Actuaciones que pululan entre los extremos: totalmente falsos o sobreactuados, escenas de acción filmadas con camarógrafos con síndrome de Parkinson, diálogos insulsos, gritos ensordecedores al por mayor, trama poco creíble y estúpidamente justificada, ritmo displicente, aburrido y soporífero. Definitivamente contar las hojas del árbol del vecino será más satisfactorio que ver Martirio Satánico.
Luego de más de un año de estrenada en los cines chilenos, finalmente aterriza en nuestras salas El Bosque de Karadima. Un drama basado en los abusos cometidos por el párroco Fernando Karadima entre la década del 80 y principios del nuevo milenio en la parroquia del Bosque en la capital de Chile. Rezo por vos Corrían los primeros compases de la década del 80, en Providencia, Chile, y el joven Thomas Leyton acude a la parroquia del Bosque para solicitar ayuda para guiarse en búsqueda de su camino espiritual. Es en El Bosque donde el párroco Fernando Karadima hace las veces líder espiritual de muchos integrantes de la clase alta chilena. Ocupar este cargo en tan determinante parroquia le otorga al padre Karadima una fuerte influencia en su comunidad. Karadima tiene la reputación de ser un “santito”, y es por eso que cuando el párroco acepta a Thomas como su secretario personal, se inicia entre ambos una relación que incluirá sórdidas conversaciones, abusos, maltratos y humillaciones tanto psicológica como físicamente. El joven Thomas deberá juntar valor para hacerle frente al padre Karadima, quien ejerce una fuerza casi sobrenatural sobre el mismo Thomas. En nuestro país no es muy conocido el suceso que aquí nos compete; la historia de los casos de abuso infantil perpetrados por el padre Fernando Karadima en Chile son tan espantosos como lo es de llamativo su desenlace. Para no arruinar la trama de El Bosque de Karadima solo adelantaremos que el padre poseía una fuerte influencia sobre las personas más ricas y poderosas de la capital chilena, y ese poder le servirá como herramienta para intentar probar su inocencia. Un escándalo que involucró a toda la iglesia chilena y que en su momento llenó de máculas al Vaticano. Yendo a la película en sí misma, las escenas claves son tan perturbadoras que es imposible no sentir escozor al presenciarlas. Su narración no lineal, relata la historia en un modo retrospectivo, lo que le da una dinámica muy interesante, y gracias a los saltos temporales entre el pasado y el presente, la película logra atrapar al espectador desde el primer momento. Sorprende gratamente la actuación de Benjamín Vicuña, quien interpreta a un Thomas Leyton mayor, que no puede despegarse de esa figura tan poderosa y espantosa como lo es el padre Karadima. Su composición de un Leyton lleno de dudas y tribulaciones resulta tan creíble que acompaña de una forma muy plausible a quien es la estrella absoluta de esta propuesta: el padre Karadima. Luis Gnecco interpreta al padre Fernando Karadima, una interpretación tan poderosa que es imposible no sentirse cautivado por el carisma que emana de sus gestos tan ambivalentes como inquietantes. Los luctuosos actos perpetrados por el padre son realizados de una forma tan natural que no deja de sorprender y espantar al mismo tiempo. El hecho de que En Primera Plana haya ganado el Oscar a mejor película en la última edición de los premios de la Academia, seguramente tuvo algo que ver con el estreno de esta cinta que ya tiene su tiempo de haber saltado a las pantallas chilenas. Comparte ciertos rasgos con la película estadounidense, y sin caer en desmedro de En Primera Plana, debemos aseverar que El Bosque de Karadima logra ser un relato mucho más potable e interesante. Conclusión El Bosque de Karadima es una impresionante historia, contada de tal manera que el espectador se involucra desde los primeros compases de la trama. Actuaciones brillantes con un soberbio Luis Gnecco a la cabeza y un Vicuña que se destaca de grata manera, una fotografía preciosa y un guion sobrio que por un momento flaquea, pero que logra mantener el interés generado desde el principio, hacen de esta cinta una propuesta altamente recomendable.
Julianne Moore y Ellen Page protagonizan De Ahora y Para Siempre, cinta dramática basada en hechos reales en la que una detective de policía de Nueva Jersey y una mecánica de automóviles se enamoran y deciden formar una familia. Lamentablemente los planes de la pareja se ven arruinados cuando a Laurel (Moore) se le detecta un cáncer pulmonar terminal, lo que marcará el pistoletazo de salida en una lucha por la igualdad para intentar dejarle una pensión a Stacie (Page), su pareja. Terapia de amor intensiva Peter Sollett dirige De Ahora y Para Siempre, film que cuenta con un guion escrito por Ron Nyswaner, quien supo firmar el libreto de Filadelfia, por el cual obtuvo una nominación al Oscar allá por 1993. El guion de Nyswaner se basa a su vez en el documental Freeheld del año 2007 en el que se relataba la historia de la detective de policía de Nueva Jersey, Laurel Hester la cual padecía un cáncer terminal, Hester sostuvo una lucha contra funcionarios de Ocean County con el fin de poder trasferir los fondos de su pensión a su pareja. El punto más fuerte sin lugar a dudas de esta propuesta es su poderoso elenco, cualquier director quisiera contar con Julianne Moore, Ellen Page, Michael Shannon o Steve Carell entre los miembros de su reparto. Lo que demuestra que a veces -no siempre-, a base de figuras de renombre pletóricas de talento se puede sacar una adelante una historia que roza lo mediocre y que no sale de los parámetros convencionales. Cabe destacar la ambivalencia existente entre Moore y Page en la cinta. Los momentos románticos entre ambas están pésimamente logrados, y cada caricia entre ambas se siente totalmente antinatural e incómodo para las actrices. Sin embargo, como pareja tienen una gran química, y los momentos dramáticos protagonizados entre ambas son los mejores de la cinta. Sin lugar a dudas, la historia de Laurel Hester y Stacie Andree es sumamente interesante, y muestra cómo fue un paso importante en el avance de la lucha en pos de conseguir que se apruebe el matrimonio igualitario, meta que fue alcanzada el año pasado, cuando en junio de 2015 finalmente se aprobó la ley en Estados Unidos. Pero el guion solamente rasca la superficie de tan profunda cuestión, y se queda únicamente con la relación amorosa de ambas mujeres, y esta historia llena de aristas se ve simplificada hasta el punto de parecer un relato sobre una pareja de mujeres que busca una pensión sin estar casadas. Sí, en la película hay sexismo, discriminación, homofobia e intolerancia, pero no son más que escenas de adorno. La dirección flemática impuesta por Sollett hace que la cinta se torne bastante plúmbea, hasta que hace aparición el personaje de Carell, quien interpreta a un activista gay y judío. Su interpretación histriónica rompe el ritmo displicente de la cinta, su personaje se vuelve una especie de panacea para esta historia y su aparición en pantalla marca una bisagra, ya que la historia se vuelve mucho más interesante en historia y el ritmo se mantiene hasta el final de la misma. Conclusión De Ahora y Para Siempre podría haber sido mucho más de lo que fue. La historia hace foco en la obtención de una pensión, dejando de lado otros aspectos interesantes en busca de los derechos igualitarios para los homosexuales. Afortunadamente, el director logra contar con actores y actrices de primer nivel para llevar adelante una historia que cuenta con un guion simplón y mediocre que por momentos se torna lacrimógeno, pero con grandes interpretaciones.
Martín Basterretche escribe, produce y dirige Punto Ciego, su opera prima que a la vez marca el debut cinematográfico de Álvaro Teruel, uno de las principales voces de la actual formación del grupo salteño Los Nocheros. Punto Ciego nos presentará a Ulises, un joven cineasta que intenta filmar un documental sin contar con guion ni hilo conductor alguno, lamentablemente para el joven director, su cámara está filmando lo que no debe. Punto ciego en pozo ciego Es constante escuchar la frase “el cine argentino está en ascenso”, y es prácticamente un axioma dicha oración. Pero como pasa en cualquier ámbito de nuestra vida, no todo lo que nos sucede es bueno, y en nuestra industria cinematográfica, no toda película vernácula es buena. Lamentablemente, la opera prima de Basterretche pertenece grupo de las cintas infames. Punto Ciego terminó de filmarse en octubre de 2012, usaron como locaciones La Plata y Mar del Plata, para darle escenario a la ficticia, pérfida y sórdida Santa Sofía del Mar. Más de tres años después nos llega la cinta finalmente post producida, y más allá de soslayar las cuestiones técnicas de una película clase B, es imposible pasar por alto lo pobre de lo artístico del elenco elegido. Álvaro Teruel es el protagonista y quien interpreta a Ulises, un joven cineasta que filma todo lo que ocurre en una esquina a la cual tiene acceso desde la ventana de su monoambiente. Durante los primeros veinte minutos de la cinta, nos sumergiremos en la vida de Ulises, y gracias a una música sumamente espectacular, el primer acto resulta ser ampliamente satisfactorio y solamente la banda sonora genera la tensión que la historia no puede. Todo esto pasando por altos los graves problemas actorales que tiene Teruel. El personaje que compone es totalmente inverosímil, los diálogos que intenta interpretar cuentan con una monotonía y una linealidad que suenan totalmente leídos, sin un ápice de interpretación. El resto del elenco no destaca para nada, dejando bastante que desear, pero lo de Teruel llama sumamente la atención, teniendo en cuenta que tira por la borda todo lo que una cinta como Punto Ciego puede ofrecer. Pasando por alto los obvios problemas de presupuesto, la factura técnica es sumamente deplorable, los planos cortos dejan en evidencia la falta de talento de sus protagonistas, la falta de cadencia narrativa torna aburrida una historia pretenciosa, y los cortes –más bien hachazos– que sufrió el metraje en la edición, dan una sensación de un trabajo finalizado como se pudo. Palo y a la bolsa. Pero si algo es peor que las pobres actuaciones de sus protagonistas, su pésima edición, los diálogos inverosímiles y su filmación a lo telenovela venezolana, es la historia de esta propuesta. La trama es tan estúpida como pretenciosa. Tantas capas argumentales juntas se vuelve una especie de galimatías que hacen perder el foco original de la historia, y al final, la idea de un muchacho que intenta filmar un documental sin guion termina siendo una aguja en un pajar lleno de subtramas irrisorias. Conclusión Punto Ciego es un quiero y no puedo tan grande como la mansión de algún político. Es pretenciosa, y su trama se pierde enredada entre tanto aire onírico y sobrenatural. Los lastres que terminan de hundir a este barco son los propios protagonistas y sus pésimas interpretaciones. Y es que hay que ser sinceros: de una historia que mezcla sueños premonitorios con piratas, documentales, teatros abandonados, paranoia, personas obsesionadas, fantasmas, chinos que luchan contra la piratería, operaciones encubiertas y sueños dentro de sueños no puede salir nada bueno… ¿O sí?
De la mano de Marcus Nispel, el cineasta encargado de llevar a cabo los reinicios de La Masacre de Texas, Viernes 13, Conan El Bárbaro y algunos fracasos más, nos llega esta nueva producción en la que unos adolescentes deciden hacer una fiesta en un asilo para enfermos mentales abandonado y con un espíritu que asola el lugar, con resultados catastróficos para sus participantes. En el hospicio Exorcismo (o #Exorcismo, tal como dice el póster) llega para sumarse a la infame lista de películas de terror –o que al menos intentan serlo– que cada año nos llegan desde distintos puntos del globo terráqueo. Lamentablemente el género está tan en decadencia que los productores –en su mayoría– no deciden ponerle muchas ganas a este tipo de cintas y utilizan la clásica formula: adolescentes cenutrios preferiblemente drogados –pero facheros–, una casa sola y un juego satánico del que saldrá todo el mal. La película cuenta con un inicio que automáticamente nos trae reminiscencias de otra producción de Marcus Nispel, La Masacre de Texas, en la que en un video algo viejo y una voz en off nos relata lo sucedido en aquel lugar donde se llevarán a cabo los lamentables hechos narrados en la cinta. Hay que destacar que la trama propone un buen trasfondo histórico, en el que los hechos que suceden al menos intentan tener algo de sentido. Lo más destacable de Exorcismo es el hecho de que la cinta no se toma en serio a sí misma, algo que le juega bastante a favor. Los sucesos que van ocurriendo por momento rozan lo hilarante y la película es consciente de ello, haciendo que tome algo de humor y se la historia se torne amena. Inclusive en una escena hace aparición un gato negro, lo que conlleva a que una de las protagonistas se espante, y su compañero espete «¿Un gato negro? ¡Qué cliché!». A ese punto de autoconciencia llega la cinta, y le juega a favor, ya que ostensiblemente se propone ser graciosa, no es un producto derivado de su pobre trama. No se puede negar que las actuaciones son pésimas, que los efectos son medio pelo y que la trama roza lo absurdo. Sin embargo la cinta resulta ser un bodrio bastante entretenido. Su ritmo vertiginoso hace que la hora y media de metraje se pase volando, su montaje a lo videoclip –Nispel tiene en su carrera más videos musicales dirigidos que películas– y sus planos cortos con la cámara a la altura del hombro le dan un toque distinto, haciendo que se diferencie de la ingente cantidad de ominosas cintas de terror que nos llegan todos los años. Es que con los pocos recursos que cuenta la cinta, se hizo lo que se pudo, y afortunadamente el resultado no fue tan malo. Eso sí, el único recurso con el que intenta infundir terror es con el sobresalto, lo cual son espasmos entre su inherente comicidad. E inclusive la cinta se juega con una escena post créditos que resulta sorpresiva. Conclusión No hay que darle muchas vueltas al asunto, Exorcismo es una porquería y los encargados de llevar adelante la cinta son conscientes de ello. Pero afortunadamente es un bodrio entretenido que se pasa rápido. La cinta no se toma en serio a sí misma por lo que la propuesta está plagada de momentos hilarantes que harán reír al espectador. Una propuesta que no justifica el precio de una entrada al cine, pero si un día la encuentran en la televisión no pierden nada divirtiéndose un rato, ya que el gore y la sangre falsa no escasean.
Paolo Sorrentino, cineasta italiano ganador del Oscar en 2014 por la mejor película extranjera gracias a su film La Grande Bellezza, nos trae este drama protagonizado por Michael Caine, Harvey Keitel, Rachel Weisz, Paul Dano y Jane Fonda. Juventud, divino tesoro Juventud nos retrata la historia de un director de orquesta ya retirado, quien se encuentra de vacaciones en un lujoso hotel en los Alpes suizos junto a su hija, y a su amigo cineasta. Durante su estadía en el paradisíaco lugar, recibirá una invitación de la reina Elizabeth II para dirigir una orquesta en honor al cumpleaños del príncipe Felipe. Es entonces cuando las charlas con sus compañeros de hotel le harán repasar su apática y larga vida. Lo que más llama la atención de esta propuesta es su espectacular elenco. A pesar de que algunos de los nombres del reparto cuentan con más escenas que otros, aun así todos los personajes son interesantes, y la construcción de los mismos alrededor del protagonista es genial, por lo que cada actor de renombre tiene su oportunidad de lucirse en la cinta, aunque sea por un breve instante. Inclusive el film cuenta con la presencia de Roly Serrano, el actor oriundo de la provincia de Salta encarna a Diego Maradona, en un respetuoso homenaje, pero que seguramente hará reír a más de uno por la forma en que se retrata al eterno 10. Algo sumamente genial, que uno no espera encontrarse en una propuesta con tantas figuras de renombre. Los momentos en Caine y Keitel comparten la pantalla son simplemente geniales, el dúo protagónico lleva adelante las escenas con más carga emocional y el verlos juntos en escena es un deleite. Las charlas que protagoniza Caine junto a Paul Dano o a la bellísima Rachel Weisz también son dignas de destacar. Todo esto se acentúa aún más gracias a la majestuosa fotografía que realza la belleza de los Alpes suizos y las distintas locaciones que los personajes visitan, haciendo que el lugar sea un protagonista más. Es cierto que por momentos el film peca de pretencioso y presuntuoso, y el ritmo narrativo fluctúa entre escenas plúmbeas y otras en las que la cadencia se torna vertiginosa. Aunque el pulso impregnado por Sorrentino sea lento, las actuaciones de los protagonistas y la trama hacen llevadera esta historia. Dejando de lado estos defectos, llama la atención el hecho de que Juventud haya competido por la Palma de Oro en el Festival de Cannes, y que haya sido totalmente ignorada por la Academia para la 88° edición de los Oscar, contando solamente con una nominación a mejor canción. La música es bellísima y juega un papel fundamental en el film de Sorrentino, pero las actuaciones de los protagonistas lo son aún más. Conclusión Juventud es una propuesta algo diferente, no para todo tipo de espectador. Su ritmo lento y sus charlas pretenciosas pueden aburrir a los espectadores que busquen más dinamismo en una historia que destaca por sus intérpretes. Si bien esto por momentos le juega en contra, termina siendo un resultado satisfactorio. El elenco protagonista es un lujo que cualquier director soñaría tener en su película, y la fotografía y la historia son bellísimas. Recomendada para quienes busquen una propuesta lenta pero aun así interesante.
El doctor Bennet Omalu es un profesional de alto grado, altamente formado, nacido en Nigeria y que decide mudarse a Estados Unidos para vivir como siempre soñó. Cuando una leyenda del fútbol americano muere en circunstancias extrañas, Omalu, patólogo forense, será el encargado de realizarle la autopsia al finado ex deportista encontrando una patología producto de sus años como futbolista profesional. Es entonces cuando comenzará su lucha contra la NFL, el monstruo que es dueño hasta del séptimo día. Un nigeriano en Pittsburgh Como si a las distribuidora y los encargados de traducir los títulos tuviesen memoria a corto plazo, nuevamente llega otro estreno a las carteleras del país bajo el título de La Verdad Oculta, y no hay que confundirlo con la cinta de 2010 protagonizada por Rachel Weisz que casualmente llegó con el mismo nombre a las salas. Concussion –su título original–, nos traerá una historia bastante interesante que tranquilamente se podría extrapolar a nuestro país: ¿qué pasaría si se descubriera que nuestros ídolos del fútbol padecen una enfermedad mental producto de sus años como profesionales del balón? Imaginemos que el Burrito Ortega, el Titán Palermo y tantas otras leyendas van cayendo uno por uno consumidos por un negocio más grande que todo un país junto. Esa es la premisa que nos propone La Verdad Oculta, estrellas queridas por los estadounidenses se ven afligidas mentalmente hasta llegar a la muerte y nadie sabe el porqué. Will Smith se pone en la piel del doctor Bennet Omalu, un médico nigeriano que vive en Estados Unidos. Siempre se le ha achacado a Smith que realiza el mismo papel, concatenando varios roles mediocres apagando la estrella que supo ser en algún momento. Lo cierto es que con esta interpretación, Smith se redime totalmente de tantos papeles mal actuados, dándole vida a ese doctor egoísta, egocéntrico y ambicioso que producto de la serendipia se encuentra con algo muchísimo más grande que él. Smith afortunadamente no hace de Smith, y el acento africano que usa en sus diálogos no está para exagerado y le sienta muy bien, nos olvidamos de que estamos viendo al actor que repetía sus papeles con distintos nombres una y otra vez. Una más que encomiable interpretación que sorprende que no haya sido reconocida por la Academia, siendo solamente nominado a los Globo de Oro como mejor actor en una película de drama. La Verdad Oculta se hace fuerte en las actuaciones de sus protagonistas y en su sólido guion. Pudiendo caer fácilmente en diálogos enrevesados, donde las explicaciones de lo que les sucede a los ex deportistas sean galimatías llenos de términos técnicos que la mayoría del público no pueda comprender, la cinta opta por hacerlo lo más simple posible, y en ningún momento se hace difícil entender la patología de los pacientes. Si bien podría la trama es una especie de David y Goliat en nuestros tiempos, la historia de Omalu contra la NFL termina reduciéndose a algo tan básico como el sueño de un extranjero de vivir en Estados Unidos solo porque el país es genial y porque “podés hacer lo que quieras, podés ser quien quieras”. Un mensaje tan pero tan básico que termina siendo un oprobio para el espectador y termina asolando casi por completo todo lo realizado. Conclusión El guion de La Verdad Oculta es su gran fuelle, la trama hace que poco a poco nos interesemos por los problemas neurológicos de los ex jugadores y el litigio de Omalu con la NFL y eso resulta ser un gran mérito. Después de concatenar bodrio tras bodrio, Will Smith nos brinda una actuación magistral y es ostensible el compromiso del actor con el papel, siendo quizás esta interpretación una bisagra en su carrera. Es cierto que el ritmo de la cinta es un tanto lento, pero los toques de suspenso terminan salvando la partida, por lo que no deja de ser una opción recomendable.
Einar Wegener es un pintor danés, el cual está casado con Gerda Wegener, quien también se dedica al arte de la pintura. Un día, Gerda le pide a su marido que modele con un vestido, ya que necesitaba finalizar una pintura. A partir de ese momento, la vida de ambos cambiará cuando Einar descubre que es una mujer llamada Lili, atrapada en el cuerpo de un hombre. Todo por amor Es de cajón que la Academia tiene la ostensible costumbre de premiar papeles y películas cuya trama gira alrededor de una historia dramática. La Chica Danesa fue nominada por mejor diseño de vestuario, mejor diseño de producción pero no como mejor película o director, y despierta ciertas dudas que la cinta dirigida Tom Hooper (El Discurso del Rey, Los Miserables), un director que le cae simpático a la Academia no haya obtenido alguna otra nominación. Toda duda se disipa cuando visionamos la cinta y comprendemos porque solamente obtuvo nominaciones como mejor actor y mejor actriz de reparto. Antes de que se nos introduzcan los personajes, La Chica Danesa abre el juego mostrándonos unos impresionantes paisajes de Dinamarca, haciendo uso de una fotografía cuidada al dedillo. Y esa puntillosidad se nota en toda la película: los movimientos de cámara y los distintos planos con los que esta filmada la cinta, dan muestra de la pulcritud del trabajo de Danny Cohen (La Habitación, Los Miserables) quien fue el director de fotografía en esta producción. La solidez de esta cinta yace única y exclusivamente en sus dos protagonistas: Eddie Redmayne y Alicia Vikander, por lo que no sorprende que producto de la labor de ambos intérpretes, hayan sido nominados como mejor actor y mejor actriz de reparto respectivamente. No quedan dudas sobre el trabajo que realiza Vikander interpretando a Gerda Wegener, una interpretación feroz y plausible, pero definitivamente su interpretación está por debajo de la labor que llevó a cabo en Ex Machina. Párrafo aparte merece la labor de Eddie Redmayne, el oscarizado actor británico compone a Einar Wegener, quien a lo largo de la cinta seremos testigos de cómo paulatinamente su salud mental se va deteriorando, a la par que su condición física también lo hace. Redmayne nos regala una interpretación absolutamente demoledora, por lo que Leo Di Caprio tiene otro importante rival en su carrera al Oscar. La Chica Danesa está basada en la obra homónima del año 2001 escrita por David Ebershoff que se convirtió en un bestseller. Lo cual resulta bastante curioso debido a que la mismísima Lili Elbe (otrora conocida como Einar Wegener) escribió sus memorias, las cuales fueron publicadas bajo el título de Man into Woman. Quizás escribir el guion a partir del propio diario de Elbe y no en base a un libro hubiese dado un resultado más satisfactorio. La falta de un guion a la altura de una historia simple pero interesante hace que el ritmo cansino le otorgue una sensación plúmbea a la cinta desde el primer momento, asolando toda posibilidad de que la trama enganche al espectador, dejando en claro que si no fuera por la pareja protagonista, la cinta se hundiría por completo. Conclusión Con una historia que podría haber resultado aún más interesante si se hubiese trabajado mejor, La Chica Danesa termina dándonos un drama que únicamente se salva por la hermosa fotografía, y las sólidas interpretaciones de Redmayne y Vikander. La cinta adolece de un ritmo que enganche, haciendo que las dos horas que dura el metraje de la cinta se tornen bastante aburridas por momentos. Recomendable únicamente si se quiere disfrutar de dos grandes actuaciones salvando un guion mediocre.
Michael Stone es un carismático e inteligente orador, autor de un exitoso libro para ayudar a las empresas a mejorar la atención hacia el consumidor. Mientras Michael realiza un pequeño viaje para dar una charla sobre su libro, conocerá a Lisa, una joven que cambiará su solitaria y monótona forma de ver a todas las personas. Lisa tiene un amor de ultramar Antes de hablar de la película en sí misma, debemos aclarar que Anomalisa no es una cinta de animación como cualquier otra. Empezando por el llamativo hecho de que haya sido nominada como Mejor Película de Animación, compitiendo contra Intensa-Mente o Shaun El Cordero: La Película, siendo que las cintas anteriormente nombradas apuntan a un público universal, Anomalisa es un drama con una mirada íntima, a la cual la Academia podría haber nominado como Mejor Película tranquilamente. Anomalisa fue financiada a través de la página Kickstarter inicialmente buscando producir un corto, siendo en su concepción primigenia una obra de teatro escrita por el genial Charlie Kaufman en la que los actores únicamente interpretaban sus papeles sentados en el escenario. Luego de conseguir la financiación, se pasó de la idea de realizar un corto a una película completa. La magia de Anomalisa tiene su asidero en la hermosa animación stop-motion con la que está realizada, cada escena está concebida de forma tan puntillosa que es digno de admiración, al igual que los planos secuencias con los que cuenta la cinta en esos ires y venires de nuestro protagonista en el hotel. Absolutamente todo tiene un acabado ultra fino. Párrafo aparte para las espectaculares interpretaciones de David Thewlis y Jennifer Jason Leigh, quienes son los encargados de dar vida a esos muñecos hechos en impresora 3D que son Michael y Lisa respectivamente; sus voces brindan unos matices tan personales e íntimos, que hacen que nuestro oído interno se regocije de placer al escucharlos. Cabe destacar que salvo Michael y Lisa, quienes son los protagonistas de la cinta tienen voces particulares, el resto de los miles de personajes con los que se cruza Michael en su camino, ya sean hombres, mujeres o niños, están interpretados por Tom Noonan. Si bien la historia con tintes surrealistas de Kaufman es simple y es abordada desde la soledad abrumante de Michael, es absolutamente efectiva, y cumple en todo lo que se propone: darnos esa sensación de familiaridad, sentirnos identificados. Los pequeños momentos cómicos, el drama y el romance, todo está en la medida y el punto justo. Hasta la escena de sexo es tan real, que nos olvidamos que aquellos protagonistas son muñecos y no personas reales. Lamentablemente la cinta no es perfecta, y promediando la mitad del tercer acto, la historia y el ritmo caen abruptamente, otorgando a la trama un tono plúmbeo que no va acorde al resto de la cinta, brindando una sensación de estar visionando algo que podría haber terminado hace varios minutos atrás. Quizás hubiese sido mejor llevar a cabo la idea prístina de una película de 40 minutos y no elevar el metraje hasta los 90 minutos, algo que termina asolando esta hermosa experiencia audiovisual. Conclusión Anomalisa es una película con alma y corazón. Una cinta que durante su metraje hace que viremos entre el amor y la tristeza, dejando como resultado una placentera ambivalencia. A pesar de no ser la obra maestra que muchos venden, no deja de ser una producción totalmente loable, desde su historia, la forma en que es llevada a escena hasta las entrañables voces de sus protagonistas. Una experiencia audiovisual a la que le sobran minutos pero no deja de ser absolutamente recomendable.