MERRY CHRISTMAS, BITCH! “Tangerine” es una película navideña… diferente. Una comedia con mucho corazón sobre las aventuras y desventuras de dos prostitutas transexuales, que caminan Los Ángeles en la víspera de Navidad en busca de un proxeneta que probablemente engañó -y con una blanca que nació mujer- a una de ellas. La película del director Sean Baker, recibió mucha atención por haber sido filmada con Iphones, pero en realidad ese gimmick se olvida rápidamente al ver el film. Mientras Sin-Dee (Kitana Kiki Rodríguez) y Alexandra (Mya Taylor) realizan un trabajo detectivesco de altísimo perfil, una subtrama aparece, se trata de Razmik (Karren Karagulian) que conduce su taxi alrededor de las secciones más sórdidas de L.A. donde la acción trans tiene lugar. Rodriguez y Taylor sobresalen en sus papeles. Sus interpretaciones se sienten reales y tienen esa chispa que las convierte en únicas. Un brillo contagioso pero que nunca nos deja olvidar los desafíos que una vida asi conlleva. Es ahí donde se ve el talento de Baker -que co-escribió el film- al presentar esta identidad sexual como algo dado. No hay que explicarlo, ni justificar nada, es como es. Inmediata, más cerca del primer Godard que de fairy tales como “Pretty Woman”, “Tangerine” es una película que pone en primer plano la jerga de ese sub-mundo y el encanto de sus protagonistas, permitiendo reír con ellos y no de ellos. Cuando el dia se termina, en la escena de la canción que interpreta Alexandra, el drama melancólico se apodera de la historia, y los explosivos verbales dan paso a la angustia que corre por debajo. Ya es demasiado tarde y fue un dia muy largo.
MILLENNIALS ABÚLICOS El penúltimo episodio de la serie distópica juvenil protagonizada por Shailene Woodley llega hacia su final rengueando. La saga “Divergente” de Veronica Roth sigue su adaptación cinematográfica con “Leal: primera parte”, donde retomamos la historia tras el colapso del sistema de facciones al final de la película anterior, “Insurgente” (2015). Evelyn (Naomi Watts) se ha hecho cargo de Chicago, respaldada por una turba multiétnica de veinteañeros. Es hora que la insulsa Tris -te extrañamos Katniss- y su amante Four (un Theo James tan apuesto como hecho de madera) crucen la muralla para averiguar lo que se esconde más allá. Que no es otra cosa que David (Jeff Daniels) y otra sociedad, más utópica que distópica. Es aquí donde comienzan los problemas del film, al castear a Daniels como la persona a cargo de introducir a Tris en este nuevo mundo y en las tareas que deberá realizar, queda en claro que se buscó despistar a la audiencia, Daniels con su aspecto buenazo/retonto claramente esconde algo. La inocencia y estupidez de la protagonista harán el resto. Si el tema del film fue remarcar que el poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente, no hacia falta repetirlo con un “malo” diferente. Peter (Miles Teller) el canchero insoportable también repite el mismo arco de su personaje en los films anteriores, pero al menos su actuación es divertida de ver. La lógica interna de la película salta por los aires al romper la débil suspensión de la incredulidad cuando los artificios de la trama se acumulan -ver a través de las paredes, naves invisibles- y todo confluye en un clímax tan perezoso y simplista que cuadra perfectamente con la cara de nada de Woodley. Y todavía resta la segunda parte en 2017.
UNA MUJER LOBO EN DINAMARCA ¿Como definir este filme en algunas lineas? Un intento: licantropía dinamarquesa de ensueño y ritmo lánguido sobre una joven que descubre que es una mujer lobo y una mujer al mismo tiempo. Jonas Arnby inaugura quizás un sub-género, una película sobre licántropos femeninos en una historia coming of age. Una extraña mancha con vello en el pecho es la primera señal que hay algo que no está bien en Marie (Sonia Suhl) Su madre en silla de ruedas y en un estado casi vegetal da cuenta que ha heredado a su hija una maldición terrible. Y no sólo debe lidiar con cambios físicos y mentales alarmantes. Esta revelación obliga a Marie a evaluar sus sentimientos acerca de su padre (Lars Mikkelsen) que se esfuerza por proteger a su madre (Sonja Richter) de ciudadanos conscientes del secreto sobrenatural de la familia y dispuestos a ejercer su pensamiento de horda de vecinos indignados, y también su romance con un nuevo compañero de trabajo (Jakob Oftebro). Sin escapar a las típicas metáforas del género “el licantropismo es la pubertad”, el director trata su material como un estudio de personajes que muy lentamente va in crescendo hacia el momento culminante de la inevitable carnicería. “Cuando Despierta la Bestia” es malhumorada y austera, cercana en tono a la sueca “Let the right one in” (2008, Alfredson), para espectadores que buscan más una experiencia ambiental, sobria, perturbadora y sutil, que un susto barato y efectivo.
CORAZÓN SALVAJE Una colección de animales antropomórficos que hablan, animados de manera espectacular son el gancho de una historia de misterio policial casi noir envuelta en un mensaje contra el prejuicio que habita en todos. Otra aventura light y familiar de Disney adaptada a los politicamente correctos tiempos que corren con elementos lo suficientemente eficaces para satisfacer a padres e hijos, nada fuera de la fórmula acostumbrada, si algo no está roto, para que arreglarlo. Judy es una coneja que llega a la ciudad para convertirse en la primera oficial de policía. Asi se involucra en un caso que amenaza con poner a los animales de presa tradicionales – la gran mayoría de la población – en contra de la minoría depredadora. Para resolver el misterio, Judy forma de mala gana un equipo con Nick, un astuto zorro de rápido hablar y estafar. El caso trae una manada de animales diversos a la acción – algunos, como los perezosos en el Departamento de Vehículos Motorizados, se utilizan para el efecto cómico, otros, como el elefante olvidadizo y el “Padrino” musaraña, para subrayar estereotipos. La estrella del pop latino Shakira interpreta a la estrella del pop animal Gazelle. Pasado ese momento de perplejidad la variedad de los animales mantiene a los niños interesados en la historia durante la mayoría del tiempo, mientras que los padres son distraídos por las referencias de la cultura pop (¿Breaking Bad? ¿really?). Si bien nunca abusa del sermón, la película deja en claro su mensaje acerca del peligro de estereotipar y traza el obvio paralelo con los casos de prejuicio racial cotidiano en la selva de los seres humanos. Es suficiente.
GÉNERO: OSCAR BAIT El problema de “La chica Danesa”, (el retrato de Tom Hooper de las artistas Gerda y Einar -luego Lili- pionera del cambio de sexo) es su estructura complaciente para adaptarse a un ideal: la biopic amable lista para la temporada de Oscars. Si el guión cambiaba la transexualidad por la adicción a la heroína o el siempre efectivo cáncer, el film continuaba siendo el mismo. Hay visitas al médico, desesperadas súplicas de cambio en la relación y claro, la aceptación. El año pasado, Eddie Redmayne ganó como mejor actor actuando en la misma película con otro título “La Teoría del Todo”. Redmayne interpreta a Lili como una santa inocente. Y confunde feminidad con afeminado. La gran actuación del film es la de Alicia Vikander que nos obliga a ser testigos de lo mucho que Gerda pierde para dar vida a Lili. Al principio, Einar no puede articular su confusión, luego traduce los impulsos de Lili en una persistente atracción por vestidos de seda, lo que sugiere que la película no entiende sus necesidades más profundas y coloca la idea de feminidad en lo exterior. Ni siquiera se maneja con sutileza la manera en la cual ella descubre la mirada masculina en una serie de escenas que parecen sketches. El pasado aquí sólo existe como una esfera nebulosa y sentimental en el que Lili compartió una vez un beso con su mejor amigo. Hooper parece más obsesionado con el proceso de Gerda, pero los tormentos que informan sus pinceladas prosaicas también permanecen ajenos al espectador. El interés de los realizadores en el trabajo de Einar y Gerda comienza y termina con la crisis de la identidad. Ambos actores están a merced de un guión que con rigidez, agresivamente insiste en señalar a los temas de identidad y confusión en cada línea de diálogo (“Fue como besarme a mí misma“, Gerda recuerda cuando besó a Einar). Hooper cree que la belleza andrógina de Redmayne es suficiente para hacer alusión a la disforia de género de Lili. Visto con ojos del políticamente correcto siglo XXI la película sólo busca resaltar -como sea- la determinación de su lucha, y “como sea” es la manera que tiene Hollywood de repetir una fórmula.
FELICES LOS NIÑOS La película de Tom McCarthy dirige sus cañones hacia la protección que la institución -tan parecida a una organización criminal- llamada Iglesia católica dio a sacerdotes que abusaron sexualmente de menores. Una investigación del Boston Globe en 2002. La película es tan sencilla como contundente. Pero expone desde el minuto cero todos los tropos habituales del género de films de investigación periodística – las pistas, las reuniones clandestinas, las lecciones sobre ética, etc. – sin añadir ni un poquito de inventiva. Un guión pulido construye el procedimiento -ese in crescendo estructural que Hollywood hace tan bien pero que ya no sorprende a nadie- y que pese a su convencionalismo narrativo se mantiene por la fuerza de sus actuaciones. Todos el elenco tiene su momento para brillar, especialmente Ruffalo, Schreiber, Adams y Keaton. Al igual que otras películas basadas en hechos similares como “Todos los hombres del Presidente” (All The President’s Men, 1976) o “El Informante” (The Insider, 1999), “Spotlight” apoya gran parte de su intensidad en cómo estos periodistas fueron acercándose a revelar la verdad. El centro emocional del film nunca encuentra su punto exacto y termina deambulando sobre su frialdad. Tal vez el tema y sus víctimas merecían una recuento más viceral.
MARVEL META En momentos en que el género de superhéroes muestra signos de agotamiento, Marvel, los responsables de su resurgimiento, buscan nuevas maneras de mantener su universo cinematográfico fresco. Guardians of the Galaxy (2014) primero y Ant-Man (2015) después, fueron ejemplos de este nuevo acercamiento. Personajes no populares entre el público mainstream pero con el suficiente appeal para dejar su marca en la cultura pop. Deadpool claramente es un anti-héroe, así fue concebido para los cómics en los 90. Ryan Reynolds interpretó una versión que nada tenía que ver con el Deadpool comiquero en “X-Men Origins: Wolverine” (2009). Inestable, hablador, superhumano con el poder de auto-sanación Deadpool es un personaje que pedía a gritos un filme que abarque todas las características que lo hicieron popular entre los lectores. Desde la impresionante secuencia de títulos, nos damos cuenta que esta no será un película más del MCU, los chistes paródicos y -sobretodo- auto-paródicos no cesan hasta el final. La autorreferencia y el rompimiento de la cuarta pared son una parte muy importante del cómic que podía resultar arriesgado llevar al cine. Los chistes -sobre Marvel, Reynolds y todo- no pueden ser más meta, pero el carisma de Ryan Reynolds, el ritmo que la edición le imprime a la historia, y un guión sólido, hacen que todo se sienta natural, inclusive lo inverosímil. Una linea de tiempo que va y viene para hacer la historia más fluida, escenas de acción filmadas con destreza, un gran uso de los X-Men: Colossus y Negasonic Teenage Warhead, y el delivery de stand up de T.J. Miller, todo confluye de manera perfecta para completar una película redonda en todos los aspectos, justo cuando creíamos que Marvel se venía cayendo…
EL ROCKY DE LA NACIÓN HIP HOP Rocky Balboa ya no es el semental joven que hizo la subida de las escaleras para contemplar el esplendor de Filadelfia en 1976, y nosotros tampoco. La vista no ha cambiado mucho, la fórmula de las películas de Rocky tampoco. El director y escritor Ryan Coogler homenajea la creación de Sylvester Stallone con una Filadelfia cinematográfica de fondo, sostenido en el carisma de Michael B. Jordan, una mezcla que actualiza y calza perfecta a la mitología de Rocky. Adonis es el hijo de Apollo Creed y necesita un entrenador, por lo que busca a Rocky, quien fue su adversario. Los fantasmas están por todas partes en Creed; el gimnasio de Mickey, el restaurante “Adrian”, la tumba de Paulie, y Rocky que aparece como un sobreviviente solitario, allí comienza el juego de seducción, ¿quién necesita más a quién? ¿Adonis a Rocky o viceversa? “Creed” procede a tocar el mismo ritmo que las seis películas de Rocky que le preceden, todo el derrotero hasta la gran pelea final. Un trabajo de cámara fluido y por momentos virtuoso hacen el resto. Complaciente con los fans -como debe ser en estos años de nostalgia cinéfila- “Creed” cumple con todos los propósitos que busca y deja a los fans pidiendo más. Llegando a un final que rinde homenaje a la película original de una manera agridulce, potenciado por el gran empuje emocional que proviene de la familiaridad de la audiencia con el personaje. Un triunfo por puntos en decisión dividida.
Conocida la premisa, la sorpresa es que El Niño no es una película malísima. Tiene sus momentos de tensión y alivio cómico intencional. Lauren Cohan (¿no habrán conseguido a Michelle Monaghan?) interpreta muy bien a (Greta) la niñera del muñeco y le dá una interesante vuelta a su personaje a partir del segundo acto. Pese que al filme no le faltan tropos del género y los paralelos con otras películas sobran. Una joven estadounidense con un problemático pasado de alguna manera encuentra trabajo en una casa de campo inglesa en la que ha sido contratada para trabajar como niñera. Cuando llega, se le dice que a su cargo no estará en realidad un niño, sino un muñeco que se parece a un niño de 8 años de edad, ¿hilarity ensues?, no, el muñeco -Brahms- tiene una estricta rutina diaria y una lista de reglas que deben seguirse, incluyendo preferencias musicales, régimen alimenticio y un beso de buenas noches antes de acostarse. Una vez que se han establecido las reglas, el guión no se despega de ellas, una coherencia que le permite jugar con la historia sin caer en el ridículo. Los “padres” de Brahms se van de vacaciones, dejando a Greta sola en la casa con el muñeco. Greta adopta una comprensible actitud desdeñosa a toda la idea de “cuidar” a Brahms, Greta descuida las reglas, y Brahms queda abandonado en un rincón. Muy pronto, como un Gremlin de porcelana, el maldito Brahms comienza a actuar. Inicialmente aterrada, Greta pronto se vuelve extrañamente comprensiva con el niño. A partir de ahí, la historia toma un par de vueltas que retienen el interés del espectador, ya embestido en el cuento. El Niño funciona por mérito propio, más allá de las películas a las cuales remite y en los clichés que abreva. Y comprueba una vez más que los muñecos siguen metiendo miedo.
LAS VOCES EN TU CABEZA “Anomalisa” es un profundo, ingenioso y triste retrato de la alienación del amor, filmado en hermosa animación stop-motion. Charlie Kaufman arma una historia muy pequeña con grandes preguntas. “¿Qué es ser humano?” dice Michael Stone (la voz de David Thewlis) un famoso orador motivacional en medio de una crisis existencial. De visita en Cincinnati para dar un discurso sobre asistencia a clientes en una convención, luchará con su contenida desesperación en cada interacción social. Nada fuera de lo ordinario, hasta que nos damos cuenta que para Michael todo el mundo tiene la misma voz (todas las voces de Tom Noonan). La homogeneización de su universo. Incluso cuando hace una cita para ver a su antigua amante, su voz es idéntica a la de todos los demás, sólo un poco más enojada. Cuanto más conocemos a Michael, más cuesta quererlo, sin embargo su patetismo lo hace extrañamente más cercano. Sin olvidar que estamos hablando de muñequitos en escala 1/6. Por lo cual uno podría pensar que la decisión de contar esta historia de esta manera le daría a la película una sensación más impersonal, pero mágicamente el efecto es el contrario. Hay algo acerca de la animación stop-motion – el movimiento cansino, la cálida iluminación – que lo hace lucir dolorosamente real. Michael es un hombre en crisis y con enormes problemas para conectarse con otros. ¿Quién va a asitir al hombre que asiste a las personas que asisten a los clientes? bueno, por casualidad, Michael conoce a un par de mujeres, una de ellas, Lisa (Jennifer Jason Leigh) suena como nadie más. Tiene la voz de… Lisa Y siendo una película de Charlie Kaufman, nunca nada es sencillo, incluso cuando se habla sobre las banalidades de la vida, sí, incluso las banalidades de la vida no son simples. Si hay un problema, o el atisbo de una ocurrencia, Kaufman florea su estilo único en cada línea de dialogo. Los guiones de Kaufman lo han puesto en un nivel que la mayoría de los guionistas no alcanzan. Porque se puede aprender a escribir, pero no se puede aprender a tener ideas y a expresarlas a través de estados de ánimo y sentimientos de manera tan inteligente, honesta y sorprendente. Y como en sus películas anteriores, sigilosamente se mueve a través del mundo que construye, para averiguar el destino de los sentimientos. En esa búsqueda -con suerte- sus personajes podrán encontrar su propia voz y escuchar la del otro dentro de ese cuentito imperfecto que es el amor, la anomalía, esa flor entre la maleza de la vida ordinaria.