INADI, buenas tardes! Dios Mío, ¿Qué Hemos Hecho? No solo es el título de esta nueva comedia francesa sino también un sentimiento de culpa, un supuesto error cometido que ahora se cobra venganza. Claude y Marie, son un matrimonio católico, por supuesto burgués, que se consideran maldecidos ya que tuvieron la desgracia que sus primeras tres hijas se hayan casado con un árabe, un judío y un chino. Tres culturas y religiones diferentes sentadas en la misma mesa explosionan antes del plato principal. Todo parece mejorar cuando su hija menor declara que su novio Charlie -festejado por llevar el mismo nombre que Gaulle- es católico y pasaran por la iglesia para sellar su amor pero todo empeora cuando conocen a su nuevo yerno. Charlie es africano de piel morena y su padre defensor de su tierra detesta a los franceses por ser “los invasores”. De este modo comienza la travesía entre los consuegros en impedir la boda y de los yernos en demostrar que este nuevo integrante es un caníbal sexual. Seis culturas en un enfrentamiento forzado. El film trata con humor, un tanto forzado, el choque multirracial pero cuenta con algunos gags atractivos como la representación cultural unificada en un muñeco de nieve o en un sacerdote poco ortodoxo. Por supuesto, happy end para esta comedia ultra taquillera en su país laico.
John Michael McDonagh es un irlandés que no anda con rodeos. Allá por el 2011, se animó a realizar una comedia con bastante humor negro poniendo a otro par en el papel protagónico como Brendan Gleeson, en El Guardia (The Guard). Por aquel entonces, Gleeson interpretaba a un policía piola, corrupto cuando la ilegalidad se ponía en servicio para ayudar al otro, cliente de la prostitución pero defensor de mujeres maltratadas, difícil de corromper hasta en su más profunda borrachera. Este prototipo desencajado de policía velaba por la seguridad en un pueblo irlandés, perdido en el mapa. Ahora McDonagh, se aleja un poco de la comedia negra para centrarse en otro personaje, un sacerdote, también, poco ortodoxo pero sin alejarse del mismo pueblo, de los mismos paisajes y hasta de los mismos personajes/actores (como el pequeño monaguillo, descomunal actuación). Calvario (Calvary) comienza sin vueltas. Desde el primer minuto sabemos cómo terminara la película. Con un primer plano, encerrado dentro del confesionario Gleeson -otra vez nuestro personaje principal- vestido de sotana escuchara su sentencia. Ya no importa el comienzo o el final, lo que nutre la película es justamente la peregrinación que hará el párroco, condenado por ser bueno, para sanar a los habitantes de esa comunidad. Cada personaje que rodea al Padre, será una representación en su máximo exponente: la prostituta, el golpeador, el promiscuo, el viejo, el sádico, entre otros más. Cada uno ocupará su rol del mismo modo que cada apóstol ocupó un lugar en la Última Cena. Calvario, el hombre frente al destino. McDonagh no propone con Calvario realizar una película religiosa sino todo lo contrario. Desde el primer momento juzga a los curas pedófilos, ataca las investiduras religiosas, pone en duda el papel de la iglesia como institución y hasta manda arder una iglesia. Pero tanto en El Guardia como en Calvario, existe un personaje femenino que brinda al protagonista un momento de distracción o de paz, como el de su madre -en el primer caso- o el de su hija. Ellas también tienen sus problemas, pero cuando interceden actuarán como el único momento de respiro para quién lleva la historia adelante. Calvario, es de ese tipo de películas que se siente la pesadez en el cuerpo, que juega con el estado emocional del espectador pero sin caer en la cursilería barata. Con toques de humor, espléndidos paisajes irlandeses y una banda sonora que también hará de lo suyo. Cuando la historia haya concluido, vendrá un segundo final, lo cual sugiero esperar los títulos finales.
Llega a la pantalla grande el estreno de una película del 2010, basada en una historia real de mediados del Siglo XVIII. La Hermana de Mozart (Nannerl, la Soeur de Mozart), trata justamente de eso, de ser la otra, la marginal, la sin apellido. Marie Anna o Nannerl -como solían llamarla- era la hija mayor del matrimonio Mozart. Recién cuando su hermano Wolfgangus, de 4 años, mostró una habilidad sorprendente con el violín, fue el momento en el que su padre les dio a ambos clases de música. El talento de Nannerl era tan sorprendente como el de su hermano, pero ella no tendría, en la sociedad de la época, un lugar tan privilegiado como el del pequeño Mozart. René Féret, director y padre de la protagonista, plantea la historia en el momento en que la familia se encuentra de viaje desde Viena hacia París y luego Londres. A lo largo de esos días en carreta, la familia llegará hasta una Abadía donde Nannerl conocerá a una de las tantas hijas bastardas del Rey de Francia. Durante esos días en el convento, se creará una amistad que permitirá ingresar en los verdaderos sentimientos de las muchachas y luego perdurará por correspondencia. Nanerl Mozart, un talento oculto en la historia musical. Nada es fácil para la hermana de Mozart. Impedida por su padre para tocar el violín, al no ser considerado un instrumento para ser ejecutado por una mujer, lo cual la limitaba a sentarse detrás del clavicornio. Imposibilitada por su condición y por su progenitor a tomar clases de composición. Obligada a vestirse como hombre ante la presencia del hijo de Luis XV o para tomar lecciones en el Bellas Artes. La única opción de Nannerl era seguir los pasos de su madre: casarse, acompañar a su esposo y tener hijos. Reprimir todo tipo de talento, deseo o creación. La Hermana de Mozart, cuenta con un amplio despliegue de vestuario y locaciones pero no resulta creíble la interpretación de Marie Féret en el papel de la protagonista.
Dentro del staff de Función Agotada cada uno de los integrantes tenemos nuestros géneros preferidos, directores o superhéroes. En lo que a mí respecta, soy la encargada de “el otro cine”. Aquel que no es mainstream, ni taquillero, muy lacrimógeno, pero sobre todo, francés. En abril, cuando me enteré que se iban a estrenar en Argentina cerca de 50 títulos francófono, lo único que pensé fue en hacerle frente a la que se viene. Por suerte, lo que se viene ahora como estreno es Minúsculos (Minuscule- La Vallée Des Fourmisperdues) una increíble película animada, sin una palabra y francesa. Minúsculos nació de algo muy chiquito -pero de una enorme producción, cerca de 10 millones de euros- en formato de serie para la televisión francesa, claro. La idea fue tan bien recibida que una productora decidió llevar algunos de esos personajes a la pantalla grande y en 3D. La historia comienza a narrarse desde una pareja que disfruta de un pic-nic al aire libre en el medio del campo. Cuando la chica empieza a sentir contracciones, el apuro obliga al muchacho a dejarse algunas cosas olvidadas. Paralelamente, un matrimonio de Vaquitas de San Antonio ven nacer a sus tres pequeños hijos, en el primer intento de vuelo, una de las Vaquitas, por curiosa, se separa de su familia. Cuando una tormenta se desatada en medio de la noche, encuentra refugio en una pequeña casita. A la mañana siguiente, descubre que en verdad se había ocultado en la enorme azucarera y que los demás habitantes del prado estaban en plena mudanza de alimentos, entre ellas un escuadrón de hormigas negras. Con la unión de la Vaquita y las hormigas, comenzará la odisea en trasladar la azucarera hasta el gran hormiguero. Aventura y humor recreados por pequeños personajes. Durante toda la aventura que conlleva este trayecto, estos personajes se irán topando con otros insectos que querrán lo suyo o los querrán a ellos. Es la cadena alimenticia o la ley del más fuerte Lo maravilloso de Minúsculos es que posee escenarios naturales filmados al sur de Francia y luego en postproducción fueron incorporados los personajes. Sin voz hablada, la película cuenta con ruidos y efectos de sonidos reales, y con una banda sonora sorprendente. Además de las tantas referencias cinematográficas y su belleza visual, posee varios conceptos destacables como la idea de familia, la ayuda al prójimo, la fraternidad en desigualdad de condiciones, la amistad y, sobre todo, el respeto a la naturaleza.
En el 2008, el director Philippe Claudel filmaba Hace Mucho Tiempo que te Quiero (Il y a Longtemps que Je t’aime), una película desgarradora sobre la reinvención de una mujer luego de su paso por la cárcel, con la actriz Kristin Scott Thomas. Ahora, vuelve a trabajar con ella y con Daniel Auteuil en Antes del Frío Invierno (Avant l’Hiver) y es con esta película que se lo relaciona muy directamente con el gran director francés Claude Sautet por retratar las relaciones amorosas dentro de la clase burguesa. Claudel, presenta a un matrimonio de clase acomodada que vive en una estupenda casa. Paul es neurocirujano en tanto Lucie se dedica al cuidado del jardín. Su hijo, recién convertido en padre, y el psiquiatra Gérard, un antiguo amigo, son los pocos personajes cercanos a la pareja. Todo parece tranquilo, hasta que aparece la joven Lou que altera la vida de Paul y desequilibra todo su entorno. La representación de un matrimonio feliz es solo la fachada que da un marco a su imponente casa, esa especie de cárcel de cristal que encierra a Lucie. Así mismo, ella esconde un antiguo secreto que será revelado sin demasiados sobresaltos y poco a poco los triángulos amorosos, pasados y presentes, empezarán a tomar forma. Philippe Claudel cada vez más cerca de la mirada de Claude Sautet. Philip Claudel juega con los recursos del drama y del thriller para llevar adelante esta historia a modo de flashbacks ya que empieza a narrarse con su desenlace. Antes del Frío Invierno alude directamente a la decadencia del matrimonio e indirectamente a Un corazón en invierno de Sautet, que paradójicamente la protagonizó Daniel Auteuil junto a Emmanuelle Beart. Es maravilloso como Claudel elige y dirige a sus actores con la misma maestría que su antecesor, como si la presencia de Schneider, Beart y Scott Thomas, se fusionaran en una misma representación artística.
Tu vieja, es lo más grande que hay “Vamos hacer respetables. Pilares de la comunidad de aquí en adelante“. Quién escuchara éstas palabras podría imaginarse que provienen de Cornelia, protagonista de La Kermesse Heroica (Jacques Feyder), una mujer con todas las letras que ante la cobardía de su esposo y todos los hombres de Flandes, decide tomar las riendas del pueblo y hacerle frente al devenir. Pero esto no es lo que sucede en Madres Perfectas (Adore). Quién pronuncia esa frase, es Roz (Robin Wright) y lo hace ante la decisión de no acostarse más con el hijo de su mejor amiga porque su mejor amiga, Lil (Naomi Watts), no puede acostarse más con el hijo de Roz porque va a casar. Entonces, ellas, ahora, necesitan comportarse como señoras bien pero siempre cancheras, que disfrutan de esa vida de playa y vino tinto, y que en un corto plazo harán todo el esfuerzo por ser suegras y abuelas honradas. Por supuesto, intentarán construir esos pilares con la misma firmeza que un castillo de arena. Ese concepto no puede funcionar en el ámbito donde se desarrolla la película ya que se encuentra apartando por completo del espacio urbano. Un paisaje perfecto para un guión equivocado. Anne Fontaine, la misma directora que llevó adelante el proyecto Coco Antes de Chanel (Coco Avant Chanel), le invierte poco dramatismo a esta doble dupla de madre-hijo. Bastante bien se anima Naomi Watts y la resurgente Robin Wright a poner el cuerpo en esta película pero no son secundadas por los jóvenes actores en los roles de los hijos que solo barrenan muy bien las imponentes olas. Además, el paso del tiempo no se hace notorio ni en los cuerpos de los actores y en sus actitudes. Ese espacio tan amplio y aislado donde se hallan los hogares de las protagonistas, se encuentra detenido temporalmente en esa geografía playera, en un eterno verano, de las costas australianas.
Una golondrina no hace al verano La frase que da título a esta crítica es pronunciada, entre tantas otras, por Gilberto Gil, uno de los músicos que forman parte del documental Tropicália. En el BAFICI del 2012, esta película formó parte de la amplia grilla de proyecciones y ahora, llega el turno de su estreno comercial. Tropicália, es un compendio de imágenes de archivo –algunas inéditas y actuales- que recrean aquello que fue un movimiento revolucionario brasileño, a finales de la década del ´60, que nació de una performance donde se conjugaban distintas expresiones artísticas. Tomando como centro esta nueva vanguardia, Caetano Veloso fusiona distintos ritmos musicales convirtiéndolo rápidamente en un nuevo estilo, un lenguaje catalizador e influyente en los jóvenes de la época. Os Mutantes, Gal Costa, Rita Lee y Tom Zé entre otros, también formaron parte de esta bandada de golondrinas que trascendió los límites musicales hasta convertirse en Tropicalismo. Cuando azotó la dictadura en el país vecino, Veloso y Gil fueron encarcelados y luego exiliados en Londres por ser los principales exponentes del movimiento, ya con ideas políticas. El Tropicalismo solo duró un par de años pero lo suficiente para que este movimiento expresivo trascendiera sus límites como ave migratoria. Tropicália, un documental musical como testimonio de una época. Existe otro documental titulado Beyond Ipanema (Guta Barra, 2009) que reproduce la llegada del Tropicalismo a los Estados Unidos pero bien podría ser la secuela de Tropicália. En esta reciente producción -con el asesoramiento del director Fernando Meirelles-, Marcelo Machado, dirige su documental desde una postura ideológica neutral haciendo hincapié en la corriente artística, especialmente en la mirada de Veloso, pero sin subrayar los aspectos relacionados con la dictadura. Entrevistas, conciertos, y todo tipo de imágenes se encuentran montadas exquisitamente logrando un ritmo y movimiento natural, propio de aquello que representa.
Rama Burshtein es la primera directora perteneciente al judaísmo ultraortodoxo en filmar una película. La realizadora para poder mostrar el mundo al cual pertenece contó, previamente, con el aval de un rabino y de su marido. La Esposa Prometida o la traducción de su título original Llenar el Vacío (Fill the Void), es una apertura para dar a conocer un mundo tan cerrado y jerarquizado como el judaísmo jasídico. La historia comienza con Shira, la hija más chica de la familia, que ya está en edad para casarse. Cuando todo estaba perfectamente planeado, su hermana mayor muere al dar a luz, dejando a su esposo solo con un recién nacido. La única solución para este mal, es que Shira contraiga matrimonio con su cuñado, así todo sigue quedando en familia. Burshtien, no realiza La Esposa Prometida con la intención de denunciar lo que sucede en esta comunidad situada en Tel Aviv sino la de mostrar un drama centralizado en el matrimonio. Tampoco se cuestiona la falta de deseo o pasión, simplemente la claridad para poder elegir qué opción será la mejor para su porvenir. Casarse con su cuñado, a quién quiere pero no ama y poder cuidar de su sobrino/hijo o esperar otro candidato que sea aceptado por ambas familias, siempre que no llegue demasiado tarde. Tan delicada como sutil, La Esposa Prometida explora la vida marital en la comunidad judía ortodoxa. Hadas Yaron, la protagonista de esta historia, es la única actriz profesional del reparto. El resto del casting, está integrado por personas pertenecientes a la comunidad, que simplemente actuaron de ellos mismos, usando sus atuendos diarios para acompañar una historia tan normal para su entorno y tan dura para el resto de los heterodoxos. Lo que logra su directora por medio de sus rituales, rezos y cantos es abrir una ventana para dejar que el espacio exterior pueda, sin lugar a críticas, contemplar la vida desde otra perspectiva.
Cuando tengo que escribir sobre una película a veces tengo dudas con que tema arranco la crítica. Con ¿Puede una Canción de Amor Salvar tu Vida? Surge nuevamente el conflicto interno. ¿Comienzo sobre las canciones bajoneras o sobre Mark Ruffalo, que tanto me encanta? Y me pregunto, claro! Del mismo modo que lo hace el título del film. ¿Puede una Canción… Comienza precisamente con esos dos cuestionamientos: una melodía triste interpretada por Gretta (Keira Knightley) pero que a los oídos de Dan (Mark Ruffalo) suena como una pieza completa y de pleno estímulo. Ambos personajes se encuentran como si estuvieran parados en una cornisa, los engaños amorosos que han atravesado y el vacío en una ciudad enorme, son los sentimientos que les impide tener una nueva oportunidad pero la música hará lo suyo. En esa búsqueda, tanto interna como externa, van surgiendo distintos personajes que también estaban esperando algo mejor para sus vidas como el pianista de la clase de danza o el guitarrista callejero. John Carney apuesta a una nueva versión de Once situada en Nueva York y con dos protagonistas auténticos. El director John Carney, filmó en el 2007 Once, una película similar donde la pareja protagónica se conocían paseando por las calles de Dublín y se entrelazaban desde las notas musicales. El irlandés se reinventó y situó a estos nuevos personajes en Nueva York, que disfrutan de largos paseos por la ciudad escuchando las canciones más hermosas que se fusionan al ritmo del paisaje. Tanto el personaje de Knightley como el de Ruffalo, interpretan a personas comunes y simples en situaciones creíbles y en las que uno se puede identificar fácilmente. ¿Puede una Canción de Amor Salvar tu Vida? Es una película alegre y brillante. Con acordes sutiles sin caer en melodías melosas, y además, te levanta el ánimo.
El futuro ya llegó En una entrevista el director Terry Gilliam confesó que cuando filmó Brazil, en 1984, intentó dibujar el mundo donde creía que íbamos a vivir. Con esa idea situó a su protagonista envuelto en una sociedad totalmente burócrata. En su nueva película, Un Mundo Conectado (The Zero Theorem), apunta otra vez hacia el futuro, en lo que nos convertiremos en esta Era de las Comunicaciones. En este caso, el protagonista se encuentra en pleno descontento con su entorno y efectúa su lucha contra la conectividad. Qohen Leth, es un ermitaño triste que vive en una capilla abandona y para no sentirse tan solo se refiere a si mismo en primera persona del plural. Su casa, oscura y derruida contrasta con los colores vibrantes y publicidades sonoras del exterior. Sintiéndose incómodo en su trabajo, una especie de Sacoa pero trabajo en serio, solicita a su supervisor realizar home/office, pero a cambio, deberá centrarse en resolver el teorema cero, un algoritmo complejo que vuelve loco a todos los que intentaron resolverlo. Para evitar el estado de paranoia Qohen es asistido de manera virtual por su terapeuta, interpretado por Tilda Swinton (un personaje un poco similar al de Snowpiercer); la visita de la sensual Bainsley que le provee cibersexo y Bob, el hijo de La Dirección. Con toda esta combinación de factores se plantean temas metafísicos como el todo es la nada, el sentido de la vida y la muerte, mientras distintas cámaras registran los movimientos de los personajes y símbolos religiosos acompañar su pesar. Terry Gilliam y la locura de un futurista. Por momentos, la trama divaga y pierde un poco el ritmo, pero resulta maravillosa la puesta realizada por Gilliam. Su estilo barroco tan característico, los efectos sonoros y los planos angulares, más la impecable actuación de Christoph Waltz y la participación de Matt Damon, hacen de Un Mundo Conectado una película perfectamente para desconectarse de todo y sumergirse en ese nuevo mundo saturado y resplandeciente, bajo la mirada de un renovado Gran Hermano. Si existe algo más para destacar es encontrar en una publicidad vial a Robin Williams como el reverendo de la iglesia de Batman.