La princesa y el sapo En esta oportunidad, Audrey Tautou interpreta a Nathalie, una joven recién casada que pierde trágicamente a su esposo. Lo que había comenzado como una hermosa historia de amor adornada con puestas coloridas y musicales, el film cambia para darle un entorno más frío y gris. Después de tres años de duelo y avocada a su empleo, Nathalie besa sorpresivamente a Markus, un asistente de su misma compañía que poca suerte ha tenido con las mujeres. Y desde este momento, la película cobra nuevamente el ritmo aportado por este personaje robusto, pelado y de aspecto desprolijo que admira la nuca de su amada pero poco tiene en común con la viuda, caracterizado por el actor Francois Damiens. Nathalie, de movimientos suaves, indumentaria sutil y voz dulce, lentamente comienza a relajarse. Sus gestos se vuelven más suaves, su pelo ahora acompaña los movimientos de su cabeza y París se convierte en el paisaje más romántico para los primeros suspiros de una nueva historia de amor entre dos niños indefensos. Quien quiera erradicar a Audrey Tautou de su personaje más conocido será imposible si ven La Delicadeza. Esta comedia dramática, pareciera que fuera la continuación de la vida adulta de Amélie. Pero por más que sea viuda y con diez, quince años más, la actriz no puede despegarse de aquella jovencita de pelo corto que vivía momentos increíbles colmados de picardías. Como si los directores David y Stéphane Foenkinos hayan prolongado la vida de Amélie, ahora más madura y con tacones.
Mujeres al borde de una ataque de histeria En 1890 se diagnosticaba "Epidemia de histeria" a aquellas mujeres que no podían sobrellevar los quehaceres hogareños o que padecían de algún molestar que las atormentaban diariamente. Un joven doctor, después de luchar contra mala práctica de su profesión en distintos nosocomios, llega al consultorio (ahora podría ser algo así como un psicólogo) de un especialista en el tema de la histeria. El método que aplica este habilidoso señor cuenta en brindarles aceitosos masajes a sus bellas pacientes en la zona más íntima y pudorosa, osea en su aparato reproductor. Con el pasar de los días, este joven médico irá tomándole la mano al trabajo a medida que lucha por el amor de dos hermanas, hijas de su empleador. Entre malos entendidos y discusiones con su jefe, el muchacho regresa a la casa de su viejo amigo, inventor de extraños dispositivos, y descubre que había creado un aparato que, además de girar, también producía una vibración. Con mano firme y seguro de su revolucionario quita-histeria, el joven regresa a su puesto de trabajo para demostrarle y reivindicarse con su empleador, retomar su trabajo y el corazón de su hija mayor. Si a finales del Siglo XIX este mecanismo tenía un nombre complicado, en la actualidad es conocido como vibrador y la histeria (en este contexto) se la conoce bajo otro nombre más popular, ya que en 1959 se dejó de diagnosticar de tal modo. Hugh Dancy (Conociendo a Jane Austen) es quién lleva simpáticamente la delantera y el guardapolvos en Histeria: La Historia del Deseo de la directora Tanya Wexler. Maggie Gyllenhaal (Loco Corazón) como la hija más grande, deslumbra con su actitud y temperamento devorando quién esté en el mismo cuadro con ella. Vale destacar una pequeña pero admirable participación del actor Rupert Everett (La Boda de mi Mejor Amigo). Para todos aquellos que desconocíamos los orígenes de los vibradores que tan fácilmente se consiguen en un sex-shop en estos tiempos, sepan que hasta la Reina puso el grito en el cielo.
Octubre rojo En el 2004 se presenta un drama francés Feux Rouge, conocida bajo el nombre Luces Rojas del director Cédric Kahn. En la actualidad el realizador español Rodrigo Cortés vuelve a utilizar ese título para su nueva producción que, como en Enterrado, pone todo al asador pero se olvida de prender el fuego. Margaret Matheson y Tom Buckley son dos psíquicos que tienen la habilidad de desarticular cualquier asunto de fuerza o presencia sobrenatural que esté molestando en algún hogar. Casualmente, después de varios años fuera de circuito, llega un psíquico dispuesto a pasar todas las pruebas que sean necesarias para comprobar que él tiene poderes de verdad. El dúo experto en desenmascarar farsantes cazafantasmas está compuesto por Sigourney Weaver y Cillian Murphy. Ellos forman una muy buena dupla, algo así como Fox Mulder y Dana Scully de Los Expedientes Secretos X. Juntos, se apersonan en un teatro para descubrir la verdad que hay detrás de Leonardo Palladino que no es más que nuestro actor argentino Leo Sbaraglia… y acá es cuando el espectador empieza a incomodarse en la butaca y peor aún cuando se refieren a él con una hermosa frase: “si descubren que es Argentino”. ¿El argentino tiene pinta de chanta o qué quiso decir Cortés en el guión? Uno no tiene dudas del profesionalismo de Sbaraglia pero escucharlo hablar en inglés (porque todavía faltan algunos pesos pesados por aparecer) hace un poco de ruido. Como dice un amigo, en la escena en la que se encuentra con Murphy, Leo se lo come crudo. Y la verdad tiene razón, nada tiene que envidiarle. Cuando al director se le ocurre eliminar a Weaver, Murphy comienza a tener algunos trastornos mentales que ni siquiera se puede comparar con el personaje que interpretó en Batman Inicia. Él cree que la llegada de este psíquico, un Robert De Niro no vidente como Simon Silver, algo tiene que ver con la muerte de su amiga. Hombre a hombre se enfrentan, cada uno quiere mostrar su verdad y las resoluciones son tan obvias que el realizador por las dudas te las remarca por si no quedaron claras. Si en la escena donde De Niro está por bajarse del avión, se quita las gafas oscuras para que sepamos que es “ciego” ¿es necesario después, que entre gritos: “Cómo lo has hecho… cómo lo has hecho…”, recalque esta escena y otras para decir que todo lo anterior era una farsa? Tampoco era necesario, además, darle a Toby Jones el personaje de doctor insoportable, cerrado de creencias y que la supuesta verdad la descubran un par de alumnos. Rodrigo Cortés, mezcla, mezcla todo y mal. Hasta la muerte de Weaver la película tenía un ritmo y oscuridad que perdió después estrepitosamente, sin poder remontarla jamás.
Crónica de una fuga Presentada en la última edición del BAFICI con críticas encontradas, Los Salvajes llega a la cartelera comercial argentina después de ganar en el Octavo Sanfic como Mejor película. Simón, junto a su hermano y tres jóvenes más se escapan de un reformatorio de menores para emprender un viaje, travesía que se vivirá en los paisajes más vírgenes de las sierras cordobesas. Como buen guionista, el director Alejandro Fadel, brinda a cada personaje el tiempo necesario de exposición. Cuando se logra una empatía con el personaje es ahí cuando desaparece de la narración. Esa historia, esa vida, ya culminó. Con esa estructura vamos conociendo a cada uno de ellos, sus pasados y sus anhelos que los movilizan para encontrar el lugar deseado. A medida que avanzan los 130 minutos de metraje, aumenta el suspenso, la adrenalina por la supervivencia y en esa misma dirección se va creando una atmósfera espiritual. Gaucho, Simón, Grace, Monzón y Demián, van creando su propia peregrinación, buscan su estado de paz con ellos mismos, pero para hallarlo necesitan robar, cazar y comportarse como verdaderos salvajes. Fadel, logra sostener la tensión durante toda la cinta, dirigir a no-actores, rozar el género documental y el western, además cuenta con una excelente fotografía y sonido. Qué más se puede pedir a un director independiente, argentino, que rodó con un bajo presupuesto, su ópera prima.
Atrápame si puedes El cine recrea grandes momentos de la vida. Éstos pueden ser maravillosos, basadas en hechos reales o simplemente ficción. Pero también plasma otros momentos no tan bellos y agradables situaciones llamadas en la jerga popular “como un momento de m…” Cacería Implacable comienza con la voz en off de su protagonista, Roger. Él, es un empresario dedicado a la búsqueda de nuevos talentos vinculados con el arte. Para poder mantener su hermosa casa, hermosa esposa y hermoso auto, Roger recurre a otros métodos un poco más audaces para conseguir dinero. Cuando es descubierto tras su disfraz de guante blanco, comienza la acción (un poco) en Cacería Implacable. Roger es perseguido por Clas, un empresario que mucho sabe de búsquedas, el único lugar donde puede esconderse es el pozo donde va la materia fecal. Eso sí, como sospecha de su profundidad utiliza un rollo de papel higiénico a modo de snorkel. En esta escena inevitablemente me acordé de John Waters ¡Qué increíble momento! {SPOILER} Entre corridas, disparos, falsas puestas en escenas y cambios de identidad, Roger se libera de los malos y cierra el film con una sonrisa. {FIN SPOILER} Cacería Implacable no logra trasmitir la adrenalina o la sensación de “con la muerte en los talones”. Claro, esta película es un thriller pero tampoco explota el género. Es, simplemente, un film noruego con solo una cara para recordar: Nicolaj Coster-Waldau (Games of Thrones).
Es la historia de un amor El director Benjamín Avila se basó en su propia historia para contar como fue el regreso de él y de su familia al país. Por un enfrentamiento, tuvieron que exiliarse durante varios años. Su papá Horacio (César Troncoso) y su mamá Charo (Natalia Oreiro) volvieron a la Argentina en 1979, siendo parte de la primera contraofensiva montonera. Pero Benjamín, narra la historia desde la mirada de Juan, el hijo mayor de 11 años que ha crecido en diferentes países, que ha tenido que aceptar ahora llamarse Ernesto y que entre balas y maní con chocolate, conoce las caricias del primer amor. Pero en el grupo familiar se encuentra el tío Beto (Ernesto Alterio), que además de formar parte del grupo es el que aporta la calma, la alegría y los consejos para la conquista. Y en contra posición está la abuela (Cristina Banegas), que por miedo a la pérdida aporta una mirada menos combativa. Juan o Ernesto, siendo partícipe o espiando lo que sucedía en su casa, no perdió la inocencia de descubrir su primer amor. María se presenta en suaves movimientos y envuelta en una cinta amarilla, atrapa a Juan y lo rodea hasta imaginarla en sus sueños más profundos. ¿Vos sos distinto a los demás? Le pregunta María. Si, Juan es distinto, es muchos a la vez y se multiplica en el juego de espejos pero en el fondo se reconoce y mantiene su identidad. Los primeros planos cerrados, la animación, la música y los dibujos a mano alzada son los elementos necesarios para contar pasajes de una historia de una época violenta sin la necesidad de mostrar uniformes. En los momentos de proyectiles o ensueño, Ávila supo cómo contar esas escenas desde la mirada surrealista de un niño, logrando de esta manera diferenciarse del resto de las películas que retratan la dictadura. Y si hay que aportar más realidad a esta película, compartí la misma proyección con el elenco de reparto juvenil, que en cada escena se reconocían y festejaban. Al término, se llevaron los aplausos de los espectadores.
El cine en el estado más puro Cuando hablamos de Western lo primero que se nos cruza por la cabeza es John Ford y Sergio Leone. Pero ahora me refiero a Sal, un Western contemporáneo y chileno. Sal, presenta a su protagonista, un director de cine español llamado Sergio que desea filmar su película en el desierto más árido del mundo, el desierto de Atacama. Es así que con su guión en mano decide visitar a todos aquellos posibles inversores para que financien su película. Con más frustraciones que aciertos, Sergio emprende su marcha hacia Chile con su manuscrito bajo el brazo. Instalado en el país cordillerano, Sergio es confundido por Diego (personaje que poco sabremos de él y nunca conoceremos), y automáticamente los problemas recaen en él. Negando al principio la nueva identidad, Sergio tiene que hacer frente a todos los golpes que recibe para poder mantenerse con vida. Aceptando ser otra persona, la película cobra vida y somos partícipes de la transformación del personaje. Sal, habla de cine, del metacine, la película es la metamorfosis absoluta sobre la elaboración de un guión en "vivo". Como espectadores vemos los momentos débiles de la historia que cambian constantemente respecto a las vivencias del director en la ficción. Cuando Sergio se reformula los planos y los diálogos, hay repetición, imágenes en grises y objetos destacados en color que le dan un plus a la cinta. Cada personaje en la historia real tiene su melodía que lo identifica y ese desierto, virgen y solitario se convierte en un protagonista más. Fele Martínez, es el nuevo cowboy que conocerá hacia el final de la película lo que es la venganza. Diego Rougier, el director real, manifestó antes de la proyección su pasión por el género y se la dedicó a su padre ya que de chico lo puso delante del Western. Por este motivo, está Sergio, el homenaje a Leone pero también es Diego, aunque lo niegue al principio, en ambos lados de la pantalla.
Ojos bien abiertos Hace unos días mi vecina Angelita me despertó de un timbrazo. Ese ruido perforador era para avisarme que tenía la puerta del departamento abierta... Después de varios intentos llega a los cines Mientras Duermes, la última película de Jaume Balagueró, mismo director de [REC] y [REC] 2. En esta oportunidad, se interna en el género de suspenso, dejando de lado a los zombies pero mucho tiene de muerto-avivado César, el protagonista de esta historia. El actor Luis Tosar es quién lleva adelante esta historia en el rol de un encargado de edificio (casi con las mismas características arquitectónicas que las producciones anteriores). De día parece un ser humano sin vida, un ente, un espectro, ya que todos los habitantes del inmueble ignoran su presencia, a excepción de Clara, la propietaria del 5º B que todas las mañanas intercambia algunas palabras y varias sonrisas. ¿Qué es capaz de hacer un hombre para ganarse el cariño de una mujer? ...ahora recuerdo que hace cuatro semanas vino el encargado a desinfectar el departamento... Un hombre siniestro revive en la mirada tupida de César cuando termina su turno en la portería. Se escabulle como un gato entre las sombras dispuesto para atacar cuando su víctima es vencida por el sueño. Cuando pensamos que la película está llegando a su fin Balagueró nos da una gota más de monstruosidad y crueldad. El espectador es tan cómplice como el mismo ejecutor que espera agazapado a que suene el despertador para pensar qué maldad hacer cuando caiga nuevamente la noche. ...hoy, cuando regresé a mi casa, tenía una carta de remitente desconocido.
Solo por dinero Doce mil caracteres tiene Anne para escribir sobre la prostitución estudiantil. Anne, interpretado por Juliette Binoche, es una periodista de la prestigiosa Revista Elles que se encuentra con dos jovencitas para entrevistarlas sobre sus vidas paralelas. Para este ping-pong, la directora polaca Malgorzata Szumowska ha planteado la narración de la película con saltos cronológicos que va desde el momento previo en que Anne tiene para entregar la nota entrelazándose con flashbacks con las entrevistas a las chicas. Así, vamos conociendo a Lola en acción y en estado de reposo. En un diálogo, en un testimonio a cámara, en una escena en la cama o en un mensaje de voz, descubrimos los motivos por los que la llevó a tener que ejercer la prostitución. De la misma manera conocemos a Alicja, una estudiante polaca que llega a París. Si bien el dinero es el único motivo por el cual estas dos chicas comienzan a tener sexo por plata, ninguna de las dos proviene de una familia humilde. Comprendieron que en una hora llenan más sus bolsillos que trabajando en una casa de comidas rápidas o como niñeras, y, además, se divierten y no se consideran prostitutas, solo son chicas que les dan a sus clientes lo que sus esposas no hacen. Por su propia descripción, Lola o familiarmente Charlotte, supo mantener su perfil y conducta ante la mirada de sus allegados, en cambio, Alicja dejó de ser la muchacha extranjera para convertirse en una chica transgresora y desafiante. Pero ambas saben que ese aspecto de su vida en algún momento se va a derrumbar, que lo que poseen ahora es una fachada de la realidad y que las mentiras pronto dejarán de sostenerse por si solas. Entre la calma de las pecas que le trasmite Charlotte y las sensualidad y provocación de Alicja, Anne redacta la publicación y trata de llevar su vida adelante con un marido que poco atiende, interpretado por Louis-Do de Lencquesaing (Le Père de Mes Enfants); un adolescente que poco aprecia la vida burguesa y una hijo menor adicto a la playstation. Elles tiene unos magníficos encuadres y planos dedicados netamente a retratar el rostro de Juliette Binoche que a medida que avanza la película se va resquebrajando como símbolo de cansancio. La banda sonora también marca muy bien las situaciones, en una escena donde vemos a Alicja y Anne bailando libremente la canción Pass this on de Knife (la misma melodía fue usada en Los Amores Imaginarios de Xavier Dolan), el ritmo genera una estado de éxtasis entre los personajes, y en ese acercamiento cuerpo a cuerpo la cámara toma distancia, se aleja, lentamente, para dejar a Ellas, solas, en su momento de intimidad.
El chancho de los huevos de oro Si la paloma es el símbolo de la paz y el chancho es un animal terrestre, no espere eso de esta película. Si analizamos esta comedia absurda, Cuando los Chanchos Vuelen, bajo el filtro de la geopolítica la historia se presentaría así: Jafaar, el protagonista, es un pescador que tiene tanta mala suerte que un día su red le trae un chancho. Jafaar es un palestino humilde, vive en una casa humilde con su esposa y en su terraza hacen guardias dos soldados. Todo esto sucede porque vive en la Franja de Gaza. En esa Zona de Conflicto, existe una colonia de israelitas, por lo tanto judíos, que podrían ser considerados como los antagonistas de esta historia. Para las dos culturas el chancho se presenta como el conflicto ya que es considerado como un animal prohibido pero se vuelve un interés cuando Jafaar empieza a comercializar el semen del porcino. Hasta acá la historia es entretenida y llevadera gracias a la actuación del actor Sasson Gabai (La Visita de la Banda) y de todas las peripecias que tiene que realizar para: primero, tratar de aniquilar el chancho; segundo, intentar venderlo; tercero, todas las circunstancia por las que tiene que pasar para estimular al chancho y sacar lo mejor de él. Pero desde el momento en que Jafaar es descubierto por su colectividad la película cambia radicalmente, se modifica el tono: deja de ser absurda a incomprensible encaminándose hacia un final de diferentes interpretaciones. En tanto, la postura el director uruguayo, Sylvain Estibal (pero radicado en Francia), es tener una mirada neutral ante la ocupación en el territorio gazací e interponiendo entre ellos un animal -que podría ser la representación del demonio- para llevar la paz.