Alfredo Stroessner gobernó al Paraguay con puño de hierro durante 35 años, misma cantidad de tiempo que lo hiciera con métodos similares Francisco Franco en España. Trascurrida entre 1954 y 1989, la dictadura paraguaya fue más larga de Latinoamérica. Para sacar a Stroessner del poder parecía no quedar otra opción que matarlo. Uno de los que lo intentó, aunque sin éxito (el dictador falleció recién en 2006, a los 93 años), fue Agustín Goiburú, quien pese a no lograr su cometido fue considerado el opositor político más importante del régimen.
Un desabrido título local (el original es The Founder) para una biopic con apenas un poco más de sal. Vaya paradoja la de Hambre de poder, película cuyo objeto de estudio concentra un sinfín de calorías. ¿De qué manera un vendedor en plena decadencia construyó el imperio gastronómico más grande de Estados Unidos? La respuesta habrá que buscarla en esta aproximación a la historia de Ray Kroc, la mente maestra detrás de McDonald`s.
Y un día "volvió" Adrián Caetano. Tras un periodo de temáticas y estéticas alejadas del universo de sus primeros films -con resultados, hay que decirlo, un tanto fallidos (Francia, Mala)- y un trabajo por encargo que quedó trunco (el nunca estrenado documental sobre Néstor Kirchner), el director de Bolivia y Un oso rojo resignifica en El otro hermano aquellas atmósferas de antaño, con zonas de tensión social, violencia explícita y personajes que transitan los márgenes legales. Pero, por sobre todo, Caetano recupera un espesor y un vigor narrativo que parecían olvidados.
Lo poco que se conoce del cine finlandés remite a los hermanos Aki y Mika Kaurismäki, figuras centrales dentro de la producción fílmica de la región escandinava. De Lituania, en cambio, no solo su actualidad cinematográfica es prácticamente una incógnita sino también su actualidad como nación en sí. Sin embargo, una vez avanzada Dos noches hasta mañana -coproducción entre estos dos países dirigida por Mikko Kuparinen- pueden advertirse rastros de dos propuestas bien populares como Perdidos en Tokio (Sofía Cóppola) y Antes del amanecer (Richard Linklater).
Grata sorpresa en el último Bafici (ganó la Competencia Argentina), el debut del cordobés Darío Mascambroni se centra en el vínculo entre un padre recién separado y su hijo de ocho años. Ambos viajan a las sierras para poner en venta una casa que albergaba a la familia en épocas más felices.
En el mundo del hampa, dentro de esas leyes nunca escritas llamadas códigos, lo que no se perdona es la traición. Lo que no se perdona es también el debut del salteño Cristian Barrozo, quien sitúa en su provincia un pequeño relato que gira en torno a una delación pero que también aborda temas de la agenda actual como la trata de personas y el debate por la edad de imputabilidad.
Pese a su genérico y abarcativo título, no es Neruda una clásica biopic que repasa cronológicamente vida y obra del poeta chileno. Tras dos películas donde hacía mella en distintas etapas sociopolíticas de Chile, No y El club, Pablo Larraín retoma temáticas, fundamentos y elenco de la primera para recrear el periodo en que Pablo Neruda ejercía la senaduría por el Partido Comunista y, despojado de sus fueros, sufre una persecusión por parte del gobierno que lo obliga a exiliarse.
¿De qué hablamos cuando hablamos de ser linda? A modo de catarsis colectiva y con agudo sentido del humor, la joven Melisa Liebenthal y sus cinco amigas de toda la vida repasan una pubertad y una adolescencia no tan lejanas, atravesadas por las mandatos sociales y los cánones de la belleza que recaen sobre la mujer.
Resulta ingenuo a esta altura suponer que para hacer cine sólo se trata de contar una historia. Embarcarse en un producto audiovisual significa, por sobre todas las cosas, hacer testigo al espectador de algo a partir de imágenes y sonidos. Si tal disparador viene acompañado por una "buena" historia es otro tema. Desde los primeros instantes de La idea de un lago, Milagros Mumenthaler dejá más que claro que esta segunda premisa no es su prioridad. Su cine pasa más por la construcción de climas y la contemplación que por lo meramente narrativo. Sin embargo, pese a estas búsquedas y desafíos, da la impresión de que el objetivo escencial -interpelar a quien está del otro lado de la pantalla- no está logrado en su plenitud.
Una pelicula queda a mitad de camino.